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Libro(PDF): «La solidaridad. Otra forma de ser joven en las comunas de Medellín»

Reseña: CLACSO

¿Y si sostuviéramos que -lejos de las extendidas estigmatizaciones que asocian la juventud de sectores populares con la delincuencia- un gran número de jóvenes de comunidades golpeadas por la violencia social y la ausencia de políticas públicas dedicara sus días a cuidar de otros jóvenes? El trabajo de Yicel Giraldo Giraldo y Alexander Ruiz Silva estudia la solidaridad como eje y motor de las organizaciones sociales juveniles volcadas a cuidar de sus semejantes, ensayando una interpretación de las apuestas éticas y políticas que despliegan las y los jóvenes de las comunas de Medellín para enfrentar situaciones adversas marcadas por el dolor y el sufrimiento. A través de 32 historias de vida de jóvenes, Solidaridad propone reconstruir la compleja trama de iniciativas y acciones solidarias que impulsan los jóvenes de las comunas de Medellín. La música, el audiovisual, la danza, el arte del grafiti y la defensa del medioambiente, son plataformas desde donde los jóvenes convocan al otro, lo afectan, lo conmueven, lo convocan a hacer comunidad.

Autores (as):  Yicel Giraldo Giraldo y Alexander Ruiz Silva.

Editorial/Editor: CLACSO. Universidad Pedagógica Nacional, Bogotá. Universidad de Manizales. CINDE.

Año de publicación: 2019

País (es): Colombia

Idioma: Español

ISBN: 978-958-5503-55-7

Descarga: La solidaridad. Otra forma de ser joven en las comunas de Medellín

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Ocupación y educación: Palestina tiene menos analfabetismo que Israel

Asia/Palestina/iembre 2019/Kaosenlared

Los datos que destacan que Palestina está, desde hace años, entre los cinco países más alfabetizados de Medio Oriente por arriba de Egipto, Arabia Saudita, Turquía y del propio Israel.

La presencia militar israelí en los territorios palestinos plantea una gran cantidad de problemas para la población. La violencia directa es la más evidente, sin embargo las dificultades para acceder a derechos básicos, como la educación, son también una constante.

La ocupación israelí afecta la libertad y el carácter biológico de la vida de los palestinos y palestinas. Bombardeos, detenciones arbitrarias, presos políticos, son palabras que en los medios de comunicación se suelen ver asociadas con los territorios de Gaza, Cisjordania o Jerusalén Este.

Sin embargo lo que es más invisible a los ojos de la prensa internacional es el carácter “ocupado” de la vida cotidiana, las limitaciones que un ciudadano cualquiera tiene para ir a trabajar, estudiar, vistar al médico o simplemente divertirse.

En este sentido la educación es un aspecto central. Para graficar la importancia que tiene para los palestinos y palestinas el acceso a este derecho humano fundamental, es necesario tener en cuenta que más del 50% de la población son menores de 18 años, es decir en edad escolar. Asimismo, la formación política, social y ciudadana del pueblo palestino constituye un factor fundamental en su crecimiento y liberación.

Esto se manifiesta en los datos que destacan que Palestina está, desde hace años, entre los cinco países más alfabetizados de Medio Oriente (por arriba de Egipto, Arabia Saudita, Turquía y del propio Israel). Mientras en el mundo árabe, el promedio de analfabetismo es del 24,8% y en el mundo en general, del 13,8%, entre palestinos y palestinas el número es de apenas 2,8%.

Esto se logra aún cuando el acceso a la educación está limitado en la cotidianidad del territorio cisjordano, tanto por límites directos como indirectos.

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Los primeros incluyen a todos los obstáculos que impiden acceder –de manera física- a los establecimientos educativos. Un ejemplo de estas restricciones son las calles cerradas en la ciudad de Hebrón (Al-Khalil) que impiden que niños y niñas lleguen a su escuela. Lo que sucede de manera frecuente y sin aviso. De un día para el otro, una calle cualquiera puede ser declarada “zona militar cerrada” por motivos de “seguridad” generalmente inexistentes.

Muchas veces, se trata del único camino seguro para los menores para llegar a las instituciones educativas, dado que otras vías más largas podrían ponerlos en peligro de acosos o ataques de colonos israelíes. Lo mismo sucede en zonas rurales, con bloqueos de rutas de acceso a pueblos enteros. Cuando una zona es declarada “cerrada”, sólo pueden transitar por ella soldados israelíes (aunque frecuentemente se ven colonos que las utilizan sin ser desalojados).

Otra de las imágenes que es común ver a diario consiste en soldados (armados con fusiles M16) rodeando escuelas, custodiando sus puertas y bloqueando el paso a pie de los niños y niñas que entran y salen. Es posible llegar a ver alrededor de 15 soldados patrullando una escuela a la que están entrando 300 estudiantes. Caminan a lo largo de las veredas angostas que los alumnos utilizan para llegar al establecimiento, impidiéndoles el paso, provocándolos con lenguaje verbal o corporal, o simplemente llevando el arma en posición horizontal, apuntando a quien está enfrente.

Estos mismos soldados son los que, con la excusa de que alguno de esos chicos puede haber tirado piedras en algún lugar días atrás, los detienen, los revisan, los suben a sus jeeps maltratándolos y, si finalmente se dan cuenta de que no se trataba de quien buscaban, los sueltan. Si, por el contrario, un estudiante resulta parecer “sospechoso” de algo, es posible que lo arresten.

“La semana pasada uno de nuestros estudiantes recibió un tiro en la rodilla cuando estaba saliendo de la escuela, por un enfrentamiento con soldados que estaba ocurriendo a más de 100 metros”, cuenta Ahmad, docente de la escuela de Burín, al norte de Cisjordania.

Después de estas situaciones, está claro que las y los jovenes empiezan a tener miedo de ir a la escuela. La mayoría de los estudiantes hostigados por las fuerzas israelíes son adolescentes y varones. El director de la escuela de As-Sawiyya -otro pueblo en la región de Nablus- contó a Notas: “Estas situaciones también provocan un mayor nivel de violencia entre los estudiantes, problemas de disciplina que afectan el normal funcionamiento de una institución educativa”.

Pero la situación en las escuelas puede ser aún más violenta. Si los soldados consideran que el menor a quien están buscando está en clase, no dudan en tirar gases lacrimógenos y bombas de estruendo hacia el interior de la escuela, que inmediatamente debe ser evacuada. “Al día siguiente de situaciones como ésta, el nivel de ausentismo es mucho mayor”, cuentan los docentes.

Otros factores que limitan el acceso a la educación son los arrestos infantiles y detenciones administrativas. Según la normativa militar israelí, los chicos pueden ser arrestados a partir de los 12 años y sin cargos. Dentro de las prisiones, no tienen clases ni escuelas y les está prohibido acceder a libros educativos durante el período de encierro, con lo cual es muy probable que ante una detención, pierdan el año lectivo.

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Cuando hablamos de límites indirectos, se trata de todas aquellas situaciones que pueden no afectar directamente la llegada al establecimiento de manera inmediata, pero que resultan en ausentismos repetidos y empeoramiento de las condiciones de enseñanza y aprendizaje.

Aquí se incluyen cada una de las limitaciones de la vida de los y las palestinas bajo ocupación. Por ejemplo los checkpoints que, en el mejor de los casos, hacen muy engorroso desplazarse de un lugar a otro, teniendo que invertir hasta cinco veces más tiempo que en una situación normal. Hay aproximadamente 700 checkpoints en el territorio cisjordano.

Por otro lado, son frecuentes las demoliciones de casas palestinas o desalojos de familias enteras, que deben mudarse de ciudad a la casa de algún conocido, o vivir en carpas o cuevas. Se demuelen, además, otros edificios, como escuelas, plazas de juegos y jardines de infantes.

El frecuente hostigamiento de colonos israelíes, el limitado acceso al agua y a servicios de los edificios escolares -que está controlado por la administración israelí- o la suspensión de pagos de salarios a docentes como consecuencia de que el Estado de Israel no le devuelve a la Autoridad Palestina el dinero de sus propios impuestos, son todos factores que deterioran las condiciones de enseñanza y aprendizaje y limitan el acceso a una educación digna de jóvenes palestinos y palestinas.

Sin embargo, este pueblo es cada vez más consciente de que necesitan jóvenes formados y formadas para seguir dando pelea, para no rendirse, para que la conciencia cada vez más sensible permita que la resistencia y los lazos de solidaridad crezcan.

“El pueblo palestino sólo podrá ser libre por la batalla cultural que está dando en todo el mundo, y para eso necesitamos jóvenes críticos, niñas que cuestionen, niños que luchen, necesitamos poder hablar inglés porque el mundo occidental no entiende la lengua árabe, tener herramientas tecnológicas para contarle al mundo lo que vivimos. La solidaridad de los pueblos del mundo es lo que nos va a permitir romper con el cerco sionista de la desinformación”, explicaba con claridad un integrante del Teatro de la Libertad, de la ciudad norteña de Jenin.

Fuente: https://kaosenlared.net/ocupacion-y-educacion-palestina-tiene-menos-analfabetismo-que-israel/

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Colombia: Informe sobre víctimas LGBTI fue presentando ante la Comisión de la verdad

América del Sur/Colombia/22-09-2019/www.publimetro.co

El documento fue socializado el pasado jueves en Montería, Córdoba.

El informe ‘¡Nosotras Resistimos!’ sobre violencias contra personas LGBTI en el marco del conflicto armado en Colombia”, fue presentado el pasado jueves a la Comisión en Montería, Córdoba. El documento cuenta, los hechos de violencia y las victimizaciones e incluye también historias de resiliencia, resistencia y de fortaleza de las personas LGBTI en el sur de Córdoba, Antioquía y la región de los Montes de María.

Wilson Castañeda, director de Caribe Afirmativo, destacó en su intervención la importancia de la comunidad LGBT para la construcción de paz y el valor de sus luchas y su resistencia en el marco del conflicto armado.

“La Comisión tiene en su mandato trabajar con nosotros, las personas LGBTI y han estado a la altura. El movimiento LGBTI cree en la verdad, en la verdad de todos. El conflicto nos quiso acabar, pero este es un acto de reconciliación. Aquí estamos demostrando que la paz es posible porque la paz es igualdad”, aseguró.

A la presentación del informe asistieron, además del presidente de la Comisión, Francisco De Roux, las comisionadas Alejandra Miller, Lucía González, Marta Ruiz y Ángela Salazar. Así como los comisionados Alejandro Valencia y Carlos Ospina. Este es el primer informe de esta temática que recibe la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad y será un gran aporte para el trabajo de la entidad.

De Roux agradeció por el material recibido y resaltó el valor de una comunidad que pese a ser victimizada y atacada por la sociedad, busca reconciliarse precisamente con quienes más daño le hicieron. “La lucha de ustedes se pone en el corazón del trabajo de la Comisión. Sentimos que hay una fractura en la dignidad de los colombianos, es una especie de incapacidad para reconocer la grandeza y la diversidad de nuestra naturaleza humana. Ustedes no se han dejado derrotar en su grandeza y se han parado frente a un mundo excluyente. Espero que podamos caminar juntos el camino por la verdad en Colombia”, expresó.

El informe analiza violencias sistemáticas y el uso de la violencia sexual como arma de guerra, lo que aportará, en muchos frentes, al trabajo de la Comisión de la Verdad.

Fuente e imagen: https://www.publimetro.co/co/noticias/2019/09/20/informe-victimas-lgbti-fue-presentando-ante-la-comision-la-verdad.html

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México: El «caso Ayotzinapa» naufraga en los tribunales

América del Norte/México/Javier Lafuente y Elías Camhaji/El País

La Fiscalía promete una investigación prácticamente nueva después de que el alud de irregularidades provoque la liberación de 77 de los 142 detenidos por la desaparición de los 43 estudiantes.

La investigación del caso Ayotzinapa se encuentra en un callejón sin salida. Tras casi cinco años, México aún no sabe qué sucedió con los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala, en el Estado sureño de Guerrero. Después de que se documentaran torturas, violaciones de derechos humanos e irregularidades, el proceso judicial naufraga: 77 de 142 implicados han sido liberados. La mayoría de los 65 imputados que aún están detenidos, salvo algunos casos contados que están en prisión por otras causas, se encuentran a un paso de obtener su libertad. Ante el fracaso en los tribunales, el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador y la Fiscalía General de la República (FGR) han anunciado esta semana que se reconstruirá la investigación «desde cero» y que perseguirán penalmente a los encargados que les precedieron, a quienes culpan por el naufragio de las indagatorias.

El último mes ha sido especialmente desalentador para los familiares de las víctimas y el devenir del proceso. Un juez desechó dos tercios de las pruebas que presentó la Fiscalía por considerar que fueron recabadas de forma ilegal y absolvió el pasado 30 de agosto por el secuestro de los estudiantes a Gildardo López Astudillo, alias El Gil. Otras tres personas fueron declaradas inocentes en esa sentencia. El fin de semana pasado, 24 policías de Iguala fueron liberados por violaciones de sus derechos humanos. A diferencia de El Gil, los agentes salieron con un auto de libertad con reservas de ley, es decir, aún podían ser enjuiciados nuevamente, en ese caso, por el delito de desaparición forzada. «El juez interpreta con laxitud la ley, pero no imparte justicia», acusó el subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas: «Las sentencias representan una infamia».

Ayotzinapa 43
Violaciones de derechos humanos, según el Centro Prodh. ALFREDO GARCÍA EL PAÍS

Las grietas del caso, sin embargo, no son nuevas. «Se empezó a caer en tribunales desde el año pasado», explica Tapia. Samuel Ventura Ramos, un magistrado de Tamaulipas, ya había dado en junio de 2018 «un diagnóstico demoledor» sobre el curso de las investigaciones, dice Tapia, pero fue hasta las sentencias recientes que fue señalado por el Gobierno por tumbar el caso. Antes de la última tanda de liberaciones, los primeros que fueron liberados —alrededor de una decena— eran detenidos que habían sido arrestados por hechos relacionados con la llamada «verdad histórica»: la línea de investigación que impulsó la Administración del expresidente Enrique Peña Nieto para dar carpetazo al asunto y que aseguraba que los alumnos habían sido quemados hasta ser reducidos a cenizas en el basurero de Cocula para después ser arrojadas al río San Juan.

Ante el derrumbe judicial, las autoridades han dado un giro político a la narrativa del caso. El Gobierno de López Obrador ha buscado desde un primer momento acompañar a los familiares de los 43 estudiantes. El de Ayotzinapa fue uno de los casos más polémicos de la gestión de su antecesor y, al mismo tiempo, una de las banderas del actual mandatario. La promesa de justicia que le ha hecho a los familiares, ya desde la campaña electoral, ha propiciado que, sin tener un horizonte judicial exitoso, los gestos de López Obrador sean constantes. Lo que está en juego para las instituciones mexicanas no es solo esclarecer la desaparición de los estudiantes, sino demostrar que se han superado viejos vicios como la opacidad del sistema judicial, los errores procedimentales que han dejado impunes grandes casos de corrupción en el pasado y la violencia del Estado contra la ciudadanía. Ese es el grito de indignación que no ha logrado extinguirse cinco años después de que los 43 normalistas fueran confundidos con criminales, estuvieran en manos de las autoridades y nadie haya podido descifrar lo que pasó con ellos desde entonces.

Las autoridades actuales han culpado a sus antecesores del fracaso, en particular, al exprocurador general Jesús Murillo Karam y al exdirector de la Agencia de Investigación Criminal Tomás Zerón. Tras reunirse este miércoles López Obrador y el fiscal con los padres de los desaparecidos se incidió en que todas las acciones que dieron lugar a la «verdad histórica» se habían hecho de forma irregular y que en parte se habían caído porque esa línea de investigación no se sostenía con los hechos que se habían podido comprobar.

El reparto de responsabilidades es más complejo. El cúmulo de irregularidades más graves se registró entre octubre y diciembre de 2014, en los cimientos de la investigación que inició el Gobierno de Peña Nieto, y a partir de esas detenciones se obtuvieron confesiones y testimonios que facilitaron otros arrestos posteriores. Una de las implicaciones de que no se hayan admitido la mayoría de las pruebas de la Fiscalía es, por ejemplo, que no se ha podido acreditar en los tribunales la existencia de los Guerreros Unidos como grupo criminal, señala Tapia. La parte que toca al Gobierno de López Obrador y a la Fiscalía, creada como organismo autónomo unas semanas después de la toma de posesión en diciembre pasado, es que en algunas causas hubo la posibilidad de presentar nuevas pruebas que impidieran la liberación de los sospechosos, pero eso no se hizo de forma exitosa.

«Vamos a empezar de nuevo, una nueva investigación: independiente, objetiva y clara», aseguró al salir de la reunión Omar Gómez Trejo, el nuevo fiscal especial para el caso, nombrado en junio pasado. Pero la idea de reiniciar la investigación solo es parcialmente cierta porque aún se intentan impedir nuevas liberaciones y porque se busca que algunos liberados que fueron exculpados parcialmente regresen al banquillo de los acusados. Los padres fueron notificados del viraje en las investigaciones y para muchos de ellos es volver a empezar desde cero, pero hay confianza en la forma como el Gobierno de López Obrador y la Fiscalía manejan el caso, según las declaraciones públicas que han dado. Y esa confianza se fundamenta en la promesa de hacer pagar a Murillo Karam y a Zerón por sus errores, así como en abrir otras líneas de investigación que no sean la «verdad histórica».

Fuente e imagen: https://elpais.com/internacional/2019/09/19/actualidad/1568850877_534314.html

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José Carlos Ruiz: «El pensamiento crítico es la cara oculta de la felicidad»

Redacción: Levante

José Carlos Ruiz, doctor en Filosofía Contemporánea, señala que con los hijos «lo primero es construir un ambiente de diálogo constante sin necesidad de forzar situaciones».

José Carlos Ruiz es doctor en Filosofía Contemporánea, estudió Filosofía en la Universidad de Sevilla y en la Sorbona de París. Lleva 20 años como docente y ha escrito artículos y libros en los que acerca la filosofía a todos los públicos. Está especializado en el pensamiento crítico, temática que abordará el 5 de octubre en el Palau de Congressos de València en el evento «Gestionando hijos».

Para la gente que no ha oído hablar nunca del pensamiento crítico, ¿cómo explicaría a qué se refiere con este concepto?

El pensamiento crítico es la capacidad que tenemos de entender nuestro mundo en relación con el mundo de los demás. Mientras mejor trabajemos el pensamiento crítico de nuestros hijos e hijas, más les facilitaremos la creación de una identidad sólida y equilibrada, a la vez que les dotaremos de las herramientas necesarias para comprender las identidades de los demás.

¿Qué peligros o problemas conlleva la falta de pensamiento crítico?

Serían muchos. Tenemos que destacar que el hecho de no pensar bien puede provocar que terminemos tomando decisiones bajo el amparo exclusivo de las emociones. Esto conlleva la adopción de una identidad o personalidad ligera que podría entrar en una espiral de drogodependencia emocional en la que en la toma de decisiones que nuestros hijos realicen se impongan las emociones positivas, subordinando su capacidad de análisis exclusivamente a su faceta sentimental.

Para que aprendan a tomar buenas decisiones, tenemos que trabajar con ellos un correcto desarrollo del pensamiento crítico que les posibilite el equilibrio entre su faceta emocional y la faceta racional. Esto nos llevaría a un segundo problema, la sociedad en la que vivimos no cesa de generar estímulos bien diseñados, potenciando las emociones positivas y poniéndolas a su alcance. Tras lograr cubrir un estímulo, se genera otro de fácil acceso de manera instantánea y, así, entran en una espiral de acción imponiéndose una vida plagada de actividad donde no se deja espacio ni tiempo para la reflexión.

Tanto es así, que la hiperactividad y los problemas de atención empiezan a ser cada vez más preocupantes. En este mundo la acción parece haberle ganado la batalla a la reflexión, de ahí que haya querido trabajar de manera concreta con una metodología fácil y accesible: la recuperación del pensamiento crítico para compensar el desequilibrio que genera una sociedad intelectualmente anestesiada.

¿Qué se puede hacer para frenar esto?

Trabajar con ellos su capacidad de análisis. Tenemos que insertar rutinas de pensamiento en su día a día, tanto en casa como en el colegio. Nosotros hemos creado un método de pensamiento crítico con niños de múltiples edades en seis colegios, una hora a la semana durante un curso escolar, y con familias. Un método que no requiere formación y que consiste en modificar pequeños detalles de su cotidianidad para que vayan acostumbrándose a realizar análisis por su cuenta.

Por ejemplo, insertar en las rutinas familiares el proceso de la mayéutica socrática, que no es otra cosa que hacerles las preguntas adecuadas y acostumbrarlos a que ellos también vayan cultivando el arte de preguntar.
Es necesario que recuperen lo que nosotros hemos denominado el proto-pensamiento, que está compuesto por tres elementos que se enlazan consecutivamente: el asombro, la curiosidad y el cuestionamiento.

Tras tres meses de trabajo, los resultados de aplicar el método fueron esperanzadores, pero a partir del cuarto mes pudimos observar que el progreso en la capacidad de análisis de ellos (cómo elegían y analizaban sus amistades, cómo eran capaces de hacer preguntas que se enfocaban más allá de lo superficial o lo evidente, o el modo en el que empezaban a tener criterios propios por encima de la opinión del grupo) creció exponencialmente de manera asombrosa.

¿Cómo pueden unos padres poner en práctica el pensamiento crítico con sus hijos desde que son pequeños?

Lo primero es construir un ambiente de diálogo constante sin necesidad de forzar situaciones. Es conveniente que ellos sean conscientes de cuáles son las circunstancias reales que les rodean para que su pensamiento parta de una realidad familiar. Así, cuando vayan construyendo su identidad, tendrán unas raíces asentadas en lo real. De lo contrario, el peso de lo virtual puede hacer que su pensamiento se proyecte sobre elementos que no formen parte de su entorno.

Poco a poco, tendremos que trabajar con ellos el proto-pensamiento. Nuestros hijos, cada vez más, están perdiendo la capacidad de asombrarse. La saturación visual y de estímulos a la que les sometemos hace que presten menos interés por las cosas y se cansen rápido de las novedades. Hay que recuperar la capacidad de asombro, pero hay que hacerlo dentro de su cotidianidad, con las cosas comunes, elementos simples como hacerles ver que un simple movimiento del grifo provoca que el agua salga caliente o fría y, a partir de ahí, despertar la curiosidad que termine en un cuestionamiento. En mi libro «El arte de pensar para niños» pongo muchos ejemplos que han resultado ser de utilidad para esto.

Un momento importante y que temen muchos padres es cuando sus hijos ya quieren su propio móvil, estar en redes sociales, etc. ¿Qué se hace en esas situaciones? ¿A qué edad cree que ya pueden estar bien formados?

No es cuestión de edad, depende de la madurez del niño. Lo que recomiendo es que cuando vean que ya tiene la madurez para tener móvil o para abrirse un perfil social, que se haga conjuntamente, hacerlo con él o ella. Nosotros lo hicimos así en casa con mi hijo mayor. De hecho, nada más abrirse la cuenta en Instagram le dijimos que durante un día mirase los perfiles de sus amigos y que analizase lo que subían, le pedimos que nos dijese qué es lo que había visto, qué le parecía, si le aportaban alguna cosa interesante las fotografías y los comentarios.

Si hemos hecho del pensamiento crítico el eje que vertebra su educación, entonces descubriremos que con 12 años, por ejemplo, son muy capaces de analizar la superficilidad que a veces se presenta en Instragram o el afán de protagonismo, la egolatría€ Después le dijimos que antes de subir una foto se tenía que realizar una pregunta: ¿qué beneficio saco de subir esta foto y qué perjuicios puede provocar o provocarme?

Habla de la necesidad de educar el pensamiento crítico visual. ¿Algún ejemplo?

Qué duda cabe que nuestro mundo y, sobre todo, su mundo es eminentemente visual, estamos rodeados de pantallas, de lo que algún filósofo como Lipovetsky ha denominado la Omnipantalla. Por eso creo que es muy importante que les eduquemos la mirada, que sean capaces de tener un pensamiento crítico visual. El caso de Bután es un ejemplo muy significativo de lo que pasa cuando la realidad virtual de las pantallas se inserta en la vida real de las personas, de manera tan arraigada que condiciona hasta el modelo de felicidad. Bután era uno de los países que se consideraba más felices del mundo hasta el año 2000. El objetivo del rey de Bután era que sus habitantes fueran felices y poco a poco quería que el país se fuera modernizando sin occidentalizarlo. Cada dos años les pasaba una encuesta a todos sus ciudadanos (700.000 personas) en el que se les preguntaba por su bienestar y felicidad.

El problema fue que en el año 2000 decidieron introducir, por primera vez, la televisión y en 2001, Internet. Cuando pasaron las encuestas en 2002, descubrieron que el índice de felicidad de sus habitantes había bajado drásticamente. Dos años después, cayó en picado. En apenas cuatro años, sus ciudadanos parecían no estar satisfechos con la vida que habían estado llevando hasta entonces. Se presentaron los primeros casos de violencia grave y de tráfico de drogas, y el divorcio apareció con mucha fuerza. En este breve periodo de tiempo modificaron hasta sus cánones de belleza. La mujer de Bután era una mujer fuerte que podía acompañar al hombre en las labores del campo a la vez que cuidaba de los niños. Al introducir la televisión en las casas, se empezó a imponer el canon de belleza femenino virtual que condiciona la autoestima de las mujeres y el canon estético de los hombres, provocando una insatisfacción en ambas partes.

Se había introducido el mundo virtual de las pantallas sin trabajar el pensamiento crítico visual previamente y, al final, el poder de la imagen virtual se apoderó de las emociones reales. De ahí que tengamos que cuidar mucho esta faceta si queremos que nuestros hijos sean capaces de educarse de manera equilibrada, porque no podemos perder de vista que el pensamiento crítico es la cara oculta de la felicidad.

Fuente: https://www.levante-emv.com/comunitat-valenciana/2019/09/19/pensamiento-critico-cara-oculta-felicidad/1923312.html

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La educación superior: entre la droga y la violencia

Por: José Alejandro Cheyne

Resulta paradójico que en las regiones colombianas cuya riqueza natural y posición estratégica son una ventaja comparativa para el desarrollo, sea precisamente donde el flagelo de la producción y comercialización de coca se ha convertido en el principal enemigo de la comunidad para avanzar en su agenda de bienestar.

Resulta paradójico que en las regiones colombianas cuya riqueza natural y posición estratégica son una ventaja comparativa para el desarrollo, sea precisamente donde el flagelo de la producción y comercialización de coca se ha convertido en el principal enemigo de la comunidad para avanzar en su agenda de bienestar.

En el mes de agosto el presidente Iván Duque lanzó el programa Zonas Futuro, como estrategia para la recuperación de la presencia institucional en territorios caracterizados por la ilegalidad, pobreza, inequidad e injusticia, como el Pacífico sur (Nariño), Catatumbo (Norte de Santander), Arauca, Bajo Cauca (norte de Antioquia) y el Parque Nacional Chiribiquete (Guaviare y Caquetá) y sus alrededores.

El lanzamiento de este programa se realizó en Tumaco, lugar en el que sus habitantes han buscado estrategias para disminuir los cultivos de coca y eliminar el estigma de ser el principal productor en el mundo.  Según datos de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc), en el 2018 Tumaco hizo parte de los 10 municipios que representaron el 44% del total de cultivos de coca del país.

Entre los esfuerzos realizados, se encuentra la sustitución de siembra de productos como el cacao y el plátano, la producción de camarón y frutales, la renovación de la palma, y el turismo. Quienes realizan estas actividades, desafortunadamente, reciben amenazas tanto de la resiembra de coca como de la violencia, por oponerse a los intereses del narcotráfico ante la falta de presencia integral del Estado colombiano.

Sin embargo, aun cuando esta realidad podría parecer bastante pesimista, existe un factor determinante que está dispuesto a cambiar el futuro. Según el Dane, en 2018 el 25,9% de la población colombiana se encontraba en edades jóvenes (entre 15 y 29 años), estando los departamentos de las Zonas Futuro, por encima del promedio nacional en población juvenil: Guaviare (28,5%), Arauca (28,2%), Caquetá (28,1%), Nariño (26,6%), Norte de Santander (26,5%) y Antioquia (26,1%).

Lo anterior es fundamental, teniendo en cuenta que son precisamente los jóvenes la mayor ventaja competitiva de estas regiones y quienes con su talento diverso y emprendedor, y su capacidad de resiliencia, están dispuestos a encontrar nuevas alternativas para sus comunidades afectadas por el narcotráfico. Sin embargo, para cumplir este propósito, requieren de nuevos espacios de educación, en particular de educación superior, necesarios para disminuir su vulnerabilidad y desarrollar sus competencias de acuerdo con las apuestas productivas de las regiones. Entendiendo que la educación es el único camino para una transformación social, se deben enfrentar las siguientes restricciones:

  1. Los jóvenes no cuentan con los recursos económicos para financiar su matrícula ni para su manutención durante el tiempo que están invirtiendo en educación, aun más cuando el 57% de los hogares en zonas cocaleras viven en medio de la pobreza, de acuerdo con la caracterización hecha por la Unodc. No podemos olvidar el costo de oportunidad o costo de renuncia para los jóvenes, como resultado de las tentaciones a trabajar en actividades ilícitas.
  1. Desafortunadamente, algunos jóvenes que desean ingresar a la educación superior tienen restricciones pedagógicas, fruto de las debilidades durante su proceso de formación básica y media, razón por la cual es muy importante establecer estrategias de acompañamiento psicopedagógico que les permita cerrar las brechas y desarrollar su proyecto de vida en su dimensión académica, física y espiritual. Un testimonio interesante en Tumaco es cómo a través del desarrollo de diferentes expresiones artísticas, los jóvenes encuentran una pedagogía diferente para desarrollar competencias.
  1. Una oferta de educación superior insuficiente para las necesidades de estas regiones, como es el caso de Tumaco que tiene apenas cuatro Instituciones de Educación Superior (IES) que ofrecen programas presenciales. Adicionalmente, los recursos financieros, de infraestructura e infoestructura, entre otros, son escasos para cumplir adecuadamente con los procesos de enseñanza-aprendizaje adecuados, así como la capacidad para desplazar la frontera de conocimientos con procesos de investigación pertinentes para la región.
  2. La oferta laboral en estas regiones no siempre garantiza el retorno de la inversión en educación a los jóvenes. Por esta razón, se debe asegurar que no se dé una migración por búsqueda de mejores alternativas laborales, haciendo que el esfuerzo de educación en la región sea en vano.

Este desafío educativo en las regiones permeadas por el narcotráfico requiere del aporte de todos los actores (alcaldía, gobernación, líderes sociales, empresarios, fuerzas armadas, autoridades espirituales, entre otros) para articular esfuerzos, aprovechar los recursos limitados y generar un consenso sobre las apuestas educativas de la región.

Sin embargo, este esfuerzo requiere también del aporte y solidaridad de las universidades colombianas, muy especialmente de aquellas acreditadas en alta calidad, que generalmente cuentan con mayores recursos y con estándares internacionales para apadrinar la educación en las Zonas Futuro y, de esta manera, construir una agenda de competitividad con las regiones.

Fuente: https://www.semana.com/opinion/articulo/la-educacion-superior-entre-la-droga-y-la-violencia-columna-de-jose-alejandro-cheyne/632387

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“Invertir en la educación en Colombia no genera réditos políticos”: Maurice Armitage

Redacción: El Espectador

El alcalde de Cali señaló que gastó más $500.000 millones en un programa de educación que impactó a casi 200.000 estudiantes, redujo problemas de hambre en la primera infancia y creó una cultura del deporte.

A un poco más de 100 días de salir de la Alcaldía de Cali, en medio de críticas por problemas de movilidad y seguridad, Maurice Armitage le dio una entrevista a El Espectador en la que dejó claro que su legado para la ciudad es la educación. Un aspecto que, según él, no deja réditos políticos ni permite presentar resultados inmediatos. Mientras sus contradictores lo tachan de ser un administrador al que lo sobrepasó el problema de la criminalidad, Armitage responde que la seguridad no es un tema solo policivo, sino social, por lo que su labor se reconocerá por trabajar en la inclusión social y la educación.

Porque una ciudad con muchas dificultades, tanto económicas como sociales, se la está jugando por la educación con el programa “Mi comunidad es escuela”. Es una propuesta que no nos produce réditos políticos, porque invertir en la educación en Colombia nadie lo ve como un trampolín para ser un alcalde reconocido. Lo que más importa en la administración de una Alcaldía es que estén bien la movilidad, la seguridad y otros aspectos, menos la educación.

A casi 100 días de acabar su mandato, ¿es la educación su legado y la bandera insignia de la administración?

Lo digo con orgullo y tranquilidad. El solo hecho de que la Unesco escogiera a Cali para ser sede del Foro Internacional sobre Inclusión y Equidad en la Educación (realizado la semana pasada) es producto del trabajo que hemos hecho desde hace tres años y nueve meses.

¿Qué han hecho en ese tiempo?

Ya hemos invertido casi el 80 % del presupuesto que destinamos para educación para el cuatrienio: $500.000 millones, que es el 60 % de la capacidad de inversión del municipio en toda la administración. Acabamos de entregar 135 colegios totalmente reconstruidos. Entre noviembre y diciembre vamos a dejarle a la ciudad 18 nuevos “megacolegios”. También estamos formando a 4.500 profesores para mejorar la calidad educativa. Estamos haciendo siete centros de desarrollo infantil. La idea es construir colegios en los que el niño o la niña entran gateando y salen bachilleres.

Es un colegio de 1.500 estudiantes que tienen un Centro de Desarrollo Infantil (CDI). Un niño puede llegar de dos meses, lo alimentamos bien, lo tenemos hasta los cinco años y de ahí pasa al colegio. No lo dejamos en la calle y evitamos que se frustre el proceso de cinco años en el que le dimos buena comida y manutención. No es posible que no siga estudiando. Tiene que existir una continuidad.

Usted hizo referencia a un programa de alimentación para niños y niñas. El hambre y la educación están ligados. ¿Cuál es la iniciativa?

El Programa de Alimentación Escolar (PAE) de Cali, que, valga decir, el anterior Gobierno Nacional no nos dio un solo peso sino que fue asumido en su totalidad por la Alcaldía, es el mejor del país. No hay problemas de corrupción. La reforma administrativa que hizo el municipio logró que la corrupción sea cero. Tenemos buena calidad alimenticia y hemos llegado a todos los colegios para darles productos de calidad a los muchachos.

Y fuera de los estudiantes, ¿cómo están apoyando a otros sectores de la ciudad?

Estamos haciendo un trabajo más grande con la comunidad: pasamos de dar 4.000 raciones diarias a alrededor de 50.000 raciones, quitándole el hambre a un sector con muchos problemas en la ciudad. Darles comida a 50.000 personas a través de los comedores comunitarios es una revolución social. Esto nos ha permitido que los padres de familia puedan buscar empleo y conseguir recursos mientras nosotros cuidamos a sus hijos.

Pero ¿por qué dice que esto no genera réditos políticos si está impactando a 50.000 familias?

Las críticas a su gestión se han centrado en temas de movilidad y seguridad. ¿Qué pasó con estos sectores?

Esto no quiere decir que yo haya abandonado la seguridad ni la movilidad. Por ejemplo, en la movilidad hemos rescatado al MIO, estamos haciendo ciclovías y construyendo otras avenidas para descongestionar determinados sectores, como el sur de la ciudad. En cuanto a la seguridad, yo la entiendo desde el punto de vista social. No es solo policiva y militar. La seguridad debe ser inclusión social y educación. Y en eso es lo que hemos trabajado estos años.

¿Cuántas personas han impactado con el programa de educación?

Estamos impactando más de 200.000 niños con la educación. Entiendo que tenemos 170.000 en colegios públicos y 60.000 en privados. Lo más importante es que no estamos involucrando solo a los niños sino también a los padres de familia. Así como en una época la Iglesia fue el centro de la sociedad, hoy el núcleo de una comunidad debe ser la escuela, que reúne la cultura y el deporte. Es más, nunca antes se había hecho tanto deporte en Cali como se está haciendo en esta administración. Hemos logrado que casi un millón de personas hagan cualquier actividad física una vez a la semana.

¿Cuáles son los programas ligados al programa de educación?

¿Qué le diría al siguiente alcalde?

Que tiene que seguir con esto. No podemos echar reversa. En el índice de competitividad de Colombia, Cali ya está en el cuarto puesto. Preguntaba por qué Bucaramanga está por encima y me dijeron que fue una ciudad que pensó muy bien hace 20 años e invirtió mucho en educación. Hoy se están viendo los réditos. Eso le tiene que pasar a Cali en los próximos 10 años.

¿Quiénes están por encima?

Están Bogotá, Medellín y Bucaramanga.

¿Qué lecciones le quedan por aprender frente a esos ejemplos?

Me queda por aprender y estar plenamente convencido de que sin educación no hay nada. Yo decía: países como Alemania e Inglaterra después de la Segunda Guerra Mundial quedaron totalmente destruidos. ¿Por qué se recuperaron y siguen siendo potencias mundiales? Porque tiene un pueblo educado. Si usted tiene un pueblo educado, así le pasen las guerras.

¿Cuál es la cosa que más se arrepiente de no haber hecho?

Haberle podido meter mucho más a la educación, en el aspecto económico. Con todo el esfuerzo que hemos hecho, apenas estamos influyendo en el 50 % del problema educativo de Cali. Nos falta la otra mitad. Por eso el próximo alcalde tiene que seguir, porque Cali está muy atrasada en estos términos y nunca será una ciudad viable si no tenemos una comunidad educada.

La cultura ciudadana, el sentido de pertenencia a la ciudad. Los caleños estamos muy mal en eso. Lucho todo el día con un cuento popular que tenemos, y es verdad: “caleño come caleño”. Tenemos que revertir eso: “caleño defiende caleño”. Esa es una de las cosas que más nos afectan, a diferencia de otras ciudades del país, que se sienten orgullosas de su ciudad. Los caleños somos autodestructivos.

¿Cree que Cali está en la capacidad de sobrepasar esa barrera de violencia e inseguridad a través de la educación?

Por supuesto. Es que si no lo hace a través de la educación, no sale adelante. Diría que si los dos próximos alcaldes le seguimos dando a esta cosa, no queda reversa y se impone el cambio en la ciudad.

Fuente: https://www.elespectador.com/noticias/nacional/invertir-en-la-educacion-en-colombia-no-genera-reditos-politicos-maurice-armitage-articulo-881386

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