¿Evaluación educativa?

Por:Lesbia González.

Para estar más claros, la razón por la que siempre pensamos en calificaciones, notas y cálculos, como método de valorar algo, se la debemos a la corriente llamada, conductismo, surgida en los años 20 del siglo pasado, esta planteaba que los humanos actuamos por castigo o recompensa. Si bien es cierto que tal corriente puede tener algo de razón, los humanos evolucionamos y lo que antes pudo haber “funcionado”, hoy no funciona, pues lo que llamamos “fracaso” es un planteamiento hueco y simple para lograr algo esperado. Es obvio, entonces, que si hay un rango o medidas esperadas, a las personas que no llegan a ellas les endilguemos haber fracasado.

Esa explicación, tan absurda como simplistista, de la mente humana, de ese poderoso y extraordinario cerebro ilimitado, es tanto un extravío como una falacia. Lo triste es que ha calado tan fuerte que, a pesar de los grandes aportes de teorías, como las inteligencias múltiples, el constructivismo, la inagotable creatividad humana y otras, se sigue creyendo en medir, por métodos cuantitativos conductistas y usando estándares para todos, por igual.

Abogamos por una escuela que se adapte a las inteligencias múltiples, que abra su mente a las capacidades extraordinarias de las personas y las use en su beneficio, de modo que se borre esa idea arcaica y nefasta de hablar de fracaso, y se abandone la idea de que hay que calificar contenidos, en vez de “formar en el uso y razón”, con el significado que esto tiene en la construcción de nuevos formas, teorías o conceptos que ayuden al ser humano a ser mejor cada día. El hombre, al descubrir sus capacidades y usarlas para su éxito, transforma su vida y la de quienes lo rodean, sana y productivamente, así contribuye a la paz.

Con los métodos tradicionales, arcaicos e inmaduros, se promueve la competencia insana, el irrespeto, la baja autoestima, las falsas comparaciones, los títulos y los honores que, a la postre, no promueven el potencial extraordinario que tenemos.

Si la educación sigue tan atrasada en nuestro país, no es porque ahora seamos menos capaces, sino porque antes había un conformismo social que permitía seguir en esa cómoda zona; es porque todavía se enseña creyendo, erróneamente, que todos aprenden de la misma manera; que deben ser comparados con notas; o que todos debemos estar sentados, oyendo la clase de un experto, mientras nosotros nada sabemos o nada podemos opinar ni aportar, salvo cuando hacemos un examen, y si no lo completamos –como el creador quiere– obtenemos mala calificación y nos llaman fracasados, sin evaluar todos los componentes que llevan a esa falsa conclusión.

Que quede claro que hablamos de educación integral, no de aquella para conseguir trabajos o llenar vacantes con las “competencias” que requiere el comercio y las empresas; hablamos de mejores personas y ciudadanos, de seres pensantes con capacidades para ser dueños de su felicidad y su éxito, que aporten a un mejor país.

No nos llamemos a engaño, no tapemos el sol con un dedo, la educación panameña llegó al colapso. No nos detengamos en ver cuándo gana nuestra educación ni en la eterna queja de que salimos mal en cuanta prueba nos pongan; esto seguirá mal mientras no entendamos que se necesita una revolución educativa y un cambio paradigmático. Dejemos el miedo, de nada nos sirven los índices económicos que nos “hacen un país próspero”, si nuestra educación es de tercer mundo.

Si queremos cambiar los altos índices de violencia y mejorar al país, empecemos con mejorar la educación. ¡Hagámoslo ya y de frente! Nos urge centrarnos en el ser humano, capaz y extraordinario, que entra todos los días a la escuela, ávido de descubrir esas capacidades. Necesitamos maestros, con vocación, dispuestos a desempeñar esa tarea; necesitamos cambiar por completo el sistema educativo. Esto se puede lograr.

Fuente:

 http://www.prensa.com/opinion/Evaluacion-educativa-Lesbia-Gonzalez_0_4608289224.html

Imagen:

http://images.prensa.com/opinion/Evaluacion-educativa-Lesbia-Gonzalez_LPRIMA20161028_0174_26.jpg

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Lesbia Gonzalez

Psicologa forense y docente universitaria