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¿Ser Docente o Ser Ausente?

Por Dra. María Guadalupe Barradas Guevara

¿Cómo saber lo que nos conviene sin saber en dónde nos encontramos?

Se ha dicho que cuando existe la vocación de educar, la enseñanza debe ser necesariamente un acto de amor y de fe hacia los demás. Es decir; un proceso compuesto de actos intencionales, que busquen el bien en el otro. La enseñanza debe ser una continua búsqueda de la perfectibilidad humana, que implique la promoción de cambios en las personas, de cambios profundos y radicales; de cambios que transformen de manera auténtica a los alumnos.

Sin embargo, aunque uno de los temas frecuentes en discusiones y diálogos entre los docentes, sea el desarrollo de sus alumnos, no todo maestro, en el impulso de este proceso, produce aprendizajes en ellos, aunque cuando se logra, siempre existe una enseñanza implícita. Por esta razón, veo cada vez más endeble la legitimidad de las premisas subyacentes a esta profesión, puesto que ser docente se ha convertido a través de la historia en algo rutinario, desencantado y desesperanzador. ¿Qué vientos en contra tienen estos maestros? ¿Serán ellos mismos? ¿Será el poco interés que presentan los maestros o los alumnos en su propia construcción? ¿Serán el desaliento de la educación?

En México, como en muchos otros países, son muchas las tensiones que envuelven el ser docente, desde las propias confrontaciones sociales y la devaluación de su práctica, hasta la contradicción permanente en la que vive por la naturaleza de su trabajo. Latapí (2002) señala que la profesión de maestro a nivel básico, y también en el medio superior y superior, en México tiene muchos rasgos oscuros:
1. El sueldo escaso y lo que ese sueldo significa de bajo reconocimiento social;
2. Las condiciones laborales poco estimulantes, tanto en el medio rural como en el urbano marginado: instalaciones y muebles deteriorados, carencia de apoyos didácticos, presión de muchas obligaciones burocráticas y, a veces, una gran soledad;
3. La pobreza de los alumnos que les dificulta aprender, y con frecuencia la indisciplina, rebeldía o altanería de algunos muchachos en el aula;
4. La ignorancia o indiferencia, a veces, de los padres de familia que no los corrigen ni estimulan;
5. Y la competencia descorazonadora a la que se enfrenta el docente, al rivalizar con la “televisión”, los videos y las bandas de rock para conquistar el interés de los alumnos, en batallas perdidas de antemano.

A este lado oscuro de la profesión docente se debe, también, añadir la corrupción en el medio magisterial. Hay reglas de juego poco edificantes, simulaciones a las que hay que resignarse, abusos que callar aunque molesten y poderes nada éticos con los que hay que transigir. Termina diciendo Latapí (2002), por otro lado, ser maestro tiene, afortunadamente, otros rasgos que se inscriben en su lado luminoso y se descubren, cuando se logran trascender las pequeñas miserias de la cotidianidad y recuperar lo esencial, lo que alguna vez fue atractivo, es lo que se conoce como “vocación”: el amor a los niños y a los jóvenes, el deseo de ayudarles, de abrir sus inteligencias, de acompañarlos en su proceso para llegar a ser hombres y mujeres de bien.

Partiendo de lo anterior y tratando de contestar el gran dilema de este artículo “Ser docente” o “Ser ausente”. ¿Cuál de los dos nos lleva a un estado concreto dentro de la práctica educativa? ¿Los maestros están o fingen que están?

Sin saber qué contestar, y como docente que soy, considero que esto depende a las circunstancias o momentos que se nos presenten:
a. Aulas con alumnos preocupados y motivados por ser mejores.
b. Aulas con alumnos despreocupados y desmotivados por ser mejores.

Los primeros remiten a aquellos alumnos sabedores que a través de la educación garantizan su desarrollo y perfección, o como diría Aristóteles, “un hombre virtuoso”, el cual está estrechamente ligado a la excelencia de la propia vida. Puesto que, sólo la persona virtuosa es sabia, prudente, valiente, justa y sólo de este modo puede ser feliz. Y las virtudes se adquieren ejercitándose en ellas al través de la creación de hábitos (citado por Lonergan, 2001). Y es en este tipo de aulas que el maestro puede ser docente, pese a todas las incertidumbres laborales, a su sueldo escaso, a los desesperanzadores resultados que tiene la sociedad, puesto que su labor, está determinado por la fe de la perfección humana, entendida como un proceso compuesto de actos intencionales, que busquen el bien en el otro. Este tipo de maestro entiende que la enseñanza es una continua búsqueda de la perfectibilidad humana, que implica la promoción de cambios en las personas, de cambios profundos y radicales; de cambios que transformen de manera auténtica a sus educandos.

Por otra parte, el aula del tipo dos, tienen alumnos determinados por la pobreza de su autonomía, por su mediocridad, para ello José Ingenieros en su libro: “El Hombre Mediocre”, dice:

(…) Están fuera de su órbita de ingenio, la virtud y la dignidad, privilegios de los caracteres excelentes; sufren de ellos y los desdeñan. Son ciegos para las auroras; ignoran la quimera del artista, el ensueño del sabio y la pasión del apóstol. Condenados a vegetar, no sospechan que existe el infinito más allá de sus horizontes. (…)
(…) No viven su vida para sí mismos, sino para el fantasma que proyectan en la opinión de sus similares. Carecen de línea; su personalidad se borra como un trazo de carbón bajo el esfumino, hasta desaparecer. Trocan su honor por su prebenda y echan llave a su dignidad por evitarse un peligro; renunciarían a vivir antes que gritar la verdad frente al error de muchos. Sus cerebros y su corazón están entorpecidos por igual, como los polos de un imán gastado (2000, p. 45).

Este tipo de aula es la que lleva a los docentes a “Ser Ausentes”, porque, ¿cómo luchar con clases de este tipo, en donde los alumnos no tienen ningún interés por el conocimiento, por la razón o la construcción de ellos mismos? ¿Cómo pretender ser docentes en este tipo de aulas, en las cuales no podemos por más que tratemos educar?

Estimado lector, de lo que hablo aquí, considero que no debe sorprendernos, porque en este siglo XXI, la mayoría de nuestros alumnos en verdad no quieren aprender y mucho menos estudiar.

Al igual que otros filósofos, psicólogos o pedagogos, considero que el ser educador tiene como responsabilidad buscar estrategias para motivar a todos nuestros alumnos y tratar de “Ser docente”. Pero a diferencia de ellos considero que debemos explorar nuestras fortalezas y debilidades y reconocer cuándo en verdad no podemos hacerlo, como en la Oración de la Serenidad de Einhol Niebuhr, que nos dice: Señor, concédenos serenidad para aceptar las cosas que no podemos cambiar, valor para cambiar las que sí podemos y sabiduría para discernir la diferencia (2015).

Luego entonces, si recordamos la pobreza de nuestras aulas, que tienen alumnos que no quieren estudiar y lo relacionamos con la Plegaria anterior, pareciera que es mejor “Ser Ausente”; reconocer que el mundo difícilmente puede cambiar; cumplir con nuestras obligaciones de enseñar a través de cuatro pasos fundamentales:
1. Saludar a los alumnos
2. Sonreír artificialmente
3. Dar la clase
4. Escapar
Porque no importa cuánto nos esforcemos: Nada se podrá cambiar.

Por lo tanto, debemos reconocer qué tipo de maestro debemos ser, ya que, aunque Aristóteles, en su libro de Metafísica, haya dicho que: “Todos los hombres desean por naturaleza saber”, no hablaba de todos los hombres, sino, sólo de los que eran reconocidos como ciudadanos griegos. Los otros eran los esclavos, los seres inferiores, gentes ignorantes, carentes de toda libertad posible, correspondientes al tipo de la segunda aula, la de los alumnos despreocupados y desmotivados. Teniendo como conclusión, que dependiendo de las circunstancias a veces en lugar de “Ser docente” el educador un es “Ser Ausente”.

Referencias
Aristóteles. (s. f.). Metafísica. Traducción de Valentín García Yebra. Recuperado de: http://www.mercaba.org/Filosofia/HT/metafisica.PDF
Barradas Guevara, Ma. Guadalupe. (2009). La dimensión moral del docente: una mirada al trabajo del maestro de diferentes áreas de conocimiento. Tesis Doctoral. México: Universidad Iberoamericana Puebla.
Ingenieros, José. (2000). El hombre mediocre. Editado por elalepeh. Recuperado de: http://www.cecies.org/imagenes/edicion_176.pdf
Einhol, Niebuhr. (2015). La Oración de la Serenidad. Recuperado de: http://codependencia.net/index.php?option=com_content&view=article&id=71&Itemid=92
Latapí, P. (2002, 8 de noviembre). ¿Cómo aprenden los maestros? Conferencia Inaugural del: Foro de formación y actualización de docentes y su relación con la equidad y la calidad de la educación. Observatorio Ciudadano de la Educación y Contracorriente A.C. Recuperado de: http://www.observatorio.org/colaboraciones/latapi2.html
Lonergan, Bernand. (2001). Método en Teología. Salamanca, España: Ediciones Sígueme.

Imagen tomada de: http://pavelaguilar.com/wp-content/uploads/2015/08/El-gran-ausente.png

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Ética Utópica para el Buen Vivir

Por Lupita Barradas

De acuerdo al “Diccionario de Filosofía” de Ferrater Mora (2009), el término “ética” y “moral” se han empleado, a veces, indistintamente de igual forma. Sin embargo, la etimología y la historia semántica de estos términos nos dicen que ethos (ἦθος), alude a aquel comportamiento de los individuos que pueda ser derivado de su propio carácter (etología), mientras que mos, moris alude a las <<costumbres>> que regulan los comportamientos de los individuos humanos en tanto son miembros de un grupo social.

Corominas nos dice que:

La moral es el dinamismo de apropiación de posibilidades que entrañan a la apertura de la realidad de la acción humana. Y justamente, este dinamismo de apropiación de posibilidades es el objeto de la ética. Los seres humano no sólo actuamos moralmente, es decir, realizamos ciertos actos y no otros, nos apropiamos de determinadas posibilidades o nos acoplan a las mismas, sino que también reflexionamos sobre este comportamiento práctico, buscando una cierta acoplación. Es justo lo que llamamos Ética (2000, p. 263).

De lo anterior se puede inferir que la moral y la ética se complementan, mientras la primera está más involucrada a lo afectivo y sociocultural, la segunda está más comprometida a la razón, a la reflexión e incluso busca la reflexión del primero, teniendo ambos términos un solo objetivo: La construcción del carácter del hombre.

Savater, en su libro de “Ética para Amador”, nos dice que nuestro pensamiento está condicionado por el lenguaje y que el resultado de la vida depende en gran medida de lo que cada uno quiere. Somos educados con ciertas tradiciones, hábitos, formas de comportamiento. Los hombres y las mujeres somos capaces de decidir, a pesar de que nuestra vida ya esté determinada (2011).

Al igual que Corominas y Savater, considero que los hombres y las mujeres somos “libres”, ya que somos capaces de responder a todo lo que nos acontece. Somos capaces de intentar conseguir lo que queremos y cuando no lo logramos nos recuperamos para volverlo a intentar porque tenemos voluntad.

Como personas podemos equivocarnos, inventar, elegir y, otra vez, equivocarnos. Tenemos libertad, entendiendo como libertadel saber decidir adecuadamente y con responsabilidad, pensando en un bien común para vivir satisfactoriamente, puesto que tenemos consciencia para saber por qué estamos decidiendo.

Como humanos, tenemos la facultad de reflexionar sobre lo que hacemos para así darle sentido a nuestra vida, a la vida que queremos vivir.

Reflexionamos, comprendemos, tenemos conciencia y por eso podemos:

  • Saber que queremos vivir humanamente
  • Examinar lo que hacemos para saber si corresponde a lo que en verdad queremos o no.
  • Desarrollar el buen gusto moral.
  • Ser responsables de nuestros actos. Entendiendo ser responsable, como el saber que cada uno de nuestros actos se van construyendo, definiendo, inventando con un solo propósito: transformarnos a nosotros y al mundo.Ya que cada una de nuestros actos va dejando huellas en nosotros mismos, porque la vida tiene sentido, un sentido único hacia adelante, en donde las jugadas no suelen repetirse pero sí corregirse.

La ética para mí, es una disciplina que permite a todos los seres humanos la realización del orden de la vida, los valores, la justicia, el respeto, el amor, la amistad: es la conjunción de la inteligencia, la razón, la prudencia y la sabiduría.

En la ética todo tiene justificación del ser, nos lleva a la felicidad, puesto que ésta es un sí espontáneo; una aceptación de lo que somos o de lo que sentimos ser, entendiendo a la felicidad como una experiencia transitoria de placer y dolor, de muerte y vida.

A través de la ética se intenta ser mejor con uno mismo y con los demás. El arte de elegir para vivir lo mejor posible. Es la base de la buena vida, tanto individual como social. Es el querer bien, en contraste con la política para la cual lo único que cuenta son los resultados de las acciones.

Como seres humanos tenemos dignidad y debemos desear la vida de acuerdo a un proyecto ético, en donde la vida en comunidad esté basada en la libertad, la justicia, el respeto, la solidaridad y la armonía. En otras palabras, la ética da sentido a nuestra vida porque es la capacidad de razonamiento, de elección, de reflexión y de decisión para vivir nuestra propia vida.

Porque a final de cuentas, somos nuestros propios artistas. Esculpimos para conocer y precisar lo mejor posible el sentido de la buena vida que queremos tener para conseguir nuestra felicidad.

Referencias

Coromina, Jordi. (2000). Ética primera. Madrid, España: Descleé.

Ferrater Mora. (2009). Diccionario de filosofía. Madrid, España: Alianza.

Savater, Fernando. (2011). Ética para Amador. México: Editorial Ariel.

Shopenhauer. (1983). El arte del buen vivir. Madrid, España: Biblioteca Edaf de Bolsillo.

Fuente: http://www.e-consulta.com/opinion/2016-06-15/etica-utopica-para-el-buen-vivir

Imagen tomada de: http://mm.queaprendemoshoy.com/wp-content/uploads/2016/02/cu%C3%A1l-es-la-diferencia-entre-etica-y-moral.jpg

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La Pedagogía Maldita: Por los siglos de los siglos… que así no sea.

(Otra Forma de Entender algunos Fenómenos Educativos del Siglo XXI)

Dra. María Guadalupe Barradas Guevara

(SEIS DE SEIS PARTES)

Llegados a esta parte, y conocedores de esta propuesta teórica, no me queda otra casa más que describir la fundamentación teórica de la Pedagogía Maldita, la cual intenta focalizar la reunión de los datos obtenidos basada en una reflexión histórica-política-cultural en relación a las acciones de los hombres, manifestadas y diseñadas desde estructuras educativas que no siempre reflejan una visión humanista, sino todo lo contrario, la construcción de un hombre imperfecto, vacío, superfluo y en muchas ocasiones, violento y egoísta.

En todas y cada una de las épocas, de las culturas siempre ha existido una construcción ideológica, en donde el hombre siempre es entendido como un ser condicionado por su naturaleza dicotómica general. Hombres entre dos polos:
lo bueno  lo malo,
carne  espíritu,
libertad  sumisión
error  verdad
felices  infelices
racionales  pasionales …

Los cuales remiten a culturas que tratando de cambiar sus condiciones, su naturaleza, su origen a través de ámbitos, ya sean formales o informales, pero que siempre recaen en estrategias que aluden a la capacitación, instrucción, purificación e incluso a la educación. Larroyo en su libro de Historia comparada de la educación en México nos dice:

La educación de cada época y lugar es una característica manifestación de un estilo de vida; pertenece por necesidad a cierta unidad histórico-cultural. La unidad histórica es un conjunto de sucesos orgánicamente enlazados, un tejido compacto de quehaceres sociales, grupos de hechos que exhiben a primera vista una íntima trabazón genética. En ella se funda la división orgánica de la historia (1947: 38).

Por lo tanto, sin saberlo, desde hace siglos hemos estados determinados por la Pedagogía Maldita, una pedagogía al servicio de la destrucción entre los hombres, de la marginación de los pueblos y del conformismo e indiferencia universal.

Al hablar de la Pedagogía Maldita nos estamos refiriendo a un aprendizaje basado en el conductismo, el cual parte de la concepción de John B. Watson:

Dadme una docena de niños sanos, bien formados, para que los eduque, y yo me comprometo a elegir uno de ellos al azar y adiestrarlo para que se convierta en un especialista de cualquier tipo que yo pueda escoger -médico, abogado, artista, hombre de negocios e incluso mendigo o ladrón- prescindiendo de su talento, inclinaciones, tendencias, aptitudes, vocaciones y raza de sus antepasados (2009, p. 82).

A través de esta premisa, se puede observar, cómo esta teoría no tiene únicamente como objetivo entender la conducta humana, sino predecirla y controlarla, convirtiéndose en un proceso manipulador, que despoja al hombre de toda responsabilidad, de su dignidad, de su libertad, reduciéndole al máximo su ser para moldearlo al antojo del sistema en el que vive. Aunque esta perspectiva fue superada, pero no descartada, Skinner establece lo que se llama “condicionamiento operante”, el cual es entendido como una forma de aprendizaje, a través del cual los estudiantes tienen más probabilidades de repetir conductas deseadas y evitar las no deseadas. Por lo que para la Pedagogía Maldita, este sea uno de sus objetivos: “Predecir y controlar el comportamiento de los individuos” (Skinner 2009, p. 66).

Este tipo de condicionamiento operante, en la Pedagogía Maldita, parte de la construcción de un tipo de sociedad, por lo que su acercamiento educativo consiste en determinar el tipo de individuos específicos en función a su contexto, religión o sociedad, por lo que remiten a conductas terminales, en términos de lo que los estudiantes deben hacer. Para ello, los objetivos pretenden ser enunciaciones claras, que buscan la instrucción específica y disciplinaria dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje, en donde el rol de los alumnos tiene características propias de una educación tradicional: pasivos, receptivos, disciplinados, memorísticos, obedientes, competentes…

Imagen de la Parte 6

Es importante mencionar que, aunque las escuelas bajo influencia de la Pedagogía Maldita, tienen algunas dimensiones parecidas a otras pedagogías que trabajan por el desarrollo y el carácter humano de las personas, éstas son utilizadas para diferentes fines (como se observa en la figura), lo cual siempre está en función del tipo de sociedad que se quiere, dependiendo de una subjetividad histórica y hasta a veces primitiva que siempre se muestra por la sinrazón subjetiva de éstas.

Luego entonces, ¿cuáles son los procedimientos o estrategias utilizados en esta pedagogía para la obtención de respuestas o comportamientos deseados? Para contestar a esto, debemos recordar loa artículos anteriores, que nos dan una visión general de la historia de las culturas y de las acciones de los hombres, hombres instruidos y capacitados para el desarrollo de competencias o habilidades que le permitan fijar su rumbo en la construcción de un ideal social, determinado por un tipo de cultura-política-religiosa-económica que genera hombres obedientes, sumisos y carentes de sí mismos, en espera de las órdenes de los demás. Como hemos podido observar, en el corazón de nuestras culturas está siempre el culto a las deidades, a las guerras, manifestando una expresión sofisticada o atenuada en la rivalidad laboral; teniendo entre algunas estrategias didácticas las siguientes:

  1. La sugestión mental, a través de técnicas persuasivas que buscan eliminar toda actividad o capacidad crítica de una persona, es decir, la capacidad de juzgar e incluso de rehusar a seguir órdenes.
  2. La manipulación emocional, fundamentada en un entrenamiento y disciplina que puede partir de dos premisas:
    a. La instrucción basada en el castigo, el miedo, y en algunas ocasiones el aislamiento de los estudiantes, lo cual provoca la disminución y el aumento de conductas a través de estímulos aversivos, reforzando acciones deseadas.
    b. El refuerzo positivo, el cual aumenta conductas a través de palabras positivas o argumentaciones que justifican diferentes acciones.
  3. La fijación de objetivos específicos y la complicidad de la escuela que trabaja a favor del Estado o de los grupos que están en el poder.

Atento lector: aunque no todo está dicho, considero que estas reflexiones muestran el fracaso de la educación. Sin ser pesimista cito las palabras de Rugarcía;

«Hablar de pedagogía y educación es hasta cierto punto inútil si antes no se trasciende como apunta Latapí: A pesar de los esfuerzos que se han hecho, aún no sabemos cómo hacer mejores seres humanos. Y a su vez este juicio es imposible de trascender sin antes responder e integrar las respuestas a dos preguntas relacionadas: ¿Qué somos en realidad los seres humanos-concretos o reales y cómo mejorar (educar) eso que todo somos? (2013).»

Si bien, estas preguntas no tienen una respuesta concreta o específica, nosotros los docentes debemos de buscar formas de reflexión que nos lleven al mejoramiento del ser humano, a no apostar por una Pedagogía Maldita que en lugar de sacar lo mejor de nosotros oscila por una dicotomía de extremos que desorienta nuestro rumbo y que obtiene resultados como los que hoy en día padecemos: sociedades administradas por la ignorancia; por la sinrazón egoísta y mediocre de lo superfluo; fundamentadas en la opresión y que apuestan siempre por la destrucción.

FIN DEL ARTÍCULO
Referencias
Forment Giralt, Eudaldo (1983). Ser y persona. Barcelona, España. Ediciones de la Universidad de Barcelona. Recuperado de: https://books.google.com.mx/books?id=eg7HC_nPoQUC&pg=PA15&lpg=PA15&dq=%E2%80%9Cpersona+est+naturae+rationalis+individua+substantia%E2%80%9D&source=bl&ots=AvGdE0MjFU&sig=Lqu6jmKZAy0fn1KZ6n5zhaaHbaw&hl=es&sa=X&ei=CsgqVb6cMoaksAXHmIGYDw&ved=0CB0Q6AEwAA#v=onepage&q=%E2%80%9Cpersona%20est%20naturae%20rationalis%20individua%20substantia%E2%80%9D&f=false
Larroyo Francisco. (1947). Historia comparada de la educación en México. México: Editorial Porrúa. Recuperado de: https://archive.org/stream/historiacomparad00larr#page/n39/mode/2up
Rugarcía Torres, Armando. (2013). El desarrollo integral de sujeto vía el método trascendental. México: Universidad Iberoamericana Puebla.
Skinner, (2012). El condicionamiento operante. Capítulo 3. Recuperado de: http://biblio3.url.edu.gt/Libros/2012/Teo-Apra/3.pdf
Watson, John Broadus. (2009). Behaviorisms. USA. Transaction Publishers. Recuperado de: http://books.google.es/books?id=PhnCSSy0UWQC&printsec=frontcover&dq=john+b+watson+behaviorism&hl=en&sa=X&ei=l524UsmpNY2M7Aaz7oD4Dg&redir_esc=y#v=snippet&q=%22give%20me%20a%20dozen%20healthy%20infants%22%20john%20b%20watson%20behaviorism&f=false

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Los Sacrificios Humanos, El Calmécac y el Telpochcallial Servicio de la Pedagogía Maldita.

(Otra Forma de Entender algunos Fenómenos Educativos del Siglo XXI)

Dra. María Guadalupe Barradas Guevara

(CINCODE SEIS PARTES)

Como ya se ha venido apreciando,esta teoría de la Pedagogía Maldita que he estado planteando, y la cual será descrita en el siguiente artículo, especifica el hecho educativo a través de las relaciones de ésta con otros fenómenos; tratando de ordenar y clarificar los estilos culturales de cada época y cultura; indagando ciertos factores que los determinan, así como los fines que se persiguen. Estableciendo que cada proceso educativo remite o está determinado por los objetivos de cada sociedad, instaurando técnicas apropiadas para obtener resultados que se dirijan a la conclusión de algún ideal perseguido.

Dicho de otra forma, la práctica de la Pedagogía Maldita como parte de la educación del hombre, siempre ha estado presente, pero no sólo en la Cultura de Occidente u Oriente, sino también en la de México, un ejemplo de ello en la educación de los aztecas, como a continuación veremos.

Kobayashi, en su libro: La educación como conquista, nos dice que es posible que el origen de los dos tipos de escuelas se remonte a los tiempos gentílicos de los mexicas, en donde estos estaban dedicados a dos dioses distintos:

  1. El Calmécac, una institución consagrada al dios Quetzalcóatl, quien era considerado por los pueblos nahuas el dios origen de la cultura, puesto que él habría creado al hombre con su propia penitencia y sacrificio, descubierto el maíz para el sustento de éstos y, también el algodón, la calabaza y otras plantas provechosas, así como los metales y las piedras preciosas y el arte de trabajarlos,  asimismo había descubierto el arte de criar aves y el de trabajar sus plumas preciosas; había enseñado a su gente cómo había de hacer la penitencia y el sacrificio. “La finalidad de la escuela estribaba en formar personar hábiles y competentes en el buen ejercicio de los cargos de alta responsabilidad de la nación en los tres ramos siguientes: la gobernación, la milicia y el sacerdocio” (Kobayashi, 1985, p. 62 y 63).
  2. El Telpochcalli(casa del dios Tezcatlipoca), tenía como objetivo principal formar jóvenes altamente adiestrados en el arte de guerrear. El ingreso de un muchacho remitía a cumplir la promesa que los padres de éstos habían hecho previamente a la deidad. El voto de ofrecimiento del hijo por sus padres, consistía en la preparación de un banquete al que venían invitados los maestros del telpochcalli, llamado telpochtlatoque, “caudillos de mancebos”, de acuerdo a la traducción de Torquemada (citado por Kobayashi, 1985, p. 73), en los siguientes términos:

Aquí os ha traído nuestro señor, creador del cielo y de la tierra; os hacemos saber que nuestro señor fue servido de hacernos merced de darnos una criatura, como una joya o pluma rica que nos fue nacida; por ventura se criará y vivirá; y es varón, no conviene que le mostremos oficio de mujer, teniéndoles en casa. Por tanto os le damos por vuestro hijo, y os le encargamos, porque tenéis cargo de criar a los muchachos y mancebos, mostrándoles las costumbres para que sean hombres valientes y para que sirvan a los dioses Tlaltecuchtli y Tonatiuh, que son la Tierra y el Sol; [y para que sirva] en la pelea, y por esto ofrecémosle al señor dios todopoderoso Yáolt o por otro nombre Titlacahuan o Tezcatlipoca (…) (Kobayashi, 1985, p. 73 y 74),

Como se observa, lo anterior refiere a la educación de los varones, puesto que las mujeres, en ambas escuelas,  nacían, ante todo, para el hogar y el matrimonio y fuera de éste se limitaban a las órdenes religiosas y sociales, aunque en los pochtencalas había dedicadas al comercio, al igual que los hombres. Entre las faenas más importantes eran hilar, tejer y coser; moler maíz, hacer tortillas y preparar la comida, así como limpiar y barrer su casa. También se comenta, que las jóvenes tenían la opción de  escoger por una vida religiosa realizando los mismas labores, pero en lugar de ser para su familia, trabajaban al servicio del templo y de sus dioses.

Es interesante observar, que la vida en el Telpochcalli el amancebamiento es un acto ilícito, y los jóvenes al igual que el Calmécac, al cumplir los 15 años debían ser preparados para la vida militar. Andrés de Olmos, describe la enseñanza del arte militar de la siguiente manera:

Cuando han comido, comienza otra vez a enseñarles:

a uno cómo usar las armas, a otros cómo cazar,

cómo hacer cautivos en la guerra,

cómo han de tirar la cerbatana o arrojar la piedra.

Todos aprenden a usar el escudo, la macana,

cómo lanzar el dardo y la flecha mediante la tiradera y el arco.

También cómo se caza con la red y cómo se caza con cordeles (citado en León Portilla, 1958, 77).

Sobre el concepto que tenían los mexicas del hombre como persona, nos dice Kobayashi, era expresado por dos frases del náhuatl: in ixtli, in yóllotl, lo cual significa: en el rostro y el corazón, en donde el primero (el rostro), era aquello con lo que el hombre se enfrentaba al mundo exterior, era lo que manifestaba su yo interior, mientras que el segundo (el corazón), era el manantial de toda acción y movimiento, por lo que el sacrificio ritual era practicado, ofreciendo al dios Sol el corazón como alimento divino, lo más precioso que el hombre podía darle.  Sin embargo, este tipo de hombre remitía en gran medida en el Calmécac: “el rostro sabio y el corazón firme como la piedra”, por el contrario de la Telpochcalli que no aspiraba a tal realización bidimensional, sino, a la educación de hombres ante todo: “valientes, obedientes y útiles para la guerra”.

Dicho lo anterior, y retomando el tema de los sacrificios humanos, podemos observar que no sólo en la educación formal se encuentran formas de una pedagogía maldita, por el contrario, tenemos la educación de corte informal, aquella que es llevada fuera de cualquier institución educativa, aquella que engloba las creencias, necesidades, hábitos y valores aportados por la sociedad o la religión.

De acuerdo a Michel Graulich, los sacrificios humanos, fue una forma de utilizar los posibles sentidos de la muerte, es entendido como un ritual para mantener la vida y prolongarla después de la muerte y tener la impresión de controlar de controlar un universo que se percibía como inestable (2010). Pero, ¿esto es suficiente para justificar estas matanzas que en muchas ocasiones se hicieron en gran escala a mujeres, hombres y niños? ¿Acaso estos tipos de homicidios pueden ser argumentados como válidos y humanos? ¿En dónde queda la libertad del hombre y el respeto de su vida?

Aunque los sacrificios humanos de estas culturas en muchas ocasiones son entendidos como aspectos históricos y culturales, manifestados por comunidades primitivas desde antes de Nuestra Era, se entienden como prácticas o rituales para ofrendar a los dioses, como formas de agradecimiento, de humildad, de devoción e incluso de súplica.

Ya sea en la cultura de occidente u oriente, e incluso en la mesoamericana, estos tipos de ritos fundamentados por creencias erróneas, temores irracionales, vanas esperanzas es lo que conduce al fracaso de la humanidad, puesto que transmiten el miedo, la desolación y la desesperanza de la construcción del hombre ideal, del hombre bueno, del hombre humano.

La Pedagogía Maldita, nos lleva a entender un aspecto de la historia educativa, del fracaso de la construcción de hombres buenos, generado, en muchas ocasiones por la sinrazón de las personas fortalecida por el temor a los dioses o por la ambición de los gobernantes. Pensar en una educación ideal o integral, es apostar por una humanidad fehaciente, y no por el adiestramiento de jóvenes fundamentado por el dolor, el mal, el castigo, el miedo, la emancipación, establecido por pueblos siempre sedientos de poder y de conquista, los cuales al oprimir e ignorar, forman hombres serviles, sumisos, sin libertad y faltos de autoestima; hombres quebrantados y marginados,que siempre están a merced de una divinidad o de cualquiera,  pero nunca dueños de ellos mismos.

                        FIN DE LA QUINTAPARTE

Referencias

Graulich, Michel. (2010). El sacrificio humano en Mesoamérica. Recuperado de: https://jorgecaceresr.files.wordpress.com/2010/04/el-sacrificio-humano-en-mesoamerica.pdf

Hernández Escoto, Garza de la Huerta y Mandujano Tenorio. (s. f). Transversalidad en la educación de los aztecas. Recuperado de: http://www.tutorias.ipn.mx/memorias/Documents/6to-web/mesas-redondas/eje1-elementos-que-fortalecen-la-funcion-tutorial/mesa-25/E15T74R883A.pdf

Kobayashi, José María. (1985). La educación como conquista. México: El Colegio de México.

León-Portilla, Miguel. (1958). Siete ensayos sobre la cultura náhuatl. México: UNAM.

*Fuente de la imagen: http://educacionenmesoamerica8.blogspot.com/2013/01/calmecac-y-tepochcalli.html

 

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Los Sacrificios Humanos, El Calmécac y el Telpochcallial Servicio de la Pedagogía Maldita.

Otra Forma de Entender algunos Fenómenos Educativos del Siglo XXI

Dra. María Guadalupe Barradas Guevara

(CINCO DE SEIS PARTES)

Como ya se ha venido apreciando,esta teoría de la Pedagogía Maldita que he estado planteando, y la cual será descrita en el siguiente artículo, especifica el hecho educativo a través de las relaciones de ésta con otros fenómenos; tratando de ordenar y clarificar los estilos culturales de cada época y cultura; indagando ciertos factores que los determinan, así como los fines que se persiguen. Estableciendo que cada proceso educativo remite o está determinado por los objetivos de cada sociedad, instaurando técnicas apropiadas para obtener resultados que se dirijan a la conclusión de algún ideal perseguido.

Dicho de otra forma, la práctica de la Pedagogía Maldita como parte de la educación del hombre, siempre ha estado presente, pero no sólo en la Cultura de Occidente u Oriente, sino también en la de México, un ejemplo de ello en la educación de los aztecas, como a continuación veremos.

Kobayashi, en su libro: La educación como conquista, nos dice que es posible que el origen de los dos tipos de escuelas se remonte a los tiempos gentílicos de los mexicas, en donde estos estaban dedicados a dos dioses distintos:

  1. El Calmécac, una institución consagrada al dios Quetzalcóatl, quien era considerado por los pueblos nahuas el dios origen de la cultura, puesto que él habría creado al hombre con su propia penitencia y sacrificio, descubierto el maíz para el sustento de éstos y, también el algodón, la calabaza y otras plantas provechosas, así como los metales y las piedras preciosas y el arte de trabajarlos,  asimismo había descubierto el arte de criar aves y el de trabajar sus plumas preciosas; había enseñado a su gente cómo había de hacer la penitencia y el sacrificio. “La finalidad de la escuela estribaba en formar personar hábiles y competentes en el buen ejercicio de los cargos de alta responsabilidad de la nación en los tres ramos siguientes: la gobernación, la milicia y el sacerdocio” (Kobayashi, 1985, p. 62 y 63).
  2. El Telpochcalli(casa del dios Tezcatlipoca), tenía como objetivo principal formar jóvenes altamente adiestrados en el arte de guerrear. El ingreso de un muchacho remitía a cumplir la promesa que los padres de éstos habían hecho previamente a la deidad. El voto de ofrecimiento del hijo por sus padres, consistía en la preparación de un banquete al que venían invitados los maestros del telpochcalli, llamado telpochtlatoque, “caudillos de mancebos”, de acuerdo a la traducción de Torquemada (citado por Kobayashi, 1985, p. 73), en los siguientes términos:

Aquí os ha traído nuestro señor, creador del cielo y de la tierra; os hacemos saber que nuestro señor fue servido de hacernos merced de darnos una criatura, como una joya o pluma rica que nos fue nacida; por ventura se criará y vivirá; y es varón, no conviene que le mostremos oficio de mujer, teniéndoles en casa. Por tanto os le damos por vuestro hijo, y os le encargamos, porque tenéis cargo de criar a los muchachos y mancebos, mostrándoles las costumbres para que sean hombres valientes y para que sirvan a los dioses Tlaltecuchtli y Tonatiuh, que son la Tierra y el Sol; [y para que sirva] en la pelea, y por esto ofrecémosle al señor dios todopoderoso Yáolt o por otro nombre Titlacahuan o Tezcatlipoca (…) (Kobayashi, 1985, p. 73 y 74),

Como se observa, lo anterior refiere a la educación de los varones, puesto que las mujeres, en ambas escuelas,  nacían, ante todo, para el hogar y el matrimonio y fuera de éste se limitaban a las órdenes religiosas y sociales, aunque en los pochtencalas había dedicadas al comercio, al igual que los hombres. Entre las faenas más importantes eran hilar, tejer y coser; moler maíz, hacer tortillas y preparar la comida, así como limpiar y barrer su casa. También se comenta, que las jóvenes tenían la opción de  escoger por una vida religiosa realizando los mismas labores, pero en lugar de ser para su familia, trabajaban al servicio del templo y de sus dioses.

Es interesante observar, que la vida en el Telpochcalli el amancebamiento es un acto ilícito, y los jóvenes al igual que el Calmécac, al cumplir los 15 años debían ser preparados para la vida militar. Andrés de Olmos, describe la enseñanza del arte militar de la siguiente manera:

Cuando han comido, comienza otra vez a enseñarles:

a uno cómo usar las armas, a otros cómo cazar,

cómo hacer cautivos en la guerra,

cómo han de tirar la cerbatana o arrojar la piedra.

Todos aprenden a usar el escudo, la macana,

cómo lanzar el dardo y la flecha mediante la tiradera y el arco.

También cómo se caza con la red y cómo se caza con cordeles (citado en León Portilla, 1958, 77).

Sobre el concepto que tenían los mexicas del hombre como persona, nos dice Kobayashi, era expresado por dos frases del náhuatl: in ixtli, in yóllotl, lo cual significa: en el rostro y el corazón, en donde el primero (el rostro), era aquello con lo que el hombre se enfrentaba al mundo exterior, era lo que manifestaba su yo interior, mientras que el segundo (el corazón), era el manantial de toda acción y movimiento, por lo que el sacrificio ritual era practicado, ofreciendo al dios Sol el corazón como alimento divino, lo más precioso que el hombre podía darle.  Sin embargo, este tipo de hombre remitía en gran medida en el Calmécac: “el rostro sabio y el corazón firme como la piedra”, por el contrario de la Telpochcalli que no aspiraba a tal realización bidimensional, sino, a la educación de hombres ante todo: “valientes, obedientes y útiles para la guerra”.

Dicho lo anterior, y retomando el tema de los sacrificios humanos, podemos observar que no sólo en la educación formal se encuentran formas de una pedagogía maldita, por el contrario, tenemos la educación de corte informal, aquella que es llevada fuera de cualquier institución educativa, aquella que engloba las creencias, necesidades, hábitos y valores aportados por la sociedad o la religión.

De acuerdo a Michel Graulich, los sacrificios humanos, fue una forma de utilizar los posibles sentidos de la muerte, es entendido como un ritual para mantener la vida y prolongarla después de la muerte y tener la impresión de controlar de controlar un universo que se percibía como inestable (2010). Pero, ¿esto es suficiente para justificar estas matanzas que en muchas ocasiones se hicieron en gran escala a mujeres, hombres y niños? ¿Acaso estos tipos de homicidios pueden ser argumentados como válidos y humanos? ¿En dónde queda la libertad del hombre y el respeto de su vida?

Aunque los sacrificios humanos de estas culturas en muchas ocasiones son entendidos como aspectos históricos y culturales, manifestados por comunidades primitivas desde antes de Nuestra Era, se entienden como prácticas o rituales para ofrendar a los dioses, como formas de agradecimiento, de humildad, de devoción e incluso de súplica.

Ya sea en la cultura de occidente u oriente, e incluso en la mesoamericana, estos tipos de ritos fundamentados por creencias erróneas, temores irracionales, vanas esperanzas es lo que conduce al fracaso de la humanidad, puesto que transmiten el miedo, la desolación y la desesperanza de la construcción del hombre ideal, del hombre bueno, del hombre humano.

La Pedagogía Maldita, nos lleva a entender un aspecto de la historia educativa, del fracaso de la construcción de hombres buenos, generado, en muchas ocasiones por la sinrazón de las personas fortalecida por el temor a los dioses o por la ambición de los gobernantes. Pensar en una educación ideal o integral, es apostar por una humanidad fehaciente, y no por el adiestramiento dejóvenes fundamentado por el dolor, el mal, el castigo, el miedo, la emancipación, establecido por pueblos siempre sedientos de poder y de conquista, los cuales al oprimir e ignorar, forman hombres serviles, sumisos, sin libertad y faltos de autoestima; hombres quebrantados y marginados,que siempre están a merced de una divinidad o de cualquiera,  pero nunca dueños de ellos mismos.

                        FIN DE LA QUINTAPARTE

Referencias

Graulich, Michel. (2010). El sacrificio humano en Mesoamérica. Recuperado de: https://jorgecaceresr.files.wordpress.com/2010/04/el-sacrificio-humano-en-mesoamerica.pdf

Hernández Escoto, Garza de la Huerta y Mandujano Tenorio. (s. f). Transversalidad en la educación de los aztecas. Recuperado de: http://www.tutorias.ipn.mx/memorias/Documents/6to-web/mesas-redondas/eje1-elementos-que-fortalecen-la-funcion-tutorial/mesa-25/E15T74R883A.pdf

Kobayashi, José María. (1985). La educación como conquista. México: El Colegio de México.

León-Portilla, Miguel. (1958). Siete ensayos sobre la cultura náhuatl. México: UNAM.

Artículo remitido por su autora, a la redacción de Otras Voces en Educación.

Fuente de la imagen: https://lolitasandoval.com/2014/10/29/calavera-no-llora/

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Pedagogía Maldita: En la Cultura de Oriente (IV)

(Otra Forma de Entender algunos Fenómenos Educativos del Siglo XXI)

 

(CUARTA DE SEIS PARTES)

Como me he referido en artículos anteriores, la Pedagogía Maldita no hace solamente alusión a la época actual, sino por el contrario ha estado presente por siglos, determinados en dos ámbitos, en el mundo terrenal y el divino, por el cual en muchas ocasiones fundamenta los actos de amor y de violencia de los hombres.

En esta ocasión, hablo de algunas manifestaciones que representan la Cultura Oriental en relación a la hipótesis presentada, tomando en cuenta tres libros fundamentales:

  1. El Bhagavad-guitá, de la cultura Hindú, escrito entre 5000 o 7000 años atrás.
  2. El Corán, relacionado a la cultura árabe.
  3. El Hagakure, la cual es una obra literaria japonesa perteneciente al s. XVIII.

 

El Bhagavad-guitá, nos narra una historia épica sánscrita del mundo antiguo, relatando los sucesos que condujeron a la presente era de Kali, por la cual, unos cincuenta siglos atrás, cuando Sri Krisna explicó este poema a Arjuna. Su conversación tuvo lugar ante el comienzo de una guerra, un conflicto fratricida entre los cien hijos de Dhrtarastra contra sus primos, los Pandavas, hijos de Pandu. De igual forma el libro de El Bhagavad-gita. La Ciencia Suprema hace referencia a lo siguiente:

Según las escrituras védicas, esta Era se denomina Kali-yuga, Era de Hierro, de riñas y de hipocresía. Debido a que las entidades vivientes estamos condicionadas por las modalidades de la naturaleza material, sufrimos aflicción proveniente de nuestra falsa identificación con el cuerpo. Los apegos materiales son causantes de nuestras frustraciones; por lo tanto, permanecemos en conflicto interno, lo que se manifiesta externamente como proliferación de guerras, terrorismo, inseguridad social y angustia, causando enfermedadesmentales, pánico y descontento (ParamadvaitiSwami y PrabhuAtulananda, s. f.).

 

El poema nos narra la historia deDhrtarastra y Pandu, quienes eran dos hermanos pertenecientes a la dinastía kuru, pero como el primero (el hijo mayor) nació ciego, el trono pasó a ser de su hermano menor. Sin embargo, Pandu muere joven y su hermano debe ser rey, quedando a cargo de éste los cinco hijos de Pandu, quienes crecieron en la casa real y tuvieron entrenamiento de las artes militares.

Pero los hijos de Dhrtarastra, sobre todo el mayor, odiaban y envidiaban a los Pandavas, por lo que con la anuencia del rey, los planearon matar para quedarse con el reino. Fue gracias a la protección de un tío (Vidura), que los cinco jóvenes pudieron escapar. Pero esto no terminó ya que ambos clanes querían el poder, conduciéndonos a situaciones caóticas predominadas por la pasión y la ignorancia de todos ellos, que como lo indican ParamadvaitiSwami y PrabhuAtulananda:

Carecen del control de sí mismos y de la pureza (que es la fuerza), debido a que protegen las actividades más pecaminosas, como son la matanza de animales, la intoxicación, los juegos de azar y la prostitución generalizada, que sólo traen mayor degradación, explotación y competencia, y por consiguiente, reacciones que afectan a todas las entidades vivientes en mayor o menor grado.

Los mismos autores nos indican, que este libro es entendido como una alternativa de la esperanza; puesto que demuestra “cómo salir victorioso de cualquier conflicto; que nos enseña a levantarnos, no importa que tan abominables o caídos estemos”.

Por otro lado el Corán, es el libro sagrado del Islam, que regula, a través de un marco normativo,  la moral del creyente, centrándose en la fe hacia Alá y, reconociéndolo como único dios, recordándoles a los hombre lo pequeños que son frente a las maravillas de la naturaleza, las cuales son obras de dios, cuya grandeza y magnanimidad debe ser reconocida (Enciclopedia Biografías y Vidas, s. f.).

Al igual que la Biblia, el Corán tiene muchos personajes del mundo hebreo, así como cristianos (Adán, Noé, Abraham. Jesús…), describiendo varios pasajes y aceptando la existencia de ángeles, demonios, así como suponiendo o dando las advertencias sobre la llegada del último día y el juicio final. He aquí las primeras líneas de dicho libro, de acuerdo a Voltaire:

Tributemos elogios a Dios, que es el Soberano de todos los mundos, al Dios de misericordia, al Soberano del día de la justicia; a Ti es a quien adoramos, sólo de Ti esperamos protección. Guíanos por caminos rectos, por los caminos que recorren los que TÚ colmas de Gracia, no por los caminos que siguen los que dan motivo a tu cólera y andan extraviados.

Continúa escribiendo Mahoma, y Dios es el que habla. He aquí sus propias palabras:

Este libro no permite que se dude de él, y sirve para dirigir a los justos que creen en las profundidades de la fe, que observan todas las horas de los rezos, que reparten como limosnas lo que no nos hemos dignado concederles, que están convencidos de que la revelación descendió hasta Ti, y que envió profetas que te precedieran. Los fieles deben tener firme seguridad en la vida del porvenir, y dirigidos por su Señor, serán dichosos.

En cuanto a los incrédulos, les es igual que les aconsejes como que no les aconsejes; nada creen: el sello de la infidelidad tienen grabado en el corazón y en los oídos; sus ojos ven tinieblas y les espera terrible castigo (Voltaire, Diccionario Filosófico, 2015).

El Corán, es considerado un texto sagrado, un texto que guía a los pueblos musulmanes para la “liberación”, para la “salvación”. Sin embargo, aunque las leyes civiles del Corán son buenas y su doctrina suele considerarse admirable los medios que emplea son horribles: se vale del engaño y del asesinato (Voltaire, Diccionario Filosófico, 2015).

Finalmente, tenemos el Hagakure, el cual es un antiguo breviario que significa “oculto bajo las hojas”. Fue escrito en el s. XVIII por YamamotoTsunetomo y tiene la intención de recopilar una filosofía  basada en las enseñanzas del bushido, que literalmente significa “el camino del guerrero”. El cual constituía un código de conducta y un modo de vida para los samuráis (2005).

El Hagakure nos muestra que los principios fundamentales para todo samurái eran la lealtad, el deber y el valor, transcendiendo el concepto de guerrero a través de los principios que llevan a un hombre o una mujer a “pelearsin perder la humanidad”, e incluso a “dirigir un equipo sin perder los valores básicos”, como apunta Omar El-Kashef (2013).

Se trata de una filosofía se fundamenta en cuatro fuentes principales:

  1. Confucianismo, con el culto y adoración a los antepasados.
  2. Budismo, con el estoicismo que lleva al samurái a aceptar la muerte como una realidad inevitable.
  3. La práctica Zen,que les llevaba a perseguir la perfección en todas las cosas.
  4. El sintoísmo, con el amor por los seres vivos y la lealtad hacia sus señores.

Siendo la intención de este texto el hacer del guerrero un hombre noble, el samurái que obedece a sus amos y que está preparado a la muerte, leamos dos párrafos del libro:

(…) La servidumbre no es otra cosa que apoyar a nuestro señor, confiarle lo bueno y lo malo y renunciar al propio interés. Basta con uno o dos hombres así para que el feudo esté a salvo

(…) Se dice que la lealtad es un elemento capital en el compromiso que vincula al señor con su siervo. Aunque muchas veces parezca imposible de obtener, siempre está delante de uno. Si te abandonas a ella, te convertirás en un excelente siervo en ese mismo instante (Omar El-Kashef,2013, p. 16 y 17).

Como se puede observar en ambas culturas (Occidental y Oriental), existen libros doctrinales que son utilizados para la educación moral de sus adeptos, remitiendo a prácticas fundamentadas en la obediencia, en la lucha de poderes que sólo llevan a la deshumanización aunque estén justificadas por el fanatismo divino. De igual forma, se nos presentan preceptos que aceptan a dioses que aunque suelan presentarse como misericordiosos, tienden a ser vengativos, coléricos y en muchas ocasiones irracionales ante la desobediencia de los hombres.

En estas culturas, al fin las culturas del hombre, se nos presentan ciertos valores que en muchas ocasiones caen en la sinrazón del humanismo, educando al hombre en función de una educación primitiva que conlleva a la práctica injustificada de pedagogías que lo único que buscan es la construcción de sociedades ideales. Pero si éstas, son guiadas por hombres egoístas, hombres ignorantes que sólo buscan su fuerza a través de la sumisión de un pueblo, y no la búsqueda de la libertad ética, de la razón y por lo tanto de la humanización, entonces,  estamos fracasando en la construcción de la persona, y estamos apostando por una pedagogía maldita que a lo único que nos lleva es a la destrucción del hombre mismo y por lo tanto a la destrucción de la sociedad.

FIN DE LA CUARTAPARTE

Referencias

Enciclopedia biografía y vidas. (s. f. ). Recuperado de: http://www.biografiasyvidas.com/monografia/mahoma/coran.htm

Omar El-Kashef. (3013). Hagakure, el camino del samurái. Recuperado de: http://www.prisaediciones.com/uploads/ficheros/libro/primeras-paginas/201302/primeras-paginas-hagakure-sendero-samurai.pdf

ParamadvaitiSwami y PrabhuAtulananda. (s. f.) El Bhagavad-gita, La Ciencia Suprema. Servicio Editorial De Los VaisnavasAcharyas: Recuperado de: http://biblio3.url.edu.gt/Libros/cien_sup.pdf

Voltaire. (2015).Diccionario filosófico.Recuperado de: http://www.e-torredebabel.com/Biblioteca/Voltaire/Alcoran-Diccionario-Filosofico.htm

YamamotoTsunetomo. (2005.  Hagakure. Book of theSamurai. Recuperado de: http://judoinfo.com/pdf/hagakure.pdf

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Pedagogía Maldita: En la Cultura Occidental (III)

(Otra Forma de Entender algunos Fenómenos Educativos del Siglo XXI)

(TERCERA DE SEIS PARTES)

Como se ha podido observar en las dos partes anteriores, el planteamiento de la Pedagogía Maldita no es nuevo, puesto que está en los orígenes de las civilizaciones. Por ejemplo, en el Occidente el culto hacia la guerra y a los guerreros referidos en un primer momento en la Ilíada, en donde a  través de esta epopeya Homérica, se invoca desde el principio a la diosa, en la siguiente forma:

Canta, oh diosa, la cólera del Pelida Aquiles, maldita, que causó a los aqueos incontables dolores… –y así se cumplía el plan de Zeus (I,5) (Carlier, 2005, p. 69).

Carlier, en su libro sobre Homero, nos menciona que en la Ilíada no se sabe cuál es el plan de Zeus, puesto que no sólo se trata del cumplimiento de la promesa que el dios hizo a Tetis de matar a muchos aqueos para vengar el ultraje de Aquiles, siendo la cólera de Aquiles un plan de estedios, sino, que Zeus tiene como objetivo, reducir el número de hombres sobre la tierra provocando una guerra.

Como se puede observar, la Ilíada nos presenta dos ámbitos, el de la divinidad y lo terrenal, en donde “el destino de los hombre es el resultado de una compleja imbricación de acciones humanas y de voluntades divinas” (Carlier, 2005, p. 72), demostrado por la cólera de Aquiles y el cumplimiento de la voluntad de Zeus, llevada a cabo en una época heroica basada en aspectos militares, el individualismo desenfrenado y la constante búsqueda de la riqueza a través del “acto glorioso”, representado siempre en la cultura griega.

Ahora bien, visualicemos la cultura romana a través de La Eneida en donde Virgilio pretende presentar una Roma legendaria, presentándonos a Eneas, como un héroe que sobrevive a la guerra de Troyay que a través de viajes, aventuras y desventuras a causas de los dioses o el destino,  coloniza, junto con sus compañeros, la ciudad de Lavinia en Italia, dando el origen al Imperio Romano. Leamos la parte final de la conquista:

(…) Eneas, aprovechándose de su indecisión, con certera mirada, vibra contra él su fatal lanza y se le arroja desde lejos con toda su fuerza: jamás murallas de piedra batidas por el aire crujieron en tal manera; jamás estalló el rayo con tan horrísono estampido. Vuela a semejanza de negro turbión la mortífera lanza, y traspasando los bordes de la loriga y los siete cercos del escudo, se le entra rechinando por mitad del muslo: dobladas las rodillas, cae en tierra herido el gigantesco Turno. Prorrumpen los Rútulos en gemidos, retumba en torno todo el monte, y los profundos bosques repiten el estruendo con lejanos ecos. (…)Venciste, y ya los Ausonios me han visto tenderte, vencido, las palmas: tuya es Lavinia; no vayan más allá tus rencores.»

Y, ¿qué podemos decir del Antiguo Testamentoel cual es presentado como una “nueva forma” para la salvación del hombre? ¿En dónde queda ese hombre heroico, ese caudillo, nacionalista, glorioso, legendario que sigue o lucha contra los preceptos divinos? Para esto, recordemos que nace una nueva iglesia, una iglesia primitiva ocupada en la exposición de contenidos a través de las escrituras para el control de los hombres, a través de la superstición evocada por la doctrina que nos da a conocer el nacimiento, las costumbre y leyes del pueblo judío,  presentándonos en muchas ocasiones la ira de Dios, castigando a todos aquéllos que desobedezcan. Para muestra, tenemos en el libro del Génesis del Antiguo Testamento el mito de Adán y Eva, cuando son lanzados del paraíso por desobedecer a Dios.

De igual forma, en el libro de Apócrifos del Antiguo Testamento,la historia es presentada entre dos extremos: “el paraíso que la empieza y el paraíso que la termina. Siendo una constante lucha entre el reino de Dios y el reino de Satán y los ángeles, prediciendo toda la historia del mundo. De acuerdo a Tasker:

Uno de los propósitos principales de los primeros capítulos del Génesis -aunque la expresión «ira de Dios» no aparece en ellos-, es registrar los juicios divinos y los castigos que Dios se vio obligado a infligir para que su absoluta soberanía y su perfecta justicia pudieran ser demostradas. La sentencia de muerte pronunciada en contra de Adán, la maldición de la tierra por su causa, y la expulsión de Adán y Eva del paraíso terrestre son manifestaciones -de palabra y obra de la ira divina. Y, lo que es muy importante, son reconocidas como tales manifestaciones por los otros escritores de la Biblia. El salmista, por ejemplo, cuando medita en el hecho ineludible de la muerte, dice: «Porque con furor somos consumidos, y con la ira somos turbados» (Salmo 90:7). Es «en Adán», explica Pablo, que «todos morimos»: «Reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la trasgresión de Adán», a saber: en los que no desobedecieron mandamientos específicos como Adán, pero cuyos corazones, como uno de los resultados de la caída de Adán, eran desesperadamente impíos (Romanos 5:14). Los efectos de la maldición pronunciada en contra de la tierra por causa de Adán, señala Pablo, permanecerán hasta la manifestación final de los hijos de Dios: porque ha sido sujeta a vanidad por su Creador (Romanos 8:20). Como comentó R. Haldane: «La misma creación que declara la existencia de Dios y publica su gloria, prueba también que Dios es el enemigo del pecado y el vengador de los crímenes de los hombres, de manera que la revelación de la ira divina es universal extendiéndose a todo el mundo y nadie puede alegar ignorancia» (…) «La ira de Dios –como se ha dicho con acierto-, es un affectus tanto como un effectus, una cualidad de la naturaleza de Dios, una actitud de la mente de Dios hacia el mal»

Como se puede observar, a través del antiguo testamento se visualiza el hombre moralmente fracasado, entendido esto como la desobediencia de Dios, optando siempre por el pecado, lo cual es referido en el libro de Romanos (9:22) de la siguiente forma: “los hombre son vasos de ira preparados para destrucción”.  Pero, también se muestra un Dios que castiga sin importar que termine con toda una civilización.

Pero el Antiguo testamento, no sólo enseña el temor a Dios, por el contrario, también enseña al hombre el amor de Dios, una educación basada en la fe, en la obediencia con Cristo, reflejado muchas veces en los mártires cristianos que fueron muertos en el Coliseo en manos de los Romanos.

Para finalizar, esta tercera parte, la cultura occidental, a través de estos tres ejemplos, nos da un panorama general de los valores de cada época, valores que constituyen, fundamentan y justifican el actuar de los hombres, siempre remitidos entre dos dimensiones: lo divino y lo concreto (lo humano), el cual de alguna forma demuestra la barbarie de dioses y hombres, que tras la búsqueda de una “civilización” ideal, sin importar medios o formas de destrucción, implica siempre una enseñanza que por siglos sigue vigente, remitiendo como hasta ahora he dicho, a una Pedagogía Maldita.

FIN DE LA TERCERA PARTE

Referencias

Diez Macho, Alejandro. (1086). Apócrifos del Antiguo Testamento. Madrid, España: Ediciones Cristiandad. Recuperado de: https://books.google.com.mx/books?id=uSlnsTe5eI0C&pg=PA125&lpg=PA125&dq=mito+de+ad%C3%A1n+y+eva+del+antiguo+testamento&source=bl&ots=5AamkSvtAZ&sig=ICubQPYVTryYvsVZHfUhMdFvi98&hl=es&sa=X&ei=D2YGVfuPBJfIsAT-4YLQAQ&ved=0CEgQ6AEwBg#v=onepage&q=mito%20de%20ad%C3%A1n%20y%20eva%20del%20antiguo%20testamento&f=false

Pierre, Carlier. (2005). Homero. Madrid, España. Ediciones Akal, S. A. Recuperado de: https://books.google.com.mx/books?id=M6jDGZKW00wC&pg=PA69&lpg=PA69&dq=La+iliada+arist%C3%B3teles&source=bl&ots=XGB3IDfN5S&sig=EzFtVoQvS9T8mWpvnRJAmr_7jhc&hl=es&sa=X&ei=_z0GVdG3CISMsQT9x4CgAQ&ved=0CC8Q6AEwAw#v=onepage&q=La%20iliada%20arist%C3%B3teles&f=false

Virgilio. (2000). La Eneida. Ediciones  Elalepth.com. Recuperado de: http://www.edu.mec.gub.uy/biblioteca_digital/libros/V/Virgilio%20-%20La%20Eneida%20%28en%20prosa%29.pdf

Tasker. (s. f.). La ira de Dios. Recuperado de: http://www.mercaba.org/Enciclopedia/I/ira_de_dios.htm

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