Page 51 of 55
1 49 50 51 52 53 55

La danza de los amparos

Carolina Vásquez Araya

Algunos casos se transforman en paradigma de impunidad.

En Guatemala comienzan a darse muestras de un proceso trascendental destinado a enderezar entuertos jurídicos. En la medida que pasan los meses y se descubre el nivel de impunidad bajo cuyo manto se han protegido desde delincuentes de poca monta hasta asesinos a gran escala, en la ciudadanía crece la esperanza por el establecimiento del muy ansiado estado de Derecho.

Tal aspiración no es gratuita. Durante poco más de un año se han visto desfilar por las Cortes a un ex Presidente y a una ex Vicepresidenta de la República, más un buen puñado de ex ministros de Estado y otros funcionarios afines, algo totalmente sorprendente en un país cuyo sistema ha sido diseñado para cobijar a los corruptos, sobre todo cuando éstos pertenecen a los círculos de poder.

La población va de asombro en asombro ante las capturas de políticos y empresarios, siguiendo con atención las extenuantes jornadas de interrogatorio presididas por el juez Miguel Ángel Gálvez. El papel jugado por la Cicig y el Ministerio Público ha sido fundamental para darle consistencia a los casos y mantener fuera de circulación a los individuos más poderosos del país.

Sin embargo, en el sistema de administración de justicia de Guatemala existe un caso que no avanza; uno que de manera inexplicable permanece detenido a pesar de todas las evidencias presentadas por la fiscalía. Es un caso paradigmático cuya resolución quitaría el tapón que impide el curso de la justicia y permitiría resolver otros casos similares de violencia femicida. Se trata del asesinato y desaparición de Cristina Siekavizza, una joven madre supuestamente golpeada hasta la muerte por su esposo, Roberto Barreda.

Lo que hace de este caso un paradigma es la influencia de los personajes involucrados. Para entenderlo, habría que remitirse a la trayectoria profesional de los padres del sindicado, quienes desde sus altas investiduras como magistrados de la Corte Suprema de Justicia han de haber cultivado amistades y sentimientos de gratitud tan profundos entre sus pares como para superar cualquier escollo jurídico, haciendo del tráfico de influencias un verdadero arte.

Treinta han sido las acciones y recursos presentados ante la Corte de Constitucionalidad por la familia Barreda De León en los 5 años transcurridos desde la desaparición del cuerpo de Cristina. Once de ellos por Joaquín Flores, cuñado de Roberto Barreda; 9 por Beatriz Ofelia De León, madre de Barreda –uno de ellos para separar a la Fundación Sobrevivientes como querellante adhesivo-; 6 por el sindicado, con algunos de los cuales pretende retirar el caso del tribunal B de Mayor Riesgo; y 5 por otras personas ligadas al proceso.

Mientras la familia Barreda se afana por salir bien librada de este crimen deleznable, la familia Siekavizza, el Inacif y el Ministerio Público, con el apoyo de la Fundación Sobrevivientes en su calidad de querellante adhesivo, continúan incansables su lucha contra la impunidad. Durante los 5 años transcurridos desde la desaparicion de Cristina la han buscado en fincas, ríos, lagos y terrenos baldíos, en donde el asesino –y quien lo asistiera en ese proceso- pudo haber enterrado o sumergido su cuerpo, sin hallarla.

Estas son las incongruencias de un sistema de administración de justicia aún pendiente de depuración. La nefasta tradición del encubrimiento entre pares –lo cual también sucede en otras disciplinas- constituye un obstáculo y se podría catalogar como un acto de complicidad criminal toda vez impide el imperio de la ley. La reforma del sector justicia es, más que una demanda ciudadana, una necesidad vital para Guatemala.

Fuente del articulo: http://www.telesurtv.net/bloggers/La-danza-de-los-amparos-20160711-0003.html

Fuente de la imagen: http://entrelineas.com.mx/wp-content/uploads/2016/02/impunidad-570×365.jpg

 

Comparte este contenido:

India y el efecto del desarrollo capitalista en la violencia de género: dote y feticidio femenino

Asia/India/22 de Julio de 2016/Autores: Trupti Shah, Bina Srinivasan/Fuente: Rebelion.org

Con su tumultuosa diversidad y su cultura polifacética, India tiene su propia historia de opresión de las mujeres. Los valores feudales y patriarcales se han combinado con el capitalismo (introducido con la colonización, ahora impuesto tanto por las élites gobernantes indias como por el capital occidental, representado por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial) para reforzar y mantener la opresión de las mujeres por varias vías. El resultado es que la violencia contra las mujeres ha aumentado.

A veces se presentan ciertas formas precapitalistas de violencia como rémoras del pasado, que se superarán con el desarrollo del capitalismo, la modernización o la mera educación. Visitantes de Europa y Norteamérica culpan al atraso de la cultura india. El gobierno nacional dice lo mismo. Sin embargo, pese a que gran parte de la violencia contra las mujeres adopta formas del pasado, su contenido ha cambiado. Se deriva del tipo de desarrollo capitalista que se da concretamente en este país. Dos importantes formas conexas de violencia contra las mujeres en India son la “muerte dotal” (o “quema de novias”) y el feticidio femenino. Trataremos de explicar la importancia y la función de estas dos formas en la India actual. La finalidad de este artículo no es analizar todos los aspectos de la dote, sino explicar los cambios que han afectado a esta costumbre social con el inicio del desarrollo capitalista/1.

Los orígenes de la dote

La violencia contra las mujeres en India forma parte de la violencia contra las poblaciones oprimidas, es decir, las dalits (castas “inferiores”), los trabajadores y los pueblos indígenas (adivasis).

La violencia de género también se da en el interior de las comunidades oprimidas: por eso, las mujeres llevan sobre sus espaldas una doble carga. Las formas de la violencia perpetrada contra las mujeres en India vienen determinadas por una compleja interacción de clase, casta, género y cultura. Entre otras formas de violencia contra las mujeres, la práctica de la dote –una importante costumbre social– ha causado la muerte de un gran número de mujeres. Es una de las clases de violencia más significativas que se infligen actualmente a las mujeres y últimamente ha adoptado rasgos espeluznantes. Un complejo conjunto de factores ha hecho de la “muerte dotal” un fenómeno casi común. Hemos de examinar varios procesos para empezar a comprender cómo y por qué las mujeres se enfrentan a la violencia relacionada con la dote y cómo la propia dote ha ido cambiando con el tiempo.

La dote es lo que se entrega en forma de dinero efectivo o bienes, o ambos, a la familia del novio para concertar el matrimonio y posteriormente en otras ocasiones después de la boda. Cuanto más alta sea la condición social del novio, tanto más cuantiosa será la dote solicitada. Sería difícil determinar cuándo y exactamente cómo se originó esta práctica y cuáles fueron los factores históricos concretos que hicieron que la dote fuera obligatoria en la sociedad de castas hindú, pues hay muy pocos datos disponibles y escasos registros útiles. En términos generales se produjeron dos procesos combinados en los que la dote adoptó su forma actual.

En la India precapitalista, la dote tenía que ver con el carácter jerárquico del sistema de castas. Se practicaba principalmente en las castas superiores y las castas terratenientes. Tanto la propiedad de tierras como la casta eran los parámetros del poder en la India feudal. La “hipergamia”, es decir, el enlace matrimonial de una hija con una familia de una casta superior, era un modo de forjar alianzas con familias poderosas. La dote se entregaba para compensar la diferencia de estatus entre ambas familias. Era el precio del aumento de estatus de la familia de la novia y el reconocimiento del estatus más elevado de la familia del novio.

Otro factor que intervino en la práctica de la dote fue la noción de castidad y pureza de la mujer. El hinduismo tiene normas estrictas sobre el comportamiento correcto de la mujer, encaminadas a controlar la fertilidad y sexualidad femeninas. En la India precolonial, las mujeres se consideraban propiedad de sus padres, maridos e hijos, a proteger durante la infancia, la edad fértil y la vejez. Al igual que la mayoría de religiones organizadas, el hinduismo no establece la igualdad de las mujeres, aunque ha ido cambiando con los años y acomoda en su seno varias corrientes liberales. La mujer tiene que parir un hijo varón y ser una esposa consciente de sus obligaciones y una hija sumisa. En la sociedad precapitalista, el padre estaba obligado a dar a su hija en matrimonio a la familia idónea una vez alcanzada la edad núbil. Incluso cuando el enlace se producía entre familias de estatus similar, en algunas de las castas superiores e intermedias, había cierta dote de por medio. Esto tenía que ver con el hecho de que las mujeres de las castas superiores tenían prohibido realizar un trabajo productivo, por lo que,superada cierta edad, las mujeres suponían una carga indeseada. Por tanto, la dote era el precio que percibía la familia del novio por aceptar a una hija, comprometiéndose a protegerla y a asegurar su sustento.

Del “precio de la novia” a la dote

La dote se convirtió en costumbre entre las castas superiores y medias. Las castas inferiores no solían conceder dotes; en vez de ello tenían la costumbre del “precio de la novia” o intercambio mutuo de regalos. En estas castas, la labor de las mujeres se utilizaba extensamente en el campo. Por tanto, las mujeres participaban activamente en el trabajo “productivo”. No se consideraban una carga económica. El “precio de la novia” era el reconocimiento del valor del trabajo de las mujeres y una compensación a la familia de la noviapor la pérdida de su fuerza de trabajo. La sociedad hindú de las castas bajas percibía por tanto a las mujeres como contribuyentes significativas a la economía. Esto no quiere decir que no oprimiera a las mujeres, sino únicamente que la dote no se manifestaba de la misma manera. El contexto socioeconómico en que el “precio de la novia” hizo la transición a la dote sería una indicación del cambio de condición social de la mujer a lo largo del tiempo.

La dote, aunque solo se practicaba en las castas superiores y medias de la India precapitalista, se extiende ahora rápidamente a otras castas y comunidades que en el pasado apenas la practicaban. Las prácticas contemporáneas en este terreno son cuantitativa y cualitativamente diferentes de las pautas anteriores. Mientras que la dote ha sido siempre un medio para someter a las mujeres, actualmente adopta formas violentas y crueles. Las mujeres sufren tortura por parte de su familia política para incrementar la dote, hasta el punto de que a menudo no ven otra salida que el suicidio. En muchos casos, el marido y su familia queman a la mujer viva para buscar una nueva novia y una nueva dote.

Algunas de las principales características de la dote, tal como se practica actualmente, son:

  1. a) Extensión a todas las castas, clases y comunidades religiosas. Pese a que originalmente era una costumbre hindú, ahora también la asumen algunos grupos musulmanes y cristianos.
  2. b) Aumento del importe de la dote. Muchos matrimonios se basan exclusivamente en la cuantía de la dote.
  3. c) Además de la casta y la propiedad, algunos criterios que influyen en la dote que se solicita son el nivel educativo, el empleo en el sector público o en servicios administrativos, el estatuto profesional (por ejemplo, médicos, abogados o ingenieros) o la nacionalidad de un país occidental.
  4. d) La violencia asociada a la dote adopta formas brutales. Actualmente se da en casi todos los Estados de India.

En la India precolonial, la dote, aunque era una forma de subordinación de la mujer, no estaba acompañada de semejante brutalidad a tan amplia escala. El caso es que la modernización y el desarrollo capitalista no parecen haber diluido la práctica de la dote. Una de las razones de esto es que la dote, tal como se practica en la India contemporánea, es producto de una interacción entre las formas antiguas de subyugación de las mujeres y los cambios socioeconómicos derivados de los procesos de colonización y de desarrollo capitalista bajo el colonialismo.

Colonización y marginación económica de las mujeres

En la India precolonial, el sistema de castas era básicamente una división económica y social de los distintos componentes de la sociedad hindú. Cada casta y subcasta ocupaba una posición específica en la jerarquía de castas y comportaba una ocupación correspondiente. El rango social atribuido a cada casta dependía también del poder económico, que se manifestaba en el éxito que tenía cada grupo históricamente a la hora de manipular y doblegar a los distintos elementos de la matriz social. El sistema de castas seguía una reglamentación estricta que obligaba a sus miembros y que debían respetarse plenamente para conservar la pureza y el estatus de la casta. El matrimonio, la regulación de los matrimonios mixtos, los códigos y normas sociales variaban entre las distintas castas.

La colonización introdujo el modo de producción capitalista en India, de acuerdo con las necesidades del imperialismo británico. Esto comportó varios cambios complejos y contradictorios en la economía y la sociedad. El sistema de castas ha dejado de ser la forma predominante de división social del trabajo, reduciéndose la correspondencia entre casta y ocupación. El capitalismo ha difuminado las distinciones de casta al introducir un sistema educativo distinto y diferentes actividades económicas y ofrecer nuevas vías de movilidad social y económica a los distintos grupos de castas.

La colonización afectó a las relaciones feudales y a la sociedad de castas hindú de una manera que agravó la situación de las mujeres. Por ejemplo, el sistema colonial de concesión de tierras a nombre del cabeza de familia, es decir, del hombre, dio pie al desheredamiento de las mujeres, cuando el derecho consuetudinario permitía a menudo a las mujeres ostentar la propiedad de la tierra. La economía precapitalista india estaba basada en gran medida en la tierra, la familia y la comunidad, y las mujeres desempeñaban funciones importantes en todas estas esferas. La producción casera hacía que el trabajo femenino fuera un componente importante de la economía precapitalista.

Con la introducción del capitalismo, el control de la economía dejó de estar en manos de las familias y los centros de “producción” se situaron fuera de los hogares. La mecanización se introdujo de modo selectivo, desplazando a las mujeres de los ámbitos de trabajo tradicionales y haciendo que su trabajo resultara redundante. La privatización de la propiedad familiar de tierras y de las tierras comunales, como pastos y bosques, tuvo un efecto globalmente negativo en la capacidad productiva de las mujeres. El control femenino sobre los recursos naturales decayó.

La política británica arruinó la economía rural y familiar. Por ejemplo, en la India precolonial, algunas de las principales ocupaciones de las mujeres consistían en hilar y tejer. Había especializaciones regionales de los oficios femeninos, como por ejemplo la producción de seda en Asam, la fabricación de mantas en el norte, chikan en Utar Pradesh, acolchados en Bengala, tintes en Rajastán y fabricación de alfombras en Sindhy Baluchistán. Con la colonización, la mayoría de las mujeres fueron desplazadas de sus ámbitos de producción tradicionales, al tiempo que las nuevas oportunidades económicas les estaban casi completamente vedadas. El descascarado del arroz es otro ejemplo, pues en tiempos era una de las principales ocupaciones de las mujeres en las regiones arroceras de India. En 1901 había 2,5 millones de mujeres ocupadas en el descascarado de arroz; en 1931, con la introducción de la harina de arroz, el número de mujeres dedicadas a esta actividad descendió a 131 000.

Independencia y desarrollo capitalista

Tras la conquista de la independencia continuaron estos procesos de desarrollo capitalista, que tuvieron un efecto devastador para las mujeres. “Socialismo” era el epíteto de una era poscolonial cuyas principales figuras políticas creían en la visión de una utopía fabiana, aunque se guiaban por los intereses de los campesinos acomodados y las grandes empresas industriales. La élite dirigente seguía estando formada por terratenientes, capitalistas, hindúes de casta superior y altos funcionarios. Aunque se hizo un intento de imitar una planificación al estilo soviético, el Estado subvencionó al sector privado con infraestructuras y apoyo financiero, de manera que el capital privado pudiera defenderse frente al capital occidental y poner pie firmemente en la industria pesada.

Pese a que existía una corriente favorable a la reforma social que llamaba al Estado a velar por el bienestar y elevar el nivel de vida de las masas, apenas se consiguió aliviar la pobreza, asegurar la atención sanitaria y crear puestos de trabajo. La sociedad india seguía rigiéndose por las relaciones de clase previas a la independencia, determinadas en gran medida por el régimen de castas.

Las necesidades del capital generaron contradicciones entre el proteccionismo y la liberalización, produciéndose un desplazamiento a largo plazo del primero a la segunda. El proceso de liberalización económica ya comenzó en 1960, pese a que comenzara con lentitud y avanzara a trancas y barrancas, de acuerdo con las exigencias del capital. Por otro lado, el Estado indio tuvo que mantener su fachada retórica socialista, en parte debido a los movimientos populares, en parte a causa de la dinámica política de la posición de India en el sur de Asia y del amparo que le daba la antigua Unión Soviética. En 1969 fueron nacionalizados los bancos, mientras que en la década de 1980 la liberalización económica experimentó un enorme impulso. Desde 1990, el país ha sido testigo de un desmantelamiento casi completo de los controles públicos. El capital nacional y occidental está preparado para asumir el mando, apoyándose en la fuerza del Estado indio.

Durante el periodo de “desarrollo” posterior a la independencia, un gran número de mujeres se vieron condenadas a realizar trabajos mal pagados, a destajo, en empleos informales que no están amparados por la legislación laboral y no gozan de ninguna protección pública. Pese a que las mujeres pasaron a engrosar masivamente la fuerza de trabajo, quedaron marginadas en la periferia del mercado de trabajo. La carga de trabajo de las mujeres ha aumentado, pero sus salarios no.

En los últimos años, la introducción de nuevas tecnologías en la agricultura ha llevado a muchas mujeres al paro. La racionalización y modernización de la industria textil ha eliminado numerosos puestos de trabajo que solían ocupar mujeres. Dado el creciente desempleo y el deterioro de la situación económica, el porcentaje de mujeres implicadas en actividades económicamente provechosas ha decaído. La única experiencia positiva es la que han tenido las mujeres de clase media, que han accedido a mayores grados de educación y han entrado a trabajar en gran número en el sector de los servicios.

Sanscritización

El capitalismo también introdujo otros cambios en la sociedad hindú en particular, reduciendo un poco la correspondencia entre casta y ocupación. Si bien la casta todavía determina la vida social, las relaciones de parentesco y las alianzas matrimoniales, se ha producido cierta secularización, al menos en las zonas urbanas, aunque el proceso no se ha completado ni es unívoco en absoluto. Por otro lado, se ha iniciado un proceso de “sanscritización”, que implica la hegemonía social y cultural de las castas superiores. Se trata de un intento de difuminar las divisorias entre castas superiores e inferiores, al precio de la pérdida de identidad de las castas inferiores, buscando absorber todas las costumbres, estilos de vida y legados culturales de las castas inferiores en el sistema dominante del hinduismo de casta superior. También se trata de imitar las normas de comportamiento y las costumbres de las castas superiores por parte de los miembros de las castas inferiores, con el fin de buscar la movilidad ascendente en la escala de la estructura de castas. (Es el mismo proceso por el que la hegemonía de la “civilización” blanca se impone o es aceptada por los negros o los pueblos indígenas.)

La interacción de las costumbres preexistentes con respecto a la dote entre los hindúes de casta superior, el proceso de sanscritización y los procesos económicos puestos en marcha por el capitalismo cambió totalmente la situación de las mujeres. Este cambio dio lugar a la percepción de que las mujeres son económicamente improductivas, lo que constituye la premisa fundamental que subyace a la práctica contemporánea de la dote. El consumismo y la comercialización de todos y cada uno de los aspectos de la vida son dos factores adicionales. Es la coincidencia de todos estos factores la que explica el nuevo fenómeno de la muerte dotal o la quema de novias. La muerte dotal no es una forma de violencia heredada del pasado, pese a su forma feudal, sino que su contenido hunde sus raíces en la nueva realidad económica.

Las mujeres se organizan contra la dote

El movimiento de las mujeres en India se centró en la cuestión de la dote a finales de la década de 1970. Un repentino incremento de muertes “accidentales” de mujeres llamó la atención de algunos grupos de mujeres en zonas urbanas. Muchas de estas muertes fueron suicidios; otras se debieron al hecho de que habían sido quemadas hasta morir. Las investigaciones realizadas por grupos de mujeres revelaron la espeluznante y sórdida realidad que había detrás de esas muertes.

Una ojeada a algunas estadísticas muestra la amplitud de la exposición de las mujeres a la “muerte dotal” en India. En Delhi, cada día mueren dos mujeres por quemaduras. En un hospital municipal de Bombay ingresaron 157 quemadas en seis meses (1987-1988). En Bangalore, los suicidios y las muertes dotales se duplicaron en 1984. Karnatakainformó de nueve casos de muerte dotal en 1982, 31 en 1983 y 48 en 1984. Andhra Pradesh registró 14 muertes en 1983, 27 en 1984 y 38 en 1985; Uttar Pradesh, 14 muertes en 1984 y 323 en 1985; Madhya Pradesh, 42 casos en apenas cinco meses, de junio a octubre de 1985. En Maharashtra hubo 129 casos de muerte dotal en 1984, cifra que se duplicó en 1985. De acuerdo con el registro oficial de crímenes contabilizados en las comisarías de policía, cada día mueren quemadas vivas seis mujeres tan solo en el Estado de Gujar, que encabeza la estadística de muertes dotales. Es probable que haya otros tantos casos de muertes no registradas/2.

Los grupos de mujeres se movilizaron contra esta amenaza social en la década de 1970. La campaña contra la dote llevó a lidiar casos ante los tribunales, organizar manifestaciones de protesta y boicots sociales contra las familias que daban o recibían dotes, enfrentamientos con la policía y llamamientos a los medios de comunicación a reconocer las muertes dotales como los asesinatos que eran. En Bombay, Calcuta, Delhi, Pune y Nagpur salieron a la calle mujeres de todas las edades, repartiendo panfletos a las puertas de las residencias, entregando memorandos a los organismos públicos, discutiendo en las comisarías de policía e iniciando un debate sobre la efectividad de la ley. Esta campaña antidote generó una ola de protestas que obligó al Estado a responder y al menos consiguió desacreditar la costumbre a escala social. Queda mucho más por hacer, pues todavía se asesina a mujeres a causa de la dote, pero se había dado un primer paso.

Debates en el movimiento

Durante la campaña surgieron diferentes corrientes de opinión dentro y fuera del movimiento de mujeres en torno a lo que es realmente la dote y a qué fines sirve. Esquemáticamente son las siguientes:

  1. La dote representa básicamente un sistema de valores inherentes a las familias hindúes y a la estructura social hindú, que se han distorsionado a raíz de la modernización. El consumismo y la avaricia han dado lugar a la conversión de las mujeres en mercancías y han asociado las relaciones sociales con la adquisición de riqueza. Ahora es necesario sensibilizar a la población sobre esta mercantilización. Una vez logrado esto, la dote desaparecerá.
  2. La transición del “precio de la novia” a la dote se debió al deterioro de la función del trabajo femenino en la economía y a la reducción de la aportación de la mujer a la economía familiar. Así, el coste de mantenimiento de las mujeres resultó mucho mayor que el valor económico que creaban. La dote surgió para compensar esta situación desigual.
  3. La dote es una cantidad de dinero rotatoria: entra con el matrimonio del hijo y se utiliza para el matrimonio de la hija. Las hijas son actualmente pasivos económicos; una vez empleadas con provecho, la dote desaparecerá. d. La dote es la manifestación de una costumbre semifeudal retrógrada, que se reproduce en un marco capitalista consumista. Con los cambios de relaciones económicas y de producción, la dote desaparecerá.
  4. La dote es el tributo de la familia que da la novia a la familia que la recibe. Es una “clara manifestación de una relación hipergámica, no recíproca, asimétrica y extractiva entre 1) familias que dan y reciben a la novia, y 2) hombres y mujeres/3”.
  5. La dote es una transferencia de riqueza entre familias, siendo la mujer el medio a través del cual se efectúa. Es el reconocimiento del estatus del novio, que se considera superior por el hecho de asumir la carga de una hija no deseada. Las leyes no harán que desaparezca la dote, sino que esta seguirá pagándose bajo mano. La respuesta es reclamar derechos de herencia de las mujeres.

Feticidio femenino

La percepción de que las mujeres son una carga y el sesgo patriarcal general de la sociedad de castas hindú dio lugar a una creciente preferencia por hijos varones. Se considera que el lugar de la mujer está junto a su marido, y se supone que con el matrimonio se rompen todos los lazos con la hija. De ahí que sean los hijos varones los encargados de velar por sus padres ancianos y de llevar adelante la estirpe familiar. Las escrituras hindúes también prohíben que las hijas incineren a los muertos; la pira crematoria debe encenderla el hijo mayor. Por esta razón, en algunas castas de la India precolonial –el número limitado de castas que practicaban la dote– prevaleció la costumbre del infanticidio femenino. En la sociedad actual, la expansión del sistema dotal se ha combinado con avances de la tecnología médica y la modernización capitalista para dar pie a otro crimen abyecto: el feticidio femenino.

La amniocentesis y la biopsia corial, pruebas médicas encaminadas fundamentalmente a la detección de anomalías genéticas del feto, se utilizan actualmente en India sobre todo para detectar el sexo del feto. Si este es femenino, la reacción habitual es el aborto. Así, la tecnología moderna se emplea para intensificar todavía más la discriminación de las mujeres. El feticidio femenino ha alcanzado ahora proporciones alarmantes y amenaza con seguir creciendo. Tan solo en el Estado de Gujarat, según cálculos conservadores, cada año se abortan 100 000 fetos femeninos. La mayoría de clínicas que practican abortos y de ginecólogos ofrecen la amniocentesis, no solo en las grandes urbes, sino también en ciudades pequeñas. Interrogados por activistas, los médicos reconocen abiertamente que la amniocentesis tiene efectos secundarios nocivos para la salud de las mujeres. No obstante, contrariamente a la ética médica, los facultativos han realizado pruebas de selección de sexo y abortos de fetos femeninos.

Preguntados por las activistas, han señalado sin rodeos que “prestamos un servicio que demanda la sociedad”. Los médicos, considerados los más educados y la “crema” de la sociedad india, entienden que es una manera de conseguir dinero fácil.

La gente corriente, hombres y mujeres, piensan ahora que en vez de criar a una hija y pagar una dote para su matrimonio posterior, vale más la pena gastarse un dinero en una prueba de determinación del sexo. Claro que esta prueba también la utilizan ampliamente personas de clase media educadas, deseosas de tener una familia “equilibrada”. La clase media educada se adhiere a la norma de las familias pequeñas, pero no desean familias pequeñas solo con hijas. Así, las pruebas de determinación del sexo han adquirido popularidad en todas las castas, clases sociales y grupos religiosos de India.

Hay economistas que dicen:“¿Por qué luchar contra esto? A medida que descienda la oferta de mujeres, su estatus aumentará automáticamente.” Sin embargo, en este terreno no funciona la ley de la oferta y la demanda. La proporción entre sexos en India es negativa y disminuye: a comienzos de este siglo era de 972 mujeres por 1 000 hombres y ahora es de 927 mujeres por 1 000 hombres. En zonas en que esta proporción es extremadamente negativa, por ejemplo en regiones de Rajastány Bihar, la poliandría forzosa es una forma creciente de opresión de las mujeres, que se ven forzadas a mantener relaciones sexuales con todos los miembros masculinos de la familia. A medida que siga disminuyendo la proporción, la violencia contra las mujeres –acoso, violación, etc.– irá en aumento.

Para más inri, a menudo se habla del feticidio femenino como una medida de control de la población. El gobierno indio está recibiendo actualmente enormes presiones por parte del Fondo Monetario Internacional y de los países occidentales de cuya ayuda depende para que aplique medidas de control demográfico. Los argumentos a favor de tolerar el feticidio femenino ganan terreno porque el aborto de fetos femeninos reduce la población de dos maneras: menos niños y menos futuras madres. De este modo, el gobierno indio elude la cuestión crucial de la distribución de recursos y se preocupa más de limitar el crecimiento demográfico que de abordar cuestiones fundamentales como el desempleo, la sanidad y la reforma agraria. Los gobiernos occidentales tienen sus propios motivos para cerrar los ojos ante las pautas de consumo que profundizan la divisoria entre países pobres y ricos.

Para corregir estos desequilibrios, para mejorar la vida de las mujeres, para asegurar que estas puedan vivir con dignidad y con las necesidades básicas de la vida cubiertas, nuestras luchas no pueden limitarse a la escala local. Las fuerzas a que nos enfrentamos son globales. El “nuevo orden mundial” exige nuevas respuestas y una acción política más creativa, capaz de abarcar a las mujeres de todos los rincones del planeta.

* Publicado originalmente en: PennyDuggan, HeatherDashner (eds.), Women’sLives in the New Global Economy (Amsterdam, IIRF/IIRE). Traducción de Viento Sur.

 Notas

1/Entre las fuentes en que se basa este artículo, además de las que se citan en las siguientes notas al pie, cabe señalar: V.1. Pavlov, HistoricalPremisesforIndia’sTransition to capitalism (1973); André Béteille, Caste, Class and Power (1971); C.J. Fuller, TheCamphorFlames (1992); AmiyaKumarBagchi, ThePoliticalEconomy of Underdevelopment (1982); Romilla Thapar, India, vol. 1 (1966); VeenaPooncha (ed.), UnderstandingViolence (Bombay: Research Centre forWomen’sStudies, 1992); GovindKelkar, “ViolenceagainstWomen” en NirojSinha (ed.), Women and Violence (Nueva Delhi: Vikas, 1989); VibhutiPatel, Towards a Feminist Critique of Theories of Violence (enero de 1985); NeeraDesaiy MaitheyiKrisnaraj, Women and Society (Nueva Delhi: Ajanta, 1987); y MadhuKishwar, Dowrycalculations, Manushi n.º 78 (Nueva Delhi, 1993). Agradecemos la ayuda deMoly Jacob, sin cuya ayuda este artículo no habría sido mecanografiado ni terminado.

2/NandhiGhandiy NanditaShah, Theissues at Stake (1992).

3/Maria Mies, Patriarchy and Accumulationon a WorldScale (Londres: ZedBooks, 1981), citado en Gandhi and Shah, op.cit.

Fuente: http://www.vientosur.info/spip.php?article11499#sthash.kUsQmUVs.dpuf

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=214605&titular=el-efecto-del-desarrollo-capitalista-en-la-violencia-de-g%E9nero:-dote-y-feticidio-femenino-

Comparte este contenido:

Unesco: Violencia de género y bullying homofóbico

21 julio 2016/ Autor y Fuente: Unesco

 

Estudios realizados por la UNESCO han dado cuenta de cómo el clima escolar es uno de los factores más importantes en el logro de los aprendizajes (Vea Factores asociados a logros cognitivos de estudiantes de América Latina y El Caribe, PDF). Esto significa que una persona que es víctima de violencia en la escuela, o que es testigo de situaciones de violencia que son reiteradas, ve afectado su rendimiento académico a mediano y a largo plazo. La violencia en la escuela puede motivar también la expulsión y/o la deserción del sistema educacional, vulnerándose con ello el derecho a la educación. Es por ello que la violencia escolar es uno de los principales obstáculos para el logro de los compromisos globales de Educación para Todos y los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

El bullying o matonaje escolar es definido como situaciones repetidas y permanentes de injusticia y abuso de poder (psicológico o físico), que implican y tienen consecuencias distintas, aunque igualmente negativas, para todos los estudiantes  que participan de tales prácticas. La violencia entre pares suelen ser invisibilizada por los docentes y por el sistema escolar, situándola a veces como parte de la interacción entre estudiantes, especialmente entre varones. Es importante considerar, además, que existe un importante componente de género tanto en el fenómeno del bullying en general como en las formas de afrontarlo desde el sistema escolar.

El bullying homofóbico es un tipo específico de violencia sexual que está basado en la orientación sexual y/o identidad de género, percibida o real. Generalmente se trata de violencia producida entre estudiantes, aunque también ocurre desde los docentes y otro tipo de personal que trabaja en las escuelas hacia ciertos estudiantes que son percibidos con orientación sexual y/o identidad de género diferentes al patrón cultural predominante.

Las personas jóvenes que son homosexuales o bisexuales tienen cuatro veces más probabilidades de cometer suicidio que una persona joven heterosexual (PDF). Estudios realizados en Estados Unidos  por la LSEN han relacionado esta situación con haber sufrido bullying o acoso en la escuela, motivado por la orientación sexual o identidad de género diferente al patrón establecido.

 Miedo al otro

El Liceo Intercultural Alcalde Jorge Indo de Santiago de Chile es conocido por luchar contra el bullying homofóbico. Aquí en la ceremonia de reconocimiento por el Premio Mundial UNESCO al diseño de afiche sobre VIH/SIDA. Foto: © UNESCO/ Carolina Jerez

La violencia de género y el bullying homofóbico limitan el encuentro entre estudiantes de diferentes contextos y culturas, lo que afecta la integración y la cohesión social. Contribuye además a instalar el “miedo al otro”, promoviendo temor y odio hacia todas las personas que se consideran diferentes al grupo o que se aparten de las normas socialmente establecidas. Con ello, se pulveriza la riqueza de la diversidad cultural y se sientan las bases de la violencia escolar.

Un estudio realizado durante 2011 en México (encuesta desarrollada por la organización internacional Youth Coalition for Sexual and Reproductive Rights y la Coalición de Jóvenes por la Educación y la Salud Sexual -COJESS-) encontró que tres de cada cuatro jóvenes homosexuales han sido víctimas de bullying, principalmente a través de burlas e insultos, aunque también se reportaron golpes y abusos sexuales. Un 48% señaló que los profesores no prestaban atención a los ataques y un 10% consideró que los docentes fueron “cómplices de la homofobia”.

En un mensaje emitido el 8 de diciembre de 2011, el Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, declaró que el bullying homofóbico es «un escándalo moral, una grave violación de los derechos humanos y una crisis de salud pública .

En reconocimiento de la magnitud del problema, y reflejando su compromiso con los principios y objetivos de la Educación para Todos (EPT), la UNESCO ha estado trabajando para sensibilizar a los Estados respecto de la necesidad de diseñar políticas públicas y estrategias gubernamentales para abordar la violencia de género y el bullying homofóbico, promoviendo en las comunidades escolares una cultura de la paz y no violencia que permita a estudiantes, docentes y apoderados comprender, valorar y defender los derechos humanos.

Fuente noticia: http://www.unesco.org/new/es/santiago/education/sexuality-education-for-hiv-prevention/gender-violence-and-homophobic-bullying/

Fuente imagen: http://blog.pucp.edu.pe/blog/diego-fernandez-castillo/wp-content/uploads/sites/693/2015/06/066-diego-fernandez.jpg

Comparte este contenido:

Argentina: Preocupados por la educación sexual pero aliados de Cambiemos

Argentina/18 de Julio de 2016/La Izquierda Diario

La agrupación de mujeres Mumalá, impulsada por Libres del Sur, manifestó “preocupación” por el posible desmantelamiento del Programa Nacional de Educación Sexual Integral (ESI).

En una nota de opinión, publicada en la página de Facebook de la organización y reproducida por el portal de MDZ, la coordinadora nacional de Mumalá señaló que “invertir en Educación Sexual Integral es una obligación del Estado” y que a 10 años de su sanción, no se ha garantizado desde los gobiernos provinciales la aplicación efectiva de la ley 26.150. También denuncia que el Estado niega sistemáticamente el derecho al aborto no punible reglamentado desde 1921.

Efectivamente, este es el caso –entre otros- de la provincia de Mendoza, donde Libres del Sur integra el frente Cambia Mendoza, ni más ni menos que en la Dirección de Género y Diversidad del gobierno de Cornejo. Cambia Mendoza no reglamenta el protocolo de abortos no punibles ni le destina fondos a políticas de género. El único refugio para víctimas de violencia que existe en la provincia no recibe fondos desde el año pasado.

Como parte también de su bloque legislativo, Libres del Sur votó todas las leyes que impulsó Cornejo, incluido el controvertido ítem aula que les niega el derecho a licencia por violencia de género a las trabajadoras de la educación.

En la cámara de Diputados de la Nación dieron su voto positivo para que el misógino Julián Dindart presidiera la Comisión de Niñez, Adolescencia y Familia. La legisladora Victoria Donda justificó este apoyo por tratarse de “un acuerdo de mayorías”. El diputado renunció luego del escándalo que produjo con sus declaraciones de que las mujeres “se embarazan para cobrar un plan”.

Organizaciones de mujeres y diversidad y trabajadores del Estado han denunciado que el Ministerio de Educación y Deportes comunicó que hay contratos laborales del Programa Nacional de Educación Sexual Integralque no se renovarán. También denuncian que desde el Ministerio conducido por Esteban Bullrich se frenó la transferencia de fondos a las provincias. Sin dudas, preocupan los ataques del gobierno a la educación sexual integral, pero será difícil defenderla desde la posición de aliados.

Fuente: http://laizquierdadiario.com/Preocupados-por-la-educacion-sexual-pero-aliados-de-Cambiemos

Comparte este contenido:

España: Educación obliga a colegios e institutos a crear planes contra la violencia machista

España/16 Julio 2016/Fuente: Levante-emv 

El próximo curso todos los centros públicos y concertados de Primaria y Secundaria deberán contar con un coordinador de igualdad

El próximo curso todos los colegios e institutos públicos y concertados deberán contar con un coordinador de igualdad y convivencia, entre cuyas funciones estará el desarrollo de planes de prevención de la violencia contra las mujeres. Esta es una de las grandes novedades de las instrucciones de inicio del curso 2016-17 publicadas ayer por la Conselleria de Educación.

El coordinador, que será obligatoriamente un o una docente del centro, tendrá una reducción de dos horas lectivas a la semana para poder dirigir las actividades que se programen durante el curso. Estas, subrayan las instrucciones, deben prestar «especial atención a las actuaciones de prevención de la violencia de genero, igualdad y no discriminación».

Educación detalla que todos estos cambios se hacen en cumplimiento de la Ley Orgánica 1/2004 de Protección integral contra la violencia de género que insta a adoptar «medidas educativas que fomenten la igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres».

Además del plan de convivencia e igualdad, las instrucciones también obligan a trabajar «en todo momento los principios coeducativos de manera transversal». Es decir que la educación en igualdad y sin distinción de sexos se deberá aplicar a lo largo de toda la jornada escolar.

Los principios coeducativos que deben abordar colegios e institutos son «la eliminación de prejuicios, estereotipos y roles en función del sexo, construidos según los patrones socioculturales de conducta asignados a mujeres y hombres, por tal de garantizar, tanto para las alumnas como para los alumnos, posibilidades de desarrollo personal integral».

Resolución de conflictos
También se trabajará en las aulas «la prevención de la violencia contra las mujeres, mediante el aprendizaje de métodos no violentos para la resolución de conflictos y de modelos de convivencia basados en la diversidad y en el respeto a la igualdad de derechos y oportunidades de mujeres y hombres».

Además, los libros de texto y otros materiales didácticos que se utilicen o propongan en los proyectos de innovación educativa «han de integrar los objetivos coeducativos señalados». Asimismo, insisten las instrucciones, «deben utilizar un lenguaje no sexista y en sus imágenes garantizar una presencia equilibrada y no estereotipada de mujeres y hombres».

Por último, se exige «capacitar al alumnado para que la elección de las opciones académicas la realice libre de condicionamientos basados en el género».

La Associació de Directors de Instituts d´Educació Secundària (Adies-PV) valora la creación de la figura del coordinador de convivencia e igualdad. «Todo lo que sea promover la educación en valores, la prevención y resolución de conflictos, mejora el clima del centro y abona el terreno para un buen funcionamiento del mismo», destaca Josep Lluís Peris, portavoz de la permanente de la Adies-PV.

Fuente: http://www.levante-emv.com/comunitat-valenciana/2016/07/13/educacion-obliga-colegios-e-institutos/1443853.html

Comparte este contenido:

Retroceso sin retorno

Por Carolina Vásquez Araya

Pienso en la Humanidad, así con mayúsculas, como un ideal fallido.

Debieron suceder muchos asesinatos, innumerables abusos y millones de violaciones de niñas, niños, adolescentes y mujeres adultas para que los medios de prensa comenzara a ceder sus privilegiados espacios a una de las mayores amenazas contra la vida y la integridad de más de la mitad de la población del continente. No era noticia. De hecho, la violencia intrafamiliar y las violaciones sexuales se consideraron, hasta hace pocos años, “un asunto privado” en el cual nadie tenía por qué intervenir.

Sin embargo y aun cuando se reconoce el gran valor de la apertura de esta línea noticiosa y de investigación, se observa un enfoque estereotipado en la forma -y patriarcal en el fondo- cuya perspectiva retrógrada se consolida por medio de un lenguaje ambiguo y la perenne sombra de sospecha sobre las víctimas como las primeras responsables de su propio drama.

Es decir, si las adolescentes descuartizadas no se hubieran ido de paseo al puerto…. Si Cristina hubiera denunciado a tiempo… Si la niña violada por su padrastro desde los 4 años hubiera hablado… Es decir, no se pone el dedo sobre el hechor sino sobre la víctima, una y otra vez no solo revictimizándola, sino transformando la violencia feminicida en una manifestación casi normal aunque perversa de la sociedad. Por lo tanto el mensaje oculto en este imaginario construido desde un sistema machista es: Mejor tomar precauciones y no exponerse. Ser casta y sumisa para no provocar. Anularse para no sobresalir.

¿Qué clase de humanos somos? ¿Este retroceso será otra Era de Extinción como la que acabó con los dinosaurios? ¿Dejamos asesinar a nuestras niñas como una ofrenda a alguna divinidad maldita? Porque hasta estas fechas avanzadas del siglo todavía se prohíbe a las mujeres salir libremente a las calles, disfrutar de un momento de esparcimiento en un sitio público sin temor a ser agredida, drogada, violada y abandonada en un cuartucho de hotel por un grupo de hombres que “solo se divertían”.

La mala noticia es que no hay escondite seguro para una niña, adolescente o mujer. Tampoco para los niños porque ellos también son presa fácil de un violador, un pedófilo, un delincuente sexual. De acuerdo con los organismos encargados de recabar datos y convertirlos en estadísticas, el escenario es aterrador. Lo que no aparece en esos cuadros es la parte más espeluznante de esta realidad de abusos continuados y de crímenes oportunistas. Son los no denunciados por miedo a la venganza, el recurso más utilizado por un violador en contra de sus víctimas.

Ese estado de indefensión en el cual sobreviven miles de mujeres en los sitios supuestamente seguros como su hogar, su escuela o su iglesia, marca de manera indeleble la vida futura de estas víctimas. ¿Será cuestión del Estado crear sistemas de protección o será responsabilidad de la sociedad vigilarse a sí misma? El Ministerio Público de Guatemala creó un Botón de Pánico (1572) como un recurso a la mano de las víctimas de abuso sexual o violencia. Pero hay miles de niñas y mujeres sin acceso a la tecnología y viviendo en un mundo de restricciones de todo tipo, al punto de creer en el imperio de la violencia como una maldición divina, a la cual debe someterse con resignación.

Es en esta involución de lo humano como un valor superior, en donde reside la maldición. Ninguna sociedad funcional y democrática se asienta sobre un sistema de violencia contra los más vulnerables, contra un sector debilitado a propósito mediante un sistema de discriminación, racismo y menosprecio capaz de cruzar generaciones, fortaleciéndose en el trayecto. Es hora de romper el silencio.

elquintopatio@gmail.com

@carvasar

Blog de la autora: http://www.carolinavasquezaraya.com

Imagen de uso libre tomada de: https://pixabay.com/static/uploads/photo/2016/01/09/23/03/stop-1131143_960_720.jpg

Comparte este contenido:

El Quinto Patio

Once años no es nada

Por Carolina Vazquez Araya

No estamos entendiendo. Los embarazos en niñas son producto de violación.

Sin duda mi columna ya les parece disco rayado, pero si no menciono en este espacio a Mariela Vásquez Díaz, su existencia pasará inadvertida porque una niña embarazada no es noticia hasta cuando muere. Mariela era una adolescente de 15 años. “No lloren por mí, tomé la decisión porque estaba embarazada” reza la escueta nota con la cual explica su decisión de suicidarse. El mismo procedimiento de colgarse de una soga fue utilizado por Diana Marisol Carrillo López, de 18 años y con siete meses de gestación, quien decidió poner fin a su vida en mayo del año pasado.

Así como Mariela y Diana, miles de menores son abusadas sexualmente por hombres de su entorno cercano, algunas desde sus primeros años de vida. Lo excepcional en estos casos es haber tomado la decisión de acabar con su vida. A muchas otras víctimas de violación la vida se les acaba más lentamente y de distinto modo: convirtiéndose en adultas sin haber disfrutado su niñez, cargando con un hijo cuando ni siquiera tienen conciencia de su propia infancia, enfrentando un futuro cortado de tajo por un adulto abusador cuyos crímenes quedarán impunes al ser tolerados por una sociedad patriarcal que mira hacia otro lado.

¿Recuerdan a la niña de 11 años rescatada por la Procuraduría General de la Nación hace pocos días, presuntamente embarazada por su padrastro? ¿Y otra de 13 años, originaria de Quiché, ingresada al hospital Roosevelt con 28 semanas de gestación? Son solo ejemplos de un problema de enormes dimensiones poco advertido por la ciudadanía. De acuerdo con el Observatorio de Salud Reproductiva, Osar, Guatemala registró aproximadamente 58 mil embarazos en niñas y adolescentes durante los primeros siete meses de 2015 y 71 mil en 2014. Por si fuera poco, de las 680 denuncias registradas en 2014 por abuso sexual contra menores, apenas se resolvieron 40 con condenas. Esos números tan marcadamente desiguales constituyen ya de por sí la evidencia de impunidad en uno de los delitos más recurrentes y perturbadores de esta sociedad. Se supone que el sub registro en este tema alcanza dimensiones dantescas, dadas las cifras de embarazos que los superan largamente.

Pero algo sucede que el Estado se abstiene de tomar acciones correctivas para reducir o eliminar esta pandemia de abusos contra la niñez guatemalteca. Si es presión de las instituciones eclesiásticas o simple desidia de las autoridades, no está tan claro, más parece una poderosa combinación de ambas con un componente adicional: el desprecio por esta importante mitad de la población conformada por niñas, adolescentes y mujeres adultas.

Al no tener voz ni voto en las decisiones concernientes a su vida, su salud, su acceso a la educación, se encuentran en una tremenda desigualdad de condiciones en un sistema que las ha marginado históricamente y continúa haciéndolo por obra y gracia de una casta política corrupta y clientelista.

El sistema –con su paredón de influencias capaz de bloquear cualquier iniciativa paritaria- provoca un daño irreversible a estas generaciones de nuevas ciudadanas cuyo destino está sujeto a la desvalorización de su sexo, el desprecio por su esencia femenina, la discriminación profunda desde las bases de la cultura en la cual nacieron. Los intentos por desarrollar campañas de educación destinadas a erradicar la ignorancia sobre salud sexual y reproductiva se estrellan una y otra vez contra un machismo pasado de siglo. Es hora de entender que no es un asunto de moral sino de justicia y supervivencia. Y que de políticas correctas de un Estado laico depende la vida de miles de seres humanos.

elquintopatio@gmail.com

Artículo enviado por su autora a la redacción de OVE

Imagen tomada de: http://www.embarazo-precoz.com/wp-content/uploads/2014/07/embarazo-precoz1.jpg

Comparte este contenido:
Page 51 of 55
1 49 50 51 52 53 55