Page 41 of 86
1 39 40 41 42 43 86

Bolivia después del golpe de Estado, un país sin garantías

América del Sur/Bolivia/01-12-2019/Autor(a) y Fuente: www.prensa-latina.cu

Pese a los tintes de legitimidad con el que intenta teñirse el gobierno de facto que emergió después del golpe de Estado, Bolivia vive hoy en medio de la persecución política y la falta de garantías.

Basta escuchar el discurso del actual ministro de Gobierno, Arturo Murillo, para comprobar que tras la asonada golpista del 10 de noviembre contra el presidente constitucional Evo Morales esta nación se retrotrajo a los peores años de las dictaduras latinoamericanas.

Lo primero que dijo Murillo tras asumir el cargo fue que desataría la ‘cacería’ de Juan Ramón Quintana, exministro de la Presidencia de Morales. Lo culpa de sedición y terrorismo.

Curiosamente, es lo mismo que menciona ahora al referirse al grupo solidario procedente de Argentina que vino a documentar los hechos de represión contra las movilizaciones populares y las denuncias sobre violaciones de los derechos humanos reportadas en el país luego del golpe.

‘Recomendamos a aquellos extranjeros, que están llegando hechos a las mansas palomitas a tratar de incendiar el país: anden con cuidado, los estamos mirando’, advirtió la víspera.

Pero fue un poco más lejos en sus amenazas cuando enfatizó que ‘en el primer paso en falso que den tratando de hacer terrorismo, sedición se van a ver con los policías (…) Cero tolerancia, y luego después no digan que se está abusando (…)’.

La comitiva argentina la integran abogados, exjueces y voluntarios, y la encabeza el dirigente social Juan Grabois.

También la expresidenta del Senado Adriana Salvatierra aseguró ayer que siguen las detenciones arbitrarias de los que se oponen a la afrenta antidemocrática consumada hace casi tres semanas.

En ese sentido, demandó garantías para que Morales pueda acompañar la campaña electoral que se avecina y en la cual el Movimiento Al Socialismo (MAS), partido que dirigió los destinos de la nación en los últimos 13 años, tendrá que enfrentar un escenario adverso.

Contra Evo, asilado en México, el gobierno de la autoproclamada Jeanine Áñez lanzó acusaciones por al menos 10 delitos, entre ellos terrorismo, y una notificación azul de Interpol, que pretende abrir la puerta legal para recopilar información sobre el líder indígena en el marco de la denunciada persecución judicial.

La senadora del MAS expresó que a esta ausencia de garantías se suma la falta de procesos penales contra los que provocaron la muerte de más de 30 personas en el contexto de violencia y represión generado aquí.

Mientras, se van despejando las ambiciones de poder. El presidente del Comité Cívico pro Santa Cruz, Luis Fernando Camacho ?uno de los principales promotores del golpe de Estado que derrocó a Morales-, presentó la víspera su carta de renuncia al cargo para comenzar su carrera electoral.

‘Presidir esta institución es un sueño de toda la vida (…); pero la tengo que abandonar por otro sueño, otro anhelo más fuerte, ser presidente de la República de Bolivia’, confesó en su misiva.

Incluso, reveló que durante el paro cívico que dirigió contra Morales ‘era necesario’ decir que no iba a ser candidato para sumar apoyo, o sea, mintió.

Fuentes ligadas a Camacho señalan que en las siguientes horas se espera la llegada a Santa Cruz del presidente del Comité Cívico de Potosí, Marco Pumari, que apunta a ser su compañero de fórmula en el binomio presidencial.

Desde la salida forzada de Morales a raíz de una ola de violencia opositora, sumado al motín policial y la exhortación de las Fuerzas Armadas a la dimisión del jefe de Estado, Bolivia se sumió en una crisis institucional y política que dista aún de esa ‘etapa final de la pacificación’, anunciada por Áñez.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=324753&SEO=bolivia-despues-del-golpe-de-estado-un-pais-sin-garantias
Imagen: https://www.telesurtv.net/news/bolivia-defensoria-pueblo-cifra-muertos-represion-el-alto-20191128-0005.html
Comparte este contenido:

Paz, un clamor que se reitera con fuerza en Colombia

América del Sur/Colombia/24-11-2019/Autor(a) y Fuente: www.prensa-latina.cu

Por: Prensa Latina

Paz estable, duradera y con justicia social, es un clamor que se reitera hoy con más fuerza en Colombia, donde se suceden protestas por la vida, contra la violencia y en rechazo a políticas del gobierno.

Cientos de miles de personas se movilizaron a las calles durante el paro nacional del 21 de noviembre último al que se sumaron diferentes sectores de la sociedad durante una jornada calificada aquí de histórica.

Desde entonces tienen lugar expresiones de protesta, en su mayoría pacíficas, en las que las personas manifiestan su inconformidad a través de cacerolazos, concentraciones, haciendo cordones humanos, y utilizando banderas y carteles.

A tres años de la firma del Acuerdo de Paz entre el Estado y la exguerrilla FARC-EP, muchos colombianos exigen en calles y plazas que lo pactado se implemente de manera integral en un país que ha vivido durante décadas marcada por la violencia.

Hoy más que nunca decimos basta ya de ataques a la paz y la vida, 170 exguerrilleros firmantes de la paz asesinados desde la firma de los acuerdos, escribió en su cuenta en Twitter Rodrigo Londoño, presidente del ahora partido FARC.

Nos reafirmamos en la lucha y defensa de la paz y vida, hoy más que nunca seguimos firmes por el sueño de un país en paz y reconciliado, añadió.

El expresidente colombiano Juan Manuel Santos subrayó que gracias a ese acuerdo los colombianos pasaron de marchar en contra de secuestros, tomas guerrilleras y minas antipersonal, a marchar por más oportunidades y un mejor futuro. ‘Una paz imperfecta siempre será mejor que una guerra perfecta’, opinó.

Por su parte, Carlos Antonio Lozada, senador por al partido FARC, resaltó el hecho de que se llega a esta fecha ‘en medio de la más grande movilización nacional por la paz, la justicia social, la vida y la democratización de la sociedad’.

Ese pacto dio lugar a un proceso de democratización de la sociedad colombiana que permitió que la ciudadanía ejerza sus derechos a la participación, la oposición y la protesta en mejores condiciones, significó Iván Cepeda, de la Comisión de Paz del Senado.

A los tres años del Acuerdo, vemos como la guerra era un dique de contención a la movilización ciudadana. A la paz le debemos que los colombianos nos expresemos libremente y sin miedos. La fuerza del paro nacional del #21N (21 de noviembre) se lo debemos también al Acuerdo, puntualizó Antonio Sanguino, del Partido Verde.

Le corresponde al presidente Iván Duque el cumplimiento e implementación por parte del Estado. Eso es lo que le está pidiendo el país, añadió.

A juicio de Roy Barreras, exintegrante del equipo negociador del gobierno en los diálogos de paz con la exguerrilla FARC-EP en La Habana, ese Acuerdo es una hoja de ruta para Colombia y, sin embargo, todavía hoy hay quienes le dan la espalda a esa paz, a las víctimas del conflicto armado, a los hechos y las libertades que emanan de ese compromiso.

En este tercer aniversario la invitación es a levantar la bandera de la implementación de ese acuerdo, a desarrollar esa hoja de ruta que hará de Colombia una sociedad más justa y equitativa, enfatizó.

Fuente e Imagen: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=323343&SEO=paz-un-clamor-que-se-reitera-con-fuerza-en-colombia
Comparte este contenido:

Gobierno y prensa invisibilizan crímenes de odio en El Salvador

América Central/EL Salvador/24-11-2019/Autor(a): Charly Morales Valido/Fuente: www.prensa-latina.cu

Por: Charly Morales Valido

Los crímenes de odio contra la comunidad LGTBI (lesbianas, gays, tras, bi e intersexuales) son invisivilizados por el gobierno y los medios en El Salvador, donde recién fue asesinada con lujo de barbarie otra mujer ‘trans’.

El cuerpo de Victoria, cuyo nombre legal era Manuel Pineda, amaneció sin vida y con señales de tortura y vejación en plena calle, en lo que califica como un crimen de odio por su identidad de género.

Ni la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos, ni la Fiscalía General de la República ni el presidente Nayib Bukele se han pronunciado aún sobre este asesinato, perpetrado en un poblado de Ahuachapán (occidente).

La ministra de Cultura, Suecy Callejas, aludió al crimen al condenar en Twitter ‘la violencia social, en especial aquella que ataca a las poblaciones más vulnerables’, mensaje criticado por vago y generalizador.

‘Querida Sue, empecemos por señalar las cosas por su nombre: son crímenes de odio contra la población LGBTI. La situación amerita contundencia en el discurso y en las acciones’, replicó el activista Erick Ortiz.

Manuel Escalante, abogado y asesor del Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Centroamericana (Idhuca), llamó a identificar y visibilizar a las víctimas, porque cada población demanda distintas formas de protección.

A las personas LGBTI les toca vivir en una sociedad que las odia y un Estado que no las protege y se hace llamar un país seguro, denunció Bianka Rodríguez, presidenta de la Asociación Comcavis Trans de El Salvador.

En 2015 fue impulsada una reforma en los artículos 129 y 155 del Código Penal para agravar las penas de cárcel a quienes cometan delitos motivadas por odio o intolerancia a la expresión de género u orientación sexual.

Sin embargo, las agresiones contra la comunidad LGBTI ni siquiera son investigadas a cabalidad, caen bajo la etiqueta de crimen ‘pasional’ y no ‘de odio’.

William Hernández, director de la Asociación Entre Amigos, afirmó a Prensa Latina que los trans son más vulnerables, pues su identidad no es reconocida.

El cierre por orden de Bukele de la Secretaría de Inclusión Social, que atendía a sectores vulnerables de la sociedad, dejó a la comunidad LGTBI sin un interlocutor activo dentro del Estado.

Según la Federación Salvadoreña de personas LGTBI, de 2017 a la fecha se registraron al menos 20 asesinatos de mujeres ‘trans’ de entre 16 y 32 años de edad.

Fuente e Imagen: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=321791&SEO=gobierno-y-prensa-invisibilizan-crimenes-de-odio-en-el-salvador
Comparte este contenido:

China: Crisis en Hong Kong: la educación bajo la lupa

Asia/China/24-11-2019/Autor(a): Yolaidy Martinez Ruiz/Fuente: www.prensa-latina.cu

Por: Yolaidy Martinez Ruiz

Una de las aristas más preocupantes de la crisis en Hong Kong es la alta implicación de las nuevas generaciones en las protestas, pues pone bajo cuestionamiento su educación y aquello que conciben como concepto de democracia.

Desde el estallido de las manifestaciones en junio pasado en la región administrativa especial (sur de China) es notable la masiva participación de individuos menores de 20 años de edad en concentraciones ilegales, ataques con bombas caseras y uso de artículos peligrosos.

De hecho, un adolescente de 11 años es el menor de los más de cuatro mil arrestados hasta la fecha, mientras la semana pasada un video del diario China Daily mostró a un adulto entregando dinero a muchachos de ese grupo etario en medio de nuevas revueltas.

Las alarmas sobre el tema se elevaron con el caso de un hombre quemado con gasolina cuando discrepaba por el comportamiento incivilizado de los inconformes y el de un anciano fallecido tras ser golpeado en la cabeza mientras limpiaba los destrozos a una propiedad pública.

A ello se suma la toma de varias universidades devenidas en trincheras y donde, según reportes de prensa, se llama a los enfrentamientos a muerte con la policía.

Múltiples análisis critican la manipulación a la juventud en una situación donde las autoridades denuncian la existencia de una agenda separatista, pues se pasó de marchas en rechazo a una ley de extradición, ya sepultada, a un movimiento hostil sin final a la vista.

También señalan el desconocimiento, confusión y malinterpretación de ese sector sobre la historia de Hong Kong y esfuerzos para convertirse en un referente de la economía mundial.

Un artículo del periódico Global Times lamentó esa realidad y enfatizó en la necesidad urgente de introducir reformas al sistema educativo de la llamada Perla del Oriente para instruir a las nuevas generaciones en el verdadero significado de democracia.

‘Jóvenes hongkoneses destruyen la democracia sin tener idea de qué es. Hay razones para ello. Algunos padres radicales les hablan de las protestas. Algunos organizadores los instigan a participar en actos destructivos. Algunas escuelas y maestros les inculcan pensamientos radicales, y las redes sociales difunden mensajes erróneos’, acotó.

El medio de prensa remarcó que esa combinación surte efecto porque se trata de un segmento capaz de absorber todo con facilidad, no es lo suficientemente maduro para juzgar y por eso es utilizado por algunas fuerzas con motivos ocultos.

La democracia real, puntualizó, requiere de racionalidad y de personas que se apeguen a las leyes al expresar sus opiniones, respeten los criterios y reconozcan los derechos de los otros.

Global Times deploró la incapacidad de no permitir los desacuerdos, la transformación de las demandas en violencia y el apostar por el vandalismo como vía de presión.

‘Tal actitud no es democracia, más bien una invitación a la anarquía’, señaló el medio periodístico.

De igual manera, varias voces culpan al currículo escolar impartido en Hong Kong desde la secundaria, por incluir a partir de 2009 asignaturas de corte liberal.

Un editorial del canal CGTN recordó que la publicación de libros de texto sobre dichas temáticas no necesita aprobación del Departamento de Educación y muchos pueden presentar contenidos con enfoques parcializados.

Argumenta esos planteamientos con lo que denomina una crisis de identidad nacional, pues los jóvenes destruyeron la bandera y emblema de China, mientras pedían apoyo de Reino Unido, la antigua colonia del lugar.

A finales del mes pasado, el 19 Comité Central del Partido Comunista de China decidió en su cuarta plenaria adoptar mecanismos para reforzar y proteger el principio de ‘Un país, dos sistemas’ en Hong Kong y Macao, y avanzar en la reunificación pacífica del territorio.

Entre varias cuestiones, destaca el punto referido a la educación de las nuevas generaciones y los funcionarios públicos, pues se pondrá foco en su instrucción sobre las leyes, normas constitucionales, historia y cultura del país a fin de mejorar el patriotismo y el sentido de identidad nacional.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=321721&SEO=crisis-en-hong-kong-la-educacion-bajo-la-lupa
Imagen: https://www.dw.com/es/la-crisis-en-hong-kong-sin-soluciones-a-la-vista/a-51298247
Comparte este contenido:

Los ponchos rojos bolivianos

Por: Enrique Dussel
El 10 de noviembre de 2019 vi en mi celular, leyendo redes sociales, la presencia centenaria de Ponchos Rojos que corrían armados por las calles de El Alto (región del antiplano boliviano desde que se desciende a la capital, La Paz), que se desplazaban velozmente cantando en formación de guerra. Recordé entonces hechos del pasado, de 1995, que me trasladaron a esa región montañosa del llamado Alto Perú.

En 1995 dicté durante una semana un curso en el aula magna de la antigua, pública y centenaria Universidad de San Andrés, ante unos 700 entusiastas estudiantes sobre las Cuatro redacciones de El capital, de Karl Marx. Al tercer día de las conferencias, el rector y el Consejo Universitario me otorgaron el doctorado honoris causa de la Universidad.

Además, los estudiantes me informaron que estaba encarcelado un joven revolucionario, pareja de una compañera mexicana, que fui a visitar por solidaridad. Años después el encarcelado me agradecía en un acto público mi acto de solidaridad, y el tal joven revolucionario, sin saberlo yo, era nada menos que el vicepresidente Álvaro García Linera, gran intelectual y político.

Pero en tercer lugar, gracias al doctor Juan José Bautista, colega boliviano, me invitaron a dar unas exposiciones sobre Política de la Liberación a un grupo de indígenas aymaras en El Alto de La Paz. Recuerdo la acogida y el diálogo con aquellos aguerridos compañeros. Al final de los actos, y ante lo inesperado de la oferta, me indicaron que habían decidido invitarme, atendiendo al contenido de mis exposiciones, a ser parte de la comunidad de los Ponchos Rojos. En ese momento advertí que todos tenían puestos dichos ponchos, prenda propia de los Andes de milenaria costumbre con que los pueblos originarios y los gauchos se defienden del frío. Fui entonces investido de esa alta dignidad. Fue para mí un gran honor, y recuerdo que expresé: Este poncho es más importante que un doctorado en Harvard (y lo repito aun hoy pensando que en octubre de 2019 recibí en el aula máxima de Harvard el ser miembro de la American Academy of Arts and Sciences fundada en 1780).

Lo cierto que estos Ponchos Rojos se han puesto en movimiento. Este es uno de los primeros signos de un levantamiento del pueblo boliviano ante la violencia minoritaria que intenta tapar el sol con un dedo, violentamente racista, y evangélicos fundamentalistas (como lo eran los católicos de derecha en Chile con A. Pinochet) que blanden crucifijos (como hemos visto en la primera plana de La Jornada del 11 de noviembre) ante miembros de los pueblos originarios. Esa escena nos recuerda la obra de Franz Hinkelammert, Las armas ideológicas de la muerte, cuyo tema es el uso de una ideología, en este último católica de derecha en Chile, con la que se masacró al pueblo chileno. ¿Cómo puede enarbolarse la biblia o el crucifijo para derramar la sangre de los pueblos originarios, gritando: Sacaremos de los lugares públicos a la Pacha Mama y la remplazaremos por la Biblia? Ahora son fundamentalistas proestadunidenses, antes fueron fundamentalistas católicos eurocéntricos. Ambos han deformado e invertido el cristianismo de los primeros siglos, de un mesías que declaraba bienaventurados los pobres, y que fue juzgado por el imperio del momento (el romano) como opuesto a la ley levantando al pueblo contra el orden, por lo que valía como castigo el suplicio de la cruz (la silla eléctrica de aquel tiempo). La Cruz (que empuña el policía de la foto de La Jornada) es el signo de la muerte de aquel maestro (rabí) que se jugó por los pobres ante la opresión romana. En la cruz está crucificado el pueblo pobre boliviano que el liderazgo de gobiernos como el de Evo Morales ha mejorado sus condiciones de vida, es decir, no son ya tan pobres como antes. Pero la derecha (que invierte el sentido del cristianismo) toma a ese mesías (Cristós) que fue crucificado por el Imperio por movilizar a los pobres, como arma para matar a los pobres, la víctimas, los aymara, las cholas (mujeres) humillándolas machistamente. Empieza así a caminar el cristianismo con la cabeza, invirtiendo la sabiduría de los pueblos en nombre de una ideología fascista de derecha, y de un cristianismo fundamentalista en América Latina (como hay igualmente fundamentalismos islámicos o judíos).

Una teoría de la liberación latinoamericana invierte la inversión y pone de pie al compromiso en primer lugar en favor de los pobres. Pero es considerada subversiva en Bolivia.

No puedo sino alegrarme que mis compañeros Ponchos Rojos se han puesto en acción, como vanguardia del despertar del milenario pueblo aymara, quechua y amazónico boliviano; habrá que seguir los acontecimientos con cuidado, ya que a finales del siglo XX movieron desde sus raíces a la historia y pareciera que volverán a hacerlo ante minorías racistas, machistas, formados por escuelas norteamericanas (tanto religiosas como militares) que dan la espalda al sufrimiento del pueblo y están decididas a volver a dominarlo.

Y, mientras tanto, Evo Morales es acogido por la voluntad generosa y valiente del pueblo mexicano que está comenzado a ejercer un nuevo liderazgo entre las naciones latinoamericanas en vista de su Segunda Emancipación, a la que se encamina la Cuarta Transformación, ahora no ya de España o Portugal, sino de Estados Unidos, como nos sugirieron José Martí y José Carlos Mariátegui.

(1) Fui investido de Poncho Rojo en La Paz, Bolivia, en 1995.

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2019/11/15/opinion/018a1pol

Imagen: Eduardo Silva en Pixabay

Comparte este contenido:

Entrevista con Mario Rodríguez: ¿Viene la biblia a desplazar la Pachamama?

Por: Miriam Lang*

Una lectura diferenciada del resurgimiento de la extrema derecha en Bolivia, de las responsabilidades del gobierno y de las opciones que tienen las fuerzas transformadoras

Entrevista con Mario Rodríguez, El Alto

Mario Rodríguez vive en El Alto, Bolivia, donde forma parte del equipo de Wayna Tambo y de su estación de radio comunitaria. Es integrante de la Red de la Diversidad, de la red latinoamericana de Cultura Viva Comunitaria y del Grupo de Trabajo Permanente sobre Alternativas al Desarrollo.

Mario, hay dos interpretaciones principales que circulan acerca de los sucesos recientes en Bolivia: La una, que también es la oficial de Evo Morales y Álvaro García Linera, afirma que se trata de un golpe cívico-policial. La otra habla de una fiesta de la democracia, que logró triunfar sobre el fraude electoral. ¿Qué comentarios te provocan estas interpretaciones?

Para entender lo que está pasando es importante remontar al referendo del 21 de febrero de 2016 sobre la posibilidad de Evo de postularse una vez más como candidato a presidente en estas elecciones de ahora, en la que una mayoría del electorado le dijo que no, que debería ser el pasado su último mandato. Luego el gobierno activó una serie de mecanismos legales bastante turbios para asegurar su candidatura a pesar de este resultado del referendo, lo que desató en los últimos años una batalla en torno a la legalidad de esta candidatura.

El otro elemento es que a pesar de que nadie cuestiona que Evo Morales obtuvo una mayoría relativa en estas elecciones de octubre, hubo demasiados indicios de manipulación del voto para obtener la diferencia de más del 10% que se requiere en Bolivia para evitar una segunda vuelta, que el gobierno temía perder.

¿Puede ser que ya en 2016 haya habido manipulación del voto?

No se puede descartar del todo esta posibilidad, pero en este entonces el Tribunal Supremo Electoral tenía mucha más independencia, había personas que defendieron mucho eso y que han renunciado a sus puestos desde entonces.

Entonces, estos fueron los dos detonadores principales de un movimiento social en resistencia a la reelección de Evo, que involucró a amplios sectores de la población, con una predominancia de las clases medias en las grandes ciudades del país. Una parte de esta movilización era gente indignada que salió espontáneamente en defensa del voto y contra este aferramiento del gobierno al poder. Pero al mismo tiempo presenciamos otra dinámica, que actuó muy organizadamente en este escenario: la derecha organizada se montó sobre este movimiento espontáneo con una estrategia planificada, y en eso muy posiblemente hubo también asesorías externas, por ejemplo, del gobierno de Estados Unidos.

 Desde estos espacios ya se incitaba a no aceptar ninguna victoria de Evo Morales en las elecciones por venir. Se hablaba de que vivimos en dictadura y que las elecciones son convocadas por el dictador.

Luego, después de las elecciones primero la voz más visible era del candidato opositor Carlos Mesa, que obtuvo entre 36 y 37% de los votos, pidiendo una segunda vuelta. Al cabo de una semana cambio este liderazgo, aparece la figura del presidente del Comité Cívico de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, y se comenzó a pedir anulación de toda la elección y nuevas elecciones sin la participación de Evo Morales. Las demandas se fueron radicalizando, luego ya se pidió la renuncia, y ahora detención y encarcelamiento del presidente, vicepresidente y todo su gabinete.

¿Nos puedes contar un poco más quién es Luis Fernando Camacho, por favor?

Luis Fernando Camacho viene de una familia de empresarios de Santa Cruz, no el más grande pero importante, con actividades financieras y agrarias. Ha sido líder de la Unión Juvenil Cruceñista, una agrupación que destacó por acciones violentas en el conflicto de la Media Luna de 2008/2009, cuando las provincias de tierras bajas planteaban separarse de Bolivia. En este entonces, era evidente que la UJC era de extrema derecha y tenía raíces en el fascismo, por ejemplo usaban mucho el símbolo de la svástica nazi y había actuaciones conjuntas con la Falange Socialista Boliviana. Sin embargo, posteriormente llegaron a acuerdos con el gobierno de Evo Morales, al igual que los sectores empresariales de Santa Cruz, y hubo un pacto temporal que ahora se volvió a romper. Se dice que Luis Fernando Camacho está ligado a una iglesia evangélica muy derechosa que se instaló aquí hace unos tres años, en todo caso su discurso está muy marcado por el cristianismo reaccionario, habla mucho del mandato de Dios.

La otra figura que destaca y se asoció con Camacho es Marcos Pumari, de familia de procedencia minera de Potosí de sectores populares que están enfrentados con el gobierno de Evo hace mucho tiempo a partir de un conflicto sobre concesiones mineras. Pumari ha sido importante para que este sector radicalizado de la oposición pueda afirmar que no es solo de Santa Cruz y que también hay indígenas en su seno.

El 10 de noviembre, cuando estos personajes llegan a la puerta del palacio de gobierno dicen públicamente que van a sacar a la Pachamama de este lugar y que ahora vuelve Jesucristo. Luego logran entrar al palacio, colocan a la biblia en el centro de la bandera boliviana y se arrodillan allí.

¿Por qué se habla de que son ellos que conformarían ahora un gobierno, si ni siquiera participaron en las elecciones pasadas?

Efectivamente, Camacho pretende conformar un gobierno con un militar, un policía y un representante cívico. Esto sí configuraría un golpe de estado puro y duro. Constitucionalmente, el gobierno transitorio debería ser conformado por la cabeza del poder legislativo, pero las presidencias de ambas cámaras renunciaron en la ola de renuncias que hubo en el oficialismo.

En todo caso, aunque Camacho intenta consolidar y montarse sobre esta imagen divulgada internacionalmente de la “ciudadanía festejando en defensa de la democracia”, requeriría un mínimo de institucionalidad para legalizar un gobierno de transición – y esta solo puede darse a través de una decisión de la Asamblea Legislativa. Los líderes de partidos de oposición apoyan a esta salida porque devolvería protagonismo a los partidos políticos, que ahora lo han perdido.

Lo que es innegable es que un escenario de violencia callejera y caos, como comenzó a manifestarse en la noche del domingo al lunes en varias ciudades, favorecería la opción de Camacho de un gobierno cívico-militar para “restablecer el orden”. Lo que parece muy incierto en este momento es si el gobierno de Evo Morales logra retomar la iniciativa.

En 2006, cuando Evo Morales llega al gobierno, Bolivia es el país latinoamericano con el mayor grado de organización social. Organizaciones indígenas, pero también sindicales. Evo llega después de fuertes luchas contra el neoliberalismo y siendo parte de estas estructuras organizativas. ¿Qué ha pasado con estas organizaciones hoy?

Gran parte de ellas siguen existiendo como estructuras y siguen siendo muy masivas. Sin embargo, las organizaciones afines al gobierno se han vuelto altamente dependientes del y funcionales al poder ejecutivo en estos 13 años de gobierno. Están profundamente inmersas en el reparto de prebendas del estado, han perdido su autonomía y con ello su capacidad de crítica, pero también de movilización. En los últimos días hubo necesidad de estas voces, pero, aunque en algunos lugares hubo movilizaciones fuertes de apoyo, por ejemplo de los cocaleros de Cochabamba, no se logró nada contundente a nivel nacional como en otras épocas. Es llamativo que mucha gente con la que hablé en los últimos días sí defienden al gobierno de Evo, pero no se movilizan, no se sienten representadas en esta mediación tan subordinadas de estas organizaciones.

Luego, hay otra clase de organización que se centra en la resistencia territorial contra el extractivismo o contra megaproyectos, de estructura comunitaria. Estas organizaciones han pasado más bien anonadadas en este conflicto actual, o en algunos casos, sus liderazgos se han volcado ya desde hace algún tiempo hacia partidos de oposición de derecha, por los que son funcionalizados más como un elemento folclórico indígena.

Bolivia también ha sido el país que constitucionalizó diferentes tipos de democracia, más allá de la representativa, también la participativa y la comunitaria. Y ha colocado en el debate del continente la descolonización y la despatriarcalización. ¿Qué está pasando ahora con esto?

En cuanto a la despatriarcalización, hay que decir que incluso durante los años de gobierno, se recrudeció el ejercicio del patriarcado. Bolivia es hoy el país con los mayores índices de violencia de género y sobre todo de feminicidios en el continente. Hoy desde las fuerzas cívicas se refuerza mucho este imaginario del macho blanco superior, incluso desde la corporalidad. Es terrible lo que se está produciendo en términos simbólicos.

Frente a esto, hay una multitud de grupos y colectivos menos jerárquicos y estructurados, en principio críticos del gobierno, que en los últimos días se expresaron en defensa de estos elementos centrales, fundacionales del proceso de cambio: la plurinacionalidad, la descolonización, la despatriarcalización, los derechos de la Pachamama. Dicen: “no podemos permitir que todo eso se muera ahora”. Mientras el MAS centra su discurso en la democracia liberal representativa y el haber ganado el voto, ellos reivindican las dimensiones de la democracia más radical, más profunda.

Hay que recalcar que una mayoría relativa del electorado sí votó por Evo, y mucha gente aquí en El Alto ayer estaba agradeciéndole por la política social de estos años, también por una gran estabilidad económica que se logró en comparación con el resto de América Latina; por que las personas indígenas hayan por fin alcanzado dignidad, que ya no hayan tenido que tener vergüenza de llevar pollera en estos años. En estos sectores no hay mucha discusión sobre el hecho de que la base económica de esta política social haya sido la expansión del extractivismo.

Entonces, podemos afirmar que hoy, de cierto modo revive esta agenda de transformación profunda, tapada en estos 13 años por muchos discursos y prácticas del gobierno, y abandonada poco a poco por las grandes organizaciones sociales afines. Aunque de momento, su articulación puede darse más desde la resistencia a este fuerte embate de la derecha que desde la construcción de alternativas propiamente. Esto se verá más adelante. Los sucesos de los próximos días probablemente determinarán si estas fuerzas nuevamente son invisibilizadas por la centralidad de la figura de Evo como víctima de este ataque de la derecha y símbolo del cambio, o si logran afirmarse con un protagonismo propio y más articulado.

*Profesora investigadora en el Área de Estudios Sociales y Globales de la Universidad Andina Simón Bolívar, sede Ecuador. Cofundadora del Grupo Permanente de Trabajo sobre Alternativas al Desarrollo en 2011. Ha acompañado procesos y movimientos sociales en América Latina desde la década de 1980

Fuente: Revista Alba

Comparte este contenido:
Page 41 of 86
1 39 40 41 42 43 86