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Boaventura de Sousa Santos: «El capitalismo no funciona sin sexismo y sin racismo»

Por: Bernarda Llorente

Las tres salidas a la pandemia según Boaventura de Sousa Santos.

El sociólogo y ensayista portugués Boaventura de Sousa Santos es el gran pensador actual de los movimientos sociales, autor de una extensa obra en la que se destacan títulos como «Una epistemología del sur», «Democracia al borde del caos: Ensayo contra la autoflagelación» y «El fin del imperio cognitivo» se ocupa desde hace décadas de radiografiar la vida y los modos de subsistencia de las comunidades más vulnerables, un radio de acción que lo llevó a documentar desde las condiciones de un campo de refugiados en Europa hasta las formas de organización de las comunidades originarias de Amazonia o los barrios populares de Buenos Aires.

Sousa Santos nació hace 80 años en la ciudad portuguesa de Coímbra, donde reside la mitad del año tras haberse jubilado como docente de la Facultad de Economía. Obtuvo un doctorado en sociología de la Universidad Yale y dio clases también en la Facultad de Derecho de la Universidad de Wisconsin-Madison (Estados Unidos), donde pasa la otra mitad del año. En sus textos desmenuza los conceptos clásicos de las ciencias sociales para entender el mundo y los revitaliza con el objetivo de construir saberes «que otorguen visibilidad a los grupos históricamente oprimidos».

«El capitalismo no funciona sin racismo y sin sexismo -destaca el pensador-. Por el contrario, la resistencia no está articulada, está fragmentada, es por eso que muchos partidos de izquierda, con vocación anticapitalista, han sido racistas y sexistas. Incluso algunos movimientos feministas han sido racistas y han sido pro-capitalistas. El problema que enfrentamos es una dominación articulada y una resistencia fragmentada. Así no vamos a salir adelante porque sabemos que la intensificación del modelo es lo que agrava la vida de la gente».

Con un lenguaje directo que atraviesa toda su obra, propone un modelo de intelectual como agente de cambio, Sousa Santos analiza la refundación del estado y la democratización de la democracia . Se considera un «optimista trágico» , por eso cree que la pandemia es una gran oportunidad para replantear el modelo neoliberal, que considera agotado.

–¿Qué futuro podemos esperar después de la pandemia? ¿Cómo seremos capaces de pensar y de construir el mundo post pandemia?

–La pandemia ha creado tal incertidumbre que los gobiernos, los ciudadanos, los sociólogos y los epidemiólogos no saben qué va a pasar. Acabo de publicar «El futuro comienza ahora: de la pandemia a la utopía» y lo que planteo es que esta pandemia marca el inicio del siglo XXI. Tal como el siglo XIX no empezó el 1 de enero de 1800, sino en el 1830 con la Revolución Industrial, o el siglo XX en 1914 con la Primera Guerra Mundial y la Revolución Rusa de 1917, el XXI comienza para mí con la pandemia, porque va a inscribirse como una marca muy fuerte en toda la sociabllidad de este siglo. Y lo será porque el modelo de desarrollo, de consumo, de producción que hemos creado, ha llevado a que no sea posible en este momento, por más vacunas que existan, poder salir de ella.

Entraremos en un período de «pandemia intermitente»: confinamos-desconfinamos, donde el virus tendrá mutaciones, habrá una vacuna eficaz y otra no, vendrán otros virus. El neoextractivismo, que es una explotación de la naturaleza sin precedentes, está destruyendo los ciclos vitales de restauración, y por eso los hábitats se ven afectados con la minería a cielo abierto, la agricultura industrial brutal, los insecticidas y pesticidas, la contaminación de los ríos, el desmonte de los bosques… Esto, junto al calentamiento global y la crisis ecológica, es lo que hace que cada vez más los virus pasen de los animales a los humanos. Y los humanos no estamos preparados: no tenemos inmunidad, no tenemos cómo enfrentarlos.

–Hay conciencia sobre la gravedad? ¿Hay salidas?
–Veo tres escenarios posibles y no sé cuál resultará. El primero es el que pusieron a circular fundamentalmente los gobiernos de derecha y de extrema derecha -desde el Reino Unido a los Estados Unidos y Brasil- sosteniendo que esta pandemia es una gripe, que no tiene gravedad, que va a pasar y la sociedad regresará rápidamente a la normalidad. Claro que esta normalidad es el infierno para gran parte de la población mundial. Es la normalidad del hambre, de otras epidemias, de la pobreza, de las barriadas, de la vivienda impropia, de los trabajadores de la calle, de los informales. Es un escenario distópico, muy preocupante. Porque esa «normalidad» significa regresar a condiciones que ya la gente no aguantaba y colmaba las calles de muchos países gritando «basta».

El otro escenario posible es lo que llamo el gatopardismo, en referencia a la novela de Lampedusa, de 1958; la idea es que todo cambie para que todo siga igual. Las clases dominantes hoy están más atentas a la crisis social y económica. Los editoriales del Financial Times son un buen ejemplo de este segundo escenario. Dicen muy claramente que así no se puede continuar. Habrá que moderar un poco la destrucción de la naturaleza y cambiar en algo la matriz energética. Es hacer algunas concesiones para que nada cambie, y que el capitalismo vuelva a ser rentable. Por ello la destrucción de la naturaleza continuará y la crisis ecológica podrá ser retrasada pero no resuelta. Europa se encamina un poco por ese escenario cuando se habla de una transición energética, pero me parece que no va a resolver las cosas. Va a retrasar quizás el descontento, la protesta social, pero no va a poder saldar la cuestión pandémica.

El tercer escenario es, quizás, el menos probable, pero también representa la gran oportunidad que esta pandemia nos ha dado. Es la posibilidad de pensar de otra manera: otro modelo civilizatorio, distinto del que viene desde el siglo XVII y que se profundizó en los últimos 40 años con el neoliberalismo. Con el coronavirus, los sectores privilegiados quedaron más tiempo en sus casas, con sus familias, descubrieron otras maneras de vivir. Claro que fue una minoría, el mundo no es la clase media que puede cumplir con el distanciamiento social, lavarse las manos, usar las mascarillas… la gran mayoría no puede. Esta es la gran oportunidad para empezar una transición hacia un nuevo modelo civilizatorio, porque es imposible hacerlo de un día para otro. Y esa transición empezará en las partes donde haya más consensos. Hace mucho tiempo que este modelo está totalmente roto, desde un punto de vista social, ético y político. No tiene futuro. Es un cambio social, de conocimientos, político y cultural.

Difícil saber cuál escenario prevalecerá. Quizás tengamos una combinación de los tres; en algunas partes del mundo el primero, en otras el segundo, y en algunos países mayores avances. La política del futuro dependerá, fundamentalmente, de qué escenario prevalezca. Es el conflicto vital en las próximas décadas.

–El modelo de transición alimenta la esperanza de una sociedad distinta, pero presupone también replanteos y construcciones políticas diferentes, en términos ideológicos, económicos, modelos de desarrollo, sociales, culturales, diversos. ¿Cuáles serían las utopías frente a tantas distopías?

–Lo peor que el neoliberalismo nos ha creado es la ausencia de alternativa. La idea de que con el fin del socialismo soviético y de la caída del muro de Berlín solo queda el capitalismo. E incluso el capitalismo más antisocial, que es el neoliberalismo dominado por el capital financiero. En Argentina tuvieron una experiencia muy dolorosa con los fondos buitres. Hemos vivido estos 40 años en confinamiento -pandémico y político- encerrados en el neoliberalismo. La pandemia nos da una esperanza de que podemos salir del confinamiento. Nos obliga a confinarnos y simultáneamente nos abre las puertas a alternativas. Porque devela que este modelo está completamente viciado; hay un capitalismo corsario que ha hecho más millonarios a quienes ya lo eran. El dueño de este sistema que estamos usando (Zoom) puede ganar 1500 millones de dólares en un mes y hasta el confinamiento poca gente lo usaba o conocía. O el caso de Jeff Bezos, con Amazon. El aumento de las compras online lo convirtieron en el primer trillonario del mundo. Él y otros siete hombres de Estados Unidos tienen tanta riqueza como los 160 millones más pobres de ese país, que conforman más de la mitad de su población. Esa es la actual concentración de la riqueza en un capitalismo sin conciencia ética. La palabra que se me ocurre en este momento es robo. Hubo robo. Y las falencias de este modelo obligan a cambiar la política y eso nos da una esperanza. Lo que más me molesta hoy en día es la distribución desigual entre el miedo y la esperanza. En las barriadas del mundo las clases populares tienen sobre todo miedo. Luchan, siguen luchando, creativamente. Por ejemplo durante la pandemia protegieron sus comunidades. Pero abandonadas por los estados en gran parte de los países, tienen muy poca esperanza.

–Hablaba del peso que hoy tienen las empresas digitales al haberse convertido en las mayores empresas del planeta, incluso superando en dimensiones económicas y poder a muchísimos países. ¿Las GAFA significan un cambio en la matriz del neoliberalismo actual de cara al futuro? ¿Cómo influye este cambio en nuestras vidas?
–Antes de la pandemia ya estábamos todos hablando de la cuarta revolución industrial, dominada por la inteligencia artificial, la robótica y la automoción. Con las impresiones 3D, la robotización, el enorme desarrollo de las tecnologías digitales, nos volvemos cada vez más dependientes de ellas. El tema es determinar si estas tecnologías son de bien público o de unos pocos propietarios. Ese es el problema ahora. Hay sistemas públicos –por ejemplo el de la ONU- que están impedidos de ser ofrecidos al mundo. Las empresas se niegan porque pretenden seguir con sus negocios. Y son muy pocas… Google, Apple, Facebook, y Amazon (GAFA) y Ali baba en China. Son estas las grandes compañías tecnológicas que hoy dominan el mundo y que no aceptan ser reguladas por nadie. En este momento, por ejemplo, la discusión en el Congreso en los Estados Unidos es clara: Mark Zuckerberg ha dicho que no acepta ser regulado. Y como tienen tanto poder, estas empresas desde su arrogancia pretenden autorregularse de acuerdo a sus intereses.

–Al mismo tiempo su poder traspasa el económico y juega un papel fundamental en la política. Las fake news desparramadas en las redes sociales y la desinformación colaboran a la degradación de pilares estructurales de las democracias.

–Claro, por supuesto. Y además la contradicción es esta… en muchas partes del mundo, por ejemplo en Brasil, en Reino Unido con el Brexit, en el Parlamento Europeo, las fake news y el uso de las tecnologías digitales para producir noticias falsas tuvieron un papel fundamental en los resultados electorales. Bolsonaro -por ejemplo- nunca sería presidente de Brasil sin ellas. ¿Twitter intervino en ese momento como hoy lo hace con Trump en Estados Unidos? No, porque el dueño de Twitter no era brasilero. Twitter intervino cuando era la democracia de Estados Unidos la que estaba en juego. Si fuera la de Bangladesh, la de Sudáfrica, o de Portugal, no importa… es libertad de internet. Pero si estamos en los Estados Unidos, ahí no, ahí vamos a cerrar. Eterna contradicción. Claro que eso puede llevar a una regulación más amplia a nivel global de las redes, pero obviamente que estamos en otro paradigma, en el que tenemos que trabajar con estas tecnologías y al mismo tiempo luchar contra todo el sistema de noticias falsas.

–¿Es posible lograrlo? ¿Desde qué mecanismos?
–Esa es la pregunta. Nosotros partimos en esta transición muy desgastados, muy empobrecidos políticamente, porque la política se empobreció muchísimo en los últimos 40 o 50 años. Porque la política es construir alternativas. En su momento el socialismo y el capitalismo tenían cosas en común, por ejemplo, su relación con la naturaleza. Pero había una opción; con la caída del muro de Berlín nos quedamos sin opción, y entonces los políticos se confinaron al capitalismo y se volvieron mediocres. La política dejó de tener interés -incluso para los jóvenes-, la gente se distanció bastante de ella. Hace poco hablé con algunos que trabajan en vivienda en Brasil, que están interesados en darle una casa digna a la población que está sin techo, casi no participaron en las últimas elecciones municipales. Porque decían mira, vamos a elegir uno u otro, no cambia nada, y ese es el peligro. Que la gente piense que los cambios políticos no cambian nada, que son una forma de gatopardismo. La política tiene que volver a construirse. Pienso que de ahora en adelante lo que deberá diferenciar a la izquierda de la derecha será la capacidad entre los grupos políticos de crear alternativas frente a al capitalismo, alternativas de una sociedad distinta, que puede ser de diferentes matices. Quizás sea una sociedad que vuelva a los intereses de los campesinos y los indígenas del continente. Que tenga una relación más armónica con la naturaleza. El capitalismo no puede tener una relación armónica, porque el capitalismo tiene en su matriz la explotación del trabajo, la explotación de la naturaleza. Entonces la izquierda tiene que tomar una dimensión paradigmática de cambio para otra civilización; la derecha, en cambio, va a gerenciar el presente siempre con los dos primeros escenarios. Esa va a ser la diferencia a futuro.

–Usted habla de varios conceptos que ayudarían a transformar las formas de construcción política. Salir de la idea de la utopía como un «todo» para reemplazarla por la de muchas y variadas utopías acordes a la diversidad de realidades y sueños. ¿Cómo se hace para diversificar, segmentar, construir distintas utopías y al mismo tiempo potenciar un proyecto global, que sea capaz de estructurarlas, potenciarlas, unirlas?

–Para mí lo crucial de nuestro tiempo es exactamente esa asimetría entre la dominación que no es simplemente capitalista, sino también colonialista y patriarcal. El capitalismo no funciona sin racismo y sin sexismo, a mi juicio. Por el contrario, la resistencia no está articulada, está fragmentada, es por eso que muchos partidos de izquierda, con vocación anticapitalista, han sido racistas y sexistas. Incluso algunos movimientos feministas han sido racistas y han sido pro-capitalistas. Y algunos movimientos de liberación anti-racial han sido sexistas y han sido pro-capitalistas. El problema que enfrentamos es una dominación articulada y una resistencia fragmentada. Así no vamos a salir adelante porque sabemos que la intensificación del modelo es lo que agrava la vida de la gente, de un modo de dominación que lleva a los otros. En Brasil cuando se intensifica la explotación capitalista, con Temer y después con Bolsonaro, se incrementó de una manera brutal el genocidio de los jóvenes negros en las periferias de las ciudades. Aumentó la violencia doméstica en contra de las mujeres y el feminicidio. O sea, la dominación es particular. Necesitamos de sujetos políticos globales además de los locales, y además de los nacionales. Esta articulación es posible porque cuando los movimientos -Chile o los Black Lives Matter por ejemplo- parten de una demanda, sea feminista o anti-racial, al mismo tiempo, cuando ganan importancia, traen las otras demandas, el hambre o de la desigualdad social. Hoy el movimiento Black Lives Matter tiene una dimensión feminista también, y obviamente de oposición a este modelo capitalista tan desigual e injusto. Yo pienso que tiene que haber un cambio. En la dimensión local hay que volver a las barriadas. Hoy son los pastores evangélicos quienes hablan con la gente y les dicen que hay que votar a la derecha. Por eso pienso que no es solo la organización, sino también la cultura política la que necesita cambios.

–¿Qué prácticas y estrategias deberían modificar o reforzar los partidos y los movimientos sociales frente a esta nueva etapa? ¿Están preparados para el cambio?

–¿Si me preguntan si los partidos opositores tienen ese perfil hoy? No, no lo tienen. Deben cambiar. Los partidos de izquierda se acostumbraron a esta dialéctica oposición-gobierno, ¿no? Y durante 40 años esa dinámica no tuvo alternativa civilizatoria, no se pudo pensar nada más allá del capitalismo. Independientemente del perfil ideológico de los gobiernos, hasta marzo las primeras páginas de los periódicos eran ocupadas por los economistas y las finanzas. Ahora con la pandemia son los médicos, los epidemiólogos, los virólogos. La pandemia nos obligó a cambiar. Entonces, creo que hay que ver otro modo de hacer política y otra manera de gerenciar la política. Yo pienso que parte de las izquierdas deben acostumbrarse a ser oposición para luego saber reconstruir. Tienen que ayudar a mejorar la vida de la gente. Pero las instituciones actualmente no permiten eso, porque tenemos todo un entorno global que no te deja, por ejemplo el capitalismo financiero. Entonces tendremos que encontrar otra forma de gobierno y hay que empezar a pensar en esa dimensión global.

Conversación entre la socióloga Silvia Rivera Cusicanqui y el director del proyecto ALICE, Boaventura de Sousa Santos. 

¿Y cuál sería el rol de las oposiciones? ¿Cómo construirse desde otras lógicas?
–La política de gobierno es una parte de la política: fuera de eso tienes que tener otra política que es extra institucional, que no está en las instituciones sino en la formación de la gente, en la educación, en las calles, en las protestas pacíficas. Miren lo que está pasando en Chile antes de esta pandemia; fueron las mujeres, sobre todo, y los movimientos sociales. Ellos tuvieron un papel fundamental para traer a las calles cosas que la política misma no estaba dispuesta a hacer. Los partidos de izquierda, por increíble que parezca, no habían incluido en sus proyectos la causa mapuche cuando los mapuches habían sufrido con huelgas y asesinatos, y habían sido la oposición a los gobiernos de Chile. Y todavía están abandonados. Es necesario una protesta y un movimiento popular constituyente, donde las mujeres tengan un papel muy importante para tener en la política una gestión plurinacional. Los partidos son importantes pero los movimientos son igual de importantes. Tiene que haber una relación mas horizontal entre ambos.

–¿La protesta, la calle, sigue siendo una de las principales herramientas de visibilización y resonancia política?

–Las comunidades siguen teniendo una gran creatividad y esto forma parte de un movimiento de izquierda reconstruida, más abierta a toda esta creatividad comunitaria. No son simplemente las calles y las plazas, es la vivencia comunitaria que tendremos que intensificar. Porque las calles no son un emporio de las izquierdas, en esta década vamos a ver calles llenas de gente de extrema derecha. Yo vi a la extrema derecha entrar en las manifestaciones en Brasil. Las consignas de la izquierda, aprovechadas por la extrema derecha, y después dominando toda la protesta. Aquí en Europa sabemos muy bien eso, los Estados Unidos hoy, la gente contra Biden que no es propiamente de izquierda, y por otro lado los Prat Boys de la extrema derecha organizada y militarizada que ocupa las calles, y que va a hacer la política extraconstitucional, de las calles, de las protestas.

–En Argentina se ha hablado mucho de «la grieta» como si fuera un fenómeno «nacional», único. Cuando se mira al mundo la polarización, sin embargo, parece ser el signo de estos tiempos. ¿Cómo afecta esta situación el funcionamiento de la democracia?
–A mi juicio, durante mucho tiempo la teoría democrática, la idea más valiente, más segura, era que las democracias se sostienen en una clase media fuerte. Claro que yo, estando en Portugal, trabajando en África y en América Latina, no veía clases medias fuertes, lo que realmente veía era desigualdad social. Siempre me sentí como un demócrata radical, o sea, la democracia es mala porque es poca. Hay que ampliar la democracia en las calles, en las familias, en las fábricas, en la vida universitaria, en la educación. Entonces esta idea de que la polarización es contraria a la democracia, me parece que es cada vez más evidente cuando hablamos de democracia liberal. Sólo tiene sentido, o se refuerza, con una democracia participativa, con otras formas de participación de la gente que no sean democracias electorales, porque si son solo democracias electorales van a seguir eligiendo anti demócratas como Trump, Bolsonaro, Iván Duque, como tantos otros. Por eso la democracia muere democráticamente, por elección, por vía electoral. Hitler ganó dos elecciones en 1932, antes de su golpe. Creo que hay que fortalecer esa democracia con democracias participativas. La polarización, la desigualdad, provienen de esta polarización de la riqueza sin precedentes que hoy tenemos. A mayor desigualdad en la vida económica y social, más racismo, más discriminación y más sexismo. Entonces estamos en una sociedad en retroceso a nivel mundial, en retroceso reaccionario, donde el capitalismo es cada vez más desigual, más racista y más sexista. Esta es la realidad que tenemos hoy.

–¿Como sería la forma de avanzar hacia una mayor participación, imprescindible para recomponer las democracias, con la exclusión social que arroja un modelo tan concentrado y desigual?
–Tenemos que pensar en la transición. Y hoy debemos contar con políticas sociales, romper con el neoliberalismo, y para eso es necesario una reforma fiscal. Es inaceptable que los pobres y la clase media paguen 40% de impuestos, y los ricos el 1%. Que Trump haya erogado de impuestos federales 765 dólares, es impensable. Tiene que haber una reforma fiscal para dar políticas de educación, de salud. La otra cuestión es política, necesitamos una reforma constituyente. Las constituciones que tenemos congelaron una sociedad segmentada, no solo desde un punto de vista capitalista sino también racista y sexista. Tenemos que refundar el Estado. Los únicos países que tuvieron reforma política fueron Bolivia y Ecuador, e igual fracasaron. La misma idea fracasa muchas veces antes de tener éxito, antes de hacer historia. Los derechos de la madre Tierra, por ejemplo, no tuvo muchos resultados en Ecuador, pero veamos lo que pasó en Nueva Zelanda. Jacinda Arden, la primera ministra, una mujer fabulosa, la líder mundial en este momento después del Papa diría yo, esta señora promulgó una ley sobre los derechos humanos del río sagrado de los indígenas, y no fue simplemente eso, ha dado plata para regenerar, revitalizar los ciclos vitales del río. Es una revolución que no logró efecto en Ecuador, en Bolivia, en Colombia, como sí en Nueva Zelanda. Debemos articular los conflictos sociales con esa idea de Naturaleza porque esta es territorio, cultura, memoria, pasado, espíritu, conocimiento, incluso sentimiento paisaje».

Pienso que las constituyentes van a ser un marco del futuro para deslegitimar el neoliberalismo y volver a la soberanía popular que va a permitir la soberanía alimentaria, que muchos países no tienen hoy. soberanía industrial, ¿cómo es posible que los Estados Unidos no produzcan mascarillas ni guantes, ni respiradores? Por eso, ¿es un país desarrollado? No sé. Sudáfrica ha defendido mejor la vida de la gente que los Estados Unidos.

–El gobierno de Alberto Fernández comenzó en diciembre y tres meses más tarde debió enfrentar la pandemia, a la que se sumó la herencia de un país endeudado y una economía destruida. ¿Qué nos recomendaría a los argentinos, a los latinoamericanos, en este momento?

–Yo soy un intelectual de retaguardia, no de vanguardia. No doy consejos: mi solidaridad, que es grande, es conversar con la gente. Yo pienso que es un continente en el que siempre ha habido una creatividad política enorme, y estas experiencias han dejado cosas muy interesantes. He hablado de Chile, también Bolivia, las elecciones ahora en Brasil. Alberto Fernández es un caso muy interesante y los describe mi último libro, porque es el único presidente que llega al poder y después viene la pandemia. Viene con un programa, pero el programa se vuelve la pandemia. Alberto Fernández tuvo un coraje enorme para enfrentarla. Un gran problema es la herencia brutal de neoliberalismo, de destrucción del Estado, de las políticas sociales, de la economía. Esa herencia es brutal y lleva tiempo la reconstrucción. Además, es una sociedad muy movilizada, con movimientos sociales y populares fuertes, el de mujeres es fortísimo y en estos días se expresa en la lucha por el aborto legal. Hay toda una sociedad muy creativa, y eso se nota. Esta es una gran oportunidad para repensar un poco la política y para volver a una articulación continental; yo pienso que la idea de matriz de articulación regional, como el ALCA, o UNASUR, fueron muy interesantes. Esta semana mirá lo que China y los países asiáticos están haciendo: el más grande conjunto de libre comercio, de articulación económica. Sin los Estados Unidos, y sin Europa; es mucho más grande que cualquier acuerdo europeo, mucho más grande que el tratado entre Estados Unidos, México y Canadá. Entonces, ¿por qué no entender que el continente no es el patio trasero de los Estados Unidos? Y tiene que tener más autonomía, porque son todos de desarrollo intermedio, de mucha población. Hay que reinventar y en este momento, sobre todo, hay que hacer una autocrítica. A las personas de izquierda no les gusta, porque viene de la época de Stalin, pero la autocrítica es la auto reflexión, es repensar las izquierdas.

América Latina: el patio trasero

Para entender los procesos políticos latinoamericanos, Boaventura de Sousa Santos pone la lupa en las asimetrías, en lo cultural. Estudia las democracias tribales, mira las economías urbanas, critica los sistemas educativos, se enfoca en lo múltiple, lo pluricultural. Sostiene que el Estado tiene que ser refundado porque esta democracia liberal ha llegado a su límite. Dice que las izquierdas del Norte global sean eurocéntricas no es novedad, pero que las izquierdas del sur sean racistas con los pueblos indígenas y afrodescendientes, es producto de la exclusión que produjo el capitalismo, el colonialismo y el patriarcado.

–¿Cómo deberían plasmarse estos cambios en América Latina, la cual aparece como una Región en disputa?

–Es esperanzador lo que está ocurriendo y nos tiene que llevar a reflexionar. Por ejemplo, el caso de Bolivia, es el único país que tiene la mayoría indígena del continente, 60% de la población. Yo pienso que los occidentales de izquierda, nosotros los blancos de izquierda, intelectuales, no entendemos los pueblos indígenas. Hay que ser muy humildes, porque no tenemos conceptos. Cuando ganó el MAS de nuevo, la sorpresa fue enorme, porque no imaginaban que los indígenas volverían tan rápido al gobierno. Porque no entienden el alma indígena. Después de la salida de Evo reconstruyeron el MAS, los liderazgos, se animaron de otra manera, con otra gente.

–¿Hubo reflexión? ¿Hubo aprendizaje?

–Estamos repensando todo y las cosas están cambiando. El contexto internacional de esos años hasta el 2014 permitió que en algunos países de América Latina como Brasil o Argentina la gente fuera menos pobre, sin que los ricos dejaran de enriquecerse. Hubo políticas de redistribución por parte de los gobiernos populares pero el ciclo de las comodities cambió y los modelos entraron en crisis. Cualquiera que hayan sido los errores cometidos en los procesos populares, sabemos que no pueden repetirse. Porque los precios de los commodities no están como estaban, porque las condiciones son muy distintas, y porque hay una deslegitimación de todo el modelo neoextractivista. La agricultura industrial tiene que disminuir, puede ser una transición, pero debe lograrse; si no diversificamos la economía, es un desastre. Eso ya lo sabemos. Me parece que ahora estamos en un punto de repensar las cosas. Con Alberto Fernández en Argentina, AMLO en México, son las dos esperanzas. AMLO es un poco más complejo que Alberto, a mi juicio. Tenemos bastantes avances en Chile, y la corriente para iniciar el proceso constituyente, que va a ser muy conflictiva de aquí en adelante. Entonces me parece que las cosas están cambiando, y que de alguna manera en América Latina se están dando respuestas porque la gente está, los movimientos sociales siguen luchando, aunque sea en pésimas condiciones como en Colombia.

* Bernarda Llorente es la presidenta de la agencia Télam.

Fuente e Imagen: https://www.pagina12.com.ar/310091-las-tres-salidas-a-la-pandemia-segun-boaventura-de-sousa-san?fbclid=IwAR01AdDxT7vczxuczoBqghynuUcPlsTWyYRFm37D_3YWPmtbT2YOuPs_mHQ

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Y a ti, maestro; ¿cómo te fue con la evaluación?

 Patricia Escobedo Guzmán

Maestro, a ti, ¿cómo te fue con la evaluación? Y no me refiero a la numérica, a la cuantitativa, a aquella que tuviste que hacer tú con una pasión y una gran entrega para darla a conocer a tus alumnos y sus papás en estos días.

Me refiero y enfoco más en tu evaluación; en la personal, la que sale de tu corazón y que tú solo conoces; a la evaluación de la virtualidad y la fatiga que va generando el paso de los días, la evaluación de corazón a corazón, la visualización de lo realzado y lo vivido.

Cuántos dieces obtuviste por tu invaluable apoyo durante este primer trimestre virtual; cuántas menciones honoríficas por el espléndido camino andado; cuántos reconocimientos por las tardes y noches en vela preparando los materiales, las planeaciones, las clases virtuales, los ejercicios de Classroom, las evaluaciones especiales, el audiocuento, la presentación especial, las frases bonitas, los videos animados y con sonido, los ejercicios divertidos, las explicaciones breves pero fáciles de entender, las operaciones matemáticas, los juegos compartidos, etcétera, etcétera…

Cuántas sonrisas has recibido por el conocimiento entendido a distancia, cuántas frases bonitas traducidas en agradecimiento por todos tus esfuerzos y cansancios acumulados; cuántos ¡Hola maestro! ¿Cómo amaneció? de tus alumnos al inicio de la clase virtual?; ¡cuántos y cuántos reconocimientos acumulados!

Y es que la verdad, al término de este primer trimestre virtual no queda nada por decir más que ¡GRACIAS! Y en ese vocablo se engloban todos los dieces, menciones honoríficas y deseos buenos que se pueda imaginar, pues lo que estás haciendo maestro, es para celebrarse hoy y siempre.

Así que si no te has tomado un momento para recapitular la valía de la evaluación, de tu evaluación, te invito a que lo hagas y que te dediques unos instantes para ti y te felicites, pues créeme que todo ha valido la pena.

Y a ti, maestro; ¿cómo te fue con la evaluación?

Fuente e imagen: https://profelandia.com/y-a-ti-maestro-como-te-fue-con-la-evaluacion/

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La escuela NO es un lugar

Por: Luciana Jouli y Mayra Pedraza/CLAE

La escuela no es un lugar; y si así fuera, convendría discutir esa idea. La escuela es un conjunto de relaciones sociales que se dan a propósito de la educación. (Juan Carlos Miranda Arroyo, 2020).

Se ha fetichizado la escuela y, por ende, se sostiene que la escuela son las paredes, el pizarrón, la tiza o el fibrón, el aula.  El capitalismo muestra las mercancías acabadas para esconder las relaciones sociales que se articulan y luchan detrás de ella. Por eso, se debería pensar a la escuela en el marco de las relaciones sociales que legitima, como parte de la superestructura, y cuáles son las relaciones sociales que se tendrían que alterar y rearmar como parte de las fuerzas del pueblo. Estableció Tema De La Escuela. Volver A La Escuela, Lugar De ...

Se ha visto una resistencia a lo tecnológico, eludiendo las necesarias discusiones sobre las nuevas perspectivas de la escuela en las necesidades del capital y la redefinición de las relaciones sociales que éstas conllevan y cómo alterarlas, cómo resistirlas, transformarlas, para generar otra escuela.

Como dice Luis Bonilla-Molina: “Sin reflexiones estructurales que les permitan comprender lo que está pasando y construir escenarios realistas, la actual aceleración del cambio les impulsa a sentirnos atacados, por ello la piel se les pone «de gallina» y reaccionan con recetas de propaganda” (Luis Bonilla, 2020a).

En ese sentido, se puede decir que “La escuela como lugar puede tratarse desde dos perspectivas distintas: la que se centra en el estudio del espacio interior de la institución, y la que pretende estudiar las relaciones entre ella y el espacio exterior (o medio, entorno, territorio …)”. (Jaume Trulla, 2004)

Se puede acordar con Miranda Arroyo cuando plantea que “La escuela está rota porque no todos los estudiantes se pueden comunicar con sus docentes, y éstos con sus pares.” (Juan Carlos Miranda Arroyo, 2020), porque hay una ruptura de las relaciones sociales que legitiman el espacio educativo tal como se conoce, el aula. El viejo modo de entender los sistemas escolares comienza a ser un obstáculo para el sistema del siglo XXI.

Ahora bien, lo que aparece ante nuestros ojos es una reconfiguración de las relaciones sociales, mediadas por la virtualidad, las plataformas y las tecnologías. Se reordena digitalmente la producción capitalista. Sin embargo ninguna ruptura es ingenua, siempre conlleva la iniciativa de una fracción de clase. Y en ese sentido, se debería pensar qué iniciativa hay para los sistemas educativos y las clases subalternas.

Los datos están a la vista, y existe una incipiente idea de cuarta Revolución Industrial que pone en el centro de la escena a la digitalización de la vida. Tal como plantea Luis Bonilla, esta nueva configuración modifica las dinámicas de trabajo y de consumo, y la casa se convierte en el epicentro del trabajo y la educación.

Manera en la que media la virtualidad en la vida de las personas-FUENTE: Elaboración propia

 

Mientras en otros tiempos esta discusión parecía lejana, parecida a una película de ciencia ficción o un capítulo de los Supersónicos, hoy el debate golpea las puertas de los hogares y nos ubica en un espacio de re-pregunta de lo que transcurre en la cotidianeidad. Tal como dijeron alguna vez Los Redonditos de Ricota: “El futuro ya llegó”.

Los sistemas educativos mundiales están siendo obligados a generar condiciones para afrontar la educación digital como forma de desarrollo de dichos sistemas.  En un contexto en el que menos de la mitad de la población del mundo tiene acceso a internet o a una computadora.

La crisis educativa evidenciada por la pandemia del COVID-19, pone de relieve que el acceso a internet y a computadoras se convierten en un derecho humano fundamental. En ese contexto, en los últimos veinte años son numerosas las fundaciones y grupos vinculados a la lógica del mercado que promovieron y promueven la educación en casa: el sueño dorado del neoliberalismo educativo (Bonilla-Molina,2020b).

Elvia Peralta: La escuela lugar de trabajo docenteEstamos pisando un sistema sustentado en la producción y acumulación de conocimientos y datos, que nos conduce a una marcada tendencia hacia la internacionalización de la educación, su mercantilización, comercialización y virtualización de la misma.

Paula Giménez y Emilia Trabucco (2020) advierten que el confinamiento en casa disparó exponencialmente la cantidad de datos que producimos, y también las ganancias de quienes son hoy los grandes dueños de las plataformas que se transformaron en el territorio donde “convivimos”.

Se puede, entonces, empezar a proyectar un escenario futuro, donde se destruyan y modifiquen los puestos de trabajo tal y cual los conocemos. Las  instituciones ya muestran signos de crisis hace tiempo,  por ejemplo: la escuela.

La virtualidad: un  terreno de disputa.  

Con la democratización del acceso a Internet, se conoce una nueva realidad: casi la totalidad del conocimiento consolidado por la humanidad está accesible en línea -no sin limitaciones de los dueños del espacio virtual- desde un dispositivo que cabe en el bolsillo.

El inmenso universo de conocimientos hoy se encuentra disponible “gratuitamente” e “instantáneamente”, y las redes de fibra óptica tendidas a nivel mundial se encargan de hacer llegar a cada punto del planeta, señales inmateriales electrónicas que, a un “click”, abren la puerta al saber (y también a nuestros datos). Cabe preguntarse aquí hasta dónde ha llegado esa democratización. En un sistema fetichista, que pone a las mercancías por sobre las personas, la relación de inclusión/exclusión siempre está presente.

De acuerdo a datos del Instituto de Estadísticas de Unesco (2020a), al día 21 de abril de este año casi 1.600 millones de estudiantes están afectados por medidas de cierre de escuelas y cancelación de clases presenciales. Esto representa el 90,2% de las y los estudiantes en 191 países.A medida que el COVID-19 conduce al cierre de la mayoría de las ...

Según Unesco (2020b), la mitad de estas y estos estudiantes no cuenta con una computadora en el hogar y 43% no cuenta con acceso a Internet en sus casas. Esto genera una brecha entre conectados y desconectados en un sistema virtual.

En Argentina, según el Observatorio Argentinos por la Educación, el 19,5% de las y los estudiantes que terminaron primaria no tienen acceso a internet, mientras el porcentaje en secundaria llega a 15,9%. Además, se realiza una transferencia de las responsabilidades educativas de los Estados a las familias.

Ante la imposibilidad del encuentro entre docentes y estudiantes, el rol intermediario cae sobre el entorno cercano de los mismos. Profundizando la explotación sobre personas que no encuentran separación entre su vida hogareña, su trabajo “desde la casa” y su rol de intermediario en la educación. Y a su vez recae, generalmente, sobre las mujeres, profundizando además las brechas de género.

Es en este sentido, que la disputa por la conectividad como derecho y el acceso a las nueva tecnologías se hace indispensable, para que ningún estudiante quede fuera del sistema educativo. Pero bien, cabe a las educadoras y los educadores, a las organizaciones sociales, estudiantes, a todas y todos, no quedar sólo en ese reclamo y pensar en las construcciones colectivas, comunitarias, en la nueva época.

No es sólo el ingreso a la digitalización de las vidas de las y los estudiantes lo que se necesita, sino también establecer nuevas relaciones entre los sectores que componen la educación, la escuela, el barrio.

Por eso se puede decir con Naranjo (2020) que la virtualidad es un territorio de disputa que debe fortalecer los territorios geográficos locales con proyección global, en articulación con otras experiencias, para ir fortaleciendo la fuerza social del pueblo desde los territorios. Y para esto, nos tiene que servir la virtualidad. No podemos dar respuestas viejas a nuevas situaciones.

Coronavirus en niños, escuelas, Estados Unidos... Las noticias del ...La historia es dialéctica y no vuelve hacia atrás. Es por esto que debemos exigir poner todo el capital técnico. Es necesario montar proyectos de dotación de tablets, enmarcados en proyectos de conectividad. Estamos asistiendo a una reingeniería social basada en el conocimiento y en las tecnologías, y  el coronavirus ha acelerado ese proceso.

Pero, desde el pensamiento crítico, se debe romper con la ingeniería social que le ha impuesto el neoliberalismo a la estructura escolar. La cobertura escolar dejó de ser para que los pueblos aprendieran lo nuevo, para democratizar el conocimiento, y poco a poco se fue imponiendo la visión de las instituciones educativas como espacios de contención social, estrechamente asociada al mundo del trabajo (Bonilla-Molina, 2020b).

Aquí es donde entra en juego la idea de ciudadanía, como concepto, como forma de reflexión y participación, como crítica. La ciudadanía, entendida como el estadío de los sujetos en el pleno uso de sus derechos, y en el ejercicio de deberes y obligaciones correctamente cumplimentados, es una realidad concreta, pero que también es un tanto observable.

La categoría de ciudadano siempre ha sido utilizada por los sectores dominantes de la burguesía para su conveniencia, y esta no es la excepción. La misma tiene sus límites y se señalarán a continuación.

Con ciudadanizar no alcanza

Algunos autores proponen como rol de la escuela la formación de ciudadanos. Dos casos particulares son Patricia Ferrante, en la nota: “Los desafíos de digitalizar el Aula” del Le Monde Diplomatique, y que repite en Página 12, en conjunto con Inés Dussel y Darío Pulfer: “Coronavirus y educación: la escuela de pasado mañana”; y Juan Carlos Miranda Arroyo en “La Escuela rota”.

Pero la ciudadanización es un operador del poder de la burguesía, como se menciona anteriormente, y legitima ese poder en tanto establece en dichos ciudadanos derechos, deberes y obligaciones por cumplir y ejercer, sólo a conveniencia de su desarrollo y control sobre las personas.

La ciudadanía no es en sí misma una relación social más, sino que es una relación del capitalismo que impone relaciones burguesas entre las personas, y que pone sus intereses (los de la ciudadanía) por encima de los intereses de clase, ya que “todos somos iguales”, y termina legitimando los intereses de la clase dominante.Formación ciudadana | gAZeta

Entonces, colocar al sistema educativo y la escuela como espacio en donde opere dicha ciudadanía es, a su vez, legitimar las relaciones sociales que establece la burguesía. Es muy importante diferenciar este aspecto, para no encaminar los esfuerzos de la educación y de todas las personas hacia el proyecto de la burguesía.

En ese sentido se cree imprescindible vislumbrar los proyectos de escuela que se venían desarrollando previamente a la crisis del Covid-19, y que ahora se han acelerado. Como ya se ha dicho en un texto anterior: “la batalla intercapitalista principal es la que refiere al acortamiento de los tiempos sociales de producción, para la obtención de un mayor margen de riqueza y de extracción de plusvalía al conjunto de las clases subalternas.

Con la llegada del Covid-19 al mundo, se intensificó dicha lucha.” (Jouli, Zambroni, 2020). Por lo tanto, es importante que el campo del pueblo discuta el desarrollo de su propio proyecto educativo, para no caer preso de ningún otro proyecto de dominación capitalista.

En la actualidad existe, por un lado, un proyecto de digitalización de la vida y, por ende, de la educación. Contrariamente a algunos pensadores, como Boaventura de Sousa Santos (ethic.es), que piensan que hay un capitalismo que cambia todo para que nada cambie, se considera que hay un capitalismo que cambia porque necesita modificar las relaciones sociales.

Este proyecto dominante, que apuesta pleno a la innovación y desarrollo de tecnologías fundamentales como inteligencia artificial, robotización, internet de las cosas, computación cuántica, bio y nanotecnología y 5G, es protagonista de este proceso llamado Cuarta Revolución Industrial. Esto es demostración absoluta de la lógica del capital, que al no encontrar otra forma de sobrevivir, de funcionar, se transforma.

El dominio del capital financiero transnacional, tal cual lo afirman varios autores (Robinson, 2007; Dowbor, 2013), se encuentra proyectando una transición hacia un nuevo orden económico y geopolítico mundial, donde los Estado-Nación, y con él los sistemas educativos, son progresivamente subsumidos a la lógica del capitalismo globalizado.

Digitalización y automatización en la vida cotidianaSe puede aquí pensar en sistemas a distancia, que se presentan en un inicio como híbridos, argumentando mayores libertades para los diferentes actores de la educación. “Hoy los cambios estructurales en su fase digital empujan a las clases subalternas hacia las “nuevas fábricas” del territorio virtual, con sus plataformas y redes sociales; construyendo nuevos valores organizativos” (Gimenez, 2020). Como ya se ha dicho, no exentas de contradicciones y nuevas formas de inclusión/exclusión.

Por otro lado, se encuentra un proyecto de escuela conservadora que piensa a este período como un momento de excepcionalidad. El mismo se encarga sistemáticamente de negar esta situación actual, y pone de manifiesto que en cuanto esto termine, la escuela volverá a la “normalidad”, tal como se conoció hasta el día de hoy.

Este proyecto lucha por mantener el orden vigente, con sus instituciones y su organización social. Piensa al sistema de evaluación como sistema de calificación. Y principalmente se centra en la territorialidad de la escuela, y, si es posible, del espacio aúlico.

De esta manera genera una escuela aislada respecto de sus articulaciones sociales. Y sigue construyendo una institución que tiene un adentro y un afuera, y en la cual el adentro es el espacio donde se crea y legitima el conocimiento. Su propuesta de digitalización se presenta como una herramienta alternativa, enmarcada solamente en las estrategias didácticas. Las mismas se han convertido en un complemento para el desarrollo de dicho conocimiento.

En otras palabras, para este proyecto de tinte conservador, la digitalización de la escuela y la reconfiguración del sistema educativo no es una posibilidad absoluta, sino que se manifiestan sólo como meras herramientas.

Cuando las tensiones entre estos proyectos de capital se agudizan, emergen las posibilidades para las alternativas de la educación de y para el pueblo, de las clases subalternas, que hay que construir tejiendo nuevas relaciones sociales. Ya se ha dicho que el peligro de ciudadanizar en la escuela es legitimar las relaciones sociales de las clases dominantes de la burguesía, por sobre las relaciones de clase de las clases subalternas. Por tal razón, es necesario reconstruir las relaciones de la ciudadanía que la escuela establece, para pensar un modo de articulación de las clases subalternas en los sistemas educativos.

La escuela se debe constituir en un espacio de territorialidad social, que articule con otros diversos espacios de territorialidad social (otras escuelas, organizaciones, etc), utilizando el medio viDocentes y el Gobierno aprobaron la apertura de las escuelas ...rtual para tener una construcción global. La red social de la comunidad debe ser el conocimiento del territorio para dar respuestas locales a los males que aquejan a la sociedad, al barrio, a las vecinas y los vecinos. Las escuelas tienen la capacidad de generar esa capilaridad social en los territorios, y pueden construir respuestas conjuntas con otras organizaciones a esas causas profundas de las y los vecinos.

De todas formas, no se puede pensar hoy en esos cambios de forma aislada. Hay que considerar que la virtualización de las relaciones sociales profundiza la segmentación social y el individualismo, pero a su vez nos da la posibilidad de juntar a las personas para su organización. Y aún más en la escuela, para construir y establecer el conocimiento estratégico.

Por eso se propone pensar a la escuela como una organización capilar, que debe tejer redes tanto en el territorio social para generar el conocimiento estratégico de ese territorio, como a nivel global porque es la escala a la que ha llegado el sistema. Frente a eso, se debe pensar cómo construir herramientas en el ámbito de lo digital para socializar estrategias en territorios sociales. Pensando en redes de escuelas con vinculaciones en el territorio social.

Dichos proyectos han de vincularse en relación a sus proyectos políticos escolares, su generación y socialización de contenidos. Que las herramientas se constituyan independientes de las grandes firmas creadoras de plataformas educativas. Y que esas herramientas brinden la posibilidad de acortar los tiempos de respuesta a problemas puntuales, pero también de construir una respuesta sistémica, un proyecto escolar y educativo que sea del y para el pueblo.

Discutir la propiedad, la producción, la circulación y la apropiación del conocimiento estratégico, así como la visión que orienta la educación en tanto proceso social, es discutir la posibilidad de una escuela y un barrio distinto. Si a eso logramos articularlo a escala global en la producción de poder, podemos también, disputar un mundo diferente.

*Jouli es Licenciada en Educación Especial y Pedraza Licenciada en Ciencias Políticas, ambas miembros del Centro de Estudios y Formación en Política Educativa (CEFOPED,) asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)

*Fuente: http://estrategia.la/2020/06/30/la-escuela-no-es-un-lugar/

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Libro: Clic, implicaciones de la virtualidad globalizada en el sujeto

Libro de divulgación.
Autores: Gloria María López Arboleda, Lilian Johanna Marroquín Navarro y Alexander Rodríguez Bustamante.
Fondo Editorial Luis Amigó.
ISBN:
978-958-8399-87-4
Fecha de edición: 29 de mayo de 2015.
Características: publicación digital en pdf, 104 p.
Reseña: se propone el texto bajo la perspectiva de hacer una reflexión general sobre las implicaciones de la virtualidad en contexto y como ese contexto y los sujetos que en él se manifiestan posibilitan la vida en una dimensión virtualizada. Los tres autores coinciden en la imperiosa necesidad de analizar con juicio los nuevos tránsitos propuestos por las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) y como ellos han posibilitado la vida misma entres los seres humanos, las organizaciones y todo lo que circunda en un mundo globalizado y glocalizado. Clic: implicaciones de la virtualidad globalizada en el sujeto; no es más que la oportunidad escritural para que el lector erudito, desprevenido o neófito posibilite nuevas preguntas sobre la noción o nociones de la virtualidad en contexto y sus implicaciones en lo cotidiano, lo proximal, lo vivencial que nos hace ser humanos siempre humanos.Lo rizomático, implicará construcciones colectivas, lo cual hace pensar en un texto que será odiado por algunos y asumido por otros como una de tantas posibilidades en el proceso de lectura que debería ser como el paso de acariciar página tras página hasta llegar a su punto más atenuante como un beso que se funde tras el palabrear en cada uno de sus clic lo que se dice como se dice. El libro hace su despedida con algunas preguntas que a nuestro juicio problematizan y dan horizonte de cara a lo quisiéramos llamar virtualizados/conectados/relacionados/enredados.

Descargar en: https://www.funlam.edu.co/uploads/fondoeditorial/90_Clic,_implicaciones_de_la_virtualidad_globalizada_en_el_sujeto.pdf

Fuente: https://www.funlam.edu.co/modules/fondoeditorial/item.php?itemid=90

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El valor de la docencia en medio de la adversidad

Por: Julián Castro Miranda

 

Las medidas extraordinarias en torno a la educación, adoptadas a raíz de la expansión del COVID-19, no han funcionado de una manera adecuada en los países latinoamericanos. Hay evidencia de ello en distintos medios de comunicación. Antes que un derecho, la educación ha adquirido la forma de un continuo padecimiento; un lastre compartido, en mayor o menor medida, por docentes, estudiantes y padres de familia.

De acuerdo con algunos gobiernos e instituciones educativas, el problema central ha radicado en el paso a la virtualidad. Esto, por supuesto, tiene todo el  sentido del mundo. Si aceptamos que lo virtual es lo aproximado a lo real, es sencillo comprender por qué fracasa cualquier intento de educación remota en Latinoamérica: nada más aproximado a la realidad que un sistema educativo fallido, inequitativo e irrelevante. Ahora bien, mi interés particular en este escrito se aleja de cualquier análisis sistémico profundo acerca de la educación virtual, tiene alcances más humildes. Hoy, en honor a su día, quiero defender que los docentes cumplen un rol central en la superación de las condiciones adversas.

La docencia y la crisis social y política

Para comenzar, es importante resaltar que los docentes se han enfrentado en diversos momentos de la historia a situaciones sociales y políticas adversas. En estas condiciones límite, los docentes han puesto en riesgo su propia vida, así como la de las personas más cercanas a ellos, con el objetivo de contribuir a las causas más nobles. Lo han hecho y lo seguirán haciendo. Un ejemplo conocido a nivel mundial es el del fundador de las escuelas pías, San José de Calasanz, quien en el Siglo XVII luchó en contra de distintos poderes por la conformación de la primera escuela pública y gratuita de Europa.  En la historia reciente, se destaca la historia de Johan Van Hulst, un maestro holandés que salvó a 600 niños durante la ocupación nazi. Muchos años antes, la educadora popular anarquista Louise Michel defendió sus ideas  a muerte en la Comuna de París, siendo arrestada y maltratada en varias ocasiones.

A la anterior lista se suman miles de docentes latinoamericanos víctimas de diversos grupos armados, dictaduras, desapariciones, torturas, violaciones y maltratos. En la memoria colectiva latinoamericana está, por ejemplo, el caso del  educador y periodista uruguayo Julio Castro Pérez, desaparecido en plena dictadura en 1977. Recientemente, se conoció el caso de María Inocencia Balanta, una profesora colombiana que lideró una resistencia en contra de grupos armados paramilitares y guerrilleros. La lista continúa,  puesto que muchos docentes mueren en el ejercicio de su labor. Según datos de la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación (Fecode), entre 1980 y julio de 2018 se registraron 1.088 homicidios de profesores en el país. El patrón se repite en Honduras, que registró un total de 83 asesinatos de maestros entre 2009 y 2014. Por si estos datos aún parecen lejanos, a dos días del 15 de Mayo de 2020, en Oaxaca (México) se registró el asesinato de un maestro de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).  El corazón se encoge al leer estas cifras tan desalentadoras, hay que aceptarlo. No obstante, el valor de dichos docentes continúa siendo un ejemplo para superar tiempos adversos.

La educación salva, literalmente.

Hasta el momento, hemos visto algunos ejemplos claros de docentes que afrontaron situaciones sociales y políticas complejas. De la misma manera, es importante recordar que los docentes también se han enfrentado a epidemias y pandemias a lo largo de la historia. Muchos de ellos, infortunadamente, han muerto por causa de tales enfermedades.

Como es de esperarse, los momentos más críticos en la superación de las enfermedades han implicado el cierre de escuelas y la suspensión de clases. Una vez esto ocurre, los lugares adquieren una semblanza de desolación. A propósito, hay historias extraordinarias de maestros que afrontaron con un valor filantrópico dichas circunstancias. En un artículo de 1967 en torno a la Tuberculosis, publicado en Archives of Environmental Health, la pediatra Edith M. Lincoln relata que, con frecuencia, los docentes que infectaban con tuberculosis a sus alumnos mostraban un interés desmedido por cada uno y pagaban por su atención individual.  Este interés también se demostró durante la pandemia de la gripe española. En Costa Rica, según relata la historiadora Ana María Botey en conversación para el diario la Nación, se conformó un grupo de maestros voluntarios durante dicha pandemia: “Los maestros fueron un verdadero batallón”, en sus palabras.  Pero la historia no termina allí, en África se conocen reportes de docentes que, en conjunto con las entidades dedicadas a la Salud, lucharon en contra de la expansión del VIH. Todo ello es muestra del inmenso valor de los educadores en la superación de las crisis.

En efecto, hay muchos otros casos ejemplares, los cuales demuestran el inmenso valor de los docentes en circunstancias sanitarias críticas. En la actualidad, con todas las condiciones desfavorables posibles, los maestros se han mantenido en el cumplimiento de sus funciones: atienden a los miserables requerimientos burocráticos institucionales, luchan por adaptarse a las nuevas tecnologías, imparten clases en contextos inadecuados, ayudan a sus estudiantes a afrontar los problemas derivados del aislamiento, hacen recolectas y mercados, entre otras cosas que sólo la historia reconocerá. Como antes, muchos de ellos mueren en su propia lucha con la enfermedad. Estos profesores caen sin saber por qué las políticas públicas en torno a la educación siguen siendo precarias, pero con la tranquilidad de haber contribuido a un mundo mejor.

Para terminar, quiero resaltar que los extraordinarios son los docentes, no las medidas externas por las que atraviesan. Hoy recordamos a todos aquellos maestros que han realizado su labor en medio de la adversidad, a los que han contribuido con la construcción de un porvenir más cálido, a los que continúan en el ejercicio de su vocación, a los que han fallecido a lo largo de la historia, a todos los que sueñan con contribuir a la mejora de sus comunidades.  ¡Feliz día, a todos y cada uno de ellos!

Una última invitación: De ser posible, cada quien debería asumir el reto de escribir un bello mensaje a aquellos docentes que han marcado su vida. Que lo único viral sea nuestro amor por ellos.

Fuente:  El autor escribe para OVE

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Universidad de Arizona lanza Campus Global para estudiantes internacionales afectados por COVID-19

Por: Paola Estrada Villafuerte

El Campus Global de la Universidad de Arizona es una experiencia remota académica para aquellos estudiantes en medio de restricciones de viajes y visas internacionales.

A raíz de la crisis sanitaria, distintas opciones se han ofrecido a los estudiantes para continuar con el ciclo escolar vía online. Sin embargo, sectores estudiantiles en situaciones más vulnerables, como aquellas alumnas y alumnos internacionales sin posibilidad de regresar a su país de origen o a quienes se les efectuaron moratorias de visa, se encuentran varados frente a un panorama delicado.

Afortunadamente, vías como la implementación de campus globales, ofrecen iniciativas oportunas para todos aquellos estudiantes afectados tras las medidas aplicadas a causa del COVID-19. Este sistema, según lo explica Yong Zhao, supone la transformación del entorno de aprendizaje desde aulas físicas tradicionales hacia un entorno híbrido. Igualmente, permite a las y los alumnos, aprender con y de cualquier persona, donde sea que se encuentren ellos o los docentes. También sugiere cambios en la organización estudiantil en grupos de personas de la misma edad, ofreciendo proyectar equipos compuestos por personas de diferentes edades, antecedentes y niveles de habilidades desde distintas ubicaciones. La premisa es reformular el concepto de educación superior al combinar las ventajas del campus tradicional con las virtudes del  campus virtual, afirma Francesc Pedro para la biblioteca digital de la UNESCO.

¿Cómo funciona un Campus Global?

El funcionamiento de este concepto se vuelve vivencial ya en algunas instituciones, tales como en la Universidad de Arizona, donde su Campus Global fue lanzado apenas el pasado 4 de Mayo. Este se extiende a través de cinco continentes en 34 países y más de 130 ciudades como China, Irlanda, México, Emiratos Árabes Unidos, India y Japón. Además, asociándose con las mejores universidades en el mundo para proporcionar una experiencia universitaria completa a estudiantes internacionales en cualquier parte. De esta manera, se logran ofrecer programas en ubicaciones exclusivas de todo el mundo para poder obtener un título completo de Estados Unidos, o créditos de la Universidad de Arizona, en una ciudad cercana a cualquier alumno.

“Global Campus se basa en dos fortalezas existentes: nuestra red de ubicaciones de microcampus y nuestro sistema Arizona Online de primer nivel”.

Este Campus Global, ofrece 10 rutas de grado personalizadas para más de 200 carreras de pregrado, 10 certificados de posgrado y 60 títulos completamente en línea tanto en los niveles de pregrado como de posgrado. Para los alumnos matriculados en este sistema, se ofrecería una mezcla de cursos virtuales en la Universidad de Arizona y experiencias vivenciales en las universidades asociadas, que incluyen instituciones de primer nivel como la Universidad Amrita, la Universidad Jindal Global en India y el Tecnológico de Monterrey, en México. Aquellos que escojan formarse a través de clases presenciales, tendrán acceso a apoyo académico en persona, laboratorios de computación de la escuela asociada, áreas de estudio, bibliotecas, instalaciones recreativas, clubes y actividades estudiantiles. Así, teniendo un acercamiento a las mejores modalidades tanto en línea como residenciales, tal como lo explica el UA News.

Además, otra de las alternativas ofrecidas es vivir y estudiar en comunidades residenciales en otras 58 ubicaciones de Campus Global, donde se encuentran alojamientos especialmente diseñados para estudiantes, que ofrecen una comunidad segura y atractiva a través de asociaciones con Global Student Accommodations, Uninest, The Student Housing Company y Nexo, líderes mundiales en alojamiento para estudiantes en España, Inglaterra, Alemania, Irlanda, Australia, China, Japón y Dubai.

«El Campus Global es un esfuerzo a largo plazo para cumplir con el objetivo de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas para proporcionar educación de calidad accesible al mundo», dijo el presidente de la Universidad de Arizona, Robert C. Robbins para UA News. «Realmente ponemos a disposición de los ciudadanos de todo el mundo una educación asequible y de clase mundial y, en este momento de la pandemia de COVID-19, nunca se ha necesitado más.”

Este lanzamiento fue acelerado para proveer una opción inmediata a aquellos estudiantes internacionales cuyos planes fueron interrumpidos por la pandemia y que no pueden comenzar sus estudios en el extranjero. Brent White, decano de Global Campus y vicerrector de asuntos globales de la Universidad de Arizona, menciona que “este programa está diseñado para satisfacer las necesidades de los estudiantes internacionales. Muchos no pueden darse el lujo de asistir a la universidad en los Estados Unidos; algunos no tienen acceso a Internet de alta velocidad para tomar clases en línea; y casi todos no pueden viajar internacionalmente, debido a la pandemia COVID-19. Global Campus aborda todos estos problemas.”

“Ponemos a disposición de los ciudadanos de todo el mundo una educación asequible y de clase mundial”.

Este sistema ya contaba con precedentes marcados dentro de la institución. Su primer microcampus fue iniciado en la Ocean University of China en el 2015, y el concepto de Campus Global fue alcanzado tras las ofertas de cursos online otorgados a los estudiantes. Igualmente, en latinoamérica, el proyecto fue puesto en pie con un esquema de este tipo dentro de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas. Su exitosa y repentina presentación, fue gracias a que “Global Campus se basa en dos fortalezas existentes: nuestra red de ubicaciones de microcampus y nuestro sistema Arizona Online de primer nivel», dijo Liesl Folks.

Por lo pronto, la Universidad de Arizona está comenzando sus procesos de admisión para el otoño de 2020. Este contará con la oferta del Campus Global a cualquier estudiante interesado, otorgando diversas opciones de ruta de grado o incluso trabajar con un asesor para crear un plan personalizado.

La transformación educativa global nos ha obligado a buscar los recursos más útiles y equitativos que hagan frente a la crisis actual y justo soluciones como estas, nos ayudan a visualizar un horizonte mucho más claro para el futuro del aprendizaje y la enseñanza.

Fuente e Imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/campus-global-universidad-de-arizona-covid19

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ESPECIAL: Arte y cultura de Argentina se reinventan en el mundo virtual durante cuarentena por COVID-19

América del Sur/Argentina/19-04-2020/Autor y Fuente: spanish.xinhuanet.com

Carmela, de 20 años de edad, navega en el sitio web del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (MAMBA), que inauguró el pasado 6 de abril su nueva programación, bajo la consigna «Museo Moderno en Casa», en la ciudad de Buenos Aires, capital de Argentina, el 14 de abril de 2020. Los principales centros artísticos y culturales de Argentina han decidido reinventarse con entretenidas e innovadoras propuestas en el mundo virtual, ante la ausencia obligada de público presencial debido a la cuarentena que rige por la pandemia del nuevo coronavirus (COVID-19). (Xinhua/Martín Zabala)

Los principales centros artísticos y culturales de Argentina han decidido reinventarse con entretenidas e innovadoras propuestas en el mundo virtual, ante la ausencia obligada de público presencial debido a la cuarentena que rige por la pandemia del nuevo coronavirus (COVID-19).

Una de ellas corresponde al prestigioso Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (MAMBA), que inauguró el 6 de abril pasado nueva programación, bajo la consigna «Museo Moderno en Casa».

«Ante la pandemia, el cierre de puertas es circunstancial, no afecta a nuestra esencia ni a nuestras actividades fundamentales: la investigación, la producción artística y de libros, y, fundamentalmente, el apoyo a los artistas e intelectuales afectados por la situación actual», dijo a Xinhua la directora del MAMBA, Victoria Noorthoorn.

La entidad «trabaja en todos sus frentes y además se adapta y produce, a la velocidad de la luz, el Programa Virtual, a través del cual ofrece nuevos contenidos artísticos y educativos junto a los artistas, conformando al Museo como un gran espacio de reflexión para y con la sociedad sobre el momento presente», explicó Noorthoorn.

Entre otras iniciativas, el Museo destaca cada semana una obra de un artista argentino para invitar a la reflexión sobre el momento presente, a partir de un trabajo combinado entre las áreas de Curaduría, Educación, Publicaciones y Comunicación.

Noorthoorn remarcó que el rol del MAMBA se mantiene durante la cuarentena, pues su actividad «no se agota en la apertura de sus salas y sus exposiciones, que son, sin dudarlo, su vitrina y puerta de entrada».

La directora de la entidad señaló que «la única preocupación radica, en nuestro caso y en tanto museo público, en el posicionamiento de las políticas públicas. Esperamos que ante la crisis, el Gobierno de la ciudad siga acompañando al Museo y junto a él, a las comunidades artísticas, intelectuales, educativas y sociales que nos conforman y a las cuales servimos».

Por su lado, la tradicional feria cultural arteBA, la más importante del sector en el país sudamericano, inauguró el miércoles pasado una edición especial en línea, luego de tener que cancelar por la pandemia la edición 29°, que iba a tener lugar este mes en Buenos Aires.

«Estamos utilizando todas las herramientas tecnológicas para difundir el arte argentino y latinoamericano, y para apoyar a las galerías que siempre participan de arteBA, y a sus artistas», dijo la gerente general de arteBA, Julia Converti.

La feria habilitó hasta el 30 de abril una propuesta alternativa, con obras de artistas como Julio Le Parc, Xul Solar, León Ferrari, Guillermo Kuitca y Marta Minujín, que se pueden apreciar de manera gratuita.

El sitio en internet que alberga la edición especial ofrece la posibilidad de que los compradores de arte y coleccionistas contacten directamente con las galerías participantes: «Seguimos conectados», enfatizó Converti.

El Centro Cultural Kirchner (CCK), en tanto, subió todos sus registros audiovisuales a internet y sumó contenidos originales realizados por poetas, artistas visuales, músicos y escritores desde sus hogares para las plataformas sociales.

«El Centro Cultural asumió un rol activo en política cultural al generar material propio, con textos, videos, obras visuales, performances y recitales, gracias al trabajo de los artistas desde sus casas. Con acceso libre y gratuito, todos podemos acceder a una serie de producciones culturales en las redes sociales», dijeron voceros del CCK a Xinhua.

En materia de música, esa entidad convocó a figuras de diferentes géneros para grabar conciertos de media hora desde sus casas, y cada día publica una nueva presentación.

«Se puede acceder también a conciertos realizados en las salas del CCK, entre ellos a los ciclos Tango Argentino, Jazz Nacional e Internacional, y homenajes a artistas fundamentales del país, como Mercedes Sosa y Astor Piazzolla», destacaron los voceros.

ARGENTINA-BUENOS AIRES-COVID-19-MUSEOS

BUENOS AIRES, 14 abril, 2020 (Xinhua) — Carmela, de 20 años de edad, navega en el sitio web del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (MAMBA), que inauguró el pasado 6 de abril su nueva programación, bajo la consigna «Museo Moderno en Casa», en la ciudad de Buenos Aires, capital de Argentina, el 14 de abril de 2020. Los principales centros artísticos y culturales de Argentina han decidido reinventarse con entretenidas e innovadoras propuestas en el mundo virtual, ante la ausencia obligada de público presencial debido a la cuarentena que rige por la pandemia del nuevo coronavirus (COVID-19). (Xinhua/Martín Zabala)

ARGENTINA-BUENOS AIRES-COVID-19-MUSEOS

BUENOS AIRES, 14 abril, 2020 (Xinhua) — Carmela, de 20 años de edad, navega en el sitio web del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (MAMBA), que inauguró el pasado 6 de abril su nueva programación, bajo la consigna «Museo Moderno en Casa», en la ciudad de Buenos Aires, capital de Argentina, el 14 de abril de 2020. Los principales centros artísticos y culturales de Argentina han decidido reinventarse con entretenidas e innovadoras propuestas en el mundo virtual, ante la ausencia obligada de público presencial debido a la cuarentena que rige por la pandemia del nuevo coronavirus (COVID-19). (Xinhua/Martín Zabala)

Fuente e Imagen: http://spanish.xinhuanet.com/2020-04/15/c_138977072.htm

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