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Las diez historias ambientales que marcaron el 2023 en Latinoamérica

Olvido, impunidad y violencia son tres palabras que cruzan varias de las investigaciones más importantes del año. Desde los más de 90 casos de defensores del ambiente y territorio víctimas de desaparición en México y los 8278 residuos petroleros que contaminan los territorios de Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú, hasta la violencia que acorrala a los resguardos indígenas y áreas protegidas de la Amazonía de Colombia y Bolivia.

 

Contar cada una de las historias de esta lista ha sido complejo y también arriesgado para los periodistas que viajaron a lugares remotos donde los delitos ambientales y la presencia de grupos armados ilegales es una constante. Un periodista de La Silla Vacía, por ejemplo, que viajó para contar las historias del parque La Paya y los resguardos alrededor tuvo que lidiar con un retén de los Comandos de la Frontera. Varios de los equipos periodísticos tuvieron que esperar por meses antes de entrar a territorio para no poner en peligro a los entrevistados. Algunos navegaron por horas para llegar a lugares remotos donde la crisis climática es crítica y otros se sumergieron en investigaciones para desentrañar cómo operan las mafias que trafican especies silvestres y minerales preciados.

 

Esta es la selección de las mejores investigaciones del 2023 en la que trabajaron, durante meses, 16 medios de comunicación —de cinco países de la región— en alianza con el equipo de periodistas de Mongabay Latam.

 

10. Enemigas de la biodiversidad: especies invasoras avanzan sin control en Latinoamérica

¿Has escuchado hablar del castor, el caracol africano, la liebre europea, la palomilla y la rana coquí antillano?Estas especies tienen algo en común: son consideradas invasoras en varios países y su impacto es alarmante. Mongabay Latam; La Barra Espaciadora, de Ecuador; El Tiempo, de Colombia; y La Lista, de México, investigaron los efectos negativos que han causado en la biodiversidad y cómo pueden también afectar a los humanos.

 

Científicos señalan que estos visitantes no deseadosestán entre las cinco principales causas de la crisis de pérdida de biodiversidad mundial. Además, varios estudios indican que casi una quinta parte de la superficie de la Tierra está en riesgo de invasiones de plantas y animales, incluidos muchos ‘hotspots’ de biodiversidad. Se calcula que el número de especies exóticas invasoras en el mundo ha aumentado en un 70% desde 1970.

 

Lee aquí la investigación coordinada por Mongabay Latam en alianza con La Barra Espaciadora de Ecuador, El Tiempo de Colombia y La Lista de México.

 

9. Avasallamientos en Bolivia: las invasiones ilegales que lastiman las áreas protegidas

“Son grupos armados, son grupos contratados que ingresan a diferentes predios después de varios análisis. Visitan varias veces las zonas, ven dónde ingresar y si es necesario lo hacen a la fuerza”. Así describe una fuente policial en Bolivia cómo funcionan los avasallamientos o invasiones de tierras estatales, una pesadilla que no logra ser controlada hasta el momento por el gobierno. Las regiones de Beni y Santa Cruz son las más afectadas hasta el momento, aunque la última de ellas es la que concentra alrededor del 80% de las tomas de tierra ilegales.

 

Un equipo de Mongabay Latam y del diario El Deber de Bolivia viajaron a tres áreas protegidas para mostrar el impacto de esta modalidad de ocupación ilegal en los bosques. En el Parque Nacional Amboró, los cultivos ilícitos y el narcotráfico son el motor que alientan los avasallamientos dentro del área protegida. Mientras que en la Reserva Municipal de San Rafael los cultivos de maíz, soya y la extracción de maderas preciosas son la principal causa de las invasiones. El último lugar en ser visitado fue la reserva El Curichi Las Garzas, un refugio natural donde los avasalladores han devastado 300 hectáreas para cultivar arroz y soya.

 

Lee aquí las cuatro entregas de esta serie.

 

8. Menonitas en Colombia: acumulación de tierras y deforestación no se detienen en Los Llanos Orientales

Esta historia empieza cuando el pueblo Sikuani denuncia la ocupación ilegal de su territorio por colonias menonitas. Desde la primera historia que Mongabay Latam y Rutas del Conflicto publicaron en 2021 hasta la fecha, el grupo religioso ha logrado acumular alrededor de 38 mil hectáreas de tierra invadiendo parte del territorio ancestral de las comunidades de Barrulia, Iwitsulibu y Tsabilonia.

 

Esta investigación, que forma parte de una de las entregas del especial La huella menonita, narra cómo las tres comunidades llevan más de cinco años solicitando a la Autoridad Nacional de Tierras la consolidación de sus resguardos para poder retornar al territorio del que salieron por causa de la violencia colombiana. Además, revela cómo las tierras indígenas sikuani han sido ocupadas por los menonitas en tres sectores a los que han llamado Australia, Liviney y Las Piedras.

 

Si bien la investigación publicada este 2023 evidenció, nuevamente, como las colonias siguen comprando tierras con los mismos problemas legales y manteniendo las mismas tensiones con los sikuani, en octubre de este año la ANT anunció que algunas de las tierras volverían al Estado para ser devueltas a las comunidades.

 

Lee aquí esta investigación.

 

7. Los bosques que perdimos: ¿Cómo combatir la deforestación con datos incompletos?

Mongabay Latam y la 6ta Generación de la #RedLatam de Distintas Latitudes investigaron el avance de la deforestación en Latinoamérica. El equipo periodístico empezó por solicitar información pública a los gobiernos de Ecuador, Guatemala, Colombia, Bolivia, Brasil, México, Perú, Argentina y Chile sobre las extensiones y causas probables de pérdida boscosa entre 2001 y 2021. ¿Qué encontraron? Vacíos de información, datos incompletos y falta de transparencia en la mayoría de los casos.

 

También se logró identificar cómo cada país mide la deforestación con distintas metodologías, no todos establecen causas o amenazas específicas de pérdida de bosque, o lo que es más complejo, pueden incluir o excluir distintos ecosistemas al momento de la medición. Estos datos luego fueron comparados con las decisiones políticas que adoptaron los gobiernos en las últimas dos décadas para detectar la relación entre los picos de deforestación y el mandatario de turno. En Brasil, por ejemplo, el incremento sostenido de la deforestación coincide con el mandato de Jair Bolsonaro.

 

Lee aquí las dos entregas de esta investigación.

 

6. Navarino: una isla muy cerca a la Antártida afectada por los dramáticos cambios de la crisis climática

Para contar esta serie de historias sobre la crisis climática en Cabo de hornos, una periodista de Mongabay Latam tuvo que navegar a este apartado lugar durante 30 horas, donde la temperatura puede ser la de la Antártida, para registrar por primera vez los impactos que el cambio climático está generando en los bosques más australes del planeta. Los reportajes narran las transformaciones que están ocurriendo como la llegada de mosquitos que podrían transmitir enfermedades tropicales, el cambio en la vida de algunas especies por el aumento de la temperatura o los impactos de las especies invasoras.

 

También cómo el aumento de la temperatura y la disminución de las lluvias ha provocado que humedales se sequen, que témpanos de hielo desaparezcan y poblaciones de diferentes animales disminuyan drásticamente. La serie muestra también el desconocido trabajo científico que se realiza en lugares lejanos y que es clave para sumar evidencias sobre la crisis climática y combatir el negacionismo. Este trabajo ganó el premio en la categoría de Crónica del concurso Excelencia Periodística 2023 de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).

 

Lee aquí la serie completa.

 

5. Deforestación, minería ilegal y narcotráfico acorralan a resguardos indígenas de la Amazonía de Colombia

Los resguardos indígenas de la Amazonía de Colombia llevan años siendo las víctimas silenciosas de una violencia que se agrava. Un equipo periodístico analizó geoespacialmente la situación de 230 de estos territorios y encontró que 218 perdieron más de 19 mil hectáreas de cobertura arbórea durante 2022, 88 registran la presencia de cultivos ilícitos de coca y 10 son afectados por la contaminación de la minería ilegal de oro que proviene de ocho ríos. A este panorama se suma que grupos armados ilegales acechan a las comunidades.

 

Periodistas de Mongabay Latam, Baudó Agencia Pública, Entreojos.co, La Liga contra el Silencio y La Silla Vacía viajaron a cinco de los resguardos donde la ilegalidad es crítica: Yurayaco, El Hacha, La Yuquera, Villa Catalina de Puerto Rosario y Curare Los Ingleses. Un dato clave: sólo este año, en los cinco resguardos visitados por los reporteros de esta alianza, se reportaron más de 36 mil alertas de deforestación.

 

Lee aquí las seis entregas de esta investigación.

 

4. Violencia en la Amazonía de Colombia: guardaparques desplazados y 14 áreas protegidas disputadas por grupos armados ilegales

Mongabay Latam, Rutas del Conflicto y La Silla Vacía investigaron las amenazas que enfrentan los guardaparques y el avance de varios delitos ambientales en los parques y reservas de la Amazonía de Colombia. Para publicar esta serie, el equipo periodístico viajó a los parques nacionales La Paya, Sierra de la Macarena y Amacayacu. Lo que encontraron fue un panorama grave: funcionarios ambientales amenazados por grupo armados ilegales que se disputan el dominio de las áreas naturales. Algunos han sido incluso declarados objetivo militar y otros han sido asesinados.

 

La investigación pudo establecer también que las disidencias de la FARC están presentes en 33 de los 39 municipios y áreas no municipalizadas donde se encuentran las 14 áreas protegidas amazónicas del país. Además, la presencia de grupos armados en estos parques y reservas ha traído violencia y provocado que los guardaparques sólo puedan visitar espacios muy específicos. En el Parque Nacional Sierra de la Macarena, por ejemplo, no pueden entrar a tres sectores por las amenazas recibidas, la presencia de grupos armados y de cultivos ilícitos. En Amacayacu, los funcionarios no pueden ingresar a la parte norte del área protegida por la presencia de grupos armados ilegales. Y en el Parque Nacional La Paya, los guardaparques indígenas solo pueden transitar por dos sectores muy específicos.

 

Lee los hallazgos de esta investigación aquí.

 

3. Colombia: hijo de capo del cartel de Cali envuelto en tráfico de aletas de tiburón a Hong Kong

¿Cuál es la relación entre el mayor decomiso de aletas de tiburón y Fernando Rodríguez Mondragón, el hijo del fallecido capo del cartel de Cali? Durante nueve meses un equipo periodístico de Mongabay Latam, OCCRP y Armando Info reconstruyó la ruta detrás del cargamento de más de 3000 aletas de tiburones amenazados de extinción que pretendían ser traficadas a Hong Kong. Mientras se realizaba este reportaje, la fiscalía de Colombia ordenó el arresto domiciliario de Fernández Mondragón.

 

La historia empieza en junio de 2021, seis meses después de que Colombia prohibiera la pesca y comercialización de tiburones. Ese mes, las autoridades interceptaron un cargamento con 3493 aletas de cinco especies de tiburones camufladas entre 117 kilos de vejigas natatorias o buches de pescado. ¿De dónde venían estas vejigas y las aletas?¿Quiénes estaban detrás?¿Cuál fue la ruta que siguió el cargamento hasta llegar al aeropuerto de Bogotá?

 

Lee esta investigación aquí.

 

2. A estas personas las desaparecieron por defender el ambiente y el territorio en México

Por primera vez, esta investigación coordinada por Mongabay Latam en alianza con Quinto Elemento Lab y A dónde van los desaparecidos documenta cuántos defensores del ambiente y el territorio fueron víctimas de desaparición desde diciembre de 2006. Las historias de Sergio Rivera, Eva Alarcón, Marcial Bautista y Celedonio Monroy, nombres que forman parte de la lamentable lista de defensores del ambiente y el territorio, son narradas en cada una de las entregas de este trabajo.

 

La base de datos construida reveló que al menos 93 personas defensoras han sido víctimas de desaparición en México desde 2006. Además que 39 de ellas continúan sin ser localizadas, 36 se encontraron muertas y sólo 18 fueron halladas con vida. De los 93 casos, 83 son hombres y 10 son mujeres. Este trabajo periodístico documentó los casos registrados entre el 1 de diciembre de 2006, cuando comenzó lo que el gobierno de Felipe Calderón llamó la “guerra contra el narcotráfico”, hasta el 1 de agosto de 2023.

 

Lee aquí las dos entregas de esta investigación.

 

1. Las deudas del petróleo: más de 6 mil desechos sin limpiar en cuatro países de Latinoamérica

Por segundo año consecutivo, Mongabay Latam, La Barra Espaciadora, Rutas del Conflicto, Cuestión Pública y el diario El Deber investigaron las malas prácticas de la industria petrolera en Bolivia, Colombia,EcuadoryPerú. Esta vez el foco de este trabajo estuvo en los pasivos ambientales que las operaciones dejan abandonados en los territorios. Lo que encontramos y construimos fue un mapa de la contaminación: más de 8 mil residuos petroleros acumulados en los cuatro países, más de 6 mil que aún han sido limpiados y 600 residuos petroleros que se superponen con 50 territorios indígenas y 15 áreas protegidas en la Amazonía.

 

Detectamos, además, que de los 8 mil residuos identificados, un total de 4284 pasivos ambientales son oficialmente reconocidos por los gobiernos, pero 3994 —que cumplen con la mismas características— son simplemente clasificados como “fuentes de contaminación” en Ecuador, “sitios impactados” en Perú, “impactos no resueltos” en Colombia y “pozos abandonados” en Bolivia. El equipo periodístico viajó a cinco puntos clave para narrar la historia detrás de los casos más emblemáticos.

 

Lee las ocho entregas de esta investigación aquí.

 

BONUS: Coltán, oro y pistas clandestinas: el botín con el que grupos armados desangran al Guainía

La minería ilegal se practica en el departamento de Guainía tanto en balsas dragas como en la extracción a cielo abierto. Crédito: Rodrigo Durán Bahamón.

Un equipo de Mongabay Latam y Vorágine viajó a los alrededores de la reserva Puinawai en el sur oriente de Colombia y lo que encontró es alarmante: tráfico de coltán, dragas ilegales, minería a cielo abierto para sacar oro, grupos armados y seis pistas aéreas clandestinas. Este cóctel de ilegalidad pone en riesgo a los bosques, ríos y comunidades de la zona.

Lee aquí la investigación completa.

Imagen principal: Tuberías expuestas en la base de Huayuri. Crédito: Patrick Wesember.

Fuente: https://rebelion.org/las-diez-historias-ambientales-que-marcaron-el-2023-en-latinoamerica/

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Pobreza en las familias encabezadas por mujeres se duplicó en EE.UU., revela estudio

Un informe de la organización no gubernamental estadounidense Centro Nacional de Derecho de la Mujer (NWLC, por sus siglas en inglés) califica de «alarmante» el aumento de la pobreza en Estados Unidos, especialmente en las familias encabezadas por mujeres, según un comunicado publicado este lunes.

 

El fin de la asistencia federal entregada durante la pandemia, incluidos los créditos fiscales reembolsables ampliados, se relacionan directamente con el aumento de la pobreza, de acuerdo al análisis de NWLC.

 

Dentro del informe se detalla que entre 2021 y 2022, la tasa de pobreza entre las familias encabezadas por mujeres solteras se duplicó al pasar del 11,9% al 26,7%. Del mismo modo, la tasa de pobreza entre las mujeres mayores también aumentó en el mismo período, del 11,7% al 15,3%.

 

NWCL agrega que el trabajo se basa en los datos publicados por la Oficina del Censo de Estados Unidos en septiembre.

 

«Los datos revelan que, tras el fin de los fondos de la era de la pandemia, la Medida Suplementaria de Pobreza (SPM, por sus siglas en inglés) aumentó considerablemente en tan solo un año, algo que no se había registrado en el país en más de 50 años», enfatizó el informe.

 

«La pobreza es una opción política. Tenemos evidencia clara de que la ampliación del crédito tributario por hijos, los pagos de estímulo y el seguro de desempleo ayudaron a millones de familias a pagar alimentos, alquiler, cuidado infantil y más. Como era de esperar, el hecho de que el Congreso no extendiera estos apoyos condujo a que el año pasado se dispararon las tasas de pobreza, aumentaron el hambre y las dificultades entre las mujeres y los niños», señaló Melissa Boteach, dirigente de NWLC.

 

“Es imperdonable que el Congreso siga fallando a las mujeres y las familias al no restablecer de inmediato el crédito tributario ampliado por hijos y otros apoyos que son fundamentales para reducir la pobreza”, añadió Boteach.

 

CNN intenta obtener comentarios de legisladores y funcionarios de la Casa Blanca.

Fuente: https://cnnespanol.cnn.com/2023/11/13/pobreza-familias-mujeres-duplica-orix/

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Las grandes tendencias de las políticas del capital en materia educativa

Por: Luis Bonilla-Molina[2]

Introducción

Hay mucha información disponible sobre los modelos de privatización, mercantilización, estandarización y desinversión educativa, aunque nunca tan suficiente como desearíamos. El lugar de enunciación de estas cuestiones suele ser lo nacional, en medio de un creciente auge de los estudios comparados internacionales al respecto, mientras los estructuralistas, neo marxistas y pedagogos críticos intentamos hallar la relación entre las políticas educativas que se implementan en los sistemas escolares-universidades y cada momento del desarrollo del capitalismo.

Cuatro grandes problemas teórico-conceptuales limitan el efecto y profundidad analítica de los estudios sistémicos y relacionales entre economía, política y educación. El primero, la precariedad con la que se aborda el impacto de las revoluciones industriales en este campo (Bonilla-M, Luis, 2019; 2023), asumiendo que basta con cuestionar la lógica del capital, mientras cada vez se evidencia mejor el papel de la innovación tecnológica en las mutaciones del metabolismo de reproducción y control del capitalismo.  Segundo, las dificultades para estudiar las similitudes y diferencias de las políticas del capital sobre los sistemas escolares-universidad, a partir de la identificación y seguimiento de los distintos lugares de enunciación que ha construido el sistema mundo (Wallerstein, 1998). Tercero, la inocencia epistemológica con la que se abordan las políticas educativas internacionales provenientes del multilateralismo, otorgándoles un estatus de verdad neutral que no poseen. Cuarto, la incapacidad para entender el cambio de régimen de control y reproducción post biopolítico.

En los últimos años nos hemos concentrado en contribuir a la resolución del primero, tercero y cuarto, lo cual nos ha llevado en los últimos meses a avanzar en el estudio del segundo; solo la comprensión de las relaciones dialécticas entre estos cuatro campos, puede permitir una comprensión holística y actualizada de los retos y desafíos de los sistemas escolares y las universidades de cara a la educación 2050. En este breve artículo, esbozaremos las distinciones que venimos haciendo, respecto a identificar los bloques hegemónicos de políticas educativas a nivel mundial que se expresan en las iniciativas locales de cambio.

Una precisión necesaria. Como nos enseñan los estudios de la lucha de clases, la contradicción entre capital y trabajo, no nos debe llevar a entender a las burguesías como un campo unificado, por el contrario, como las disputas inter burguesas son una realidad, resulta de especial relevancia hallar, conocer y explicar estas contradicciones y sus expresiones en el terreno de las políticas educativas. Por otra parte, prevenir contra el mecanicismo que puede llevar a invisibilizar las singulares expresiones de estas contradicciones en los territorios o escenario de reconfiguraciones de correlaciones de fuerza. Las singularidades las valoramos en el marco de confirmación, negación o convergencia de las tendencias generales.

En ese sentido, hemos identificado tres granes campos de políticas educativas a escala planetaria, la Tendencia Reformadora Internacional (TRI), el Objetivos de Desarrollo Sostenible Calidad de la Educación (ODS4) y la Transformación Digital de la Educación (TDE). Muchas veces, por interpretación de los gestores locales de la educación, estas tendencias se muestran caóticamente mezcladas, en otras como complementos y finalmente, una como la superación de la otra.  Veamos brevemente cada una de ellas.

  • Tendencia Reformadora Internacional

Los sistemas escolares y universidad que tenemos en el presente han sido creadas por el capitalismo industrial y se ha modelado en el marco de las tensiones entre hegemonía y resistencias contrahegemónicas. La estructura funcional de los sistemas escolares es un desarrollo y adaptación continuada de la perspectiva de Comenio en Didáctica Magna (1632), asumiendo la epistemología maquinal (secuencial, escalar, estratificada, binaria) que es inmanente al capital.

La TRI está determinada por el carácter global del capitalismo, el cosmopolitismo y la aceleración de la innovación. La imitación y la adaptación de los sistemas escolares al de los países industrializados ha sido un motor esencial al respecto, desde sus inicios, por ejemplo, con la pulsión republicana de generalizar en la región el modelo Lancasteriano como sinónimo de política educativa del centro capitalista en ese momento. El cosmopolitismo que se basa en el supuesto de la unidad cultural y, las sociedades de ingresos altos como modelo a imitar. El tercer rasgo de la TRI es la necesidad de sintonizar la educación con la innovación para propiciar la aceleración de la inventiva con su impacto en la acumulación de la ganancia.

La TRI es mucho más desconcentrada y evidencia las tensiones y correlaciones de fuerzas de cada sociedad, para impulsar en una dirección u otra la formación de la nación, lo cual implica diversas interpretaciones respecto a como acoplarse al horizonte común del sistema dominante. Por ello, muchas veces se muestra como acuerdos bilaterales o la intención de asumir como propio algo que hacen los sistemas escolares de otro país. En la última etapa la TRI ha sido muy influenciada por los resultados de las pruebas estandarizadas y la idea de buenas prácticas pedagógicas.

La TRI progresivamente ha necesitado de la despedagogización para impulsar sus olas y modas de reformas didácticas, evaluativas, curriculares, de planeación y gestión. En la última etapa se ha concentrado en reformas curriculares, mistificando las capacidades del currículo para producir un cambio y convirtiendo al pedagogo en un administrador curricular, algo en lo cual se complementa con las otras iniciativas el capital.

La TRI adquirió un especial vigor a partir del desembarco de la globalización neoliberal de los 70-80 el siglo XX, que instaló la idea de crisis del Estado Moderno y dentro de ello, crisis de la educación, lo cual desató la más importante ola de reformas y contrarreformas, muchas de las cuales no eran evaluadas en su eficacia y logros, para iniciar una nueva iniciativa.

Nuestra hipótesis de trabajo al respecto, es qué en esta dinámica, los sistemas escolares y la universidad han vivido periodos que se han correspondido al desarrollo desigual y combinado del capitalismo, entre el centro y la periferia, pero también como resultado de la construcción del capitalismo como sistema que tiende a no dejar un afuera de su lógica. Estos periodos no pueden ser visto como estancos, porque muchas veces continúan de manera paralela con otros, por ello nuestra estructuración se refiere más al auge que tuvieron.

La tendencia Reformadora Internacional (TRI) ha vivido periodos y ciclos a partir de los cuales es posible encontrar las similitudes que le dan identidad y las diferencias propias de las particularidades territoriales el desarrollo del capitalismo.

Estos periodos en Latinoamérica y el Caribe son: a) colonial (1492-1803), b) republicano (1804-1917), c) adaptación a las premisas de la Reforma de Córdoba (1918-1945), Multilateralismo (1945- ). En este último periodo, los gobiernos dictatoriales y la situación colonial sostenida en algunos países le imprimieron particularidades que es necesario estudiar en un marco de relaciones más amplias y complejas.

Los ciclos son: a) empirismo (1760 – 1910), b) Taylorismo – Fayolismo (1910-1930), c) Fordismo (1930-1970), d) Postfordismo: Gestión de la Calidad Total, Justo a Tiempo, Benchmarking, Quinta Disciplina, Modelos horizontales de las empresas tecnológicas (1971-     ).

La TRI es multicéntrica y multisituada, aunque tenga un horizonte y epistemología compartida. Este rasgo es muy importante destacarlo para establecer los ritmos y posibilidades reales de ensamblaje de los sistemas escolares a la lógica el capital.

La privatización y mercantilización educativa terminaron siendo los elementos más relevantes de la TRI. La exclusión como el “daño colateral” que había que resolver con medidas contingentes contextualizadas.

  • Tendencia ODS4: Calidad de la Educación

Con el surgimiento del multilateralismo de las post guerras mundiales, se inicia un ciclo muy importante de estandarización de las políticas educativas a nivel mundial, que desde mi punto de vista es posible periodizar de la siguiente manera: a) aceptación de la estandarización de políticas educativas (1945-1965). Este periodo es heredero de los trabajos de Piaget en su Oficina Internacional de Educación a partir de los años veinte del siglo XX y se va tejiendo con la creación de institucionalidad y equipos técnicos especializados. La forma en la cual va tomando cuerpo político este proceso son la rendición de los informes nacionales sobre el estado e la educación y la compilación de estadísticas nacionales que posibilitan los análisis comparados; b) la instalación de la noción de crisis educativa a partir de los informes Coleman (1966), Combs (1968), Faure (1973); c) La construcción de la cultura evaluativa como elemento orientador de las reformas educativas (1973-1980); d) la definición de las categorías para concretar la cultura evaluativa: calidad y pertinencia (primeros niveles el sistema educativo), impacto, eficacia e innovación (sector universitario); e) los acuerdos globales para estrategias convergentes de políticas educativas, dentro de las cuales los Acuerdos de Jomtein (1990), Dakar (2000) y, los Objetivos del Milenio (2000-2015) jugarían un papel central en la construcción de hegemonía para el paradigma de la estandarización hasta llegar al ODS4; f) la institucionalización de la cultura evaluativa con la creación del Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad Educativa (LLECE) y la puesta en marcha de las pruebas estandarizadas a nivel internacional; g) El ODS4: calidad de la educación (2015-2030)

En las últimas décadas la privatización y mercantilización educativa (váuchers, subsidios a la educación privada, crecimiento desproporcionada de la educación privada versus la pública, desfinanciamiento, precarización laboral de los trabajadores de la educación) se suelen vincular en los discursos oficiales como propios de la calidad educativa.

El Multilateralismo educativo, paso desde los noventa a ser un apéndice de los gobiernos del mundo en su mayoría neoliberales (Bonilla. 2023), haciendo de la Calidad Educativa el caballo de Troya para colocar en sintonía los sistemas escolares y la universidad, con los requerimientos del modo de producción capitalista en el periodo 2015-2030.

Las políticas del ODS4 expresan el mayor consenso posible de los gobiernos el mundo para acoplarse en ritmos y tiempos a los requerimientos del capital en materia educativa. Esto se convierte en su mayor problema, porque la brecha epistémica (Bonilla, 2021) de los decisores gubernamentales no les permite captar las dimensiones y urgencias el centro capitalista y su eficacia política resulta limitada. Por ello, las Bancas de Desarrollo vienen planteando que UNESCO abandone la agenda educativa y asumirla ellos directamente, el Banco Mundial la educación superior, la OCDE la educación primaria y secundaria y, las Bancas e Desarrollo Regional como el BID el preescolar o educación inicial.  Por otra parte, el Foro Económico Mundial viene asumiendo un creciente papel en la determinación de políticas educativas desde otro lugar de enunciación.

No obstante, consideramos que UNESCO es un espacio en disputa y que aún es posible plantear iniciativas a su interior que consigan abrir paso a una educación no necesariamente alineada con la lógica del capital. UNESCO tampoco es un campo cerrado, a su interior existe una capa muy importante de técnicos y funcionarios que apuestan por una educación inclusiva y alrededor del organismo gravitan organizaciones que luchan genuinamente por el derecho a la educación, Finalmente, la intelectualidad educativa y la academia, en su mayoría, considera que aún es posible intentar construir en el organismo multilateral otros consensos más vinculados a la lógica de los pueblos. El centro de nuestro análisis al respecto pretende superar la mirada ingenua que coloca al organismo como neutral y más allá de las disputas económicas, políticas y tecnológicas internacionales.

  • Tendencia: Transformación digital de la educación

Con la creación de la Organización Mundial de Comercio (OMC) se instala de manera abierta la noción de la educación como una mercancía. Las resistencias a escala global lograron bajarle el perfil educativo a la OMC, pero no las intenciones el capital en la materia. La OMC ha cedido protagonismo al FEM.

El Foro Económico Mundial (FEM) o Foro de Davos ha entrado en los últimos años como un actor internacional clave en la agenda educativa, fundamentalmente en lo que respecta a la llamada Transformación Digital de la Educación (TDE). Esto se debe a que este organismo se ha convertido en la instancia que lidera la transición capitalista y su modo de producción, de la tercera a la cuarta revolución industrial. Por ello, el tema educativo suele estar presente en cada reunión anual del Foro y está muy involucrado en las versiones educativas de las corporaciones tecnológicas, así como en el prototipo universitario que es Singularity University.

La TDE anunciada abiertamente el Foro de Educación de Incheon Corea (2015), impulsada en la alfabetización virtual ocurrida durante la cuarentena por la pandemia del COVID-19, ha venido tomando cuerpo en los modelos híbridos de enseñanza, el creciente desarrollo de la educación virtual y los discursos que postulan un futuro virtual de los sistemas escolares, proceso que tiene como vanguardia al equipo e Davos.

Esto no implica que el multilateralismo y la TRI no trabajen la agenda digital sino que Davos es el sector más dinámico al respecto.

  • Cuando se quiere quedar bien con Dios y con el Diablo

El mayor problema para estudiar estos énfasis, es que cada uno de los epicentros (TRI; ODS4 y TDE) asumen elementos de las otras iniciativas como propios, eso sí, con interpretaciones no siempre convergentes y subordinadas a sus estrategias centrales.

Las burocracias de los ministerios de educación, que quieren estar bien con todos los centros de poder, nacionales e internacionales, intentan construir una agenda mixta que termina siendo en muchos casos una criatura tricéfala que tiende a colapsar el sistema en su conjunto.

Las presiones nacionales por un sistema educativa que responda a los intereses locales, se convierte en otro elemento que tensiona la malograda coherencia de los intentos de reforma.

Lo que planteamos es que las reformas educativas nacionales deben ser valoradas en el marco de esas tensiones y las limitaciones que tienen las burocracias nacionales para comprender las particularidades de cada una de ellas.

  • Conclusión

Es urgente resolver los problemas teórico-conceptuales de la transformación educativa del presente, y en el caso de lo abordado en este artículo lo referido a las tendencias capitalistas del cambio, para poder comprender el caos educativo actual y las reales posibilidades de construir alternativas.

Lista de referencias

Bonilla-Molina, Luis (2020) Educación, escolaridad y revoluciones industriales.    Disponible en https://luisbonillamolina.com/2020/05/20/educacion-escolaridad-y-revoluciones-industriales/

Bonilla-Molina, Luis (2023) El Puente roto y los problemas para atravesar aguas turbulentas: las pedagogías críticas en la era digital. Disponible en https://luisbonillamolina.com/2023/04/14/el-puente-roto-y-los-problemas-para-atravesar-aguas-turbulentas-las-pedagogias-criticas-en-la-era-digital/

Bonilla-Molina, Luis (2023) ¿Qué hay detrás de la máscara altruista? La UNESCO en el callejón neoliberal. Viento Sur  España. Disponible en https://luisbonillamolina.com/2023/06/17/que-hay-detras-de-la-mascara-altruista-la-unesco-en-el-callejon-neoliberal/

Comenio (1632) Didáctica Magna. Edición mimeografiada.

Wallerstein, I (1974) El sistema mundo. Ediciones Grijalbo. España


[1] Artículo breve, de la serie educación que publico los miércoles

[2] Profesor invitado de la Universidad Federal de Sergipe, Brasil. Miembro electo del Comité Directivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) y Coordinador del GT CLACSO “Capitalismo digital, políticas educativas y pedagogías críticas” (2023-2025). Miembro del Secretariado del Congreso Mundial contra el Neoliberalismo Educativo (Río de Janeiro, Brasil, octubre 2024). Integrante de la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE), la Fundación Kairos y la Asociación Latinoamericana de Sociología (ALAS). Investigador del Centro Internacional de Investigación Otras Voces en Educación (CII-OVE). Investigador asociado al eje “trabajo docente” de la CRES+5 a realizarse en Brasilia, Brasil, abril 2024. Contactos: luisbonillamolina.62@gmail.com; contacto@luisbonillamolina.com

Las grandes tendencias de las políticas del capital en materia educativa

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Nuevos rostros de la barbarie patriarcal en el capitalismo. El cerco a la coeducación

Por: Conversación sobre historia

Nuevos rostros de la barbarie patriarcal en el capitalismo. El cerco a la coeducación.

Los sistemas educativos son un componente clave en la arquitectura de las sociedades modernas cuyas bases se encuentran en el contrato social y en contrato sexual, pactos que, de facto, institucionalizan la subordinación de las mujeres, la mitad de la humanidad. El acceso a la producción y distribución del saber ha sido, por tanto, hasta época reciente, una atribución privativa de los varones y, como institución inserta en la sociedad, el artefacto educativo no es ajeno ni a la lógica patriarcal ni a la capitalista. La coeducación secuestrada, crítica feminista a la penetración de las ideologías transgeneristas en la educación, analiza cómo el ideario transgenerista forma parte de la embestida del exitoso tándem patriarcal-capitalista en el siglo XXI.

Maria  Engracia Martín Valdunciel
Universidad de Zaragoza
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Patriarcado y androcentrismo

Inicialmente, como es ya sabido, la educación fue privilegio de élites (masculinas); no hay más que recordar, por ejemplo, la casta de los escribas, la paideía griega o la tradición escolástica. La instrucción, tal y como la conocemos hoy, fue incluyendo a diferentes capas sociales en los albores de la modernidad capitalista para responder a las necesidades políticas y productivas de los países. Pero más allá de transmisión de conocimiento y valores que sostienen las sociedades, la formación y la construcción de saber implica relaciones y posiciones diferenciadas entre sujetos y grupos sociales. Estamos ante un auténtico bastión de los sistemas de poder, entre ellos, el primigenio, el patriarcal. ¿Qué ha ocurrido con la educación de las mujeres? El patriarcado conceptualizó y situó aquellas en el ámbito de la naturaleza y de la sinrazón; las mujeres fueron definidas como no-sujeto y por tanto excluidas como colectivo —hasta época muy reciente y aún hoy en muchos países— del logos y de los espacios públicos. Así, la definición del mundo y sus relaciones ha sido producto de una élite de varones, aunque esa circunstancia no ha impedido que el conocimiento sesgado y parcial generado en diferentes ámbitos de saber se haya calificado, erróneamente, de “neutro”, “objetivo” o “universal”, constituyendo un entramado ideológico-político que reproduce y legitima el patriarcado. La falta de formación, así como su alejamiento de los ámbitos de conformación de ideas, ha jugado como factor clave de opresión de las mujeres: ha dejado a la mitad de la humanidad sin posibilidad de tomar conciencia de su estatus subordinado, huérfana de genealogía y referentes y, al mismo tiempo, sin sentido de su capacidad y fortaleza para hacer propuestas intelectuales y políticas mas justas. Por consiguiente, el acceso al saber y la posibilidad de conceptualizar ha sido, es, una reclamación constante en la historia feminista como medio de lograr autonomía intelectual y base para proponer proyectos políticos. Así ocurrió, explícitamente, desde M. Wollstonecraft —referente polémico del misógino fundador de la pedagogía moderna, JJ. Rousseau — o el movimiento sufragista.

Han pasado varios siglos y el contexto social y político ha cambiado. Sin embargo, en pleno siglo XXI el libro La coeducación secuestrada, crítica feminista a la penetración de las ideologías transgeneristas en la educaciónpublicado por Octaedro en noviembre de 2022llama la atención sobre las nuevas estrategias que adopta el patriarcado en el actual capitalismo desbocado para seguir subordinando y explotando a la mitad de la humanidad, centrando su atención, especialmente, en los procesos relacionados con la producción, distribución y acceso al saber.

Invitadas a espacios de saber-poder patriarcal

A lo largo de los siglos XVIII y XIX la educación pasó por diferentes procesos y etapas. Pero se mantuvo, y mantiene, vigente una “doble verdad” que afecta a las formas de concebir la convivencia y la educación: lo que es adecuado para los niños no lo es para las chicas. Y viceversa. En consecuencia, la escuela segregada que inaugura la modernidad implicó espacios  y conocimientos diferenciados para los dos sexos: instrucción, autonomía y prestigio para ellos y moralidad, servidumbre y falta de reconocimiento para las niñas. Mientras los niños conocían temas relacionados con la producción o la organización de la esfera pública las niñas aprendían tareas domésticas. La escuela mixta actual, que acoge a ambos sexos, chicos y chicas, tomó cuerpo ya avanzado el siglo XX y cuenta con un único currículum, el masculino, el conocimiento prestigiado. De forma general, la academia ignora la investigación feminista, no le concede crédito, y la selección de contenidos en la cultura escolar sigue haciendo, aún hoy, caso omiso de la historia de las mujeres, y de aquellos saberes asociados históricamente al sexo femenino, deslegitimando, de hecho, su sentido y utilidad y, por ende, el estatus de las mujeres —más de la mitad de la humanidad—  como sujeto político. Como parte de la sociedad, la institución escolar no ha permanecido ajena ni a la lógica neoliberal ni a la “reacción patriarcal” que se viene desarrollando desde el último tercio del siglo pasado, como  señalaba Susan Faludi.

Vindicación de los derechos de la mujer. 1792 Mary Wollstonecraft defendió ya en el siglo XVIII, frente a JJ. Rousseau, que sólo existe una naturaleza, una razón, una virtud… por tanto, debería haber una única educación para los dos sexos.

El currículum oculto

Es preciso recordar que los organismos educativos, como la sociología crítica ha puesto de manifiesto, son complejos, pueden reproducir el statu quo o bien propiciar pensamiento crítico y transformación social, o ambas cosas. Porque la escuela no es una burbuja ajena al mundo, forma parte de la sociedad, supone un campo de fuerzas en el que los sujetos pueden articular, debatir, confrontar, etc., formas de entender, organizar y habitar el mundo. Aunque el acceso a la educación es, sin duda, un logro importante para las mujeres —de hecho, es conocido que en la actualidad sus resultados académicos son superiores a los de los varones—  la investigación feminista ha evidenciado desde el siglo pasado que la escuela es un artefacto cuyos presupuestos históricos, epistemológicos, pedagógicos y socioeducativos coadyuvan a reproducir (entre otras) la desigualdad entre los sexos  ¿Cómo reproduce la escuela la jerarquización entre varones y mujeres? Mediante mecanismos diversos: desde la persistencia de un currículo androcéntrico, que falsea los contenidos en su conjunto e invisibiliza la aportación y las experiencias históricas de las mujeres, hasta la socialización sexista, la organización de los tiempos y los espacios escolares, la diferente interrelación entre profesorado y alumnos y alumnas, las desiguales expectativas respecto a unos y otras, etc., etc. De ahí, que desde el feminismo se hayan reclamado propuestas coeducativas más justas e igualitarias entre los sexos para hacer frente a uno de los pilares del poder patriarcal: desde la denuncia del androcentrismo del saber-poder académico —y por tanto la necesidad de reformular y repensar desde sus cimientos los campos  de conocimiento o los textos escolares— a propuestas que permitan abordar las formas de relación sexista y organizar tiempos y espacios para no subordinar —repetimos—a más de la mitad de la sociedad.

Un mundo de subjetividades desbocadas

En el momento presente el totalcapitalismo triunfante supone la hegemonía de la racionalidad económica a todas las esferas de la vida ya que afecta a las relaciones sociales o la comprensión del propio yo. Los potentes procesos civilizatorios neoliberales tienden a exacerbar la individualidad, el narcisismo, el sujeto deseante sin límites, ajeno a propuestas de emancipación colectiva. Al mismo tiempo, conocemos bien cómo afecta esa lógica a los Estados, la merma de servicios sociales o la privatización del derecho de la mano de organismos como la OMC o corporaciones que sustentan el orden económico global,  tecno-ciencia, Big Pharma, GAFA, etc. Insisten en que nos encontramos en el mejor de los mundos posibles y no cabe sino adaptarse y ser flexibles. Sin embargo, la actual gobernanza y aséptica gestión liberal, basada en mitos, como la libertad de elegir, o el consentimiento, no cuestiona la correlación de fuerzas, por tanto es funcional a los intereses del capital y del patriarcado. Por otro lado, la racionalidad crítica o el pensamiento reflexivo se perciben  como amenazas mientras el capitalismo subraya e incentiva la subjetividad de las personas. No es casual: la emocionalidad es modulable y útil a la lógica y necesidades del capital y del patriarcado. Todo ello impele a los sujetos, ayunos de análisis estructurales, a comprenderse y comportarse no en función de sus condiciones materiales de existencia, de la posición objetiva en las relaciones de poder económico, político o social, sino en relación con su subjetividad. Si acordamos con ciertas perspectivas y análisis sociológicos que el producto mejor elaborado por el capitalismo —y, desde antes, por el patriarcado— es el sujeto podremos comprender hasta qué punto pueden resultar peligrosas para la convivencia democrática propuestas basadas en sentimientos o deseos. En esta línea, la lógica que se nos propone para entender y habitar el mundo, por ejemplo, es que una mujer prostituida nada tiene de objetable porque, supuestamente, ha elegido o consentido su situación de explotación / esclavitud.

Material sobre “identidad de género” en escuelas de infantil y primaria. La coeducación secuestrada…(réplica, p. 104) Fuente imagen: Contra el borrado de las mujeres

Privatización del derecho

En la lógica neoliberal, como apostillaba la señora Thatcher, no existen armazones y condicionantes sociales, sólo hay sujetos, únicos responsables de sus éxitos o fracasos. Por supuesto, en el marco del presuntuoso relativismo cultural y moral dominante no caben análisis de las estructuras de dominación patriarcal / capitalista y menos aún invocar el cumplimiento de universales, como los  derechos humanos, o apelar a la ética pública o a la justicia sexual y social para problematizar los sistemas de explotación —porque, desde esas posiciones papanatas, responderían a inadmisibles perspectivas esencialistas y colonialistas—.  Así nada tiene de extraño que el extractivismo suicida del capitalismo y del patriarcado apenas encuentren obstáculos para expandirse e intenten legitimarse mediante políticas que privatizan, en realidad, el derecho. Ocurre, por ejemplo, cuando el histórico privilegio de los varones de violar mujeres y menores se blanquea, de facto, como derecho cuando se propone la regulación del sistema prostitucional o cuando no se acometen medidas para su abolición —que no prohibición— ;  también, cuando el deseo de ser padres o madres permite reglamentar el derecho a la explotación reproductiva de mujeres y la compra -venta de criaturas.  Lo propio acontece con el Movimiento de Orgullo Pedófilo que intenta blanquear y, en su caso, legalizar, la explotación sexual de menores. Y sucede cuando la minoría transgenerista pretende que el sexo sentido (signifique eso lo que signifique) sea convalidado jurídicamente, invocando para ello acuerdos carentes de validez jurídica  (Principios de Yogyakarta) que no son vinculantes para los países. Estamos ante un nuevo y peligroso ensamblaje de derechos promovido por organismos internacionales y lobbies de “industrias” de la explotación humana, a menudo en conexión con redes criminales, que no encuentran resistencia dentro de los Estados y que, no por casualidad, afectan específica y negativamente a las niñas y mujeres comprometiendo la agenda de igualdad. Constituyen los nuevos rostros de la barbarie patriarcal capitalista que el feminismo impugna de forma radical. En esta línea,  La coeducación secuestrada…supone una denuncia valiente y oportuna que viene a arrojar luz sobre las implicaciones de la doctrina transgenerista en el contexto educativo.

La coeducación secuestrada…

La obra es resultado del trabajo colectivo de DoFemCo, un grupo de docentes formado en julio de 2020 a partir de la “preocupación compartida por el avance de las ideas contrarias a los derechos de las mujeres” y su impacto en la educación.  Sus integrantes organizaron entre el 19-21 de noviembre 2021 el primer Congreso DoFemCo que tuvo una repercusión notable, síntoma de que la inquietud y sensibilidad por los temas tratados eran compartidas por diferentes profesionales relacionados con el mundo educativo.  La coeducación secuestrada…es fruto pionero de todo el esfuerzo de formación, difusión  e investigación desarrollado por el colectivo a lo largo de estos años.

Con la finalidad de comprender el fenómeno transgenerista, las autoras rastrean en el primer capítulo la genealogía del ideario: su caldo de cultivo no es otro que el tardocapitalismo patriarcal y la infraestructura tecnológica que lo sostiene: plataformas electrónicas, videojuegos, “redes sociales”, influencers, youtubers, etc.,  han resultado factores clave a la hora de canalizar ideas irracionales presentadas como transgresoras — tales como que se puede nacer en un cuerpo equivocado—  y un medio idóneo de captación de chicos y chicas, analizan las autoras. Los mantras que se divulgan en redes, en los media, en la industria del entretenimiento… constituyen un “prêt à porter” de uso corriente, cuyos fundamentos teóricos se encuentran en posiciones del posestructuralismo francés y el desarrollo de los “estudios de género” de la academia anglosajona. Los presupuestos de Judith Butler relativos al origen construido tanto del sexo como del género, —ambos performativos— y, por tanto, su posibilidad de intercambio, se encuentran entre sus conjeturas más exitosas. El discurso transgenerista confía en la teatralidad y en la capacidad performativa de un neo-lenguaje  mágico e irracional  (“infancia trans”, “mujeres con pene”, “varones embarazados”) para desafiar la realidad contrastable al tiempo que propone nuevas etiquetas normativas (cis /trans) o tergiversa conceptos como género.

Género, categoría analítica.

Ocurre que en la política, en los medios de comunicación o en el ámbito educativo se está  asociando o identificando—errónea e interesadamente— feminismo / transgenerismo cuando tanto la historia, la teoría política o la agenda feminista, por un lado, y los presupuestos y objetivos de las minorías transactivistas, por otro, son abiertamente divergentes. El feminismo es una ética y política de transformación social que lleva siglos trabajando por sociedades más justas, cuestionando, por tanto, el patriarcado y el capitalismo. Por su parte, el transgenerismo es un ideario centrado en el individuo, la diferencia, las identidades, el deseo o las “disidencias sexuales” (queer) cuyas propuestas están resultando muy funcionales a ambos sistemas de poder.  Por tanto, se está despistando insidiosamente a la profesión docente y a la ciudadanía. La coeducación secuestrada … intenta arrojar luz sobre esa engañosa ceremonia de la confusión. En ese proceso de desorientación, el falseamiento de conceptos como género es relevante.

Para la teoría feminista, género es una categoría analítica clave ya que ha permitido, y permite, identificar los mandatos, los roles sexuales,  etc., que el primer sistema de dominio — el masculino— impone a varones y mujeres a partir de su sexo. Hablamos, por tanto, de una construcción social y cultural que —esto es importante— constituye un medio para subordinar y escamotear derechos y recursos a las mujeres. En otras palabras: para el feminismo la diferencia biológica entre machos y hembras de la especie humana no debe traducirse socialmente en merma de derechos y oportunidades para las mujeres.  Por consiguiente, un objetivo feminista ha sido y es erradicar esos mandatos y roles sexuales (no existen “juegos de niños y juegos de niñas”, por ejemplo) para promover el libre y pleno desarrollo de la personalidad tanto de mujeres como de varones.

¿Qué entiende por género el ideario transgenerista? Algo completamente diferente y, además, contradictorio: una identidad innata (identidad de género) y, al mismo tiempo, cambiante, en cualquier caso, elegible. Desde supuestos confusos e incompatibles el transgenerismo defiende los roles sexuales, el sexismo y neurosexismo más rancio, —por ejemplo, la existencia de “cerebros rosas y azules”; “juegos de niños y juegos de niñas”— reclama libertad de elegir,  —libre autodeterminación de sexo— y exige que este deseo cuente con aval jurídico. Esta posición resulta muy problemática por cuanto choca con la arquitectura legal actual y es especialmente dañina para los derechos de las mujeres y para la infancia, amén de que tiene profundas repercusiones en la ética sanitaria o el sistema educativo, como se examina y alerta a lo largo de las páginas de La coeducación secuestrada…

Rachel Levine, doctora “transgenero”, Subsecretaria de Salud en el gabinete de J. Biden (foto: La Vanguardia)

Oscurantismo y negacionismo.

Como se ha avanzado, en pleno siglo XXI el saber poder patriarcal apenas se cuestiona —tanto en la academia como en la escuela— mientras la socialización sexista acumula nuevos formatos— como la normalización de la misoginia pornográfica, la cosificación de niñas y mujeres, por citar un fenómeno que afecta a la población escolar desde la infancia—.  Las declaraciones de igualdad ante la ley entre varones y mujeres son, de facto, un espejismo que opaca una realidad de jerarquía y poder masculino, como se hace evidente en las crecientes desigualdades que el desorden del capital y del patriarcado están generando; ante esta situación, parece lógico pensar en nuestras sociedades en una imprescindible reactivación de políticas sociales y educativas que puedan abordar el machismo.  Sin embargo, como previene La coeducación secuestrada… , lejos de esa posibilidad, se ha producido desde la última década el aterrizaje de las ideas transgeneristas en todos los niveles del medio educativo — colonizado por las políticas del management y la calidad y muy sensible a las leyes del mercado —que están ocupando espacios propuestos por el feminismo para abordar desde la pedagogía la desigualdad entre los sexos y tergiversando el sentido y la finalidad de la coeducación.  Hablamos de un discurso uniforme y global que florece tanto en sociedades liberales como en países conservadores, en USA o España como en Israel o Irán. No deja de ser, cuando menos, sospechoso, se señala en la obra, que países como EEUU, que no garantizan derechos básicos — hogar, salud o educación— a niñas y niños defiendan, sin embargo, un supuesto derecho de las criaturas “a autodeterminar su sexo”.

Las autoras explican cómo la ambigüedad y la contradicción son tónica dominante en el ideario transgenerista. Empezando por el acrónimo que lo identifica, lgtbi+,  que engloba —equívocamente— realidades muy diferentes y que reduce, definitivamente, a un borroso discurso. La obra deja patente el problema intelectual y político que supone un ideario negacionista de realidades empíricas, como la existencia del sexo biológico, para avalar ideas como, por ejemplo, que el género o el sexo pueden autodeterminarse. Advierten las autoras del libro de que su incursión en las aulas —procedente de otros medios, como el contexto sanitario— implica, primero, que se legitime el delirio y la irracionalidad y, además,  suponga un medio a través del cual se difundan al conjunto social ideas contrarias a la igualdad entre chicos y chicas.

Por supuesto, en modo alguno, se niega en el texto que nos ocupa la atribución de chicos o chicas a la construcción libre de la personalidad. En ningún caso se desecha la idea de que en sociedades profundamente sexistas y desiguales los y las jóvenes puedan tener problemas relativos a su ser y estar en el mundo. Lo que se defiende rotundamente en el libro es que, en su caso, los posibles desórdenes deben contar con asistencia especializada,  seguimiento, con información rigurosa a padres o madres, etc., no con un ideario mágico y confuso que atenta contra la salud de menores. No por casualidad —en sociedades profundamente machistas— el ideario trans afecta mayoritariamente a las niñas y a las chicas (tres de cada cuatro casos).

Manifestación en Madrid contra la «Ley Trans» (Ley 4/2023, de 28 de febrero, para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI) (foto: Alberto Di Lolli/El Mundo)

Por la puerta de atrás

Hay un hecho relevante que se analiza a fondo La coeducación secuestrada… y es el hecho de que el ideario transgenerista se viene incrustando en el medio educativo “por la puerta de atrás” —un modus operandi que es tónica dominante en otros países— sin apenas conocimiento, debate o reflexión del personal docente. Desde el conocimiento del medio, denuncian las autoras que las normas que se han implementado no responden en modo alguno a una demanda social prioritaria y se han elaborado sin los preceptivos  —por ley— análisis de impacto de género; por otra parte, tratándose de temas de igualdad, no resulta de recibo que se haya prescindido de las aportaciones de organizaciones feministas.

El ideario se ha extendido con rapidez asombrosa a través de cursos y programas de sensibilización para profesorado o equipos directivos con materiales de difusión elaborados por entidades con intereses transgeneristas. Añadamos, leyes, normativas y protocolos de obligado cumplimiento en centros y departamentos, tema al que se dedica un exhaustivo capítulo tercero. Medidas relevantes, advierten, porque afectan a toda la organización de la institución: formación de docentes, organización de espacios y tiempos escolares, currículo, tutorías, relación con familias, sanciones administrativas, etc.  El libro dedica varios capítulos a tratar ampliamente las implicaciones que tal ideario, y los protocolos que lo acompañan, tiene para diferentes protagonistas del espacio educativo y de la sociedad en su conjunto, especialmente, docentes, alumnado o padres y madres.  La educación secuestrada … deja patente la sospechosa facilidad, rapidez y multiplicidad de vías de acceso a diferentes niveles educativos que ha tenido y tienen las ideas transgeneristas camufladas bajo marbetes progresistas como “innovación”, “igualdad”  o“ampliación de derechos humanos”. En relación con esto último, señalan en el texto, resulta, cuando menos, un planteamiento chocante: los Derechos Humanos son universales, incluyen a todas las personas por el hecho de serlo: todos los seres humanos son titulares de esos derechos… independientemente de como se sientan. Paradójicamente, tal y como se expone en La coeducación secuestrada… leyes, protocolos e ideas transgeneristas suponen, de facto, una amenaza a la salud de la infancia, atentan contra la patria potestad de padres y madres o cuestionan la libertad de expresión y pensamiento del profesorado.

Por qué el ideario transgeneristas es contrario a la coeducación.

Veamos, de forma sintética, algunos puntos que la obra desarrolla:

* Porque es irracional, rechaza la realidad, como cuando niega el dimorfismo sexual de la especie humana y confunde conceptos y categoría como sexo y género. El género, como se ha indicado, no es una identidad  —como propone el transgenerismo— sino un sistema de jerarquización sexual contrario a una educación igualitaria, o sea, no sexista.

*Porque las ideas y normas transgeneristas, al invalidar la categoría sexo, dificultan la toma de datos de forma desagregada, cuestión fundamental para medir la opresión que genera el orden patriarcal sobre—no lo olvidemos— la mitad de la sociedad.

* Porque refuerza los roles sexuales que cosifican y deshumanizan a las mujeres; por ejemplo, al no nombrarlas o borrarlas (“cuerpos gestantes”,“personas sin próstata”, “útero portantes”, “personas menstruantes”) ; a través de discursos y prácticas como la publicidad sexista, la pornografía, la prostitución o la explotación reproductiva. Prácticas misóginas que  los grupos transactivistas apoyan.

* Porque al enfatizar las “identidades diversas” vela y enmascara la comprensión de la desigualdad estructural entre mujeres y varones y por tanto las formas de abordar el sexismo y la explotación. La “fluidez de identidades” no anula la jerarquía sexual, antes al contrario.

* Porque desde sus presupuestos no incide en la parcialidad intelectual, el androcentrismo,  baluarte del patriarcado, que lastra y falsea todo el conocimiento: de nuevo, invisibiliza y sustrae referentes a la mitad de la humanidad.

* Porque obstruye la práctica coeducativa al hacer depender medidas y proyectos igualitarios no de realidades contrastables, como el sexo de las personas, sino de sentimientos o deseos cambiantes.

* Porque da curso libre y resulta netamente funcional al capitalismo patriarcal más salvaje, a la experimentación, explotación y mercantilización de las personas. En otras palabras, legitima el lucrativo supermercado de la vida que sustenta el transhumanismo.

El dominio patriarcal no se equivoca

Llama la atención, sin embargo, que, frente al desvarío de discursos transgeneristas, la política sexual del patriarcado no se equivoca: cuando los miles de asesinadas en México son mujeres, cuando no dejan nacer a las niñas en Asia, cuando a quienes se impide ir a la escuela en Afganistan son niñas…No se confunde de sexo cuando explota y subordina a las mujeres: la brecha salarial, los techos de cristal, las dobles jornadas, la violencia sexual, los asesinatos, la pervivencia del sistema prostitucional, la precariedad en el empleo, etc., recaen, inequívocamente, sobre las hembras de la especie humana.

¿Hay que recordar que, en nuestro país, el terrorismo patriarcal ha segado la vida de más de mil mujeres entre 2003-2022 …? Sólo en lo que va de año llevamos 54 asesinatos… ¿Cuánta gente conoce que más de 40.000 mujeres viven actualmente en España con protección debido a la violencia machista.…? ¿Cuántas mujeres son violadas legalmente en el sistema prostitucional…?

Sin embargo, la doctrina transgenerista, que está suplantando los objetivos de la coeducación, vela esta feroz explotación y contribuye a su normalización. Así, propone arbitrar no una propuesta educativa democrática que combata esa violencia estructural, que se dirija a luchar por la equiparación de derechos y libertades entre chicos y chicas  —a ampliar los marcos de la convivencia democrática— sino que su objetivo es abordar la discriminación … según la “identidad o expresión de género” (signifique eso lo que signifique). Es decir, estamos ante propuestas involucionistas y antidemocráticas basadas en un ideario neoplatónico de almas y cuerpos que ceba un “sentido común” irracional, amén de una perspectiva sexista, individualista y mercantilista (identidades a la carta) sobre la realidad. Y, esto es relevante, bajo etiquetas como “diversidad” o “inclusividad” mantiene indemne o acrecienta la desigualdad sexual.

“La Iglesia ama a las personas trans” Boston, Mass. EEUU. Abril, 2023 (foto de la autora)

Por una educación pública, laica y feminista.

La coeducación secuestrada … es un audaz trabajo que llama la atención sobre cómo las normas transgeneristas han cosechado un sospechoso consenso político y mediático, tanto a escala global como en nuestro país. El discurso transgenerista cuenta con el apoyo de fuerzas progresistas como de iglesias y comunidades conservadoras. En España, como se analiza ampliamente en la obra que comentamos, se han aprobado este tipo de normas tanto en CC.AA gobernadas por el PP como por el PSOE —con el decidido apoyo de diferentes organismos y sindicatos—. Se trata de leyes que chocan de forma radical con la Constitución, con Convenios internacionales que velan por la equiparación de derechos de las mujeres, —y son de obligado cumplimiento para nuestro país—como CEDAW, 1979, la propia Ley 3/2007 o el Convenio de Estambul, 2011. Pero, además, atacan derechos de la Infancia y de padres y madres. Normas que se han publicado sin debate público, sin que la ciudadanía sea consciente de sus implicaciones y que — al penalizar la crítica vía administrativa, calificándola de “odio” o “fobia”— suponen una amenaza a la libertad de expresión, fundamento ineludible en sociedades democráticas.

En el horizonte, DoFemCo vislumbra algunas luces:  en primer lugar, las autoras destacan todo el trabajo intelectual y político que viene desarrollando el feminismo para impugnar el orden del patriarcado y salvaguardar el espacio democrático, tanto a escala nacional como internacional. Entidades como  Women’s Declaration Internacional (WDI), Confluencia Movimiento Feminista, o Alianza contra el borrado de las Mujeres lo corroboran. También señala el colectivo feminista como esperanzador el hecho de que algunos países, como Suecia, Noruega, Finlandia o UK  hayan empezado a revertir las políticas basadas en el ideario transgenerista — en este sentido, han resultado clave las críticas y  denuncias de las víctimas de las “reasignaciones de sexo”—de forma que su ejemplo de cordura quizá pueda cundir y verse secundado en nuestro país.  

 La obra, en definitiva, propone un reto, difícil pero necesario, al profesorado de cualquier nivel educativo: abrir y articular espacios de racionalidad crítica y de reflexión democrática —o sea, no sexista— en la institución tecnocrática y mercantil actual. Pero, además, La coeducación secuestrada… es un indispensable y documentado alegato a favor de libertades fundamentales  —expresión, pensamiento, cátedra— que no atraviesan hoy por su mejor momento.

Bibliografía básica

Ballarín Domingo, P. (2011). La educación de las mujeres en la España contemporánea (XIX-XX). Síntesis.

Bilek, J. (12 junio, 2023) La industria del género es preparación corporativa para el transhumanismo.  El Viejo Topo

 Cobo Bedia, R. (1995). Fundamentos del patriarcado moderno. Jean-Jacques Rousseau. Cátedra.

Con-Ciencia Social. (2023). Monográfico. Teoría, praxis feminista y educación crítica. N. 6

De Miguel. (2021). Ética para Celia, contra la doble verdad. Penguin Random House.

Estévez Araújo, J.A. (2016). La privatización de la regulación. Papeles de relaciones ecosociales y cambio global, 135, 65-75

Faludi, S. (1993). Reacción, la guerra no declarada contra la mujer moderna. Anagrama.

Feminicidio.netInformes y cifras.

Lerner, G. (2019). La creación de la conciencia feminista, de la E. Media a 1870. Katacrak.

Spender, D., Sarah, E. (1993). Aprender a perder. Sexismo y educación. Paidós.

Subirats, M. y Brullet, C. (1988)Rosa y azul. La transmisión de los géneros en la escuela mixta. Instituto de la Mujer

Wollstonecraft, M. (2000).  Vindicación de los derechos de la mujer. Cátedra.

Reseña del libro  Carrasco, S. (Ed.) (2022). La coeducación secuestrada. Crítica feminista a la penetración de las ideas transgeneristas en la educación. Octaedro

Fuente: Conversación sobre la historia

Portada: HR Magazine

Ilustraciones: Conversación sobre la historia

Fuente de la información e imagen:  https://conversacionsobrehistoria.info

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Ecuador, Leónidas Iza: “Los pueblos indígenas no podemos seguir cargando sobre nuestros hombros el desarrollo capitalista”

Ecuador enfrenta unas nuevas elecciones este 20 de agosto para elegir nuevo gobierno en un clima de inestabilidad y crispación. Ese mismo día también se ha convocado una importante consulta popular sobre la explotación petrolera del Yasuní, una de las mayores reservas de la biosfera. En medio de este escenario, se mantiene la centralidad de la CONAIE como principal movimiento social del Ecuador, que cuenta con un renovado prestigio desde el estallido social de octubre de 2019.

Una comitiva de la CONAIE, encabezada por Leónidas Iza, realizó una gira por Europa el pasado julio para hablarnos de la lucha de los pueblos indígenas y otras luchas campesinas, ecologistas, feministas, de colectivos de diversidad sexual, con quienes mantienen un nivel de coordinación desde el movimiento indígena. La campaña del Sí por el Yasuní y también la presentación del libro Estallido. La rebelión de octubre en Ecuador, escrito por Iza, junto a Andrés Tapia y Andrés Madrid, es parte de esta gira de la cual se hará réplica en América Latina. Entrevistamos a Leónidas Iza sobre su libro y la coyuntura actual ecuatoriana.

Maureen Zelaya: Entre otras cosas, estás de gira para la presentación de Estallido. La rebelión de octubre en Ecuador, un libro que profundiza en la experiencia de octubre de 2019, ¿qué nos plantea Estallido?

Leónidas Iza: Hemos definido política e ideológicamente hacer una sistematización teórica-académica para el debate sobre lo que ocurrió en octubre de 2019. Normalmente, lo que se cuenta sobre las luchas sociales se hace desde una neutralidad académica y por eso creemos que es importante contarlo desde los sujetos que construimos las luchas. Eso hace Estallido. Hemos dicho “vamos a escribir desde adentro”, desde los sujetos políticos, desde los sujetos luchadores, desde los sujetos que sostenemos la lucha. Y, a partir de lo que contamos, poner en cuestionamiento la situación económica, social, política del Ecuador y eso nos permite llevar toda la situación a un debate más amplio a nivel internacional.

Pero con ese espíritu académico y teórico no solo queremos analizar, sino cambiar esa realidad. Aspiramos a que sea un aporte para las otras luchas a nivel continental. Uno tiene que ser respetuoso con la generación de pensamiento a nivel global pero yo defiendo que el pensamiento indígena no debe quedarse solo para los pueblos indígenas, sino que debe buscar las corrientes con las que puede unificarse a nivel global, identificar la correlación de fuerzas, siempre manteniendo la autonomía política, la autonomía de pensamiento, organizativa, e incluso tener la posibilidad de anclar con una corriente a nivel global.

Hay compañeros que dicen “somos indígenas, no somos ni de izquierda ni de derecha”, y cuando llegan momentos políticos decisorios, se van con cualquiera y eso no me parece correcto. Hay que tener una mirada desde nuestro posicionamiento y saber con quién anclamos a nivel global. Yo creo en el campo de la izquierda y ese campo de la izquierda, claro que es diverso, hay un sinnúmero de corrientes, pero hay que hacer un esfuerzo para aglutinar en el campo popular a nivel global, junto con académicos críticos, con sindicatos, obreros, trabajadores, ambientalistas, ecologistas y movimiento indígena que recrea su propio pensamiento. El libro Estallido recoge la lucha desde la práctica, pero también haciendo un aporte de proyección hacia adelante.

Z.: El próximo 20 de agosto están convocadas elecciones generales en Ecuador, ¿cuál es el contexto político y social preelectoral? ¿qué sentires hay en la calle, en el movimiento social?

I.: El 20 de agosto va a marcar un cambio de un momento político, no de coyuntura, sino de momento político. No sabemos cuál va a ser la decisión del pueblo ecuatoriano, pero finalmente va a permitir tener claro las condiciones políticas. La fuerza en las calles, la fuerza de las organizaciones determinó este momento político. Si no se habría dado la lucha del 2019, del 2022, muy difícilmente se habría dado la muerte cruzada del [presidente] Lasso. Se ha llegado aquí no por voluntad propia sino por la presión en las calles de los movimientos populares en el Ecuador.

En este momento político se ha cesado a la Asamblea Nacional, pero también se ha cesado al presidente de la República y el Gobierno en este tiempo que queda está gobernando vía decreto. Todo lo que en este momento el Gobierno está definiendo, la Asamblea siguiente tiene que ejecutar esas decisiones, tiene que tirar a la basura todas decisiones que son antidemocráticas, las de una dictadura utilizando la Constitución.  Entonces este cambio político a partir de las elecciones va a depender del gobierno que venga y su legitimidad vendrá dada en la medida que acepte nuestras demandas o que se posicione en contra. Ahí el movimiento indígena y los sectores populares en general igual vamos a estar muy atentos sobre el programa de gobierno. Hay temas que son líneas rojas donde no estamos dispuestos a ceder. Para los pueblos indígenas, para los sectores populares el momento estará definido por la capacidad de unidad a nivel de todo Ecuador.

Z.: ¿Cuáles son esas líneas rojas? ¿Qué se espera del gobierno que surja este 20 agosto y ese cambio de momento político?

I.: Sobre los resultados de las elecciones, preferimos no especular. Vamos a esperar el escenario que se dé y las condiciones que se den con los resultados. Pero para nosotros hay tres cosas claras:

Primero, posicionar nuestro programa. El proyecto político que tenemos como movimiento indígena y sectores populares es de conocimiento público, y lo vamos a sostener y a defender frente a cualquier gobierno que venga.

Segundo, vamos a defender las líneas rojas que no estamos dispuestos a aceptar, no importa si el gobierno resultante sea de izquierda o de derecha. Hemos tenido una respuesta de nuestras bases, en nuestra gente sobre cuáles son esas líneas rojas. En los últimos 50 años la economía ha dependido del petróleo y ahora se pretende suplantar esa dependencia por la minería a gran escala. Eso nosotros no estamos dispuestos a aceptarlo y tenemos la capacidad organizativa instalada en el territorio: no se puede avanzar en la minería a gran escala. Hay minería artesanal que es necesario regular y garantizar mejores condiciones, pero la minería a gran escala, no. Y lo tienen que saber los gobiernos que vengan.

Hemos escuchado a políticos que dicen que no podemos seguir siendo pobres sentados en un saco de oro, pero el problema es que ese saco de oro para nosotros es el equilibrio de las condiciones ecológicas. Porque, en el caso de la minería, ¿cuál sería el saco de oro? ¡La montaña! Y es de la montaña que viene el agua que bebemos y que nos brinda las condiciones ecológicas para poder seguir sosteniendo el sistema de agricultura. El 70% que consumimos los ecuatorianos depende de estas condiciones ecológicas ambientales.

Otra línea roja, hemos dicho, es que no se puede avanzar en la flexibilización laboral. Ahí estamos unidos con los trabajadores, con sindicatos. Una tercera línea roja que no se puede cruzar es avanzar en los procesos de las privatizaciones. Más bien lo que hay que hacer es potenciar, repotenciar la capacidad productiva de los sectores estratégicos que son públicos.

Se ha hecho una valoración de 14 empresas estratégicas públicas que indica una producción de 13 mil millones de dólares: petróleo, en cierta medida la minería, telecomunicaciones, seguro social; el Banco del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social -BIESS- y así podemos determinar que ceder derechos privados para la explotación de lo público es una línea roja en la que no podemos ceder.

Y otra línea roja es que se tiene que avanzar en una agenda programática y pragmática sobre los puntos que quedaron pendientes en la lucha de 2022 de manera inmediata y son los aspectos que tienen que ver con los diez puntos que llevaron a la lucha del movimiento indígena. Entonces, por un lado, tenemos un proyecto político amplio, grande. Por otro lado, estos puntos que son líneas rojas y, además, la implementación de las demandas que fueron levantadas en 2019 y 2022 en el Paro Nacional, de manera concreta.

Z.: Sobre el Paro Nacional de junio 2022, ¿qué balance se hace de los resultados? ¿Cómo fue esta negociación de los diez puntos con el Gobierno?

I.: Como fue conocido para todo el Ecuador y a nivel internacional, la negociación se dio a partir de unos puntos públicos. Se intentó generar presión política hacia nosotros diciendo que lo único que queríamos era la salida de Lasso, que esa era la única intención.

Cuando nosotros sostuvimos 18 días de lucha, demostrando “no hemos venido a sacar a Lasso”, pero si es que cae por su propio peso, será porque no escucha, porque no entiende y no tiene voluntad política de cumplir nuestras demandas. Pero el objetivo eran los diez puntos, resolver el problema de los subsidios. En el Ecuador los subsidios son una política general, donde decimos que hay que llegar a una focalización en los combustibles. Nosotros identificamos que los sectores económicos liberalizados del Ecuador son los que más aprovechan los subsidios generales. Entonces propusimos al Gobierno Nacional ocho subpuntos para que los sectores que aman el libre mercado no sean los más beneficiados: si realmente creen en el libre mercado, pues que produzcan de acuerdo con sus reglas y no favorecerse de los subsidios. Demostramos que unos 1.200 millones de dólares están focalizados en sectores que deberían producir sin subsidios, tales como los atuneros, la pesca industrial, el sector camaronero entre otros.

También pedimos el alivio económico para la gente, que se controle el precio de los productos de primera necesidad, que no se permita la especulación con estos productos y que se garantice políticas de fomento productivo para los campesinos.

También pusimos sobre la mesa el defender la vida, que es un NO al extractivismo minero principalmente. Exigimos la implementación de los 21 derechos colectivos de los pueblos indígenas en todos los programas estatales y en coordinación con los diferentes poderes del Estado. Lucha por la salud, la educación y también por la inseguridad. Esos fueron los temas que, de acuerdo con el reporte del mismo gobierno nacional, llegamos a 218 acuerdos en puntos: se trataba de acuerdos procedimentales, acuerdos generales que permitían avanzar a la posibilidad de construir un Estado plurinacional, de las cuales el Gobierno cumplió en aspectos procedimentales en un 10%. El resto quedó allí. Por eso para nosotros en este momento es de vital importancia poder posesionar en la nueva coyuntura estas demandas con el gobierno que venga pues no han sido resueltos después de la lucha 2019 y 2022, del paro nacional.

Z.: ¿Qué defiende la campaña del Sí al Yasuní en rechazo a su explotación? ¿qué implicaría para las poblaciones que habitan esos territorios que esta consulta se perdiese?

I.: La gente suele pensar que estamos sosteniendo una oposición en la consulta al Yasuní, de manera general, por oponernos. Pero no, tenemos razones y argumentos para defender el Yasuní y decir que defender el Yasuní es defender la vida. Primero, la UNESCO declaró que es una de las zonas más biodiversas del mundo. Esto debido a que en el período de la glaciación de la Tierra todo lo que ahora es la cuenca amazónica fue un área que no se congeló y de ahí la diversidad inmensa que tiene este ya ahora declarado Parque Nacional, y que antes era un territorio sagrado de los pueblos indígenas.

Para hacernos una idea de la capacidad de contención de las especies a nivel global que está guardado ese territorio en términos cualitativos y cuantitativos, en una sola hectárea del Yasuní podría sumarse toda la diversidad de anfibios, reptiles, vertebrados, invertebrados, plantas, animales mayores, menores, etc., que recoge toda Norteamérica. Pero ¿qué pasaría si la humanidad genera presión petrolera? Causaría un desequilibrio ecológico.

Por eso proponemos que en lugar de extraer petróleo se pueda desarrollar un turismo científico, pues estudiar la selva podría dar respuestas a muchos males que tiene la humanidad, respuestas que se pueden encontrar en la cuenca amazónica. También impulsar un turismo ecológico, que permita recuperar la economía al mismo tiempo que respete el equilibrio de la Madre Tierra.

Un segundo argumento es que en la Reserva El Yasuní, en el Parque Nacional, viven dos pueblos en aislamiento voluntario: el Tagaeri y Taromenane. Ya se dieron matanzas en 2003, 2006 y 2013 porque las petroleras han ido tomando fuerza y control en los territorios y con la presión que ha generado la explotación, ha reducido el territorio de los pueblos en aislamiento voluntario. Al verse roto el aislamiento y el equilibrio todo ha acabado en matanzas. Para esos pueblos es una manera forzada de relacionarse con el mundo y si se sigue generando presión solo se van a producir más matanzas. Por lo tanto, se exige que paren este genocidio de las poblaciones que están allí.

Y un tercer argumento es que mientras en otras regiones se ha dado un desarrollo por el extractivismo, ¿qué han dejado las petroleras en 50 años a los pueblos indígenas? Solo territorios contaminados, agua contaminada, compañeros y compañeras con diabetes, con cáncer, un suelo que no produce porque está contaminado. No puede ser que los pueblos indígenas sigamos cargando sobre nuestros hombros el desarrollo que necesita el Ecuador.

Cincuenta años de extractivismo petrolero no han dejado una economía sustentable para los pueblos indígenas, no se puede decir que, una vez que se sacó el petróleo, tenemos una economía sustentable y un futuro para las nuevas generaciones de todas las nacionalidades indígenas, para seguir viviendo. Esto no ha pasado. Lo que ha pasado es que se han destruido los territorios. Por lo tanto, estos tres argumentos para nosotros son tremendamente fuertes, por lo que decimos sí a la vida y sí al Yasuní.

Z.: La destrucción del capitalismo extractivista es común a muchos países de América Latina y otras partes del mundo, donde son los pueblos originarios e indígenas los que cargan con el peso de sostener la civilización moderna, y -el mal llamado- desarrollo. ¿Hay alianzas en esta lucha a nivel continental?

I.: Sí, porque esa es una realidad compartida. Están acabando con los territorios de vida de los pueblos indígenas, eso pasa en Ecuador, en Colombia, Perú, Bolivia, Brasil, en toda la cuenca amazónica y en otros lados.

¿Por qué los territorios de los pueblos indígenas tienen que sostener el desarrollo? ¿Por qué tenemos que asistir a la explotación de la madre Tierra para sostener la matriz productiva capitalista a nivel global? No creemos que deba ser así. Hay que pensar en otra economía. Otro tema relacionado y cuya lucha compartimos es contra el racismo imperante y una visión colonial de la sociedad. ¿Nos pueden imponer a los pueblos indígenas todo esto que está tan asentado en la sociedad? ¡No! Y no podemos seguir aceptando eso como normal.

Un tercer tema es que se está avanzando en este cambio de la matriz energética, del petróleo a las energías limpias. En ese proceso, además del control territorial también hay control de nuestros ríos: las gargantas principales de los ríos están siendo concesionadas para generar hidroeléctricas y todo eso sin respetar al derecho a la consulta previa, libre e informada. Esa es otra lucha compartida.

Creemos que es importante hacer entender a la sociedad y a la humanidad que hay territorios que están regulando el equilibrio de la naturaleza y que los ríos, la selva, los páramos son centrales en ese equilibrio. También, en nuestros territorios están invadiendo con el monocultivo, el agronegocio, concentración de las tierras, concentración del agua. También aquí en Europa, en Francia, hemos visto estas luchas contra la concentración de la tierra, la privatización. Todo esto nos permite llamar en primera instancia a una unidad continental a nivel de Latinoamérica, pero también con ese empuje creo que podemos llevar la lucha a nivel global.

Z.: Para cerrar, volvamos al libro. Todo lo que has puesto en perspectiva sobre la lucha de los pueblos indígenas y las necesidades de cambio, ¿qué receptividad has encontrado en la academia sobre los planteamientos que expones?

I.: Hemos encontrado mucha reticencia realmente. O sea, hay una forma dominante de producción de pensamiento conservador y eso hace que también haya un rechazo de una parte de la población que sigue cuestionando, que no encuentra respuestas. Muchas personas de izquierda han optado por no participar de esos espacios, aunque estén luchando. Yo creo que hay que dar opciones y eso no rompe la capacidad organizativa sino buscar la capacidad de aglutinar desde distintas formas de lucha. Si no lo hacemos nosotros, vemos que ya lo está haciendo la derecha y la extrema derecha. Miremos lo que pasó con los gobiernos progresistas de América Latina o lo que está pasando en Europa, están cogiendo las dudas de la juventud, cogiendo argumentos donde la ciudadanía está pidiendo respuestas.

Aunque en Ecuador estemos luchando, aunque podamos tener condiciones de cambio, en un país que está anclado al modelo económico capitalista global va a ser muy difícil ganar. Ya tenemos experiencia de lo que pasó con Chile, Perú, Cuba, Venezuela.

Si nosotros desde el campo popular no estamos dando respuestas, entonces será la derecha quien propicie tesis que terminen llegando a los sectores populares.

Yo creo que la academia a nivel global no puede producir ciencia y teoría solo para analizar. Eso es lo que ha pasado con todas las fuentes de construcción política ideológica. Más bien acaba ocurriendo que las posibilidades de cambio desde una línea política diferente a la de la derecha terminen atentando contra la propia posibilidad de cambio. Y acabamos nosotros, quienes defendemos un cambio, como responsables. En ese sentido, yo creo que si queremos dar un salto cualitativo en el cambio que necesita ahora mismo la humanidad, hay que unir luchas a nivel global. Así que estamos para esto poniendo un granito de arena.

Maureen Zelaya es militante de Anticapitalistas

Fuente: https://vientosur.info/los-pueblos-indigenas-no-podemos-seguir-cargando-sobre-nuestros-hombros-el-desarrollo-capitalista/

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El gran reset de la educación

Por: JORDI SOLÉ-BLANCH | MARTA VENCESLAO

El capital no descansa, siempre al acecho de nuevos nichos de mercado, ¿cómo dejar de lado un sector globalizado como el de la educación? Vean las inversiones de las grandes multinacionales , que no hacen más que multiplicarse. Startups de reciente creación, diseñadas para colonizar los nuevos “mercados tecnoeducativos” (Saura, Cancela y Parcerisa, 2023), atraen a inversores de capital riesgo dispuestos a obtener grandes beneficios. Mientras tanto, actores privados de todo tipo adquieren un protagonismo inusitado en la tecnológicasformulación de políticas educativas. Empresas que no operan en el sector educativo como área de negocio ofrecen programas formativos y experiencias piloto a fin de construir con sus discursos y acciones una nueva educación. La política educativa intensifica las dinámicas, los actores y las formas de privatización a través de la expansión del capitalismo en su era digital. De hecho, estos nuevos desarrollos de la privatización están avanzando incluso de manera más determinante que el proceso de privatización de la propia oferta educativa.

Sin duda, los objetivos son muy ambiciosos. Está en juego el diseño tecnológico y social del futuro inmediato, la instauración de nuevas formas de vida, la posibilidad de imponer un nuevo orden social. Y un negocio muy suculento. Para ello, el papel de la educación es fundamental. Todas las iniciativas en curso, imparables, pretenden darle la vuelta al sistema educativo, transformarlo de arriba a abajo en todos sus niveles, etapas y ámbitos formativos. Hay que poner en marcha un nuevo modelo pedagógico, o sea, el desarrollo de un programa institucional capaz de ordenar las prácticas escolares (el currículum, el discurso pedagógico, las metodologías, el rol docente, las psicologías del niño, la investigación educativa, etc.) a fin de producir el tipo de personas que requieren la época y los desafíos que se avecinan.

Todo debe cambiar. “La ciudadanía reclama un sistema educativo moderno, más abierto, menos rígido”, dice el preámbulo de la última ley educativa de nuestro país (LOMLOE, BOE, núm. 340, sec. 1, p. 122872). La “ciudadanía reclama”. ¿Hacia dónde hay que dirigir esos cambios? Visiones de “futuros deseables” en función de los avances científicos y tecnológicos de última hora proyectan nuevas formas de gobernanza global y administración burocrática en las que, en realidad, no se espera ningún tipo de deliberación pública y, mucho menos, nuestra participación. Ya se encargan de ello los defensores de la Global Education Industry o Industria Educativa Global (IEG), que funciona hoy a pleno rendimiento. Ellos marcan la agenda política, diagnostican la realidad, definen los problemas, aportan las “evidencias”, movilizan el conocimiento y, sobre todo, proponen el “imaginario sociotécnico” (Jasanoff, 2015) de soluciones que el mercado ya puede proporcionar: plataformas de enseñanza y aprendizaje electrónico, recursos de aprendizaje digitales, dispositivos tecnológicos, softwares y aplicaciones didácticas, servicios de gestión escolar y universitaria, análisis de datos de aprendizaje, servicios de marketing educativo, aplicaciones para la gestión del comportamiento del alumnado, programas de capacitación del profesorado, etc.

La gama de bienes y servicios tecnológicos dirigidos a la educación es innumerable. El cierre escolar que se produjo a escala mundial en el año 2020 a raíz de la crisis generada por la pandemia de la covid-19 les proporcionó la cobertura definitiva. Se recordará muy bien. La educación digital devino la solución de emergencia para garantizar, no sin muchas deficiencias que tanto agravaron las desigualdades educativas, una cierta continuidad escolar y académica. Las estrictas normas de confinamiento decretadas por los diferentes gobiernos impidieron otro tipo de iniciativas. Se impuso el relato de la digitalización como una necesidad inevitable, sin poder plantear soluciones alternativas, otro campo de posibilidades. Doctrina del shock en pleno estado de excepción. Y ahí seguimos, ahora bajo el imaginario programático de los Fondos Next Generation de la Unión Europea, un conjunto de programas y ayudas cuyo objetivo es impulsar la inversión en áreas clave, como la innovación, la investigación y, por supuesto, la educación, para activar la recuperación económica y la transformación digital y ecológica de la UE tras la crisis de la pandemia. El “Gran Reinicio” del mundo, tal y como defiende el Foro Económico Mundial, “sin intenciones políticas e ideológicas específicas”, pero que funciona como un paradigma e implementa un plan a fin de “construir un futuro más sostenible, resiliente e inclusivo” 1.

Conocemos muy bien la jerga, todo ese conjunto de palabras vacías con las que se define hoy el espacio de realización de lo posible, la captura paradigmática. “El poder es la sujeción de todo contenido posible a un código generativo” (Bifo, 2017: 17). El Great Reset debe empezar, entonces, por la educación. La digitalización (una posibilidad entre otras) se ha convertido en el instrumento más eficaz para llevarlo a cabo. No hay marcha atrás. Ordenadores, pizarras digitales, pantallas interactivas, dispositivos móviles, robótica, pensamiento computacional, hiperaulas, etc., forman parte desde hace tiempo del discurso y el attrezzo escolar. Antes de la pandemia, las plataformas digitales de Google y Microsoft, por poner un ejemplo, estaban siendo ampliamente utilizadas en muchas escuelas, institutos y universidades. Ahora es ya una obligación. ¿Cómo desaprovechar su potencial transformador? Los autores de los últimos informes de la OCDE lo tienen claro. Los expertos y consultores de la UNESCO, decenas de grupos de investigación especializados en e-learning y “transformación digital”, fundaciones privadas dispuestas a “dinamizar el debate educativo” y a “incidir en las políticas educativas” por un “cambio de paradigma”, también. ¿Vamos a desatender sus propuestas, las evidencias que aportan las investigaciones más rigurosas, los informes que dibujan un sistema educativo estancado y cada vez más desigual?

¡Por supuesto que no! Los propósitos son nobles. Las tecnologías forman parte de la cotidianidad, habitamos en la tecnosfera. ¿Cómo vamos a dar la espalda a una realidad plenamente integrada en nuestras vidas? Debemos imaginar, entonces, la educación del futuro. Los (tecno)optimistas dibujan un horizonte luminoso. Lo conocemos bien, porque se distingue muy poco de lo que ya nos ofrece hoy la industria del entretenimiento y del ocio digital. En cierto modo, ésta marca el camino. En ella podemos entrever la base de una educación tecnocrática capaz de extenderse al ritmo de los dispositivos, el software, las plataformas digitales y sus canales de comunicación y distribución: formación a la carta, economía colaborativa, algoritmos predictivos, ubicuidad, personalización, divertimento. ¿Nos hallamos ante el desplazamiento definitivo de la escuela tal y como la hemos conocido hasta ahora?

Es obvio que la escuela se ha visto desbordada por múltiples contextos de aprendizaje. No solo tiene que ver con la consabida certeza de que la enseñanza tiene lugar fuera de sus muros, donde se multiplican las oportunidades formativas, los encuentros, la información, los conocimientos, otras instituciones, nuevos dispositivos, etc., y se diluyen las fronteras entre la enseñanza y el aprendizaje. Lo que de verdad la desborda es el modelo de negocio que es capaz de producir el avance del capitalismo en su era digital; un sistema de enseñanza programada y multimodal dispuesto a cumplir, principalmente, dos objetivos: por un lado, ofrecer experiencias formativas a lo largo de la vida en un contexto en el que las nuevas tecnologías pueden mantenernos siempre ocupados y, por el otro, prometer la adquisición de aprendizajes medibles que avalarán la consecución de competencias profesionales acreditadas por múltiples operadores educativos sometidos al mercado de la libre competencia.

¿Se trata de una operación desescolarizadora o de una propuesta de hiperescolarización sin principio ni final? ¡Qué más da! La red es ya el medio principal en el que poder hallar las tramas de aprendizaje emancipadas de las aulas con las que había soñado Ivan Illich en los años setenta, pero también el lugar en el que vemos surgir esas otras tramas formativas y nodos de conocimiento que adoptan la forma de microcredenciales digitales para que cada cual, convertido en emprendedor de sí mismo, pueda actualizar permanentemente sus competencias, generando así un avance de la subjetividad neoliberal digitalizada, a fin de no quedar descabalgado del mundo laboral. ¿Cómo dejar pasar esas nuevas oportunidades formativas con las que uno podrá renovar sus habilidades, recuperar la confianza, aprovechar todo su potencial y mejorar su competitividad? Digitalizar la educación es una fuente de equidad que la brecha digital y algunas preguntas incómodas de viejos humanistas no van a empañarla.

Hacia un nuevo modelo pedagógico
Mientras tanto, ¿qué modelo pedagógico cabe esperar tras ese sistema de enseñanza? Puesto que su arquitectura se anclará en la economía política del mundo digital, la fórmula es conocida. Su justificación didáctica, basada en el principio doctrinal de que el alumno es el agente activo y responsable de su propio proceso de aprendizaje, es ampliamente aceptada. Solo hay que revisar los planes de digitalización de la educación de cualquier administración pública, estatal o autonómica. Tras esa doxa tecnocrática se hallará el nuevo sentido común pedagógico.

Analizar este tipo de documentos nos permite vislumbrar el alcance de la devastación pedagógica impulsada en nombre de la innovación educativa tecnocrática. Encontramos en ellos una caja de resonancia de las directrices de diferentes organismos internacionales (OCDE, 2019, 2018, 2016; UNESCO, 2017; UE, 2006; CE, 2019) que han instaurado la competencia digital como uno de los ejes fundamentales del aprendizaje. Hay que preparar a la ciudadanía. Sin dejar de recordarnos que nos enfrentamos a “un mundo complejo y cambiante” (perífrasis con la que referirse al horizonte de precariedad dibujado por la progresiva pérdida de derechos y la precarización de la esfera laboral), señalan que los sistemas educativos deben adaptarse y dar respuesta a los retos que supone aprender en la “era digital”. Lo inquietante es que estos nuevos requerimientos están transformando algunos de los puntos de flotación pedagógicos que han hecho de la educación ese acto político que posibilita el acceso a la cultura, al conocimiento y al pensamiento. Digámoslo de nuevo, la entrada de las tecnologías digitales en los sistemas educativos no solo implica la trasferencia de fondos públicos a las grandes corporaciones tecnológicas trasnacionales; es también, y principalmente, un mecanismo pedagógico cuyos efectos los hallamos en la desmovilización intelectual generalizada.

Fijémonos, al menos, en tres aspectos de los planes de digitalización educativa que ya están en marcha. Lo primero que llama la atención es el modo en el que el discurso tecnológico entronca con la conceptualización instrumental que se hace de la educación. Ésta queda reducida meramente a cuestiones técnicas y metodológicas orientadas a la eficacia, la eficiencia, el éxito y toda esa discursividad pedagógica empresarial de los retos, la motivación, el empoderamiento, los incentivos y la excelencia en los resultados del aprendizaje. Toda una tecnologización que busca criterios y garantías técnicas orientadas a la optimización del rendimiento, algo que nada tiene que ver con hacer de la educación una forma de abrir el mundo y hacerlo interesante para poder conocerlo y transformarlo.

La segunda observación nos permite considerar, como ya hemos señalado, el privilegio que las tecnologías digitales otorgan al aprendizaje, desplazando el lugar que debe ocupar la enseñanza. Merece la pena detenerse en este aspecto. En el discurso del aprendizaje el acento está puesto en el sujeto que aprende, mientras que en la enseñanza está colocado en la materia de estudio y en quién la transmite. Esta distinción entre aprender y enseñar nos parece crucial, porque en ella se juega un particular modo de comprender el propósito de la educación, es decir, la relación con el conocimiento, con el mundo y con los otros, incluido el papel del profesor. La nueva doxa desplaza la relevancia de las actividades del maestro –que aparece como un simple “facilitador del aprendizaje”–, y pone en el centro de la escena las actividades del estudiante, entre ellas, las relacionadas con el fomento de la llamada competencia digital.

El discurso educacional de la “aprendificación”, nos dice Gert Biesta (2016), no solo se queda corto como lenguaje educativo, sino también vacío de contenidos y dirección. Sabemos que la cuestión educativa va mucho más allá del aprendizaje. No es solo que los niños aprendan, sino que aprendan algo, que lo aprendan para un propósito particular y que lo aprendan de alguien (2016: 121). La incorporación de las tecnologías digitales al lenguaje del aprendizaje omite estas dimensiones y reduce el proceso educativo a una cuestión individualista e individualizante, donde cada estudiante debe –citamos textualmente– “gestionar su aprendizaje”. La escuela ya no es un lugar para la enseñanza, esto es, para impulsar, animar y despertar el deseo de saber, sino un lugar para realizar aprendizajes “autónomos” y “auto-regulados” que conduzcan a “construir su propio conocimiento”. El alumno queda así librado a su suerte o, lo que es lo mismo en esa construcción autónoma del conocimiento, a unas pocas búsquedas arbitrarias y sin brújula por Internet acompañadas ahora de alguna conversación con el ChatGPT de última generación. En cualquier caso, él será el último responsable, cuando no culpable, de eso que la discursividad contemporánea llama fracaso o éxito educativo.

El tercer elemento de los planes de digitalización que quisiéramos abordar está relacionado con la exaltación de las virtudes de los dispositivos tecnológicos y la expansión de su uso en las aulas. Por cierto, un estudio reciente de U.S. PIRG señala que millones de portátiles de Google vendidos a las escuelas desde que se produjo la pandemia han sido programados para fallar en tres años 2. No se podía saber, ¿verdad? Sea como fuere, vemos con preocupación cómo ejercicios escolares indispensables para la conformación de las estructuras cognoscitivas en la infancia como, por ejemplo, la memoria, la caligrafía, o el trabajo sobre la atención, hoy son menospreciados por anacrónicos e inútiles. Pensemos en el modo en que se está trasfiriendo el sistema mnémico del alumnado a los instrumentos digitales. ¿Qué sentido tiene aprenderse las tablas de multiplicar si están a un golpe de clic en Internet? ¿Para qué memorizar ciertos conocimientos si podemos disponer de ellos en la red de forma instantánea? Pensemos también en el impulso que estos planes dan a la utilización de herramientas tecnológicas, como los teclados físicos y virtuales, y sus efectos en el aprendizaje de la escritura (e incluso del dibujo, mediante tabletas y pantallas digitales interactivas), incorporadas ya desde la enseñanza infantil (Generalitat de Catalunya, 2021). Diversos estudios han alertado en los últimos años de importantes alteraciones y retrasos en el aprendizaje escolar debido a la utilización de estos aparatos. Sin duda, el caso de la escritura es paradigmático. El uso de los dispositivos tecnológicos ahorra trabajo y esfuerzo a los mecanismos cognitivos del cerebro. Escribir a mano con caligrafía ligada es un ejercicio infinitamente más complejo que teclear mecánicamente en un ordenador. La primera implica una acción psicomotora compleja que moviliza el proceso educativo, la segunda no (tanto).

Completemos este escenario de desmantelamiento pedagógico con un último aspecto: el trabajo sobre la atención, una de las operaciones centrales de la escuela que, como veremos, no corre mejor suerte. Desde nuestra posición educativa, seguimos pensando que es el profesorado quien cultiva la atención de las y los estudiantes a través de prácticas disciplinadas que requieren cuidado, observación, repetición y esmero (Larrosa, 2018: 56), ejercicios todos ellos que la instantaneidad y el aturdimiento de los dispositivos digitales ponen seriamente en peligro. Resulta cada vez más difícil lograr que la infancia y la juventud fijen su atención más allá de un breve lapso de tiempo, especialmente si eso que queremos enseñar no viene acompañado de elementos visuales. Esta gimnasia de la distracción (con sus estímulos fugaces e incesantes) no hace más que aumentar las dificultades que el alumnado enfrenta para poder comprender, elaborar y reflexionar en torno a un texto. Gustavo Dessal (2019: 43) señala con acierto la aparente paradoja que existe en un momento marcado por la expansión de la economía de la atención –motor fundamental del mercado digital– y el aumento exponencial de los trastornos del aprendizaje, traducidos en el diagnóstico abusivo del denominado Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, para mayor beneficio de la industria farmacéutica. Y podríamos añadir: para mayor beneficio de los tecnócratas que nos quieren más tontos, por decirlo con el título que Pilar Carrera y Eduardo Luque (2016) le dan a su libro sobre la escuela neoliberal.

Una industria pedagógica tecnocrática a pleno rendimiento
La educación digital se nos cae encima, nos arrolla. Toda una industria pedagógica tecnocrática trabaja a toda máquina en el diseño de propuestas formativas personalizadas. Datos procesados por algoritmos son capaces de ofrecer ya playlists adaptadas a los gustos y comportamiento virtual de cada cual. Pronto se prescindirá de las pesadas materias con las que el encorsetamiento curricular de la instrucción escolar había troceado las disciplinas científicas, esa institucionalización del saber que se había constituido como la piedra angular de todo un sistema de institucionalización de la enseñanza, de los niveles educativos y de la asistencia a clase. En esa nueva estructura del saber, más horizontal y democrática, importará menos el contenido que la creación de “situaciones de aprendizaje auténticas”, contrapunto inevitable del modelo anterior, que se presenta como un simulacro mortificante.

¿Qué lugar le cabe esperar, entonces, al profesorado? Sometido a un proceso definitivo de proletarización, de él se espera que organice las experiencias de aprendizaje. Su rol será el de un mediador, un gestor del conocimiento, un curador de recursos y contenidos presentados en múltiples formatos, un animador de los espacios virtuales; en el mejor de los casos, un coach que ayudará a mantener la motivación y, en los momentos más críticos, a gestionar las emociones. Para resolver las dudas, solo hará falta activar el chatbot de cualquier procesador de textos o buscador. Programas de inteligencia artificial generativa, etc., interactuarán con los estudiantes con relativa eficacia. También alentarán sus avances, sin la severidad o el mal humor de un profesor desencantado, vencido en su deseo de despertar la curiosidad por el saber, sobre todo si se lo compara con el potencial que tienen los algoritmos a la hora de conocer nuestros intereses, prever nuestros comportamientos y ofrecernos aquello que queremos.

Así las cosas, el desarrollo de tecnologías educativas e infraestructuras digitales no solo está renovando las estrategias formativas de la escuela con todo tipo de innovaciones muy celebradas (educación disruptiva, flipped classroom o aula invertida, smart classroom, blended learning, etc.), sino que está logrando configurar una industria de servicios educativos personalizados que amenaza claramente la estructura actual del sistema educativo, considerado desde hace mucho tiempo como un sistema burocrático, costoso e ineficaz. ¿Para qué se va a financiar un sistema público de educación si lo pueden proveer las multinacionales tecnológicas y las empresas de comunicación?

Por lo pronto, aquello que se conserve de la financiación pública servirá, sobre todo, para mantener esas empresas, para consolidar sus negocios, independientemente de los efectos educativos que produzcan, pero que las nuevas generaciones, y no solo ellas, ya padecen. Poco importa lo que digan los estudios neurocientíficos más recientes, aunque no hacía falta que nos lo confirmara la investigación científica más avanzada para concluir que el exceso de pantallas tiene un impacto negativo en el neurodesarrollo infantil, en la atención, en el desarrollo emocional y social.

Está en juego algo más que el diseño tecnológico de un nuevo ecosistema de aprendizaje y un nuevo mercado de rentabilidad. Se trata de orientar el deseo, de capturar la subjetividad, de promover una disponibilidad, una competencia adaptativa hacia el mundo que está creando el capitalismo digital. Y no salir de metaverso.

Jordi Solé-Blanch es profesor de la Universitat Oberta de Catalunya,
Marta Venceslao es profesora de la Universitat de Barcelona

Referencias
Biesta, Gert (2016) “Devolver la enseñanza a la educación. Una respuesta a la desaparición del maestro”, Pedagogías y saberes, pp. 44, 83-91.

Bernardi, Franco, Bifo (2017) Futurabilidad. La era de la impotencia y el horizonte de la posibilidad. Buenos Aires: Caja Negra.

Carrera, Pilar y Luque, Eduardo (2016) Nos quieren más tontos: la escuela según la economía neoliberal. Barcelona: El Viejo Topo.

Comisión Europea (2019). Digital Education at School in Europe. https://eurydice.eacea.ec.europa.eu

Dessal, Gustavo (2019) Inconsciente 3.0. Lo que hacemos con las tecnologías y lo que las tecnologías hacen con nosotros. Barcelona: Xoroi Edicions.

Generalitat de Catalunya (2020) Pla d’Educació Digital de Catalunya. http://ensenyament.gencat.cat

Generalitat de Catalunya (2021) L’ús de les tecnologies digitals a l’educació infantil. http://ensenyament.gencat.cat

Jasanoff, Sheila (2015) “Future imperfect: Science, technology, and the imaginations of modernity”, en Jasanoff, Sheila and Kim, Sang-hyun. (eds.), Dreamscapes of Modernity (pp. 1-33), Chicago Press.

Larrosa, Jorge y Rechia, Karen (2018) P de profesor. Buenos Aires: Noveduc.

OCDE (2016) Innovating Education and Educating for Innovation: The Power of Digital Technologies and Skills, OECD Publishing, Paris. http://dx.doi.org/10.1787/9789264265097-en

(2018) The future of education and skills. Education 2030.

(2019) OECD Skills Outlook 2019: Thriving in a Digital World.

Saura, Geo, Cancela, Ekaitz y Parcerisa, Lluis (2023) “Privatización educativa digital”, Profesorado, 27 (1), pp. 11-37.

UNESCO (2017) Digital Skills for Life and Work. Broadband Commission for Sustainable Development’s Working Group on Education.

Unión Europea (2006) Recomendación del Parlamento y del Consejo de 18 de diciembre de 2006 sobre las competencias clave para el aprendizaje permanente (2006/962/CE).

  • 1 https://es.weforum.org/focus/el-gran-reinicio
  • 2 https://pirg.org/edfund/resources/chromebook-churn-report-highlights-problems-of-short-lived-laptops-in-schools/

https://vientosur.info/el-gran-reset-de-la-educacion/

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La Inteligencia artificial y el Chat GPT: ¿Pueden cambiar las reglas del juego?

POR: MICHAEL ROBERTS

La gran contradicción del capitalismo es que al aumentar la productividad del trabajo a través de más máquinas (Inteligencia Artificial por ejemplo) se reduce la rentabilidad del capital. Esto conduce a crisis regulares y recurrentes de producción, inversión y empleo, de intensidad y duración crecientes.

Chat GPT se promueve como una revolución en la «inteligencia artificial» (IA) y ha conquistado el mundo de los medios y la tecnología desde su lanzamiento a fines de 2022.

Según OpenAI , ChatGPT es «una inteligencia artificial entrenada para ayudar en una variedad de tareas». Más específicamente, es un modelo de lenguaje (LLM) diseñado para producir texto similar al humano y conversar con personas, de ahí el «Chat» en ChatGPT.

El termino GPT significa algo así como “Generador Transformador Pre-entrenado”. Los modelos GPT son entrenados previamente por desarrolladores humanos y luego aprender por sí mismos y generan cantidades cada vez mayores de conocimiento, entregando ese conocimiento de una manera aceptable para los humanos a través de un chat .

En la práctica, esto significa que cuando se hace una consulta o solicitud – introduciéndola en un cuadro de texto del chat- la Inteligencia Artificial (IA) procesa esta solicitud y responde en función de la información que tiene disponible. Puede hacer muchas tareas, desde mantener una conversación hasta escribir un examen completo; desde hacer un logotipo de marca hasta componer música. Mucho más que un simple motor de búsqueda tipo Google o Wikipedia, se afirma.

Los desarrolladores humanos están trabajando para aumentar la «inteligencia» de los GPT. La versión actual de GPT es 3.5 y la 4.0 saldrá a finales de este año. Y se rumorea que ChatGPT-5 podría lograr ‘inteligencia general artificial’ (AGI). Esto significa que podría pasar la prueba de Turing, que es una prueba que determina si una computadora puede comunicarse de una manera que no se puede distinguir de un ser humano.

¿Serán las LLM un cambio de juego para el capitalismo en esta década? ¿Podrán estas máquinas de autoaprendizaje aumentar la productividad del trabajo a un ritmo sin precedentes y así sacar a las principales economías de su actual ‘larga depresión’ de bajo PIB real, baja inversión, poco crecimiento de los ingresos para salir de la pobreza? Esta es lo que afirman algunos de ‘tecno-optimistas’ que dominan los medios de comunicación.

Tratemos de responder a estas interrogantes.

Primero, ¿qué tan buenas y precisas son las versiones actuales de Chat GPT? Bueno, no mucho, todavía. Hay muchos «hechos» sobre el mundo en los que los humanos no están de acuerdo. Una búsqueda regular permite comparar esas versiones y considerar sus fuentes. En cambio, un modelo de lenguaje podría intentar calcular algún tipo de promedio de cada opinión en la que se ha entrenado, que a veces es lo que se desea, pero generalmente no es lo que necesitamos.

Chat GPT a veces escribe respuestas que suenan plausibles pero incorrectas o sin sentido. Aquí hay algunos ejemplos.

Le pregunté a Chat GPT 3.5: ¿quién es el economista marxista Michael Roberts? Esta fue la respuesta.

Esto es mayormente correcto, pero también está mal en algunas cuestiones (no diré cuáles).

Luego le pedí que revisara mi libro, The Long Depression. Esto es lo que dijo:

Su respuesta es una reseña o sinopsis muy ‘general’ de mi libro, pero omite el núcleo de la tesis del libro: el papel de la rentabilidad en las crisis del capitalismo. Por qué, no lo sé.

Así que hice esta pregunta sobre la ley de rentabilidad de Marx:

Nuevamente, esto es correcto en términos generales, pero solo en términos generales. La respuesta realmente no permite la comprensión de la ley. De hecho, no es mejor que la Wikipedia. Por supuesto, puede profundizar más para obtener respuestas más detalladas. Pero esto requiere un largo camino por recorrer antes que sea capaz de reemplazar la investigación y el análisis humano.

Luego está la cuestión de la productividad del trabajo y los puestos de trabajo. Los economistas de Goldman Sachs estiman que si la tecnología cumpliera su promesa, traería una «perturbación significativa» al mercado laboral, exponiendo a 300 millones de trabajadores a la automatización en las principales economías capitalistas. Los abogados y el personal administrativo estarían entre los que corren mayor riesgo de volverse redundantes (y probablemente los economistas). Calculan que aproximadamente dos tercios de los trabajos Estados Unidos  y Europa están expuestos a algún grado de automatización por la IA, según los datos sobre las tareas que normalmente realizan miles de trabajadores.

La mayoría de las personas verían automatizada casi la mitad de su carga de trabajo y probablemente continuarían en sus puesto, con una parte de tiempo libre para actividades más productivas.

Los economistas de Goldman Sachs calculan que en EE. UU., la IA se aplicaría al 63% de la fuerza laboral. Un 30 % adicional que trabaja en trabajos físicos o al aire libre no se vería afectado, aunque su trabajo podría ser susceptible a otras formas de automatización.

Concluyeron: “Nuestros hallazgos revelan que con la introducción de las LLM alrededor del 80 % de la fuerza laboral de los EE. UU. podría verse afectada un 10 % de sus tareas laborales, mientras que un 19 % vería afectado su trabajo en un 50 % …”

Con el acceso a un LLM, del 15 % de los trabajadores en los EE. UU. se podría completar las tareas significativamente más rápido y con el mismo nivel de calidad. Al incorporar software y herramientas construidos sobre LLM, la IA aumentaría su participación en las tareas de los trabajadores entre 47-56%.

Alrededor del 7 % de los trabajadores estadounidenses tienen trabajos en los que al menos la mitad de sus tareas podrían realizarse mediante la Inteligencia Artificial  y son vulnerables al reemplazo. A nivel mundial, dado que los trabajos manuales representan una mayor parte del empleo en el mundo en desarrollo, Goldman Sachs estima que la IA podría realizar alrededor de una quinta parte del trabajo, o, dicho de otra manera afectaría a 300 millones de puestos de trabajo a tiempo completo en las grandes economías.

Estas previsiones de pérdida de empleo no son nada nuevo.   En publicaciones anteriores , describí varios pronósticos sobre la cantidad de trabajos que se perderán debido a los robots y la IA durante la próxima década. Parece ser enorme; y no solo en el trabajo manual en las fábricas sino también en el llamado trabajo de cuello blanco.

Está en la esencia de la acumulación capitalista que los trabajadores se enfrentarán continuamente a la pérdida de su trabajo por la inversión capitalista en máquinas. La sustitución del trabajo humano por máquinas comenzó a principios de la Revolución Industrial Británica en la industria textil, y la automatización desempeñó un papel importante en la industrialización estadounidense durante el siglo XIX. La rápida mecanización de la agricultura a partir de mediados del siglo XIX es otro ejemplo de automatización.

Como explicó Engels en “La condición de la clase obrera en Inglaterra” (1844) la mecanización no solo eliminó puestos de trabajo, a menudo también creó nuevos puestos de trabajo en nuevos sectores. Y Marx en la década de 1850 en los Grundrisse definió el proceso de esta manera:

“Los hechos reales, que son disfrazados por el optimismo de los economistas, son estos: los trabajadores, cuando son expulsados ​​del taller por la maquinaria, son arrojados al mercado de trabajo. Su presencia en el mercado de trabajo aumenta el número de fuerzas de trabajo que están a disposición de la explotación capitalista… el efecto de la maquinaria, que ha sido representado como una compensación para la clase obrera, es, por el contrario, un flagelo espantoso . …. Tan pronto como la maquinaria ha liberado una parte de los trabajadores empleados en una determinada rama de la industria, los trabajadores de reserva también son desviados hacia nuevos canales de empleo y son absorbidos por otras ramas; mientras tanto, las víctimas originales, durante el período de transición, en su mayor parte pasan hambre y perecen.” . La importancia de esta párrafo es que anticipa que la automatización significa más empleos precarios y una creciente desigualdad.

Hasta ahora, la mecanización todavía ha requerido mano de obra humana para iniciarla y mantenerla. Pero, ¿ahora nos estamos moviendo hacia la toma de control de todas las tareas (especialmente aquellas que requieren complejidad e ideas) con las llamadas LLM? ¿Significará esto un aumento dramático en la productividad del trabajo de tal manera que el capitalismo tenga una oportunidad de sobrevivir?

Si las LLM pueden reemplazar el trabajo humano y, por lo tanto, aumentar drásticamente la tasa de plusvalía, pero sin un fuerte aumento en los costos de inversión de la maquinaria física (lo que Marx llamó una composición orgánica creciente del capital), entonces tal vez la rentabilidad promedio del capital no retroceda de sus limites actuales.

Goldman Sachs afirma que los sistemas de IA «generativos» como Chat GPT podrían provocar un auge de la productividad que eventualmente aumentaría el PIB mundial anual en un 7% durante una década. Si la inversión corporativa en IA siguiera creciendo a un ritmo similar al de la década de 1990, la inversión en IA de EE. UU. por sí sola podría acercarse al 1 % del PIB estadounidense para 2030.

No entraré en cómo GS obtiene estos resultados, porque estos deducciones son solo  conjeturas. Pero, incluso si aceptamos estos resultados, ¿son un salto tan exponencial?

Según las últimas previsiones del Banco Mundial, el crecimiento global disminuirá en aproximadamente un tercio de la tasa que prevaleció en la primera década de este siglo, a solo un 2,2% anual. Y el FMI sitúa la tasa de crecimiento promedio en un 3% anual durante el resto de esta década.

Si añadimos el pronóstico de Goldman Sachs acerca del impacto de las LLM, obtenemos alrededor de 3.0-3.5% al ​​año para el crecimiento del PIB real mundial, sin tener en cuenta el crecimiento de la población. En otras palabras, el impacto probable no sería mejor que el promedio visto desde la década de 1990. Eso nos recuerda las famosas palabras del economista Robert Solow en 1987: “la era de las computadoras estaba en todas partes excepto en las estadísticas de productividad”.

El economista estadounidense Daren Acemoglu agrega que no todas las tecnologías de automatización aumentan la productividad del trabajo. Esto se debe a que las empresas introducen principalmente la automatización en áreas que pueden aumentar la rentabilidad, como el marketing, la contabilidad o la tecnología de combustibles fósiles, pero no aumentan la productividad de la economía en su conjunto ni satisfacen las necesidades sociales.

Las Big Tech tiene un enfoque particular de los negocios y sus tecnologías se centran en el uso de algoritmos para reemplazar a los humanos. No es casualidad que empresas como Google estén empleando menos de una décima parte de la cantidad de trabajadores que solían tener grandes empresas, como General Motors, en el pasado. Esto es consecuencia del modelo de negocio de las Big Tech, que no se basa en crear puestos de trabajo sino en automatizarlos.

Este es el modelo de negocio para la IA bajo el capitalismo. Pero otra cosa seria con medios de producción automatizados de propiedad común, hay muchas aplicaciones de IA que, podrían aumentar las capacidades humanas y crear nuevas actividades en educación, atención médica  y en la fabricación.

Acemoglu propone: “en lugar de utilizar la IA para ayudar con las tareas y  sustituir  los profesores por algoritmos , deberíamos invertir el uso de la IA para desarrollar métodos de enseñanza más individualizados y centrados en el estudiante que estén calibrados para las fortalezas y debilidades específicas de diferentes grupos de alumnos. Dichas tecnologías darían lugar a la contratación de más docentes con nuevas habilidades, yendo así exactamente en la dirección de crear nuevos puestos de trabajo centrados en nuevas tareas”.

Y en lugar de reducir los empleos y los medios de subsistencia de los humanos, la IA bajo propiedad y planificación comunes podría reducir las horas de trabajo humano para todos.

Y luego está la cuestión del aumento de la rentabilidad proporcionado por la tecnología de IA: si la inversión LLM requiere menos medios físicos de producción y reduce los costos de capital, la pérdida de fuerza de trabajo humana podría ser aún mayor. Entonces, la ley de la rentabilidad de Marx aún se aplicaría. Es la gran contradicción del capitalismo que al aumentar la productividad del trabajo a través de más máquinas (IA) reduce la rentabilidad del capital. Esto conduce a crisis regulares y recurrentes de producción, inversión y empleo, de intensidad y duración crecientes.

Finalmente, está la cuestión de la inteligencia. Microsoft argumenta que la inteligencia es una «capacidad mental muy general que, entre otras cosas, implica la capacidad de razonar, planificar, resolver problemas, pensar de forma abstracta, comprender ideas complejas, ilustrarse rápidamente y aprender de la experiencia». Microsoft insinúa que las LLM pronto podrían obtener esta «inteligencia generalizada» y superar la capacidad humana de pensar.

Pero también aquí, hay mucho escepticismo para los ingenieros de Microsoft. “El modelo Chat GPT es ingente, pero no lo suficientemente grande como para retener todos los datos exactos que encuentra en su conjunto de entrenamiento. Puede producir una respuesta convincente a cualquier cosa, pero eso no significa que esté reflejando hechos reales en sus respuestas. Siempre hay que mantenerse escéptico y verificar lo que dice. Los modelos de lenguaje también son famosos por «alucinar», por inventar nuevos hechos que se ajustan a la estructura de la oración a pesar de no tener ninguna base en los datos subyacentes.   Esto claramente no es muy alentador.

Guglielmo Carchedi nos da una razón fundamental para negar que la IA pueda reemplazar a la ‘inteligencia’ humana: “las máquinas se comportan según las reglas de la lógica formal. A diferencia de los humanos, las máquinas son estructuralmente incapaces de comportarse de acuerdo con las reglas del pensamiento dialéctico. Solo los humanos hacen eso” El capitalismo en el siglo XXI , p167).

Aquí está la respuesta de Chat GPT a una pregunta sobre la dialéctica:

¿Puede A ser igual a A y al mismo tiempo ser diferente de A? “No, no es posible que A sea igual a A y al mismo tiempo sea diferente de A. Esto sería una contradicción en los términos, ya que la afirmación “A es igual a A” es una tautología y siempre verdadera, mientras que la afirmación “A es diferente de A” es una contradicción y siempre falsa. Por lo tanto, estas dos afirmaciones no pueden ser ambas verdaderas al mismo tiempo”.

Las máquinas no pueden pensar en cambios potenciales y cualitativos. El nuevo conocimiento proviene de la capacidad de innovaciones (humanas), no de la extensión del conocimiento existente (máquinas). Solo la inteligencia humana es social y puede ver el potencial de cambio, en particular el cambio social, que conduce a una vida mejor para la humanidad y la naturaleza.

Fuente de la información e imagen: https://observatoriocrisis.com

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