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José Carlos Ruiz: «El pensamiento crítico es la cara oculta de la felicidad»

Redacción: Levante

José Carlos Ruiz, doctor en Filosofía Contemporánea, señala que con los hijos «lo primero es construir un ambiente de diálogo constante sin necesidad de forzar situaciones».

José Carlos Ruiz es doctor en Filosofía Contemporánea, estudió Filosofía en la Universidad de Sevilla y en la Sorbona de París. Lleva 20 años como docente y ha escrito artículos y libros en los que acerca la filosofía a todos los públicos. Está especializado en el pensamiento crítico, temática que abordará el 5 de octubre en el Palau de Congressos de València en el evento «Gestionando hijos».

Para la gente que no ha oído hablar nunca del pensamiento crítico, ¿cómo explicaría a qué se refiere con este concepto?

El pensamiento crítico es la capacidad que tenemos de entender nuestro mundo en relación con el mundo de los demás. Mientras mejor trabajemos el pensamiento crítico de nuestros hijos e hijas, más les facilitaremos la creación de una identidad sólida y equilibrada, a la vez que les dotaremos de las herramientas necesarias para comprender las identidades de los demás.

¿Qué peligros o problemas conlleva la falta de pensamiento crítico?

Serían muchos. Tenemos que destacar que el hecho de no pensar bien puede provocar que terminemos tomando decisiones bajo el amparo exclusivo de las emociones. Esto conlleva la adopción de una identidad o personalidad ligera que podría entrar en una espiral de drogodependencia emocional en la que en la toma de decisiones que nuestros hijos realicen se impongan las emociones positivas, subordinando su capacidad de análisis exclusivamente a su faceta sentimental.

Para que aprendan a tomar buenas decisiones, tenemos que trabajar con ellos un correcto desarrollo del pensamiento crítico que les posibilite el equilibrio entre su faceta emocional y la faceta racional. Esto nos llevaría a un segundo problema, la sociedad en la que vivimos no cesa de generar estímulos bien diseñados, potenciando las emociones positivas y poniéndolas a su alcance. Tras lograr cubrir un estímulo, se genera otro de fácil acceso de manera instantánea y, así, entran en una espiral de acción imponiéndose una vida plagada de actividad donde no se deja espacio ni tiempo para la reflexión.

Tanto es así, que la hiperactividad y los problemas de atención empiezan a ser cada vez más preocupantes. En este mundo la acción parece haberle ganado la batalla a la reflexión, de ahí que haya querido trabajar de manera concreta con una metodología fácil y accesible: la recuperación del pensamiento crítico para compensar el desequilibrio que genera una sociedad intelectualmente anestesiada.

¿Qué se puede hacer para frenar esto?

Trabajar con ellos su capacidad de análisis. Tenemos que insertar rutinas de pensamiento en su día a día, tanto en casa como en el colegio. Nosotros hemos creado un método de pensamiento crítico con niños de múltiples edades en seis colegios, una hora a la semana durante un curso escolar, y con familias. Un método que no requiere formación y que consiste en modificar pequeños detalles de su cotidianidad para que vayan acostumbrándose a realizar análisis por su cuenta.

Por ejemplo, insertar en las rutinas familiares el proceso de la mayéutica socrática, que no es otra cosa que hacerles las preguntas adecuadas y acostumbrarlos a que ellos también vayan cultivando el arte de preguntar.
Es necesario que recuperen lo que nosotros hemos denominado el proto-pensamiento, que está compuesto por tres elementos que se enlazan consecutivamente: el asombro, la curiosidad y el cuestionamiento.

Tras tres meses de trabajo, los resultados de aplicar el método fueron esperanzadores, pero a partir del cuarto mes pudimos observar que el progreso en la capacidad de análisis de ellos (cómo elegían y analizaban sus amistades, cómo eran capaces de hacer preguntas que se enfocaban más allá de lo superficial o lo evidente, o el modo en el que empezaban a tener criterios propios por encima de la opinión del grupo) creció exponencialmente de manera asombrosa.

¿Cómo pueden unos padres poner en práctica el pensamiento crítico con sus hijos desde que son pequeños?

Lo primero es construir un ambiente de diálogo constante sin necesidad de forzar situaciones. Es conveniente que ellos sean conscientes de cuáles son las circunstancias reales que les rodean para que su pensamiento parta de una realidad familiar. Así, cuando vayan construyendo su identidad, tendrán unas raíces asentadas en lo real. De lo contrario, el peso de lo virtual puede hacer que su pensamiento se proyecte sobre elementos que no formen parte de su entorno.

Poco a poco, tendremos que trabajar con ellos el proto-pensamiento. Nuestros hijos, cada vez más, están perdiendo la capacidad de asombrarse. La saturación visual y de estímulos a la que les sometemos hace que presten menos interés por las cosas y se cansen rápido de las novedades. Hay que recuperar la capacidad de asombro, pero hay que hacerlo dentro de su cotidianidad, con las cosas comunes, elementos simples como hacerles ver que un simple movimiento del grifo provoca que el agua salga caliente o fría y, a partir de ahí, despertar la curiosidad que termine en un cuestionamiento. En mi libro «El arte de pensar para niños» pongo muchos ejemplos que han resultado ser de utilidad para esto.

Un momento importante y que temen muchos padres es cuando sus hijos ya quieren su propio móvil, estar en redes sociales, etc. ¿Qué se hace en esas situaciones? ¿A qué edad cree que ya pueden estar bien formados?

No es cuestión de edad, depende de la madurez del niño. Lo que recomiendo es que cuando vean que ya tiene la madurez para tener móvil o para abrirse un perfil social, que se haga conjuntamente, hacerlo con él o ella. Nosotros lo hicimos así en casa con mi hijo mayor. De hecho, nada más abrirse la cuenta en Instagram le dijimos que durante un día mirase los perfiles de sus amigos y que analizase lo que subían, le pedimos que nos dijese qué es lo que había visto, qué le parecía, si le aportaban alguna cosa interesante las fotografías y los comentarios.

Si hemos hecho del pensamiento crítico el eje que vertebra su educación, entonces descubriremos que con 12 años, por ejemplo, son muy capaces de analizar la superficilidad que a veces se presenta en Instragram o el afán de protagonismo, la egolatría€ Después le dijimos que antes de subir una foto se tenía que realizar una pregunta: ¿qué beneficio saco de subir esta foto y qué perjuicios puede provocar o provocarme?

Habla de la necesidad de educar el pensamiento crítico visual. ¿Algún ejemplo?

Qué duda cabe que nuestro mundo y, sobre todo, su mundo es eminentemente visual, estamos rodeados de pantallas, de lo que algún filósofo como Lipovetsky ha denominado la Omnipantalla. Por eso creo que es muy importante que les eduquemos la mirada, que sean capaces de tener un pensamiento crítico visual. El caso de Bután es un ejemplo muy significativo de lo que pasa cuando la realidad virtual de las pantallas se inserta en la vida real de las personas, de manera tan arraigada que condiciona hasta el modelo de felicidad. Bután era uno de los países que se consideraba más felices del mundo hasta el año 2000. El objetivo del rey de Bután era que sus habitantes fueran felices y poco a poco quería que el país se fuera modernizando sin occidentalizarlo. Cada dos años les pasaba una encuesta a todos sus ciudadanos (700.000 personas) en el que se les preguntaba por su bienestar y felicidad.

El problema fue que en el año 2000 decidieron introducir, por primera vez, la televisión y en 2001, Internet. Cuando pasaron las encuestas en 2002, descubrieron que el índice de felicidad de sus habitantes había bajado drásticamente. Dos años después, cayó en picado. En apenas cuatro años, sus ciudadanos parecían no estar satisfechos con la vida que habían estado llevando hasta entonces. Se presentaron los primeros casos de violencia grave y de tráfico de drogas, y el divorcio apareció con mucha fuerza. En este breve periodo de tiempo modificaron hasta sus cánones de belleza. La mujer de Bután era una mujer fuerte que podía acompañar al hombre en las labores del campo a la vez que cuidaba de los niños. Al introducir la televisión en las casas, se empezó a imponer el canon de belleza femenino virtual que condiciona la autoestima de las mujeres y el canon estético de los hombres, provocando una insatisfacción en ambas partes.

Se había introducido el mundo virtual de las pantallas sin trabajar el pensamiento crítico visual previamente y, al final, el poder de la imagen virtual se apoderó de las emociones reales. De ahí que tengamos que cuidar mucho esta faceta si queremos que nuestros hijos sean capaces de educarse de manera equilibrada, porque no podemos perder de vista que el pensamiento crítico es la cara oculta de la felicidad.

Fuente: https://www.levante-emv.com/comunitat-valenciana/2019/09/19/pensamiento-critico-cara-oculta-felicidad/1923312.html

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La educación superior: entre la droga y la violencia

Por: José Alejandro Cheyne

Resulta paradójico que en las regiones colombianas cuya riqueza natural y posición estratégica son una ventaja comparativa para el desarrollo, sea precisamente donde el flagelo de la producción y comercialización de coca se ha convertido en el principal enemigo de la comunidad para avanzar en su agenda de bienestar.

Resulta paradójico que en las regiones colombianas cuya riqueza natural y posición estratégica son una ventaja comparativa para el desarrollo, sea precisamente donde el flagelo de la producción y comercialización de coca se ha convertido en el principal enemigo de la comunidad para avanzar en su agenda de bienestar.

En el mes de agosto el presidente Iván Duque lanzó el programa Zonas Futuro, como estrategia para la recuperación de la presencia institucional en territorios caracterizados por la ilegalidad, pobreza, inequidad e injusticia, como el Pacífico sur (Nariño), Catatumbo (Norte de Santander), Arauca, Bajo Cauca (norte de Antioquia) y el Parque Nacional Chiribiquete (Guaviare y Caquetá) y sus alrededores.

El lanzamiento de este programa se realizó en Tumaco, lugar en el que sus habitantes han buscado estrategias para disminuir los cultivos de coca y eliminar el estigma de ser el principal productor en el mundo.  Según datos de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc), en el 2018 Tumaco hizo parte de los 10 municipios que representaron el 44% del total de cultivos de coca del país.

Entre los esfuerzos realizados, se encuentra la sustitución de siembra de productos como el cacao y el plátano, la producción de camarón y frutales, la renovación de la palma, y el turismo. Quienes realizan estas actividades, desafortunadamente, reciben amenazas tanto de la resiembra de coca como de la violencia, por oponerse a los intereses del narcotráfico ante la falta de presencia integral del Estado colombiano.

Sin embargo, aun cuando esta realidad podría parecer bastante pesimista, existe un factor determinante que está dispuesto a cambiar el futuro. Según el Dane, en 2018 el 25,9% de la población colombiana se encontraba en edades jóvenes (entre 15 y 29 años), estando los departamentos de las Zonas Futuro, por encima del promedio nacional en población juvenil: Guaviare (28,5%), Arauca (28,2%), Caquetá (28,1%), Nariño (26,6%), Norte de Santander (26,5%) y Antioquia (26,1%).

Lo anterior es fundamental, teniendo en cuenta que son precisamente los jóvenes la mayor ventaja competitiva de estas regiones y quienes con su talento diverso y emprendedor, y su capacidad de resiliencia, están dispuestos a encontrar nuevas alternativas para sus comunidades afectadas por el narcotráfico. Sin embargo, para cumplir este propósito, requieren de nuevos espacios de educación, en particular de educación superior, necesarios para disminuir su vulnerabilidad y desarrollar sus competencias de acuerdo con las apuestas productivas de las regiones. Entendiendo que la educación es el único camino para una transformación social, se deben enfrentar las siguientes restricciones:

  1. Los jóvenes no cuentan con los recursos económicos para financiar su matrícula ni para su manutención durante el tiempo que están invirtiendo en educación, aun más cuando el 57% de los hogares en zonas cocaleras viven en medio de la pobreza, de acuerdo con la caracterización hecha por la Unodc. No podemos olvidar el costo de oportunidad o costo de renuncia para los jóvenes, como resultado de las tentaciones a trabajar en actividades ilícitas.
  1. Desafortunadamente, algunos jóvenes que desean ingresar a la educación superior tienen restricciones pedagógicas, fruto de las debilidades durante su proceso de formación básica y media, razón por la cual es muy importante establecer estrategias de acompañamiento psicopedagógico que les permita cerrar las brechas y desarrollar su proyecto de vida en su dimensión académica, física y espiritual. Un testimonio interesante en Tumaco es cómo a través del desarrollo de diferentes expresiones artísticas, los jóvenes encuentran una pedagogía diferente para desarrollar competencias.
  1. Una oferta de educación superior insuficiente para las necesidades de estas regiones, como es el caso de Tumaco que tiene apenas cuatro Instituciones de Educación Superior (IES) que ofrecen programas presenciales. Adicionalmente, los recursos financieros, de infraestructura e infoestructura, entre otros, son escasos para cumplir adecuadamente con los procesos de enseñanza-aprendizaje adecuados, así como la capacidad para desplazar la frontera de conocimientos con procesos de investigación pertinentes para la región.
  2. La oferta laboral en estas regiones no siempre garantiza el retorno de la inversión en educación a los jóvenes. Por esta razón, se debe asegurar que no se dé una migración por búsqueda de mejores alternativas laborales, haciendo que el esfuerzo de educación en la región sea en vano.

Este desafío educativo en las regiones permeadas por el narcotráfico requiere del aporte de todos los actores (alcaldía, gobernación, líderes sociales, empresarios, fuerzas armadas, autoridades espirituales, entre otros) para articular esfuerzos, aprovechar los recursos limitados y generar un consenso sobre las apuestas educativas de la región.

Sin embargo, este esfuerzo requiere también del aporte y solidaridad de las universidades colombianas, muy especialmente de aquellas acreditadas en alta calidad, que generalmente cuentan con mayores recursos y con estándares internacionales para apadrinar la educación en las Zonas Futuro y, de esta manera, construir una agenda de competitividad con las regiones.

Fuente: https://www.semana.com/opinion/articulo/la-educacion-superior-entre-la-droga-y-la-violencia-columna-de-jose-alejandro-cheyne/632387

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“Invertir en la educación en Colombia no genera réditos políticos”: Maurice Armitage

Redacción: El Espectador

El alcalde de Cali señaló que gastó más $500.000 millones en un programa de educación que impactó a casi 200.000 estudiantes, redujo problemas de hambre en la primera infancia y creó una cultura del deporte.

A un poco más de 100 días de salir de la Alcaldía de Cali, en medio de críticas por problemas de movilidad y seguridad, Maurice Armitage le dio una entrevista a El Espectador en la que dejó claro que su legado para la ciudad es la educación. Un aspecto que, según él, no deja réditos políticos ni permite presentar resultados inmediatos. Mientras sus contradictores lo tachan de ser un administrador al que lo sobrepasó el problema de la criminalidad, Armitage responde que la seguridad no es un tema solo policivo, sino social, por lo que su labor se reconocerá por trabajar en la inclusión social y la educación.

Porque una ciudad con muchas dificultades, tanto económicas como sociales, se la está jugando por la educación con el programa “Mi comunidad es escuela”. Es una propuesta que no nos produce réditos políticos, porque invertir en la educación en Colombia nadie lo ve como un trampolín para ser un alcalde reconocido. Lo que más importa en la administración de una Alcaldía es que estén bien la movilidad, la seguridad y otros aspectos, menos la educación.

A casi 100 días de acabar su mandato, ¿es la educación su legado y la bandera insignia de la administración?

Lo digo con orgullo y tranquilidad. El solo hecho de que la Unesco escogiera a Cali para ser sede del Foro Internacional sobre Inclusión y Equidad en la Educación (realizado la semana pasada) es producto del trabajo que hemos hecho desde hace tres años y nueve meses.

¿Qué han hecho en ese tiempo?

Ya hemos invertido casi el 80 % del presupuesto que destinamos para educación para el cuatrienio: $500.000 millones, que es el 60 % de la capacidad de inversión del municipio en toda la administración. Acabamos de entregar 135 colegios totalmente reconstruidos. Entre noviembre y diciembre vamos a dejarle a la ciudad 18 nuevos “megacolegios”. También estamos formando a 4.500 profesores para mejorar la calidad educativa. Estamos haciendo siete centros de desarrollo infantil. La idea es construir colegios en los que el niño o la niña entran gateando y salen bachilleres.

Es un colegio de 1.500 estudiantes que tienen un Centro de Desarrollo Infantil (CDI). Un niño puede llegar de dos meses, lo alimentamos bien, lo tenemos hasta los cinco años y de ahí pasa al colegio. No lo dejamos en la calle y evitamos que se frustre el proceso de cinco años en el que le dimos buena comida y manutención. No es posible que no siga estudiando. Tiene que existir una continuidad.

Usted hizo referencia a un programa de alimentación para niños y niñas. El hambre y la educación están ligados. ¿Cuál es la iniciativa?

El Programa de Alimentación Escolar (PAE) de Cali, que, valga decir, el anterior Gobierno Nacional no nos dio un solo peso sino que fue asumido en su totalidad por la Alcaldía, es el mejor del país. No hay problemas de corrupción. La reforma administrativa que hizo el municipio logró que la corrupción sea cero. Tenemos buena calidad alimenticia y hemos llegado a todos los colegios para darles productos de calidad a los muchachos.

Y fuera de los estudiantes, ¿cómo están apoyando a otros sectores de la ciudad?

Estamos haciendo un trabajo más grande con la comunidad: pasamos de dar 4.000 raciones diarias a alrededor de 50.000 raciones, quitándole el hambre a un sector con muchos problemas en la ciudad. Darles comida a 50.000 personas a través de los comedores comunitarios es una revolución social. Esto nos ha permitido que los padres de familia puedan buscar empleo y conseguir recursos mientras nosotros cuidamos a sus hijos.

Pero ¿por qué dice que esto no genera réditos políticos si está impactando a 50.000 familias?

Las críticas a su gestión se han centrado en temas de movilidad y seguridad. ¿Qué pasó con estos sectores?

Esto no quiere decir que yo haya abandonado la seguridad ni la movilidad. Por ejemplo, en la movilidad hemos rescatado al MIO, estamos haciendo ciclovías y construyendo otras avenidas para descongestionar determinados sectores, como el sur de la ciudad. En cuanto a la seguridad, yo la entiendo desde el punto de vista social. No es solo policiva y militar. La seguridad debe ser inclusión social y educación. Y en eso es lo que hemos trabajado estos años.

¿Cuántas personas han impactado con el programa de educación?

Estamos impactando más de 200.000 niños con la educación. Entiendo que tenemos 170.000 en colegios públicos y 60.000 en privados. Lo más importante es que no estamos involucrando solo a los niños sino también a los padres de familia. Así como en una época la Iglesia fue el centro de la sociedad, hoy el núcleo de una comunidad debe ser la escuela, que reúne la cultura y el deporte. Es más, nunca antes se había hecho tanto deporte en Cali como se está haciendo en esta administración. Hemos logrado que casi un millón de personas hagan cualquier actividad física una vez a la semana.

¿Cuáles son los programas ligados al programa de educación?

¿Qué le diría al siguiente alcalde?

Que tiene que seguir con esto. No podemos echar reversa. En el índice de competitividad de Colombia, Cali ya está en el cuarto puesto. Preguntaba por qué Bucaramanga está por encima y me dijeron que fue una ciudad que pensó muy bien hace 20 años e invirtió mucho en educación. Hoy se están viendo los réditos. Eso le tiene que pasar a Cali en los próximos 10 años.

¿Quiénes están por encima?

Están Bogotá, Medellín y Bucaramanga.

¿Qué lecciones le quedan por aprender frente a esos ejemplos?

Me queda por aprender y estar plenamente convencido de que sin educación no hay nada. Yo decía: países como Alemania e Inglaterra después de la Segunda Guerra Mundial quedaron totalmente destruidos. ¿Por qué se recuperaron y siguen siendo potencias mundiales? Porque tiene un pueblo educado. Si usted tiene un pueblo educado, así le pasen las guerras.

¿Cuál es la cosa que más se arrepiente de no haber hecho?

Haberle podido meter mucho más a la educación, en el aspecto económico. Con todo el esfuerzo que hemos hecho, apenas estamos influyendo en el 50 % del problema educativo de Cali. Nos falta la otra mitad. Por eso el próximo alcalde tiene que seguir, porque Cali está muy atrasada en estos términos y nunca será una ciudad viable si no tenemos una comunidad educada.

La cultura ciudadana, el sentido de pertenencia a la ciudad. Los caleños estamos muy mal en eso. Lucho todo el día con un cuento popular que tenemos, y es verdad: “caleño come caleño”. Tenemos que revertir eso: “caleño defiende caleño”. Esa es una de las cosas que más nos afectan, a diferencia de otras ciudades del país, que se sienten orgullosas de su ciudad. Los caleños somos autodestructivos.

¿Cree que Cali está en la capacidad de sobrepasar esa barrera de violencia e inseguridad a través de la educación?

Por supuesto. Es que si no lo hace a través de la educación, no sale adelante. Diría que si los dos próximos alcaldes le seguimos dando a esta cosa, no queda reversa y se impone el cambio en la ciudad.

Fuente: https://www.elespectador.com/noticias/nacional/invertir-en-la-educacion-en-colombia-no-genera-reditos-politicos-maurice-armitage-articulo-881386

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El riesgo autoritario del discurso de odio

Por: Arturo Zamora

El discurso de odio y las prácticas de violencia y discriminación racial, de género y religiosa proliferan con distintos matices en diversas latitudes del planeta. Tan es así que, António Guterres, secretario general de la ONU anunció una estrategia de acción sobre el discurso de odio, consciente de que en la historia de la humanidad esta retórica conlleva exterminios, una lección que no debemos olvidar.

Entre las explicaciones de estas tendencias contemporáneas, de las cuales México no está exento, se encuentra una de índole económico ante los cambios en la estructura del capitalismo global de las décadas recientes y el atraso de las políticas públicas para regular y modular sus efectos.

Esto explica el incremento en los índices de desigualdad social y en el ingreso, el desempleo generacional y la reducción en la movilidad social ascendente, así como la profundización de las brechas sociales por las diferencias en el nivel educativo de la fuerza laboral o en el acceso a las tecnologías digitales.

En el plano político, el impacto de estos cambios sociales y económicos se expresa en el surgimiento de movimientos y gobiernos populistas, de izquierda y de derecha, y el ascenso del nacionalismo autoritario. Rusia, Turquía, Polonia y Hungría expresan esta tendencia contemporánea, como también lo hace el Brexit y, desde luego, Estados Unidos y México.

En el ámbito social, un efecto de estas mutaciones es el rechazo a los agravios contra las mujeres de movimientos como el #MeToo en EU y, recientemente, en México (#YoSíTeCreo), contra la violencia y la discriminación de género.

El tema de fondo es que el discurso de odio y la discriminación están siendo acompañados por mayorías y medidas populistas que ponen en riesgo las libertades civiles y los derechos de las minorías, así como las instituciones de la democracia liberal como las cortes constitucionales, los órganos autónomos, la prensa libre y las organizaciones de la sociedad civil.

En otras palabras, el discurso de odio y la discriminación, en sus diversos matices raciales, clasistas, de género y religiosos, alimentan la implantación de regímenes populistas y autoritarios, y la opresión del pluralismo político y la diversidad social.

Todo lo anterior subraya la relevancia de reformas y políticas públicas que reviertan el impacto social de las tendencias económicas y tecnológicas contemporáneas, igual que la polarización política.

Elevar los índices educativos y de acceso digital, ampliar las opciones de reentrenamiento laboral, universalizar los servicios de salud de calidad, regular las plataformas digitales y multiplicar los espacios de encuentro social son algunas medidas que deberíamos discutir e instrumentar para eliminar las raíces del discurso de odio y la discriminación, así como preservar las libertades y derechos civiles.

A la vista de esta agenda, cabe evaluar la viabilidad y consistencia de reformas que en México buscan la masificación y gratuidad educativa, pero rehúyen a la calidad y el mérito individual; la supresión del Seguro Popular y de las estancias infantiles sin alternativas de calidad y acceso universal; y aprovechan la desregulación para intentar manipular las redes sociales y desarticular el diálogo social. Tampoco es con foros y audiencias a modo como se desactiva la ira social contra el discurso de odio y la violencia de género.

El riesgo autoritario que conllevan el odio, la discriminación y la violencia no puede soslayarse y las medidas para evitarlo deben estar a la altura de un problema que nos concierne a todos.

Fuente: https://www.excelsior.com.mx/opinion/arturo-zamora/el-riesgo-autoritario-del-discurso-de-odio/1332736

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Documental: Los guardianes del Amazonas

Redacción: BBC Mundo

Desde que Jair Bolsonaro asumió la presidencia de Brasil, el ritmo de deforestación de la selva amazónica aumentó más del 50%.

Muchos de los indígenas que viven en el bosque tropical más grande del mundo creen que el discurso del mandatario «respalda» la actividad de los madereros ilegales, con quienes desde hace años mantienen un enfrentamiento por las riquezas naturales del Amazonas.

«Tenemos que luchar por nuestra tierra», dice Laercio Guajajara, un indígena de la zona de Araribóia, en el estado brasileño de Maranhao, «no hay otra opción».

Él es uno de los guardianes de la selva amazónica que desde hace unos 6 años patrullan su territorio en busca de madereros ilegales.

Pero a veces los maderos se niegan a abandonar el lugar y los conflictos se vuelven violentos.

Fuente: https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-49375536
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La violencia expulsa del colegio a casi dos millones de niños en África en dos años

Por: Patricia Peiró

Los conflictos han provocado el cierre de más de 9.000 escuelas en ocho países de la región en la que ya hay 40 millones de pequeños fuera del sistema educativo

Los colegios son muchas veces un caramelo para los soldados y las milicias. Suelen contar con buenas infraestructuras, estar bien conectados y normalmente cuentan con un patio útil para almacenar armamento, por ejemplo. Un caramelo que los militares arrebatan a los niños y adolescentes que ven que, cuando ellos entran por la puerta, sus posibilidades de seguir estudiando se esfuman. Unicef calcula que casi dos millones de alumnos han sido expulsados de sus pupitres desde 2017 hasta ahora en ocho países de África por culpa de la violencia, según un informe publicado este viernes.

Para hacerse una idea del volumen, hasta junio de 2019 se habían cerrado 9.272 escuelas, el triple que a finales de 2017. El estudio se ha centrado en Burkina Faso, Camerún, Chad, Malí, Níger, Nigeria, República Centroafricana y República Democrática del Congo. «Es un aumento significativo y estamos preocupados porque esto perpetúa el círculo de pobreza en estas zonas. La educación aquí es una cuestión de supervivencia, no solo una transmisión de conocimientos», recalca Lorena Cobas, responsable de emergencias de Unicef España. Estos 1,9 millones de estudiantes privados de su derecho a formarse, se suman a los 40 millones en aquellos países que no estaban escolarizados. Una cantidad significativa del total de menores de 15 años que hay en esas naciones: 157 millones. En resumen, hay pocas escuelas y las que hay son objeto de ataques y usurpaciones por parte de los combatientes.

Estas cifras tienen nombres y apellidos. Hussaini, de 14 años y de Burkina Faso, relata: «Me encantaba ir al colegio, leer, contar y jugar en el recreo». El joven recuerda cómo empezó a oír disparos mientras estaba en clase, hubo muertos y la milicia acabó quemando su colegio. Porque a veces la escuela es el propio objetivo. Algunas milicias armadas están en contra de lo que conocen como educación occidental y más en el caso de las niñas.

Los lugares en los que más se ha recrudecido la situación son Burkina Faso, Malí y Níger. En estos países había 512 colegios clausurados y ocupados en abril de 2017 y ahora hay 3.005. En Camerún, Chad y Nigeria no ha habido mucha variación porque eran zonas que ya en 2017 estaban muy afectadas. Han pasado de 981 a 1054 cierres en estos dos años. «En los últimos años los conflictos en esta zona del mundo han aumentado en duración y en intensidad. Cuando dañas un colegio, estás dañando a toda la comunidad, al futuro. Muchas veces vemos que las escuelas se cierran antes siquiera de ser atacadas, por miedo», explica Cobas.

La violencia que sacude a esta región procede de tantos frentes que es extremadamente complejo atajarla y, por tanto, establecer una estrategia clara para defender las escuelas. Entre Malí, Burkina Faso y Níger operan la coalición terrorista JNIM vinculada a Al Qaeda, el Estado Islámico del Gran Sahara ligado al ISIS, y un grupo local Ansarul Islam, creado en 2016 por el popular predicador Malam Dicko. Todo esto se suma a las operaciones de los Ejércitos regulares, que se ven desbordados ante la inestabilidad y la falta de recursos.

La situación también afecta a los docentes, que son reclutados, expulsados o asesinados. Más de 44.000 han sufrido las consecuencias de los ataques. En mayo, Palma de Mallorca acogió la Conferencia Internacional sobre Escuelas Seguras. El profesor nigeriano Maidugu Magaji relató ante una audiencia sobrecogida que, cuando comenzó la violencia de la milicia islámica Boko Haram, más de 2.900 profesores fueron asesinados y otros 1.900 tuvieron que irse a otras partes del país.

Para contrarrestar la falta de infraestructuras, Unicef enumera en su informe algunas soluciones que se están aplicando en los territorios. Una de ellas con las lecciones a través de la radio, el único medio al que la mayoría de las comunidades tienen acceso en muchos casos. También existen programas para que grupos de docentes se desplacen regularmente a las comunidades para ayudarles a hacer los deberes o solucionar dudas y, en ocasiones, es posible llegar a habilitar pequeños centros en las aldeas a los que los niños pueden acudir y recibir educación básica. «Estamos ante una emergencia de educación por eso tratamos de trabajar siempre con las autoridades locales. Son los Gobiernos los que tienen que garantizar este derecho y adquirir este compromiso político», remata Cobas.

Fuente e imagen: https://elpais.com/elpais/2019/08/22/planeta_futuro/1566485798_290878.html

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Millones de niños sin educación en Africa, segun Unicef

Redacción: Prensa Latina

Cerca de dos millones de niños carecen de educación en comunidades afectadas por conflictos armados en las regiones de África Occidental y Central, advirtió hoy en un informe difundido aquí por Unicef.

 

Tal situación se deriva de que el número de centros escolares cerrados en esa parte del continente hasta junio de este año es de más de nueve mil 200, cifra que triplica las instituciones de ese tipo clausuradas a fines de 2017, precisó el reporte.

Acorde con el texto, los países más afectados por la violencia e inseguridad en las escuelas son Burkina Faso, Camerún, Chad, Malí, Níger, Nigeria, República Centroafricana y República Democrática del Congo.

De cara a esa realidad, Unicef valoró que las amenazas y los ataques contra estudiantes y maestros en tales áreas geográficas crean un sentimiento de aprensión entre los niños, sus familias, comunidades y la sociedad en general.

Más delante refiere que en numerosas zonas de África Occidental y Central, ‘está surgiendo una creciente hostilidad hacia la educación por parte de facciones beligerantes’.

Demuestra tal afirmación el que más de una cuarta parte de los 742 ataques verificados contra escuelas en todo el mundo en 2018 tuvieron lugar en cinco países de África Occidental y Central, ejemplifica.

En reiteradas ocasiones, agencias de Naciones Unidas, como Unicef, llamaron a los gobiernos de países africanos, afectados por conflictos armados, a adoptar medidas de emergencia para evitar que miles de niños se queden sin recibir clases en escuelas, lo cual entorpece su normal desarrollo intelectual.

También exigieron a la comunidad internacional que aporte necesarios recursos financieros para el impulso de la educación en estados de África Central y del oeste.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=300340&SEO=millones-de-ninos-sin-educacion-en-africa-segun-unicef
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