Neus Sanmartí: “Sólo aprende quien se autoevalúa”

14 de junio de 2017 / Fuente: http://blog.tiching.com

Neus Sanmartí

Antes que nada, ¿qué entendemos por didáctica?
Es el arte, la ciencia y la tecnología de enseñar, organizar el aprendizaje y las maneras de ayudar al alumnado a adquirir las formas culturales que la sociedad ha desarrollado a lo largo de la historia. Y como dice J. Gimeno Sacristán, los distintos enfoques también responden a una ideología.

¿Cuál cree que es el objetivo de la educación?
El objetivo fundamental es ayudar a formar personas competentes para vivir en el mundo de una manera productiva, no para ganar más dinero, sino culturalmente y para el bien de la sociedad en su conjunto. Se trata de promover el desarrollo de diferentes componentes o dimensiones de las competencias.

¿Cómo definiría de manera sencilla lo que son las competencias básicas?
Son todas aquellas capacidades complejas que comportan movilizar muchos tipos de saberes, actitudes, procedimientos, emociones y conocimientos para llevar a cabo una acción de manera válida y relevante socialmente.

¿Cuáles son las competencias básicas que se deberían enseñar en la escuela?
La más básica es la de saber actuar en grupo, de ser capaz de trabajar en equipo y con personas heterogéneas. Luego destacaría la competencia comunicativa, que también hace referencia a la capacidad de relacionarse.

Capacidades esenciales para la convivencia…
También destacaría la capacidad de autoevaluarse, es decir, que el alumno sepa reconocer lo que está aprendiendo y lo que debe mejorar. Por último, la competencia que va ligada al conocimiento y de saber activarlo siempre que sea necesario. De nada serviría ser un buen comunicador si lo que se dice no es coherente, por ejemplo, con el conocimiento científico consensuado por la humanidad en el momento actual.

A nivel práctico, ¿cuál es el método más eficaz para enseñar estas competencias dentro del aula?
Va muy ligado a la competencia que se quiere ayudar a desarrollar. Es fundamental partir de los conocimientos previos y, a partir de aquí, promover la práctica que conlleva su evolución así como la reflexión sobre su razón de ser, sus fundamentos. Así, si queremos potenciar el trabajo en equipo en la escuela se tendría que trabajar en grupos cooperativos y hablar sobre por qué es ello necesario en una sociedad plural, en la que para hacer algo relevante se ha de saber trabajar con otros. Y si se trata de la competencia científica tenemos que promover que en la escuela se haga ciencia. Es esencial fomentar las competencias a través de su práctica y no solo mediante teoría.

¿Qué importancia tiene que un alumno sepa evaluarse?
Es básico para tener autonomía o para lo que denominamos aprender a aprender. Es fundamental darse cuenta de si estás haciendo las cosas bien y de apoyarte en los soportes necesarios para mejorar. Las personas que se autoevalúan son las que aprenden, y las que no, solo repiten. Aprendemos a partir de nuestros errores y solo los pueden corregir quienes los han cometido.

¿Cómo enseñar a un estudiante a ser autónomo en el aprendizaje?
Una persona autónoma puede reconocer si realmente está aprendiendo y si está haciendo una tarea o actividad de una manera más o menos adecuada. Pero para ello es necesario tener claros sus objetivos, ser capaz de anticipar y planificar cómo realizarla, y apropiarse de los criterios de evaluación más idóneos en función del objetivo. Por tanto, habremos de ayudar a los estudiantes a ser capaces de construir lo que llamamos “Base de Orientación de la acción” y evaluarla-regularla bien.

Usted es crítica con los criterios de evaluación actuales, ¿qué problemáticas presentan?
Se confunde y asimila la evaluación únicamente a poner notas. Personalmente creo que la puntuación no es un problema si es para certificar o acreditar que se ha aprendido, pero que en cambio no tiene sentido en el contexto escolar diario, solo para comunicar que no se ha aprendido. Debemos tener en cuenta que lo importante de la evaluación es que nos ayude a aprender y, por tanto, los criterios de evaluación han de posibilitar comprender las razones de las dificultades y orientar sobre cómo superarlas. En este sentido, una buena rúbrica es un instrumento idóneo para compartir criterios de evaluación.

¿Qué criterios de evaluación se tendrían que utilizar en la escuela?
En clase los profesores estamos siempre evaluando y los estudiantes se autoevalúan también constantemente, comparándose con los demás. Muchos de los aprendices que decimos que “no se esfuerzan”, es porque al autoevaluarse y comprobar que no hacen bien las tareas (o no tan bien como otros compañeros) toman la decisión de dejar de esforzarse. Por ejemplo, saber que cometemos 7 faltas de ortografía y que esto es un “3” en la nota, no nos ayuda a mejorar. Pero en cambio, sí que es útil saber qué tipo de faltas son y qué se puede hacer para mejorar en relación a a cada uno de ellos. Lo importante es promover que el propio alumno, al autoevaluarse, pueda tomar decisiones que le ayuden a mejorar y tenga al alcance las herramientas necesarias para ello. Pero este cambio de perspectiva es complejo, ya que comporta cambios en todo el sistema de enseñanza y aprendizaje.

¿Están los docentes preparados para afrontarlo?
Los docentes somos capaces de aprender, pero no tengo claro que todos tengan la intención de hacerlo. El contexto educativo, como el de cualquier institución, cambia mucho y rápidamente, y el profesorado tiene que estar dispuesto a reciclarse constantemente para poder transformar algunas de sus prácticas y ser capaz de poner en práctica lo que se pretende enseñar. Por ejemplo, enseñar a trabajar cooperativamente a los estudiantes requiere ser experto en cooperar con otros profesores en el marco de un centro educativo. Pero a pesar de que la profesión docente es una de las más conservadoras y en la que los cambios necesitan años, todo se puede aprender. Yo misma, hace 30 años consideraba que el tema de la evaluación era el menos interesante para cambiar y profundizar en el escuela (era un mal necesario), y en cambio ahora lo considero básico. Si no cambia la evaluación, no cambia nada.

En diferentes ocasiones ha afirmado que la comunicación es el eje de todo aprendizaje. ¿Por qué?
Sostengo que los criterios de evaluación acostumbran a ser un misterio para los alumnos y, en general, todo lo que se relaciona con la evaluación es algo que solo forma parte de la esfera del profesorado. Pero si no se da mucha importancia a la comunicación, a ser transparentes y compartir con los que aprenden las razones de las decisiones que van tomando, se hace muy difícil ayudar a los alumnos a mejorar.

¿Cree que las TIC han cambiado las reglas del juego en el sector educativo?
La educación es uno de los campos en los que hasta ahora menos han cambiado. Si nos fijamos en la estructura de una clase, nos daremos cuenta que es prácticamente igual que hace 150 años: pupitres alineados frente a la mesa del profesor y la pizarra, libros de texto y ejercicios que son aplicaciones mecanicistas de lo que indica en el libro, etc. Las TIC, en gran parte, se continúan utilizando desde la misma perspectiva metodológica, pero es cierto que tienen un potencial de cambio muy grande y ya se están viendo prácticas que sí que transforman el aula y las formas de aprender.

En este sentido, ¿qué retos afronta la educación a corto plazo?
Las clases deberían ser más flexibles, en horarios, formación de los grupos, currículos…, y los alumnos más autónomos, es decir, con más iniciativa y posibilidad de tomar decisiones sobre cómo avanzar en todo tipo de conocimiento. Y todo ello sin olvidar que las personas son animales sociales, que aprendemos interactuando con otros que saben más y que nos ayudan a comprender saberes que la humanidad ha ido construyendo a lo largo de la historia. Por tanto, el profesorado continúa teniendo una función muy importante, aunque diferente de ser puramente transmisores de dicho conocimiento.
Y todo ello implica, entre otras muchas cosas, que es necesario también cambiar la estructura y la arquitectura de los edificios. Son cambios que deben interiorizar los familiares, ya que a menudo hay maestros que quieren hacer cosas diferentes y se enfrentan con su oposición porque sus hijos no están aprendiendo lo mismo que ellos aprendieron en la escuela ni de la misma forma. Pero es cierto que el mundo de la escuela está transformándose desde abajo, y no por las “reformas” que vienen de arriba.

Fuente entrevista: http://blog.tiching.com/neus-sanmarti-solo-aprende-quien-se-autoevalua/

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