Venezuela/La Otra Mirada
En el marco de la convocatoria que a comienzos del año 2014 se formulara en Venezuela, en aras de iniciar un debate nacional sobre la Calidad de la Educación, Luis Bonilla-Molina (LB) conversa desde Buenos Aires Argentina con Juan Carlos Tedesco, educador y pedagogo argentino, que se desempeñó como Ministro de Educación de Argentina (2007-2009). También se ha desempeñado como Director de la Oficina Internacional de Educación de la UNESCO, en Ginebra. Fue Director del IIPE/Unesco, Buenos Aires desde su creación hasta el año 2005.
Luis Bonilla: Bienvenido a este contacto internacional Juan Carlos. A partir de tu experiencia, los sistemas educativos de la región han servido fundamentalmente para construir ciudadanía, para mejorar la calidad de la vida o solamente para la movilidad social.
Juan Carlos Tedesco: Depende de los países y del momento histórico del que estamos hablando. Históricamente los países que más tempranamente crearon y expandieron sistemas educativos públicos con educación gratuita, obligatoria y laica, fueron los que iniciaron esos procesos de asociar a la educación con la formación ciudadana y movilidad social, las dos cosas, porque la sociedad lo permitía. Ese proceso fue parcialmente exitoso en algunos países, en el caso del cono sur, en Argentina, Uruguay, Chile, quizás Costa Rica, pero en otros países de América Latina la educación tuvo una sola retorica basada en la formación ciudadana y en la movilidad social, pero en la práctica no lo hicieron a pesar que las leyes declaraban obligatoria la educación ya al final del siglo XIX. Ya recién en la década de la segunda mitad del siglo XX comenzaron a expandirse los sistemas educativos. Ahí ya la idea de formación ciudadana y de movilidad social estaba más deteriorada, porque predominaban enfoques mucho más economicistas de la educación, más que formación ciudadana a lo que apuntaban era a la formación de recursos humanos para el desarrollo económico.
Yo diría que hoy en este sentido tenemos una situación muy compleja, porque este nuevo capitalismo que estamos viviendo ofrece mucha menos posibilidad de movilidad social, la estructura comienza a hacerse mucho más rígida y comienzan a haber fenómenos de inclusión social, y también la formación ciudadana requiere de otra dimensión, porque hoy con los procesos de globalización con la ciudadanía requiere de competencias más complejas. La ciudadanía ha perdido la frontera nacional para su ejercicio y empezamos a requerir una ciudadanía que trascienda las fronteras nacionales. Muchos de los problemas ciudadanos que enfrentamos son problemas supra nacionales, y avanzamos en el caso de América Latina en la construcción de una ciudadanía latinoamericana. Se están comenzando a construir entidades políticas supranacionales. Así que creo que los desafíos hoy en ese sentido para tener una educación que forme ciudadanía y movilidad social son mucho más complejos, y yo diría que están asociados a la construcción de sociedades más justas.
Las justicias sociales son la variables claves desde las cuales se pueden explicar los requerimientos de calidad, qué tipo de calidad necesitamos para sociedades que sean más justas que las del pasado.
Luis Bonilla: Un tema asociado a la movilidad social está vinculado a las posibilidades de empleo de los egresados. Primero los egresados de la primaria, luego fueron los egresados del bachillerato, ahora los universitarios, sin embargo cada día mas el tema del desempleo es un fenómeno que afecta. Ya un título universitario no garantiza un empleo, ¿cómo solucionar ese cuello de botella de los sistemas educativos?
Juan Carlos Tedesco: es un problema yo no diría del sistema educativo, es del modelo económico. La educación está logrando incorporar a todos, se está universalizando la primaria, estamos avanzando en la universalización de la secundaria, y a procesos no digo de universalización pero si de democratización de la educación superior. Lo que pasa es que tenemos un modelo económico que no genera empleo, lo que hace es generar mucho menos empleo. Ahí me parece que está el desafío.
La educación debe preparar lógicamente para el mercado de trabajo y para el desempeño ciudadano, pero lo que necesitamos es un modelo económico que tenga mucha más sensibilidad hacia la creación de empleo, hacia la creación de fuentes de trabajo, y eso sólo tiene sentido si se incorpora progreso técnico a la producción, si comenzamos a tener en la región a un modelo productivo que no se base en la competitividad económica los bajos salarios, que no se base en la depredación de los recursos naturales, en la inflación y en el endeudamiento, si no que precisamente sea un modelo productivo que genere empleos decentes, porque esta es la cuestión: podemos tener mucho empleo precario o empleos, gente que está a la frontera del trabajo. No es eso lo que una sociedad justa requiere.
Ese problema que tu planteas no tiene solución en el marco de un modelo productivo que se basa en la reducción de fuentes de trabajo, en el desplazo de los trabajadores por recorte o en la creación de empleo precario, empleo informal, que hoy en día buena parte de la población está en empleos que no son decentes, de muy baja productividad. Este es un tema que no afecta únicamente a América latina sino también al mundo desarrollado como el caso de España hoy, que tiene la generación más educada de toda su historia y sin embargo hay una tasa de desempleo de un 20 al 25%. Ahí creo que tenemos un tema crucial que plantea un gran desafío.
Algunos están pensando en la teoría de la desaceleración del crecimiento económico, no podemos seguir con un modelo económico basado en la suspensión de fuentes de trabajo por maquinas salvo que acompañemos ese proceso con garantías sociales, con derechos ciudadanos que le permitan a la población tener condiciones de vida dignas aun con bajo prueba, o reducir la jornada de trabajo. Este temas es un tema muy complejo pero yo creo que tiene que ver más que nada con la discusión del modelo económico más que del modelo educativo. Porque la educación puede cumplir su papel pero si el modelo económico solo desde la educación no tiene solución.
Luis Bonilla: En materia de formación de docentes el debate de la calidad educativa introduce un tema que pareciera de otra época, hoy se habla de la posibilidad de volver a las escuelas normales, en nuestro sistema educativo que ya pasaba el cuarto nivel, donde los docentes y los profesionales universitarios vuelven a abrir el debate sobre la necesidad de volver a las escuelas normales, es decir, formar bachilleres docentes. Desde tu punto de vista es una regresión o a que se debe que este debate que pareciera para algunos más bien trasnochados o de añoranza a un asado pero que cada vez tiene más fuerza en los sectores del magisterio y de los propios decisores.
Juan Carlos Tedesco: Yo creo que eso tiene que ver con un fenómeno que acompañó la transformación de la profesión docente. Cuando la formación docente dejo de ser la formación normal de nivel secundario a la universidad, se produjo una muy fuerte disociación entre el contenido de la formación docente y el contenido para el desempeño. No debe haber una profesión en la que a la persona se le forme de una manera tan disociada de lo que luego van a tener que hacer.
La educación en la universidad o a nivel terciario no garantizó mayor calidad docente, y lo que tenemos hoy son docentes formados con teorías, representaciones que no se aplican a la realidad, y esto es lo que justifica la idea de volver al pasado a una formación mucho más ajustada al oficio de enseñar. Yo no creo que la solución sea volver a la escuela normal, no me parece que ese sea el camino, ni que tengamos que tener docentes de una edad tan joven, porque si la volvemos a poner al nivel del bachillerato vamos a tener docentes a los 17, 18 años, no me parece que sea esa la solución, pero si tenemos que buscar mecanismos que permitan que la formación docente tenga contenidos mucho más ajustados a las exigencias para el desempeño, vincular la realidad docente con la realidad de nuestras escuelas, con los problemas de aprendizajes de nuestros alumnos volver a la idea del oficio de enseñar que era la idea de las escuelas normales. A esa edad ser maestros requiere estudios superiores pero tenemos que vincular formación con desempeño. Y creo que esto una de las vías es que los primer años de desempeño sean parte dela formación.
Echar una mirada a la formación de los médicos, ahí tenemos un modelo muy interesante del cual podemos aprender bastante. Los médicos en sus primeros años de desempeño se forman en los hospitales, en la clínica al lado del médico más experimentado. La residencia médica es parte importante de la formación y ese es un mecanismo que permite ligar la formación inicial con exigencias para el desempeño. Yo creo que hay que buscar por ahí la solución y no tanto volver a una escuela secundaria normal, lo que hay que recuperar de la tradición de la escuela normal es la idea del oficio, del compromiso con la escuela, con el ejercicio de la escuela en condiciones reales, porque eso es lo que hemos perdido al llevar la formación docente a la universidad.
Luis Bonilla: Compartiendo plenamente tú diagnostico, pareciera que la solución tiene dos dimensiones: una reformular la formación docente dándole un peso importante a la práctica. Pero cómo hacemos con aquellos que ya egresaron con problemas y que tienen que ingresar al sistema escolar. Hay varias soluciones, una de las que se está planteando en el caso de Venezuela es abrir por ejemplo postgrados de estados que permitan resolver que permitan resolver esos problemas del pregrado o del profesor universitario antes de que entren a las aulas o acompañarlo a las aulas con un proceso de formación que trate de solucionar las deficiencias de formación. Cuál es tu opinión al respecto.
Juan Carlos Tedesco: No hay una solución de validez universal, en cada contexto habrá que ver cuáles son las mejores estrategias, y creo que para esos docentes que ya están en ejercicio y que no tienen esos niveles de formación que todos queremos, hay que buscar opciones diversificando las modalidades de formación. No podemos seguir pensando que los cursos son la única y la mejor modalidad para la actualización para la formación docente. Hay que ir a una formación donde el curso se asocie con trabajo en equipo en el lugar de trabajo con el equipo docente, no de forma aislada donde cada uno. Todos sabemos que muchos de los problemas que tienen nuestros docentes en las escuelas son problemas que se resuelven individualmente en el aula, el aula ya no es el lugar de desempeño, es la escuela, el equipo docente y creo que esa es la unión en la que hay que trabajar.
Creo que hay que buscar una diversidad muy grande de soluciones y no poniendo el énfasis en el título, no en la certificación, en el diploma, porque creo que esa manera de razonar nos vuelve a poner en un camino muy academicista, y alejado de la solución de los problemas. En ese sentido no me atrevo a sugerir estrategias uniformes, no es lo mismo Venezuela que Bolivia, una zona rural que una zona urbana, no es lo mismo la escuela primaria que la secundaria. Tenemos que pensar en estrategias también adaptadas a esa diversidad de situaciones que hoy caracterizan al ejercicio de la docencia. La docencia dejó de ser un grupo homogéneo y tiene una variedad de situaciones y creo entonces que las estrategias también deben ser diversas, con algunas cuestiones de corto plazo y otras de mediano y largo plazo.
Luis Bonilla: otra dimensión de los problemas que hoy afronta la educación pareciera estar asociado al encuentro generacional, buena parte de los docentes que trabajan en las aulas desde la infancia del preescolar hasta el pregrado, nacieron entre los 60 y los 80, antes que la revolución científico tecnológica. La mayoría de los alumnos que hoy están en las aulas nacieron desde los 90 hasta el presente. En los 90 se inicia la revolución científico tecnológico, y pareciera que hay una gran brecha de lenguajes, de códigos, de prácticas, de imaginarios que la formación docente no termina de resolver. Antes duraba 30 años el ejercicio de un docente.Hoy las revoluciones del conocimiento son de 4 a 6 años lo que implica que un docente de 30 años viva cinco o seis revoluciones del conocimiento. ¿Cómo podemos fortalecer nuestro sistema de educación para que se pueda generar ese encuentro generacional sin tanta resistencia conservadora de buena parte de los docentes?
Juan Carlos Tedesco: Ese problema no afecta sólo a los docentes, afecta también a los padres. Tenemos un problema generacional que tiene que ver entre los adultos y los jóvenes. Mi impresión es que ya empieza a haber padres que han nacido en la era digital, y nuestros maestros jóvenes también muchos de ellos, entonces tenemos que incorporar sin lugar a duda el uso de las tecnologías en la formación docente, pero no caigamos en la idealización de las tecnologías, yo no creo en ningún determinismo tecnológico. Tú puedes hacer con las tecnologías hoy lo mismo que antes podías hacer con la tiza y el pizarrón. Lo que tenemos que hacer es incentivar en nuestros docentes la idea de la participación activa de nuestros estudiantes en los procesos de aprendizaje, la responsabilidad por los resultados, la enorme importancia que tiene la formación básica, aprender a leer y a escribir, aprender el código de las matemáticas, la alfabetización científica es fundamental; y eso se puede hacer con tecnología o sin tecnología. Lo importante es que puedan hacer eso y que la tecnología esté en función de esto. Hoy en Argentina tenemos programas de la universalización del acceso a las tecnologías y vemos que muchos profesores hacen con los aparatos lo mismo que antes hacían con la tiza y el pizarrón, lo que tenemos que cambiar a sumo es la manera de trabajar la tecnología al servicio pedagógico, no al revés. Por tener tecnología no vamos a tener un modelo pedagógico distinto.
En cuanto a la renovación de conocimientos, lo que cambia son los conocimientos de frontera, la base de la disciplina no cambia, por eso digo que tenemos que darle más importancia a la formación básica, a los primeros años de los ciclos educativos, eso es lo que va a permitir adecuarse rápidamente a los cambios del conocimiento en el futuro, porque si uno no tiene buena formación básica no va a poder adaptarse a esos cambios. En cambio si estamos renovando sin bases sólidas en el aprendizaje, esto no va a ser exitoso. Por eso yo vuelvo a la idea de las nuevas alfabetizaciones, tenemos que poner mucha importancia en el tema de la nueva alfabetización de la lectoescritura que sigue siendo la principal de todas, la alfabetización de matemática, la alfabetización digital colocada en esos aprendizajes. Eso representaría un cambio yo diría de 180º en la cultura de nuestros sistemas educativos.
Nosotros funcionamos bajo la idea de que cuanto menos básico, más prestigioso, y eso en la universidad se ve claramente, es mucho más prestigioso enseñar en los doctorados o postdoctorados que en los primeros años de la formación universitaria, y sin embargo esos primeros años son fundamentales ahí hay que poner a los mejores, ahí hay que poner los recursos. Tenemos que dar un giro en ese sentido para darles a las nuevas generaciones una muy sólida formación básica que es la que les va a permitir adaptarse a los cambios veloces del conocimiento.
Luis Bonilla: Sin embargo nuestros conocimientos, nos formábamos para construir un futuro mejor, las nuevas generaciones quieren traer el futuro al presente, quieren vivir las utopías hoy, no que los enseñemos a vivirlas después. Un ejemplo práctico, nosotros en Venezuela dejamos postergado el modelo de democracia participativa y protagónica, pero nuestros jóvenes no quieren que le enseñemos en los liceos democracia participativa y protagónica desde el punto de vista conceptual, sino que quieren vivir ese modelo político en la propia dinámica estudiantil, eso presenta un desafío en la construcción de ciudadanía que a veces el sistema educativo no resuelve de manera oportuna y tal vez eso genera que en el bachillerato especialmente que es donde tenemos la mayor cantidad de deserciones en el sistema educativo.
Juan Carlos Tedesco: No hay contradicción en vivir hoy ciertas prácticas sociales y en transmitir el patrimonio cultural, tenemos que transmitir nuestra historia y tenemos que prepararnos para un futuro, porque no es lo mismo que hagas vivir un cierto tipo de participación en la escuela, que cuando se les está preparando para ser ciudadanos activos en el futuro, a que crean que todo tiene que ser participativo hoy.
Yo no creo en la necesidad de que en la educación todo sea participativo, hay que transmitir conocimientos en algún momento, hay que transmitir el patrimonio, después se podrá discutirlo, o recriticarlo o renovarlo, pero yo lo transmito, y creo que esa parte de la educación no la podemos dejar de lado porque si no perdemos de vista parte esencial de la educación que tiene que ver con esa idea de la transmisión que hemos criticado, desglosado, y me parece que la hemos tirado, finalmente no transmitimos nada y esto desestructura mucho a las nuevas generaciones, las coloca en una suerte de anomia, a falta de estándares, de parámetros.
Por supuesto que tiene que haber participación en la escuela, pero no es lo mismo la participación en la escuela que en la sociedad. En la escuela nosotros podemos programar esa participación, y en algún momento el docente tiene que asumir su papel de docente, los adultos tienen que asumir su papel de adultos, porque sino, no transmitimos nada y dejamos a las demás generaciones en una situación cercana a la anomia a la idea de que todo vale, de que no hay reglas, y a mí me parece que en ese sentido tenemos que volver a revisar algunas teorías que fueron muy importantes en los 60s, 70s, 80s, en el que estábamos criticando el modelo social, pero ahora tenemos que construirlo. Con la responsabilidad de construirlo, ya la crítica sola no alcanza, también hay que poner esto positivo que queremos transmitir. Creo que esto a veces en muchos de nuestros análisis no le damos la importancia que tiene.
Luis Bonilla: ¿Qué es para ti hoy el tema de la calidad educativa en los sistemas educativos de la región?
Juan Carlos Tedesco: Hay una gran discusión sobre esto, pero nosotros hemos tenido en América Latina logros muy positivos en términos de cantidad, la cobertura ha aumentado, pero la calidad sigue estando asociada al origen social de los alumnos, desde cualquier mirada, si la quieren medir con las pruebas internacionales como PISA, o las midamos con las pruebas nacionales nuestras, las propias mediciones de los países, lo que vemos es que tenemos deficiencias serias en la calidad. En algunos aspectos que son muy básicos como la comprensión lectora en muchos de nuestros egresados de la escuela primaria y secundaria es muy baja, los niveles de innovación científica son muy bajos, y esos niveles están asociados a origen social.
Para mí la variable que mejor explica las desigualdades educativas es el origen social de la familia, es decir, no hemos podido romper con el determinismo social de los resultados de aprendizaje, y este es el problema fundamental que tenemos.
Ahora, cuando pensamos en qué calidad: la calidad tiene unos aspectos cognitivos que tienen que ver con la alfabetización, la capacidad de aprender a aprender, aprender a lo largo de toda la vida, el desarrollo cognitivo fundamental y aspectos éticos sociales. También calidad es formar una inteligencia responsable, formar la solidaridad, formar el compromiso con la justicia social, esto también es parte fundamental de la calidad. Digamos, la calidad no es el éxito individual de cada uno. También tenemos en términos de calidad que introducir estas ideas, estos valores éticos porque son fundamentales para el desempeño ciudadano. Y en eso también tenemos problemas, especialmente con las élites dirigentes, nuestros países en América Latina, no por nada somos la región más desigual e inequitativa del mundo.
Si los que concentran toda la riqueza creen que tienden derecho a hacer eso y se resisten a la distribución y a generar condiciones de bienestar social que es algo muy importante, vamos a tener conflictos muy serios, y esas élites de dirigentes las formaron nuestras propias universidades. La gran pregunta es cómo nuestras universidades introducen experiencias de aprendizajes que promuevan solidaridad, compromiso social, responsabilidades con los semejantes, porque hoy en día eso vale tanto no sólo para la dirigencia política, sino para las empresariales, para las científicas. Hoy la responsabilidad de un científico es fundamental, los biólogos, los economistas tienen una responsabilidad. Entonces ahí yo creo que en términos de calidad debemos introducir el aprendizaje en todas las carreras universitarias que promuevan el compromiso social en adhesión a la justicia, que es el gran desafío que tenemos desde el punto de vista político.
Luis Bonilla: Atreviéndonos a soñar, si te pidieran tres políticas públicas urgentes para transformar nuestros sistemas educativos, cuáles serían.
Juan Carlos Tedesco: Pensando a largo plazo creo que es fundamental una política de universalización de una educación inicial de buena calidad. Los primeros años de vida son fundamentales. Si actuamos ahí vamos a tener muchos menos problemas en el futuro, porque todo es reversible, pero aceptemos que es mucho más difícil resolver carencias cognitivas, culturales en los primeros años, que si las atendemos inmediatamente. Una política masiva de educación inicial de calidad especialmente para los sectores mas vulnerables socialmente me parece fundamental.
Luego una política para el sector docente. Los docentes tiene que ser una población metas de políticas integrales, porque todos sabemos que la calidad de la educación evidentemente depende de la calidad de nuestros profesores. Una política integral para el sector docente que tome en cuenta la formación inicial y de servicio, condiciones de trabajo: salarios, condiciones de desempeño y equipamiento en las escuelas, y carrera docentes. Necesitamos introducir en la formación y en el desempeño de la docencia la posibilidad de tener una carrera asociada a capacitaciones, innovaciones, etc.
La tercera área que habría que mencionar es la de las tecnología, tenemos que tener una activa política de introducción de las tecnologías a la educación, pero también en ese sentido pensar que no es sólo dotar de maquinas a las escuelas, tenemos que lograr también una alfabetización digital universal. Que es distinto a usar la computadora para enseñar. Es necesario distinguir esas dos cosas. Así como tenemos la alfabetización de la lectoescritura, hoy tenemos que tener una fuerte política de alfabetización digital que enseñe a manejar la computadora, que enseñe los códigos que hay detrás de estos aparatos, cómo nos pueden manipular los buscadores de información si no sabes cómo funcionan pueden ser muy manipuladores, eso y por supuesto capacitar a los maestros para que puedan utilizarlo como dispositivo didáctico.
Estas son las tres áreas donde necesitamos políticas muy activas con muy fuerte participación del estado en esas políticas, del sector público. Estas no son políticas que puedan quedar libradas a la lógica del mercado
Luis Bonilla: Para ir terminando este primer contacto internacional en el marco de la consulta por la calidad educativa, nos gustaría que les dirigieras un mensaje a todos los profesores, profesoras, maestros y maestras venezolanos que en sus aulas están discutiendo el tema de la calidad educativa como una oportunidad para avanzar en la transformación de nuestros sistemas educativos alcanzando eso que tu señalas, justicia social.
Juan Carlos Tedesco: No sigan indiferentes frente a los resultados de aprendizaje de sus alumnos. La pasión por los resultados me parece que es uno de los pilares que nos puede garantizar una educación de calidad. La calidad la podemos discutir, pero fundamentalmente, que no nos sea indiferente si el alumno aprende o no aprende, que tengamos un muy fuerte sentido de responsabilidad por los resultados, porque tenemos que ser consientes que el fracaso de un alumno en la educación anticipa su fracaso en la sociedad, anticipa exclusión social, pobreza. Hoy la educación es la clave de la justicia social. Además, felicitarlos por lo que están haciendo, por la participación en el debate. Las respuestas a estos problemas van a ser respuestas sociales, no individuales, son los maestros, las docentes, son ellos los que van a estar fundamentalmente en la principal línea de elaboración de respuestas a estas preguntas que hoy estas planteando.
LB: conversamos hoy desde Buenos Aires, Argentina con Juan Carlos Tedesco, pedagogo, investigador, quien ha ocupado distintas responsabilidades en organismos internacionales del sistema UNESCO, así como del propio gobierno de Argentina, y es uno de los académicos mas importantes del continente y del mundo en materia de educación. Gracias Juan Carlos por este contacto internacional
Juan Carlos Tedesco: Gracias a ti, y sigo a tu disposición.
Ver la entrevista en: https://youtu.be/QykjW5o5AKQ