El Prat abre una nueva terminal: la revolución educativa y cultural

Por: Jaume Carbonell

El programa Interseccions promueve la colaboración de los agentes de la comunitad educativa con otros profesionales y entidades del arte y la cultura en un proyecto común de ciudad.

Hay muros que unen

“SOMOS DIVERSIDAD EN COMUNIDAD. En El Prat ponemos un amplio abanico de posibilidades educativas y culturales al alcance de todos. SOMOS EL PRAT, DONDE EL MUNDO CAMBIA. INTERSECCIONES “. Este es el texto de la sábana que, a título de bienvenida, cuelga de la fachada de la escuela Jaume Balmes del barrio de Sant Cosme, igual que lo hace en los otros centros educativos de la ciudad. El alumnado de esta escuela es musulmán, gitano y de otras nacionalidades, nos cuenta su directora Piedad Bodelón: “Con los recién llegados la dificultad se convierte en una oportunidad, porque la diversidad nos enriquece”.

Nos conduce hasta el patio para mostrarnos un segundo espacio de bienvenida muy querido, en donde la comunidad educativa ha dejado su huella artística, representando a los diversos valores sociales del vecindario. Lo han convertido en el símbolo de la unión y la solidaridad entre la escuela y el barrio, “en un lugar que pertenece a todo el mundo”.

Esta intervención artística ha contado con la colaboración de la Escuela de Arte de El Prat y de un artista visual, así como con la de una docena de entidades del barrio: Mujeres sabias, Asociación Salvadoreña en Cataluña, Juventud Banu Prat, Plan de Actuación de Sant Cosme, Fundación Catalana de l’Esplai, etc. Cada una de ellas ha elegido un valor que la define, ha visitado la escuela y la ha representado a través de un relato, un cuento o de una pequeña obra de teatro para que los alumnos los comprendieran. Los niños, en varios talleres, han creado los dibujos y las imágenes gráficas del muro y han construido los instrumentos y herramientas necesarias para pintarlo. Un largo proceso de sesiones de trabajo de los educadores de L’Escola Arte con las entidades del barrio y con los maestros -y entre estos y los alumnos- que desemboca con la pintura mural y la fiesta en la que participa la escuela y el barrio, para ir tejiendo nuevas relaciones sociales significativas.

Este curso están pensando un proyecto similar pero al revés: serán los niños quienes elegirán y trabajarán un valor y se les animó a explicarlo a las entidades a partir de microrrelatos: “Ahora estamos recogiendo información para escribir historias de vida desde la ética, con una gran participación de la comunidad. El nuevo proyecto se construye a partir de una mesa de trabajo entre la comunidad educativa y la comunidad cultural”. Durante el proceso, que cuenta con la colaboración de Daniel Gasol, de Amigos del Arte del Prat y coordinador de los proyectos de artes de intersecciones, intercambian miradas, reflexiones y conocimientos, con muchos momentos de coordinación entre los diferentes agentes: dirección, claustro, ciclos, entidades… Este proyecto dura un año pero el objetivo es que se consolide y sea sostenible para terminar por incorporarlo dentro de su proyecto estratégico del centro. La directora no sabe aún cómo será la conclusión -porque se trata de un proceso dinámico que se va modificando-, pero imagina un museo vivo, con una muestra del trabajo de todo el curso: cómics, dibujos, murales, fotografías, vídeos, representaciones teatrales…

Las cinco claves de esta revolución

El Prat del Llobregat es un municipio de 63.000 habitantes que cuenta con una gran red de equipamientos, zonas verdes y servicios públicos que han supuesto una mejora en la calidad de vida de sus habitantes. Ahora bien, al principio del último mandato municipal el alcalde planteó un reto ambicioso: trabajar un proyecto educativo global para generar un proceso de transformación personal y comunitaria con oportunidades para todos, movilizando todo el activo educativo, cultural y artístico de la ciudad.

Cristina Castells, licenciada en Humanidades y con un máster de gestión cultural, técnica de cultura y ahora responsable del programa Intersecciones, nos explica las claves de esta revolución, compartidas por las otras personas vinculadas al programa. Primera clave: hay una voluntad política inequívoca y se ponen los recuros necesarios, con un presupuesto de 750.000 euros este curso destinado al programa Intersecciones, la herramienta para conseguirlo. Segunda: los departamentos de Cultura y Educación, que habitualmente funcionan como reinos de Taifas con alguna colaboración puntual, pasan a trabajar codo a codo, de manera transversal, con muchas horas de discusión para definir un relato común y con espacios permanentes de reflexión y coordinación. Tercera: se parte de la idea de que todo proyecto hay que hacerlo con todas las entidades y equipamientos y con todos los centros educativos, y debe beneficiar a toda la ciudad a través de una cultura viva en constante transformación. Se trata de ir construyendo la ciudad educadora a fuego lento y a largo plazo. Siempre con el objetivo de conseguir una ciudadanía crítica, libre y feliz. En este sentido, se proponen ir evaluando el impacto en las relaciones y en los cambios experimentados. Cuarta: El Ayuntamiento invierte la lógica de relación con las escuelas, pues parte del conocimiento y reconocimiento de las propuestas y proyectos de centro ya existentes para ir más allá, enriquecerlas y profundizarlas mediante soportes formativos, metodológicos y con recursos técnicos y humanos. Los proyectos, por tanto, se van construyendo conjuntamente, y esto genera confianza y complicidades. Y quinto: “La pregunta que hay que hacer a las entidades e instituciones no es qué me das sino qué construimos juntos, a partir de la cooperación y la corresponsabilidad. Por tanto, se va más allá de la clásica oferta de catálogo de servicios, un cambio sustantivo en las relaciones territorio-escuela. También hay que hacerse constantmente esta otra pregunta: “Lo que hacemos ¿genera innovación, modifica algo?”.

El proyecto busca fomentar procesos de aprendizaje transformadores en cinco ámbitos de trabajo: Educación en las Artes; Conocimiento científico, técnico y digital; Lectura; Impulso del inglés, y Conocimiento de la ciudad. Actualmente el programa Intersecciones incluye una red comunitaria de 30 centros educativos, 10 centros culturales y 33 entidades sociales, culturales y educativas. Los proyectos, que tienen una duración mínima de un año, cuentan con dos instrumentos: el laboratorio de propuestas prácticas -espacios de gestación de futuros proyectos entre el ayuntamiento, profesionales y centros educativos- y los entornos de aprendizaje -espacios de reflexión y formación donde se comparten conocimientos y buenas prácticas educativas- el grupo motor de Intersecciones lo componen los jefes de Cultura y de Educación, la dirección, los cinco responsables de áreas que definen las orientaciones y estrategias y una oficina técnica con seis personas que dan apoyo técnico y metodológico y contribuyen al desarrollo operativo del Programa.

Paseo por tres comunidades educativas

En la escuela Can Rigol, un centro de Educación Especial, comenzaron un proyecto de Artes Visuales. En la fase inicial de diseño están identificando necesidades y se proponen tres líneas de actuación: la elaboración de un decálogo sobre la inclusión de la diversidad cultural en los espacios artísticos y culturales; la preparación de un festival al final de curso donde se haga visible el trabajo realizado, y la introducción de nuevos procesos metodológicos y artísticos en el aula. “Hemos apostado por el arte desde hace tiempo. La creatividad es básica, pues ofrece oportunidades muy enriquecedoras y permite trabajar la emotividad “, sostiene Marta Pons, la jefa de estudios. Con el proyecto que comparten con la Escuela de Artes de El Prat y UNZIP Artes visuales quieren dar un paso adelante: “Es un trabajo muy intenso y enriquecedor”. Para el festival se ha elegido la temática del agua, donde cada grupo trabaja un aspecto diferente: su ciclo, los tres estados, los fenómenos atmosféricos, las propiedades, el mar, la pesca, los retos de futuro…

En la escuela Jacint Verdaguer un grupo de 4º de primaria esta ensayando el concierto de Navidad que tendrá lugar en el teatro municipal. Los alumnos tocan cinco instrumentos diferentes: saxo, clarinete, flauta, trompeta y trombón. Un rato antes han están trabajando separados por grupos con cada instrumento. La escuela ha hecho una apuesta importante por la música y se lo ha organizado para tener tres especialistas de la materia. Junto con tres músicos de la Escuela de Arte impulsan el proyecto “Entrevents” para los alumnos de 3º a 6º. Le dedican una sesión semanal. El objetivo, explica Mari Paz, la directora del centro, es “que la mùsica llegue a todos y que todos puedan tocar un instrumento. Para estos niños que no han ido nunca a escuchar una orquesta y para sus familias esta experiencia es culturalmente muy significativa. Se sienten muy motivados y orgullosos”.

Cada semana hay una reunión de coordinación entre todos estos educadores. Hoy, aprovechando nuestra visita, se dedican a hacer una valoración del proyecto. “Aquí la música, a diferencia de otros centros donde se ha convertido en un aprendizaje muy individual, es una actividad socializadora: va del niño al colectivo”. Hay quien lo compara con la educación musical que recibió: “Todo era teoría y no tocabas nunca ningún instrumento; como mucho la flauta, nada más”. También destacan la educación de valores como la escucha, la concentración, la paciencia y la colaboración. “Se ayudan mucho entre ellos porque saben que si uno falla se va a pique”. Aparte de los tres conciertos anuales, también se organiza anualmente la “Tocata” con todos los alumnos de 4º del proyecto Entreinstruments para que las cuatro escuelas donde se aplica se relacionen. Para promover este intercambio también se hacen visitas a los centros acompañadas de pequeñas actuaciones e, incluso, las familias están tratando de formar una orquesta. Es así como la música circula por todas partes y desde la escuela se proyecta en toda la ciudad.

Hay centros que llevan a cabo varios proyectos, como es el caso de la escuela Josep Tarradellas: danza, impulso del inglés y teatro. Un grupo de alumnos colocados en círculo siguen las consignas del educador externo. “Zip, hacia la derecha, zap, hacia la izquierda. Tenéis que miraros a los ojos”. Los alumnnos disparan los brazos en la dirección correspondiente como si fueran a tirar una flecha. “Es un juego y tenemos que velar porque todo el mundo lo haga bien, porque somos una compañía”. Es una de las técnicas de concentración y control del cuerpo que se ejercitan a lo largo del primer trimestre. Después se dedican a la escritura de la obra: hicieron una encuesta sobre de qué querían hablar, sale el bullyng y deciden adaptar un texto de Robin Hood sobre esta temática. Y acabará con el festival, con la representación de la obra. La finalidad de este proyecto es que el alumnado, a partir de la experiencia de participar en una obra de teatro, aprenda habilidades relacionadas con la creación y producción teatrales. De la realización de este proyecto se encarga la Escuela de Arte de El Prat, con colaboración de profesionales del Teatro Kaddish, que tienen un cuidado especial tanto del proceso como del producto final.

En este mismo centro funciona el proyecto de impulso del inglés con la participación de Auxiliares de conversación en grupos reducidos de alumnos de todos los grados durante un par de horas a la semana. Se trata del proyecto más compartido, pues se desarrolla en la mayoría de centros. Se pretende introducir el inglés en la cotidianidad de los centros educativos y estos organizan la conversación en espacios y horarios específicos, o bien en el comedor, en el patio, en las salidas o en otras actividades. El inglés cuenta con un laboratorio de propuestas prácticas que culmina con la celebración del Spring Festival, con stands para mostrar los proyectos, propuestas de actividades con el apoyo de los auxiliares de conversación, teatro, música, etc.

Paseo por tres comunidades culturales

Desde el Centro Cívico Ribera Baixa se trabaja el ámbito del conocimiento científico, técnico y digital, donde se investiga para generar conocimiento a partir del laboratorio, pero también se proponen soluciones innovadoras y creativas desde una perspectiva crítica para entrelazar todo el potencial tecnológico con el día a día de las personas.

Cristian Añó, el coordinador metodológico de Interseccions, procura que se garantice una visión lo más transversal posible, así como la necesaria equidad en todos los ámbitos, y comenta las dificultades de construir un relato común. “Sólo hablar el mismo lenguaje ya es importante, pero transformar los marcos mentales requiere tiempo. Por eso es tan importante consolidar las herramientas transversales y la comunicación. Sabemos, sin embargo, que el proceso del proyecto genera cambios de actitudes y que Interseccions es ya hoy un gran activo de la ciudad”.

El proyecto “Inventamos y investigamos por la sostenibilidad” dispone de una red donde participan cuatro escuelas, un instituto y dos centros cívicos que van tejiendo procesos intererconectados y proponiendo diversas acciones por los centros. Cada uno de ellos investiga a su manera experiencias de sostenibilidad y de no sostenibilidad en la vida cotidiana. De aquí a unos días se reunirán para ver cómo consensúan un relato común y comienzan a pensar en la realización de un videojuego, una de de las herramientas más potentes de participación y de comunicación en la ciudad. También se difunden las experiencias a través de la radio y televisión local. Daniel Velasco, director del Centro Cívico, nos cuenta que desde aquí se acompaña todo este trabajo. Otra iniciativa en la que interviene es en el proyecto Pequeños Cuentos. “Antes era un concurso literario pero ahora se ha abierto a otros ámbitos de la creación para contar historias con diferentes medios: texto, fotografía, vídeojuego. El reto es que las familias también se impliquen”.

La biblioteca Antonio Martín es espléndida y dispone de una gran variedad de salas para diversos usos. En una de ellas hoy está la reunión mensual del proyecto de conversaciones literarias. Durante la primera hora han estado juntos y en la segunda se han dividido en tres grupos para preparar las actividades del segundo trimestre: un primer grupo de escuelas primarias, con representantes de dos AMPA y un asesor del Centro de Recursos Pedagógicos; en el otro el profesorado de instituto, y, en el tercero, las guarderías, donde participa la directora del ámbito de Lectura, Montse Morillas. Nos comenta que la conversación literaria consiste en una lectura en voz alta, utilizando sobre todo -de 1º a 6º- álbumes ilustrados, durante media hora a la semana. Durante el primer trimestre han estado recibiendo formación del grupo Gretel de Universidad Autónoma de Barcelona. Y el mes de mayo se hará la gran fiesta literaria abierta a la ciudad. Al mismo tiempo, en el marco de las actividades extraescolares los centros invitan a las madres y los padres para ayudar a fomentar la lectura en casa con sus hijos.

En relación a la lectura hay que añadir que el Ayuntamiento del Prat y la Fundación Bofill, desde el curso 2014-15, llevan a cabo el programa LECXIT que también se ha incorporado a Interseccions. Se trata de trabajar el hábito de lectura entre los niños de forma lúdica y amena, media acciones comunitarias y de voluntariado.

En el Centro de Cultura Torre Muntadas nos recibe Marga Gómez, responsable del ámbito de Conocimiento de la ciudad, archivera municipal e historiadora, con un puñado de publicaciones sobre el Prat. Los proyectos que se reúnen son de tres tipos. En el primero, “Remover la Nave” (Centro de Cultura Popular que reúne la Fefederación de  entidades), participan varios centros y una AMPA. El objetivo es que cada colectivo elija un elemento de la cultura popular, lo trabaje con un artista plástico que los apadrine y realicen un proyecto gráfico dentro para embellecer este espacio. En el segundo, “Conexiones”, participan cuatro institutos. El proyecto se trabaja en horario lectivo durante todo el curso, partiendo de una temática común que cada uno orienta de una manera diferente. Hace dos años se centró en los exilios y las migraciones; el curso pasado en las identidades líquidas definidas por Bauman, y este, en las diferencias: sociales, de género, etc. Y el tercero es el de “Memorables”, un proyecto de aprendizaje-servicio que sirve para recuperar la historia oral del Prat. “A partir de la experiencia de grabaciones sonoras y audiovisuales, se pretende que el alumno se conciencie sobre la importancia de preservar y difundir el patrimonio y la memoria histórica de la ciudad”.

El producto final es una exposición. La que se preparó el año pasado y que hoy todavía se puede ver es sobre las mujeres en la fábrica, que tiene como principal finalidad poner de relieve la importancia del trabajo femenino en el proceso de industrialización del Prat. Esta muestra se inauguró en septiembre coincidiendo en la Fiesta Mayor. Es así como el trabajo de la comunidad educativa se conoce y se reconoce en la ciudad. Y es así como la fiesta de la educación y de la cultura comienza a revolucionar la ciudad. Son los inicios de la tercera terminal del Prat.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/pedagogiasxxi/2018/12/05/el-prat-abre-una-nueva-terminal-la-revolucion-educativa-y-cultural/

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Jaume Carbonell

Profesor de Sociología de la Educación y miembro del grupo de investigación de la Facultad de Educación de la Universidad de Vic (Barcelona). Es además director de la revista mensual "Cuadernos de Pedagogía" de la que forma parte de su equipo de redacción desde su primer número en enero de 1975.