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La polémica por el dijistes e hicistes en los libros de texto de la NEM

Por: Abelardo Carro Nava

«La lucha por el control de la educación en nuestro país está a tambor batiente; los grupos empresariales y conservadores buscan recuperar lo que no pudieron mantener por su propia incapacidad y abuso de poder.»

Como docente frente a grupo, en mis más de dos décadas de servicio ininterrumpido, he considerado a los libros de texto gratuitos como un instrumento valioso y una herramienta necesaria para el fortalecimiento de los aprendizajes de los estudiantes; jamás los he visto como la piedra angular que determine el que un niño, niña o adolescente aprenda o no.

Pienso que es un instrumento, porque indudablemente aporta información sobre el tema que se esté desarrollando en el aula; una herramienta, porque favorece la resolución de algunas actividades contempladas en éste y que refuerzan el contenido abordado en la clase. En cualesquiera de los casos, el punto central del uso o empleo que tengan los libros de texto en las escuelas y en los salones pasa por el docente; un profesional de la educación que ha sido formado para que desarrolle sus actividades en los centros escolares a partir de diversos recursos y/o materiales didácticos. En consecuencia, el conocimiento de dichos recursos y/o materiales, resulta fundamental para que los alumnos adquieran un conocimiento.

Es cierto, con propósito distintos, algunas maestras y maestros emplean estos libros de texto a lo largo de su jornada, ya sea al inicio, en el desarrollo o en el cierre de alguna materia o asignatura, sin embargo, también hay que decirlo, hay quienes no los emplean diariamente porque, afortunadamente, su conocimiento y capacidad les permiten valorar el uso de éstos o, como ya he dicho, el que no los empleen dada la actividad, previamente planeada, para que sus estudiantes se acerquen o adquieran un aprendizaje.

¿Lo anterior significaría restarles un valor importante a los libros de texto gratuitos que la Secretaría de Educación Pública (SEP) hace llegar a miles de escuelas esparcidas en el territorio nacional? La respuesta es no; porque en el proceso de enseñanza y de aprendizaje confluyen diversos elementos para un solo propósito: el aprendizaje de los niños.

Aprendizaje que, como bien se sabe, en las dos últimas décadas, a partir de lo que se conoció como Reforma Integral de la Educación Básica y Modelo Educativo 2017, ha estado determinado por organismos internacionales pues, según se dijo, estos esquemas llevarían a que un ser humano fuera alguien en la vida. Es decir, que a mayores aprendizajes y/o conocimientos adquiridos, un sujeto tendría un status diferente de aquel que no los tuviera, como si en realidad esta premisa determinara quién podría tener “X” valor y quien no; de ahí que pueda entenderse, el por qué del establecimiento de una serie de estándares e indicadores que permitirían evaluar lo que un alumno aprende en un plantel educativo olvidándose, casi por completo, que diversos factores inciden para que un estudiante logre aprender lo que tendría que aprender.

sto lo traigo a colación, por la reciente polémica sobre los libros de texto gratuitos que están en proceso de construcción por la SEP, y que se suscitó derivado algunos artículos y comentarios que, por ejemplo, periodistas como Carlos Loret de Mola o Ana Paula Ordorica, han hecho sobre dichos libros.

La polémica se desprende porque, en el libro Avance del contenido para el material educativo, Nuestros Saberes: Libros para alumnos, maestros y familia, en el Contenido Usamos reflexivamente los lenguajes con intenciones específicas al participar en la vida cotidiana de nuestra comunidad, para construir y fortalecer vínculos socialesLección Características se la conversación cotidianaaparecen palabras y expresiones como dijistes o hicistes, u otras oraciones como Sal para afuera Voy a subir para arriba; en el caso de las primeras, éstas se leen en algunas oraciones como Tú dijistes eso o ¿Ya hicistes la tarea?; hecho que llevó, precisamente a este par de periodistas, a formular algunas preguntas: ¿Qué tal los contenidos de los Libros de Texto Gratuito de 1º de Primaria?, Está bien decir “sal para afuera” y “dijistes”, señaló en su cuenta de Twitter Ordorica; ¿Saben que les quieren enseñar a los niños de primaria de 6 o 7 años de edad?: cómo organizar asambleas, qué es una plenaria, cómo protestar contra las autoridades; les enseñan que dijistes, buscastes, estuvistes está bien dicho, expresó Loret de Mola, también, a través de un video colocado en su cuenta de Twitter.

Lo que no señalaron estos periodistas es que, tales palabras y frases, como ya he señalado, se ubican en la lección Características de la conversación cotidiana en la que también se especifica La forma de conversar depende de las personas con quienes platique. Hay distintas maneras de comunicarse con familiares, amigos, compañeros, profesores o personas que apenas conocen, y se ponen, por ejemplo, acciones al conversar con familia y compañeros, personas conocidas fuera de la familia y personas que apenas se conocen; aunado a que también se señala la existencia de diferentes tipos de lenguaje: Aunque tradicionalmente se habla de lenguaje formal o informal, en realidad hay niveles o grados de formalidad. Por ejemplo, al comprar un producto en una tienda de abarrotes donde el dependiente es alguien conocido, el lenguaje es menos formal en comparación con la compra de ese mismo producto en una tienda en la que no conocemos al dependiente. Usamos reflexivamente los lenguajes con intenciones específicas al participar en la vida cotidiana de nuestra comunidad, para construir y fortalecer vínculos sociales. Es importante considerar que no hay distinciones absolutas entre los niveles de formalidad, sino que se pueden entremezclar” (SEP, 2022).

Aunado a lo anterior, en el apartado denominado Características del lenguaje cotidiano, en el mismo texto se señala que se pueden usar contracciones, es decir, formas incompletas de las palabras, por ejemplo, Esto es pa’ ellos, Mi ma’ dijo que pidiera la tarea, ¿Tons’ hacemos la tarea juntos”, pero también refiere que, con las personas que apenas se conocen, se suelen emplear las palabras completas, por ejemplo, Esto es para ellos, Mi mamá dijo que pidiera la tarea, ¿Entonces hacemos la tarea Juntos? (SEP, 2022).

Además de ello, también se señala en el mismo texto que, a veces, en una misma expresión se usan palabras que buscan reforzar o aclarar lo que se dice, por ejemplo, Sal para afuera o Voy a subir para arriba, o el añadir una en verbos que indican acciones pasadas pues, en ocasiones, al hablar, se pronuncia una al final de los verbos (las palabras indican procesos o acciones), por ejemplo, Tú dijistes eso o ¿Ya hicistes la tarea?, sin embargo, en este texto se enfatiza que, por lo regular, esta no se escribe, por ejemplo, Tú dijiste eso o ¿Ya hiciste la tarea? (SEP, 2022).

Como podrá leerse, hay una diferencia abismal entre quienes, desde la ignorancia pretenden enviar un mensaje distinto a la sociedad, y quienes, con conocimiento de causa, saben y reconocen que esta serie de actividades son parte de algo que se llama “Prácticas sociales del lenguaje”, y que no explico a detalle en este momento, más por falta de espacio que de ganas, pero que se desarrolla en las escuelas de educación básica de la República Mexicana con un propósito específico.

Curiosamente, quiero pensar, que quienes se formaron en una licenciatura en Ciencias de la Comunicación, desconocen sobre este tema. Habría revisar entonces, qué programa de estudios cursaron, cuáles fueron las asignaturas que abordaron, cuáles fueron los contenidos que trabajaron, en fin, qué entendieron por todo lo que existe en un proceso comunicativo entre los seres humanos.

La lucha por el control de la educación en nuestro país está a tambor batiente; los grupos empresariales y conservadores buscan recuperar lo que no pudieron mantener por su propia incapacidad y abuso de poder.

Queda claro que, independientemente de esa lucha entre unos y otros, el trabajo docente no se detiene; ni hoy ni nunca su brillo se verá opacado por quienes solo buscan satisfacer sus malsanos intereses.

Al tiempo.

Referencias:

Fuente de la información:  https://profelandia.com

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El Pliego Nacional de Demandas del SNTE: de lo absurdo a lo ridículo

Por: Abelardo Carro Nava.

Pienso que muy pocos trabajadores de la educación consideran que, en realidad, sus demandas y necesidades profesionales y laborales se ven reflejadas en el Pliego Nacional de Demandas que, anualmente, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) entrega a la Secretaría de Educación Pública (SEP); también pienso, que esta representación sindical se ha convertido en el bufón de los distintos gobiernos pues, el comportamiento de sus líderes sindicales, ha reflejado la poca seriedad – que a veces raya en lo absurdo y ridículo – que debería imprimírsele a la defensa irrestricta de los derechos laborales y profesionales de sus agremiados. Para muestra un botón.

Hace unas semanas el periodista Erick Juárez, en un reportaje publicado en la Revista Aula, Periodismo y Análisis Educativo, titulado Secciones 36 y 31, Monumentos a la corrupción, la opacidad y el despilfarro de recursos públicos, dio conocer que, por ejemplo, la lucha educativa de la Sección 31 de Tlaxcala valía 2 kilogramos de pavo; esto, porque la Secretaría de Educación Pública del Estado y Unidad de Servicios Educativos de Tlaxcala (SEPE-USET), como parte de las gratificaciones de fin de año que les otorgan a los trabajadores de la educación, no les había entregado un pavo de 7 kilogramos por agremiado, sino uno de 5 kg, hecho que motivó que sus líderes sindicales cerraran las instalaciones de esta Dependencia, pero también, que se convocara a un paro de labores. Entonces, ¿la lucha sindical equivalía 2 kilogramos de pavo? Así de absurdo, así de ridículo, sobre todo si consideramos las múltiples necesidades, demandas y atropellos que sufren a diario los trabajadores, por ejemplo, en los procesos de admisión, promoción y reconocimiento que tiene a su cargo la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y Maestros (USICAMM). Sin embargo, la historia no termina aquí, en este mismo reportaje, este periodista pudo documentar y reportar una millonaria capacitación que recibieron 266 delegados y la cúpula sindical de esa misma Sección Sindical denominada “Primera Capacitación para la Estructura Sindical” en las playas de Zihuatanejo, Gro., cuyo monto ascendía a la cantidad de 1 millón 735 mil pesos. Otra vez: ¿y las necesidades, demandas y derechos laborales y profesionales del resto de los trabajadores de la educación? La respuesta es muy obvia: en el olvido.

Volviendo al tema que me ocupa, a través de las redes sociales se pudo conocer, que el pasado 9 de marzo el líder nacional del SNTE, en “representación” de todos sus agremiados, entregó a la SEP su Pliego Nacional de Demandas; según se dijo, contenía las propuestas de poco más de 1 millón 400 mil trabajadores de la educación que participaron en la 5ª Consulta Nacional aplicada en las 55 secciones sindicales en las 32 entidades federativas (SNTE, 2023). Consulta que, desde luego, no refleja las necesidades y demandas de sus agremiados, porque el instrumento elaborado para este propósito se hace a modo para que se responda lo que la cúpula sindical quiere que se responda, pero también, porque dicho formato no llega a las manos de los trabajadores, sino que es contestado por las mismas delegaciones y representaciones sindicales en lo “oscurito”, lo cual podría explicar la cifra de “participación” que este sindicato dio a conocer en escueto comunicado.

Ahora bien, cuáles son algunas de las propuestas que integran el referido Pliego Nacional de Demandas: 1. Incremento salarial significativo, superior a la inflación; 2. Programa permanente de basificación; 3. Programas de promoción horizontal; 4. Jornada ampliada, tiempo completo o jornada extendida; 5. Una comisión tripartita SEP-SNTE-ISSSTE para diagnosticar y coadyuvar a resolver la problemática de seguridad social; 6. Conectividad gratuita en todos los planteles educativos; 7. Programa la escuela es nuestra en todas las escuelas; 8. Materiales educativos y libros de texto para alumnos y maestros para el análisis de Planes y Programas de Estudio (SNTE, 2023).

De sobra esta decir que, como cada año, estas son las propuestas que representan el sueño guajiro del SNTE en pro de una supuesta y muy sentida defensa de los intereses de sus agremiados; por ejemplo, en el tema del incremento al salario, como se recordará en el 2021, tal incremento representó el 3.4% y en prestaciones el 1.8%; en 2022, se alcanzó un incremento del 5.3% global, es decir, 3.5% al salario y 1.8% en prestaciones, esto independientemente de la controvertida y polémica política de incremento salarial de los trabajadores de la educación que menos salario percibían en ese entonces. ¿En verdad se piensa que en este año que el magisterio recibirá un incremento superior al de la inflación?

Por lo que toca al tema de los programas de estímulos salariales más neoliberales que otra cosa, tal parece que el SNTE, más no el total de sus agremiados, se conforma con demandar la existencia y/o permanencia de dichos programas como el de la promoción horizontal cuando, se sabe, este programa, desde el periodo del peñanietismo, ha venido atropellando, continua y reiteradamente los derechos laborales y profesionales de las maestras y maestros, aunado a la total opacidad con la que se manejan los recursos destinados para este propósito. ¿En verdad el SNTE desconoce la serie de violaciones de los derechos laborales y profesionales que anualmente la USICAMM comete en contra de los docentes?

Y, para terminar, más por falta de espacio que de ganas, tal parece que el SNTE, más no el total de sus agremiados, se conforma con constituir una comisión tripartita para que se atiendan las problemáticas relativas a la seguridad social de los trabajadores de la educación, como si desconocieran que, por ejemplo, el sistema de pensiones se rige por UMA’s y no por salarios mínimos, lo cual representa una afectación directa a la calidad de vida, laboral y profesional, tanto de trabajadores jubilados y activos. ¿En verdad es suficiente el establecimiento de una mesa tripartita para tratar lo que desde hace varios años se sabe pero que el mismo SNTE ha solapado?

En fin.

En próximas fechas vendrán los festejos por el día de la educadora o día del maestro; muchos de estos líderes sindicales llenaran sus discursos son sendas arengas que anuncian mejoras en los derechos laborales y profesionales de los trabajadores de la educación; seremos testigos de homenajes, programas socioculturales y hasta de la rifa de vehículos; sin embargo, tal y como diría aquel filósofo: mucho habrá cambiado para que todo siga igual… o peor.

Así de absurdo, así de ridículo.

Al tiempo.

Referencias:

Fuente de la información:  http://pulsored.com

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Más allá de la nueva familia de libros de texto gratuitos

Por: Abelardo Carro Nava

«El libro de texto es un instrumento o herramienta de suma relevancia en las escuelas, sin embargo, contar con otros apoyos que posibiliten un mejor trabajo del profesorado mexicano, sobre todo si en su seno participan maestras y maestros, enriquecería el proceso de enseñanza y de aprendizaje en los salones de clase.»

El pasado 23 de febrero de 2023, fueron publicados en el Diario Oficial de la Federación (DOF), los Lineamientos generales para la innovación en los materiales educativos impresos dirigidos a estudiantes de preescolar, primaria y secundaria que contribuyan a la mejora de la educación de las escuelas, cuyo objeto radica en el establecer elementos que podrían contribuir en los procesos de innovación pedagógica, didáctica y editorial en los materiales educativos impresos para estudiantes, emitidos por la Secretaría de Educación Pública (SEP) y las secretarías de educación – o instancias homólogas – en las entidades federativas, para apoyar, complementar y profundizar la puesta en práctica del plan y programas de estudio de preescolar, primaria y secundaria y con ello favorecer los procesos formativos que se desarrollan en las escuelas (DOF, 2023).

Lineamientos que, a decir verdad, parecieran tener una efímera relevancia para el magisterio mexicano pues, como se sabe, entre las maestras y maestros, es conocido que todo material educativo que llega a los planteles escolares es diseñado, elaborado y aprobado por algunos especialistas o por algunos funcionarios que llegan a ocupar un lugar en la SEP; sin embargo, como se verá más adelante, dichos lineamientos abren una oportunidad importante para que el profesorado mexicano pueda proponer diversos materiales, siempre y cuando se cumplan con ciertos requisitos.

Esta oportunidad, me parece que debe o debería ser aprovechada por todos aquellos interesados en el tema que, continuamente, por ejemplo, en las redes sociales o en otras plataformas o canales de comunicación, comparten materiales que, sin duda, contienen elementos valiosos porque apoyan el trabajo de sus colegas o padres de familia; pero también es conocido, que varios maestras y maestros suelen diseñar o construir algunas propuestas didácticas para abordar ciertos temas o contenidos, ya se de alguna asignatura, curso o proyecto, sin que se hagan, por así decirlo, públicos. Es por ello que insisto, aprovechar estos espacios para que las propuestas que muchas veces surgen de los colectivos docentes es importante, en la medida en que se reconozca que, por varios años, el mismo magisterio ha demandado y/o exigido sea tomado en cuenta para impulsar propuestas que no emanen del centro, de especialistas o de funcionarios de la SEP, sino de los contextos, diversidades y expertos que se encuentran en las miles de escuelas que existen en el territorio mexicano: los maestros. Veamos.

Algunos acuerdos y/o documentos que pude encontrar en la internet sobre este tema datan de 1982; el primero fue el Acuerdo 86 del 11-15-82 por el que se establecía el procedimiento de revisión y dictamen de libros de texto y apoyos bibliográficos. En éste se señalaba con bastante claridad, que los materiales educativos eran el libro de texto, cuaderno de trabajo u obra de consulta, destinados a la educación primaria, secundaria y normal, y la de cualquier tipo o grado obreros y campesinos. También se refería, que la Dirección General de Planeación de la SEP, sería la instancia que dictaminaría dichos materiales y, para ello, se proponía un procedimiento que fijaba algunos criterios para que fueran aprobados como que deberían satisfacer los planes y programas de estudio vigentes, responder a los principios generales de la técnica y la ciencia pedagógica, proporcionar información científica actualizada y probada, desarrollar el programa del grado correspondiente, entre otros; sin embargo, no se especificaba si un maestro o maestra podría realizar y proponer dichos estos materiales, porque la SEP, a través de la Dirección Adjunta de Contenidos y Métodos Educativos, los elaboraría y sometería a un Consejo para ser dictaminados (DOF, 1982).

Años más tarde, específicamente el 28 de febrero de 1987, se publicó en el DOF el Acuerdo No. 126 por el que se regulaba el procedimiento de revisión y dictamen de materiales auxiliares y didácticos. En dicho Acuerdo se puede observar, una clasificación más amplia con relación a los materiales que podrían se dictaminados y aprobados, pues ya se hablaba de materiales didácticos, libros de texto, cuadernos de trabajo y auxiliares didácticos. La elaboración de los libros de texto y los cuadernos de trabajo, a través de sus unidades técnico-pedagógicas o unidades técnicas, correspondía a la SEP; particularmente, la valoración de éstos le correspondía a la Dirección General de Evaluación Educativa y, solo el Secretario de Educación, era el único facultado para aprobarlos. Por lo que respecta a los auxiliares didácticos, éstos eran sometidos a aprobación de la referida Dirección de Evaluación previo dictamen. El procedimiento, como es de pensarse, sufrió ligeras variaciones, pero, en esencia, mantuvo los establecidos en el Acuerdo 86 (DOF, 1987).

Después de ese Acuerdo, fue difícil encontrar algún otro documento que regulara el procedimiento para la revisión y dictamen de los materiales educativos. El único que hallé en la internet fue el Acuerdo 13/12/17, por el que se determinaban los lineamientos a que se sujetaría el procedimiento para autorizar el uso de los libros de texto destinados a escuelas secundarias (DOF, 2017) y otro (que supongo se desprendía de éste) denominado “Los materiales educativos en las Escuelas de Educación Básica. Hacia una política de materiales educativos: consideraciones, lineamientos, criterios y recomendaciones” emitido por esas mismas fechas (2017) por la Dirección General de Materiales Educativos (DGME, 2017). Como es de suponerse, tales documentos tienen como base lo que se conoció con el nombre de Modelo Educativo para la Educación Obligatoria. Educar para la libertad y la creatividad; modelo que se desprendió de la reforma de 2013 por todos ya conocida. Y bueno, sobre todo en el segundo de éstos, se habla de algunos materiales educativos como los libros de texto, materiales impresos, para la biblioteca escolar, audiovisuales, digitales interactivos, así como de los procedimientos y el seguimiento que se debería realizar por parte de los colectivos docentes.

Con este breve, pero muy breve recorrido por diversos acuerdos y/o documentos relacionados con el tema que abordo en estos momentos, llegamos al que me llevó a escribir unas líneas: Lineamientos generales para la innovación en los materiales educativos impresos dirigidos a estudiantes de preescolar, primaria y secundaria que contribuyan a la mejora de la educación de las escuelas. Resaltaré algunos aspectos que, desde mi perspectiva, son fundamentales considerar.

En los Considerandos, llama la atención que se señale que, en el marco de los documentos de la mejora continua de la educación y el modelo interno, la emisión de los presentes lineamientos refiere de manera exclusiva a los materiales educativos impresos (físicos) dirigidos a estudiantes, con excepción de los libros de texto gratuitos. La razón por la que no se consideran a los libros de texto en tal esquema no se señala, sin embargo, es posible suponer que, independientemente de las funciones que, por ejemplo, tiene asignada la Dirección de Materiales Educativos, la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (MEJOREDU), propone una forma más abierta de participación del magisterio y no una determinada por lo que lo se mandata desde el centro.

Ahora bien, en su Artículo 1 se refiere, que los presentes lineamientos generales tienen por objeto establecer elementos que podrán contribuir en los procesos de innovación pedagógica, didáctica y editorial en los materiales educativos impresos para estudiantes, emitidos por la Secretaría de Educación Pública y las secretarías de educación -o instancias homólogas- en las entidades federativas, para apoyar, complementar y profundizar la puesta en práctica del plan y programas de estudio de preescolar, primaria y secundaria y con ello favorecer los procesos formativos que se desarrollan en las escuelas. Esto, supongo, derivado de la próxima implementación del plan de estudios 2022 en las escuelas de educación básica; no obstante, resalta a la vista que no se hable de implementación sino de una puesta en práctica; situación que me permitió formular una pregunta más adelante.

En el Artículo 6 se señala, que la SEP o las secretarías de educación -o instancias homólogas- en las entidades federativas seleccionarán y definirán, en colaboración con los equipos responsables del proceso de innovación, aquellos contenidos que se consideren necesarios de complementar, profundizar y fortalecer en estos materiales educativos, en apego a lo establecido en el plan y programas de estudio vigentes. Y para ello, en el Artículo 7 se refiere que se podrá considerar la conformación de equipos técnico-pedagógicos multidisciplinarios de trabajo, especialistas en diseño y desarrollo curricular, didáctica de las distintas disciplinas, investigación educativa y práctica docente; así como docentes y especialistas en diseño de materiales educativos, ilustración, fotografía, diseño gráfico y edición, siempre y cuando no existan conflictos de interés, y en estricto apego al Código de Conducta de la Secretaría. Equipos técnicos-pedagógicos que, como puede leerse, consideran la participación de los docentes y otros actores para el diseño de esos materiales educativos. Sin embargo, importantísimo es lo que puede leerse a continuación.

Artículo 8. La Secretaría o las secretarías de educación -o instancias homólogas- en las entidades federativas, en el ámbito de sus competencias y atribuciones, podrán considerar la selección de quienes participen en los equipos técnico-pedagógicos multidisciplinarios para el proceso de innovación de materiales educativos impresos, mediante una convocatoria que establezca, entre otros, los siguientes elementos: experiencia en el nivel educativo, conocimiento de los elementos y espacios curriculares de los programas de estudio vigentes y en didáctica de las disciplinas, así como en la elaboración de materiales educativos.

Convocatoria y elementos a considerar por quienes deseen participar que, como señalaba al inicio de estas líneas, abre las puertas para que las maestras y maestros puedan participar en este proceso. Un asunto que, conforme a ese breve recorrido en los documentos no se había considerado, al menos, de manera abierta. Sin embargo, sería relevante que los docentes exigieran la emisión de esas convocatorias para que se den estos procesos en cada uno de los estados porque, como sabemos, en varias entidades del país, existen prácticas que no son tan transparentes; un tema que sin lugar a dudas se ha mantenido dada la “simulación” que ha podido conocerse en distintos procesos que emprenden algunas dependencias estatales. En fin.

Para finalizar este texto, invitaría a consultar los lineamientos referidos y, obviamente, a exigir la emisión de esas convocatorias en cada una de las entidades federativas. Es cierto, el libro de texto es un instrumento o herramienta de suma relevancia en las escuelas, sin embargo, contar con otros apoyos que posibiliten un mejor trabajo del profesorado mexicano, sobre todo si en su seno participan maestras y maestros, enriquecería el proceso de enseñanza y de aprendizaje en los salones de clase.

Por mi parte, particularmente me llamó la atención el Capítulo III De la puesta a prueba en las aulas de los materiales educativos impresos dirigidos a estudiantes para el proceso de innovación; de entrada, me parece que sería ideal realizar este proceso, en el que obviamente participarían los equipos-técnicos pedagógicos multidisciplinarios a partir de la observación, documentación y análisis del desarrollo de una selección de actividades, secuencias, situaciones o proyectos integradores de los materiales por parte de los docentes y estudiantes en las aulas; desafortunadamente, como sabemos, en nuestro país los tiempos políticos y educativos no están en sintonía. Estamos prácticamente a un año de un proceso electoral que, sin duda, traerá nuevas figuras al terreno político y educativo, además de que los intereses empresariales que no cejarán en su intento por controlar la educación en nuestro país.

La pregunta es: ¿dará tiempo?

Referencias:

Fuente: https://profelandia.com/mas-alla-de-la-nueva-familia-de-libros-de-texto-gratuitos/

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La CNSPD y la USICAMM: el imperio de la arrogancia

 

 

Como es bien sabido por el magisterio, con la imposición de la reforma educativa de 2013, al extinto Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) se le asignaron otras atribuciones de las que desde el 2002 tenía contempladas, pero también, se constituyó la Coordinación Nacional del Servicio Profesional Docente (CNSPD), con la finalidad de disponer de una estructura jurídica y organizativa que asegurara que el ingreso, promoción, reconocimiento y permanencia de docentes y directivos, permitiera acreditar sus capacidades en sus respectivas funciones. Todo ello, según se dijo, con el propósito de “transformar” el sector educativo colocando al centro un Sistema Nacional de Evaluación que impulsara la mejora de la calidad de la educación pues, prestar servicios de calidad, fue una de sus metas.

Evidentemente, evaluar lo que pudiera ser evaluado, sin mejorar las condiciones de todo aquello que tenían que evaluarse no trajo buenos resultados.

Recuerdo que, por esos tiempos, el Colegio de México publicó un video en Youtube titulado “La reforma educativa”, donde Manuel Gil Antón, a través de una metáfora, explicó con bastante claridad este hecho. Hoy, ese video, en esa plataforma, cuenta con cerca de 329 mil visitas (https://www.youtube.com/watch?v=jH6lzKYGgNY).

Con estas acciones, la “posible” evaluación del Sistema Educativo pasó a un segundo plano, la disputa por la permanencia más no de la evaluación de ese Sistema concentró todas las fuerzas en todas las latitudes posibles, sin que el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), como ha sido su costumbre, haya defendido los intereses y derechos laborales y profesionales de sus agremiados.

Un recordatorio más. A mi mente viene lo ocurrido en el XIII Congreso Nacional de Investigación Educativa celebrado en Chihuahua. Muchos fuimos testigos de uno de los momentos más inverosímiles y/o vergonzosos que, de manera personal, pudiera haber presenciado: la exaltación de Guevara Niebla (en ese entonces integrante del INEE) cuando fue cuestionado por un maestro en medio de una mesa de diálogo (https://www.youtube.com/watch?v=NgYSnuk69Ng&t=58s) y, desde luego, la posterior increpación de parte del primero al segundo. ¿Y la CNSPD en ese entonces? Sentada en sus laureles y aplicando a rajatabla las disposiciones normativas y administrativas, aunque sus procesos fueran un verdadero desastre. Obviamente la cara que fue visible en este embrollo fue la del INEE y la de sus ex consejeros, muy pocas veces se fijó la mira en la CNPSD pues, se sabía, que era necesario exigir y demandar la abrogación de la ley o una reforma que eliminara la permanencia, pero también, los procesos evaluativos para el ingreso, promoción y reconocimiento.

¿Cuántas marchas y/o manifestaciones del magisterio mexicano en contra de la reforma educativa de 2013 y de la evaluación no se llegaron a ver o a conocer en distintos medios de comunicación?, ¿cuántas maestras y maestros no fueron golpeados por grupos de granaderos cuando se manifestaban en las sedes que los distintos gobiernos locales habían habilitado para que los docentes seleccionados pudieran ser evaluados? En fin.

La era del lopezobradorismo entró con tambor batiente. Su reforma educativa fue aprobada en 2019 y se cumplió su promesa de campaña al eliminarse la evaluación de permanencia, sin embargo, quedaron muchas comas de la de 2013, aun y cuando se haya dicho hasta el hartazgo que no quedaría ni una de ellas. La ley General del Sistema para la Carrera de las Maestras y Maestros dio vida a la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y Maestros (USICAMM); unidad que conservó prácticamente el mismo esquema “evaluador” de la extinta CNSPD, con sus mismas fallas, con sus mismos errores y con las mismas violaciones a los derechos laborales y profesionales de los trabajadores de la educación, hecho del que “parece” no ha tenido conocimiento el SNTE, tal y como sucedió en antaño.

Como es conocido, la incompetencia del primer titular de la USICAMM provocó la llegada de una profesora que, en su momento, luchó contra la “mal llamada reforma educativa”. Poco o nada ha cambiado desde que tales funcionarios públicos asumieron sus cargos. Cada año han sido recurrentes las fallas o errores en los procesos de evaluación para el ingreso, promoción o reconocimiento, aunque, por ejemplo, la actual titular presuma que más de 200 mil maestras y maestros hayan generado citas para un registro, ya sea para el proceso de admisión, promoción o de horas adicionales. ¿En verdad se piensa que las maestras y maestros no harían un registro cuando en el Sistema Educativo prácticamente se cuenta con un solo mecanismo de admisión o de promoción que les permita ingresar al servicio o de mejorar sus condiciones de vida personales y profesionales?, ¿acaso no se piensa que prácticamente todo ser humano tiene aspiraciones personales y profesionales?, ¿acaso se piensa que los egresados de las escuelas normales, CAM, UPN o de cualquier otra licenciatura no pensaría dedicar su vida profesional a la carrera que pudieron haber concluido en algún momento de su etapa académica? Vaya, ¿las condiciones socioeconómicas de nuestro país permitirían que un recién egresado de estas instituciones, o de algún maestro en servicio, se quedara con los brazos cruzados esperando que alguien lo contrate o promocione?

Si lo anterior no fuera suficiente, tal y como en antaño sucedía con la CNSPD, el cambió repentino de disposiciones normativas y administrativas en cada uno de los procesos de admisión, promoción, horas adicionales o de reconocimiento, ha sido una muestra de la soberbia de lo que hoy se conoce con el nombre de USICAMM. Siempre, bajo un supuesto amparo de la ley, el personal adscrito a esa instancia ha hecho y desecho lo que ha querido, sin que en ello medie la autocrítica y el reconocimiento de las afectaciones que padecen las maestras y los maestros en cada uno de esos procesos. ¿Y el SNTE? Obviamente como dicen en mi pueblo: “calladito se ve más bonito”; sin embargo, bien valdría preguntarse dónde habrá quedado ese sentido rechazo por los procesos de evaluación que hace unos años movilizaron a cientos de maestras y maestros a lo largo de la República Mexicana.

¿El imperio de la arrogancia habrá ganado y silenciado las voces que de 2013 a 2018 se manifestaron abierta y públicamente?

Fuente de la información:  https://revistaaula.com

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Un libro del maestro sin recetas, pero ¿cuál es la “receta” de los maestros?

Por: Abelardo Carro Nava

«¿No hay una contradicción entre plantear una autonomía profesional del magisterio en el Plan de Estudio 2022 y elaborar un programa analítico siguiendo las posibles orientaciones que la misma SEP está brindando al docente para que pueda construirlo?»

Quienes conocen de cerca el terreno educativo, particularmente, quienes han tenido la oportunidad de estar dentro de un salón de clases, saben que las maestras y los maestros, a partir de las sugerencias u orientaciones contenidas en un plan de estudio y en su respectivo libro para el maestro, emplean, por ejemplo, los libros de texto gratuitos con distintos propósitos, ya sea como instrumentos que les permiten a los estudiantes recuperar algunos datos o información sobre un contenido, para leer alguna lectura sobre un tema en específico, o bien, como herramientas de trabajo en virtud de los problemas matemáticos que ahí se encuentran, los cuestionarios que se presentan para que sean respondidos después de una lectura, para el llenado de algún cuadro que implique recoger información de las familias, lugares o comunidades en las que viven, etcétera.

Luego entonces, al ser un instrumento, herramienta, recurso o material que favorece o enriquece las actividades que el docente puede diseñar y plasmar en una planeación didáctica, este libro de texto permite fortalecer el proceso de enseñanza y de aprendizaje mediante el quehacer del profesorado que ha sido formado para este propósito. En este sentido es que cobra singular relevancia, tanto la formación inicial como la continua que pudo haber recibido la maestra o el maestro, pero también, la experiencia que ha adquirido en su trayectoria profesional.

En consecuencia, se sabe que no hay recetas para que el docente realicé su labor dentro de la escuela y salón de clases; su quehacer no sigue determinadas pautas de acción plasmadas en un instructivo, aunque esas mismas acciones sí tienen un fundamento teórico-metodológico. No hay un manual que le diga o señale que, en tal momento de la clase, se tiene que tomar el libro de texto gratuito para que los alumnos realicen o aborden un contenido. De hecho, las maestras y maestros emplean dicho libro ya sea al inicio de la sesión, en el transcurso de la misma, cuando ésta está por finalizar o, bien, no lo emplean. Los motivos por lo que sucede este tipo de cuestiones tienen que ver con lo que he comentado al inicio de estas líneas: la experiencia y conocimiento del profesorado que le permiten tomar decisiones con el propósito de favorecer el aprendizaje de sus alumnos.

Ahora bien, siguiendo con el mismo ejemplo, por lo que respecta a la conformación de un libro de texto gratuito mucho puede decirse, sin embargo, más por falta de espacio que de ganas, me limitaré a señalar algunas cuestiones que, desde mi perspectiva, son relevantes pues, se sabe, que dicho libro debe estar en debida consonancia con el plan de estudio vigente del cual se desprende; obviamente que dicho Plan responde a un modelo educativo y éste a las teorías, tendencias, corrientes, ideologías o a una probable cultura dominante en un país o en el mundo entero. Desde luego, sin perder de vista, el marco normativo en el que todo lo anterior puede ubicarse como lo es la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Y bueno, con estos referentes, los diseñadores de estos materiales se dan a la tarea de organizar los temas, secuencias, actividades, imágenes, entre otros elementos considerando los procesos cognitivos de los niños, el grado escolar en el que se pretende emplear, el nivel de complejidad conceptual y procedimental de las lecturas, problemas o desafíos matemáticos, en fin, todo un cúmulo de aspectos que deben mirarse desde la didáctica y la pedagogía, pero también, por ejemplo, de la psicología u otras disciplinas.

Después de este proceso, considerando la revisión por parte de los responsables que los elaboraron, continua el de impresión y distribución de estos materiales. Otro gran tema en el que salta a la vista, el negocio que representa para algunas empresas a las que se les asigna esta encomienda, dada la obligación constitucional del estado, a través del Ejecutivo y la propia Secretaría de Educación Pública (SEP). Impresión y distribución que, hasta nuestros días, sobre todo esta última, no ha sido satisfactoria. ¿Cuántas escuelas y cuántos alumnos no inician un ciclo escolar sin los libros de texto gratuitos que, conforme al grado, les correspondería recibir?, ¿cuántas maestras y maestros no cuentan con el libro que les permita orientar su trabajo dentro del aula escolar? Repito, quienes han tenido la oportunidad de estar en una escuela o en un salón de clases, saben que ni todos los alumnos ni todos los maestros reciben estos materiales en tiempo y forma. En fin.

Traje a colación estas ideas debido a la polémica que, en días recientes, se generó, y por la cual di lectura a diversas notas periodísticas, entrevistas o columnas que algunos colegas de la pluma y letra dieron a conocer a través de distintos medios informativos. Pareciera que, en días recientes, se leyó el Libro para el docente denominado “Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro”, que desde el mes de noviembre del año pasado se filtró por las redes sociales y no por los canales oficiales de la SEP. Libro que fue elaborado para el profesorado como parte del Plan de Estudio 2022 que esta Dependencia busca implementar en el ciclo escolar 2023-2024 y que, por esas mismas fechas, me permitió escribir un artículo que más adelante comparto y que titulé: “La nueva familia de libros de texto gratuitos. Algunas reflexiones”.

Como parece obvio, las reacciones en estos días fueron diversas, hubo quienes acusaron que, a través de un admirador del marxismo y de un venezolano se estaban rediseñando los libros de texto en la SEP (Infobae, 2023); otros, con conocimiento de causa, vieron en este libro para el maestro un manual atiborrado de una colección de clichés y ocurrencias filosóficas y sociológicas que tiran línea a los trabajadores de la educación (Hernández, 2023). Ambas posturas, tan válidas como necesarias, no fueron respondidas por la SEP o por la Dirección de Materiales Educativos, hecho que hace pensar que hay mucha razón en los argumentos que éstos lanzaron pues, si se analiza con detenimiento los apartados introducción o ecología de saberes en el territorio escolar, podríamos cerciorarnos de ello, pero, también, ampliar nuestro panorama y/o visión sobre ello.

Curiosamente, como alguien atinadamente señalaba hace unos días, la derecha encontró un motivo más para reiterar lo que el gobierno en turno “pretende” lograr con la ideologización de la educación – como si esa derecha no buscara imponer su ideología – misma que, según dijeron, puede observarse en el planteamiento de este libro para el maestro, asunto que de nueva cuenta deja entrever la concepción que tienen con relación al quehacer docente y del docente mismo, al no considerarlo como una persona con la suficiente inteligencia y con la capacidad necesaria para tomar las decisiones que, con base en su formación y trayectoria profesional puede tomar. Sin embargo, paradójicamente, también la SEP comparte esta misma visión, al imponer una ideología disfrazada de un eslogan que refiere que no hay recetas pero que sí las da (en este libro), y limitando al profesorado a impartir sus clases con libertad, imaginación y creatividad.

De hecho, si se revisa el texto para el docente de principio a fin (lo invito a hacerlo), se podrá observar que el apartado denominado Diseño Creativo para la Construcción del Programa Analítico, que fue trabajado durante la Semana Intensiva de Formación Continua del mes de enero del año en curso, se encuentra en este libro. ¿No hay una contradicción entre plantear una autonomía profesional del magisterio en el Plan de Estudio 2022 y elaborar un programa analítico siguiendo las posibles orientaciones que la misma SEP está brindando al docente para que pueda construirlo? Ahora bien, si uno de los ejes fundamentales que tiene el programa analítico es darle al docente esa autonomía para el trabajo por proyectos, ¿por qué los libros de texto gratuitos que pueden observarse en el enlace que abajo comparto, ya tienen proyectos integradores estructurados que marcan la pauta de actuación de los docentes?, ¿no es ésta otra gran contradicción?, ¿de qué tipo de autonomía estamos hablando entonces?, ¿dónde queda la autonomía intelectual del profesorado en todo este embrollo?

En resumidas cuentas, está visto, que la lucha por el control de la educación está más que viva que nunca en nuestro país. Como se ha observado, la SEP vive profundas y grandes contradicciones que poco abonan al proyecto educativo del gobierno en turno. Y bueno, para las maestras y maestros, esa lucha y esas contradicciones, aunque no les son ajenas, los deja en medio de terreno que no atiende sus demandas y necesidades profesionales y laborales y, mucho menos, las de sus alumnos en sus aprendizajes.

Referencias:

Carro, A. (2022). La nueva familia de los libros de texto gratuitos. Algunas reflexiones. Profelandia.com. https://profelandia.com/la-nueva-familia-de-libros-de-texto-gratuitos-algunas-reflexiones/
Hernández, L. (2023). El misal y la feligresía. La Jornada. https://www.jornada.com.mx/notas/2023/02/07/politica/el-misal-y-la-feligresia/
La redacción, Infobae. (2023). Cómo un admirador del marxismo y un venezolano chavista rediseñan los libros gratuitos de texto de la Sep.
https://www.infobae.com/mexico/2023/02/01/como-un-admirador-del-marxismo-y-un-venezolano-chavista-redisenan-los-libros-gratuitos-de-texto-de-la-sep/
Enlace para consultar la nueva familia de textos de 1er. Grado. https://drive.google.com/drive/folders/16z3jV1CymYUmdycbu1pdEmnJE5oiqy8h?fbclid=IwAR3UcV2HIwJJoiXr4zElkv3mI8nKryo0ay7m9weaE4sg4oXV46aPTiQWR3s

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¿Por qué el programa analítico no es una planeación didáctica?

Por: Abelardo Carro Nava

 

«Con la construcción del programa analítico por parte de los docentes, ¿la SEP considerará la posibilidad de revisar y valorar la pertinencia del Programa Escolar de Mejora Continua en las escuelas de educación básica?»

De entrada, advierto, que las siguientes líneas no pretenden establecer una verdad absoluta en torno a un tema que, desde luego, tiene varias aristas de análisis; tampoco sugieren que, desde este espacio, se le esté haciendo el trabajo a la Secretaría de Educación Pública (SEP) en razón del mismo tema que me ocupó a escribirlas; lo que sí pretende generar, es un momento de reflexión sobre lo que en los últimos días se ha hablado mucho en el sector educativo y que ha generado una serie de interpretaciones al interior de los colectivos docentes derivado del Taller Intensivo de Formación Continua que se desarrolló, del 2 al 6 de enero, en la mayoría de los estados de la República Mexicana, me refiero al programa analítico y la planeación didáctica. Aspectos que, como se sabe, fueron confundidos, en principio, por la Secretaria de Educación, Leticia Ramírez y, posteriormente, en los Consejos Técnicos Escolares (CTE), en virtud de la desorganización que prevalece en la SEP en cuanto a los tiempos en los que emite las orientaciones para que sean trabajados en estos espacios por las maestras y maestros.

Dicho lo anterior, pretendí recuperar de diversas fuentes consultadas, algunos referentes que permitieran vislumbrar por qué el programa analítico no es una planeación didáctica, aunque se ésta última se derive de éste. Veamos.

Si partimos de la búsqueda de un par de definiciones básicas o generales que no necesariamente estén vinculadas con el ámbito educativo, dado que las fuentes que las ofrecen, solo abordan algunos principios genéricos de lo que se entiende por programa, encontraríamos que éste, por un lado, hace referencia a un plan o proyecto organizado de las actividades que se irán a realizar (Significados, 2022), mientras que el otro, con una mirada un poco más específica, alude a un sistema y distribución de las materias de un curso o asignatura, que forman y publican los profesores encargados de realizarlas (RAE, 2023). Consecuentemente, organización y planeación, parecen ser dos conceptos que, de manera inmediata, podrían llamar nuestra atención; ambas definiciones, desde luego, con miras a desarrollarse en un futuro que puede ser inmediato, a mediano o largo plazo, dependiendo de lo que la institución o docente organice y planee. No obstante, si nos detenemos a analizar un poco más la segunda, podremos identificar tres cuestiones: materias, curso o asignatura, y la figura del profesor encargado de diseñar lo que en el medio educativo se conoce como programa de estudios. Un tema que es por demás interesante considerar, sobre todo en el ámbito universitario, donde muchos profesores se encargan de conformar dicho programa, pero, para el caso que nos ocupa, el de la educación básica, por mandato constitucional y/o reglamentario, esta cuestión no la realiza (o realizaba) el docente porque, como sabemos, le corresponde al estado determinar los planes y programas de estudio (Artículo 3º constitucional). Entonces, con la idea propuesta en el Plan de Estudios 2022 denominada codiseño, ¿la SEP estaría incumpliendo el mandato constitucional dado que los profesores tendrían que elaborar un programa analítico con algunos contenidos que se deriven de situaciones locales, institucionales o de su grupo para incorporarlas como parte de su ejercicio docente? No necesariamente; pero de ello escribo unas líneas más adelante.

Dicho lo anterior, qué podríamos entender por programa de estudio. De acuerdo con Díaz Barriga (2009) por programa podemos entender, el documento oficial de carácter nacional en el que se indica el conjunto de contenidos a desarrollar en determinado nivel, mientras que (si) hablamos de programación (podríamos) referirnos al apoyo educativo-didáctico específico desarrollado por los profesores para un grupo de alumnos en concreto. Programa y programación son planteamientos no excluyentes. Entonces, en el ámbito educativo podría decirse, que es un documento en el cual contiene el proceso pedagógico que los docentes deben cumplir durante el año escolar dado que, dicho programa, establece los contenidos, actividades y los objetivos que deben cumplir los docentes con respecto a sus alumnos.

De esta forma, resulta claro que el programa de estudios, es un documento que posibilita el proceso pedagógico que se pondrá en marcha durante un tiempo determinado, cuyo vínculo con el proceso didáctico es, por así decirlo, indisoluble. Qué se enseña (pedagogía) y cómo se enseña (didáctica), es un tema del cual hablaré en los siguientes párrafos, sobre todo cuando aborde lo relacionado al programa sintético y analítico.

Ahora bien, una de las principales funciones que se pueden identificar de un programa de estudios, sería posibilitar la visión global del plan del que forman parte, (de ahí que) acceder a todos los programas nos puede informar del proyecto educativo que adopta la institución (en este caso la SEP) a través de la carga académica semestral o anual, del conjunto de disciplinas o problemas que se propone abordar y de origen global (Díaz-Barriga, 2009), aspectos que resultan sumamente interesantes considerar, en razón de la comprensión de que los programas, como tales, se desprenden de lo que en nuestro caso conocemos como Plan de Estudio que, dicho sea de paso, en la últimos años se ha venido cambiando, prácticamente cada sexenio, aunque en los hechos, sigan operándose en las escuelas de educación básica: 2011, 2017 y, en próximas fechas (esperemos) el 2022.

Vistas las ideas hasta aquí expuestas, encuentra sentido lo que en nuestros días conocemos con el nombre de programa sintético (que bien podría ser equiparado a un programa de estudios de carácter nacional) y programa analítico (que podría ser definido como un programa de estudios local, institucional o grupal elaborado por el docente); el primero, como se sabe, se concibe como aquel que organiza los contenidos que los estudiantes deben aprender, pero que es necesario contextualizar para atender a la diversidad intercultural y social en su acción pedagógica… Plantea que las maestras y los maestros decidan QUÉ ENSEÑAR y CÓMO ENSEÑAR tomando en consideración a la comunidad y sus saberes, a sus estudiantes y conocimientos y (por tanto) el programa de estudios define los contenidos nacionales comunes (SEP, 2022); mientras que, el segundo, es decir, el programa analítico puede entenderse, como una ESTRATEGIA para la contextualización que los maestros, como colectivo escolar, llevan a cabo a partir de los programas sintéticos, de acuerdo con las condiciones de su situación comunitaria, escolar y, en particular, de su grupo escolar… el programa analítico NO ES UN FORMATO que se llene con ALGUNA RECETA, implica organizar de manera específica varias de las acciones QUE YA SE LLEVAN A CABO EN LA ESCUELA, incorporar nuevas o reorientar el sentido de otras para atender las FINALIDADES que el Plan de Estudios 2022 señala… (por tanto) es un DOCUMENTO de trabajo SENCILLO que se elabora, analiza y evalúa durante el ciclo escolar en las sesiones del CTE o en las academias de secundaria, además de los espacios de formación docente… Se configura a partir de tres planos: 1. Análisis del contexto socioeducativo de la escuela; 2. Contextualización; 3. Codiseño. El primero refiere al ejercicio de lectura de la realidad educativa de la escuela, el segundo explica los procesos de integración curricular y contextualización y, el tercero, incorpora especificidades locales (SEP, 2022).

Resulta claro que, mientras el programa sintético define los contenidos nacionales que habrán de trabajar las maestras y maestros durante el ciclo escolar, el programa analítico, los toma como referente para que, mediante un proceso de contextualización que considera la situación comunitaria, la situación de la escuela o del grupo escolar, diseñe o construya el propio; por tanto, el tema que surge en estos momentos, sería el del codiseño, situación que también ha generado diversas reacciones, más por las ambigüedades y confusiones que, como al inicio comentaba, se desprenden de lo que cada actor está entendiendo por este concepto derivado de la desorganización que hasta el momento permea en la SEP, que por el concepto mismo.

Por codiseño se entiende, según la SEP, aquel proceso que: 1. Incorpora problemáticas, temas y asuntos comunitarios locales y regionales como contenidos necesarios para enriquecer la propuesta curricular; 2. Considera que el colectivo docente de cada escuela delibere en torno a los contenidos que se integrarán a los programas analíticos; 3. Reconoce los procesos de decisión curricular que las maestras y maestros llevan a cabo; 4. No elude la observancia obligatoria de los programas de estudio (programa sintético); 5. Implica una visión contextualizada, flexible y realista para la toma de decisiones de los maestros respecto a cómo se enseña (didáctica) en la escuela; 6. Lo nacional tiene que reposicionarse como el espacio de lo común desde la diversidad que nos caracteriza como país (SEP, 2022).

Entonces, este es un proceso de codiseño que, bien podría decirse, de alguna manera la maestra o maestro realiza, en mayor o menor medida, en su quehacer cotidiano, en su grupo y en su escuela. Cierto, tal vez sin la sistematicidad o siguiendo una metodología previamente establecida (dada la escasa formación en diseño curricular que se le pudo haber brindado en su formación inicial), pero sí con algunos elementos que, pienso, son parte de ésta o éstas.

¿No habría la imperiosa necesidad de propiciar que los maestros identifiquen aquellos momentos en los que incorporan temáticas o contenidos locales, institucionales o hasta grupales en su quehacer docente?, ¿no habría la imperiosa necesidad de propiciar un aprendizaje para la identificación y/o construcción de contenidos y su incorporación al programa analítico tomando en cuenta que, tal ejercicio, puede ser sencillo para algunos y complicado para otros?, ¿no habría la imperiosa necesidad de que existiera una formación continua más sólida sobre diseño curricular para que el profesorado mexicano se adentrara en estos temas? En fin. Algunas cuestiones que, desde luego, desearía que pudiera contestar la SEP en otros CTE y como parte de ese proceso “formativo” que está llevando en este ciclo escolar.

Como se ha visto, Plan de Estudios y Programa Sintético (qué se enseña), responden a una serie de documentos que los profesores tienen que tomar en cuenta para construir en colectivo, o tal vez, de manera individual, lo que se ha denominado Programa Analítico (qué se enseña). Documentos que, si bien consideran el tema de la planeación y organización, su lógica es diferente en cuanto a la que sigue una planeación didáctica (cómo se enseña). Entonces, ¿a qué nos referimos con este último término?

La planificación didáctica se puede concebir como un proceso amplio, flexible y mental que no se limita al registro de información en un formato; sino que empieza con la revisión de materiales (programas de estudio, libros de apoyo, recursos didácticos, bibliografía, entre otros), y que termina y se regenera en cada momento que se evalúan los resultados y se toman decisiones… considera diversos aspectos como el conocimiento de los alumnos, del contexto, del contenido que se aborda, de la teoría pedagógica en la que sustenta su práctica, y el conocimiento de enseñanza presentes en los programas de estudio (SEP, 2012).

Entonces, si el programa sintético y analítico definen QUÉ SE ENSEÑA (derivado de un proceso de contextualización y demás elementos referidos), la planeación didáctica alude al CÓMO PODRÍA ENSEÑARSE aquello que se pretende enseñar, por tanto, planear la situación y el trabajo en el aula y en los espacios escolares, implica prever la organización y la secuencia del modelo educativo, así como los métodos, las estrategias, las actividades, las tareas, las interacciones entre los participantes (el lenguaje, el diálogo, la reflexión, los valores que se anticipan cómo podría operar el grupo), los tiempos disponibles y los espacios para la evaluación formativa… (por ello) habrá de anticipar, en lo posible, los procedimientos que ayudarán al estudiante a construir el aprendizaje, es decir, las estrategias didácticas que usará el profesor… (por tanto) la planeación didáctica anticipa la organización, la estructura y la secuencia de los procesos de enseñanza y de aprendizaje; es el momento para seleccionar actividades, la organización del espacio y tiempo de las actividades; la ocasión para anticipar los medios, recursos, apoyos, instrumentos o materiales didácticos (Monry, s/f).

Y para que todo este proceso ocurra, no habría que perder de vista que, en éste, el profesor pone en juego sus capacidades, conocimientos, experiencia, formación, entre otras cuestiones para construir situaciones de aprendizaje que le permitirían eso, generar aprendizajes en sus alumnos, y bueno, planear lo que haya que planear, puede realizarse siguiendo una determinada secuencialidad dado el desarrollo de los aprendizajes planeados, pero también, del desarrollo cognitivo de los alumnos; para el caso que me ocupa, sabemos que una secuencia didáctica es fundamental en este ejercicio porque, como tal , se encuentra en el marco de una planeación dinámica, donde todos los factores de la planeación se afectan entre sí. Su punto de partida es la selección de un contenido (en el marco que tiene el programa de estudios en su conjunto) y con la determinación de una intención de aprendizaje de ese contenido, sea expresada en términos de objetivos, finalidades o propósitos de acuerdo a la visión pedagógica y didáctica de cada docente (Díaz-Barriga, 2013); por tanto, el inicio, desarrollo y cierre, resultan fundamentales para la generación del proceso que conocemos con el nombre de enseñanza y de aprendizaje.

Ahora bien, desafortunadamente, pienso que un ejercicio tan importante como lo es la construcción de una planeación didáctica por parte del profesor, en las dos últimas décadas (aunque no signifique que con anterioridad no se daba), cuando la tan afamada y mal lograda calidad educativa entró de lleno al terreno educativo, perdió su esencia puesto que, además de dar paso a eso que yo llamó “formatitis”, se le exigió al docente, incluir una serie de indicadores aunque éstos no tuvieran relevancia ni trascendencia para el proceso que el profesor estaba diseñando en esos momentos. Y, lo que es peor, fue la imposición de innumerables formatos para que los profesores “reportaran” dicha planeación a sus autoridades educativas inmediatas y éstas a sus superiores, etcétera, sin que se supiera el destino final de éstas y, mucho menos, se retroalimentara a los profesores. ¿Acaso esta acción no generó un “burocratismo” innecesario que llevó al docente a cumplir solo por cumplir cuando en los hechos, muchas veces, elaboraba otra planeación que, siendo flexible como lo es, suele modificarse una vez que comienza el trabajo con el grupo de alumnos?

De hecho, sobre este tema, en los últimos días, me ha llamado la atención la existencia de muchas páginas que circulan en las redes sociales, que ofrecen a las maestras y maestros formatos algunos programas analíticos construidos a partir del diseño, precisamente, de un formato. Pienso, que todo puede ser de utilidad, siempre y cuando se profundice en los elementos conceptuales, teóricos y metodológicos que fundamente una propuesta curricular puesto que, de lo contrario, caeríamos, una y otra vez, en esa “formatitis” que poco abona al proceso de enseñanza y de aprendizaje; por tanto, considero que es necesario que los docentes construyan un documento orientador en el que, tanto los contenidos, como los procesos de aprendizaje, sean la base para la generación del mismo, y no un formato que solo se tenga que entregar porque se tiene que entregar ante la exigencia de una autoridad que, muchas veces, se encuentra un tanto alejada de lo que verdaderamente ocurre en el aula.

Finalmente, pienso que estamos en la antesala de un proceso que, por años, buena parte del magisterio mexicano de educación básica venía solicitando, me refiero a la posibilidad de tener esa libertad para construir un programa a partir de sus propias necesidades, problemáticas y formas de ver y entender la docencia. La idea del codiseño, con mucha seguridad para algunos docentes universitarios no sea del todo desconocida, dado que muchos de ellos construyen el programa de estudios de la materia, asignatura o curso que imparten; en básica, con esta propuesta curricular, comienza a generarse esta idea pues, como se sabe, habrá contenidos nacionales plasmados en el programa sintético, sin embargo, el docente podría incorporar otros en su programa analítico, dependiendo de sus necesidades (diagnóstico) y los demás elementos que ya he señalado; el probable problema que yo veo es que, de alguna forma, el sistema, por la misma normatividad establecida y por la misma cultura que ha permeado por más de tres décadas en el mismo, impide transitar hacia una forma diferente de concebir el quehacer educativo y docente, pero además, si no se cuenta con una formación continua sólida para las maestras y los maestros, todo proyecto, que podría ser extraordinario, quedaría en los anales de la historia como un buen intento.

 

Al tiempo.

Con negritas:

Con la construcción del programa analítico por parte de los docentes, ¿la SEP considerará la posibilidad de revisar y valorar la pertinencia del Programa Escolar de Mejora Continua en las escuelas de educación básica? Una pregunta que, espero, abordar en otras entregas.

Referencias:

SEP. (2022). Avance del contenido para el libro del docente. el diseño creativo. http://gestion.cte.sep.gob.mx/insumos/php/docs/sesion3/El%20dise%C3%B1o%20creativo.%20Avance%20del%20contenido%20del%20Libro%20del%20docente.%20Primer%20grado.pdf

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El balance del taller intensivo: el programa analítico no es una planeación didáctica

Por: Abelardo Carro Nava

«La aplicación del Plan de Estudios 2022 sigue en suspenso e incertidumbre, pues no se sabe qué es lo que ha pasado con los amparos promovidos que detuvieron el tan anunciado pilotaje…»

Culminó el Taller Intensivo de Formación Continua, que la Secretaría de Educación Pública (SEP), de conformidad con el calendario escolar y las acciones contempladas en éste para la “formación” sobre el Plan de Estudios 2022, se dirigió a supervisores, directores, maestras y maestros de educación básica de la República Mexicana. El balance puede tener varias aristas, algunas a favor y, como es natural, otras no tanto, dependiendo del cristal con el que se mire y las experiencias que se hayan adquirido al interior de los colectivos docentes; sin embargo, desde mi perspectiva, pienso en algunos puntos que no fueron muy favorables:

• La evidente desorganización que prevalece al interior de la SEP, por ejemplo, al subir a la plataforma los programas sintéticos el viernes 30 de diciembre de 2022, cuando el taller comenzaría el 2 de enero de 2023. Asunto que no es nada nuevo porque, desde que se conoció el Marco Curricular del nuevo Plan de Estudios en enero de 2022, a la fecha, se han observado cambios importantes y significativos en los documentos; imagino, tanto los especialistas como los responsables del diseño curricular, han tenido varios desencuentros que han generado, por ejemplo, la desaparición de eso que enero de 2022 se conoció con el nombre de diálogos y progresiones de aprendizaje, sin que se haya explicado la razón o el motivo por el cual no aparecen en los programas sintéticos dados a conocer en diciembre de 2022.

• La construcción de una noción de “formación” por parte de la SEP que no es formación, sino una capacitación de naturaleza técnica-instrumental para operar un plan de estudios, aunque en el proceso “formativo” que viene construyendo esta Dependencia, se incluyan momentos reflexivos.

• La escasa visión para generar espacios de formación dirigidos a las autoridades educativas (supervisores y directores), con la finalidad de que éstos, no se limiten solamente a las cuestiones organizativas de un taller, sino que, por la relevancia de su papel, tal acción debería ir más allá de la organización propiamente dicha. Ello podría explicar por qué, la SEP, consideró un solo día para la “formación” de estas figuras educativas para el desarrollo del Taller.

• La organización exprés que realizaron los supervisores y directores con el propósito de propiciar ese proceso “formativo” que la SEP, desde el escritorio, diseñó para ser trabajado durante 3 o 4 días con las maestras y maestros. Organización que, independientemente de las complejidades que ello representó, en muchos casos, sí se logró, lo cual demuestra la capacidad que tienen estas figuras para orientar lo que de botepronto les llaga a las manos, sin embargo, hay que decirlo, en muchos casos esto no sucedió así. Es más, se dio paso a construir completamente un programa analítico cuando, de acuerdo la propuesta de agenda de la SEP, solo se tenía que elaborar un esbozo (un trazo, un bosquejo, etc.) de éste.

• La generación de varios materiales (exposiciones, diapositivas, documentos colocados en Drive, transmisiones en vivo por las redes sociales u otras plataformas, etc.) por diversos actores que no necesariamente se encuentran prestando sus servicios en el Sistema Educativo o que, si lo hacen, los construyeron siguiendo sus propios referentes y recursos. Materiales que, principalmente, fueron compartidos por las redes sociales, prácticamente desde el lunes 2 hasta el 6 de enero de 2023, siguiendo la propuesta de agenda que estableció la SEP. Sin embargo, llamó la atención que, hoy día, exista una cantidad importante de formatos para la construcción del programa analítico que, en algunos casos, poco abonan a eliminar la evidente confusión existente en este tema; por ejemplo, en algunos de los que circulan por las redes sociales, se siguen considerando los diálogos y progresiones de aprendizaje cuando, en los programas sintéticos proporcionados en diciembre del año pasado, ya no aparecen. Entonces, ¿para qué generar un contenido que no apoyara a las maestras y maestros?

• La falta de un glosario de términos en cada una de las sesiones, porque si bien es cierto que los colectivos docentes podrían construir sus propios glosarios a partir de sus conocimientos, trayectorias o experiencias profesionales, también es cierto, que la SEP podría brindar algunos referentes conceptuales con la intención de observar la mirada de la cual están partiendo para abordar los temas, mismos que podría complementarse con el de los colectivos docentes.

• Derivado de lo anterior, es necesario que la misma autoridad educativa se apropie del documento que propone a las maestras y maestros, porque, como se pudo observar, la forma de comunicar aspectos tan importantes como lo es un programa analítico o una planeación didáctica, juega un papel fundamental para evitar confusiones al momento de realizar el trabajo en los CTE. Por tanto, el papel de la Secretaria de Educación en este rubro, tendría que ser relevante para que pueda comunicar con asertividad, hecho que demostraría que no solo el maestro o maestra debe prepararse para los cambios, sino que las mismas autoridades educativas también se encuentran en este proceso. Es claro que un programa analítico no es una planeación didáctica y, por tanto, generar confusiones no abona en este proceso.

• En consecuencia, dicho proceso de transformación, implicaría tomar las decisiones que podrían tomarse para que, por ejemplo, los programas analíticos no terminen construyéndose porque se tiene que construir, dado el requerimiento de la autoridad inmediata; si éste es un elemento fundamental para transformar las prácticas docentes y, en consecuencia, mejorar los aprendizajes a través del análisis del contexto socioeducativo, la contextualización y el codiseño, tendrían que darse los ajustes correspondientes para que los docentes tuvieran menor carga administrativa y una carga horaria laboral que permita el trabajo colectivo, tal es el caso de lo que sucede en secundaria, donde se sabe que las maestras y maestros atienden a varios grupos (numerosos en muchos casos), tienen una carga académica que corresponde a su contratación laboral (por horas, medio tiempo, ¾ de tiempo o tiempos completos) y, muchas veces, por estas mismas cuestiones, laboran en varias escuelas.

Ahora bien, algunos puntos que puedo rescatar como favorables, serían:

• El diálogo entre las maestras y maestros, conjuntamente con las autoridades educativas y otros actores o especialistas. Ello, desde luego, propicia el intercambio de conocimientos y saberes obtenidos a través de sus formaciones iniciales, trayectorias profesionales y experiencias a lo largo de su ejercicio docente.

• El compartir las experiencias docentes en cuanto, por ejemplo, al aprendizaje basado en proyectos; en virtud de que la maestra o maestro, que tal vez no tenía muchos referentes sobre esta metodología activa, pudiera conocerla o bien, reconocer que, en algún momento, la ha desarrollado con sus alumnos.

• Una oportunidad para diseñar los programas analíticos con un amplio sentido pedagógico (qué se enseña) y didáctico (cómo se enseña), lo cual implica profundizar en el análisis de los contenidos propuestos en los programas sintéticos, la organización curricular propiamente dicha del Plan de Estudios, etcétera y, de ahí, construir propuestas sin que medie el cumplir con un formato que la misma autoridad proponga para que los colectivos docentes lo llenen nada más por llenarlo.

• La reflexión del propio ejercicio docente, en razón de la construcción que se ha dado a través del tiempo de ese quehacer, particularmente, lo que muy probablemente llegó a sedimentarse en las maestras y maestros, debido a los requerimientos de los planes de estudios basados en competencias (2011) o el competencial (2017) que, indistintamente, obligó al docente a ejercer su labor de cierta forma porque así lo mandataba el plan de estudios y la autoridad educativa, y no a través de propuestas alternativas que pudieran favorecer la construcción de escenarios diferentes para mejorar los aprendizajes.

• Finalmente, pienso que la interpretación que cada colectivo docente generó en torno a las actividades desarrolladas durante la jornada de “formación” puede ser favorable, sin embargo, podría generar el efecto que, en otras publicaciones he señalado, sobre el surgimiento de un teléfono descompuesto, porque los referentes teóricos, conceptuales y metodológicos que fundamentan el Plan de Estudios 2022 no han sido del todo claros o, porque este proceso formativo, que no ha sido tal, han surgido diversos documentos sin que se haya explicado las razones de dichos cambios.

Habría que ver cuál sería el balance que, en las oficinas de República de Argentina se hace al respecto. Por lo mientras, la aplicación del Plan de Estudios 2022 sigue en suspenso e incertidumbre, pues no se sabe qué es lo que ha pasado con los amparos promovidos que detuvieron el tan anunciado pilotaje; motivo por el cual, en los meses subsecuentes, se seguirá operando el Plan de Estudios 2011 y el 2017, aunque alguien pudiera decir lo contrario.

Al tiempo.

Fuente: https://profelandia.com/el-balance-del-taller-intensivo-el-programa-analitico-no-es-una-planeacion-didactica/

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