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Guatemala: Promueven estudio acerca del Holocausto

Guatemala/Marzo de 2017/Autor: Oscar García/Fuente: Prensa Libre

El objetivo de la iniciativa lanzada por la Comunidad Judía de Guatemala y el Ministerio de Educación, busca brindar un recurso a los docentes y acercar a los estudiantes al análisis de la temática de este acontecimiento histórico.

La coordinadora educativa de Habla Hispana y Portuguesa de le Escuela Internacional para el estudio del Holocausto, Haya Feldman, agradeció a los impulsores del proyecto por adquirir el compromiso de contribuir para tener un mundo mejor y una juventud que sepa tolerar y respetar.

Yehudi Sabbagh, presidente de la Comunidad Judía de Guatemala, indicó que una nación se nutre de los valores que aportan los grupos étnicos, sociales y religiosos que la conforman.

Añadió que, durante la historia de Guatemala, muchos grupos han aportado valores que han formado guatemaltecos de bien.

Fortalecer valores

Recordó que el Holocausto terminó con la vida de seis millones de judíos a causa de la represión de los nazis. “Estudiar el Holocausto permite que los jóvenes vean las trágicas consecuencias que pueden tener corrientes y movimientos. También permite fortalecer los valores de tolerancia y respeto», manifestó.

De acuerdo con el Ministerio de Educación, la plataforma es un proyecto pedagógico que se ha trabajado desde el 2015, y consiste en estudios sobre el Holocausto, que brindan investigaciones, lecciones, artículos y testimonios, en el ámbito histórico y educativo.

Se informó que maestros se capacitan para poner en marcha esta temática que está incluida en el Currículo Nacional Base, por ser el Holocausto un hecho trascendental que tuvo implicaciones sociales, económicas y étnicas.

Presenta realidad

Oscar Hugo López, ministro de Educación, dijo que la plataforma presenta la realidad que sufrió el pueblo judío con el Holocausto, que es una historia que debe servir a los guatemaltecos para que no se repita.

Añadió que lo sucedido nos puede servir a los guatemaltecos para aceptar la diversidad cultural, étnica y lingüística. Agregó que en la sociedad guatemalteca aún existe racismo y discriminación.

Para conocer más de este proyecto, puede ingresar a www.mineduc.gob.gt luego a la opción docentes que le desplegará un menú que en el que aparecer la opción Yo estudio Shoá (Holocausto).

Fuente: http://www.prensalibre.com/guatemala/comunitario/promueven-estudio-acerca-del-holocausto

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El mundo NO es un lugar seguro para los y las jóvenes institucionalizadas(os).

Por: Luis Bonilla-Molina 

La terrible muerte de las niñas en Guatemala nos alerta sobre una realidad mundial

El repudio y la rabia ante unos hechos que pudieron ser evitados

Las jóvenes, los niños(as), los adolescentes son tod@s tiernamente rebeldes.  Nos muestran el mundo por venir con sus críticas a lo existente y su desprecio por las rutinas instituidas. Son el presente despertando al mañana en clave de melodías, colores en el pelo, garabatos en las paredes, juegos virtuales, nuevos lenguajes encriptados, piercing en los labios, desenfado ante las certezas de los más grandes.

Cuando los mayores olvidamos nuestra responsabilidad con la vida, ya sea al no resistir a sociedades que generan desigualdades, marginación, pobreza y cultura de la posesión o, al olvidar que la tarea más importante que tenemos es la de acompañar y proteger a los más pequeños, entonces la rebeldía acompañada de violencia se multiplica por doquier y surge la solución colectivamente aceptada, de separar a grupos de chicos y chicas, bajo la tutela de los gobiernos.

Para quienes hemos hecho de la pedagogía social y crítica una perspectiva de análisis, militamos en la utopía de otro mundo posible, agradecemos a la vida   -y a nuestras compañeras-  por bendecirnos con la paternidad, nuestra rabia, nuestra indignación, nuestra tristeza, no conoce límites ante hechos como los ocurridos en Guatemala. Nuestras conciencias, nuestros espíritus, nuestras vidas ya no serán nunca las mismas; ese fuego nos alcanzó para reclamarnos, para increparnos, suplicarnos y, para que digamos y hagamos muchas cosas,con el único propósito que nunca más suceda algo tan monstruoso.

Nuevamente son los más jóvenes, quienes nos obligan a movilizarnos, a movernos de nuestra zona de confort, impulsando tareas y moviendo mentes para que esto no vuelva a ocurrir.  No es la primera vez que algo así sucede en el mundo, pero lo cierto es que si no nos movilizamos ahora, volverá a ocurrir en el futuro próximo y, el espejo en casa no será un lugar amigable con nuestras conciencias.

 

El imaginario de las políticas públicas sobre jóvenes institucionalizados

Un(a) joven institucionalizado(a) es aquel que por causas socioeconómicas que coloquen riesgo su salud, existencia, vida o derechos humanos, así como las y los jóvenes en conflicto penal con la ley, son separados de sus familias, para que sean los Estados Nacionales quienes asuman la garantía de sus derechos fundamentales mientras alcanzan una adecuada reinserción social.

Las políticas sociales han variado a través de la historia, expresando correlaciones de fuerzas sociales, paradigmas económicos, políticos, sociales, religiosos, teniendo cada uno de estos factores impacto en legislaciones y acuerdos mundiales. A los efectos de este artículo, me interesa fundamentalmente precisar lo ocurrido desde la segunda guerra mundial, por su importancia en la reconfiguración del mundo, desde ese momento hasta el presente.

Inicialmente presenciamos la tensión entre el abordaje pedagógico activo y la noción de “infante”. Mientras el primero de los enfoques (el pedagógico), influenciado por los textos de Makarenko, enfatizaba en el trabajo como camino para transformar la conciencia, los sectores más conservadores mantenían el concepto de “infante” (el que “no habla”. a quien hay que construirle la conciencia).  En el primero de los casos, la perspectiva psicológica, psiquiátrica, médica, policial y jurídica,era complementarias o coadyuvaban a la consolidación de aprendizajes para la vida; en el segundo de los casos el cuerpo y la consciencia eran objeto de cosificación normativa para enseñar a ser.

En la década de los setenta del siglo XX se produce un vaciamiento de la perspectiva pedagógica en el abordaje del tema.  Se construye el paradigma de la “situación irregular” como eje orientador de políticas públicas. Ya no era un cuerpo sin voz sino un ser al que había que convertir en “normal”. La pedagogía -como parte del proceso de su desmantelamiento a escala interncional-  es execrada de las políticas públicas para el este sector.  Se impone la perspectiva jurídico-policial-psiquiátrica como un triunfo de la mirada panóptica de la normalidad. Las infraestructuras de talleres y aulas ceden ante la reconfiguración de espacios con la tipología  carcelaria. En casos como el de Venezuela, se crea una institución especializada y el tema es separado del Ministerio de Educación; incluso los profesores son transformados en los llamados “maestros guías” quienes no requerían ser docentes para trabajar allí.  Claro la tarea era cuidar, retener, mantener aislados a est@s jóvenes.

En este periodo, desde la educación popular se desarrollan importantes iniciativas y propuestas metodológicas de trabajo con los llamados “jóvenes con déficit de inserción social“.  Pero, estas iniciativas –en su mayoría-  funcionan fuera de los sistemas educativos y son vistos por los Estados Nacionales como “programas complementarios“.  Las pedagogías críticas y la educación popular en especial, plantean la urgente necesidad de superar la “normalización” de la juventud, pero ello no logra formar parte del eje de construcción de políticas públicas para el sector.

La idea de “infante” es complementada con el término “menor de edad“, convirtiéndose en elemento sustantivo de las nuevas legislaciones para el sector. El derecho a la educación pasa a ser un enunciado bonito que no se desarrolla a plenitud en el sector de los y las jóvenes institucionalizados(as).  La formación permanente y continua de los y las jóvenes se limita a la permanencia de algún docente en estas instituciones, quien “refresca” conocimientos, pero la realidad es que los jóvenes institucionalizados, en su mayoría, permanecen fuera del sistema escolar.

En términos prácticos para que se cumpla el derecho a la educación, deben los estados nacionales contar con un mínimo de condiciones para ello,asociados a presupuesto, infraestructura, planes y programas de estudio, formación de docentes para el área, perspectiva pedagógica de procesos.

En consecuencia pregunto  ¿cuál es el presupuesto educativo para la atención integral de l@s jóvenes institucionalizad@s? ¿Cuáles son las universidades pedagógicas que forman docentes para trabajar con est@s jóvenes?  ¿Cuáles son los programas específicos para trabajar con estos jóvenes que les permitan continuar su escolaridad y/o lograr su formación profesional/laboral?  ¿Quien supervisa y aprueba, desde una perspectiva educativa, la construcción de la infraestructura que alberga a est@s jóvenes institucionalizad@s?  De la respuesta que asumas se desprenderá cuanto cumple su Estado nacional el derecho a la educación de l@s jóvenes institucionalizad@s.

La Convención de los derechos de los Niños, Niñas y jóvenes de Beijing (1989) y las directrices de Riyadh (1990)

La fuerte presión social internacional, para que las legislaciones nacionales garantizaran los derechos humanos fundamentales de los más pequeños y los jóvenes,posibilita la convocatoria, por parte de las Organización de las Naciones Unidas (ONU), de la Conferencia Mundial de Beijing (1989).  Allí se construye el consenso planetario y de los gobiernos del mundo, respecto al piso mínimo de derechos para los niños, niñas y jóvenes. A mi juicio, lo más importante ocurrido allí, es que emerge el concepto de ciudadanía, independientemente de la edad, dejando a un lado conceptos como “infante” o “menores de edad”.  Los niñ@sy jóvenes dejan de ser objetos de derecho, para convertirse en sujetos de seguridad jurídica para sí mismos y sus iguales.  A pesar de ello, las legislaciones y prácticas institucionales marcharon a ritmos individualizados y diferenciados.

En 1990 Naciones Unidas aprueba las directrices de Riyadh, complementarias a la Convención de Beijing, pero orientadas a l@s jóvenes en conflicto con la ley y los institucionalizados.  De este importante instrumento normativo mundial destaco tres aspectos:

  • Primero, que considera que “los jóvenes deben desempeñar una función activa y participativa en la sociedad y no deben ser considerados meros objetos de socialización o control“;
  • Segundo,, que “los gobiernos tienen la obligación de dar a todos los jóvenes acceso a la enseñanza pública”, a los cual agrega “los organismos gubernamentales deberán asignar elevada prioridad a los planes y programas dedicados a los jóvenes y suministrar suficientes fondos y recursos de otro tipo para prestar servicios eficaces, proporcionar las instalaciones y el personal para brindar servicios adecuados de atención médica, salud mental, nutrición, vivienda y otros servicios necesarios, en particular de prevención y tratamiento del uso indebido de drogas y alcohol, y cerciorarse de que esos recursos lleguen a los jóvenes y redunden realmente en beneficio de ellos“;
  • tercero, caracterizan el tipo de institución en la que deben estar los jóvenes institucionalizados al señalar que “sólo deberá recluirse a los jóvenes en instituciones como último recurso y por el período mínimo necesario, y deberá darse máxima importancia a los propios intereses del joven. Los criterios para autorizar una intervención oficial de esta índole deberán definirse estrictamente y limitarse a las situaciones siguientes: a) cuando el niño o joven haya sufrido lesiones físicas causadas por los padres o tutores; b) cuando el niño o joven haya sido víctima de malos tratos sexuales, físicos o emocionales por parte de los padres o tutores; c) cuando el niño o joven haya sido descuidado, abandonado o explotado por los padres o tutores; d) cuando el niño o joven se vea amenazado por un peligro físico o moral debido al comportamiento de los padres o tutores; y e) cuando se haya manifestado en el propio comportamiento del niño o del joven un grave peligro físico o psicológico para el niño o el joven mismo y ni los padres o tutores, ni el propio joven ni los servicios comunitarios no residenciales puedan hacer frente a dicho peligro por otro medio que no sea la reclusión en una institución (…) Los organismos gubernamentales deberán dar a los jóvenes oportunidad de continuar su educación a jornada completa, financiada por el Estado cuando los padres o tutores no los puedan mantener, y de adquirir experiencia profesional.

El texto de las directrices de Riyadh constituye un impresionante avance en la materia.  Sin embargo, ha resultado precario el seguimiento a este instrumento jurídico global. Imagino las dificultades que pudieron haber tenido Naciones Unidas para exigir su cumplimiento, por parte de los países miembros, pero ello no le exime de las responsabilidades, por el poco seguimiento hecho al respecto.  Esperamos que el nuevo Secretario General de las Naciones Unidas, el señor António Guterres retome la agenda más importante en el presente en materia de derechos de niños, niñas y jóvenes, pues si un Estado no cumple con sus deberes muy poco le podrá pedir a sus ciudadanos y el resto de instituciones.

Los ODS, la meta 4 y la necesidad de reconocimiento de otras realidades educativas

Precedida de una gran campaña internacional, en 2015, las naciones del mundo suscribieron los Objetivos de Desarrollo Sustentables, que le da continuidad a los llamados Objetivos del Milenio. Finalmente se logra construir una meta educativa mundialmente consensuada, con la aspiración de alcanzar educación de calidad a escala planetaria.

En el proceso de construcción de este propósito, no todo había sido un camino de rosas. De hecho en su momento denunciamos, que en el más importante evento precedente en materia educativa a los ODS, como lo fue el Foro Mundial de Educación de Incheon Corea, los educadores resultaron ser los grandes ausentes. La desproporción entre banqueros, economistas, financistas, industriales respecto a los pedagogos en la cita de Incheon no fue un error menor, sino la confirmación de un rumbo economicista en la educación mundial que explica en buena medida porque los jóvenes institucionalizados no están presentes en los indicadores para alcanzar una educación de  calidad. Los hechos de Guatemala debieran servir de alerta y como reflexión, para incluir este tema en la agenda educativa mundial contenida en los ODS (2015-2030)

Los invisibles de los invisibles en el cumplimiento del derecho a la educación

Lo venimos señalando en artículos, mensajes en las redes sociales y foros. El derecho a la educación de los jóvenes institucionalizados se ha convertido en un tema tabú en el siglo XXI. La educación de los jóvenes institucionalizados está prácticamente desaparecida,del foco de las políticas públicas, a pesar que todos dicen que la violencia juvenil es uno de los grandes problemas de nuestras sociedades.  Los jóvenes institucionalizados serán los invisibles de los invisibles hasta que tu, yo, nosotros, decidamos movilizarnos para revertir esta situación.

Guatemala somos todos. Silencio colectivo y sociedad de cómplices en materia de derechos humanos en el siglo XXI

Me sumo a la condena al gobierno y las autoridades que debieron evitar la tragedia de Guatemala. Pero, me preocupa enormemente que ello oculte el hecho que Guatemala no es una excepción, sino la confirmación de una regla de no cumplimiento de derechos humanos fundamentales, en los lugares donde viven y conviven l@s jóvenes institucionalizados por razones socio económicas, afectivas o de conflicto con la ley.

En la última década hemos presenciado un vergonzante silencio de nuestras sociedades respecto a este tema.  Pareciera que a nadie le preocupa cuantos médicos, enfermeras, maestros, entre otros profesionales permanecen en instituciones que pueden albergar desde treinta hasta cientos de jóvenes.  Si no existen profesionales para atenderlos y tienen dificultad para sacarlos para que les puedan prestar atención   -como fue el pretexto de supuesto riesgo de fuga en el caso de las niñas de Guatemala-  entonces, porque como sociedad no nos preguntamos ¿cuales son las condiciones que prevalecen en estos lugares?

De continuar este silencio colectivo, que es propio de sociedades cómplices, no quedará duda alguna, que el mundo NO es un lugar seguro para los y las jóvenes institucionalizadas(os)

*Fuente: https://luisbonillamolina.wordpress.com/2017/03/15/el-mundo-no-es-un-lugar-seguro-para-los-y-las-jovenes-institucionalizadasos/

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La muerte de 40 niñas en Guatemala ¿un motín provocado? Testimonios apuntan a un crimen de Estado

Guatemala/16 marzo 2017/Fuente: desinformemonos.org

Guatemala está de luto. Y mientras cientos de personas se reunían frente a la Casa Presidencial para llorar y gritar juntas por la muerte, en ese momento de 36 niñas, que ahora son 40,  en un hogar seguro y por la falta de reacción del presidente Jimmy Morales, a 10 kilómetros, hacia la carretera al Atlántico, en uno de los tantos barrios periféricos de la Ciudad de Guatemala, un hombre pegaba una cartulina que anunciaba el velorio de Mayra Haydée Chután Urías, una de las niñas que murió un 8 de marzo víctima de las llamas y víctima de cómo funciona el sistema con los más desfavorecidos de la sociedad.

Frente a la Casa Presidencial, mujeres y hombres, pero sobre todo mujeres, cantaban y lloraban. Lloraban y gritaban. Muñecas con los nombres de las 36 niñas, que ahora, cinco días después de la tragedia, ya son 40.  Veladoras encendidas, los nombres escritos en yeso en el piso, carteles. La tristeza de ambas escenas no cabe en palabras. Hubo gritos recordando que fue el Estado, que no fue un accidente, ¡que fue una ejecución!, que no queremos luto, ¡que queremos justicia! Que el único accidente ¡es este presidente! Mi cuerpo es mío, ¡no se quema!, ¡no se viola!, ¡no se mata! Una, ¡justicia! dos, ¡justicia! tres, ¡justicia! cuatro, ¡justicia! diez, ¡justicia! veinte, ¡justicia! treinta, ¡justicia! treintayséis, ¡justicia!

Por si la tragedia de 40 niñas calcinadas en un hogar gubernamental no fuera suficiente, los primeros relatos del día previo y del día 8 de marzo de 2017 apuntan a un giro más macabro, con participación estatal directa en al menos tres momentos clave y cinco negligencias. Estos son los testimonios recopilados por el equipo periodístico de Nómada, después de entrevistas con trabajadores, equipos que ingresaron al ‘hogar seguro’, familiares y pocos minutos de una entrevista con una de las sobrevivientes que fue llevada a Estados Unidos.

A pesar de los esfuerzos del gobierno de Jimmy Morales de hacer ver la tragedia como un acontecimiento de responsabilidad compartida entre todas las instituciones del Estado, los primeros testimonios lo contradicen y sitúan a funcionarios de su administración directamente implicados en el hecho.

foto: Nómada / Rocío Conde

¿Un motín provocado?

Tres testimonios coinciden en que la tarde del martes 7 de marzo, las adolescentes del módulo Mi Hogar empezaron a amotinarse y pidieron el apoyo de los adolescentes varones.

– No había nada planificado, pero nosotros las ayudamos, dijo uno de los adolescentes.

Ante las constantes violaciones sexuales por trabajadores, monitores y otras autoridades, los amotinamientos en el ‘hogar seguro’ Virgen de la Asunción eran frecuentemente promovidos por las niñas y las adolescentes. De esto hay 28 denuncias en la Secretaría de Bienestar Social, en especial contra un trabajador real de nombre Joseph; un caso en juicio promovido por el Ministerio Público contra un profesor; y una sentencia contra un albañil que abusó de una niña con capacidades especiales.

Continúan los testimonios sobre lo que pasó el martes 7 de marzo.

– Pero de pronto, a medio motín, el personal del Hogar abrió las puertas. ‘Si eso es lo que quieren, váyanse a la verga’, les gritaron a las adolescentes y los adolescentes, quienes, obviamente, salieron.

El Hogar queda en en San José Pinula, en una colina a 6 kilómetros del inicio de la Carretera a El Salvador, una de las zonas residenciales más exclusivas de la Ciudad de Guatemala. Está rodeado por bosques y barrancos que han servido de escondite para más de 100 niños y adolescentes que escaparon durante el último año.

Esa noche del martes 7 de marzo, el bosque también fue el escondite para los adolescentes que salieron cuando los trabajadores del hogar abrieron las puertas, según estos testimonios.

Según un acta que publicó Soy502.com, los trabajadores del Hogar de la Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia escribieron un acta en la que dejaban constancia que “no querían” que las adolescentes y los adolescentes “fueran readmitidos en el Hogar”. Sí. Que “no se hacían responsables” de hechos delictivos que estos adolescentes pudieran hacer en contra del resto de la población.

El acta tiene otro punto que coincide con los testimonios. Dice que de todos los módulos, los que se amotinaron fueron los de San Gabriel y Mi Hogar, de los adolescentes y las adolescentes, respectivamente.

Palizas, abusos y varias horas en negro

Cuando los policías detuvieron a los adolescentes fugados, vino la primera tanda de ‘castigos’, según los testimonios recopilados por el equipo de Nómada. A los adolescentes les dieron palizas y a las adolescentes las manosearon. Con excesiva violencia.

– Yo le pedí al comisario que por nada del mundo se fueran de ahí los policías.

Esta fue la orden (o ruego) que hizo por teléfono el presidente Jimmy Morales a Wilson Maldonado, jefe de la Comisaría 13 de la Policía Nacional Civil, a las 10 de la noche del martes 7 de marzo. La frase textual del presidente fue reconocida por él mismo en una entrevista el viernes por la noche en CNN. La instrucción a la policía fue que evitara que se fugaran las y los adolescentes.

Después de las palizas y los abusos, los policías los separaron; a los niños y adolescentes los encerraron en el auditorio y a las niñas y adolescentes en un espacio que algunos describen como ‘la escuela’ y otros como ‘el taller’.

Ahí hay espacios de tiempo en negro que todavía no están claros. ¿Qué pasó entre las 10 de la noche y las 2 de la mañana, cuando las niñas y adolescentes estaban en custodia de los policías y de los trabajadores del Hogar? ¿Qué pasó entre las 2 de la mañana y las 8 de la mañana?

Durante al menos seis horas, entre 52 y 60 niñas y adolescentes fueron encerradas bajo llave en ‘la escuela’, sin posibilidad de usar los sanitarios después de una jornada turbulenta. Una jornada que incluyó un motín no planificado, la apertura de las puertas del ‘Hogar’ para salir huyendo, espacio para ver a los adolescentes en el bosque, ver las palizas a sus compañeros y sufrir los abusos de los policías y un encierro bajo llave.

El incendio frente a sus ojos

Los testimonios sitúan a equipos de policías rodeando los dos lugares de encierro: el auditorio y la escuela. Decenas de policías dentro del Hogar Seguro resguardando a los niños y adolescentes en el auditorio, y a las niñas y adolescentes en la escuela.

Nómada pudo hablar un minuto con una de las adolescentes, de 13 años, que sobrevivió y está ahora siendo tratada en un hospital de Estados Unidos.

¿Cómo ocurrió el incendio?

– Empezó a quemar las colchonetas.

¿Quién las empezó a quemar?

– Solo los pusieron así en la ventana y comenzaron a agarrar fuego.

¿Quién encendió el fuego?

– Mimí. Solo por Mimí la conocíamos.

¿Qué hicieron cuando empezó el fuego?

– Comenzamos a somatar la puerta para que nos abrieran y no nos abrían.

¿Cuánto tiempo estuvieron encerradas (desde que inició el fuego)?

– Como diez minutos.

¿Cómo estás?

– Triste. Yo quiero que se vaya alguien de mi familia conmigo (al hospital en Estados Unidos).

¿Querés decir algo?

– Que el presidente nos ayude. Que apoyen a las demás que no tienen ni a su papá ni a su mamá que les apoye. A las que llevan a esa casa son a las que no tienen familia ni nada.

El testimonio de esta adolescente combina con el de otros adolescentes varones.

– Como a las 8:30 (de la mañana del 8 de marzo) empezamos a oler a quemado y no sé ni cómo abrimos la puerta del auditorio (que también estaba bajo llave) para ir a ayudarlas porque se estaban quemando. Pero los policías nos nos dejaron ayudarlas y nos empezaron a pegar. Nadie las ayudó y no nos dejaron ayudarlas.

6 Guatemala Maria-del-Carmen-Urias-Madre-de-Mayra-Chutan-victima-del-incendio-Hogar-Seguro-Virgen-de-la-Asuncion-en-la-espera-en-el-INACIF-8-min

Las cinco negligencias

A estos tres posibles delitos, que tienen que ser corroborados por una investigación del Ministerio Público (y quizás la CICIG), hay otras negligencias por parte del gobierno de Jimmy Morales y del sistema de justicia.

1. Apelaron orden de mejorar las condiciones del Hogar

La Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia no acató sino que apeló la orden judicial del 12 de diciembre de 2016 que exigía una transformación del Hogar Seguro Virgen de la Asunción para garantizar que no se violaran los derechos y la dignidad de los niños, las niñas y los adolescentes que vivían en él.

2. No financiaron los funerales ni cerraron el Hogar

No financiaron los funerales de las fallecidas, como había prometido el todavía Secretario de Bienestar Social en funciones, Carlos Rodas, el 8 de marzo por la tarde.

El Hogar Seguro sigue funcionando hasta hoy lunes 13 de marzo, a pesar del anuncio del presidente Jimmy Morales el 9 de marzo de que sería cerrado temporalmente.

3. Enviaron a sus casas violentas a niñas, niños y adolescentes

La orden presidencial del 8 de marzo fue regresar a sus casas a la mayor cantidad de niños y adolescentes posibles, sin tomar en cuenta que muchos de los niños, niñas y adolescentes fueron llevados al Hogar Seguro porque eran violentados en sus propias casas.

4. Una madre no pudo pagar los Q1,500 que le pedía el juzgado para sacar a su hija del Hogar

Como ocurrió con el caso de Mayra Chután, una de las adolescentes muertas el 8 de marzo, había ingresado al Hogar después de que desapareciera de su casa y su familia le pidiera a la policía ayuda para encontrarla. El sistema de justicia, en vez de devolverla a su familia, la ingresó al Hogar.

El caso parece ser recurrente. En el San Juan de Dios, la madre Ada Kelli Alfaro, quien está a punto de despedirse de su hija, de 14 años, que es otra de las menores que va a ir a Estados Unidos, explica que la PGN le informó de que ningún familiar podría viajar con las niñas, que permanecerán en Estados Unidos “unas dos semanas aproximadamente”.

– El presidente nos pidió disculpas por lo sucedido y garantizó que se haría justicia. Nos ofreció ayuda con los medicamentos, el transporte, el alojamiento y la comida.

Añadió que su hija había sido golpeada “brutalmente” en el Hogar Seguro y que le daban “comida con gusanos”. Dice que por ser de escasos recursos no pudo pagar los Q1,500 que le exigía el Juzgado para poner en libertad a su hija, que había ingresado al hogar “por rebeldía”.

Ada Alfaro no se preocupa por el lento avance de las investigaciones, ya que en lo único que piensa es en volver a abrazar a su hija cuando regrese de EEUU y “darle mucho amor y la bienvenida nuevamente a la vida”.

5. Enterarse de la muerte de su hija por un periódico y una cachetada

El caso de las niñas que van rumbo a Estados Unidos es la excepción. El Gobierno y la Secretaría de Bienestar Social todavía no ha dado información a los familiares de los 807 niños del hogar, como les ordenó un juzgado.

Una madre, Vianey Claret Hernández, sigue buscando a su hija Ashley Hernández, de 14 años, para lo cual ya se hizo pruebas de ADN para verificar si está entre las fallecidas. Cuando fue entrevistada por Nómada, llevaba tres horas esperando en el Hospital San Juan de Dios para poder visitar a la única herida que sigue sin identificar. Pero tiene pocas esperanzas de que sea su hija, después de que Prensa Libre publicara en la portada de la edición de este viernes la foto de su hija entre un listado de siete jóvenes fallecidas.

Vianey Hernández dice que nadie le ha avisado de que su hija se encuentre entre las víctimas mortales, aunque sí que forma parte del listado de 57 menores que fueron encerradas bajo llave.

– Una trabajadora social me dijo que mi hija había sido trasladada a un hospital, por lo que llevo tres días de angustia yendo de arriba para abajo. Sólo quiero saber si está viva o muerta (…). Aparezca o no mi hija voy a luchar hasta que haya culpables de esta masacre y estén entre rejas. A Jimmy, si lo tuviera en frente, le pego una cachetada, porque no está haciendo exactamente nada.

foto: Carlos Sebastián

El velorio de Mayra

Sus padres, María del Carmen Urías y Moisés Chután están sentados en la iglesia evangélica Emmanuel en la colonia Canalitos, en la zona 24. Tuvieron 11 hijos juntos y Mayra, que cumplió 16 años el 1 de marzo, es la tercera en morir. Hace siete meses, la familia pasó por otra tragedia. Uno de los hijos mayores no pagó una extorsión y fue asesinado.

La mamá, María del Carmen, no puede dejar de llorar. Lleva tres días así. El martes por la noche, cuando se reportó un motín en el Hogar Seguro, la preocupación por su hija no la dejó dormir. Pasó el miércoles peleando con las autoridades de la Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia y agentes de la policía porque nadie le daba información sobre el paradero de su hija Mayra.  Estuvo casi todo el día frente a la morgue esperando que le entregaran el cuerpo de su pequeña, y el jueves, frente a un ataúd reclama por qué no pudo recuperarla, por qué tiene que enterrarla justo el día en que tenía una audiencia para seguir con los trámites para que volviera a casa.

El Estado le entregó a su hija en una caja blanca; muerta por quemaduras en una habitación bajo llave de un refugio gubernamental. Sobre el féretro hay una fotografía de Mayra. Se parece a su mamá: ojos rasgados, tez morena, cejas pobladas, arqueadas, negras. Su hermana Estela recuerda que un domingo hace cuatro semanas la visitó por última vez en el hogar seguro. Mayra, ‘la sapito’ como le decían Estela y su esposo, pasó el día emocionada por jugar con su sobrinos en un área verde del hogar seguro.

Frente a la Casa Presidencial, mujeres y hombres, pero sobre todo mujeres, cantaban y lloraban. Lloraban y gritaban. Muñecas con los nombres de las 36 niñas, que ahora, cinco días después de la tragedia, ya son 40,  veladoras encendidas, los nombres escritos en yeso en el piso, carteles. La tristeza de ambas escenas no cabe en palabras. Hubo gritos recordando que fue el Estado, que no fue un accidente, ¡que fue una ejecución!, que no queremos luto, ¡que queremos justicia! Que el único accidente ¡es este presidente! Mi cuerpo es mío, ¡no se quema!, ¡no se viola!, ¡no se mata! Una, ¡justicia! dos, ¡justicia! tres, ¡justicia! cuatro, ¡justicia! diez, ¡justicia! veinte, ¡justicia! treinta, ¡justicia! treintayséis, ¡justicia!

¿Quiénes prendieron el fuego que acabó con la vida de 40 niñas? ¿Quiénes las encerraron y evitaron que pudieran escapar? ¿Quiénes las violaron y abusaron de ellas? ¿Quién les negó el alimento? ¿Quién las embarazó?, gritaba una activista feminista con megáfono en mano.

Los gritos y la indignación sólo aumentaron cuando escucharon por los medios la primera conferencia que dio el presidente Jimmy Morales, 34 horas después de la tragedia.

Acongojado, el presidente dio sus condolencias a las familias y a su patria. Anunció que cerrará temporalmente el Hogar Seguro Virgen de la Asunción y enumeró todas las medidas que había tomado su gobierno para prevenir hechos como éste. Que había una mesa interinstitucional que buscaba regresar a los niños a casas de familiares, que aumentó 20 por ciento el presupuesto para 2017, que su esposa promueve un programa de adopciones que se llama Es por amor.

Pero en la segunda mitad de su intervención dijo que la responsabilidad es de todos. De la sociedad, del sistema, de todos. Que no va a despedir a Carlos Rodas, el secretario de Bienestar Social que en la primera conferencia de prensa del 8 de marzo responsabilizó a las niñas de haberse amotinado. Que no va a despedir a Anahí Keller, su exproductora de televisión que está como subsecretaria. Que no había hablado antes porque estaba cumpliendo protocolos. Que va a esperar las investigaciones administrativas y penales para tomar decisiones.

Su vocero, Heinz Heinmann, había escogido qué periodistas harían cinco preguntas. Ante las protestas de los reporteros, el presidente las redujo a dos. Y las respondió con evasivas. Cerró la conferencia corriendo, sin responder por qué no hizo nada cuando el jefe de la comisaría 13, Wilson López, lo llamó el martes 7 de marzo para informarle sobre el motín en el hogar seguro. No respondió tampoco por qué el martes 7 de marzo su preocupación era rodear el hogar seguro para evitar que se fugaran los niños y adolescentes, pero no se preocupó por garantizar la integridad de los niños. No respondió por qué su gobierno rechazó las peticiones de los tribunales y el Procurador de los Derechos Humanos de trasladar desde 2016 a los niños de ese hogar por las denuncias y las sentencias por violaciones sexuales y maltratos. No respondió por qué no hizo todo lo que estuvo a su alcance para evitar las 40 muertes de la mañana del 8 de marzo.

Cinco meses de impotencia

El velorio. “Nunca debería de haber llegado a ese lugar”, suspira Estela, una de sus hermanas. Nunca. Entre sus ocho hermanos, Mayra, la penúltima en nacer, siempre buscaba a Estela y su relación era especial. Por esa cercanía, Estela fue la primera en enterarse cuando Mayra empezó a salir con un hombre 10 años mayor que ella, aunque no sabe realmente cómo se conocieron. Con él Mayra se empezó a cambiar.

– Supongo que se lo presentó una de sus amigas, pero él era más grande que ella. Mucho más grande, tenía 25 años. Ella empezó a alejarse de sus amigas. Siempre me habían caído bien, eran cristianas. Se alejó de su familia, de todo. Empezó a tomar cosas que no debería. No le voy a mentir. Empezó con la marihuana, todo por él. Perdón por la expresión, pero todo fue por este desgraciado.

En varias ocasiones Estela había intentado convencer a Mayra que lo dejara. Nunca lo conoció en persona, no conoce ni su nombre. Cuando Mayra le confesó que ‘se había entregado’ a él, Estela amenazó con mandarla a una casa correccional si no terminaba la relación. La amenaza funcionó. Mayra pasaba más tiempo en su casa y salía a correr, como le gustaba. Por un poco más de un mes parecía que volvió a ser la Mayra de antes. Sonriente. Alegre. Despreocupada. Hasta que un día hace cinco meses ya no regresó a su casa.

El 28 de septiembre de 2016 la familia reportó la desaparición de la adolescente y se activó la Alerta Alba-Keneth para dar con su paradero. Cuando las autoridades la encontraron, no la devolvieron a su familia. La ingresaron al Hogar Seguro. Su familia luchó cinco meses por sacarla. La pobreza en la que viven complicó los trámites, ya que debían juntar dinero para ir a las audiencias, recuerda su mamá, María del Carmen, que siempre le prometió que haría todo para sacarla de allí.

La horas de angustia que vivió la mamá, María del Carmen, antes de tener información de su hija son las mismas horas que han sufrido cientos de familiares que ayer se arremolinaban entre el hospital San Juan de Dios y las morgues de la zona 3 y del Inacif. La Secretaría de Bienestar Social todavía no les ha informado si sus hijos o familiares están vivos y dónde se encuentran. Llevan tres días y noches sin dormir porque no saben si sus hijas están entre las 52 que fueron encerradas con llave en una habitación en la que prendió fuego. Tres días y tres noches y la mañana de hoy sin saber a ciencia cierta si sus hijas, sobrinas o nietas murieron calcinadas.

Afuera de los hospitales y las morgues había mujeres consolando mujeres; mujeres buscando niñas; mujeres denunciado los abusos que sufrieron sus pequeñas; mujeres de Zacapa, Sololá, Jutiapa, Cobán y la Ciudad de Guatemala leyendo una y otra vez los listados que circulaban con los nombres de las fallecidas.

7 Velorio-de-Mayra-Chutan-victima-de-la-tragedia-en-el-Hogar-Seguro-Virgen-de-la-Asuncion-8-min (1)

La negligencia gubernamental

Diputados, organizaciones civiles, de derechos humanos, de niñez, y ciudadanos reclaman que el Gobierno tuvo oportunidades de detener la tragedia y no lo hizo. Por ejemplo, cuando no quiso cumplir con condena del Juzgado Sexto de la Niñez por las violaciones cometidas contra los menores de edad resguardados lugar. El tribunal les había ordenado gestiones para evitar los abusos contra las niñas. Y la Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia impugnó la resolución y detuvo la orden judicial. El secretario Carlos Rodas dijo que lo había impugnado porque no podía reconocer que había torturas a los niños ahí.

– No se puede apelar cuando le están pidiendo a uno que cumplan con sus funciones, dijo Hilda Morales, Procuradora Adjunta de Derechos Humanos.

Desde la sociedad civil también reclaman que no se hizo nada hasta ahora que ocurrió la tragedia. Paula Barrios, directora de Mujeres Transformando el Mundo, solicitó el año pasado por medio de un amparo que se cerrara el Hogar Seguro. Y hasta ayer una Sala de Apelaciones las citó para que dieran sus argumentos. La abogada reclama que el proceso fue lento y que sigue sin conocerse si se está investigando la denuncia que presentaron por la desaparición de al menos 200 niñas desde el año 2012.

Fue demasiado tarde. Como fue demasiado tarde cuando abrieron las puertas de la habitación para que las niñas que se estaban quemando salieran. 15 de las 17 no pudieron ser rescatadas por 35 médicos del hospital San Juan de Dios. Las otras dos siguen en estado crítico. De las 52 que se encontraban en la habitación, sólo 16 han sobrevivido. Van 36 niñas muertas.

Las sobrevivientes, además del profundo dolor que conlleva la recuperación, tendrán que enfrentarse a secuelas físicas, psicológicas, problemas de rehabilitación, gastos y terapias, recordó con voz entrecortada Napoleón Méndez, jefe de emergencias del San Juan de Dios.

Los próximos días

La tragedia en el Hogar Virgen de la Asunción está siendo investigada por un equipo integrado por 16 miembros de las fiscalías contra el Femicidio, de la Niñez, contra la Trata de Personas, Delitos contra la Vida y la de San José Pinula. En 48 horas procesaron la escena donde encontraron a las niñas calcinadas y recopilaron el material visual de 68 cámaras de vídeo que estaban instaladas en el lugar. Roberto Garza, vocero del Inacif, dijo que están analizando al menos 25 indicios para determinar qué provocó el incendio. También dijo que en dos días han entrevistado a 30 familias y tomado muestras de ADN para identificar a las víctimas que sufrieron quemaduras en todo su cuerpo.

Permanecen la incertidumbre alrededor del caso. ¿Dónde están los culpables de los abusos que las niñas denunciaron? ¿Los responsables de no haber quitado llave cuando se estaban quemando? ¿Dónde están y quiénes son las niñas que escaparon la noche del motín? ¿Dónde están los 750 adolescentes y niños que hasta el miércoles 9 de marzo vivieron en el Hogar Seguro Virgen de la Asunción que empeoró sus condiciones todavía más con la llegada del gobierno de Otto Pérez Molina y Roxana Baldetti? ¿Dónde están los responsables del gobierno de Jimmy Morales?

María del Carmen no volverá a escuchar la voz de su hija Mayra, que desde Hogar Seguro le llamaba todos los sábados para preguntarle si llegaría a la visita dominical. Moisés, su padre, aunque trató, no pudo alejarla de la muerte. Antes de la tragedia, la familia decidió abandonar Canalitos, la colonia donde habían vivido durante toda la vida, por la inseguridad.

– Para que no mataran a mis patojos, explica el papá de Mayra, que vive ahora en otro barrio periférico, en la zona 18.

Moisés y María del Carmen, los padres que el viernes 10 se levantaron para enterrar a su hija Mayra, de 16 años, trabajaban como agentes de seguridad. María del Carmen en los autobuses rojos públicos de la ruta entre Mixco y la zona 18. Moisés como guardia de un restaurante. Actualmente ninguno de los dos tiene trabajo. Moisés llamó ayer a la compañía donde laboró 28 años para ver si ya le podían pagar su liquidación. Quería saber si al menos podrían darle algo de dinero para cubrir los gastos del entierro. La respuesta fue que esperara. La promesa de la Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia de cubrir los costos de los funerales fue eso, una promesa.

– Sacame de aquí. No me gusta. La comida es mohosa. Nos manosean, nos golpean. Abusan de nosotras los custodios, a veces los cocineros. Me violaron.

Así recuerda Estela que le rogaba su hermana Mayra.

Como frente a Casa Presidencial, en la iglesia evangélica Emmanuel un grupo de 25 personas también canta, le canta a Mayra.

– Más allá del sol, más allá del sol, yo tengo un hogar, un bello hogar, más allá del sol.

3 Guatemala Ambiente-en-hospital-general-San-Juna-de-Dios-por-tragedia-en-el-Hogar-Seguro-Virgen-de-la-Asuncion-3-min

Fuente:https://desinformemonos.org/la-muerte-40-ninas-guatemala-motin-provocado-testimonios-apuntan-crimen-estado/

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La muerte de 40 niñas en Guatemala ¿Un Motín Provocado? Testimonios Apuntan a un Crimen del Estado.

Por: Jody García / Nómada. Desinformémonos. 17/03/2017

Guatemala I  Guatemala está de luto. Y mientras cientos de personas se reunían frente a la Casa Presidencial para llorar y gritar juntas por la muerte, en ese momento de 36 niñas, que ahora son 40,  en un hogar seguro y por la falta de reacción del presidente Jimmy Morales, a 10 kilómetros, hacia la carretera al Atlántico, en uno de los tantos barrios periféricos de la Ciudad de Guatemala, un hombre pegaba una cartulina que anunciaba el velorio de Mayra Haydée Chután Urías, una de las niñas que murió un 8 de marzo víctima de las llamas y víctima de cómo funciona el sistema con los más desfavorecidos de la sociedad.

Frente a la Casa Presidencial, mujeres y hombres, pero sobre todo mujeres, cantaban y lloraban. Lloraban y gritaban. Muñecas con los nombres de las 36 niñas, que ahora, cinco días después de la tragedia, ya son 40.  Veladoras encendidas, los nombres escritos en yeso en el piso, carteles. La tristeza de ambas escenas no cabe en palabras. Hubo gritos recordando que fue el Estado, que no fue un accidente, ¡que fue una ejecución!, que no queremos luto, ¡que queremos justicia! Que el único accidente ¡es este presidente! Mi cuerpo es mío, ¡no se quema!, ¡no se viola!, ¡no se mata! Una, ¡justicia! dos, ¡justicia! tres, ¡justicia! cuatro, ¡justicia! diez, ¡justicia! veinte, ¡justicia! treinta, ¡justicia! treintayséis, ¡justicia!

Por si la tragedia de 40 niñas calcinadas en un hogar gubernamental no fuera suficiente, los primeros relatos del día previo y del día 8 de marzo de 2017 apuntan a un giro más macabro, con participación estatal directa en al menos tres momentos clave y cinco negligencias. Estos son los testimonios recopilados por el equipo periodístico de Nómada, después de entrevistas con trabajadores, equipos que ingresaron al ‘hogar seguro’, familiares y pocos minutos de una entrevista con una de las sobrevivientes que fue llevada a Estados Unidos.

A pesar de los esfuerzos del gobierno de Jimmy Morales de hacer ver la tragedia como un acontecimiento de responsabilidad compartida entre todas las instituciones del Estado, los primeros testimonios lo contradicen y sitúan a funcionarios de su administración directamente implicados en el hecho.

foto: Nómada / Rocío Conde

¿Un motín provocado?

Tres testimonios coinciden en que la tarde del martes 7 de marzo, las adolescentes del módulo Mi Hogar empezaron a amotinarse y pidieron el apoyo de los adolescentes varones.

– No había nada planificado, pero nosotros las ayudamos, dijo uno de los adolescentes.

Ante las constantes violaciones sexuales por trabajadores, monitores y otras autoridades, los amotinamientos en el ‘hogar seguro’ Virgen de la Asunción eran frecuentemente promovidos por las niñas y las adolescentes. De esto hay 28 denuncias en la Secretaría de Bienestar Social, en especial contra un trabajador real de nombre Joseph; un caso en juicio promovido por el Ministerio Público contra un profesor; y una sentencia contra un albañil que abusó de una niña con capacidades especiales.

Continúan los testimonios sobre lo que pasó el martes 7 de marzo.

– Pero de pronto, a medio motín, el personal del Hogar abrió las puertas. ‘Si eso es lo que quieren, váyanse a la verga’, les gritaron a las adolescentes y los adolescentes, quienes, obviamente, salieron.

El Hogar queda en en San José Pinula, en una colina a 6 kilómetros del inicio de la Carretera a El Salvador, una de las zonas residenciales más exclusivas de la Ciudad de Guatemala. Está rodeado por bosques y barrancos que han servido de escondite para más de 100 niños y adolescentes que escaparon durante el último año.

Esa noche del martes 7 de marzo, el bosque también fue el escondite para los adolescentes que salieron cuando los trabajadores del hogar abrieron las puertas, según estos testimonios.

Según un acta que publicó Soy502.com, los trabajadores del Hogar de la Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia escribieron un acta en la que dejaban constancia que “no querían” que las adolescentes y los adolescentes “fueran readmitidos en el Hogar”. Sí. Que “no se hacían responsables” de hechos delictivos que estos adolescentes pudieran hacer en contra del resto de la población.

El acta tiene otro punto que coincide con los testimonios. Dice que de todos los módulos, los que se amotinaron fueron los de San Gabriel y Mi Hogar, de los adolescentes y las adolescentes, respectivamente.

Palizas, abusos y varias horas en negro

Cuando los policías detuvieron a los adolescentes fugados, vino la primera tanda de ‘castigos’, según los testimonios recopilados por el equipo de Nómada. A los adolescentes les dieron palizas y a las adolescentes las manosearon. Con excesiva violencia.

– Yo le pedí al comisario que por nada del mundo se fueran de ahí los policías.

Esta fue la orden (o ruego) que hizo por teléfono el presidente Jimmy Morales a Wilson Maldonado, jefe de la Comisaría 13 de la Policía Nacional Civil, a las 10 de la noche del martes 7 de marzo. La frase textual del presidente fue reconocida por él mismo en una entrevista el viernes por la noche en CNN. La instrucción a la policía fue que evitara que se fugaran las y los adolescentes.

Después de las palizas y los abusos, los policías los separaron; a los niños y adolescentes los encerraron en el auditorio y a las niñas y adolescentes en un espacio que algunos describen como ‘la escuela’ y otros como ‘el taller’.

Ahí hay espacios de tiempo en negro que todavía no están claros. ¿Qué pasó entre las 10 de la noche y las 2 de la mañana, cuando las niñas y adolescentes estaban en custodia de los policías y de los trabajadores del Hogar? ¿Qué pasó entre las 2 de la mañana y las 8 de la mañana?

Durante al menos seis horas, entre 52 y 60 niñas y adolescentes fueron encerradas bajo llave en ‘la escuela’, sin posibilidad de usar los sanitarios después de una jornada turbulenta. Una jornada que incluyó un motín no planificado, la apertura de las puertas del ‘Hogar’ para salir huyendo, espacio para ver a los adolescentes en el bosque, ver las palizas a sus compañeros y sufrir los abusos de los policías y un encierro bajo llave.

El incendio frente a sus ojos

Los testimonios sitúan a equipos de policías rodeando los dos lugares de encierro: el auditorio y la escuela. Decenas de policías dentro del Hogar Seguro resguardando a los niños y adolescentes en el auditorio, y a las niñas y adolescentes en la escuela.

Nómada pudo hablar un minuto con una de las adolescentes, de 13 años, que sobrevivió y está ahora siendo tratada en un hospital de Estados Unidos.

¿Cómo ocurrió el incendio?

– Empezó a quemar las colchonetas.

¿Quién las empezó a quemar?

– Solo los pusieron así en la ventana y comenzaron a agarrar fuego.

¿Quién encendió el fuego?

– Mimí. Solo por Mimí la conocíamos.

¿Qué hicieron cuando empezó el fuego?

– Comenzamos a somatar la puerta para que nos abrieran y no nos abrían.

¿Cuánto tiempo estuvieron encerradas (desde que inició el fuego)?

– Como diez minutos.

¿Cómo estás?

– Triste. Yo quiero que se vaya alguien de mi familia conmigo (al hospital en Estados Unidos).

¿Querés decir algo?

– Que el presidente nos ayude. Que apoyen a las demás que no tienen ni a su papá ni a su mamá que les apoye. A las que llevan a esa casa son a las que no tienen familia ni nada.

El testimonio de esta adolescente combina con el de otros adolescentes varones.

– Como a las 8:30 (de la mañana del 8 de marzo) empezamos a oler a quemado y no sé ni cómo abrimos la puerta del auditorio (que también estaba bajo llave) para ir a ayudarlas porque se estaban quemando. Pero los policías nos nos dejaron ayudarlas y nos empezaron a pegar. Nadie las ayudó y no nos dejaron ayudarlas.

6 Guatemala Maria-del-Carmen-Urias-Madre-de-Mayra-Chutan-victima-del-incendio-Hogar-Seguro-Virgen-de-la-Asuncion-en-la-espera-en-el-INACIF-8-min

Las cinco negligencias

A estos tres posibles delitos, que tienen que ser corroborados por una investigación del Ministerio Público (y quizás la CICIG), hay otras negligencias por parte del gobierno de Jimmy Morales y del sistema de justicia.

1. Apelaron orden de mejorar las condiciones del Hogar

La Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia no acató sino que apeló la orden judicial del 12 de diciembre de 2016 que exigía una transformación del Hogar Seguro Virgen de la Asunción para garantizar que no se violaran los derechos y la dignidad de los niños, las niñas y los adolescentes que vivían en él.

2. No financiaron los funerales ni cerraron el Hogar

No financiaron los funerales de las fallecidas, como había prometido el todavía Secretario de Bienestar Social en funciones, Carlos Rodas, el 8 de marzo por la tarde.

El Hogar Seguro sigue funcionando hasta hoy lunes 13 de marzo, a pesar del anuncio del presidente Jimmy Morales el 9 de marzo de que sería cerrado temporalmente.

3. Enviaron a sus casas violentas a niñas, niños y adolescentes

La orden presidencial del 8 de marzo fue regresar a sus casas a la mayor cantidad de niños y adolescentes posibles, sin tomar en cuenta que muchos de los niños, niñas y adolescentes fueron llevados al Hogar Seguro porque eran violentados en sus propias casas.

4. Una madre no pudo pagar los Q1,500 que le pedía el juzgado para sacar a su hija del Hogar

Como ocurrió con el caso de Mayra Chután, una de las adolescentes muertas el 8 de marzo, había ingresado al Hogar después de que desapareciera de su casa y su familia le pidiera a la policía ayuda para encontrarla. El sistema de justicia, en vez de devolverla a su familia, la ingresó al Hogar.

El caso parece ser recurrente. En el San Juan de Dios, la madre Ada Kelli Alfaro, quien está a punto de despedirse de su hija, de 14 años, que es otra de las menores que va a ir a Estados Unidos, explica que la PGN le informó de que ningún familiar podría viajar con las niñas, que permanecerán en Estados Unidos “unas dos semanas aproximadamente”.

– El presidente nos pidió disculpas por lo sucedido y garantizó que se haría justicia. Nos ofreció ayuda con los medicamentos, el transporte, el alojamiento y la comida.

Añadió que su hija había sido golpeada “brutalmente” en el Hogar Seguro y que le daban “comida con gusanos”. Dice que por ser de escasos recursos no pudo pagar los Q1,500 que le exigía el Juzgado para poner en libertad a su hija, que había ingresado al hogar “por rebeldía”.

Ada Alfaro no se preocupa por el lento avance de las investigaciones, ya que en lo único que piensa es en volver a abrazar a su hija cuando regrese de EEUU y “darle mucho amor y la bienvenida nuevamente a la vida”.

5. Enterarse de la muerte de su hija por un periódico y una cachetada

El caso de las niñas que van rumbo a Estados Unidos es la excepción. El Gobierno y la Secretaría de Bienestar Social todavía no ha dado información a los familiares de los 807 niños del hogar, como les ordenó un juzgado.

Una madre, Vianey Claret Hernández, sigue buscando a su hija Ashley Hernández, de 14 años, para lo cual ya se hizo pruebas de ADN para verificar si está entre las fallecidas. Cuando fue entrevistada por Nómada, llevaba tres horas esperando en el Hospital San Juan de Dios para poder visitar a la única herida que sigue sin identificar. Pero tiene pocas esperanzas de que sea su hija, después de que Prensa Libre publicara en la portada de la edición de este viernes la foto de su hija entre un listado de siete jóvenes fallecidas.

Vianey Hernández dice que nadie le ha avisado de que su hija se encuentre entre las víctimas mortales, aunque sí que forma parte del listado de 57 menores que fueron encerradas bajo llave.

– Una trabajadora social me dijo que mi hija había sido trasladada a un hospital, por lo que llevo tres días de angustia yendo de arriba para abajo. Sólo quiero saber si está viva o muerta (…). Aparezca o no mi hija voy a luchar hasta que haya culpables de esta masacre y estén entre rejas. A Jimmy, si lo tuviera en frente, le pego una cachetada, porque no está haciendo exactamente nada.

foto: Carlos Sebastián

El velorio de Mayra

Sus padres, María del Carmen Urías y Moisés Chután están sentados en la iglesia evangélica Emmanuel en la colonia Canalitos, en la zona 24. Tuvieron 11 hijos juntos y Mayra, que cumplió 16 años el 1 de marzo, es la tercera en morir. Hace siete meses, la familia pasó por otra tragedia. Uno de los hijos mayores no pagó una extorsión y fue asesinado.

La mamá, María del Carmen, no puede dejar de llorar. Lleva tres días así. El martes por la noche, cuando se reportó un motín en el Hogar Seguro, la preocupación por su hija no la dejó dormir. Pasó el miércoles peleando con las autoridades de la Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia y agentes de la policía porque nadie le daba información sobre el paradero de su hija Mayra.  Estuvo casi todo el día frente a la morgue esperando que le entregaran el cuerpo de su pequeña, y el jueves, frente a un ataúd reclama por qué no pudo recuperarla, por qué tiene que enterrarla justo el día en que tenía una audiencia para seguir con los trámites para que volviera a casa.

El Estado le entregó a su hija en una caja blanca; muerta por quemaduras en una habitación bajo llave de un refugio gubernamental. Sobre el féretro hay una fotografía de Mayra. Se parece a su mamá: ojos rasgados, tez morena, cejas pobladas, arqueadas, negras. Su hermana Estela recuerda que un domingo hace cuatro semanas la visitó por última vez en el hogar seguro. Mayra, ‘la sapito’ como le decían Estela y su esposo, pasó el día emocionada por jugar con su sobrinos en un área verde del hogar seguro.

Frente a la Casa Presidencial, mujeres y hombres, pero sobre todo mujeres, cantaban y lloraban. Lloraban y gritaban. Muñecas con los nombres de las 36 niñas, que ahora, cinco días después de la tragedia, ya son 40,  veladoras encendidas, los nombres escritos en yeso en el piso, carteles. La tristeza de ambas escenas no cabe en palabras. Hubo gritos recordando que fue el Estado, que no fue un accidente, ¡que fue una ejecución!, que no queremos luto, ¡que queremos justicia! Que el único accidente ¡es este presidente! Mi cuerpo es mío, ¡no se quema!, ¡no se viola!, ¡no se mata! Una, ¡justicia! dos, ¡justicia! tres, ¡justicia! cuatro, ¡justicia! diez, ¡justicia! veinte, ¡justicia! treinta, ¡justicia! treintayséis, ¡justicia!

¿Quiénes prendieron el fuego que acabó con la vida de 40 niñas? ¿Quiénes las encerraron y evitaron que pudieran escapar? ¿Quiénes las violaron y abusaron de ellas? ¿Quién les negó el alimento? ¿Quién las embarazó?, gritaba una activista feminista con megáfono en mano.

Los gritos y la indignación sólo aumentaron cuando escucharon por los medios la primera conferencia que dio el presidente Jimmy Morales, 34 horas después de la tragedia.

Acongojado, el presidente dio sus condolencias a las familias y a su patria. Anunció que cerrará temporalmente el Hogar Seguro Virgen de la Asunción y enumeró todas las medidas que había tomado su gobierno para prevenir hechos como éste. Que había una mesa interinstitucional que buscaba regresar a los niños a casas de familiares, que aumentó 20 por ciento el presupuesto para 2017, que su esposa promueve un programa de adopciones que se llama Es por amor.

Pero en la segunda mitad de su intervención dijo que la responsabilidad es de todos. De la sociedad, del sistema, de todos. Que no va a despedir a Carlos Rodas, el secretario de Bienestar Social que en la primera conferencia de prensa del 8 de marzo responsabilizó a las niñas de haberse amotinado. Que no va a despedir a Anahí Keller, su exproductora de televisión que está como subsecretaria. Que no había hablado antes porque estaba cumpliendo protocolos. Que va a esperar las investigaciones administrativas y penales para tomar decisiones.

Su vocero, Heinz Heinmann, había escogido qué periodistas harían cinco preguntas. Ante las protestas de los reporteros, el presidente las redujo a dos. Y las respondió con evasivas. Cerró la conferencia corriendo, sin responder por qué no hizo nada cuando el jefe de la comisaría 13, Wilson López, lo llamó el martes 7 de marzo para informarle sobre el motín en el hogar seguro. No respondió tampoco por qué el martes 7 de marzo su preocupación era rodear el hogar seguro para evitar que se fugaran los niños y adolescentes, pero no se preocupó por garantizar la integridad de los niños. No respondió por qué su gobierno rechazó las peticiones de los tribunales y el Procurador de los Derechos Humanos de trasladar desde 2016 a los niños de ese hogar por las denuncias y las sentencias por violaciones sexuales y maltratos. No respondió por qué no hizo todo lo que estuvo a su alcance para evitar las 40 muertes de la mañana del 8 de marzo.

Cinco meses de impotencia

El velorio. “Nunca debería de haber llegado a ese lugar”, suspira Estela, una de sus hermanas. Nunca. Entre sus ocho hermanos, Mayra, la penúltima en nacer, siempre buscaba a Estela y su relación era especial. Por esa cercanía, Estela fue la primera en enterarse cuando Mayra empezó a salir con un hombre 10 años mayor que ella, aunque no sabe realmente cómo se conocieron. Con él Mayra se empezó a cambiar.

– Supongo que se lo presentó una de sus amigas, pero él era más grande que ella. Mucho más grande, tenía 25 años. Ella empezó a alejarse de sus amigas. Siempre me habían caído bien, eran cristianas. Se alejó de su familia, de todo. Empezó a tomar cosas que no debería. No le voy a mentir. Empezó con la marihuana, todo por él. Perdón por la expresión, pero todo fue por este desgraciado.

En varias ocasiones Estela había intentado convencer a Mayra que lo dejara. Nunca lo conoció en persona, no conoce ni su nombre. Cuando Mayra le confesó que ‘se había entregado’ a él, Estela amenazó con mandarla a una casa correccional si no terminaba la relación. La amenaza funcionó. Mayra pasaba más tiempo en su casa y salía a correr, como le gustaba. Por un poco más de un mes parecía que volvió a ser la Mayra de antes. Sonriente. Alegre. Despreocupada. Hasta que un día hace cinco meses ya no regresó a su casa.

El 28 de septiembre de 2016 la familia reportó la desaparición de la adolescente y se activó la Alerta Alba-Keneth para dar con su paradero. Cuando las autoridades la encontraron, no la devolvieron a su familia. La ingresaron al Hogar Seguro. Su familia luchó cinco meses por sacarla. La pobreza en la que viven complicó los trámites, ya que debían juntar dinero para ir a las audiencias, recuerda su mamá, María del Carmen, que siempre le prometió que haría todo para sacarla de allí.

La horas de angustia que vivió la mamá, María del Carmen, antes de tener información de su hija son las mismas horas que han sufrido cientos de familiares que ayer se arremolinaban entre el hospital San Juan de Dios y las morgues de la zona 3 y del Inacif. La Secretaría de Bienestar Social todavía no les ha informado si sus hijos o familiares están vivos y dónde se encuentran. Llevan tres días y noches sin dormir porque no saben si sus hijas están entre las 52 que fueron encerradas con llave en una habitación en la que prendió fuego. Tres días y tres noches y la mañana de hoy sin saber a ciencia cierta si sus hijas, sobrinas o nietas murieron calcinadas.

Afuera de los hospitales y las morgues había mujeres consolando mujeres; mujeres buscando niñas; mujeres denunciado los abusos que sufrieron sus pequeñas; mujeres de Zacapa, Sololá, Jutiapa, Cobán y la Ciudad de Guatemala leyendo una y otra vez los listados que circulaban con los nombres de las fallecidas.

7 Velorio-de-Mayra-Chutan-victima-de-la-tragedia-en-el-Hogar-Seguro-Virgen-de-la-Asuncion-8-min (1)

La negligencia gubernamental

Diputados, organizaciones civiles, de derechos humanos, de niñez, y ciudadanos reclaman que el Gobierno tuvo oportunidades de detener la tragedia y no lo hizo. Por ejemplo, cuando no quiso cumplir con condena del Juzgado Sexto de la Niñez por las violaciones cometidas contra los menores de edad resguardados lugar. El tribunal les había ordenado gestiones para evitar los abusos contra las niñas. Y la Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia impugnó la resolución y detuvo la orden judicial. El secretario Carlos Rodas dijo que lo había impugnado porque no podía reconocer que había torturas a los niños ahí.

– No se puede apelar cuando le están pidiendo a uno que cumplan con sus funciones, dijo Hilda Morales, Procuradora Adjunta de Derechos Humanos.

Desde la sociedad civil también reclaman que no se hizo nada hasta ahora que ocurrió la tragedia. Paula Barrios, directora de Mujeres Transformando el Mundo, solicitó el año pasado por medio de un amparo que se cerrara el Hogar Seguro. Y hasta ayer una Sala de Apelaciones las citó para que dieran sus argumentos. La abogada reclama que el proceso fue lento y que sigue sin conocerse si se está investigando la denuncia que presentaron por la desaparición de al menos 200 niñas desde el año 2012.

Fue demasiado tarde. Como fue demasiado tarde cuando abrieron las puertas de la habitación para que las niñas que se estaban quemando salieran. 15 de las 17 no pudieron ser rescatadas por 35 médicos del hospital San Juan de Dios. Las otras dos siguen en estado crítico. De las 52 que se encontraban en la habitación, sólo 16 han sobrevivido. Van 36 niñas muertas.

Las sobrevivientes, además del profundo dolor que conlleva la recuperación, tendrán que enfrentarse a secuelas físicas, psicológicas, problemas de rehabilitación, gastos y terapias, recordó con voz entrecortada Napoleón Méndez, jefe de emergencias del San Juan de Dios.

Los próximos días

La tragedia en el Hogar Virgen de la Asunción está siendo investigada por un equipo integrado por 16 miembros de las fiscalías contra el Femicidio, de la Niñez, contra la Trata de Personas, Delitos contra la Vida y la de San José Pinula. En 48 horas procesaron la escena donde encontraron a las niñas calcinadas y recopilaron el material visual de 68 cámaras de vídeo que estaban instaladas en el lugar. Roberto Garza, vocero del Inacif, dijo que están analizando al menos 25 indicios para determinar qué provocó el incendio. También dijo que en dos días han entrevistado a 30 familias y tomado muestras de ADN para identificar a las víctimas que sufrieron quemaduras en todo su cuerpo.

Permanecen la incertidumbre alrededor del caso. ¿Dónde están los culpables de los abusos que las niñas denunciaron? ¿Los responsables de no haber quitado llave cuando se estaban quemando? ¿Dónde están y quiénes son las niñas que escaparon la noche del motín? ¿Dónde están los 750 adolescentes y niños que hasta el miércoles 9 de marzo vivieron en el Hogar Seguro Virgen de la Asunción que empeoró sus condiciones todavía más con la llegada del gobierno de Otto Pérez Molina y Roxana Baldetti? ¿Dónde están los responsables del gobierno de Jimmy Morales?

María del Carmen no volverá a escuchar la voz de su hija Mayra, que desde Hogar Seguro le llamaba todos los sábados para preguntarle si llegaría a la visita dominical. Moisés, su padre, aunque trató, no pudo alejarla de la muerte. Antes de la tragedia, la familia decidió abandonar Canalitos, la colonia donde habían vivido durante toda la vida, por la inseguridad.

– Para que no mataran a mis patojos, explica el papá de Mayra, que vive ahora en otro barrio periférico, en la zona 18.

Moisés y María del Carmen, los padres que el viernes 10 se levantaron para enterrar a su hija Mayra, de 16 años, trabajaban como agentes de seguridad. María del Carmen en los autobuses rojos públicos de la ruta entre Mixco y la zona 18. Moisés como guardia de un restaurante. Actualmente ninguno de los dos tiene trabajo. Moisés llamó ayer a la compañía donde laboró 28 años para ver si ya le podían pagar su liquidación. Quería saber si al menos podrían darle algo de dinero para cubrir los gastos del entierro. La respuesta fue que esperara. La promesa de la Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia de cubrir los costos de los funerales fue eso, una promesa.

– Sacame de aquí. No me gusta. La comida es mohosa. Nos manosean, nos golpean. Abusan de nosotras los custodios, a veces los cocineros. Me violaron.

Así recuerda Estela que le rogaba su hermana Mayra.

Como frente a Casa Presidencial, en la iglesia evangélica Emmanuel un grupo de 25 personas también canta, le canta a Mayra.

– Más allá del sol, más allá del sol, yo tengo un hogar, un bello hogar, más allá del sol.

3 Guatemala Ambiente-en-hospital-general-San-Juna-de-Dios-por-tragedia-en-el-Hogar-Seguro-Virgen-de-la-Asuncion-3-min

Fuente: https://desinformemonos.org/la-muerte-40-ninas-guatemala-motin-provocado-testimonios-apuntan-crimen-estado/

Fotografía: desinformemonos

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En Guatemala: Las alfombras que educan maridos

Lo revolucionario, en un país como Guatemala donde en 8 de cada 10 hogares las mujeres son víctimas de la violencia, es que en Patanatic los hombres han aprendido a respetar a sus esposas. Y todo gracias a las alfombras de Glendy Mendoza.

Cada mes, además de los pequeños y la casa, la costureras de Patanatic elaboran dos alfombras artesanales, una grande de 24×38 centímetros, y otra pequeña, de 22×18. “Con la grande se saca más beneficio”, concluyen todas a la vez. En total, unos 2.000 quetzales (253 euros) mensuales. Un ingreso que ha permitido mejorar la vida de las familias. “Antes el suelo de la casa era de tierra, ahora es de piso. También cambiamos la ventana”, dice Glendy, apuntando con sus dedos ásperos a la luz que cruza la estancia desde los campos de maíz. “Pero sobre todo ayuda también la alimentación de la familia”.

“Al principio mi marido no quería, pero luego se dio cuenta de que podía apoyar con los gastos de la familia. Desde entonces me ayuda con los dibujos y a escoger colores”. La que habla es Nicolasa. Pero podría haber sido Juana, Lucía, Encarnación o cualquiera de las otras seis mujeres que conforman el grupo de costureras de alfombras Patanatic que a golpe de aguja han transformado el mundo. Todas relatan una historia similar: “Él no quería que viniese, pensaba que eso de las alfombras no se vende, pero luego empezó a ver que es rentable. Ahora él mismo me guarda las piezas y me ayuda”.

En Guatemala, especialmente en las comunidades rurales, las mujeres sufren una doble condena: por género y por etnia

En Guatemala, especialmente en las comunidades rurales, las mujeres sufren una doble condena: por género y por etnia. Al ser las primeras en abandonar la escuela, habitualmente al concluir el ciclo de educación primera, sus posibilidades de incorporarse al mercado laboral se reducen exponencialmente. Siendo indígenas, las oportunidades de trabajar fuera de casa son en la práctica inexistentes. Su papel social se limita al rol de madre. E incluso como tal vuelven a ser discriminadas.

Cuando la comida escasea, lo que ocurre con demasiada frecuencia en un país donde el 79,2% de los indígenas vive en situación de pobreza, el modelo social prima el papel del hombre: los padres son habitualmente los primeros en alimentarse, dando luego prioridad a sus hijos varones. La madre y esposa es la última en comer. Las sobras de la miseria.

Cada día, Bartola dedica entre cinco y seis horas a la costura, al tiempo que se encarga del cuidado de sus hijos. - PABLO L. OROSA

Y no sólo por instinto maternal, sino también por disposición cultural. Así, cuando resultan embarazadas, la mayoría carecen del estado nutricional adecuado para dar a luz, lo que se traduce en una de las tasas de desnutrición crónica más elevadas del mundo: casi la mitad de los menores carece de la alimentación necesaria para su correcto desarrollo físico e intelectual.

“Contra la mujer aquí hay violencia psicológica, física y económica. Hay mucha dependencia, la mujer está supeditada al hombre. Eso es lo que queremos romper”, subraya Lilian Xinico, una activista indígena empeñada en transformar el modelo de desarrollo de los pueblos originarios empoderándolos desde dentro. “Si damos la oportunidad a las mujeres pueden mejorar la vida de las familias”. Y transformar la forma de vivir de un pueblo.

Generar ingresos y cuidar a los niños

Los pequeños no paran de corretear. Los de más edad persiguen las gallinas que atraviesan la cocina a toda velocidad, mientras los demás los miran desde la distancia, pegados al güipil de su madre. La ventaja de este trabajo es que “lo podemos hacer en nuestro hogar”, sin descuidar a los niños, interrumpe Glendy Mendoza. Apenas a un metro, Bartola, la más abnegada de las costureras de Patanatic, tira de los hilos sobre el bastidor con el peso de su bebé sobre la espalda. «Esta es nuestra vida, un poco costura, un poco cuidamos de los niños».Cuando sonríe, a Bartola se le ven los pespuntes del tiempo.

“Entre las 10 y las 12 tenemos algo de tiempo para la costura. Después ya tenemos que preparar la comida y mirar por los niños»

Porque la vida en este pequeño pueblo colgado sobre las aguas refulgentes del lago Atitlán, apenas a cuatro kilómetros y decenas de campos de cebolla de Panajachel, el centro turístico más importante de Guatemala,comienza demasiado pronto.

Con el sol todavía escondido, las mujeres preparan el desayuno para sus maridos antes de que estos inicien su jornada como labradores o albañiles. Después se ocupan de los niños, los alimentan, los visten y envían a los mayores a la escuela. El resto de la prole permanece en casa, junto a las gallinas y los platos sucios. “Entre las 10 y las 12 tenemos algo de tiempo para la costura. Después ya tenemos que preparar la comida y mirar por los niños. Hasta la tarde, entre las 3 y las 6, no volvemos a la costura”.

A su lado, todas asienten. “Con el dinero que gano de las alfombras ayudo en los gastos y podemos mejorar la casa para ofrecer un futuro mejor a nuestros hijos”, añade Roxana. A su lado, las mujeres de Patanatic vuelven a asentir.

Pero no siempre fue así. Cuando Glendy llegó al pueblo con la propuesta que Reyna Isabel, la joven que junto a la artista norteamericana Mary Anne Wise ha puesto en marcha el proyecto llamado Multicolores, la indiferencia fue la mejor de las respuestas. Los hombres no creían que sus mujeres pudieran conseguir ingresos por su cuenta y ellas no habían entendido que el progreso pasa siempre por el desafío de lo establecido. “Costó que confiaran”, reconoce Reyna desde la pequeña tienda de Panajachel en la que reciben a los turistas que se acercan atraídos por la fama de las alfombras de Patanatic.

Glendy Mendoza tuvo que lidiar con la indiferencia y los prejuicios patriarcales para convencer a su compañeras. - PABLO L. OROSA

Glendy Mendoza tuvo que lidiar con la indiferencia y los prejuicios patriarcales para convencer a su compañeras. – PABLO L. OROSA

Dos días de 2012 lo cambiaron todo. Doce mujeres de cinco comunidades, en su mayoría incapaces de leer ni escribir, recibieron un taller intensivo. Elegir las telas y los colores, dibujar los flores, pájaros y diamantes, dejar los puntos arriba para que nada se desate. El resto, el talento, ya venía de casa.

En apenas unos meses, las diez costureras de Patanatic ya sabían lo que Glendy les había enseñado. “Los colores, hay que tener cuidado con las tonalidades para estar siempre dentro de la misma escala”, recuerda Lucía. A su espalda, las gamas cuelgan sobre la pared: los tierra, los azules y los rojos.

Cada vez son más las mujeres que se acercan a casa de Glendy Mendoza para unirse al proyecto. “Se quieren incorporar para ofrecer un ingreso a sus familias”. Por ahora son ya son 62 (y un niño de 14 años), repartidos en cinco comunidades. Todas de etnias quiché y kaqchikel. El objetivo es que la cifra no deje de multiplicarse.

“Cada año se vende más. Es un trabajo hecho por mujeres y respetuoso con el medio ambiente (las tiras de lana que utilizan para tejer las alfombras las adquieren en tiendas de ropa de segunda mano). Queremos expandirnos a más mercados en USA, Canadá y Europa y hacer más productos: cojines, portavasos…”, señala Reyna Isabel.

Por ahora han conseguido lo más complicado. Romper el círculo del patriarcado.Porque gracias a las alfombras de Glendy los hombres de Patanatic han entendido que para cambiar el mundo basta con una aguja y dos manos.

Fuente: http://www.publico.es/internacional/femenino-plural-alfombras-educan-maridos.html

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Guatemala: Miles de niños no asisten a la escuela, según censo del Mineduc

Guatemala / 15 de marzo de 2017 / Por: Yanira Alvizurez / Fuente: http://www.prensalibre.com

Luego de consolidar los datos obtenidos a través del censo escolar, el Ministerio de Educación (Mineduc) determinó que de los 141 mil 337 menores que están fuera del sistema educativo, 37 mil 706 son de San Marcos, Quiché y Huehuetenango.

El censo escolar se llevó a cabo del 16 de enero al 3 de febrero y se efectuó en coordinación con las direcciones departamentales de Educación y maestros del sector oficial, quienes visitaron viviendas aledañas a los centros educativos en 12 mil 850 comunidades del área urbana y rural, de todo el país.

Según autoridades del Mineduc, para la recolección de datos se diseñó una encuesta, cuyos datos fueron digitados directamente por los docentes al Sistema de Registro Educativos (SIRE), quienes entrevistaron a 20 mil 412 personas del área urbana y 120 mil 925 de la área rural.

El ministro Óscar Hugo López, detalló que luego de consolidar los datos se determinó que los departamentos con mayor incidencia de menores entre 4 y 15 años que están fuera del sistema educativo inicial, preprimario, primario, básico y diversificado son Guatemala con 13 mil 27; Huehuetenango 13 mil 31; San Marcos,12 mil 996, y Quiché, 11 mil 709.

Seguidos de Petén con 9 mil 456; Alta Verapaz, 9 mil 69; Escuintla, 7 mil 865; Chiquimula, 7 mil 865, y Suchitepéquez, 7 mil 103; Chimaltenango, 5 mil 635; Totonicapán, 5 mil 126; Baja Verapaz, 4 mil 901; Santa Rosa, 4 mil 780; Jutiapa, 4 mil 669; Quetzaltenango, 4 mil 624; Izabal, 4 mil 236; Sacatepéquez, 4 mil 98; Jalapa 3 mil 155; Sololá, 2 mil 487; Retalhuleu, 2 mil 289; Zacapa, 2 mil 241 y El Progreso mil 487.

Explicó que del total, 73 mil niños entre 5 y 7 años, nunca han asistido a un centro educativo, por lo que no tienen ninguna formación escolar. Los  68 mil restantes de entre 7 y 14 años, ya cursaron algún grado en la escuela pero tuvieron que retirarse por distintas razones.

El funcionario manifestó que un dato muy importante identificado es que 371 comunidades visitadas no cuentan con centro educativo cercano, pues los niños deben caminar hasta tres horas para poder llegar a sus establecimientos. Además, se identificaron a 6 mil 629 menores con necesidades educativas especiales.

“El censo no representó costos en el presupuesto del Mineduc, ya que se realizó con personal propio”, dijo López.

Habrá cobertura

El ministro indicó que trabajan en programas de acceso a cobertura que incluye transferencias monetarias condicionadas para apoyar a niños que no van a la escuela por razones económicas y la ampliación de la cobertura educativa, que permitirá a niños de 6 años ingresar en primaria.

Explicó: “Con apoyo de maestros, supervisores y el Ministerio de Desarrollo Social se espera obtener a corto plazo resultados positivos para los niños que están fuera del sistema educativo”.

Mario Chang, director departamental de Educación en San Marcos, afirmó que recientemente implementaron una campaña de concienciación para que los padres envíen a sus hijos a estudiar, pues la inscripción para el ciclo escolar vence el próximo 31 de marzo.

No asisten a la escuela

Raquel Juan Mateo, de la cabecera de Huehuetenango, quien tendría que cursar tercero básico, cuenta que sus padres se dedican a la agricultura y que el dinero no les alcanza ni para la comida.

“Mi sueño es ser policía para contribuir a proteger a los ciudadanos, especialmente a los de escasos recursos que como yo no tenemos derecho a la Educación”, expresó.

Francisco Juan Ramírez, 70, padre de la menor, asegura que debido a las condiciones de pobreza en las que viven no cuentan con los fondos para comprar los útiles escolares.

“La educación de los niños no es gratuita; al contrario, representa un gasto para los padres, por eso muchos se quedan sin ir a la escuela”, añadió María Mateo, madre de la menor.

Valentina Rodas apoya en los oficios domésticos, pues no está inscrita en la escuela.(Foto Prensa Libre: Whitmer Barrera)
Valentina Rodas apoya en los oficios domésticos, pues no está inscrita en la escuela.(Foto Prensa Libre: Whitmer Barrera)

En la aldea Colima Dos, San Pablo, San Marcos, viven los hermanos Rodas Chilel, cuatro de los 12 mil  996 menores del departamento que por falta de recursos abandonaron sus estudios.

“Me gustaría ir a la escuela, pero mis papás no tienen dinero para comprar útiles, uniforme y hacer las tareas”, expresó Valentina, 17, quien no sabe leer ni escribir.

A los hermanos se suma Pedro Morales, 9, cuyo sueño es ser maestro para apoyar a los niños pobres de la aldea La Puerta Chinique, Quiché, de donde es originario.

La madre del menor, Juana Morales, comentó que su esposo trabaja de jornalero en una finca de la Costa Sur y gana muy poco.

Fuente noticia: http://www.prensalibre.com/guatemala/comunitario/visitan-viviendas-de-nios-que-no-van-a-la-escuela

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Guatemala: Convenio favorece educación de niños en Purulhá

Guatemala / www.prensalibre.com / 15 de Marzo

Al menos 571 estudiantes de dos escuelas de comunidades de Purulhá, Baja Verapaz, se verán beneficiados con la firma de un convenio entre la Embajada del Japón en Guatemala y Plan Internacional Guatemala.

Los establecimientos educativos favorecidos con infraestructura, se ubican en las comunidades de Matucuy I y Sacsamaní, donde el apoyo de los pobladores será vital para llevar a cabo la obra valorada en unos Q604 mil 616.

De acuerdo con organizadores, el proyecto también beneficia a nueve maestros y de manera indirecta a unos dos mil 326 vecinos de ambas comunidades.

Tomohiko Furutani, embajador del Japón en Guatemala, indicó que espera que esta obra contribuya al país.

Añadió que también tienen un proyecto en Sololá, y que han ayudado a más de 300 escuelas y que continuarán con ese tipo de cooperación.

“Creemos que la educación es la base del Estado, nosotros queremos hacer más esfuerzos en esta área como el tema de ambiente y turismo”, resaltó.

Edificarán aulas

El convenio fue concretado este lunes en la capital, donde Débora Cóbar, directora del referido plan, explicó que construirán dos aulas y letrinas para niños y niñas en cada escuela y en una se tiene contemplado edificar una concina.

Resaltó que uno de los aspectos más valiosos, es que los vecinos ayudan con la mano de obra y hay supervisión profesional para garantizar un buen trabajo.

Cóbar indicó que cuentan con planes de ayuda en otras 500 comunidades y que el de educación se implementa de acuerdo al diagnóstico de cada escuela. Agregó que también ayudan con becas, cuyos fondos provienen de donaciones de personas guatemaltecas.

Dijo que las niñas son las que más dejan de asistir a la escuela y esto debido a la falta de recursos y que, en algunos casos, inciden los aspectos culturales.

Ampliar cobertura

Anunció que diseñan una propuesta para trabajar en el área del Polochic, pero es un proyecto grande, ya que está enfocado a infraestructura, educación y salud.

Plan Internacional Guatemala también capacita líderes comunitarios para mejorar los proyectos y trabajan con municipalidades para que fomenten políticas en favor de la niñez.

Sebastián Castro, alcalde de Purulhá, agradeció por el apoyo por el convenio. Resaltó que también han recibido ayuda de distintos países a través de Plan Internacional.  “Me comprometo a darle seguimiento a las obras que se están haciendo”, expresó.

Lamenta tragedia

En su intervención, el embajador Tomohiko Furutani expresó sus condolencias por la tragedia ocurrida en el Hogar Seguro Virgen de Asunción. “Nuestra labor está comprometida con la niñez guatemalteca y hoy más que nunca trabajaremos con más fuerza para evitar que hechos tan lamentables como el ocurrido se repitan. Esperamos la pronta recuperación de las víctimas”, manifestó.

A la actividad también asistieron algunos de los niños que serán beneficiados y se informó que la obra podría estar concluida en octubre próximo.

 

Escuelas que se verán beneficiadas. (Foto Prensa Libre: Cortesía).
Escuelas que se verán beneficiadas. (Foto Prensa Libre: Cortesía).
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