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“Pronto está siendo hora”, el documental que muestra innovaciones educativas

Colombia / 13 de mayo de 2018 / Autor: Julián de Zubiría / Fuente: Semana

Los realizadores del filme recorrieron durante 8 años el continente y seleccionaron algunas de las principales innovaciones educativas en América Latina. Julián de Zubiria analizó el tema en Colombia.

No conocemos una manera diferente a la educación para alcanzar el desarrollo humano integral de forma sostenida. Tal vez no exista. Una buena educación incide en la creatividad de un pueblo, la productividad, la construcción del tejido social, el pensamiento crítico, la imaginación, el trabajo en equipo y la movilidad social. Somos lo que somos, gracias a la educación. Con una buena política pública educativa podríamos disminuir la inequidad, ampliar los sueños y la esperanza de las nuevas generaciones. No obstante, en Colombia hemos carecido de dicha política.

La sabiduría popular es profunda y acertada cuando se expresa a través de un padre o una madre: “Lo único de valor que le puedo dejar a mis hijos es una buena educación”. Si tuviéramos verdaderos gobernantes, ellos pensarían lo mismo. Dejarían una buena educación para las generaciones futuras. Pero ellos, piensan en exceso en las próximas elecciones y casi nada en las próximas generaciones.

Singapur, por ejemplo, era una isla perdida en el sudeste asiático, con un PIB per cápita inferior al que tenía Honduras en 1965. Hoy su PIB per cápita es de 58.000 dólares, en tanto el de Colombia es de 9.400 y el de Honduras no llega a los 4.000. ¿Por qué ellos lo lograron y nosotros no? Es sencillo: ellos hicieron la tarea que nosotros no hemos podido lograr. Ni Honduras ni Colombia. Ellos invirtieron en ciencia y educación, trabajaron en equipo con esfuerzo y disciplina; respetaron las leyes, transformaron por completo el modelo pedagógico y enfatizaron en las competencias transversales.

Por eso, según el Estudio Internacional de competencias ciudadanas de 2016, ellos hoy confían en el 68% de la gente que conocen, y nosotros tan solo en el 4%. Algo similar hizo Corea y lo habían hecho tiempo atrás Francia y Suiza. Lo mismo están haciendo Finlandia, China, Vietnam, Chile, Polonia y Canadá. La clave es la misma: Construir una educación más contextualizada y pertinente para los jóvenes, la cultura y los tiempos que se viven. Para lograr este propósito, ha sido necesario invertir en ciencia y repensar el sistema educativo. En Colombia, tenemos que empezar por construirlo y por articularlo. Como sistema, no existe.

Una mala educación frustra las oportunidades, deteriora la comunicación, empequeñece la democracia y destruye las ilusiones de toda una generación y de las que descienden de ella.

Nunca hay que olvidar que no solo los maestros son responsables de la educación: están los padres, los políticos, los jueces, las iglesias y los medios masivos de comunicación.  Para bien y para mal, el efecto de cada uno de ellos sobre las nuevas generaciones es a largo plazo. Hoy, para destruir una nación, la estrategia más efectiva sería debilitar su calidad educativa. Al cabo de un breve tiempo, la población no respetaría las diferencias de opinión, las personas se matarían por trivialidades, sacarían crucetas y varillas en la calle, simplemente porque un carro cerró al otro y habría políticos interesados en sembrar por todo el territorio nacional emociones primarias, como el odio o la sed de venganza. Los edificios y puentes se caerían porque sus licencias habrían sido adquiridas mediante procesos corruptos. Las cortes de justicia serían cooptadas por las mafias, para impedir que prosperaran las investigaciones éticas y legales contra los congresistas acusados de establecer nexos con grupos paramilitares. La población carecería de pensamiento y lectura crítica. Por esta razón, una y otra vez, serían elegidos los mismos que han gobernado y destruido uno de los fundamentos de un gobierno democrático: la confianza entre los habitantes, el diálogo y el trabajo en equipo entre la población y quienes los representan. Sin confianza y trabajo en equipo, no es posible la construcción de verdaderos proyectos nacionales.

En los Diálogos de Platón, Sócrates se hace una pregunta tan original como profunda. Allí plantea que, si la democracia es el gobierno del pueblo ¿qué pasaría si éste no estuviera preparado para votar? Es una pregunta que necesariamente nos exige pensar en la calidad de la educación que reciben sus habitantes. Hoy, a menos de un mes de las elecciones en nuestro país, la pregunta de Sócrates me la vuelvo a hacer, todas las mañanas.

El fin último de toda educación –lo decía Kant– es la autonomía: la capacidad de autogobernarse moral, práxica y cognitivamente, teniendo al mismo tiempo en cuenta, el criterio de los otros. Es por ello que luchar por la transformación del sistema educativo ha sido siempre, como advirtió Paulo Freire, una lucha por la libertad y la democracia.

Hoy celebramos treinta años del Merani. Sin duda, dejamos de ser una institución adolescente hace mucho tiempo. La historia nos enseñó que cambiar la educación es, al mismo tiempo, transformar la cultura. Por eso es tan difícil, porque las antiguas maneras de pensar, sentir y vivir, luchan a muerte por permanecer. Eso lo sabemos todos los innovadores.  La historia nos enseñó que solos no podíamos conseguir los sueños; que muchos de los que nos acompañaron al inicio, hoy no están con nosotros. Los matrimonios largos, son cada vez más difíciles de encontrar en los tiempos modernos.

Nosotros no fuimos la excepción. Aun así, son muchos los que caminan con nosotros derribando la selva y construyendo esperanzas, confianza y utopías. Creemos, como Tomás Scoles, que “Pronto está siendo hora”. Quisimos realizar esta celebración en el Gimnasio Moderno, símbolo hasta nuestros días de la innovación pedagógica en América Latina. Nos alentó la tesis de don Agustín, de que la esencia era la formación, la disciplina de confianza y el compañerismo. Quisimos hacerlo con la Unidad Pedagógica, quienes vienen transitando la ruta de los proyectos de aula desde 1979.

Los indígenas aymaras en Bolivia dicen que el pasado queda en frente porque lo conocemos y lo podemos ver, y que el futuro queda atrás ya que es desconocido e incierto para nosotros. Seguramente tienen razón y conviene más pensar que es el futuro inexplorado el que se escapa a nuestra visión y que, en consecuencia, nos resulta más claro y visible el camino que ya hemos recorrido porque lo tenemos delante. Como los aymaras, otras culturas han hablado de la necesidad de valorar y reconocer lo que hemos sido para pensar de la manera más adecuada lo que seremos; de la necesidad de valorar lo vivido, para reconocer lo que viviremos; de la necesidad de encontrar nuestras propias raíces.

Quienes fundamos el Merani somos hijos de la generación del setenta. Una generación que creyó que era posible cambiar el mundo. No lo logramos, pero la historia dirá que lo intentamos y que lo seguiremos haciendo. Somos sus hijos y por ello heredamos las ideas de transformación que marcaron los movimientos sociales y culturales. En pocos días el movimiento estudiantil de mayo de 1968 cumplirá cincuenta años y el próximo año tendrá la misma edad el festival de Woodstock celebrado en 1969, aquel en el que Jimmy Hendrix emulaba el sonido de las bombas que caían sobre Vietnam con su guitarra eléctrica, mientras interpretaba el himno nacional de los Estados Unidos.

Los innovadores corremos de manera permanente el límite de lo posible. Sabemos que lo que hoy hacen los colegios y las universidades es solo una de las diversas posibilidades que existen para educar. Es permitido pensar en otros fines educativos, es posible trabajar nuevos y diferentes contenidos, es deseable repensar de manera estructural los sistemas de evaluación: todo es susceptible de cambiar en educación. La semana pasada fui comentarista de una ponencia en la Universidad Nacional realizada por el creador de École 42, una universidad sin docentes, ni evaluaciones, ni certificaciones que ya existe en Francia y Estados Unidos.  Una prueba de que todo es posible de volver a ser pensado, eso lo sabemos los innovadores.

Los innovadores desafiamos los fundamentos del sistema. Ponemos en duda lo que nos presentan como inmutable porque sabemos que nada lo es, pero también sabemos que nos estamos enfrentando a la institución que es posiblemente la más tradicional que ha creado el ser humano sobre la tierra. Una institución que soporta ideológicamente y reproduce la cultura que la engendra: la educación. Tristemente, hasta el día de hoy, los innovadores seguimos trabajando de manera aislada y por ello es pequeño el efecto que logramos en la sociedad para el esfuerzo que a diario nos demanda.

Hoy decimos “Pronto está siendo hora”. Mañana, nuestras voces colmarán las calles y en todas las aulas se escucharán las palabras de libertad y autonomía. Al fin y al cabo, ese es el fin último de toda educación.

Fuente del Artículo:

https://www.semana.com/educacion/articulo/pronto-esta-siendo-hora/566529

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Colombia: 29° Emisión de ‘El Abecedario, La Educación de la A a la Z’ – Radio Educativa (Plan Nacional Decenal de Educación I)

Colombia / 13 de mayo de 2018 / Autor: El abecedario La educación de la A a la Z / Fuente: Youtube

Publicado el 4 feb. 2018
En el Abecedario, la educación de la A a la Z, iniciaremos otro ciclo, hablando sobre Plan Decenal de Educación. En la emisión 29, en el palabrero, haremos una contextualización del tema; en huellas de maestros palabras de Rodolfo Llinás y de Gabriel García Márquez. En la nota informativa los objetivos estos planes en la educación colombiana
Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=ilCCjFiCOJY
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Colombia: Esto es lo que debe saber sobre el acoso escolar

Colombia / 6 de mayo de 2018 / Autor: Redacción / Fuente: RCN Radio

Se estima que cada año en el mundo, cerca de 246 millones de niñas, niños y adolescentes sufren de algún tipo de violencia en colegios.

El acoso escolar o bullying es una de las problemáticas que mayor preocupación genera en los padres de familia y docentes; se trata de cualquier forma de maltrato verbal, físico o psicológico en contra de un niño, niña o adolescente.

El acoso se puede presentar por parte de un estudiante o un grupo de ellos con quienes exista una relación de poder desigual. Hay que estar alerta si esta situación se presenta de forma reiterada.

El bullying también puede ocurrir por parte de estudiantes contra profesores o de profesores contra estudiantes y puede darse en los colegios o en otros espacios como, por ejemplo, en las redes sociales.

Según el más reciente informe de la Unesco, se estima que cada año en el mundo cerca de 246 millones de niñas, niños y adolescentes sufren de algún tipo de violencia escolar.

De enero de 2017 a marzo de 2018 el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) abrió 268 procesos administrativos de restablecimiento de derechos a menores víctimas del acoso escolar.

Si su hijo es víctima

Los padres de familia o adultos responsables deben estar atentos a las siguientes señales para identificar si un niño, niña o adolescente es víctima de acoso escolar:

Hematomas o heridas en el cuerpo.
Pérdida de apetito o sueño.
Estado permanente de alerta.
Temor manifiesto.
Vergüenza.
Irritabilidad.
Baja autoestima.
Sentimiento de culpa.
Depresión.
Dificultad para hacer amigos o hablar en público.
Rigidez.
Aislamiento.
Tendencia al bajo desempeño escolar y ausencias injustificadas.
Desconfianza, miedo y/o ansiedad ante la socialización.
Retraimiento social y desmotivación constante.

Si el niño es un acosador

Ahora, hay otras conductas que alertan a los padres y adultos responsables para que puedan identificar si el menor de edad podría tratarse de un acosador o victimario:

Conducta agresiva.

Participación en actividades impropias de la edad.
Robo de comida, objetos y dinero.
Conductas destructivas consigo mismo, con niños más pequeños o con animales.
Obligación de trabajo excesivo o asumir roles de los padres.
Consumo de sustancias psicoactivas.
Intimidar a través de la percepción de superioridad en fuerza y tamaño físico.
No tolerar opiniones distintas respecto al punto de vista propio.
Someter y discriminar constantemente a otros.
Relacionamientos exaltados impulsivos y poco empáticos.
Oposición al acatamiento de reglas.
Tendencia y miedo constante a la frustración.
Necesidad de ser vistas como personas poderosas y agresivas.

Si usted como padre, madre de familia o adulto encargado del cuidado de un menor detecta en el estudiante las anteriores señales, debe acudir al orientador o a la persona delegada para tratar estos casos en el colegio.

Lo ideal es evaluar el estado físico, emocional y material de la persona que es objeto de las agresiones y contactar a los padres de familia de los involucrados.

De acuerdo con la gravedad del caso, podrá ser remitido un reporte a las autoridades competentes como el ICBF, la Policía de Infancia y Adolescencia y la Fiscalía General de la Nación.

Fuente de la Noticia:

https://www.rcnradio.com/estilo-de-vida/educacion/esto-es-lo-que-debe-saber-sobre-el-acoso-escolar

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Colombia: Número de universitarios casi se duplicó en la última década

Colombia / 6 de mayo de 2018 / Autor: Redacción / Fuente: Portafolio

Los estudiantes de educación superior pasaron de 1,36 millones a 2,39 millones entre el 2007 y el 2016.

La educación superior en Colombia dio un salto cuantitativo importante en la última década, al pasar de una cobertura de 31,6% en el 2007 a 51,5% de los alumnos que salen del colegio en el 2016, según cifras del ministerio de este ramo. Esto quiere decir que en una década hubo una mejoría de 19 puntos porcentuales. En ese lapso pasaron de 1’362.509 a 2’394.434 alumnos.

Así mismo, del total de estudiantes matriculados en la última década, el 6% cursó un nivel técnico, 25% tecnológico, 63% universitario y el 5,8% restante hizo un posgrado (3,8% especialización, 1,8% maestría y 0,2% doctorado).

Vale la pena destacar que la formación en pregrado tuvo una variación positiva de 1,7 veces en ese lapso, con más de 900.000 dicentes nuevos incorporados al sistema, en tanto que la matrícula en posgrados creció 2,8 veces. Parte de ese logro, de acuerdo con la viceministra de Educación Superior, Natalia Ruiz, tiene que ver con el aumento del presupuesto estatal, pues entre el 2010 y el 2017 se destinaron a educación 212 billones de pesos, siendo una cifra histórica. En educación superior, el desembolso ha incrementado en un 79%, al pasar de $20,8 billones a $37,4 billones.

No obstante, reconoce que todavía toca trabajar más en reducir la brecha entre el campo y la ciudad, pues el 90% de la oferta universitaria se concentra en las cinco principales capitales: Bogotá, Medellín, Cali, Bucaramanga y Barranquilla.

“La educación superior tiene que servir para transformar el territorio” y vincularse con las actividades de las comunidades, dijo la Viceministra de Educación Superior.

Otro gran desafío, según añadió, es seguir mejorando en cuanto a calidad. El sistema Nacional de Información de Educación Superior (SNIES) muestra que de acuerdo con la información reportada por las mismas instituciones, existe un total de 12.193 programas de educación superior vigentes. De este total el 33% equivale a programas del nivel universitario, 31% a especializaciones, 14% maestrías, 13% programas tecnológicos, 7% programas técnico profesionales y 2% a doctorados.

De casi 2,4 millones de estudiantes en el 2016 (último dato consolidado disponible), el 53% corresponde a instituciones públicas y el resto a privadas; no obstante el número de instituciones existentes en ambos subsectores tiene una composición diferente, ya que entre las 288 que están activas predominan las no oficiales, en una relación de 72% a 28%.

El presupuesto del Gobierno para las universidades públicas en el 2017 fue de $3,6 billones: el 91% se fue en funcionamiento (con aumento del 11,7% con respecto al 2016) y 9% en inversión. En el 2018 la cifra se mantendría inmodificable según figura en el presupuesto general de la educación.

Si bien el mercado está pidiendo más carreras relacionadas con el desarrollo de tecnologías, la realidad es que, por lo menos en el grado universitario, siguen ‘mandando’ programas tradicionales: en el top 5 están derecho (132.497 matriculados), administración de empresas (127.454), contaduría pública (102.807), psicología (100.172) e ingeniería industrial (75.544).

 Y lo mismo ocurre entre las tecnológicas, donde las cinco primeras son tecnología en contabilidad y finanzas (36.588), tecnología en gestión administrativa (35.213), tecnología en gestión empresarial (32.059), tecnología en gestión del talento humano (20.305) y tecnología en análisis y desarrollo de sistemas de información (17.726).

Entre las técnicas, gastronomía se metió en el mismo escalafón, en el cuarto lugar, con 3.016 estudiantes, siendo primera la técnica en procesos administrativos (5.876), de segundo está la preparación para ser policía (4.256), tercera procesos contables (3.154) y quinta procesos empresariales.

Los doctorados más demandados son en ingeniería (529 estudiantes), derecho (221), doctorado interinstitucional en educación (204), filosofía (187) y educación (157).

LA ACREDICTACIÓN: FUENTE DE PRESTIGIO Y MÁS ALUMNOS

El Sistema de Aseguramiento de la Calidad en Colombia tiene dos tipos de evaluación: el registro calificado, que es obligatorio para todos los programas de educación superior, y la acreditación de alta calidad, que es voluntaria y procede tanto para programas como para Instituciones de educación superior.

Esta última en particular facilita el reconocimiento social, la visibilidad y el prestigio entre la comunidad académica nacional e internacional; por ende eso influye en que el centro educativo tenga mayor demanda.

En la actualidad en el país hay 49 instituciones de educación superior con acreditación de alta calidad. De estas, el 43% son de carácter oficial y el 57%, privadas. Además, se cuentan 1.211 programas con esa misma distinción, de los cuales el 13% corresponde a programas de posgrado y el 87% restante a programas de pregrado. Además, el 51% son ofertados por entidades públicas y el 49% restante, privadas.

Fuente de la Noticia:

http://www.portafolio.co/economia/numero-de-universitarios-casi-se-duplico-en-la-ultima-decada-516663

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Una escuela diseñada por un maestro espiritual

Colombia / 24 de abril de 2018 / Autor: Juan Sebastián Hoyos Montes / Fuente: Las2Orillas

¿A qué deberían ir los niños a la escuela? Pues a lo mismo a lo que vinimos a esta vida. A desarrollar la conciencia

Escribe Swami Sivananda de Rishikesh, en su libro Bliss Divine, escrito hace más de 80 años, que la educación es el desarrollo de todo el ser humano: intelecto, corazón y cuerpo. Y que el fin último de la educación es despertar la divinidad inherente de cada persona.

Educar es preparar para la vida. Si no hay claridad sobre el propósito último de la vida, no habrá tampoco claridad sobre qué hacer en las escuelas e instituciones educativas. Por eso, las preguntas fundamentales que debemos hacernos para pensarnos la educación deberían ser algunas como las siguientes: ¿de qué se trata la vida? ¿Para qué habitamos este cuerpo y esta tierra? ¿Con qué propósito?

Educación es preparación para la vida y el propósito de la vida es la evolución de la conciencia, el auto perfeccionamiento y el desarrollo espiritual. Habitar este cuerpo y esta tierra, venir acá, para aprender las lecciones necesarias, sanar los núcleos familiares, corregir nuestros defectos, ejercer nuestros dones y misiones, ayudar a otros, transformar nuestros patrones negativos, disolver nuestros karmas y nudos, y expresar nuestro máximo potencial, intelectual y de conciencia.

Las dimensiones que Swami Sivananda propone para trabajar en las escuelas son las siguientes: 1-Desarrollo ético y moral, con el ejemplo de los profesores, como la base de la escuela. 2-Desarrollo del intelecto: enseñar a pensar, desde lo artístico, lo científico y lo práctico, de una manera no fragmentaria. 3-Desarrollo del carácter: ayudar a forjar un carácter firme, puro y bondadoso. 4-Desarrollo del cuerpo y de la salud, a través del juego, el ejercicio, el deporte y el yoga. 5-Desarrollo de aspectos prácticos: para poder conseguir un trabajo, ganarse la vida y desenvolverse en el mundo, como complemento al desarrollo intelectual. 6-Desarrollo espiritual, que sería lo más importante. Lo espiritual debe ser la base de la escuela, como valor último y propósito de la vida. Con un enfoque teórico y práctico. Sivananda sugiere empezar los días con silencio, con meditación, con oración, con canto, con música, con gratitud, con autorreflexión. Así mismo, realizar estudios sobre las diversas escrituras sagradas y las enseñanzas espirituales universales, y de la vida de sabios, santos y seres inspiradores para aprender de sus virtudes (pensemos por ejemplo en Gandhi, o en Mandela o en grandes artistas y científicos).

 

 

Dice el Swami Sivananda que la relación entre el discípulo y el profesor
debe ser íntima, cercana.
No una relación comercial-profesional, sino la que existe entre hermanos

 

 

Dice él que la relación entre el discípulo y el profesor debe ser íntima, cercana. No debe ser una relación comercial-profesional, sino una relación como la que existe entre hermanos, unida por un vínculo de afecto y cercanía. El profesor debe ser un guía amoroso, nunca un “patrón”. Es deber del profesor ganarse el respeto y el afecto de sus estudiantes (y no miedo u odio), con su calidez, rigor y conocimiento. El sólo progreso intelectual no hace grande al profesor. Su pureza de corazón y su bondad son necesarias. Los profesores deben llevar una vida espiritual rica. Deben meditar, deben explorar el autoconocimiento, deben trabajar en sí mismos, en su sanación, en el desarrollo de su conciencia. Así los estudiantes podrán encontrar inspiración en las vidas de sus profesores. Los profesores deben ser conscientes que su dedicación es esencial para formar a los futuros ciudadanos. Su labor es única y muy poderosa.

Nos mueve el dinero, el éxito material, la fama y los títulos. Por ello, el ser interno debe ser educado para que pueda prestarse un servicio a sí mismo, realizarse, ayudar a los otros y a la sociedad. Por su parte, las escuelas no pueden ser negocios porque el criterio último es la ganancia y no la evolución de la raza humana.

Sería maravilloso que los ejes curriculares de nuestras instituciones educativas fueran las dimensiones del desarrollo humano, como las mencionadas arriba, y no las áreas del conocimiento, fragmentadas. Que niños y profesores fuéramos a los colegios a desarrollar esas dimensiones y a evolucionar en conciencia, a aprender a vivir y a aprender a pensar. Que nos sacáramos de la cabeza tanta tara con las pruebas estandarizadas, la productividad y los indicadores macroeconómicos porque, como dicen sabios y maestros, el propósito con que habitamos esta tierra es mucho mayor. Y eso no se nos enseña en las escuelas.

***

Swami Sivananda de Rishikesh es considerado uno de los maestros espirituales más importantes del siglo pasado. En India es considerado como un San Francisco de Asís del siglo XX. Publicó más de 300 libros y dedicó su vida al servicio de los pobres, a la medicina y a la difusión de la enseñanza espiritual. En Colombia es conocido pues fue maestro de Swami Satyananda, quien visitó Colombia y fundó la Academia Satyananda hace más de 40 años, una escuela de conciencia y de yoga muy seria. Recomiendo su libro Bliss Divine, en el que habla, entre otros, sobre educación.

Fuente del Artículo:

Una escuela diseñada por un maestro espiritual

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21 Voces. Historias de vida sobre 40 años de educación en Colombia

Colombia / 29 de abril de 2018 / Autor: Redacción / Fuente: Universidad de los Andes

21 relatos de personajes que han marcado la historia de la educación en Colombia conforman la nueva publicación de la Facultad de Educación de la Universidad de los Andes. El libro 21 Voces. Historias de vida sobre 40 años de educación en Colombia recoge diferentes visiones, anécdotas y movimientos sobre este campo.

Sus autores, Hernando Bayona Rodríguez, profesor y director de la Maestría en Educación, y José Darío Herrera, profesor y director del Centro de Investigación y Formación en Educación – Cife, entrevistaron por cerca de dos años a ministros, secretarios de educación, profesores, rectores, innovadores, líderes sociales, entre otros, de modo que la historia de la educación se recoge a través de sus protagonistas.

Para Bayona, este libro se vuelve obligado para quienes trabajan en educación, sin embargo, es un instrumento de utilidad no solamente para la academia sino también para los hacedores de política pública, de modo que puedan tomar decisiones acertadas.

“Son 21 historias de vida, que nos hablan de las personas pero también de innovación, de publicaciones, de estudios que diferentes personas han hecho en los últimos 40 años a propósito de la educación”, agrega el profesor Herrera.

Para Eduardo Escallón, decano de la Facultad de Educación de la Universidad de los Andes, “hay muchas frases comunes y sabidas sobre los peligros de no conocer la his­toria y estar obligado a revivirla. En particular, hay una que nos advierte que pri­mero ella se repite como tragedia y luego como farsa. Las 21 voces de este libro son un llamado a evitar una comedia de equívocos en el campo de la educación”.

Este 24 de abril se realizará el lanzamiento de la publicación en el marco de la FILBO 2018.
Participarán José Darío Herrera, Hernando Bayona Rodríguez, Eduardo Escallon y Óscar Saldarriaga Vélez.
Hora: 7:00 p.m.
Lugar: Sala María Mercedes Carranza.

El libro se puede adquirir en la Feria del Libro en el pabellón 3, segundo piso, estand 502 o en las librerías de la Universidad.

“El libro lleva al lector por los caminos del Movimiento Pedagógico en medio de los convulsionados contextos políticos de los últimos cuarenta años en Colombia; por los vaivenes de las políticas educativas, sus aciertos y desaciertos, los intríngulis de la educación básica, la educación popular y la educación superior, así como por las apuestas de transformación que cada una de estas voces convirtió en su razón de vida. Por lo demás, es una exquisitez la lectura pues, aunque su estilo narrativo es entre crónica e historia de vida, exige al lector hilar una historia que va apareciendo en su totalidad solo al final”.

Amanda Cortés, investigadora del Instituto para la Investigación Educativa y el Desarrollo Pedagógico – IDEP.

Fuente de la Reseña:
https://uniandes.edu.co/noticias/educacion/21-voces-historias-de-vida-sobre-40-anos-de-educacion-en-colombia
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