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Tecnología y creatividad para innovar en las aulas de clase.

Vicepresidente de Educación de Microsoft habló sobre retos de la relación con el sector educativo.

América del Sur/Colombia/20.06.2017/Autor y Fuente: http://www.eltiempo.com

Los alumnos de la Institución Educativa José Asunción Silva de Medellín recogen imágenes, entrevistas y videos para enseñarles a estudiantes de países como Chile, Puerto Rico, República Dominicana, México, Ecuador, Estados Unidos, Malasia e India quiénes son, qué piensan, en qué creen, qué comen, cómo viven, cómo es su ciudad y su país; a la vez, ellos reciben sus testimonios y así aprenden todos al tiempo. Para eso usan los computadores del colegio, las aulas virtuales, Skype y OneNote como parte del programa Amigos sin fronteras que la profesora Katerine Franco se inventó para acercar a los jóvenes a la tecnología y aprovechar esta en la educación.

Casos como estos son los que le gusta mostrar por todo el mundo a Anthony Salcito, vicepresidente mundial de educación de Microsoft, quien estuvo en Virtual Educa, evento sobre innovación educativa en Colombia.

¿En el mundo se está haciendo bien la unión entre tecnología y educación?

Sí, cada vez más hay más involucramiento, muchos dicen que no lo suficientemente rápido, pero yo tengo una perspectiva más optimista. Muchas escuelas se están adaptando en la medida de sus posibilidades. Reconozco y celebro que el aprendizaje ha tenido un cambio fundamental (no solo en las escuelas), en la forma como aprendemos por la disponibilidad de internet, de celulares y el acceso a la información.

¿Cómo está Colombia en este campo?

Está emergiendo como líder en América Latina. Las inversiones en tecnología y la investigación en aprendizaje están tomando lugar. Pero sí debemos seguir siendo más ambiciosos. En un tiempo de paz, de inversión en la educación, es una responsabilidad de los líderes de la educación y de los maestros inspirar y generar resultados para posicionar al país como líder de la región y mundial de innovación educativa.

No es tecnología por tecnología, sino que esta mejore la eficiencia, la seguridad y tenga mayor costo-beneficio

¿Cómo deben adaptarse las escuelas a estos cambios?

La reformulación del aprendizaje ya empezó en nuestra sociedad. Cuando yo iba a la escuela solo había un texto de libro escrito por un autor. Ahora existe la posibilidad de tener diferentes perspectivas desde distintos lados. Los educadores deben enseñar cómo usar esa información. También debemos ver lo que piden los empleadores, muchos buscan cambios urgentes en la educación. Necesitan empleados con más habilidades de manejo tecnológico.

Entonces, la relación entre tecnología y educación no se trata solo en entregar dispositivos tecnológicos…

Exacto, cada inversión en tecnología debe estar conectada con resultados de aprendizaje. No es tecnología por tecnología, sino que esta mejore la eficiencia, la seguridad y tenga mayor costo-beneficio. Podemos estar orgullosos de nuestra tecnología, de nuestros laboratorios de computadores, etc., pero eso no tiene sentido si los estudiantes no están motivados por aprender, por sus carreras y seguros de su competitividad en el futuro.

¿Qué habilidad es necesario desarrollar hoy en día?

Es fundamental el desarrollo de pensamiento crítico. Ahora tenemos todas las respuestas en nuestros celulares, así que llegar a la respuesta no es el reto para los estudiantes del futuro. Lo que importa es cómo llegas a la solución correcta. Es una pedagogía fundamental.

Eso significa que todos debemos cambiar la forma como pensamos, incluidos los maestros…

Debemos pensar en cambiar el rol de la educación. Celebramos a los maestros innovadores. Cada vez que viajo por el mundo veo clases donde se está desarrollando el futuro hoy. Los maestros están arreglándoselas para traer nuevas pedagogías y crear diferentes roles para ellos mismos; el reto es que el futuro no está universalmente distribuido, así que ellos están haciendo que este tipo de cosas pasen porque es su propia pasión.

Fuente: http://www.eltiempo.com/vida/educacion/entrevista-con-vicepresidente-de-educacion-de-microsoft-sobre-la-educacion-en-colombia-99132

Imagen: http://www.eltiempo.com/files/article_main/files/crop/uploads/2017/06/14/5941de7e31732.r_1497490455186.457-553-2405-1527.jpeg

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Entrevista: Adela Cortina. “Hay que cultivar una ética que induzca a no dañar al otro”

La catedrática de Ética Adela Cortina ha participado en el ciclo ‘Encuentros de ética, humanismo y ciencia’ para conversar sobre las diferentes fobias sociales

UNA ENTREVISTA DE E. IRIBARREN FOTOGRAFÍA DE: J. M. MARTÍNEZ

DONOSTIA. La filósofa y catedrática de Ética Adela Cortina ha participado en Donostia el pasado jueves en el ciclo Encuentros de ética, humanismo y ciencia junto a Miguel Angel Von Wichmann, médico adjunto del Servicio de Enfermedades Infecciosas del OSI Donostialdea. La conversación de ambos giró en torno a un asunto de plena actualidad que obliga a los poderes públicos y a la sociedad en su conjunto a estar permanentemente alerta: las fobias sociales y los discursos del odio. Uno de los grupos más vulnerables a sufrir en sus carnes las expresiones de odio, tanto verbales como físicas, son los pobres, una condición a la que Cortina ha dedicado su último libro Aporafobia, el rechazo al pobre: un desafío para la democracia. Galardonada con innumerables premios y distinciones, Cortina es especialista desde el punto de vista de la ética y la filosofía de asuntos como ciudadanía, democracia o cosmopolitismo.

¿A qué nos referimos cuando hablamos de fobia social?

-Al rechazo que sufren grupos sociales vulnerables por parte de quienes se sienten superiores a ellos.

¿Por qué surgen en la sociedad este tipo de expresiones? ¿Es algo espontáneo o inducido? Y si es inducido, ¿qué factores desencadenan este tipo de conductas?

-Hay tendencias biológicas hacia las fobias, pero se cultivan socialmente. El cerebro humano es muy plástico y se pueden potenciar unas tendencias u otras.

¿Hay colectivos especialmente proclives a sufrir delitos de odio? ¿Comparten alguna característica para sufrir este tipo de ataques contra su dignidad o es aleatorio?

-Los colectivos proclives a sufrir estas agresiones son los que se encuentran más desamparados en cada uno de los lugares sociales. Pueden ser los económicamente pobres, los mendigos, las personas sin hogar, pero también los que pertenecen a razas o etnias minoritarias, a la religión que no profesa la mayoría, a la orientación sexual que no se tiene por normal.

¿El Código Penal protege específicamente a algún grupo o colectivo, o cualquier colectivo es susceptible de sufrir un delito de odio?

-Cualquier colectivo que no cuenta con apoyo social puede sufrir el daño, y el Derecho cada vez se está ocupando más de castigar y prevenir estos delitos desde el Derecho Penal, el Administrativo y el Antidiscriminatorio.

No hace ni 70 años de la destrucción de los judíos europeos, el ejemplo más acabado de adónde conduce el discurso del odio. Y sin embargo, aquí seguimos a vueltas con ello. ¿Es innato al ser humano?

-Las fobias existen, y una de ellas es el antisemitismo, que sigue presente en muchos países. Pero existen otras fobias como la misoginia, la aporofobia, que es el rechazo al pobre, la islamofobia o la cristianofobia. Percatarse de que existen es esencial para combatirlas.

La reiteración de los delitos demuestra que el castigo no es suficiente. ¿Qué más se puede hacer desde los poderes públicos para proteger a los colectivos o sensibilizar a la ciudadanía para prevenir estas conductas?

-Educar en valores éticos como el respeto activo a todas las personas, porque todas tienen dignidad, y no un simple precio.

¿Dónde acaba la libertad de expresión y empieza el delito de odio? ¿Es posible establecer una línea?

-Es imposible trazar una línea. Por eso, el Derecho ha de buscar criterios para intentar detectar cuándo hay delito, pero no basta. Cultivar una ética que induzca a no dañar es la clave.

¿Internet ha venido para multiplicar los delitos de odio y las expresiones de fobia social? ¿Es su aparente anonimato una fuente para multiplicar este tipo de conductas?

-Sin duda. Precisamente por eso es necesario tomar medidas jurídicas preventivas y punitivas, y sobre todo formar personas que manejen las redes con responsabilidad, intentando no dañar.

Si en foros y chats no hay delito de odio, desde luego hay odio a raudales. ¿Cree que este tipo de expresiones están en aumento o ahora somos más sensibles a detectar los delitos de odio?

-Somos más sensibles a detectarlos, porque hay una conciencia moral social de que esos discursos dañan por sí mismos y por las consecuencias que conllevan. Pero también están en aumento porque hay más medios para difundirlos.

¿Cree que la clase política es consciente del efecto que sus discursos pueden tener para alimentar las fobias sociales?

-No existe “la clase política”. Existen políticos con nombres y apellidos. Algunos están encantados de alimentar algunas fobias sociales; otros, no.

¿Ve semillas de odio en la política del Estado o por ahora es una frontera que no se ha cruzado?

-No, no las veo.

¿Por los tuits y comentarios que ha hecho públicos desde que es presidente, se podría juzgar a Donald Trump por delito de odio?

-Un juez debería contestar a esa pregunta. Yo puedo decir que sus discursos contra los mexicanos son discursos de odio.

¿Y los medios? ¿Cuál es su responsabilidad?

-Muchísima. Deberían dar noticia de esos discursos lo indispensable para atender al derecho de información, pero no darles más publicidad, que es precisamente lo que desean quienes los pronuncian.

¿Qué opina de las caricaturas de la revista ‘Charlie Hebdó’?

-Que la revista es libre de publicarlas, pero yo no lo hubiera hecho, porque es mejor no dañar la sensibilidad.

¿Y del autobús homófobo? ¿Compartió la decisión de detener su recorrido?

-Siempre que se detuviera también el otro autobús, que dañaba a personas concretas sin más.

Hay quien se queja del lenguaje políticamente correcto, como si tuviera que existir el derecho a la ofensa. ¿Somos tolerantes con reírse a costa de herir a terceros?

-La cuestión no es tanto de tolerancia con quien se ríe hiriendo a terceros, sino de fomentar el respeto a los demás.

Acaba de publicar el libro ‘Aporafobia, el rechazo al pobre: un desafío para la democracia’. ¿En qué sentido es un desafío para la democracia?

-Porque la aporafobia causa exclusión y una democracia hoy debe ser incluyente. Nadie puede quedar fuera, menos aún los vulnerables.

¿Por qué nos causan rechazo los pobres?

-Esto es justamente lo que se cuenta en el libro, así como las propuestas para superar ese rechazo.

Tras la crisis, en Europa ha aumentado, si no la pobreza, sí la desigualdad y, desde luego, la precariedad. ¿Pone en riesgo el proyecto de la Unión Europea?

-Por supuesto. Porque atenta contra los valores que son el núcleo de la Unión.

A lomos del discurso neoliberal y el adelgazamiento del estado de bienestar, comienza a deslizarse la idea de que el pobre es dueño de su suerte. ¿Qué puede hacer el pobre para escapar a su situación?

-Exigir lo que por derecho le corresponde.

En Euskadi hay un fuerte debate a cuenta de las ayudas a los colectivos más desfavorecidos, ayudas que se plasman en una Renta de Garantía de Ingresos, que tiene la virtud de mantener a flote a sus perceptores y evitar el aumento de la pobreza. ¿Qué opina de este tipo de recursos?

-Que son un mínimo de justicia en una sociedad que valora a las personas.

Fuente de la Entrevista:

http://www.deia.com/2017/06/11/sociedad/euskadi/hay-que-cultivar-una-etica-que-induzca-a-no-danar-al-otro

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Entrevista a Frei Betto: «No hay política progresista sin un trabajo de educación popular»

Entrevista realizada por Matías Loja. La Capital

El teólogo brasileño Frei Betto estuvo en Rosario. Destacó la vigencia de una pedagogía liberadora.

Cuando era un joven educador popular, Frei Betto trabajó durante cinco años en una favela y en una oportunidad fue convocado para ayudar a los médicos a comunicarse con las mujeres del barrio. «Los médicos hablaban en FM y las mujeres captaban en AM», recuerda con ironía sobre esa distancia. Lo primero que advirtió fue que en el consultorio el material de difusión sobre maternidad estaba alejado de la realidad del lugar: todos los bebés de los carteles eran bien rubios, de ojos azules, como salidos de una publicidad de Johnson. Se hacía difícil lograr una identificación del paciente con el profesional. Pero además notó que el doctor utilizaba un lenguaje abstracto, lejano de lo popular. Una de esas pacientes fue doña María, quien asistió a una charla sobre la importancia de amamantar a sus bebés. Betto le preguntó si había entendido la explicación del médico, de por qué la leche materna era necesaria. Ella le contestó: «No entendí nada, yo no tengo cultura, fui poco a la escuela. Y el doctor tiene mucha cultura». Betto vio en esa respuesta la lejanía y también la oportunidad para saldarla. Sabía de antemano que el médico no se cocinaba ni un huevo y que doña María, por el contrario, era una excelente cocinera. Le pidió que les contara cómo se hacía un pollo con salsa y ella les dio una clase magistral de gastronomía. «¿Se da cuenta doña María? Si usted y el doctor están perdidos en una selva y solo hay un pollo él, con toda su cultura, se muere de hambre. Y usted no». La mujer sonrió de oreja a oreja y ese día comprendió que nadie es más culto que otro. Que ser culto no significa ser escolarizado. Y que en todo caso hay culturas distintas y socialmente complementarias.

La anécdota de doña María y el doctor Raúl está descripta en el libro Esa escuela llamada vida (1985), que condensa una extensa conversación que el periodista Ricardo Kotscho mantuvo con Frei Betto y Paulo Freire. Betto la recordó esta semana, cuando junto a Atilio Borón estuvo el miércoles en Rosario para dialogar sobre la importancia de la realfabetización política en América latina y los desafíos de la educación popular, a la que definió como «un sacacorchos, que cuando sale deja libre lo mejor».

«Soy de Minas Gerais, nací en 1944, me gusta la soledad de las montañas y contemplar el mar que no tiene fronteras. Detesto las aulas, las hamburguesas y la gente que se jacta de engañar a los demás», se presentaba Frei Betto en El día de Angelo P., su primera novela publicada en 1987. Fraile dominico y destacado representante de la teología de la liberación, Betto es uno de los referentes y defensores de la educación popular latinoamericana. Fue asesor de movimientos sociales y comunidades eclesiales de base, y durante los primeros años de la presidencia de Lula en Brasil coordinó la movilización social del programa Hambre Cero. Además es el autor de Fidel y la Religión, un texto icónico de la década del 80 y traducido a varios idiomas.

El itinerario de Betto en Rosario incluyó una charla en el auditorio de Empleados de Comercio ante entidades gremiales, políticas y sociales, sobre «Trabajo y organizaciones sociales en el neoliberalismo», organizada por ATE. Minutos antes de ese encuentro dialogó con La Capital sobre el rol de la educación popular en el siglo XXI, criticó la idea de meritocracia como eje educativo y destacó la actualidad del pensamiento de Paulo Freire, a 20 años de su fallecimiento. De él retoma una y otra vez el concepto de «educación bancaria», cuando el proceso educativo se transforma en un mero acto de «depositar» contenidos para que los alumnos los memoricen mecánicamente.

—¿Qué fuerza o vigencia tiene hoy la educación popular?

—Creo que no hay posibilidad de avanzar en ninguna propuesta política progresista sin un trabajo de educación popular a la luz del método de Paulo Freire. La educación popular, justamente, es la que ha permitido el surgimiento de una persona como Lula. No habría Lula ni protagonismo político de metalúrgicos si no hubiese antes toda una metodología que han construido las organizaciones populares como el PT, como los Trabajadores Sin Tierra, la Central Única de los Trabajadores, el Movimiento de los Sin Techo que ahora es muy expresivo, fuerte y combatiente. Todo eso se debe a la metodología de Paulo Freire y es fundamental esa metodología. Porque muchas veces la izquierda ha cometido el error de imponer las cosas, hacer «educación bancaria». En nombre de consignas de izquierda ha tenido actitudes pedagógicas de derecha. Y la educación popular es el camino indicado para revertir eso.

—¿Y para acompañar ese proceso los movimientos sociales son buenos referentes educativos hoy?

—Depende de los movimientos sociales. Hay movimientos sociales progresistas, que quieren cambios estructurales. Y hay movimientos sociales que son muy asistencialistas, con dirigentes que jamás quieren cambiar su poder y que no tienen mucho contacto con la gente. Son muy paternalistas y no abren muchos espacios para el protagonismo del pueblo.

—Sí, claro. Porque la educación que se adopta en las escuelas es una «educación bancaria», que se impone de arriba para abajo. Pero no es posible adaptar la metodología de Paulo Freire en la educación formal. Habría que cambiar todo el sistema de enseñanza para ello.—¿Seguís siendo crítico del aula como espacio para educar?

—¿Qué es hoy una buena escuela?

—Para mí una buena escuela, por ejemplo, es la que el MST (Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra) mantiene cerca de San Pablo, en Guararema, de formación de militantes. Una escuela que no está en la camisa del currículo oficial de un país. Ahí se puede seguir el ritmo de sus educandos. El ritmo de un campesino es distinto que el de un obrero. El ritmo de un muchacho de clase media es muy distinto del ritmo de una señora que vende en la zona rural. Y eso se puede hacer pero no dentro de la escuela formal o curricular que tiene aprobación oficial del Estado.

—Imagino que allí también el rol del docente es distinto.

—Sí, son docentes que tienen una estrategia pedagógica-política unificada.

En Esa escuela llamada vida, Betto se reconoce como víctima del sistema educativo. Y hasta confiesa que sufrió más en los cuatro años del secundario que en los cuatro años que estuvo en la cárcel como preso político entre 1969 y 1973. «Hay alumnos considerados buenos, mediocres y malos. A mí me situaban en el tercer nivel», admite Betto en ese libro, donde describe su experiencia de alumno como traumática. En su adolescencia fue al colegio Maristas en Belo Horizonte, donde otorgaban un diploma de Honor al Mérito a los que lograban tener un promedio excelente al menos en una materia. Nunca conquistó ese diploma y lo sufrió. «Las cosas no me entraban en la cabeza. Pensaba que siempre iba a ser un ignorante», dice en el libro. Hoy, cuando apenas se le menciona esa anécdota, la recuerda perfectamente y al instante esboza una sonrisaMeritocracia   

—En «Esa escuela llamada vida» recordás tu experiencia negativa con el diploma al mérito que no podías alcanzar. Y hoy se pone el eje en la meritocracia. ¿Cuál es tu mirada?

—Sí, parece que uno como alumno no se puede equivocar. Eso es «deseducativo» desde mi punto de vista, porque un muchacho no puede buscar éxito en las cosas que hace en la vida porque va a haber un premio, una recompensa. Tiene que tener conciencia de la responsabilidad de estudiar y profundizar en los estudios, y no porque va a ganar un premio para eso. Y como estamos en un sistema capitalista cuyo valor principal es la competencia y no la solidaridad, entonces cuando la escuela ofrece un premio a los alumnos está despremiando a la mayoría que no llega a ese logro y los coloca como fracasados. Creando serios problemas psicológicos.

—Lo mismo debe pasar con escuelas y sistemas educativos sometidos a los rankings.

—Exactamente. Como el sistema de pruebas que tenemos hoy. Hay una competición. Eso es «deseducativo», no es educativo.

—Seguimos apostando entonces a la pedagogía de la liberación.

—Sí, hay que dotarnos de la pedagogía liberadora. Y Paulo Freire tiene mucho para enseñarnos todavía hoy a nosotros.

El recuerdo del Che Guevara, el «San Francisco de la política»

El próximo 9 de octubre se cumplen 50 años del asesinato del Che Guevara en Bolivia. Y Frei Betto no dejó pasar la fecha para reflexionar: «La persona más ejemplar que conocí en mi vida nació en esta ciudad: Ernesto Che Guevara, el San Francisco de la política»

«Espero que en octubre conmemoren los 50 años de la desaparición del Che debidamente, no se olviden», pidió el brasileño. Recordó al médico y guerrillero rosarino como un hombre que tras su viaje por Latinoamérica pudo haber abierto un consultorio privado y vivir de ello. Pero que quedó marcado por la «alfabetización política» que adquirió en contacto con los mineros de Chile y los enfermos de Venezuela y Guatemala, hasta que conoció a Raúl Castro en un hospital de México y se unió a la experiencia revolucionaria.

«Hoy podría estar tranquilo en Cuba como ministro. Pero tuvo el coraje del desapego», dijo Betto, y agregó que el rosarino «murió temprano, con 37 años pero feliz, porque el eje de la felicidad es el sentido que le imprimimos a nuestras vidas. Aunque pasemos por los mayores sufrimientos. Y el Che se sintió más feliz en las adversidades de Bolivia que en los salones ministeriales de La Habana, seguramente porque estaba dentro de él dedicarse a los demás, seguir luchando y plantar la semilla de la liberación».

Hacia una universidad pública y popular
La visita de Frei Betto a Rosario —la tercera que hizo a la ciudad— llegó con una cargada agenda de entrevistas y conferencias que dio junto al sociólogo Atilio Borón. Con solidez conceptual, brindaron el miércoles dos charlas abiertas para repensar las alfabetización política, ya sea en las organizaciones gremiales como en la universidad.
El primer encuentro fue en el auditorio de Empleados de Comercio, que estuvo a tope con gente que copó hasta los pasillos laterales. Algunos asientos estaban vacíos; el hábito de «guardar lugar» para alguien. Apenas tomó la palabra, Frei Betto pidió desde el escenario que los que estaban parados ocupen esos sitios. «No podemos venir a una charla contra el neoliberalismo y hacer neoliberalismo, es contradictorio», dijo y se ganó el primer aplauso de la tarde.
Ante un público conformado esencialmente por movimientos sociales, políticos y gremiales, instó a generar espacios para enfrentar la «masacre de domesticación ideológica y lavaje cerebral» que se genera las 24 horas del día a través de los medios de comunicación. No basta —dijo— con que los trabajadores hagan paros y manifestaciones. Si no hay un trabajo complementario «cuando el pueblo se apaga vuelve a su vida burguesa». Y citando a Paulo Freire lamentó que «muchos oprimidos son hoteles de opresores».
Del sacacorchos al destornillador
Para contrarrestar este esquema propuso avanzar en una «estrategia pedagógica» de alfabetización política desde la educación popular, mediante un trabajo metódico que no admite improvisaciones. Y con un equipo que no busque «bajar» a enseñar a los obreros qué es el capitalismo o la plusvalía, porque advierte que ello sería caer en la «educación bancaria» criticada por Freire.
«La educación popular no es escolar, tiene como punto de partida la vida de los educandos», agregó Betto. Y recordó la experiencia realizada con obreros metalúrgicos de Brasil, donde trabajó a través de dos herramientas pedagógicas: «Primero la del sacacorchos, para sacar de la gente su experiencia de vida, lucha, inquietudes, sueños, fracasos y anhelos. Y después la del destornillador, para apretar, porque una vez que se conoce la realidad hay que ajustar los puntos ¿Por qué tu papá, que tenía una tierra en el nordeste, tuvo que migrar para San Pablo para alquilar su mano de obra en una fábrica? ¿Por qué tu hijo de dos meses murió de gastroenteritis y no fue bien atendido en el hospital? ¿Por qué usted hoy, que trabaja tanto, ni siquiera puede comprarse una bicicleta para moverse? Desde su experiencia de vida, la gente llegaba al dibujo de la sociedad de clases en la que vivimos».
Cada concepto Betto lo graficó con un ejemplo concreto o una anécdota. Como cuando miró al techo y señalando los tubos de luz advirtió que si bien todos disfrutamos de la iluminación, solo quien tiene formación de electricista sabe mirar eso con otros ojos, porque comprende cómo llega la luz a la sala. «Eso —dijo Betto— es la conciencia política: ver los hilos, saber lo que pasa por detrás. De los medios de comunicación, del sistema bancario, de las escuelas, de los partidos y del poder, incluso de los vicios de la izquierda, para no cometer los mismos errores». Sobre esto dijo que «entre los tantos aciertos del PT si hubo un error fue el olvidarse de las bases» y desmovilizarlas. Entiende que de lo contrario «una cuadrilla de bandidos» no estaría ahora gobernando su país.
Por una universidad popular   
Por la tarde Betto y Borón disertaron en el SUM de Arquitectura de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), en el marco de un ciclo de conversaciones públicas que la Facultad de Ciencia Política prepara de cara al centenario de la Reforma Universitaria de 1918. La charla fue organizada por Secretaría Extensión Universitaria y Vinculación de Ciencia Política, y ATE, con el auspicio del Sindicato de Prensa Rosario, la Facultad Libre y el Centro de Estudios y Formación Marxista Héctor Agosti.
Un auditorio compuesto en su mayoría por jóvenes escuchó atento la invitación de Frei Betto a repensar «La universidad en la realfabetización política de América latina». Porque en esencia fue eso: una convocatoria a revisar la práctica y los fines de la educación superior a casi cien años de la Reforma. «La universidad no basta con que sea pública, también tiene que ser popular», arrancó el teólogo y educador.
Repasó el surgimiento de las universidades en América latina en Santo Domingo, Lima (San Marcos) y La Habana y cómo los monasterios fueron «los propietarios del saber». Y destacó la figura de Sor Juana Inés de la Cruz como la primera poeta de América latina: «Fue una mujer que tenía ganas de expresarse con la poesía y ser independiente en una época donde si una mujer era laica fuera del monasterio la familia podía decidir con quién debía casarse. Eso era una prisión para su vida. Por eso muchas buscaban ingresar a un monasterio para tener independencia, que hoy suena a paradoja». No en vano Betto la elige como personaje para comenzar el libro El día de Angelo P., su primera novela.
En este marco cuestionó que las universidades hayan creado «la idea monástica de campus, separados de la ciudad», aislándose de los movimientos sociales hasta transformarse en «un depósito de saber inútil, con montones de tesis que no le sirven a nadie». Cargó contra las casas de estudio que ignoran su contexto: «Obreros, desocupados, inmigrantes, prostitutas, drogadictos».
«La universidad no hace de nadie una mejor persona, a menos que adopte una pedagogía de colectividad, participación social y formación política», dijo en otro tramo de la charla, al recordar que «los mayores asesinos de la humanidad fueron eruditos con posdoctorados, como los que tiraron la bombas de Hiroshima y Nagasaki». También cuestionó la lógica del discurso antipolítico que propone para el Estado «menos políticos y más administradores del mercado», que utilizan los recursos públicos para sus intereses privados.
Frei Betto se reconoció como parte de una generación «viciada en utopías» que buscó cambiar el mundo, porque para el ser humano «es insoportable vivir sin sueños». Ante ello, propuso rescatar «el carácter popular de la universidad, que tenga vínculos orgánicos con las organizaciones sociales y gremiales, para aprender con los oprimidos». Y cerró con una invitación: «Ustedes son jóvenes y espero que viciados en utopías encuentren el camino para vincularse con los movimientos sociales; porque ante la crisis que estamos viviendo, hay que guardar el pesimismo para días mejores».

Fuente de la Entrevista:

http://www.lacapital.com.ar/educacion/frei-betto-no-hay-politica-progresista-un-trabajo-educacion-popular-n1408941.html

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Entrevista a Jari Lavonen: «Se destina la educación solo a pasar exámenes»

19 junio 2017/Fuente: El Comercio

El finlandés Jari Lavonen conversó con El Comercio sobre las ideas que hacen de su país un líder en educación.

Nací en Finlandia en 1958. Soy decano de la Facultad de Educación de la Universidad de Helsinki y especialista en la enseñanza de física, química y matemáticas. También soy investigador senior. Aunque no lo crean, yo no era un buen estudiante.

Para muchos, Finlandia es sinónimo de buena educación. Su índice de abandono escolar no llega al 1% y suele disputar los mejores resultados en las pruebas PISA (en su última edición obtuvo el quinto puesto en ciencias, el cuarto lugar en lectura y el duodécimo en matemáticas). ¿Cómo lo hace? El finlandés Jari Lavonen –reconocido experto en el tema– destaca que en su país la educación es gratuita, que los niños finlandeses están entre los que menos horas pasan en el colegio, los que hacen menos tareas y, claro, los que empiezan a ir al colegio a los 7 años.

—En el Perú diríamos que 7 años es un poco tarde…
En la Unión Europea (UE) hay solo cuatro países donde la educación oficial empieza a los 7 años, en la mayoría de países suele empezar a los 5, 6 o incluso a los 4 años. En Finlandia tenemos una educación de preprimaria que empieza a los 6 años, pero el objetivo de esta educación es desarrollar las competencias básicas como la colaboración y la consideración con los otros. Todo ello a través de la creación de juegos. Esto es bastante importante porque los niños tienen que aprender a aprender.

—¿Y a los 7 años ya están listos para aprender?
Esto viene de una tradición bastante larga que dice que los seres humanos deberían ser responsables al momento de ir a la escuela. Además, hay investigaciones que afirman que es mejor ejercitar el cerebro a una temprana edad sin recurrir a una educación formal. También se ha comprobado que es mejor enseñar a leer y escribir a los niños a una edad más tardía porque aprenden mucho más rápido y así evitamos que se frustren.

—¿Cuáles son los errores más comunes cuando pensamos en la educación de los niños?
En muchos países, las autoridades buscan que los docentes sean efectivos y obtengan notas altas de los estudiantes en los exámenes. Sin embargo, esta concepción es bastante mala porque se centra en los exámenes y los exámenes evalúan cosas que se pueden medir, como la memoria u otras destrezas bastante simples. Muchos profesores o familias creen que eso es lo principal y al final le dan más importancia a los exámenes que al hecho de adquirir una competencia adecuada. Se está destinando la educación solamente a pasar los exámenes, ¿dónde quedan la creatividad, la colaboración? Se comete el error de dejar de lado estas capacidades para enfocarse en los ránkings y en la competencia entre las personas.

—¿Buscar la competitividad es otro error?
Yo creo que la competencia a nivel escolar no es positiva porque el trabajo debe ser distribuido entre las personas para que todo funcione bien. Si nos centráramos solo en los exámenes, estaríamos formando personas más comprometidas con la competencia que con la colaboración.

—¿Cuál es la relación que debe tener el profesor con el alumno?
Cuando un estudiante no obtiene resultados altos se suele culpar al docente, pero yo considero que poner toda la presión sobre el maestro no es efectivo. Hay que enfocarnos más en la disposición del docente, en que acompañe al estudiante, pero el centro del proceso es el alumno. El papel del profesor es apoyar a los estudiantes y hacer que ellos se comprometan con su aprendizaje. En Finlandia, los docentes les dan a los alumnos un ‘feedback’ escrito, no con calificaciones numéricas. En mi país los docentes son muy apreciados y la profesión de profesor es muy atractiva. Trabajar en eso es muy positivo.

—Mencionó la prueba PISA, en la que el Perú tiene malos resultados, pese a una última mejoría.  ¿Qué es lo positivo y negativo de esa medición?
La prueba PISA es un examen suministrado por la OCDE con un objetivo: buscar el crecimiento económico de los países e identificar las naciones donde haya tres cosas fundamentales: materias primas, energía y gente inteligente. Esto porque obviamente va a considerar a países que tengan estos tres elementos para invertir o trabajar con ellos. Pero más allá de eso, lo que hace PISA no es medir qué tanto han aprendido los chicos, sino qué tantas competencias han desarrollado para aprender nuevas cosas. Yo creo que ese es su principal aporte. Para mí, el ránking no es importante, pero sí la información que brinda sobre diversas áreas.

—¿Cuáles son los principales enemigos de una buena educación?
Yo creo que el más importante es la inestabilidad. Es vital tener una política educativa estable. Si hay muchos cambios, no se va a poder hacer esto de una manera correcta porque se puede tener un ministro con buenas ideas, pero de nada sirve si este ministro cambia el currículo y luego viene otro ministro y lo vuelve a cambiar. La educación funciona cuando hay un ambiente pacífico, una visión común, solo así se puede avanzar. La desigualdad también es un enemigo importante. Mientras más equitativa sea la educación, mejor va a ser el resultado.

—¿Qué dice de un país el tener una mala educación?
Es curioso, las estadísticas dicen que no necesariamente mientras más dinero tenga un país, va a tener una mejor educación; y eso nos dice que no importa cuánto dinero tengamos, sino cómo usamos el dinero.

—Muchos creen que ir a la universidad es el objetivo, ¿debería ser así?
La respuesta es no. La sociedad necesita todo tipo de personas, no solamente a las personas que reciben una educación universitaria o que tienen un grado académico. En Corea del Sur, el 95% de las personas van a la universidad, se enfocan en tener buenas notas, en competir, pero terminan la universidad y no todas tienen trabajo. Esto también afecta a la población porque la gente está más interesada en estudiar que en formar una familia y tener hijos. No creo que eso sea muy positivo. La UE recomienda que alrededor del 40% de personas vaya a la universidad en cada país.

—Si tuviera que resumir en una frase para qué es importante estudiar, ¿qué diría?
Yo creo que es fácil. Es importante aprender habilidades de colaboración para poder desempeñarse bien en la vida y en el trabajo. Me parece que es eso. Para aprender cómo sobrevivir en la sociedad y ser una buena persona.

Fuente: http://elcomercio.pe/mundo/actualidad/destina-educacion-pasar-examenes-entrevista-406650

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“En Bolivia la colonización cultural ha hecho que generaciones renieguen de su identidad” Entrevista a Chiara Lenza

América del Sur/Bolivia/17 Junio 2017/Autor: Jaime Padilla/Fuente: Rebelión

En Bolivia la colonización cultural ha hecho que generaciones renieguen de su identidad”  dijo la Doctora en Estudios Humanísticos Chiara Lenza de la Universidad de Bérgamo, Italia, el miércoles 31 de mayo, en el Seminario Latinoamericano, de la Universidad de Malmö, Suecia. Se refirió también a los desafíos y dilemas de la reforma educativa en ese país.

En este estudio la doctora Lenza se refirió al proceso de descolonización del sistema educativo, en el ámbito del proyecto de trasformación del Estado Plurinacional de Bolivia, empezado con la elección de Evo Morales, el primer presidente de origen indígena, habiendo aprobado en diciembre del 2010 la nueva Ley de Educación Avelino Siñani – Elizardo Pérez, en reemplazo de una pedagogía subordinada a experiencias foráneas y aplicadas en programas educativos de acuerdo a la época y las políticas que se adoptaron desde la creación de la República de Bolivia.

Invitada por la Universidad de Malmö, Suecia, Chiara Lenza; doctorada en Estudios Humanísticos e Interculturales en la Universidad de Bérgamo, Italia. Afiliada al Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Estocolmo (Suecia), ha realizado dos periodos de investigación en el 2016. Ha trabajado en América Latina desde el 2007 hasta el 2011, gestionando proyectos de cooperación al desarrollo, primero en Brasil como voluntaria de las Naciones Unidas y luego en Bolivia, como consultora para el Ministerio de Asuntos Exteriores de Italia. En Bolivia ha permanecido cuatro años, para elaborar estudios sobre la descolonización educativa en el Estado Plurinacional de Bolivia: desafíos y dilemas, temas expuestos en el seminario, resumidas en esta conversación.

Para la doctora Lenza la nueva Ley Avelino Siñani-Elizardo Pérez de 2010 representa la recuperación de la cultura de los pueblos indígenas de Bolivia.

«Está incluida en un marco jurídico superior que es la Nueva Constitución del Estado Plurinacional de Bolivia que establece hoy que la educación es descolonizadora, intra e intercultural y plurilingüe e interpreta las reivindicaciones históricas de los pueblos indígenas para una educación que tenga en cuenta la pluridiversidad cultural del país y otorgue dignidad a sus experiencias y conocimientos», explicó la doctora Lenza.

Describe el alcance de las ideas de educación productiva y comunitaria que esta ley permite la más amplia participación de la comunidad en la misión educativa.

«Estimula a los estudiantes a investigar y crear conocimiento en lugar de recibir pasivamente el contenidos de programas establecidos» subraya. «La fundación de nuevas instituciones, como el Instituto Plurinacional de Lenguas y Culturas, que trabaja para la recuperación de las lenguas originarias, y las primeras tres universidades indígenas han sido grandes logros de este gobierno», añade.

¿De qué manera -a su entender- el pueblo boliviano interpreta el proceso de la descolonización educativa?

Durante mi estadía en el país, en los primeros años del nuevo Estado Plurinacional, he trabajado en el manejo de proyectos de cooperación internacional y he podido entender la importancia que tiene para el pueblo boliviano, el desafío de descolonizar e interculturalizar las diferentes instituciones del país: educativas, jurídicas y sanitarias. El objetivo del gobierno es que en ellas puedan convivir culturas, cosmovisiones, modelos de vida, ontologías diferentes, según el principio de la unidad en la diversidad que la nueva Constitución establece.
Mi experiencia en el sector salud, por ejemplo, me demostró cómo el sistema biomédico representaba para muchos indígenas un mundo ajeno a sus costumbres, y por eso tenían miedo de las estructuras sanitarias. Se subrayaba, en consecuencia, la importancia de una adecuación cultural de los servicios de salud, que pudiese integrar la medicina biomédica con la tradicional, ya que ambos sistemas tenían la misma dignidad y valor para la población local.

El pueblo boliviano, y los pueblos indígenas en particular, interpretan la descolonización educativa como una forma de rescate de la discriminación y humillación que por siglos victimizó sus culturas e idiomas. La idea de educación intra e intercultural permite la aceptación, apropiación y valorización del propio substrato cultural al cual se restituye dignidad.

El Director del Consejo Educativos de los pueblos afro-bolivianos, durante una entrevista me dijo:

Nos interesa una educación con identidad cultural. Antes pasábamos mucho tiempo aprendiendo la cultura de todos los otros y de la nuestra no había ni un solo capítulo. Lo único que se hablaba de nosotros era en la sección de “clasificación social” donde aparecíamos como “negros”. La educación con identidad cultural permite al estudiante de aprender primeramente lo suyo, de saber quién es, cuál son sus raíces.

¿Considera usted que los educadores asumieron el concepto de la descolonización educativa?

Para algunos de ellos es todavía difícil entender e implementar el nuevo modelo educativo debido a que los mismos fueron educados en la escuela y han sido formados como maestros según un modelo educativo completamente diferente. Al principio muchos maestros tradicionales se opusieron a la reforma, algunos la consideraban “retrograda” o demasiado “indigenista” y han continuado utilizando el modelo clásico de educación.

Progresivamente estas oposiciones están desapareciendo y los maestros parecen compartir los principios de la nueva educación, también gracias al PROFOCOM, un Programa de formación complementar para los maestros en ejercicio, elaborado por el Ministerio de Educación, que capacita los educadores a la aplicación del nuevo modelo de enseñanza.

¿Qué quiere decir con nuevo modelo de enseñanza?

Con las tres universidades indígenas fundadas en el 2008, en los departamentos de La Paz, Cochabamba y Chuquisaca, se reconstruirán las identidades indígenas para desarrollar conocimientos científicos, saberes y tecnologías en tres diferentes territorios rurales indígenas, respectivamente aymara, quechua y guaraní. Estos tienen un fuerte valor simbólico e ideológico y sobre todo facilitan el acceso de los estudiantes indígenas a la educación superior que antes se concentraba exclusivamente en los grandes centros urbanos.

En las tres universidades se persigue desarrollar una propuesta educativa intra e intercultural, descolonizadora, productiva y comunitaria mediante la introducción de actividades en lengua indígena, (quechua en el Departamento de Cochabamba, aymara en el Departamento de La Paz y guaraní en lo de Chuquisaca) además, materias para el fortalecimiento de la identidad cultural. Las universidades se focalizan en ámbitos de estudio de interés de las comunidades locales como zootecnia, veterinaria, forestación, piscicultura, además de materias que derivan de la sabiduría indígena como la Cosmovisión Andina para conectar la educación superior al desarrollo local. De hecho, los estudiantes tienen que elaborar una tesis final en idioma nativo que sea relacionada con el entorno productivo de su comunidad/territorio de origen. Todo ello es parte del nuevo modelo de enseñanza impulsada por el estado boliviano.

¿La nueva Ley de Educación Avelino Siñani – Elizardo Pérez del año 2010, a su criterio se implementa adecuadamente en todo el país?

La nueva Ley no se implementa adecuadamente en todo el país por efectos de diferentes factores. Por ejemplo, los Consejos Educativos de los pueblos originarios, instituciones encargadas de recuperar y sistematizar los saberes de los diferentes grupos indígenas y de elaborar el material pedagógico, no cuentan con la capacidad técnica y económica necesarias para sus actividades. Algunos docentes encuentran todavía dificultades en la aplicación del nuevo modelo educativo y muchos de ellos no tienen todavía las competencias lingüísticas, en consecuencia, continúan utilizando el modelo tradicional de enseñanza.

En general, las escuelas focales que han sido elegidas como unidades pilotos tienen los mejores resultados en la implementación del nuevo modelo educativo. Estas escuelas reciben asistencia técnica por parte de técnicos del Ministerio de Educación, del Instituto Plurinacional de Lengua y de otras instituciones que las acompañan en la aplicación del modelo en el aula, incentivan la movilización de las comunidades en participar a la vida de la escuela.

¿Cuáles son las dificultades que usted ha observado en este rubro?

En la práctica la reforma encuentra varios escollos y desafíos debidos a la complejidad cultural del país, como la falta de un número suficiente de recursos humanos competentes para la enseñanza de saberes, conocimientos y lenguas indígenas. Consecuentemente, es fácil encontrar maestros que trabajan en un territorio de una nacionalidad diferente de la propia y consecuentemente están obligados a enseñar conocimientos e idioma que tienen que aprender antes como principiante. En un nivel más amplio de análisis, pienso que hay todavía mucho camino para hacer para que se garantice una efectiva pluralidad epistemológica y gnoseológica.

Analizando la implementación de la reforma parece, por ejemplo, que hasta ahora se haya limitado a los ámbitos más superficiales de la interculturalidad, como los idiomas y los contenidos, sin tomar en cuenta los aspectos metodológicos de la pedagogía indígena.

La pedagogía indígena es fundamentalmente experiencial y se expresa en el «aprender haciendo» en el proprio entorno natural y comunitario, no es el resultado de una transmisión mecánica de contenidos.

Paralelamente el objetivo ideológico de la educación para el Vivir Bien, orientada a la formación integral de la persona que la Ley declara, parece chocar con los objetivos económicos del país que persigue de hecho todavía una economía capitalista y desarrollista.

Consecuentemente se confirma una vinculación de la educación a la economía que reduce la función educativa a la profesionalización para el mercado.

Se entiende que la educación es parte vital para el fortalecimiento del proceso de cambio. Sin embargo, la oposición política intenta impedir su consolidación. ¿En su opinión, qué riesgos asechan en la construcción de un estado plurinacional?

La oposición no pierde ocasión para deslegitimar la acción del gobierno. Durante la elaboración del texto de la nueva Ley de Educación se acusaba el gobierno de «fundamentalismo indígena». Progresivamente se abrió un diálogo, especialmente con los sindicatos de los maestros, y se alcanzaron compromisos para aplacar las oposiciones y aprobar el nuevo texto de ley.

En los últimos años se ha reducido el descontento contra el gobierno por la idea de Estado Plurinacional. La estima -en la actualidad- de los pueblos indígenas ha crecido increíblemente durante los años de gobierno de Evo Morales. Tener raíces indígenas hoy en día no representa un rasgo del cual tener vergüenza sino se lo manifiesta con orgullo y se defiende fuertemente la idea de la plurinacionalidad.

Es el proceso de cambio, firmemente defendido por Evo Morales

Efectivamente el proceso de cambio no se puede alcanzar en pocos años. Es un proyecto de largo plazo, especialmente si consideramos que el país está todavía pagando la herencia de la colonización y de los gobiernos neoliberales. Todavía pienso que las dificultades y las contradicciones que encuentra el proceso de trasformación estatal no sean solamente el resultado de la oposición política sino se originan por intereses contrapuestos en juego en el mismo partido de Gobierno, el MAS, que es un movimiento compuesto por diferentes corrientes. Esto determina visiones a veces opuestas acerca del sentido mismo de la descolonización, en relación al ordenamiento del estado, al sistema económico, al sistema educativo.

Qué de la preservación de lenguas nativas. Esto ha desatado una serie de prejuicios y rechazo en las ciudades.

El plurilingüismo es uno de los pilares de la reforma educativa. La recuperación y la enseñanza en lenguas nativas representa un verdadero desafío, considerando la heterogeneidad lingüística del país. El rechazo para el plurilingüismo se expresó no exclusivamente en las ciudades donde ahora, por efecto de las migraciones desde el campo, se ha modificado la uniformidad de la territorialidad lingüística y se habla mucho más en lenguas nativas que antes. También algunos maestros y padres indígenas se han opuesto porque consideran el estudio de las lenguas nativas como un «retroceso» inútil para la inserción en el mercado de trabajo. Además, como efecto de la herencia colonial, muchos indígenas todavía tienen vergüenza en hablar su propio idioma en público. Seguramente hay dificultades en encontrar recursos humanos capaces de hablar y enseñar en lengua nativas, sobre todo las de los pueblos indígenas menos representados.

El Instituto Plurinacional del Lenguas y Culturas (IPELC) y los institutos de Lenguas y Culturas (ILCs) tienen el papel fundamental de elaborar estrategias para la recuperación de estos idiomas y se ocupan de la investigación sociolingüística, de la formación de profesionales indígenas para la enseñanza de la lengua y del apoyo a los padres de familia en la transmisión de la lengua madre en la educación inicial en familia.
Como forma de dignificar las lenguas indígenas y oficializar su utilizo en las instituciones públicas, el Gobierno ha introducido la obligatoriedad para todos los funcionarios estatales de aprender por lo menos uno de los idiomas originarios.

Bolivia, a su criterio, ¿tiene comparación con otros países, en sus programas de desarrollo social, político y económico?

Bolivia comparte con Ecuador una nueva Constitución que reconoce por primera vez los derechos de la Madre Tierra y las culturas de los pueblos indígenas y considera el Vivir Bien/Buen Vivir como un principio ético y paradigma de vida.

El Programa Juancito Pinto destinado a los estudiantes de primaria y de secundaria para incrementar la matrícula escolar y reducir la deserción, recuerda la Bolsa Familia de Brasil con resultados muy impactantes en el aumento de la frecuencia escolar y la disminución de la pobreza. La nacionalización de las empresas privadas, sobre todo energéticas, que se realizó en Bolivia, es una tendencia de muchos países latinoamericanos como Venezuela, Argentina, Ecuador y Perú.

El gobierno boliviano ha conseguido utilizar los excedentes de la venta de hidrocarburos para realizar programas sociales que han contribuido a mejorar las condiciones de vida de los bolivianos/as. Actualmente Bolivia representa uno de los países en América Latina con los mejores índices de crecimiento económico de los últimos años.

Un comentario final. ¿Personalmente que significa Bolivia, para usted?

Bolivia representa un periodo muy importante de mi vida, desde un punto de vista personal y profesional. Bolivia para mi es su pueblo, pluridiverso, dinámico y luchador y soy honrada de tener muchos amigos en este País.

Bolivia es sus montañas que velan su pueblo desde la altura, es la magia del Lago Titicaca y la energía de la isla del Sol. Ellos te hablan y te recuerdan que nunca eres sólo, sino eres parte de un «todo» superior.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=227921

Imagen: http://www.lai.su.se/polopoly_fs/1.285838!/image/image.jpg_gen/derivatives/article_505/image.jpg

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Entrevista a Mireille Twayigira: “Los niños podrían mirarme y decir: ¡Lo ha hecho! ¡Yo también puedo estudiar!’”

Por: Saray Marques/ El diario de la educación/16-06-2017

Con 25 años, Mireille Twayigira lleva más tiempo viviendo en campos de refugiados que fuera de ellos. Su salida fue la educación. Ahora, convertida en doctora, ha visitado Roma y Madrid para contar su historia y promover la campaña ‘La educación abre el mundo’, de Entre culturas y el Servicio Jesuita a Refugiados.

Ruanda, República Democrática del Congo, Angola, Zambia, Malaui… La historia de la joven Mireille es un rosario de países. Nacida en Ruanda en 1992, se vio obligada a abandonar su casa con dos años, apenas un bebé en la espalda de su madre, cuando estalló el genocidio de 1994. Su casa entonces, el campo de refugiados de Shimanga, en República Democrática del Congo, también fue alcanzado por la guerra dos años después. Tras él vendría el campo de Meheba, en Zambia, y finalmente el de Dzaleka, en Malaui, el que se puede considerar su hogar o, al menos, donde transcurre la mayor parte de su historia, desde 2000 hasta 2009.

La de Mireille es una historia de pérdidas: primero su padre, asesinado durante la guerra de Ruanda; después su hermana, que, enferma, no sobrevivió a la primera de las huidas de la familia. Su madre falleció en el campo de refugiados de Shimanga y su abuela, a medio camino entre Angola y Zambia, sin poder alcanzar el campo en el que su única nieta se sobrepondría al fin de su desnutrición severa a base de gachas de soja.

A Mireille ya solo le quedaba su abuelo, pero él se empeñaría en que la suya fuera, ante todo, una historia de esperanza. El abuelo tenía una determinación: a pesar de todo por lo que había pasado la niña en sus primeros ocho años de vida, una buena educación le aseguraría el poder ser alguien algún día.

Mireille es hoy embajadora de la campaña ‘Education opens the World’, de Entreculturas y el Servicio Jesuita a Refugiados.

© Teresa Rodríguez

Por su experiencia, es innegable que la educación puede abrir el mundo…

Sí, mi abuelo, que falleció en 2007, en el que fue el día más triste de mi vida, era muy consciente de ello y me transmitió su amor por la educación. Siempre quiso que tuviera la mejor educación posible. Primero en Lusaka, la capital de Zambia, se empeñó en que estudiara en una escuela privada que nos sufragaron durante un tiempo unos amigos de la familia. La subsistencia era complicada, la vida que llevábamos, muy ajetreada, pero lo importante era la escuela. Después, en el campo de refugiados de Dzaleka, en Malaui, desde septiembre de 2000, en la Katubza Primary School del Servicio Jesuita a Refugiados.

La educación me ha abierto ciertamente el mundo, me ha permitido abandonar Dzaleka y me ha dado la oportunidad de conocer países como China, otras culturas, otros contextos, otros puntos de vista… Además, ha ampliado el rango de mi capacidad de influencia. Para mí, ha sido la base de todo, y con mi historia me gustaría poder inspirar a otros.

¿Cómo fue su primera escuela?

Yo tendría unos seis o siete años la primera vez que fui a la escuela. Acabábamos de llegar al campo de refugiados tras huir a través de los bosques del Congo. No había sido un paseo agradable, sentíamos las balas a nuestras espaldas. Mi abuela no había podido llegar, había enfermado y había muerto, y a mí me habían pasado tantas cosas ya que estaba seca, había perdido la capacidad de llorar.

En la escuela del campo de refugiados aprendíamos bajo los árboles y no teníamos libretas, solo una pieza de pizarra para cada niño… Era divertido, aunque no eran las mejores condiciones para aprender. Si llovía, la clase se suspendía, había una sensación de provisionalidad, porque el campo era también transitorio, pero los profesores ponían todo de su parte. Si apenas estaban pagados, no se notaba lo más mínimo… Luego, en Dzaleka, las condiciones eran mucho mejores… La escuela gozaba de unas estupendas instalaciones y unos excelentes profesionales, e incluso gente de Malawi, de fuera del campo, acudía allí. Entonces no éramos demasiados, unos 40 chicos por clase, pero a medida que ha ido llegando más y más gente al campo las aulas se han ido masificando, con clases de 120 alumnos, lo que dificulta el seguimiento individualizado y que se pueda mantener la atención en cada momento.

¿Cómo ha cambiado Dzaleka desde que usted llegó?

Entonces hacía poco desde que se había fundado, ahora ya ha cumplido 20 años. Bastantes refugiados llevan más de una década viviendo allí, y son gente trabajadora. Algunos han montado sus negocios o tienen ganado dentro del campo. La verdad es que cada vez hay más gente, y algunos están mejor que otros. Siento que es un campo de refugiados olvidado. Se proporciona comida (raciones de maíz, judías, aceite, sal…) pero pasan meses hasta que llega el siguiente cargamento. Los que tienen huertos pueden sobrevivir pero, los que no, lo pasan mal, se quedan sin recursos durante este tiempo. Es importante dar a los refugiados la oportunidad de autoabastecerse y de trabajar. En Dzaleka tenemos gente con títulos de educación superior que no puede trabajar fuera del campamento. Si se favoreciera esa salida se podría romper con este círculo de dependencia del próximo cargamento para sobrevivir.

Una historia como la suya, que tras estudiar secundaria, becada por el Servicio Jesuita a Refugiados, y quedar entre los seis mejores estudiantes de Malaui en los exámenes nacionales de 2009, logra que una emisora de radio local, con la colaboración de la embajada china, le ofrezca la posibilidad de estudiar en China junto con otras dos compañeras, y para ello se le otorga la ciudadanía malauí… parece bastante rocambolesca y excepcional, ¿Conoce más casos de gente que haya podido salir del campamento, tras formarse y para seguir formándose?

Sí, no muchos, pero conozco unos pocos doctores que también lograron la ciudadanía para poder trabajar fuera del campo, en los hospitales locales. Existe, por ejemplo, un convenio de Malaui con Canadá, que selecciona a 20 alumnos, les da la ciudadanía y la posibilidad de estudiar en Canadá, ¡pero son 20 alumnos de cientos! Aunque el Servicio Jesuita a Refugiados ofrece ahora educación superior on line, ¿qué pasa al terminar esos estudios? No puedes salir del campo, no tienes la posibilidad de aplicar lo que has aprendido. Hay una brecha entre el sistema de formación y el mundo del trabajo o, mejor, el mundo.

© Teresa Rodríguez

¿Qué fue lo mejor de conseguir la ciudadanía, de dejar atrás el estatus de refugiada?

Ya no me considero refugiada, porque soy ciudadana de Malaui, pero mi familia sigue siéndolo. Yo ahora disfruto de unos beneficios que antes no tenía. Por ejemplo, puedo viajar. He estado en Italia, dando mi testimonio, estoy aquí ahora… Para mí es un privilegio poder tener esta oportunidad. Estoy muy agradecida al Gobierno de Malaui por haberme concedido la ciudadanía. ¡No sé qué hubiera sido de mí si no hubiera tenido la posibilidad de ir a China a seguir con mi educación superior!

¿También en el que es ahora su país ejerce su papel inspirador? ¿Lo hace también entre su familia?

Sí, tengo primos… Y mi abuelo se volvió a casar y tuvo dos hijos: uno está en primaria y otro, en secundaria. Para mí es importante que ellos vean lo que su hermana mayor, que es como les pido que me llamen, ha conseguido a través de la educación, y ser conscientes de que ellos también pueden. Además, voy por los colegios locales y los colegios de los campos de refugiados para que los niños, sobre todo los huérfanos, los refugiados, vean las oportunidades que pueden esperar, que no están condenados a ser generaciones perdidas, que el tiempo de espera no ha de ser un tiempo en balde, que pueden ser médicos, abogados…

¿Por qué Medicina?

Siempre quise trabajar en algo que me permitiera el contacto con distintos tipos de gente (mayores, niños, jóvenes…) y la Medicina era uno de los campos que ofrecía esta posibilidad. Sin embargo, fue en China donde vi que la mía era una historia de esperanza que podía inspirar a otros. Ahí llegó más clara la idea de Medicina. En mi país Medicina, ser un doctor, es una profesión muy respetable. Incluso si uno no la practica, si no está en un hospital, el hecho de haber estudiado Medicina es algo que los demás miran con admiración. Los niños pequeños podrían mirarme y decir: “¡Lo ha hecho! ¡Yo también puedo!”. Creo que ser doctora me abre más puertas para inspirar a los demás, a las jóvenes generaciones. En China surgió este propósito.

¿Hubo momentos en su vida en que lo más fácil hubiera sido dejar de creer?

Nací en una familia cristiana y desde pequeña iba a la iglesia con mi familia, pero fue en China donde tuve la posibilidad de un acercamiento al fenómeno religioso por mí misma. Claro que hubo momentos en que dudé: “Si existe Dios, ¿cómo me puede estar haciendo esto?”, pero, al final, viendo mi historia, ¿Cómo es posible plantearse que no haya un Dios?

Actualmente, Mireille Twayigira trabaja en el Queen Elizabeth Central Hospital de Malaui. Tras haber quedado entre las mejores estudiantes y la concesión de la ciudadanía por parte del Gobierno del país, estudió un año chino mandarín y cinco años la carrera de Medicina, íntegramente en chino. Se graduó en 2016.

En el mundo hay 65 millones de personas en situación de desplazamiento forzoso. Por primera vez en 2016 se rebasó el umbral de los 60 millones. Además, 75 millones de niños entre los tres y los 18 años habitan en entornos de emergencia o de conflicto, donde es difícil ejercer su derecho a la educación, la puerta de acceso al resto de derechos.

El acceso a la educación se complica para los niños y niñas refugiados: Si en todo el mundo un 90% de niños y niñas estudian en primaria, entre la población refugiada el porcentaje se reduce al 50% (este cae al 25% en secundaria y al 1% en la universidad). La educación ofrece a estos niños un entorno seguro -les protege de peligros como la explotación laboral infantil, el reclutamiento por parte de grupos armados o la violencia de género- y ejerce un enorme impacto transformador. Pese a ello, y pese a aumentar la población en situación de desplazamiento forzoso, la educación ha pasado a un lugar secundario entre las prioridades de los donantes internacionales. También en España: Desde 2008 la ayuda oficial al desarrollo ha caído un 70%. En el caso de la educación ha descendido un 90%.

© Teresa Rodríguez

*Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/06/15/los-ninos-podrian-mirarme-y-decir-lo-ha-hecho-yo-tambien-puedo-estudiar/

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¿Qué es la educación imaginativa? Entrevista exclusiva con Magdalena Merbilháa

Por Observatorio ITESM-MX

Hoy en día la información está a un clic, antes la información solo estaba al alcance de unas cuantas personas. Hoy, el poder de la información está al alcance de todos, es por eso que la misión actual de los profesores ya no es la de difundir esta información, sino la de enseñar a los alumnos a procesar esta información, a entenderla y asimilarla a través del pensamiento crítico.

En entrevista exclusiva para el Observatorio, Magdalena Merbilháa, historiadora, docente y Directora Asociada del Grupo de Investigación en Educación Imaginativa, habla del nuevo rol de los docentes, del papel que jugarán las humanidades en el futuro de la educación y de su área de especialidad, el modelo de educación imaginativa, el cual destaca la importancia de las emociones en el aprendizaje.

«No hay aprendizaje sin emociones», asegura Merbilháa y destaca que el docente necesita enganchar las emociones de los estudiantes, de lo contrario lo que estos aprendan va a ser olvidado.

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