Filosofía de las Ciencias Huanas y sociales

FILOSOFÍA DE LAS CIENCIA HUMANAS Y SOCIALES MATERIALES PARA UNA FUNDAMENTACIÓN CIENTÍFICA

Por: J. M. Mardones y N. Ursua

La corriente dialéctica a critico-hermenéutica se pone del lado de los críticos del reduccionismo positivista. Por esta razón, los mejores representantes actuales leen a Marx, distinguiendo lo que hizo, de lo que creía que hacia. Hay en Marx una admiración por la ciencia newtoniana que le induce a enfatizar el dominio técnico del hombre sobre la naturaleza en la línea de un subjetivismo dominador al estilo de Bacón y Descartes. Desde esta posición Marx acentúa el desarrollo y las fuerzas productivas como causa última de la vida social y humana en general. La carencia de reflexión explicita sobre su propio pensamiento le impidió poner al descubierto los aspectos irreducibles de las relaciones de producción. La tentación, por consiguiente, el caer en el mecanicismo: pretender instaurar la ciencia sobre la base de los hechos y del método. Se olvida la actividad del sujeto. Por este camino, que reduce las relaciones de producción al desarrollo de las fuerzas productivas, solo se pueden fundamentar las ciencias naturales.

No hay lugar para las ciencias humanas y sociales. Pero Marx hizo más de lo que expresamente creyó hacer. Mantuvo una tensión dialéctica entre el dominio de la naturaleza, el conocimiento técnico y el interés de dominio y control, con la interacción que se desarrolla por medio del lenguaje y cristaliza en instituciones, la reflexión critica que pone en evidencia la manera como se enmascaran las diferencias en la distribución de lo producido y la tensión hacia una sociedad emancipada y justa que implica una interpretación del hombre y la historia. Esta tensión que supone el ejercicio permanente de la critica (Adorno) es la que han querido proseguir los críticos de ha sociedad de la Escuela de Frankfurt. Prosiguen los esfuerzos de Korsch y Lukáes y desembocan en los intentos de fundamentación de las ciencias humanas y sociales efectuadas por J. Habermas y K. O. Apel. Nosotros recogemos fundamentalmente la disputa de Adorno y Habermas con el racionalismo critico de Popper y Albert. La confrontación nos da luz sobre los planteamientos dialécticos. La dialéctica no es un método, tal como entiende esta palabra la corriente positivista, sino un estilo de pensamiento. Hay pues dos racionalidades en litigio. Si la dialéctica es critica la es en sentido diverso al racionalismo critico. Quiere ser critica de los presupuestos que el científico empírico no cuestiona: el carácter contradictorio racionalirracional de la sociedad; la necesidad de situar los hechos en un todo social para que tenga sentido; la interacción entre sujeto y objeto en las ciencias humanas y sociales, a sea, la dependencia del objeto de conocimiento y de la manera de ser conocido. Se airean una serie de presupuestos sobre los que la racionalidad empírico-analítica extiende el silencio. Se advierte asimismo que el aparato científico se apoya en una inteligencia previa del objeto que afecta la comprensión del misma. Nos movemos en un circulo entre objetividad social e investigación que solicita un esclarecimiento hermenéutico.

Para comprender las diversas posturas y metodologías para la construcción de conocimientos en las llamadas Ciencias humanas y Sociales.

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