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Guatemala ¿Por qué integrantes de un mismo pueblo indígena se matan entre sí?

Guatemala ¿Por qué integrantes de un mismo pueblo indígena se matan entre sí?

El conflicto territorial entre Nahualá y Santa Catarina Ixtahuacán es un iceberg en un país con criminales fronteras internas que diseccionan a los pueblos, convirtiéndolos en enemigos territoriales entre sí a familias pertenecientes a los mismos pueblos originarios.

 

En los últimos meses, reaparece en noticiarios internacionales el violento enfrentamiento entre vecinos de los municipios de Santa Catarina Ixtahuacán y Nahualá, ambos en el Departamento de Sololá, pertenecientes al pueblo Maya Quiché, a unos 150 Km. al occidente de la ciudad de Guatemala.

En diciembre reciente ocurrió una masacre que cobró la vida de 12 indígenas maya quichés. Y como respuesta, el 20 de diciembre, el gobierno central decretó Estado de Sitio en el lugar, ocupando el territorio en conflicto con centenares de agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) y el Ejército. En los primeros días de enero, los vecinos de Nahualá expulsaron a la Comisaría de la PNC del lugar… El 7 de enero reciente, un segundo agente de la PNC fue asesinado, y varios otros heridos, en una comunidad de Nahualá, mientras buscaban capturar a supuestos responsables de la masacre anterior.

¿Por qué se enemistaron miembros de un mismo pueblo?

El Municipio de Santa Catarina fue creado, para complacer a familias europeas, durante la Colonia española. El Municipio de Nahualá fue creado para complacer a los amigos de la Revolución Liberal (segunda mitad del siglo XIX) durante la República bicentenaria.

En ningún caso se consultó a sus habitantes si aceptaban o no la frontera intermunicipal que hoy los “asesina”. En ambos casos no delimitaron con precisión las fronteras municipales, ahora, letales para el pueblo Quiché. Más por el contrario, dejaron parcelas colectivas de tierra sin definir qué pertenecía a qué lado. Así, el Estado creó una de las tantas asesinas fronteras internas que hoy es incapaz de resolver.

No es un problema “étnico”. Erróneamente muchos analistas o noticiarios presentan el hecho como un “asunto de indios salvajes”, o los comparan con otros conflictos entre pueblos de Medio Oriente. Falso.

El conflicto no es por identidad o pertenencia cultural. Es a causa de una frontera municipal impuesta que divide/enfrenta al mismo pueblo en dos jurisdicciones diferentes que compiten/disputan entre sí parcelas de tierras colectivas.

El pueblo Quiché, al igual que muchos pueblos en Abya Yala, fueron partidos/divididos por fronteras destructivas, impuestos por las bicentenarias repúblicas criollas que no entienden de continuidad territorial cultural, mucho menos de plurinacionalidad. ¿Cuántos pueblos, en este momento, no están diseccionados en diferentes repúblicas, departamentos o municipios?

Ante la incapacidad/corrupción del Estado, la gente se armó y resuelve sus desacuerdos a bala. A diferencia de muchos países de la región, las constituciones políticas centroamericanas, como la de Guatemala, disponen el derecho a poseer armas de fuego como un derecho ciudadano. En los hechos, con la proliferación de la oscura industria militar, y el negocio de la violencia/seguridad, la gente consiguió armarse.

Un problema que no fue creado por las familias indígenas. Habitados por sus prejuicios, analistas y comentaristas, desde las ciudades, indican que el conflicto violento entre Nahualá y Santa Catarina es por culpa de los “indios”. Falso.

Quien creó este conflicto fue y es el Estado criollo que no entiende de la coexistencia de los pueblos, ni de la continuidad territorial/cultural.

El problema surgió cuando se repartieron un territorio originario, con población incluida, como si se tratara de un queso. Este conflicto se afianzó con la ilusa “identidad territorial/municipal” arengada por las élites municipales. No sabemos si desaparecerá con la restauración del territorio e identidad Quiché, en el marco de la propuesta del Estado plurinacional.

Si ya el problema fue creado por el Estado, las consecuencias sangrientas de la respuesta estatal también externalizan la arcaica filosofía punitiva/déspota que aún habita al Estado de Guatemala, incapaz de ejercer hegemonía en la totalidad de su territorio. ¡No se puede, ni se debe enviar delegaciones de PNC, junto al Ministerio Público, a territorios en histórico conflicto violento sin previo diagnóstico de inteligencia! ¡Mucho más en un país con libre mercado de armas de fuego!

El conflicto territorial entre Nahualá y Santa Catarina Ixtahuacán es un iceberg en un país con criminales fronteras internas que diseccionan a los pueblos, convirtiéndolos en enemigos territoriales entre sí a familias pertenecientes a los mismos pueblos originarios.

Deseamos que este problema creado por la Colonia eurorepublicano se resuelva mediante el sistema de deliberación y consensos tradicionales de los pueblos.

Fuente de la Información: https://ollantayitzamna.com/2022/01/08/guatemala-por-que-integrantes-de-un-mismo-pueblo-indigena-se-matan-entre-si/

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Guatemala: 25 años de la firma de los Acuerdos de Paz, 25 años de neoliberalismo

Guatemala: 25 años de la firma de los Acuerdos de Paz, 25 años de neoliberalismo

Itzamná Ollantay
En la atmósfera navideña, y al día siguiente de la fiesta de los “santos inocentes”, los grupos alzados en armas aglutinados en la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG) y el Estado criollo de Guatemala, luego de 36 años de “guerra interna”, firmaron los Acuerdos de Paz firme y duradero. Entonces, era 29 de diciembre de 1996.
Los contenidos de dicho compromiso político fueron doce. De éstos quizás el décimo, el referido al reconocimiento de la URNG como sujeto político, sea el de mayor cumplimiento. Todo lo demás, incluido el “achicamiento” del Ejército, acceso a tierra para campesinos, lucha contra el racismo, más impuestos para el Estado, etc., en la actualidad, se encuentran en peor situación, tanto a nivel estadístico, como cotidiano, que de lo que ocurría en la década de los 90 del pasado siglo.

Sólo por mencionar algunos datos duros: Al momento de la Firma de los Acuerdos Paz, más del 50% de la población del país se encontraba en situación de pobreza. Para 2018, según el Ministerio de Desarrollo Social, más del 61% de guatemaltecos se encontraban en situación de pobreza multidimensional. En la actualidad, Guatemala es campeona continental con niños en situación de desnutrición.

Es verdad que gracias a los Acuerdos de Paz el Ejército ya no “desfila públicamente” en las calles. Pero, con los Acuerdos de Paz la industria de la seguridad privada tuvo un crecimiento histórico en la vorágine de la violencia del país. Y esta industria de la seguridad privada la monopolizan militares retirados. La seguridad se convirtió en un lucrativo negocio privatizado.

Casi la totalidad de las ciudades principales del país consumen maíz proveniente de México, con serias sospechas de sobredosis del cancerígeno glifosato. En la actualidad, todas las tierras cultivables del país son acaparadas para monocultivos. Incluso las tierras entregadas por Fondo de Tierras, bajo las reglas del libre mercado, son alquiladas para monocultivos de palma africana. En los 90, por lo menos las ciudades consumían tortillas de maíz con inocuidad alimentaria porque los y las campesinas accedían a tierra para alquilar y cultivar.

En cuanto a la promesa de la ampliación de la recaudación de impuestos, las historias más blancas y nefastas de corrupción por evasión y sustracción de los pocos impuestos se escribieron en la última década. El país subsiste gracias a las remesas económicas que envían cerca de 3 millones de guatemaltecos expulsados después de la firma de los Acuerdos de Paz. Antes de la pandemia, las remesas representaban cerca del 17% del Producto Interno Bruto del país. En 2021, las remesas crecieron en más del 34% con relación al 2020.

La violencia estatal empresarial persiste en la actualidad. La diferencia es que ya no existen grupos político/militares armados para repeler dicha violencia. ¡Ningún gobierno en la era post Acuerdos de Paz gobernó sin recurrir al uso del mecanismo de “Estado de Sitio o Estado de Excepción”! La persecución, criminalización y asesinato selectivo de defensores/as de derechos humanos y de la Madre Tierra fue y es una constante en la bicentenaria República que firmó y prometió paz y pan para su empobrecida población.

La exitosa implementación del sistema económico político neoliberal es un correlato de la firma de los Acuerdos de Paz. Quienes impulsaron y firmaron dichos Acuerdos sabían que firmaban los estatutos para la implementación de la mesiánica propuesta neoliberal.

Quizás por ello, los contenidos de los 12 acuerdos no refieren, ni de lejos, a las ideas de cambios estructurales profundos y urgentes del país como son: la plurinacionalidad, la democracia participativa, el Buen Vivir, la redistribución de la tierra/democratización económica, derechos sociopolíticos de los pueblos y derechos de la Madre Tierra, entre otras.

Pero, como nada ocurre fuera de la Bondad, el neoliberalismo, como correlato de la implementación de los Acuerdos de Paz, activa y activó procesos de resistencias comunitarias fecundas y transformadoras, incluso fuera y más allá del marco teórico/ideológico de los Acuerdos de Paz.

A 25 años de la firma de los Acuerdos de Paz, comunidades campesinas, pueblos originarios, colectivos urbanos y sectores sociales excluidos, dentro y desde sus dinámicas de procesos de resistencias colectivas, plantean e impulsan la urgente necesidad de un proceso de Asamblea Constituyente Popular y Plurinacional para realizar cambios estructurales en el país, crear el Estado Plurinacional, y avanzar hacia el Buen Vivir, más allá del marco de la modernidad incluso.

Estos actores colectivos, con sus propuestas, emergen fuera de las constelaciones de los sujetos políticos institucionales que surgieron con los Acuerdos de Paz (como son URNG, WINAQ). No porque se sintieran “traicionados” por los firmantes de los Acuerdos de Paz, sino porque simplemente sus históricas demandas postergadas no formaron parte de los contenidos de los Acuerdos de Paz.

La promesa política del “goteo” o “chorreo” del banquete neoliberal hacia los sectores empobrecidos nunca ocurrió, ni ocurrirá en Guatemala, ni en ningún lugar del mundo. En consecuencia, son urgentes los cambios estructurales plurinacionales impulsados y dinamizados por los pueblos y comunidades que soportan el peso de la exclusión y el saqueo neoliberal.

Fuente de la Información: https://www.telesurtv.net/bloggers/Guatemala-25-anos-de-la-firma-de-los-Acuerdos-de-Paz-25-anos-de-neoliberalismo-20211228-0003.html

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Un país que teme a un campesino con lápiz

El proceso electoral actual que vive el Perú con miras a elegir al próximo Presidente del país, el 6 de junio, está develando todas las miserias intelectuales y morales del bicentenario Perú oficial. La oligarquía peruana, sus intelectuales, opinadores, empresarios evasores, religiosos, medios corporativos… todos en guerra desigual contra un campesino con lápiz.

Las circunstancias políticas colocan al electorado peruano en una disyuntiva inevitable: u optamos por la conocida corrupción pública u optamos por la dignidad promisoria. De eso se trata el próximo 6 de junio.

Kieko Fujimori quiere ser Presidenta para evitar la cárcel

Keiko Fujimori, candidata presidencial del Perú oficial que aglutina a la oligarquía nacional, y a la gran mayoría de los limeños obnubilados por las promesas neoliberales que nunca les llega, quiere llegar al Palacio de Pizarro para evitar entrar a la cárcel por delitos de corrupción. El Ministerio Público del Perú pide 30 años de cárcel para Keiko por delitos como organización criminal, obstrucción a la justicia, entre otros.

Keiko Fujimori, cuyo padre el dictador Alberto Fujimori (quien purga cárcel por delitos de lesa humanidad) privatizó los principales bienes comunes del país, y constitucionalizó el neoliberalismo en 1993, desde los 19 años de edad ejerce función pública con tufo a corrupción. Promete más neoliberalismo en un país que agoniza por los nefastos impactos de dicho sistema.

Pedro Castillo, un campesino con lápiz en mano promete revertir el neoliberalismo

Pedro Castillo, campesino, maestro rural y dirigente magisterial, desde las profundidades del Ande peruano, con sus 51 años de edad, materializa la promesa de la “reserva moral” y “orgullo/dignidad nacional” del Perú.

Promete revisar los contratos de privatización, nacionalizar el gas de Camisea, cobrar impuestos a las empresas, convocar a una Asamblea Constituyente Popular, renunciar a su salario presidencial…

Las encuestas electorales, que ahora sí hablan de Pedro Castillo, reiteran la imparable superioridad creciente de Castillo sobre Keiko. Por más que los medios corporativos pro Keiko se esfuerza por ocultar las plazas y calles abarrotadas por seguidores de Castillo, las redes sociales, como el Facebook, evidencian que en las redes sociales y en el interior del Perú Castillo ya ganó las elecciones.

Ilusos y corruptos disparan contra Pedro Castillo

En este contexto absolutamente incómodo para la oligarquía peruana, todos los empresarios evasores de impuestos que se enriquecieron con los procesos de privatizaciones, incluso las y los limeños clasemedieros ilusos que alardean honestidad intelectual y rectitud moral, ahora, cierran filas contra Pedro Castillo acusándolo de “radical”, “desestabilizador de la democracia” “terrorista”. ¡Incluso la izquierda neoliberal le exige a Castillo moderar su programa de gobierno!

¡Lima vive una histórica consternación colectiva jamás antes vista en su historia ante el crecimiento electoral imparable de un campesino con lápiz en mano!

¿Le temen al campesino o al campesino con lápiz?

En el Perú oficial actual, el campesino continúa siendo un “nadie”. Un NO ciudadano, condenado a cargar con la responsabilidad de alimentar al país sin disfrutar de ningún derecho, ni oportunidades. Mucho menos de derechos políticos.

Para la oligarquía y el peruano acriollado el campesino es un haragán. Un ser vicioso del que nadie debe fiarse. Por eso, ahora, cuando ven avanzar a un campesino hacia el Palacio de Pizarro, incluso los menesterosos limeños arengan: “Viene el comunismo, viene el terrorismo. Nos va a quitar todo”.

Esta reacción enfermiza contra el campesino Pedro Castillo es la externalización del pensamiento y sentimiento arcaico de la oligarquía peruana que jamás evolucionó ni tan siquiera al nivel del pensamiento lascasiano del siglo XVI que concedía el beneficio de la duda sobre la humanidad del indígena.

Perú, un país donde campesinos e indígenas son motivos de sospecha

En el intento de Estado moderno peruano, las y los campesino nunca fuimos, ni somos, ni seremos, ciudadanos. El Estado peruano y su aparato ideológico se funda y se sostiene en la negación y subordinación del campesinado.

Formalmente Ramón Castilla, allá por el siglo XIX, liberó de los tributos al campesinado. Y, en 1969, Velazco Alvarado, mediante la Reforma Agraria, emancipó formalmente a los campesinos del pongueaje. Pero, todo eso fue y es letra muerta. En los hechos, para el Perú oficial y para la ilusa limeñidad, indígenas y campesinos seguimos siendo la “músculos rudos a explotar laboralmente”.

La oligarquía le teme al campesino Castillo, no sólo porque, ahora, se proclama en las urnas como sujeto sociopolítico, decidido a gobernar un país quebrado moral e intelectualmente, sino porque este diabólico campesino se acerca a raudos al Palacio de Pizarro lápiz en mano para gobernar un Estado pensado y organizado por y para criollos colonizados.

Un campesino, lápiz en mano, viene a gobernar al Perú criollo. A ese país que alardeó superioridad cultural, por siglos, frente a sus vecinos como Bolivia, sólo porque tenía como sede de gobierno a la ciudad virreinal de Lima con aroma a naftalina. Esto es una derrota mental e intelectual para la oligarquía y sus acriollados limeños. Un ignorante campesino, un nadie, le viene a educar lápiz en mano. ¿Acaso la limeñidad y sus patrones no basaban su superioridad en su proyecto de civilizar al Perú profundo? ¿Cómo es que ahora, un incivilizado, un indeseado desde Los Andes, avanza proclamando civilizar y modernizar al país? Esto les duele hasta en el tuétano a los oligarcas y a sus siervos culturales.

El miedo, entonces, no es sólo al “insolente” campesino que avanza hacia el Perú criollo de la limeñidad, decidido a gobernar el país, sino el terror es ante todo al campesino que lápiz en mano acecha al feudo de la podredumbre corrupta del Perú oficial para emprender una prometida revolución intelectual y moral. Pedro Castillo, al parecer, ahora, es el Brujo de Los Andes que la oligarquía peruana y sus limeños temen.

Fuente: https://rebelion.org/un-pais-que-le-teme-a-un-campesino-con-lapiz/

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Bolivia: Chakana y plurinacionalidad

Chakana y plurinacionalidad

Ollantay Itzamná

¿Para qué sirve el Escudo nacional en Bolivia?

Crear un Estado Plurinacional dejando casi intacto los símbolos criollos republicanos, incluso el nombre, himno, héroes, etc., fue un error de gran magnitud para Bolivia. Sus consecuencias lo sufren ahora.

En Bolivia, hace unos días atrás, a raíz de la divulgación que hizo el gobierno plurinacional de su logotipo con forma de la Chakana, sectores ejecutores del último Golpe de Estado en Bolivia arengaron nuevamente contra las simbologías de Abya Yala, esta vez, acusando al gobierno de Arce-Choquehuanca de sustituir, de forma inconstitucional, el sagrado Escudo de Bolivia por la Chakana. Sí. Los mismos que quemaron la Wiphala y masacraron a indígenas que enarbolan éste símbolo patrio, hace tan sólo meses atrás.

¿Qué es la Chakana?

Chakana es un código que tiene la forma de una cruz griega escalonada que para los pueblos andinos expresa/sintetiza la totalidad. En quechua chaka quiere decir puente que une los extremos. La Chakana consta de dos puentes imaginarios que unen Norte-Sur, Oriente-Occidente. Expresa la comunión entre todas las dimensiones de la coexistencia cósmica.

Chakana simboliza/sintetiza la comunidad cósmica, y dentro de ella a la comunidad humana. Es la expresión del equilibrio y comunión entre la noche y el día, varón y mujer, finito e infinito, materia y espíritu, sol y luna… Es un código del equilibrio y comunión en y con la totalidad cósmica.

Este código no es exclusivo de las civilizaciones andinas. En Chichinitzá, los mayas dejaron incrustada una prominente Chakana (no escalonada) a unos tres metros de altura en una de las edificaciones más grandes del lugar. Y así, chakanas se encuentran presentes en diferentes civilizaciones del mundo, evidenciando de este modo que este código, aunque no significa necesariamente lo mismo para todos los pueblos, no es exclusivo de los pueblos andinos. Mucho menos es la manifestación lítica de alguna doctrina cristiana.

¿Qué significa el Escudo boliviano?

Es la imitación de mal gusto de la virilidad española que los criollos intentaron materializar en una insignia de poder repleta de fusiles con puntas de cuchillo, cual si fuesen amenazantes falos violentos, adornados con lienzos de tres colores (rojo, amarillo y verde). ¿Qué exactamente quisieron expresar con esa insignia los fracasados criollos republicanos? Nadie sabe a ciencia cierta.

Dos siglos después de la República, y luego de cinco siglos de colonialismo recargado y continuado, sectores colonizados (creyentes republicanos) dicen sentirse identificado con dicho Escudo boliviano, con cuyos fusiles fálicos violaron y masacraron a sus abuelos y abuelas para someterlos. Así de dura es la realidad de la colonialidad. Las víctimas colonizadas terminan amando y defendiendo nada menos que el arma con el que diezmaron y aniquilaron a sus ancestros.

Esta condición de colonizados, cual apologetas defendiendo las insignias de poder de los colonizadores criollos, no es exclusividad, ni se agota en los sectores bolivianos. Lo viven y sufren nichos sociales del Perú, Chile, Ecuador, Argentina, México, Guatemala, …

¿Y la plurinacionalidad?

Lo más ridículo de las y los detractores de la Chakana en Bolivia es que se asumen como ciudadanos del Estado Plurinacional de Bolivia. Quizás no entendieron lo básico de los alcances del concepto de la plurinacionalidad que necesariamente implica la coexistencia fáctica de los diferentes símbolos/insignias/instituciones de los pueblos/naciones que conforman dicho Estado Plurinacional.

Después de más de una década de la creación del Estado Plurinacional en Bolivia, y ante la efervescencia del racismo o prepotencia criolla mestiza, se constata que el error que cometieron las y los constituyentes de dicho Estado Plurinacional es el no haber debatido, consensuado, el marco simbólico de la plurinacionalidad.

Crear un Estado Plurinacional dejando casi intacto los símbolos criollos republicanos, incluso el nombre, himno, héroes, etc., fue un error de gran magnitud para Bolivia. Sus consecuencias lo sufren ahora.

Repensar los símbolos patrios en los estados bicentenarios

Los símbolos patrios, por ser insignias de poder, no son inocentes. Tienen una carga ideológica potente perfomativa para la ciudadanía. Están diseñados para configurar sentimientos, formar voluntades, alrededor de un proyecto político de sus promotores.

Por ello, en países como Bolivia, con la finalidad de evitar la autodeterminación de los pueblos, se impuso un solo Escudo nacional abarrotado de armas amenazantes para cuantos se atreviesen a pensar en contra de los intereses de las oligarquías. Por eso, ahora, el Escudo nacional repele a la Chakana multicivilizatoria.

En un país plurinacional como Bolivia, cuya Constitución Política define a su Estado como pacifista, es contradictorio enarbolar un Escudo de armas como máximo y único símbolo patrio. Es más, ese Escudo de armas que no pudo defender al país de ninguno de sus enemigos externos, no expresa la voluntad, las aspiraciones, ni los colores de los pueblos de Bolivia. Por ello, en aras de materializar la plurinacionalidad del Estado, urge debatir y consensuar los nuevos símbolos patrios plurinacionales.

Este reto de repensar y consensuar símbolos patrios también corresponde al resto de los estados bicentenarios del Continente. Somos países pluricuturales, en muchos casos, de manera creciente, aspiramos hacia la plurinacionalidad. En este sentido, es urgente tomar con seriedad el debate o la disputa de la narrativa sobre la nueva simbología que representará a dichos estados plurinacionales en Abaya Yala.

Dos siglos del fracaso continuado de las repúblicas criollas, y de sus estados naciones racistas y monoculturales, deben de motivarnos mínimamente a preguntarnos: ¿Por qué debemos seguir cantado o marchando al ritmo de la Marsellesa francesa? ¿Por qué seguir enarbolando escudos, que aparte que no nos defendieron de nada, fueron y son utilizados para anular nuestras aspiraciones hacia nuestra legítima autodeterminación como pueblos? ¿Por qué seguir defendiendo como zombis el remedo de la estética europea de antaño que se materializa en los símbolos de la Patria de los criollos?

Autor: Ollantay Itzamná

Fuente de la Información: https://ollantayitzamna.com/2021/02/25/chakana-y-plurinacionalidad/

 

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Guatemala: Cuando las y los plebeyos claman por un proceso constituyente plurinacional

Cuando las y los plebeyos claman por un proceso constituyente plurinacional

Salieron de sus casas y comunidades a media noche, en muchos casos. Trayendo consigo pancartas y mantas con sus demandas. Atol, tortilla y frijoles para su desayuno y almuerzo… Llegaron, y se encontraron con sus compañer@s de destino en uno de las cuatro puntos de ingreso al corazón político y económico del país, la ciudad de Guatemala.

Son casi las 6 de la mañana. La ciudad comienza a despertar con pereza a su caos cotidiano. Las y los recién llegados, con aroma a tierra campesina y mística indígena, descienden de los buses y camiones… algunos mastican sus tortillas en grupo, sentados de cuclillas. Otr@s, buscan sus mantas y carteles… comienzan a darle forma al río de multitudes multicolores que serpenteantes ingresarán, por las cuatro entradas, a la “gran ciudad de Guatemala” con aire colonial republicano y aroma castizo.

Algunos gritan consignas, otros, miran con admiración los “gigantes bosques de cemento” que desfilan en sentido contrario a su paso. Y, así, ante la mirada indiferente de muchos citadinos colonizados, el aplauso de otros vecinos indignados o solidarios con las luchas y sueños postergados de los pueblos, los NO CIUDADANOS ingresan. Toman la ciudad, para gritar frente al Congreso de la República y a la Casa Presidencial sus protestas y propuestas contenidas por siglos.

Son el movimiento social vapuleado por tradicionales izquierdas y derechas. Son las y los desprestigiados por los patrones y los caporales del país. Criminalizados y asesinados por ejercer dignidad, exigir la nacionalización de los bienes privatizados, y promover un proceso constituyente plurinacional. Son el movimiento CODECA. Son los indeseados por la bicentenaria República criolla de Guatemala.

¿Por qué salen ahora hacia la ciudad que los detesta?

Al igual que en el resto de los países de Abya Yala, el originario (sea millennials o generación z) nace para ser sirvienta en las casas patronales de la República. Así lo asume el sentido común hegemónico del país oficial. Por ello, las y los originarios jóvenes pueden y deben de ingresar a la ciudad de Guatemala como “sirvientas o como guardias de seguridad”. Humildes y obedientes… Pero, esta vez, no ocurre ello.

Indígenas y campesinos organizados en comunidades en resistencia, articulados en el movimiento CODECA, “paralizan” y “toman” la ciudad desde sus cuatro puntos de escape, para reiterar su indignación y repudio al putrefacto bicentenario sistema colonial republicano, y proclamar nuevos tiempos de cambios estructurales.

Proponen la nacionalización de bienes y servicios privatizados. Para ello traen y presentan un anteproyecto de Ley al Congreso. Proclaman proceso de Asamblea Constituyente Plurinacional con temas y contenidos que ya vienen consensuando desde casi una década atrás.

Durante la Colonia española a las y los originarios “se los admitió” como sirvientes obedientes. Durante la República se los asumió como “adornos” para la industria del turismo, aunque a veces incomodaban con sus protestas. Pero, ahora, las y los sobrevivientes a la Colonia y a la República vienen como sujetos sociopolíticos colectivos. Sí. No vienen para mendigar caridad, ni “incidencia” política. Vienen para proponer la urgente necesidad postergada de repensar el país y crear un Estado Plurinacional. Esto es lo que hace crujir hasta a las más profundas estructuras psicológicas individuales y colectivas de la oligarquía criolla mestiza y de sus caporales en el panóptico de la llamada ciudad de Guatemala.

La sola presencia de est@s NO CIUDADANOS de la República bicentenaria es la materialización más diáfana del fracaso de las políticas coloniales y eugenésicas que Guatemala criolla mestiza impulsó de forma fallida por dos siglos.

Las y los sobrevivientes al holocausto colonial y republicano, ingresan al corazón político del país, no como víctimas, ni como siervos. Ingresan como auténticos sujetos sociopolíticos plebeyos, cargando y gritando sus propuestas plurinacionales.

Esto es lo que ofende, en buena medida, al orgullo criollo mestizo. No ofende tanto el gemido lastimero de las y los heridos/sobrevivientes de la República. Les ofende que las y los “heridos por la colonia y la República” hablen, propongan, anuncien verdades con hidalguía y dignidad. CODECA, al momento, es la innegable constatación de la auto derrota intelectual y moral de la oligarquía criolla mestiza de la Guatemala oficial. CODECA es la conciencia digna e indomable del país. Eso les duele.

“Cáncer social que crece incontenible en el país”

Así se refería el entonces Presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina (ahora encarcelado), en 2014, a CODECA en su desesperación por sostener vigente el saqueo neoliberal.

Éste “cáncer social”, en 2018, por primera vez en la historia republicana de Guatemala, creó su propia organización política MLP (Movimiento para la Liberación de los Pueblos) y disputó el poder en las elecciones del 2019, quedando en 4to lugar en los resultados, de un total de 22 organizaciones políticas que compitieron.

Lo hicieron así como hacen (ayer y hoy) sus acciones colectivas de protestas y asambleas. Con sus propios recursos. Comiendo tortillas con aguacate. Debajo de los árboles. Viajando en camiones de carga o a pie. Sin banderas o símbolos patrios del criollo. Muchos de ellos, con sus equipos de telefonía celular conectados al internet, mostrando al mundo lo que los medios corporativos escondieron por siglos.

Esta mística y método de CODECA, reactiva en la memoria selectiva de clase de la oligarquía y de sus capataces culturales clasemedieros aquella mítica paranoia compartida que no les deja en paz: “Los indios vienen desde las montañas por nosotros”. Por eso, cada que CODECA activa en las calles la oligarquía ofendida activa todos los recursos legales, policiales, militares y mediáticos para desprestigiar e intentar anular a los “indeseados sujetos sociopolíticos plebeyos”.

Nadie sabe a ciencia cierta cuál será la ruta histórica que tomará este movimiento indocampesino, cada vez más plurinacional rural/urbano. Desde el 2019, tomaron la vía electoral, con organización política propia, para hacer los cambios estructurales mediante el proceso constituyente popular y plurinacional. Se acercan las elecciones del 2023, y el “cáncer social” del 2014, ahora, es un “cáncer sociopolítico” que crece incontenible en un país pandémico y oscuro.

Ellos y ellas saben que destituir gobernantes es como cambiar al administrador de la finca llamada Guatemala para no cambiar nada. Y los movimientos destituyentes del año 2015 les confirman en esta certeza. Por ello, con sus propios lenguajes y métodos, colocan progresivamente en el imaginario colectivo de Guatemala la pregunta de: ¿Por qué Guatemala debe ser una finca? ¿Por qué no puede ser un país soberano?.

Ollantay Itzamná. Defensor latinoamericano de los Derechos de la Madre Tierra y Derechos Humanos

Blog del autor: https://ollantayitzamna.com/

@JubenalQ

Fuente de la Información: https://rebelion.org/cuando-las-y-los-plebeyos-claman-un-proceso-constituyente-plurinacional/

 

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Ecuador, ante una falsa disyuntiva de progresismo o agenda indígena

Ecuador, ante una falsa disyuntiva de progresismo o agenda indígena

Ollantay Itzamaná

En el programa de gobierno de Yaku Pérez nada de esta agenda aparece. Aunque Ud. no lo crea. Revise Ud. dicho programa de gobierno. Mínimamente, en un Estado criollo mestizo neoliberal, un candidato indígena de un movimiento indígena como PACHAKUTIK, debería proponer, aunque sea como retórica, la urgente necesidad de hacer cambios estructurales a nivel del Estado, mediante cambios sustanciales a su ordenamiento jurídico. Pero, en el caso mencionado no existe ello.

Según resultados de las elecciones generales del pasado domingo, 7 de febrero, los pueblos del Ecuador deberán volver a las urnas el próximo 11 de abril (el mismo día de las elecciones generales del Perú) para definir, en segunda vuelta, al nuevo Presidente y Vicepresidente del país: Arauz-Rabascall (UNES) o Yaku Pérez- Virna Cedeño (PACHAKUTIK). El primero se proclama progresista, el segundo, eco comunitarista.

Bajo las paraguas del término progresismo se categorizan a las diferentes tendencias ideológico políticas que en las últimas décadas emergieron, fueron y son gobierno en algunos países de Abya Yala. Sus apuestas son: post neoliberalismo vía revisión de contratos de privatizaciones y fortalecimiento de los estados, redistribución social de excedentes económicos, repulsa a la presencia imperial norteamericana en la región, y apuesta por la integración regional. Esta es, según las promesas, la apuesta del binomio Arauz-Rabascall (Moreno fue elegido también con la misma promesa, pero terminó haciendo lo contrario).

La propuesta del binomio Pérez-Cedeño, con aura de ecología, comunitarismo, espiritualidad hídrica, etc., promete revisar contratos de privatizaciones aunque no menciona nacionalización alguna. Promete dejar bajo tierra los yacimientos mineros e hidrocarburíferos para preservar ecosistemas y cuencas hídricas, pero no explica de dónde sacará dinero para reflotar la economía del país. Promete crear centenares de miles de nuevos empleos, aunque no se conoce si lo hará mediante nuevas empresas estatales o esperará la bondad de la inversión privada…

En los discursos y actitudes, hasta el momento, queda claro que Arauz, quien no recoge, ni representa la agenda de los pueblos indígenas, es evidente y consecuente con sus apuestas. Aunque nadie sabe si hará lo mismo que Lenin Moreno.

Yaku Pérez, ideológicamente es bastante “misterioso”. Aunque confesó públicamente que para Ecuador prefería un gobierno de un banquero (Guillermo Lasso) que de un progresista/correísta. Ataca sin reservas al Presidente Maduro y al proceso venezolano, y toda la lucha anti imperial que Venezuela representa. Apoyó, junto integrantes de su actual equipo, el Golpe de Estado y al gobierno de facto en Bolivia… Incluso en vísperas de las elecciones últimas, el banquero Guillermo Lasso (actualmente ubicado en tercer lugar en los resultados electorales) declaró que si Pérez pasaba a la segunda vuelta no dudaría en apoyarlo para evitar que el progresismo vuelva a Ecuador.

¿Yaku Pérez representa la agenda política de los pueblos de Ecuador?

Los cerca de 14 pueblos originarios que cohabitan en Ecuador, que según censo oficial representan cerca del 7% de la población total del país, se encuentran en su gran mayoría en situación de empobrecimiento y miseria material, invadidos y agredidos violentamente por los agentes neoliberales.

Estos pueblos no viven de la “idílica” idea de “dejar los bienes comunes bajo tierra” (para que mañana los nuevos dueños la saqueen) Para asistirlos materialmente, y con urgencia, el Estado necesita (nos guste o no) dinero. Los pueblos originarios no estamos en contra del uso/aprovechamiento de los bienes de la Madre Tierra. Estamos en contra del extractivismo neoliberal que se lleva la riqueza y nos deja miseria y contaminación.

Nuestra agenda/aspiración como pueblos originarios, por nuestra situación subalterna, es esencialmente sociopolítica. Por tanto, la demanda de la restitución de los territorios ancestrales y la autodeterminación en nuestros territorios es esencial. Si una lucha indígena no contempla esta demanda central, simplemente no es una agenda de los pueblos, quizás podrá ser folclorismo multiculturalista. Pero no una agenda política indígena.

La autodeterminación de los pueblos originarios necesariamente exigen redefinir o repensar los estados bicentenarios en Abya Yala. Imposible ejercer autodeterminación indígena en estados centralistas, o estados naciones criollos.

En la Constitución Política del Ecuador se incorporó la declaratoria de Estado plurinacional pero sin la autodeterminación de los pueblos. Por eso esa plurinacionalidad, confundida con la interculturalidad, no pasó de ser una declaración durante el gobierno progresista. Las autonomías garantizarán, en buena medida, que los pueblos, por su voluntad, emprendan sus destinos hacia el añorado bienestar colectivo.

En el programa de gobierno de Yaku Pérez nada de esta agenda aparece. Aunque Ud. no lo crea. Revise Ud. dicho programa de gobierno. Mínimamente, en un Estado criollo mestizo neoliberal, un candidato indígena de un movimiento indígena como PACHAKUTIK, debería proponer, aunque sea como retórica, la urgente necesidad de hacer cambios estructurales a nivel del Estado, mediante cambios sustanciales a su ordenamiento jurídico. Pero, en el caso mencionado no existe ello.

Más al contrario, Yaku propone que todos los bienes de la Madre Tierra sean reservados bajo tierra para que los agentes capitalistas, mañana, en su cuarta ola de invasión planetaria, lo saqueen. ¡Estamos cansados de ser los empobrecidos guardianes de los “recursos naturales” para que capitalistas de mañana nos expulsen o asesinen para saquear dichos bienes.

Esta rápida mirada al programa de Yaku Pérez nos indica que la “narrativa” eco comunitarista del candidato presidencial de PACHAKUTIK no es más que un “Caballo de Troya” que, ahora, los neoliberales traen hacia Ecuador para endilgar/distraer/desmovilizar a los pueblos originarios que luchan por su emancipación como pueblos. Y lo hacen mediante sus agentes de cooperación internacional y sus muletillas discursivas Pachamama fashion o neoindígena fashion.

Lamentable decirlo, pero, después del Golpe de Estado en Bolivia, seguido de masacres indígenas, alentado y apoyado por muchos ambientalistas, ecologistas, feministas, neoindigenistas, ecocomunitarios, imposible tragarse el “trago amargo” que nos quieren hacer beber los emisarios del Caballo de Troya en Abya Yala

Fuente de la Información: https://ollantayitzamna.com/2021/02/10/ecuador-ante-una-falsa-disyuntiva-de-progresismo-o-agenda-indigena

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La titulocracia y desafíos de la decolonialidad

La titulocracia y desafíos de la decolonialidad

Ollantay Itzamná

(En la imagen: Autoridades comunitarias. Cusco)

Todas las civilizaciones generaron y gestionaron sus conocimientos y tecnologías buscando mejorar sus condiciones de vida y acrecentar su poder. En el mundo occidental, durante la Edad Media, surgió la Escolástica que dio origen a lo que actualmente conocemos como universidades, y desde allí se cualificó y dosificó el conocimiento acreditado en cartones (títulos). Cartones que a su vez ascendían socioculturalmente a sus poseedores más que los títulos nobiliarios de Duque, Marqués, Conde, Vizconde, Barón…

Durante la civilización moderna, las universidades se constituyeron en los nuevos “templos” del saber científico, en base a las verdades que creían algunos varones del norte de Europa. A esto llamaron ilustración (y al resto de conocimientos los llamaron ignorancia). En ese entonces, ser “universitario” era como ser “escolástico elegido por Dios” en la Edad Media.

Siglos después, devino el fordismo (Siglo XX) que consistía en especializar, capacitar, a los universitarios para diseñar/generar productos para el mercado, generar más ganancias económicas, y así acumular más riqueza para las élites….Y llegamos al libre mercado neoliberal… donde hay más universidades que mercados de abasto… donde los títulos universitarios se compran y venden como cualquier producto… ¡Donde es más fácil y barato conseguir un título universitario que comprarse una mula o un terreno para cultivar!

En este planeta convertido en mercado el problema no es comprar o vender los títulos académicos (los títulos nobiliarios también eran de compra venta en el medioevo) El asunto está que quienes poseen dichos títulos académicos tienen una falsa conciencia de ser “seres superiores al resto de los no titulados”. Creen y ejercen poder, aunque sin mayor autoridad cultural, amparados en el cartón universitario para buscar sus medios de vida.

(Autoridades Aymaras)

Es más, esa falsa consciencia del poseedor del cartón universitario se legitima en alguna medida en la “expectativa social” de la familia, comunidad o sociedad que creen que los “títulos universitarios son vehículos automáticos de ascenso socioeconómico personal y familiar”. ¡Y no existe mayor autoengaño que éste en un libre mercado de títulos con mercados laborales cerrados!

Un detalle más. Así como el cartón universitario no hace a su poseedor más erudito o más capacitado para sobrevivir en un Planeta crítico, tampoco le hace más honesto o ético que al resto. ¡Los o las tituladas no son mejores gobernantes/autoridades, mejores administradores públicos, o mejores cuidadores de la Madre Tierra, sólo por portar un cartón! Veamos las nefastas historias políticas actuales de Abya Yala.

¿Cuáles son los desafíos de la decolonialidad desde las y los académicos?

(Niño agricultor)

Desescriturarse. Grandes son los esfuerzos teóricos que realizan las y los académicos sobre procesos de colonialidad y decolonialidad. Sin embargo, mientras sigan utilizando como la única fuente/depósito de conocimiento cualificado la “fuete escrita”, se seguirá afianzando la condición de colonialidad.

Ni los libros, ni los papers, determinan, ahora, la dinámica del mundo real. Es más, lo escrito, como depósito y vehículo, sucumbió frente a la omnipresencia de lo audiovisual. El mundo actual se guía/mueve por verdades que están fuera de los textos escritos. La decolonialidad debe beber de otras fuentes, utilizar otros canales…

Destitularse. Durante la escolástica y la modernidad reciente, las verdades dichas por sus autores tenía autoridad y valor en la medida que éstos acreditaban títulos académicos. Así nació la “tradición suareciana” que consiste en nombrar/presentar los muchos títulos del expositor académico antes que diserte con sus pocas verdades.

El o la decolonial, ante las evidencias del desvanecimiento de la autoridad de los títulos académicos, está llamado a “omitir” presentarse respaldándose en sus títulos. No sólo porque esa presentación o respaldo en sus títulos académicos afianza la condición de “colonialidad ontológica” de su auditorio (que se siente nada en su ser y saber ante el PHD o Lic.) sino porque a mayor grado o años en las universidades occidentalizadas mayores y más profundas son los procesos de colonización en uno o una.

Con los títulos de las universidades occidentalizadas imposible desoccidentalizar o decolonizar el mundo. Los contenidos curriculares y la acreditación occidentalizada están hechos para hacer sostenible la dominación de la humanidad y la demolición de la Madre Tierra.

Volver a la Tierra. Otro de los mitos que instaló la academia occidental fue y es: “Cuanto más títulos y profesional seas, más lejos debes estar de entrar en contacto con la tierra”. Es decir, la academia fue y es esencialmente descampesinación de la humanidad. Veamos caso Cuba, por ejemplo.

Claro, se consiguen los títulos académicos para generar mejores y rápidos ingresos económicos sin mayor esfuerzo físico. Ésta es una ilusión socialmente compartida. El agricultor suele inculcar a su hijo: “Para que no seas como yo, estudia para que seas alguien en la vida”. Pero, ¿eso nos garantiza plenitud? ¿Por qué tanto el miedo a la muerte que es una compañera que nos devuelve a la Tierra, nuestro origen y destino?

Vino la pandemia de COVID19 y nos confirmó el error mortal de la academia occidental y occidentalizada. ¡Las familias campesinas sobrevivieron sin mayores ansias y sufrimientos al encierro planetario! Si no somos capaces de cultivar nuestra propia comida, por más títulos/dinero que poseamos, morimos atrapados en el miedo de encontrar al virus en el otro que nos provee comida.

Hacer comunidad. Así como es contradictorio intentar decolonizarnos u decolonizar recitando únicamente “escritos de autores”, reiterando o amparándonos en nuestros títulos académicos, o alejados de nuestra identidad Tierra, también es y será difícil la decolonialidad desde el individualismo metodológico.

Fuente de la Información: https://ollantayitzamna.com/2021/01/02/la-titulocracia-y-desafios-de-la-decolonialidad/#more-1896

 

 

 

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