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Argentina: En defensa de la universidad, por salarios y presupuesto: día de paro y visibilización

El plan de lucha va a continuar y se comienza a preparar una gran marcha universitaria para abril, señalan docentes, no docentes y estudiantes.

Gremios y la federación de estudiantes realizaron este jueves una conferencia de prensa frente a la sede del Rectorado de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), en una jornada de paro dispuesta por el Frente Sindical de las Universidades Nacionales. A modo de visibilización de la protesta, instalaron bancos y banderas en la explanada del histórico edificio de bulevar Pellegrini 2750.

El Frente Sindical de las Universidades Nacionales es un espacio que forman a nivel nacional los gremios Fedun, Conadu, Conadu Histórica, Fagdut, UDA, Ctera y los No Docentes nucleados en Fatun. Llevó a cabo esta medida de fuerza ante «la profunda crisis salarial y presupuestaria que exige una respuesta de unidad estratégica con un plan de acción nacional que encauce el malestar, los reclamos y sea eficaz para lograr los objetivos».

«La convocatoria fue realizada en defensa de la universidad pública y gratuita, por la inmediata actualización del presupuesto universitario -dado que ahora estamos funcionando con un presupuesto reconducido de 2023- y la recuperación de los salarios», detalló Claudia Baigorria, secretaria general de CTA Autónoma Provincia de Santa Fe.

En Santa Fe, adhirieron los gremios Adul y Apul. La novedad también estuvo dada porque unieron fuerzas no sólo los sindicatos (estaban referentes enrolados en la CGT y en la CTA Autónoma) sino también con los estudiantes de la FUL. «El acatamiento al paro es de un 90%, y solo se conservaron guardias mínimas cuidando el patrimonio universitario», dijo Baigorria.

Reuniones infructuosas

Hasta el momento hubo dos reuniones con los gremios universitarios. La propuesta nacional fue un incremento salarial del 16% a cobrarse con el salario de febrero. El problema es que esa oferta absorbería un 10% de acuerdos paritarios precedentes. Por lo que los sindicatos aducen que el aumento 2024 sería sólo de 6 puntos, y rechazaron la oferta.

Norberto Cabanas, secretario gremial de UDA -designado como paritario universitario nacional- explicó que «el paro es en demanda especialmente de aumento salarial, que es el tema urgente. Pero también por mayor financiamiento para la educación y especialmente para el sector universitario, que hoy en día está funcionando con un presupuesto prorrogado, con valores nominales de hace un año. A este ritmo, podemos decir que en uno o dos meses más, las universidades nacionales ya no contarán con más fondos como para poder funcionar. Y cuando hablo de funcionar, me refiero a ni siquiera abrir sus puertas».

Al  respecto, Baigorria aportó: «Hay un retraso, una pérdida del poder adquisitivo de los salarios que en tres meses es más del 50% para los trabajadores docentes y no docentes. También la medida es en defensa de los puestos de trabajo y por jubilaciones dignas, por la restitución inmediata del Fonid a los compañeros y compañeras docentes de las escuelas preuniversitarias, que ven recortada esa parte del salario tan importante. Y por supuesto, por la inmediata derogación del DNU 70-2023 del gobierno nacional».

Más acciones

La semana que viene se vuelve a reunir el día martes el Frente Nacional de Sindicatos Docentes y No Docentes de las Universidades Nacionales. También va a haber un encuentro con la Federación Universitaria de los Estudiantes (FUA), para ver cómo continuar. Se analiza la realización de un nuevo paro de 48 horas con fecha a definir y la construcción de una «gran marcha universitaria» para el mes de abril.

Oscar Vallejos, secretario adjunto de Adul, indicó que la jornada de paro tuvo el propósito de manifestar dos conflictos fundamentales que atraviesan a la universidad pública: «Por un lado, la crisis salarial que quienes trabajamos en la universidad estamos sosteniendo. No estamos pidiendo aumento, lo que estamos diciendo es que necesitamos recomponer el salario acorde a los procesos inflacionarios. Y por otro lado, la situación de la crisis presupuestaria que atraviesa la universidad y que también afecta las condiciones de trabajo de la docencia y pone en crisis la posibilidad misma de que la universidad esté abierta».

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Argentina: Las universidades públicas del país van al paro

Este jueves pararán las federaciones de trabajadores de los claustros docentes y no docentes de las universidades públicas nacionales. La medida es respuesta a los fuertes recortes presupuestarios por parte del gobierno de Javier Milei. En Paraná se realizará una radio abierta para visibilizar el conflicto, confirmó a AIM la secretaria general del Sindicato de Trabajadores de la Docencia Universitaria (Sitradu), Sofía Cáceres Sforza.

El paro “será muy importante, porque hace mucho tiempo que no había uno de todos los gremios y sindicatos de la docencia universitaria al que se plegaron, también, los no docentes”, indicó a esta Agencia Cáceres Sforza.

En ese sentido, la politóloga señaló que la medida “responde a la situación de emergencia y de crisis que está atravesando la universidad pública, donde aún seguimos sin respuestas en relación no sólo a lo salarial, sino, también, a lo presupuestario”.

En ese marco, confirmó que, en la capital entrerriana, como en otros puntos del país, habrá actividades, por lo que se realizará una radio abierta.

Plan de lucha
El viernes en el Congreso de la Federación Nacional de Docentes Universitarios Histórica (Conaduh) en Buenos Aires “se discutirá cómo viene la situación y la necesidad de construir un plan de lucha que efectivamente dé respuesta a la crisis y emergencia que tiene la universidad pública”.

https://www.aimdigital.com.ar/politica/las-universidades-pblicas-del-pas-van-al-paro.htm

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Un grupo de 68 premios Nobel advierte de que la ciencia argentina “se acerca al precipicio” por los recortes de Milei

El Gobierno responde que sólo financiará investigaciones que aporten “un beneficio directo a la sociedad”

El Conicet es el principal organismo de investigación científica de Argentina. Es además el más prestigioso de América Latina, según el ránking Scimago que evalúa a casi un centenar de instituciones del continente. Pero el trabajo de los más de 20.000 investigadores y becarios que lo integran está en riesgo por el recorte de fondos públicos aplicado por Javier Milei. Ajeno a las críticas de la comunidad científica local, el presidente argentino ha debido responder esta semana a las que han llegado desde el exterior.

“El sistema científico argentino se acerca al precipicio”, denuncian 68 premios Nobel en una dura carta dirigida este miércoles a Milei. “Vemos con preocupación la eliminación del Ministerio de Ciencia y Tecnología, el despido de empleados administrativos del Conicet y otros institutos en todo el país, y la terminación anticipada de muchos contratos el próximo mes. Tememos que Argentina esté abandonando a sus científicos, estudiantes y futuros líderes de la ciencia”, subrayan los firmantes, entre quienes figuran referentes mundiales en los campos de Medicina, Química, Física y Economía.

El organismo trabaja desde enero con el mismo presupuesto que en 2023, lo que significa que en términos reales dispone de sólo un tercio de los fondos que tenía el año pasado. El motivo es la inflación: mantener el presupuesto inalterado supondría un pequeño ajuste en las cuentas de una institución de los países vecinos —Brasil cerró el año pasado con un aumento de precios del 4,62%; Chile, del 11,9%; Uruguay, del 5,1%; Bolivia, 2,12%—, pero en Argentina, con una inflación desbocada del 211,4% en 2023, supone una catástrofe.

En el mensaje a Milei, los científicos internacionales destacan que el progreso económico y social en las sociedades modernas está estrechamente vinculado a una fuerte inversión pública en ciencia y tecnología y enumeran descubrimientos argentinos con influencia mundial, como aquellos vinculados a las causas y tratamientos del cáncer, la diabetes y enfermedades cardiovasculares.

El Gobierno de Milei ha expresado su “sorpresa” por la carta, pero mantiene la decisión de redirigir recursos y limitarlos a sólo algunas áreas prioritarias. “No se va a financiar la ciencia que no aporta un beneficio directo a la sociedad”, ha declarado este jueves el portavoz presidencial, Manuel Adorni. El portavoz ha pedido que se entienda que “Argentina es un país empobrecido, con la mitad de su gente viviendo por debajo de la línea de pobreza” y por eso el esfuerzo del Conicet debe dirigirse hacia “desarrollo de la bioeconomía o en la inteligencia artificial aplicada a la medicina y no en gastar tiempo y recursos en investigaciones de dudosa utilidad, como la que abordaba la orientación sexual de Batman”.

La viróloga Andrea Gamarnik critica las contradicciones de un gobierno que cuestiona ciertas investigaciones por inútiles, pero tampoco entrega fondos para las demás. “Nuestro grupo estudia al dengue, de gran utilidad para los argentinos y para el mundo. Sin embargo no otorgan becas para esto y no podemos comprar insumos desde diciembre”, ha denunciado Gamarnik en las redes. Para el químico especializado en nanotecnología Galo Soler Illia supone un gran error enfocarse en la ciencia “que permite mejoras concretas en la sociedad” porque significa confundir ciencia con aplicaciones cuando son caminos colaborativos: “Sin la teoría de la relatividad general, no hubiera aparecido el GPS 70 años después”.

La campaña de descrédito del Conicet lanzada por Milei comenzó antes de llegar a la Presidencia. Como candidato, cuestionó la productividad de los investigadores y se mostró partidario de cerrar el organismo o privatizarlo. Los ataques continúan ahora, incluso tras haber nombrado al frente a un científico de su confianza, Daniel Salamone, al que definió como “el gran clonador nacional” por su trabajo pionero con Pampa, la primera ternera argentina obtenida por clonado de célula fetal.

“A pesar de que en 20 años se ha triplicado la cantidad de investigadores en el Conicet, Argentina está sexto en el ránking de innovación de Latinoamérica por detrás de Brasil, Chile, México, Colombia y Uruguay”, argumentó Adorni. El índice al que hace referencia mide la innovación de toda la economía, no de la ciencia.

Fuga de cerebros

El Conicet fue creado en 1958 y tuvo como primer presidente al Nobel de Medicina Bernardo A. Houssay. En las últimas décadas, las sucesivas crisis económicas del país han golpeado la investigación científica y la inversión en este ámbito ha sufrido altibajos. En los noventa, por ejemplo, durante el Gobierno del peronista liberal Carlos Menem, hubo reducciones presupuestarias y cierres de centros e institutos, además de un éxodo de investigadores. Fue en esos años que el ministro de Economía, Domingo Cavallo, mandó a una científica del Conicet que reclamaba mejoras salariales a “lavar los platos”.

Con el kirchnerismo, el discurso cambió, aumentó la inversión y el número de investigadores pasó de 3.500 a más de 10.000. Pero desde la crisis económica de 2018, los salarios han sido cada vez más bajos y la estocada de Milei ha acelerado una fuga de cerebros que había empezado ya antes.

“Todos los doctorandos a mi alrededor están pidiendo recomendaciones y buscando becas para irse a otro lado”, asegura la socióloga e investigadora del Conicet Mariana Luzzi. Desde distintas áreas del Conicet confirman los movimientos para seguir las carreras científicas en el exterior.

La biotecnóloga Sandra Pitta afirma que “siempre fue difícil hacer ciencia en Argentina”, pero ahora “se visibiliza más y todo el sistema científico está en estado de incertidumbre”. Uno de los mayores problemas, apunta, es la falta de designación del titular de la Agencia nacional de promoción de la I+D+i. Cientos de proyectos dependen de una firma y, cuanto más se retrase, más se habrán encogido los presupuestos por la inflación. Pitta, una de las científicas más críticas en público con la gestión kirchnerista, cree que es necesario mejorar el Conicet, despolitizarlo y dejar atrás la mirada de “una ciencia estatista reacia al mundo productivo”, pero en ningún caso desfinanciarlo.

La Confederación de Sociedades Científicas de España (Cosce), que agrupa a 89 sociedades formadas por más de 40.000 científicos y científicas de ese país, también se ha sumado a las voces contra el recorte del gasto en ciencia de Milei. La Cosce sostiene que la pandemia de covid fue la más reciente constatación de que los países que no invierten en ciencia no tienen futuro. A través de un comunicado, los científicos españoles han pedido que se reviertan todas las medidas que están ahogando el sistema argentino de ciencia y tecnología: “De no hacerse, tendrá consecuencias nefastas y probablemente irreparables para el desarrollo y la prosperidad de Argentina”. Milei por ahora desoye todos los llamados.

Fuente: https://elpais.com/argentina/2024-03-08/un-grupo-de-68-premios-nobel-advierte-de-que-la-ciencia-argentina-se-acerca-al-precipicio-por-los-recortes-de-milei.html?outputType=amp#amp_tf=De%20%251%24s&aoh=17099469493135&referrer=https%3A%2F%2Fwww.google.com

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Del sentido común, la educación y el ambiente

 «La población general no sabe lo que está
ocurriendo, ni siquiera sabe que no lo sabe».
Noam Chomsky

                                                                       “La revolución tendrá que ser en defensa de la tierra o
no habrá donde hacerla”.
Graffiti urbano.

Resulta una perogruyada a esta altura recordar que en la cadena de transmisión del conocimiento que la sociedad genera y divulga específicamente a través de la educación institucionalizada los educadores -docentes- reconocidos agentes de esa transmisión ejercen (de hecho, pero cada vez menos conscientemente, parece) un rol determinante en la conformación de la conciencia ciudadana y de una determinada configuración de la visión del mundo y la realidad (aunque esta última, de un tiempo a esta parte, haya sido secuestrada por los medios,).

Ese rol, estratégico por cierto, en términos del devenir histórico posible, parece omitido en la conciencia del colectivo educador en el presente neoliberal y desestructurante que caracteriza el momento actual, muy sintomáticamente en Argentina donde claramente “todo apunta a que, a no mucho tardar, ni el mercado ni el Estado podrán garantizar ya de forma general los servicios prometidos por el progreso que suponemos derechos irreversibles —por limitados que ahora puedan parecernos— en educación, salud, pensiones y dependencia, y no podemos saber hasta qué punto podrá cumplir mínimos decentes en alimentación, en energía, en mantenimiento de las infraestructuras o en orden público y defensa”[1].

El modelo de desarrollo ha atacado las fuentes mismas de la vida y con ello anula la posibilidad de cualquier mejora en todos los ámbitos de la existencia. “Ningún sistema puede funcionar con su fuente de alimentación deteriorada”. (Vilar, ob.cit); pero en Argentina prevalece, incluso en sectores progres, el mito de que esa fuente aun goza de buena salud y de que “arreglando la economía arreglaremos todo” como escuche decir a un joven alfabetizado e ignorante fan del anarco libertarismo.

¿Se puede ser alfabeto o profesional e ignorante a la vez? Definitivamente sí! Y es que la ignorancia  que resta, en términos de otorgar sentidos a la vida, no es aquella que denota iletradismo o carencia de “cultura”, sino aquella que extravió el sentido común mas humano. Ese que la educación debería, de mínima, garantizar. Necesitamos menos especialistas y mas buenas personas.

Si algo es evidente que como humanos hemos perdido, es precisamente el sentido común, esa intuición capaz de ordenar las capturas de los sentidos externos sin mucho reflexionar, y rápidamente adoptar, frente a un hecho pasado, presente o potencial una postura u opinión. Y digo hemos perdido porque si bien el sentido común es desde siempre moldeado por los contextos socioculturales, de un tiempo a esta parte ese moldeado ha mutado en manipulación y esa capacidad  ese “don natural” para discriminar desde cierta ética mínima lo bueno de lo malo, lo sano de lo insano, la bondad de la maldad, lo justo de lo injusto, lo prudente de lo imprudente, lo verdadero de lo falso empíricamente hablando, en fin lo razonable de lo insensato, se ha degradado y con ello la propia naturaleza humana, única presuntamente capaz de dirimir entre estos opuestos. Y por ello, aun cuando el sentido común fuese moldeado históricamente por cada cultura y aceptara o convalidara hechos o prácticas aberrantes e injustas prevalecía detrás una razón/explicación cultural (religiosa o mítica) que en general era aceptada por la totalidad del grupo social, incluso aunque no siempre desde luego, por aquellos que eran victimas de esa costumbres.

Ocurre que esta situación ya no se da y la humanidad actual actúa su existencia social y ecológica en la mayor ignorancia sin marcos culturales ordenadores del sentido común, en un caos ético o directamente en ausencia de ética alguna. Sin compromiso y solidaridad con el o los colectivos a los que pertenece, sus propios congéneres y mucho menos con “les otres” especies vivas.

No es solo desestructuración cultural sino insensibilidad suprema que convierte a la especie humana  en agente de destrucción de la vida. La guerra como práctica naturalizada, la naturalización de la pobreza y la marginalidad, de la explotación infantil y la trata de personas, la tortura, el maltrato a los animales y la destrucción de ecosistemas son ejemplos cotidianos del extravío en que ha caído el sentido común, colonizado por pulsiones de muerte naturalizadas bajo la cortísima historia del  capitalismo.

El punto es que la educación, la que se practica cotidianamente en las instituciones, allí donde (además de alfabetizarse) se modelan, presuntamente, la razón, la sensibilidad y el sentido común de los ciudadanos, lejos de contrarrestar esta cultura tanática – cultivada perversamente en el marco de las configuraciones socioeconómicas antropocentradas que objetualizaron la naturaleza e instrumentalizaron la vida-, estimula aquella y estas, por acción u omisión. La educación hermanada con la ciencia que es su referente principal, aportan fantásticos  conocimientos a la ciudadanía, mismos que pueden ser utilizados y puestos al servicio de la (pulsión de) vida o la (pulsión de) muerte, sin embargo lo cierto es que ni ciencia ni educación centran su interés y su propósito en orientar el sentido común hacia la valoración de la vida y por omitir tal fundamental componente político, contribuyen en sentido contrario, abandonando de hecho al ciudadano a la influencia de ese otro gran y hegemonizante formador del sentido común que son los medios, las redes y el algoritmo, no casualmente sino estratégicamente dominados por el poder.

La pregunta es ¿puede, todavía, la educación hacer su aporte en sentido contrario? No la educación en abstracto, ni su institucionalidad burocrática que inevitablemente serán expresión del modelo social, pero sus actores o una parte de ellos, en los escenarios educativos concretos subvirtiendo el sentido instituido?

Para re-educar y recuperar o restaurar aquel sentido común capaz de privilegiar la vida, ante todo conviene preguntarnos y responder con toda franqueza una pregunta olvidada (e independientemente de que el currículum lo mencione de alguna manera en algún lugar….) ¿educamos para…? ¿Sabrán (sabremos) esos actores hacer honor al lugar en que los coloca la historia?

Y consecuentemente proponer un “otro” Programa educativo orientado y puesto al servicio de un propósito reconstitutivo imperativo, lo cual supone recrear escenarios concretos de reproducción de vida sin importar el tamaño ni el contexto. No alcanza ya con disputar la interpretación de nuestra identidad e historia colectivas, la lucha por la emancipación requiere “asumir el carácter político del hecho educativo, en la medida en que hay no solo un orden educativo que transformar sino un orden social a ser reinventado”.[2] Proponer escenas de aprendizaje donde los valores regidores de la práctica sean la cooperación, la solidaridad, la austeridad, la dignidad, la diversidad y la tolerancia y el principal objetivo del aprendizaje la recreación de saberes y la formación de capacidades para autosatisfacer las necesidades fundamentales de la vida. Capacidades para recuperar soberanía sobre nuestras asociadas y colectivas necesidades vitales, sobre nuestros cuerpos, para abandonar la dependencia de “la maquina” y de un sistema que nos ha convertido en seres llenos de información pero vacíos de saberes elementales, sometidos a la tiranía urbana de tener que recurrir al servicio mercanitilizado para todo porque lo cierto es que la educación realmente existente no enseña a comer, a consumir, a cultivar, a cooperar, a valorar, a usar racionalmente el agua, la energía, ni a cuidar la naturaleza, ni a querer y valorar a los otros seres con los que compartimos el mundo, tampoco enseña a considerar el derecho de las generaciones venideras pues nada apunta en la educación a proteger la capacidad de la tierra de proveer bienes necesarios para la vida de una población creciente y futura. Producción de alimentos sanos (sin venenos), conservación y restauración de ecosistemas autóctonos, erradicación de especies exóticas, reformulación de las ciudades, cuidado del mar, preservación de la calidad del aire, reconocimiento de derechos de comunidades ancestrales prexistentes, son entre muchas otras, ausencias en la enseñanza instituida. En lugar de estos, la escuela incluye la educacion financiera, la formación emocional y la inteligencia artificial, se abandonan la filosofía y la historia y se refuerzan las matemáticas, la informática y la tecnología, y como correlato trágico de este mirar umbilicadamente solo el universo creado por el humano, en los medios ya aparecen ofertas tales como turismo de ultima oportunidad, una forma mas de mercantilización (gentrificación de la naturaleza?) ahora, de la extinción, a la que la misma propuesta contribuye llevando miles de turistas a visitar zonas y especies en peligro o en la certeza de desaparecer.

La ciudad como hecho cultural y material paradigmático del capitalismo y en tanto conflicto ecosocial y ambiental no es materia de reflexión alguna en ningún momento ni espacio educativo, siendo tal vez el principal componente de la crisis ecológica y psicosocial. Mucho menos es problematizado el uso del dinero o la oposición entre competencia y cooperación que podría abrir una revisita critica a las nociones de valor de uso y valor de cambio para ver que otras relaciones sociales fueron y son posibles e incluso rever la noción de competencia, falsamente legitimada como la fuerza del progreso y la evolución.

La pregunta es pertinente ¿desde los sectores educativos que reivindican otra sociedad posible, no hay nada que decir y hacer al respecto? O es que siguen creyendo posible cambiar la sociedad con el mismo manual que fue destruida?

Si algo debería hacerse desde la escuela en el momento actual (y promoverse desde la educación en cada organización social, religiosa, deportiva o cultural) es suscribir este mandato imperativo que el valor de la vida nos impone como especie: contribuyendo a rescatar la vida, la igualdad, la compasión, la dignidad, el derecho al futuro; poniendo todo el conocimiento que heredamos, supimos y podemos generar al servicio de rescatar-nos del colapso y recuperar nuestros mejores y mas amorosos valores, haciendo vida mediante practicas contraculturales, subvirtiendo el sentido común impuesto por la hegemonía cultural del productivismo capitalista. Incluyendo todo el conocimiento y todos los sujetos excluidos.

Esos actores sociales tan importantes que son los trabajadores de la educación, ¿van a seguir apenas defendiendo el piso mínimo (casi obsoleto) de su estratégico rol social y cultural (solo el salario y el trabajo) y reivindicando, aunque con todo derecho por cierto, la contención social que siempre ofrecen por fuera de su compromiso instituido, cada vez que todo se va a la mierda, y la inclusión sin horizonte, pero sin ir mas allá, sin desobedecer las reglas del Programa, sin asumir la inutilidad del mismo en el marco de destrucción presente, es decir sin proponer nada nuevo, diferente y contracultural?

Hemos superado la etapa en que aun era plausible (?) confiar en una transformación posible de la relación humanidad naturaleza dentro del esquema de las relaciones de producción capitalistas. Confianza que en rigor solo era atribuible a la fuerza cooptadora del discurso universalista que sobre todo desde foros internacionales suavizaban los datos de la crisis ecosocial, invisibilizan las realidades locales en cada territorio y reciclan constantemente las esperanzas en un posible cambio de conciencia en poblaciones, gobiernos y empresarios que fructificara en el cambio necesario.

La UNESCO se ha dedicado a este ejercicio de dilación desde hace décadas, la Carta de la Tierra mas allá de sus poéticas expresiones de principios, parece haber devenido en ONG que subsiste de cobrar sus cándidas propuestas de capacitación, que sigue difundiendo mas en ingles que en español. La Internacional de la Educación y su versión latinoamericana no agendan la crisis ecosocial entre sus prioridades políticas y tampoco sus sindicatos adheridos. Todo este tímido por no decir condescendiente posicionamiento, a contribuido a reciclar permanentemente la ilusión de que dentro del statu-quo capitalista siglo XXI tendremos gracias a la tecnociencia y a un presunto cambio de actitud social frente, sobre todo, a las consecuencias del Cambio Climático (devenido central pero en modo alguno único aspecto de la crisis ambiental) sera posible superar esta etapa crítica y encaminar el desarrollo hacia la sustentabilidad; dos conceptos a esta altura vaciados de todo significado.

Como complemento el sistema de educación pública, y en particular todos sus actores, se resisten a acusar recibo de esta realidad que en buena medida termina de sepultarlos bajo la obsolescencia que ya le impuso la tecnología de la información y comunicación. Cada vez mas lejos de ofrecer emancipación alguna el sistema educativo, incapaz de autocrítica, lastra su verdadero desafío contribuyendo a la inercia generalizada. Las experiencias educativas ambientales, que representan una irrelevante parte de los procesos educativos (contra el desmedido e ingenuo optimismo que generó la sanción de una ley de EA en 2021, sobre lo cual advertimos oportunamente), transitan una superficialidad desinformada exasperante, mientras las que acaso debieran ser mejores opciones, tales las experiencias educativas populares que se referencian en prácticas y teoría Freireana, las autodenominadas populares o aquellas que se dan en contextos de lucha socioambiental, al no cuestionar los fundamentos mismos del sistema educativo y de su edificio curricular, aun cuando incorporan sesgos con enfoques socioterritoriales, de genero, decoloniales, etc. convalidan explícita o tácitamente el modelo social hegemónico y así estiran la ilusión de su posible transformación mediante un ejercicio crítico que le interpela ocacionalmente desde la palabra, pero casi nunca subvierte la practica efectiva y con ella los fundamentos de una concepción educativa epistémicamente sometida y sometedora: no desobedecen, no cuestionan el fondo ni el contenido, apenas la forma mientras el propósito parece no requerir revisión alguna. Moralista y obediente la practica educativa toda parece confirmar lo que Iván Illich temía y vaticinaba hace 50 años (exageradamente en esos años, pero no ahora): que “el sistema escolar de hoy en día desempeña la triple función que ha sido común a las iglesias poderosas a lo largo de la historia. Es simultáneamente el depósito del mito de la sociedad, la institucionalización de las contradicciones de ese mito y el lugar donde ocurre el ritual que reproduce y encubre las disparidades entre el mito y la realidad”.

“Necesitamos la mejor ciencia y el máximo respeto a la verdad. Pero ésto sólo permite conocer el mundo, no transformarlo. Transformarlo es un juego de afectos, pasiones, identidades compartidas, mitos comunes, de alianzas, de intereses y de pericia en el ejercicio del poder. La rebeldía es un estado de ánimo que no se alimenta de ideología ni de conceptos. Es algo que arde en la certeza de sentir que la vida es el máximo don que no se puede desperdiciar. La necesidad histórica del momento es la de dar a luz una forma de producir, consumir, habitar e imaginar un mundo que deje atrás la depredación de la biósfera y adopte los principios de la cooperación y la simbiosis”[3].

Nunca como ahora, frente a la posibilidad cierta del colapso civilizatorio, educación y rebelión fueron nociones tan afines. Frente a la amenaza de disgregación nacional, destrucción cultural y depredación extrema de nuestros bienes comunes, esperamos aún que los actores educativos conscientes de su rol, asuman el papel y el poder que en ello tienen!!!


[1]https://www.15-15-15.org/webzine/2024/02/01/mesorreligion-para-una-accion-intersticial-con-sentido/

[2]Imen Pablo (2022) Pensamiento pedagógico Latinoamericano en prospectiva, en ¿Que docencia para estos Tiempos? CETERA.

[3]https://www.nodal.am/2023/12/el-colapsismo-ecologico-por-nieves-y-miro-fuenzalida/

Fotografía: desinformemonos

Fuente de la información:  https://insurgenciamagisterial.com

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Argentina: el temor es que el descontento se desborde

Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de NODAL. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

Antes de su discurso de apertura de las sesiones legislativas, el ultraderechista presidente argentino Javier Milei argumentó que “mientras el Congreso tenga su composición actual, creemos que es difícil aprobar reformas”, lo que dejó un sabor a que planea gobernar por decreto, pasando por encima de las instituciones.

Milei minimizó el impacto de su ajuste al tratar de despejar las dudas sobre la estabilidad sobre lo que insisten los organismos internacionales: “hay cero posibilidades de que se produzca un levantamiento social, a menos que haya un evento con motivaciones políticas o infiltrados extranjeros».

Durante una semana Argentina vivió una escalada sin precedentes que enfrentó al gobierno de Milei con casi todos los gobernadores, a partir de la retención de fondos de coparticipación de la provincia patagónica Chubut, situación finalmente solucionada por un fallo judicial, pero que sigue latente.

El mandatario provincial Ignacio Torres (de Propuesta Republicana, partido neoliberal aliado de Milei) retrucó que «si para el miércoles no nos quitan la pata de encima, no va a salir un barril más de petróleo de Chubut para la Argentina”.

Pero el choque no se produjo y el petróleo siguió fluyendo: un fallo judicial (de un juez de Rawson, la capital de Chubut) ordenó al Gobierno nacional «cesar con la retención» de los fondos hasta tanto se avance «en una refinanciación de la deuda».

Seguramente ésta no será ni la primera ni la última vez que el Poder Judicial intervenga en este caliente escenario político, El fallo le dio aire a Torres evitando llevar adelante una amenaza que probablemente no quería ni podía cumplir.

Milei, desde la red social de su amigo Elon Musk (al que ya le concedió ingreso a la telefonía satelital y le prometió el litio), había avaldo una discriminatoria publicación que buscaba burlarse de Torres al retratarlo en una foto con los rasgos de una persona con Síndrome de Down.

¿Cuánto odio puede haber en una persona que con sorna tuitea riéndose de un chico con Síndrome de Down? ¿Qué le puede haber pasado a esa persona en la vida para tener tanto odio y resentimiento?», cuestionó Torres. “Esta Argentina no va a salir adelante nunca si subimos a enemigos imaginarios al ring fomentando el odio y el desprecio para correr de la agenda los problemas reales”, respondió el gobernador.

Por su parte, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich no quiso perder protagonismo, tras el fracaso de la idea de un cogobierno con el neoliberal Mauricio Macri e hizo una brutal descalificación a todos los chubutenses. La ministra represora y presidenta del PRO atacó al gobernador y señaló que «En Chubut no vive nadie, hay un millón de guanacos» (un mamífero artiodáctilo de la familia camelidae propia de la Patagonia), disparó la ministra.

Milei insiste en su estrategia provocadora, con el aparente objetivo de que la agenda pública se concentre en nimiedades, en asuntos de orden irrelevante, alejando la opinión pública de los hechos graves que su gestión genera. Su pelea pública con Lali Espósito logró poner del lado de la cantante a gente que ni siquiera conocía sus canciones. Lali no se amedrentó: en el Festival Cosquín Rock dedicó “¿Quiénes son?” a “los mentirosos, los giles, las malas personas, las que no valoran, los antipatria”.

Preocupaciones

En Argentina parece estar en desarrollo un concurso de disparates, en el que va ganando, por mucho, el gobierno mileinista, mientras altos funcionarios estadounidenses y del Fondo Monetario Internacional (FMI) temen que este bombardeo de medidas de ajuste y de otras represivas para calmar el disenso, tenga como final de fiesta un estallido social o la balcanización del país.

Todavía está en la retina de los argentinos el estallido del 2001, corolario de una crisis política, económica, social e institucional, que llevó a la revuelta popular generaliza bajo el lema de “Que se vayan todos”, y causó la renuncia del presidente Fernando de la Rúa, que abandonó la Casa Rosada en helicóptero. Al estallido siguió un período de inestabilidad: cinco personas ejercieron la presidencia en pocos meses.

Apenas días después de su visita al país y sostener una reunión con el mandatario libertario (pero también con militares, empresarios y dirigentes sindicales), la subdirectora gerente del FMI, la economista y académica indio-estadounidense Gita Gopinath, puso reparos a la dolarización que impulsa -al menos de palabra- el presidente Milei, al evaluar y analizar su programa económico.

Si bien trascendieron algunas conversaciones de los estadounidenses y los funcionarios del FMI con políticos locales, empresarios, exportadores, representantes de la banca y de los fondos de inversión atentos a quedarse con las riquezas argentinas que Milei prometió privatizar, poco se supo de las conversaciones con militares, en las que no participó la vicepresidenta Victoria Villarruel, próxima a los mandos castrenses, desde la época de la dictadura cívico-militar genocida.

«Para cualquier régimen cambiario, incluída la dolarización, se necesitan buenas condiciones previas (…) se necesita una cantidad suficiente de reservas y buenos marcos de política macro», señaló Gita Gopinath, tras advertir que «lo que vemos por la experiencia de otros países es que la dolarización no resuelve todos los problemas». «Si no tienes disciplina fiscal, aunque dolarices, puedes acabar teniendo problemas si no eres capaz de controlar, contener tu política fiscal, así que no es una panacea», dijo.

“Confidencial”, un boletín mensual que suele llegar a embajadas extranjeras, señala que la idea de los militares consultados sería la de “intervenir sólo si se produce un levantamiento o estallido social o subversivo”. Lo que preocupa al gobierno estadounidense (y otros europeos) y al FMI es la pauperización y la desestabilización que producen las medidas económicas regresivas del gobierno.

Desde Roma, el papa Francisco envió un mensaje a jueces de la Argentina, en el que aseguró que el Estado «está llamado a ejercer ese papel central de redistribución y justicia social» hoy  «más importante que nunca», al tiempo que alertó por los «modelos deshumanizantes y violentos» y sostuvo que, en los cargos públicos, «no alcanza con la legitimidad de origen».

«Los derechos sociales no son gratuitos. La riqueza para sostenerlos está disponible, pero requiere de decisiones políticas adecuadas, racionales y equitativas”, señaló el Sumno Pontífice católico. Por su parte, el vocero presidencial Manuel Adorni dijo que en el Gobierno a «la palabra del papa Francisco la respetamos y escuchamos», pero señaló que, «con algunas de ellas no estamos de acuerdo y está muy bien que así sea».

Siguiendo con la retahila de disparates libertarios, Adorni sorprendió (a algunos) al anunciar el martes que Milei había mandado a “eliminar el uso del lenguaje inclusivo en el Estado” y todo “lo referente a la perspectiva de género en la administración pública”. 

A veces los sistemas de filtración de información económica que el Gobierno hace a cuentas pagas en la red social X entran en crisis, como sucedió con un mensaje que el propio Milei tuvo que desmentir el preanuncio de una dolarización inminente, con apertura de cepro, feriado bancario y corralito.

Pero el rechazo presidencial no fue por un supuesto contenido falso del envío; Casi todo lo que se mencionó en la cuenta de Emilio Raiden, asesor informal de Milei en materia económica, es tema de conversación no sólo en el Ministerio de Hacienda, sino con las autoridades del FMI y, sobre todo, con el ministro de Economía, Luis Caputo. Pero la data resultaba explosiva para un gobierno que no tiene divisas y está presionado todo el tiempo para volver a devaluar, y que podía adelantar un estallido.

Luis Caputo y Kristalina Georgieva – Foto Twitter

«Perdón, presidente, fue una expresión de deseo», escribió Raiden en su cuenta de X, luego de haber recibido presiones por el revuelo que causó su mensaje. Pero el impacto ya se había producido.

En sus granjas de trolls y bots se trata de crear el imaginario colectivo de que en el gobierno se sienten cómodos en el conflicto, y que retroceder o ceder significaría perder iniciativa, desencantar a su base electoral. Y temen que le licúen su poder en negociaciones donde llevaría las de perder.

Milei quiere perpetuar la imagen del león dispuesto a todo con la lapicera presidencial para compensar todas sus demás debilidades, partiendo de la premisa de que lo que salga bien, será su mérito y lo que no, seguramente la culpa la tenga “la casta”. Esta política aventurera carece de garantía contra fallos y por eso se teme que algún gran conflicto o el descontento social se le vaya de las manos…

*Periodista y comunicólogo uruguayo. Magíster en Integración. Creador y fundador de Telesur. Preside la Fundación para la Integración Latinoamericana (FILA) y dirige el Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)

Fuente de la información e imagen:  https://www.nodal.am

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Argentina: Próxima a cumplir 18 años en vigencia, la Ley de Educación Sexual Integral (ESI) está en riesgo

Por: Celeste del Bianco

Si bien el Decreto de Necesidad y Urgencia y la Ley Ómnibus que impulsó fallidamente el gobierno de Javier Milei no se refieren específicamente a la Ley de Educación Sexual Integral (ESI), el ajuste a las políticas públicas de género y los dichos previos del presidente indican que la aplicación está en peligro. 

La ley exige que todas las escuelas argentinas ofrezcan educación sexual adecuada a la edad para enseñar a los alumnos los “aspectos biológicos, psicológicos, sociales, emocionales y éticos” de la sexualidad, promover “actitudes responsables hacia la sexualidad” y asegurar “la igualdad de trato y de oportunidades entre hombres y mujeres”. En la práctica, los temas abarcados van desde el consentimiento y la anticoncepción hasta la identificación de instancias de abuso sexual y la equidad de género.

A lo largo de los años, la norma tuvo una implementación dispar en las distintas provincias del país según los gobiernos locales, pero se convirtió en una herramienta clave, por ejemplo, para detectar abusos sexuales en la infancia. Según cifras oficiales de la Ciudad de Buenos Aires, en el año 2020 el 80% de los niños, niñas y adolescentes que denunciaron abuso sexual lo hicieron después de tener una clase de ESI en la escuela.

Los datos confirman la necesidad de mantener esta ley: un estudio de Casa FUSA de 2021 realizado en personas de entre 16 y 24 años de las provincias de Salta, Jujuy, Buenos Aires, Córdoba y Río Negro, muestra que la ESI ayudó a identificar y actuar en casos de violencia de género propias o del entorno familiar. También se refleja en el descenso de los embarazos adolescentes. Para el 2021, la tasa de fecundidad adolescente en la Argentina había bajado un 57% con respecto al 2005.

Sin embargo, el presidente Javier Milei la considera parte de “la agenda postmarxista” vinculada a “la destrucción del núcleo social más importante dentro de la sociedad, que es la familiar”. Según el primer mandatario, la ESI, que fue sancionada en 2006, “está vinculada con otras cosas, que tiene que ver con la discusión del ecologismo”.

El desfinanciamiento es una de las vías para que pierda impulso y dependerá de los gobiernos provinciales la calidad de su permanencia. Esta actitud de las máximas autoridades conlleva también la habilitación de discursos violentos que atacan a la ESI en distintos sectores de la sociedad. 

En este contexto difícil, educadoras y educadores de distintas regiones se organizaron para preservar la ley en un contexto complejo en el que la máxima autoridad del país la considera como “adoctrinamiento” que “deforma la cabeza de la gente”.

¿Vaciamiento en puerta?

“Sabemos que no le van a dar presupuesto, además existe el artículo 5 que es un respaldo para quienes no quieren aplicarla”, sostuvo Ana María Vega, especialista en Promoción y Educación para la Salud, diplomada y formadora en ESI, en diálogo con elDiarioAR. Si bien la norma establece que las jurisdicciones nacional, provincial y municipal deben garantizar la implementación obligatoria de la ESI, el artículo 5 indica que cada institución educativa puede adoptar los lineamientos de la ley de acuerdo a sus valores, lo que significa que, por ejemplo, una escuela católica puede brindar una educación sexual que refleje sólo el ideario católico.

“El secretario de Educación de Nación (Carlos Torredel) viene de la educación privada y siempre se respaldó en el artículo 5 para la no aplicación. No van a derogarla, pero sí van a vaciar el programa. Ya lo han hecho: despidieron a un montón de gente a la que no se le renovó el contrato. Con poca gente y poco presupuesto se aletarga la aplicación de la ESI porque no hay una política pública que le siga dando impulso”, agregó la especialista que trabaja en la provincia de Mendoza.

“Nos preocupa con dolor”, afirmó la psicóloga y psicóloga social Eugenia Otero a elDiarioAR. Ella es coordinadora del Postítulo de Especialización en Educación Sexual Integral en el Instituto “ Joaquín V. González” de la Ciudad de Buenos Aires y cotidianamente interactúa con educadores y educadoras. “Un gobierno como el de Milei viene a poner en cuestión un montón de cosas que veníamos intentando pensar y revisar para un mundo mejor, menos desigual. Cuando escuchamos a las personas que estudian en el postítulo y nos cuentan los padecimientos de aquellos con quienes trabajan, lo que aparece es la necesidad de transformarlo. Y duele un montón que la transformación vaya en el sentido contrario. Estábamos en un mundo cruel que había que transformar y lo que vemos ahora es algo más cruel”, agregó.

“Vemos con enorme preocupación que en lugar de una gestión que pueda mejorar algo las situaciones profundas de violencia y desigualdades, lo que recibimos desde el Estado son ideas, discursos y acciones que tienen que ver con cancelar derechos, con dejar de cuidar a las personas para cuidar las cosas. En nombre de una supuesta libertad niega y visibiliza la existencia de desigualdades muy profundas, cancela la posibilidad de pensar el encuentro con otro”, sostuvo. A pesar de este panorama, Otero sostiene que hay que mantener la esperanza y defender las conquistas obtenidas.

El pánico moral

La referente nacional en ESI y vicedecana de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, Graciela Morgade, sostiene que la idea de “adoctrinamiento” busca manipular a las familias con la instalación del “pánico moral”. “Es tratar de inculcar terror a las familias respecto de que van a decirles o hacer a sus hijas, hijos e hijes. Es una estrategia para manipular a las familias y personas. No estoy diciendo que no haya familias para las cuales la ESI sea una mala noticia porque tienen una mirada respecto de las relaciones de género y consideran que no hay que respetar a las disidencias, sino educarlas o criminalizarlas. Pero también sabemos que en estos años la ESI tuvo una fuerte validación. Les niñes y les jóvenes quieren hablar de cuestiones que tienen que ver con su sexualidad, con su proyecto de vida, con sus temores, con sus falta de conocimiento, de cuestiones de violencia. Todos los estudios muestran que, sobre todo en las chicas, la ESI es una oportunidad para hablar de lo que incomoda y duele”, explicó.

Además, Morgade agregó: “Es muy difícil discutir con alguien que habla de las ‘ideas de la libertad’ y no piensa que eso forma parte de una doctrina. Además, no se visualiza que hay otra forma de pensar los cuerpos y las sexualidades. Las formas tradicionales también son ideológicas y doctrinarias”.

¿Qué pasa en las escuelas?, ¿Qué actitudes tienen las familias ante un escenario creciente de discursos de odio?, ¿Cómo repercute el discurso oficial? Las especialistas coinciden en que esto habilitó la proliferación de discursos que atacan y critican la Educación Sexual Integral.

Otero contó que eso se puede ver en uno de los ejercicios que cada año hacen en el profesorado desde que se inició en el 2009. Le piden a las y los docentes que piensen una escena temida y muchas veces apareció la idea de madres y padres indignados por trabajar con ESI. Cuando preguntaban si eso efectivamente pasaba en la escuela, la respuesta era negativa.

Sin embargo, en los últimos años eso cambió. “Dejó de ser una fantasía. Hoy hay discursos en las comunidades de las escuelas y hay familias que cuestionan. No desde que llegó Milei, sino desde antes que empezó a aparecer algo de la reacción a la ESI. No lo miramos de manera inocente, no es una reacción de esas familias porque están viendo algo en sus hijos o sus hijas que les preocupa sino que tiene que ver con una reacción organizada, con una bajada de línea desde sectores como algunas iglesias o espacios que tienen mucho poder y que responden. Preocupa pensar como tergiversan la ESI”, detalló.

Una causa federal

En el mismo sentido se expresó Morgade que lo enmarcó dentro de una reacción más general. “Desde antes de que asumiera Milei, antes de las elecciones, lo que empezamos a observar es una especie de ‘permisos’ para decir cualquier cosa. Empezó a haber mayor permiso para expresar, para cuestionar a la ESI, a las políticas de género, a los feminismos y al movimiento de mujeres y LGTBIQ+. Empezábamos a ver ciertas formas violentas en las familias. Es por eso que constituimos el Movimiento Federal por más ESI para apoyarnos, alertar sobre esos procesos de resistencia violenta, para aportarnos materiales porque efectivamente lo que se empezó a habilitar es la expresión de discursos violentos y de odio”, describió.

Es por eso que en este contexto se vuelve central la acción de los gobiernos provinciales para mantener con vigor la ESI. “Con una situación así en lo macro, en lo micro va a depender de qué posicionamiento tenga cada provincia: su ministro de Educación, también desde el ámbito presupuestario que en todas está todo muy disminuido. Para muchas personas no parece ser prioritaria la ESI aunque resuelve muchos otros problemas”, afirmó Vega.

Asimismo, recordó los vaivenes que tuvo la ley a nivel federal según los signos políticos de cada gobierno. “El compromiso político a nivel nacional también ha influido. Todos los gobiernos progresistas han tenido para el programa nacional de ESI un presupuesto importante, con gente con posibilidad de extender la capacitación a muchas provincias. Pero en la época del expresidente Mauricio Macri se despidió a gran cantidad y solo se sostuvo el programa y se le dió una impronta vinculada solo con la salud sexual reproductiva limitando todos los otros enfoques como son la perspectiva de género, de derechos humanos y diversidad”, agregó.

Diputados del bloque de La Libertad Avanza presentaron a mediados de febrero un proyecto para derogar la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), sancionada en diciembre de 2020 después de un extenso debate y con la prensa de miles de mujeres y diversidades conocida como “la marea verde”. Pocas horas después de conocida la propuesta, voceros del Poder Ejecutivo aclararon que habían actuado de manera inconsulta y que el oficialismo no consideraba que fuera el momento propicio para ese debate. Ese intento de retroceder en los derechos adquiridos se suma a otros como la eliminación del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación (creado en 2019 por el expresidente Alberto Fernández). Se trata de un gobierno que no solo minimiza estas cuestiones sino que también las desprecia ( en Davos, Milei habló de la “agenda sangrienta del aborto”). Ante este panorama, el futuro de la Educación Sexual Integral es preocupante. Quizás no deroguen la ley, pero sí pueden desfinanciarla y reducirla a su mínima expresión.

CdB/M

https://www.eldiarioar.com/sociedad/proxima-cumplir-18-anos-vigencia-ley-educacion-sexual-integral-esi-riesgo_1_10980367.html

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Marina Jaureguiberry, del sindicato de Docentes Privados: «La educación no es un servicio esencial». Argentina

La Ley de Educación Nacional claramente establece que la educación es un derecho humano y un bien público social que debe ser garantizado por el Estado nacional y las provincias», explicó la secretaria general del Sindicato Argentino de Docentes Privados.

Marina Jaureguiberry aseguró que el Gobierno nacional planteó en la reunión paritaria que sean las provincias quienes traigan propuestas de salario mínimo docente y criticó la baja del FONID, el fondo nacional que fortalece el salario de los trabajadores de la educación. “No solamente no nos ofrecieron nada, sino que tampoco tenemos expectativas para la próxima reunión”, denunció en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1).

Marina Jaureguiberry es secretaria general del Sindicato Argentino de Docentes Privados y consejera nacional del Partido Justicialista.

Alejandro Gomel: Algunos gremios docentes anunciaron un paro para el próximo lunes 4 de marzo. ¿Es así?

Sí, así es. Ayer hemos anunciado esta decisión de los cuatro sindicatos docentes de CGT que integramos la paritaria, ante la inexistencia de propuestas y respuestas a los planteos, y ante una definición fuerte por parte del Gobierno, anunciada por el secretario de Educación en la mesa de negociación, que es que el Gobierno ha decidido no continuar con el FONID.

El FONID es directamente salario en el bolsillo de los trabajadores y trabajadoras de la educación en todo el país. Es el aporte que el Estado nacional hace a la composición del salario docente desde hace más de 20 años, y que hoy implica concretamente $28.700 por cargo, que se traduce en porcentajes que varían entre un 10 y un 20% del salario.

Lejos de dar respuestas a cualquier expectativa mínima de mejoramiento salarial frente al escenario inflacionario, lo que se nos comunica con total contundencia es una reducción salarial.

AG: ¿Hay alguna propuesta con respecto al salario mínimo de los docentes a nivel nacional?

No hay absolutamente ningún avance. Es importante señalar que, tanto el piso salarial docente como el FONID son producto de una larga lucha docente después de los 90, que nos llevó a esta definición lograda en la mesa de la paritaria, que tiene que ver con que el Estado nacional, como responsable de la educación en todo el país, contribuya estableciendo estos parámetros. Hoy el piso está en $250.000, que incluyen el FONID.

A su vez no hubo ninguna oferta. Lo único que se dijo es que los Gobiernos provinciales, a través de sus ministerios de Educación, tienen que traer a la próxima reunión las propuestas que las provincias consideren que tendrían que alcanzar ese mínimo. Así que no solamente no nos ofrecieron nada, sino que tampoco tenemos expectativas para la próxima reunión.

AG: Es decir, lo que hizo la secretaría de Educación nacional fue tirarle la pelota a las provincias, para que sean ellas las que propongan el salario mínimo, ¿es así?

Totalmente. Esto guarda coherencia con un posicionamiento que se viene sosteniendo, que se planteaba también en el articulado de la Ley Ómnibus en referencia a la educación, que es esta idea de que la educación tiene que depender de las provincias. Pero nosotros tenemos toda una normativa vigente, pero fundamentalmente la Ley de Educación Nacional, que ha sido el consenso máximo alcanzado en este país por todos los actores del sistema, claramente establece que la educación es un derecho humano y un bien público social que debe ser garantizado por el Estado nacional y las provincias.

Gremios docentes ofrecen una conferencia de prensa en la CGT para anunciar un paro nacional para el próximo lunes 4 de marzo.

AG: El Gobierno busca declarar la educación como servicio esencial con el fin de recortar lo que tiene que ver con paros y medidas de fuerza. ¿De esto también se habló?

No. Ahí corresponde aclarar dos cosas. La verdad es que los docentes y las docentes no es que queremos parar, queremos estar en la escuela dando clases, con el compromiso absoluto que hemos demostrado siempre, pero que en la pandemia ha quedado absolutamente demostrado, y con el rol central que tenemos en el sistema educativo.

Después, que en el Gobierno de De la Rúa, siendo Patricia Bullrich ministra de Trabajo, se declaró como servicio esencial la Educación, los sindicatos docentes fuimos a la justicia, y hay sentencias firmes que dicen lo contrario. Además se expidieron organismos internacionales, como la OIT y otros, no solamente reconociendo el derecho de huelga, sino también especificando que la educación no es un servicio esencial.

También hay que recordar que tenemos una normativa vigente, la Ley de Ordenamiento Laboral, 25.867, que expresamente dice cuáles son los servicios esenciales y reglamente cómo deben ser garantizados, y la educación no está ahí.

Simplemente decimos que hay un marco normativo y un andamiaje jurídico que da sustento a nuestras posiciones, solamente queremos que se respete.

AG: ¿Cómo termina esto? ¿Cómo imagina el mediano plazo?

Bueno, la primera cuestión es que no podemos dejar de pensar que se necesita una reflexión y que necesitamos que se abran las instancias de diálogo.

También hay un movimiento que quiero señalar. En la reunión de la paritaria está el Consejo Federal de Educación, con las voces de todas las provincias a través de los ministros y ministras que representan las regiones. Allí hubo una voz unívoca en el sentido de peticionar al Gobierno nacional que claramente determine la liquidación de los fondos que se adeudan en materia educativa y además que sostenga los programas y cuestiones tales como el FONID, que son necesarias para definir las mesas salariales.

Fuente: https://www.perfil.com/noticias/modo-fontevecchia/marina-jaureguiberry-la-educacion-no-es-un-servicio-esencial-modof.phtml

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