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Liberan a las 279 adolescentes secuestradas en Nigeria

África/Nigeria/05-03-2021/Autor(a) y Fuente: www.jornada.com.mx

Gusau. Las 279 adolescentes secuestradas el viernes en un internado de Jangebe, en el noroeste de Nigeria, fueron liberadas y se encontraban este martes en la sede del gobierno del estado de Zamfara, donde se celebró una ceremonia en su honor.

«Damos gracias a Dios por haberos devuelto con nosotros», declaró el gobernador de Zamfara, Bello Matawalle, ante las 279 adolescentes, liberadas esta noche tras cuatro días secuestradas.

«Son 279 y ninguna otra está ausente», aseguró el gobernador.

Inicialmente, las autoridades aseguraron que faltaban 317 chicas tras el ataque de un grupo de hombres armados contra este internado.

Las jóvenes, de entre 12 y 16 años, visiblemente cansadas, llegaron el martes por la mañana en varios minibuses a Gusau (capital de Zamfara), señaló un periodista de AFP.

Las autoridades las reunieron en un auditorio y les entregaron ropa limpia y un hiyab (velo que cubre el cabello y el pecho) de color celeste.

Luego, en presencia de periodistas y fotógrafos, las muchachas se pusieron de pie para cantar el himno nacional nigeriano.

«Nos hicieron caminar durante horas», explicó, durante la ceremonia, Hafsat Umar Anka, una de las chicas secuestradas. «A algunas de nosotras nos dolían tanto las piernas que tuvimos que llevarlas».

Las condiciones en las que fueron retenidas fueron totalmente atroces, prosiguió, y los secuestradores amenazaron con matarlas si intentaban escapar.

El presidente Muhammadu Buhari expresó su «inmensa alegría» tras liberación de las chicas. «Me uno a las familias y al pueblo de Zamfara para recibir y celebrar el retorno de estas alumnas traumatizadas», dijo, en un comunicado.

Buhari ha prometido poner fin al conflicto que castiga al norte del país, pero la situación se deteriora cada día. El martes por la mañana, una base de la ONU y un campamento militar fueron blanco de un ataque de milicianos de un grupo yihadista vinculado al Estado Islámico (EI).

Fuente e Imagen: https://www.jornada.com.mx/notas/2021/03/02/mundo/liberan-a-las-279-adolescentes-secuestradas-en-nigeria/

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Aunque el Califato ya no existe, el Estado Islámico sigue asesinando: ¿por qué no se habla de ello?

Por: Alberto Rodríguez García

Combatir el terrorismo del Estado Islámico y las causas que lo hacen fuerte ha dejado de ser prioritario. Estados Unidos se enfoca en el quebradero de cabeza que se le ha convertido Irak. Siria concentra la mayor parte de su Ejército en Idlib. Yemen suficiente tiene con sobrevivir a la mayor crisis humanitaria de nuestra época mientras La Coalición (Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y sus respectivos aliados yemeníes) se desmorona en el sur. Camerún, Chad y Nigeria pueden permitirse cierto grado de insurgencia mientras solucionan problemas internos mucho más acuciantes. Pero el terrorismo no ha cesado, y aunque el Califato ya no existe, sus fanáticos siguen asesinando. ¿Por qué no se habla de ello? En parte porque su violencia es a mucha menor escala que en el pasado, pero también porque han decidido no atacar ‘Occidente’ hasta que vuelvan a controlar territorio estable.

En apenas una semana, terroristas del Estado Islámico han tiroteado a un miliciano de las YGP en Manbij (Siria), asesinado a dos efectivos de las Unidades de Movilización Popular y herido a otros tres en al-Qaim (Irak), asesinado a dos policías en Kirkuk (Irak), ejecutado a un militar iraquí y atacado un convoy en Ramadi, emboscando a dos soldados iraquíes en Makhmour, ejecutado a un soldado en Chad, herido a varios soldados egipcios con un explosivo improvisado en el Sinaí, asesinado a tiros a un miembro de las fuerzas de seguridad afganas en Nangarhar, atacado a varios soldados en Ngala (Nigeria) y destruido un vehículo militar nigeriano en Buni Yadi con una bomba.

Además de los ataques exitosos que reivindican, las escaramuzas son constantes y, por ejemplo, el pasado 28 de abril, las autoridades iraquíes en Kirkuk abatieron a 3 terroristas suicidas que tenían pensado inmolarse en un edificio de la Inteligencia. A pesar de ser operaciones que podrían considerarse pequeñas, es un desgaste continuo que a veces se ve agravado por matanzas como la del 23 de marzo de 2020, cuando Boko Haram (no confundir con el actual Estado Islámico de África Occidental/ISWAP) asaltó una posición militar en el Lago Chad matando a 92 soldados.

El Estado Islámico ha sabido adaptarse al nuevo contexto como lo hizo al-Qaeda; aprendiendo que si quieren sobrevivir, deben evitar atacar a las potencias que realmente pueden hacerles frente

La situación ha llevado al Gobierno de Siria a reanudar algunas operaciones en el desierto de Homs contra los terroristas, a las fuerzas de seguridad iraquíes a mantenerse alerta en las zonas de mayor actividad terrorista y, sobre todo, a Chad a lanzar la Operación Ira de Bomo; una operación a gran escala junto a otros países del Sahel contra Boko Haram. La operación anunciada por el presidente chadiano Idris Deby ya ha eliminado a un millar de militantes de Boko Haram, conocidos por ser la facción más extrema de todos los grupos que juraran lealtad al Estado Islámico.

Pero esta campaña en Lago Chad no es más que una acción concreta, en un momento concreto, y aunque ha sido una gran muestra de fuerza, no podrá mantenerse mucho más en el tiempo. Es una victoria temporal, porque no se atacan las raíces del problema sino los síntomas. Otros países vecinos como Nigeria, incluso, han decidido adoptar la pasividad como estrategia.

A las operaciones militares no le siguen programas de educación, ni de desarrollo económico, ni de justicia… No se detiene la rueda en ningún momento porque los grupos terroristas no amenazan en ningún momento la posición de las élites. El Estado Islámico ha sabido adaptarse al nuevo contexto como lo hizo al-Qaeda; aprendiendo que si quieren sobrevivir, deben evitar atacar a las potencias que realmente pueden hacerles frente. El nuevo ‘perfil bajo’ que ha adoptado el Estado Islámico hace que, por ejemplo, pasen desapercibidas noticias como la detención en España de uno de sus excombatientes en Siria, hijo a su vez de un terrorista de al-Qaeda responsable del asesinato de 224 personas.

Solo durante el mes de marzo en el Sahel, la zona más afectada ahora mismo por el terrorismo islamista junto a Afganistán, hubo 58 atentados que se cobraron 522 vidas de civiles y militares. Esto convierte marzo en uno de los meses del año con más civiles muertos por ataques terroristas en Mali, Nigeria, Chad y Burkina Faso.

Los efectos globales del COVID-19, la degradación de la economía, el potencial descontento que provocará en la población y la incapacidad de reacción de los gobiernos –carentes de recursos– presentan un 2020 especialmente duro para la población del Sahel. ACNUR alerta de que el hambre acecha la región, amenazando con una crisis catastrófica para un territorio con 3 millones de desplazados por la guerra contra el terrorismo, donde las cosechas se están acabando y dejarán a 19 millones de personas en riesgo de inseguridad alimentaria. Son las condiciones perfectas para una catástrofe humanitaria que grupos como Boko Haram e ISWAP saben explotar a su favor. Burkina Faso, por ejemplo, se encuentra en una situación en la que el coronavirus y sus consecuencias atacan las ciudades mientras el Estado Islámico en África Occidental ataca continuamente en las zonas rurales; sin solución ni vía de escape para la población frente a ambas amenazas.

Los terroristas ya no amenazan ni a los poderosos ni a las potencias, así que han dejado de ser la prioridad. Pero siguen existiendo, siguen matando, y aunque ahora no son una amenaza, se mantienen al acecho

En el corto y medio plazo, el Estado Islámico no va a pasar de una insurgencia. Es muy improbable que logren la instauración de un nuevo califato. Sin embargo, ello no implica su derrota, y es que en las zonas donde los estados no llegan, donde la población se siente abandonada, ya se han infiltrado sus ideas extremistas. Allá donde hay un vacío de poder, seguirán calando las ideas más brutales del grupo terrorista, y aunque no controlen un territorio estable, seguirán teniendo el caldo de cultivo para fanáticos deseosos de matar por unas ideas infames pero que han interiorizado.

Sin califato, el Estado Islámico se ha atomizado, minimizando la amenaza pero aumentando exponencialmente el frente. La batalla no ha terminado, y no lo hará definitivamente hasta que se los combata no solo con las armas, sino también combatiendo el hambre, el tribalismo y construyendo una identidad colectiva entorno al estado y no la fe.

Los terroristas ya no amenazan ni a los poderosos ni a las potencias, así que han dejado de ser la prioridad. Pero siguen existiendo, siguen matando, y aunque ahora no son una amenaza, se mantienen al acecho, esperando el momento en el que ganar adeptos y volver a hacer daño.

Fuente: https://actualidad.rt.com/opinion/alberto-rodriguez-garcia/351762-califato-estado-islamico-asesinatos-recientes

Imagen: https://pixabay.com/photos/war-desert-guns-gunshow-soldier-1447021/

 

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Nigeria: Rescatan a más de 300 jóvenes torturados y violados en un reformatorio islámico

Redacción: El Universo

La policía de la localidad de Kaduna, al norte de Nigeria, rescató a más de 300 jóvenes, entre ellos menores, de nacionalidades diferentes, que habían sido torturados y violados en un centro de acogida islámico, informaron portavoces policiales a la AFP.

En un allanamiento efectuado el jueves por la noche en una casa del barrio de Rigasa, la policía de Kaduna halló a más de 300 alumnos y estudiantes de «nacionalidades diferente» encerrados y encadenados en lo que los medios empezaron a llamar «la casa del terror». 

Vivían «en condiciones inhumanas y degradantes», explicaron estas fuentes.

«Hemos encontrado a un centenar de ellos, algunos niños de nueve años, encadenados en un habitáculo (…) Las víctimas han sido maltratadas, algunas de ellas declararon que fueron violadas por sus profesores«, agregó el portavoz de la policía del Estado de Kaduna, Yaukubu Sabo.

El propietario del establecimiento y seis asistentes suyos fueron detenidos, precisó.

«Encontramos a un centenar de estudiantes, incluyendo niños de apenas nueve años, encadenados en una pequeña habitación, para castigarlos», declaró Sabo.

La policía también encontró un «cuarto de tortura», donde a los alumnos se les suspendía encadenados y se les golpeaba cuando hacían algo que se consideraba incorrecto.

«Las víctimas tienen nacionalidades diferentes, algunos fueron traídos desde Burkina Faso», agregaron los policías.

Víctimas de tortura

En unas fotos difundidas en la prensa nigeriana, se ve a un niño con la espalda llena de heridas abiertas, visiblemente causadas por latigazos, a otro con los pies encadenados a unos barrotes de hierro y a un grupo de jóvenes hacinados en un patio insalubre.

La policía debe comprobar su identidad y encontrar a sus familiares.

El norte de Nigeria, mayoritariamente musulmán, acoge un gran número de «casas de corrección» más o menos formales que ofrecen enseñanzas religiosas estrictas, a falta de estructuras públicas que se encarguen de los jóvenes.

Los padres de algunas víctimas oriundas de Kaduna, convocados por la policía, se declararon «sorprendidos y horrorizados» al ver el estado en que se encontraban sus hijos, pues, según el portavoz, no sabían por lo que estaban pasando.

Tenían autorización para llevarles comida de vez en cuando y para visitarlos una vez cada tres meses, pero no tenían permiso para entrar dentro de la casa, explicó Sabo, que precisó que los encuentros entre los padres y los hijos tenían lugar en el exterior y eran breves.

Fuente: https://www.eluniverso.com/noticias/2019/09/27/nota/7537288/rescatan-mas-300-jovenes-torturados-violados-reformatorio-islamico

 

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Deshumanización y guerras en el mundo

Por: Víctor Arrogante

Los conflictos armados producen desigualdad y millones de personas desplazadas y refugiadas. La concienciación de lo que ocurre en el mundo empieza con la información, pero es tanta y tan poco rigurosa que no se termina de entender la dimensión de la tragedia, salvo por las cifras escandalosas. Escuchamos hablar en los medios de la guerra de Siria y Afganistán, Irak, Yemen, República Democrática del Congo, Libia o Somalia, pero existen más guerra en el mundo, sobre las que va disminuyendo la información, hasta su desaparición total.

En la actualidad, se están dando los niveles más altos de desplazamiento registrados. Según datos de ACNUR; 70,8 millones de personas, se han visto obligados a abandonar su hogar. Entre ellos 25.9 millones de refugiados de los que más de la mitad son menores de 18 años. También hay millones de apátridas a quienes se les niega la nacionalidad y el acceso a derechos básicos como la educación, la atención médica, el empleo y la libertad de circulación. En el mundo, casi una persona es desplazada por la fuerza cada dos segundos, como resultado de un conflicto o persecución.

La guerra en Siria es una de las más largas y cruentas de la región. Por el tamaño y la población del país, ha generado una de las crisis de refugiados más graves desde la Segunda Guerra Mundial. Todo empezó en el año 2011, cuando miles de personas pidieron en las calles la dimisión del presidente Asad y que se realizaran diversas reformas políticas. Los opositores tomaron fuerza y se creó el Ejército Sirio Libre. Con el paso del tiempo entraron en escena los partidarios del yihadismo y el Estado Islámico. En el año 2014 se formó una coalición internacional liderada por Estados Unidos que comenzó a bombardear al Estado Islámico. El país se dividió en zonas, unas controladas por el régimen de Asad y otras por los rebeldes.

Tras ocho años de guerra, la ONU está tratando de crear un comité para redactar una nueva constitución, el primer gran paso para lograr la paz definitiva. En 2019, ocho años después del inicio de los combates, 6,1 millones de personas están desplazadas de sus hogares y 5,6 millones son refugiados en otros países de la región. La cifra de refugiados sirios aumenta cada día, en la mayor crisis de refugiados en el ámbito mundial de los últimos 25 años. Aunque países como Turquía, Líbano y Jordania han abierto sus puertas a las personas que huyen de los bombardeos en Siria, la ayuda humanitaria escasea tras tantos años de conflicto.

Azotado por la guerra y la violencia política desde los años 70 del siglo XX, Afganistán ha sido uno de los grandes focos de inestabilidad y desplazamientos forzados en Asia Central. Tras la salida de las tropas soviéticas en 1989, comenzó una nueva etapa de violencia interna que culminó con la intervención de la OTAN en 2001. En octubre de 2017 se cumplieron 16 años desde que Estados Unidos bombardeara por primera vez Afganistán tras los atentados del 11 de septiembre. En este tiempo se han sucedido tres presidentes: George W. Bush, que declaró la guerra; Barack Obama, que la dio por terminada sin éxito en el año 2014; y Donald Trump, que ha visto cómo se han intensificado las acciones terroristas en los últimos meses. Para presionar en las negociaciones de paz, los Talibanes impiden a las ONG hacer su trabajo, cerrando clínicas y centros de ayuda.

El conflicto en Irak entre grupos armados y fuerzas gubernamentales, en los últimos años ha generado que en 2018 hubiera 1,8 millones de desplazados internos en el país, de los que el 53% son niños. A finales de 2017, la ofensiva gubernamental para recuperar el control de la ciudad de Mosul llevó al conflicto a su punto álgido. Aunque el país no se encuentra totalmente pacificado y muchos desplazados siguen sin poder regresar a sus casas, Irak fue el país con mayor número de retornados en 2018, con 945.000. Antes, el 20 de marzo de 2003, se produjo la llamada guerra de Irak, segunda guerra del Golfo, o conocida como Operación Libertad Duradera. El Estado Islámico ya no tiene el control efectivo de territorios, pero se mantiene fuerte en zonas desérticas o montañosas, desde donde lanza ataques estratégicos contra líderes tribales y políticos, tratando de aumentar la tensión entre las comunidades árabes y kurdas.

Se da la circunstancia de que una parte importante de la sociedad española se manifestó en contra del apoyo a la intervención en Irak, mostrado por el entonces presidente del gobierno José María Aznar. Este hecho y los atentados del 11-M, entre otros, motivaron un cambio de gobierno en el que el PSOE obtuvo mayoría tras las elecciones generales el 14 de marzo de 2004. Una de las primeras medidas del nuevo Gobierno, fue ordenar la retirada de España de Irak, restando apoyo internacional a la ocupación. La coalición comandada por Bush, no encontró ninguna de las armas de destrucción masiva que fue el engaño para invadir Irak. (Ver Guerra de Irak, participación de España y armas de destrucción masiva).

Yemen, con más de cuatro años de guerra, se ha convertido en el escenario de una de las peores crisis humanitarias del planeta. El alto el fuego en Hodeidah en 2018 disminuyó significativamente la cifra de muertes de civiles, pero no así en otras zonas del país. La extensión del conflicto, el colapso de la economía, la inseguridad alimentaria y el derrumbamiento de los servicios públicos básicos, han generado que el 80% de la población necesite ayuda humanitaria para sobrevivir. La ONU alerta de que la hambruna en Yemen, podría ser la peor de los últimos 100 años en el mundo. El 53% de la población no tiene nada que comer y más de un millón y medio de niños sufren desnutrición aguda. La guerra se ha cebado con los más débiles, en uno de los países más pobres del mundo.

Yemen sufrió un golpe de Estado en 2014, y la guerra se ha convertido en un conflicto que enfrenta a las diferentes entidades que quieren formar el gobierno. En este caso también ha intervenido el Estado Islámico y Al-Qaeda. El problema se agravó cuando una coalición de estados árabes dirigida por Arabia Saudí comenzó a bombardear el país en el año 2015. Tras cinco años de guerra, servicios básicos como la Sanidad o la Educación prácticamente ya no existen. Además, según la ONU, hay más de tres millones de desplazados y el 80% de la población necesita ayuda. Los más pequeños, como siempre, se llevan la peor parte. Unicef ha calificado el país como «un infierno en la tierra» para los niños, donde miles de ellos se están convirtiendo en niños soldado.

Si hay una guerra que no termina nunca es la de la República Democrática del Congo. Comenzó en el año 1996 y todavía perdura, produciendo personas refugiadas, hambre y muerte. La tensión aumentó gravemente a raíz de la negativa del presidente Kabila a dejar el poder después de haber sucedido a su padre en el año 2001. La guerra ha arrasado los campos de cultivo, han aumentado los precios y miles de personas se han visto obligadas a dejar sus casas. En julio de 2019, la OMS ha calificado como emergencia internacional un nuevo brote de ébola. Esto se une a un brote de sarampión con más de 115.000 afectados. Guerra interminable, epidemias, campamentos de refugiados superpoblados e insalubres, donde la situación es desesperada.

Otro conflicto vivo es el de Libia, que se encuentra a un paso de la guerra civil y amenaza a toda la región, sin signos de una paz en un futuro cercano. El panorama muestra una probable fragmentación del país. Durante 2019 ha ido fortaleciéndose el Ejército Nacional de Libia, una facción bajo el mando de Khalifa Haftar, opositor al gobierno reconocido internacionalmente, que cada vez cuenta con menos territorio bajo su control. El ENL ha ampliado su presencia e influencia en el sur de Libia desde mediados de enero. Ha firmado la paz con grupos armados tuareg y se ha enfrentado con otros, para mantener el control de campos petrolíferos.

Somalia, considerado como ejemplo paradigmático de estado fallido, lleva en guerra interna desde los años 90 del siglo pasado. La mayor parte del país está fuera de control del Gobierno, que en los últimos años ha logrado recuperar su influencia en el sur del país tras una ofensiva apoyada por la Unión Africana. A la violencia armada hay que sumar los estragos del cambio climático. Más de 2 millones de personas se han convertido en desplazados a causa de la sequía, las inundaciones y el propio conflicto. Esto ha provocado que la población desplazada se duplique hasta los 2,6 millones.

En la medida que EEUU deja de liderar el orden internacional, más países tratan de reforzar su influencia, mediante la intromisión en conflictos de otros Estados. Desde el inicio del siglo XXI las guerras se han multiplicado principalmente en África y Oriente Medio, conflictos que provocan un mayor número de desplazamientos forzados y víctimas en pleno 2019; conflictos interminables que tienen consecuencias muy graves sobre los países y especialmente sobre, la población civil, que es siempre la principal damnificada y las mujeres son las principales víctimas de los conflictos armados.

Más de 24.000 niños fueron asesinados, heridos, mutilados, reclutados a la fuerza y secuestrados, o sufrieron abusos sexuales y otras violaciones de sus derechos humanos durante el año 2018, según el último Informe Anual del Secretario General sobre Niños y Conflictos Armados. De esa cifra, más de la mitad corresponde a quienes perdieron la vida o quienes resultaron con graves heridas, como la pérdida de algún miembro de su cuerpo, principalmente por incidentes de fuego cruzado, restos de explosivos de guerra, minas terrestres y otras acciones de combate perpetradas tanto por grupos no estatales, como actores estatales y fuerzas multinacionales.

La paz es el estado ideal de armonía, libertad, seguridad en un mundo democrático. Podemos construir un mundo en el que impere la paz, la justicia y la solidaridad, trabajando de manera colectiva, enriqueciéndonos con las diferencias culturales y aprendiendo cada día. Somos responsables de crear un mundo mejor.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=259296

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Las mujeres afganas arriesgan sus vidas para romper el dominio talibán

Redacción: Perfil

Khaleda Sediqqi arriesga su vida cada vez que va a trabajar. Dice a sus vecinos que enseña en una escuela primaria cercana y en lugar de eso viaja a la ciudad de Jalalabad recorriendo un tramo de carretera que suele ser atacado por militantes. Sediqqi, que pertenece a la ONG Comité Sueco para Afganistán, ofrece clases a jóvenes profesoras de primaria, que luego llevan ese conocimiento a las escuelas en sus aldeas, todo bajo la sombra de los talibanes y el Estado Islámico.

«Arriesgo mi vida para venir aquí y educar a las señoritas cuyo sueño es simplemente graduarse de la escuela secundaria», comentó Sediqqi, de 31 años y titulada en química en la Universidad de Nangarhar. En el centro de capacitación ubicado en una antigua casa de dos habitaciones en Jalalabad, capital de la provincia de Nangarhar en el este del país, señaló que «el objetivo es empoderarlas a través de la educación para que puedan responder y defender los derechos educativos de otras niñas».

La mayoría de los distritos de Nangarhar, incluido el pueblo natal de Sediqqi, están en la primera línea de la batalla del país con los talibanes y sus esfuerzos para evitar que el Estado Islámico adquiera mayor presencia fuera de Kabul. Rodeado por la gran cordillera Hindú Kush, Nangarhar fue el escenario de la primera aparición del Estado Islámico en Afganistán. Bajo constante amenaza de los militantes en la actualidad, Jalalabad está rodeada de asentamientos informales de personas que huyeron de sus hogares para escapar de la violencia.

La educación de las niñas, y el trato a las mujeres en general, es un tema crítico para muchos en Afganistán. Sin embargo, los derechos de las ciudadanas del país aún no se han convertido en el centro de las conversaciones de paz que Estados Unidos ha buscado mantener con los talibanes durante el último año.

El enviado especial de EE.UU. para la reconciliación afgana, Zalmay Khalilzad, se dirigió a Doha el miércoles, con una escala en Islamabad, para reanudar la octava ronda de negociaciones con los líderes talibanes con la esperanza de concretar un acuerdo de paz para poner fin a la guerra que se ha prolongado por 18 años. Las conversaciones han adquirido mayor urgencia a medida que se acercan las elecciones presidenciales afganas programadas para el 28 de septiembre.

«En Doha, si los talibanes hacen su parte, nosotros haremos la nuestra y cerraremos el acuerdo en el que hemos estado trabajando», declaró en Twitter, y agregó que tuvo la reunión más «productiva» con los líderes afganos sobre asuntos de paz y un acuerdo para crear un equipo de negociación dirigido por afganos. Las «negociaciones intra-afganas», algo en lo que los talibanes se han negado a participar hasta ahora, se llevarían a cabo después de que concluyan las conversaciones con EE.UU., e involucrarían un «equipo de negociación nacional compuesto por altos funcionarios del gobierno, representantes clave de los partidos políticos, la sociedad civil y las mujeres”, detalló Khalizad con anterioridad. El presidente afgano, Ashraf Ghani, se ha manifestado reiteradamente en contra de las reuniones, argumentando que carecen de representantes del gobierno.

Muchos se sorprendieron cuando representantes talibanes informaron a las delegaciones afganas y estadounidenses que permitirían a las niñas recibir educación completa, pero solo en escuelas sin niños. La declaración contradice su violencia continua contra las escuelas en Afganistán, ataques que han desgarrado el corazón de la vida académica de Sediqqi.

Este año, militantes talibanes asesinaron a tiros a una de sus amigas cercanas, una estudiante de la Universidad de Nangarhar, explicó Sediqqi.

Asimismo, militantes desconocidos llevaron a cabo dos ataques con bombas en una escuela primaria donde Sediqqi enseñó hace varios meses, matando a dos escolares e hiriendo a decenas. Las escuelas, especialmente aquellas en zonas remotas, han sido objeto en reiteradas ocasiones de ataques violentos que han incluido incendios intencionales y envenenamiento de estudiantes. Los ataques no detienen a Sediqqi, quien prometió que seguirá desafiando las amenazas para educar niñas.

«Hemos sufrido durante décadas, golpeados deliberadamente por miembros familiares o asesinados por insurgentes, porque carecemos de educación y conocimiento», afirmó Sediqqi. «La única forma en que podemos proteger nuestros derechos es a través de la educación y estoy aquí a cualquier costo para enseñarles a estas niñas indefensas».

Talibanes divididos

Los talibanes, que ahora controlan o mantienen disputas por la mitad del país, están divididos en lo que respecta a la educación de las niñas. Prohibieron que las mujeres se educaran y las castigaban con latigazos y lapidación por abandonar su hogar sin acompañante o burka cuando gobernaban la nación entre 1996 y 2001.

En algunos distritos, incluida la ciudad natal de Sediqqi, los militantes ahora permiten que las niñas asistan a la escuela hasta sexto grado, antes de que sus familiares o militantes las obliguen a casarse. A nivel nacional, el 17% de los 3,5 millones de niñas matriculadas en escuelas se casan antes de cumplir 15 años, según la UNICEF.

Malala: cayeron los talibanes que quisieron matarla

No solo Sediqqi se arriesga enormemente para ir a trabajar todos los días. También lo hacen sus 14 estudiantes. Cada uno de ellos asiste en secreto, sale de su casa con un burka y se asegura de que nadie los siga. «Si los talibanes me atrapan, pensarán que soy una espía y me ejecutarán», aseguró una de sus estudiantes que no puede ser identificada por razones de seguridad. «Vale la pena asistir a este programa para educarnos y crecer, a fin de educar a otras niñas vulnerables y convertirnos en tomadoras de decisiones en nuestras propias vidas».

Fuente: https://www.perfil.com/noticias/bloomberg/bc-mujeres-afganas-arriesgan-sus-vidas-para-romper-dominio-taliban.phtml

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La esclavitud: el mal que no se desvanece

Por: Daniel Rosselló.

 

Cuando escuchamos la palabra esclavitud nos vienen a la mente imágenes de tiempos remotos: de galeras, de hombres y mujeres encadenados andando por caminos de tierra, o siendo vendidos en los mercados como cualquier otra mercancía. De hecho, a nivel legal, el siglo XIX supuso el fin de la esclavitud con el Acta para la abolición del comercio de esclavos promulgada por el parlamento británico en 1807, y que aunque sólo prohibiría la esclavitud dentro de las fronteras del Reino Unido, sería el desencadenante de su prohibición a nivel mundial. Pero, ¿y si nos preguntaran acerca de la esclavitud hoy en día? ¿Podemos encontrar en nuestros días, en los tiempos donde ya existe una carta que recoge los derechos humanos fundamentales e instituciones para defenderlos, más o menos esclavos? No es una pregunta fácil y su respuesta requiere de un análisis concienzudo. Lo que está claro es que a pesar de estar ilegalizada, la esclavitud continuó existiendo y evolucionando.

Problemas: la definición y el número

Según el Diccionario de la Real Academia Española un esclavo es aquella persona que carece de libertad por estar bajo el dominio de otra. No obstante, en la actualidad la esclavitud no siempre se manifiesta de manera tan obvia por una mera relación de propiedad de una persona sobre otra. Según la Organización Internacional del Trabajo(ILO por sus siglas en inglés) un esclavo es toda persona obligada a trabajar por medio de la coerción y la violencia, ya sea de tipo mental o física, pero también por métodos más sutiles como las deudas, la retención de los documentos identificativos o, en el caso de tratarse de personas en situación irregular, mediante la amenaza de denuncia a las autoridades, limitándose así su libertad de movimiento. Por otra parte, ser mujer, menor, parte de una minoría étnica o religiosa o migrante ilegal constituirían las principales categorías de riesgo para sufrir esclavitud en la actualidad, siendo necesario acentuar la enorme feminización de este tipo de explotación, constituyendo las mujeres y las niñas más de la mitad del número de personas esclavas a nivel mundial.

Según esta definición, la ILO cifraría la cantidad de personas esclavizadas en torno a los 21 millones de personas. No obstante, según diversas ONGs dedicadas a recabar información local al margen de los gobiernos y de las Naciones Unidas dichas cifras serían muy optimistas, situándose el número real en torno a los 27 millones en todo el mundo. Sin embargo, la organización Walk Free Foundation situaría la cantidad real en casi 36 millones de seres humanos, asegurando que nuevas investigaciones les han permitido localizar mucha más esclavitud de la que se creía en diversas partes del mundo. Además este grupo considera también, a diferencia de la ILO, el fenómeno de los niños soldado como una forma de esclavitud. India, China, Pakistán, Uzbekistán y Rusia concentrarían el 61% de todos los esclavos y esclavas del mundo. No obstante, en proporción a su población, Mauritania se encuentra a la cabeza, con un 4% de su población –lo que significan unas 150.000 personas de entre 4 millones– sometida a esclavitud. Por todo ello nos encontraríamos en la época de la humanidad con más personas esclavizadas en todo el planeta, un dato que si bien podríamos achacar al aumento exponencial de la población humana en todo el mundo, no debe de dejar de ser considerado como algo preocupante.

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Del esclavo al esclavizado

Dejando de lado las discusiones acerca de la definición y del recuento de personas esclavizadas en el mundo, entramos en la tarea de la clasificación. No se trata de algo fácil y, como hemos podido comprobar por el caso de Walk Free Foundation y de su inclusión de los niños soldado en dicha categoría, también está sujeto a debate. A pesar de todo podemos considerar las tipologías establecidas por Anti-slavery como una guía para intentar comprender mejor el fenómeno de la esclavitud moderna. Según esta organización, que dedica sus esferzos a intentar combatir cualquier tipo de esclavitud a lo largo y ancho del mundo, actualmente podríamos encontrar hasta seis tipologías de esclavitud.

La primera de ellas sería el de la servidumbre, considerada la más extendida de todas. Se basa en la relación de dependencia que se establece cuando una persona obliga a trabajar a otra como forma de pago de una deuda. La deuda a pagar se va haciendo constantemente mayor, con lo que la persona deudora es esclavizada, muchas veces pasando esta deuda de generación en generación y, por lo tanto, llevando a la existencia de niños y niñas que nacen esclavos. Al ser el tipo de esclavitud más extendido podemos encontrarlo en todas partes del mundo, pero es especialmente común en el sudeste asiático y el subcontinente indio, donde se utilizan los lazos de servidumbre, en ocasiones combinados con las relaciones jerárquicas entre las castas, para trabajos de todos los sectores, desde la agricultura a la industria, como en el caso de las fábricas de ladrillos.

En segundo lugar nos encontramos con la esclavitud infantil, que afectaría a más de 5,5 millones de niños y niñas en todo el mundo. Se trata de un tipo de esclavitud que no incluye sólo trabajo forzado en la agricultura, en fábricas o en el servicio doméstico, sino también cualquier tipo de uso abusivo y coercionado de los menores para conseguir una ganancia, ya sea por medio de su prostitución, en forma de material pornográfico, criminalización y mendicidad forzadas…y por supuesto el reclutamiento de niños y niñas para su participación en conflictos armados.

Tenemos también la esclavitud basada en la institución del matrimonio, cuando esta se implementa de manera forzosa y/o cuando implica a menores. Se trataría de un tipo de esclavitud que, pese a la existencia de niños varones involucrados en procesos matrimoniales infantiles, afecta mayoritariamente a las niñas y a las mujeres. Si bien el matrimonio infantil no significa necesariamente esclavitud, especialmente cuando las menores tienen más de 16 años, lo cierto es que, primeramente, significa por lo general el fin de su carrera educativa, además de tener graves consecuencias para la salud mental y física, especialmente cuando se producen violaciones dentro del matrinomio. Por otra parte lo que sí está claro es que el matrimonio se utiliza para encubrir casos de esclavitud y sirve de nexo para esclavizar de por vida a la niña que se casa y a la mujer en la que se convertirá.

Asimismo nos encontramos con el caso obvio del trabajo forzado. Abarca los casos en los que alguien es obligado a trabajar en contra de su voluntad bajo amenza de algún tipo de castigo. Si bien todas las tipologías de esclavitud tienen en su esencia algo de trabajo forzado, debemos distinguirlas de ésta. Involucra a más de 20 millones de personas en todo el mundo, lo que significa que tres de cada mil personas empleadas en todo el planeta está sometida a procesos de trabajos forzados. Afecta principalmente a adultos (74%) frente a menores y más a las mujeres (55%) frente a los hombres. Se produce en todos los sectores económicos, aunque el 90% se da en la economía privada y en empresas, y más del 20% de los mismos implican explotación sexual –algo que, de nuevo, afecta principalmente a las mujeres–. En cuanto a su distrubución, si bien está claramente concentrado en la región de Asia-Pacífico, donde se localizan más de 11 millones de personas sometidas a trabajo forzado, los encontramos en el resto de regiones, incluyendo los países más desarrollados. Y es notable que en un 10% de los casos el Estado, generalmente por medio de las fuerzas armadas, está implicado en este fenómeno, por ejemplo cuando lo imponen a los habitantes de regiones rebeldes.

Del mismo modo tendríamos el caso de la esclavitud por descendencia, muchas veces vinculada a la noción de una ‘clase’ o ‘casta’ esclava. Se basa, en resumen, en que una persona será esclava si su madre lo es. Es una esclavitud que dura de por vida y que obliga a trabajar de manera gratuita para el ‘amo’, especialmente en el ámbito doméstico. Son tratados como propiedades, pudiendo ser heredados, vendidos o regalados. Además se les niega la posibilidad de trabajar fuera de la relación amo-esclavo, y se les son negados todos los derechos, además de ser sometidos a abusos de todo tipo por parte de sus dueños, incluído el matrimonio forzado como forma de prostitución encubierta, como es el caso de las wahaya, en Níger. Es un fenómeno propio de estructuras sociales fuertemente jerarquizadas, y que persiste aún en países de África occidental como Níger, Malí o Mauritania.

Por último tenemos la esclavitud derivada del trafico de personas. Es la más compleja de medir, puesto que las personas con las que se trafica raramente son localizadas. No obstante habría una cantidad constante de 2,5 millones de personas sometidas a este tipo de abuso. Afecta principalmente a personas que, buscando huir de guerras o de situaciones de pobreza, acaban siendo esclavizadas en cualquiera de las formas descritas anteriormente. Y, aunque suele ocurrir a través de varios estados, existe también a nivel nacional –entre zonas rurales y las grandes ciudades, por ejemplo–.

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Global Slavery Index, datos para 2014. En tonos rojos más oscuros, los países con mayor presencia de la esclavitud moderna. Más información en: http://d1p5uxokz2c0lz.cloudfront.net/wp-content/uploads/2014/11/Global_Slavery_Index_2014_final_lowres.pdf

Buscando a los culpables

Al observar todas estas cifras uno no puede sino preguntarse: ¿Quién es el responsable? Pues si bien está claro, tal y como se ha visto, que determinadas estructuras sociales incluyen la esclavitud como una pieza más de la jerarquía entre los individuos, 36 millones de personas no están sometidas a este yugo sólo por esta causa.

En primer lugar, está claro que los problemas de desarrollo, la pobreza y, por supuesto, las guerras, conforman un caldo de cultivo idóneo para la esclavitud al originar situaciones de vulnerabilidad total frente a la explotación y al no garantizarse la seguridad para los seres humanos. Las mafias constituirían uno de los actores que más se benefician de estas situaciones, atrapando a los emigrantes en su periplo hacia un lugar mejor en el que vivir. La servidumbre por deudas, el tráfico y la explotación laboral se combinan de manera cruenta en muchos de estos casos. Las víctimas principales son, de nuevo, las mujeres, y el destino más común es su explotación con fines sexuales, una lacra de la que ningún Estado se libra, incluidos los europeos. Se calcula que este problema afectaría a 4,5 millones de mujeres en todo el mundo, estando en todos los contienentes y países. Así, por ejemplo, en el año 2014 sólo en España se habrían destapado 14.000 casos.

No obstante, no sólo los grupos criminales se aprovechan de la precariedad para esclavizar. Grandes compañías multinacionales, especialmente aquellas dedicadas al sector textil, producen utilizando mano de obra, muchas veces infantil, en condiciones de esclavitud a través de un entramado de subcontratas. Zara, Mango y H&M son unas de tantas firmas acusadas de utilizar este tipo de prácticas, a pesar de que muchos de los activistas y trabajadores que denuncian este tipo de situciones terminan en el exilio o en la cárcel. Situaciones similares se repiten en todos los sectores, desde la electrónica hasta la agricultura, pasando por la minería, el sector alimentario y la fabricación de juguetes.

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Y, por supuesto, muchos estados participan de manera directa o indirecta en procesos de esclavización. Ya sea por no dedicar los esfuerzos necesarios para combatirla, permitirla de manera tácita dentro de sus fronteras mediante leyes laborales que no protegen los derechos de los trabajadores, o por beneficiarse sistemáticamente de la misma. Un caso muy llamativo es el de Uzbekistán, donde cada año se lleva a cabo un proceso de explotación laboral estatal para la cosecha del algodón, estando implicadas de nuevo varias multinacionales occidentales de renombre, y en la cual se obliga a hombres, mujeres, niños y ancianos a trabajar de manera gratuita, suministrándoseles tan sólo un plato de comida al día. Gracias al mantenimiento de esta dinámica el estado ingresa millones de dólares en sus arcas. Nos encontramos también con Eritrea, donde el presidente Issayas Afeworki, antiguo líder guerrillero que luchó por la liberación nacional, ha impuesto el servicio militar obligatorio e indefinido, convirtiendo el país en un gigantesco campo de trabajos forzados. Asimismo, diversos estados, como Myanmar, Sudán del Sur o República Democrática del Congo utilizan niños soldados entre sus filas, lo que implica que niños y niñas han sido alejados de sus familias y privados de educación para servir en combate, llevar a cabo tareas de limpieza o ser explotados sexualmente.

De la misma forma, los grupos armados en general, ya sean gubernamentales o fuerzas rebeldes, constituyen otro de los actores que lleva a cabo procesos de esclavismo. Un caso llamativo es el del Estado Islámico, que entre sus métodos de financiación incluye el tráfico de seres humanos, y que ha sometido a explotación sexual a miles de mujeres.

Por un futuro sin cadenas

En definitiva, la esclavitud continúa siendo un fenómeno actual, diverso y de enorme magnitud, enraizado en fenómenos como la pobreza, la exclusión social, las guerras y la falta de garantías para la protección efectiva de los derechos humanos. Por todo ello, si se quiere erradicar será necesario el compromiso efectivo de los gobiernos y la movilización de los agentes sociales, ya sean ONGs o sindicatos, que deberán promover cambios estructurales a nivel social y económico, la imposición de legislaciones laborales que defiendan los derechos de los trabajadores y todo ello presionando a su vez a las empresas para que abandonen sus prácticas esclavistas, primándose la dignidad humana sobre los beneficios económicos. Sin duda, los intereses que se entremezclan con la esclavitud son muchos y se trata de un fenómeno muy lucrativo, con lo que acabar con estas prácticas no será una tarea fácil. No obstante la voluntad política y la denuncia constante de este tipo de situaciones no deberán dejarse de lado si se quiere, realmente, hacer de la esclavitud un problema del pasado.

Fuente del artículo: https://elordenmundial.com/la-esclavitud-el-mal-que-se-desvanece/

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Transforman un autobús en una escuela móvil para los niños que se han quedado sin colegio en Irak (Video)

Irak / 27 de enero de 2019 / Autor: Redacción / Fuentes: Antena3, El Confidencial

Un autobús recorre las calles de Bagdad, en Irak, para que aquellos niños que se han quedado colegio por la guerra puedan recibir una educación digna.

Los continuos conflictos armados en Irak han dejado los colegios destruidos y a los niños sin posibilidad de recibir una educación.

Ante esta situación, un grupo de activistas han transformado un autobús en un una escuela móvil improvisada. El autobús, con pupitres incluidos, recorre los barrios de Bagdad que han quedado sin colegio por la guerra.

Una ONG lleva una escuela móvil a una de las zonas más deprimidas de la capital iraquí
Una luz de optimismo ha llegado a este olvidado barrio del norte de Bagdad, donde viven decenas de niños desplazados por la guerra. Lo llaman el autobús de la esperanza. Han sustituido los asientos del vehículo por pupitres y han inaugurado la primera escuela infantil. «De esta manera- dice su impulsor Firas Al Baiyati- podemos llevar la escuela a muchos sitios». Este abogado al frente de una ONG iraquí ha sacado adelante este proyecto educativo para niños de 6 a 10 años, como Sara que dice que nunca había estado escolarizada. La buena acogida está a la vista. La ONG planea abrir otras 12 escuelas móviles en las provincias iraquíes liberadas del Estado Islámico.
Fuentes:
https://www.antena3.com/noticias/mundo/transforman-un-autobus-en-una-escuela-movil-para-los-ninos-que-se-han-quedado-sin-colegio-en-irak-video_201901225c47218a0cf2e2fb5782f6de.html
y https://www.youtube.com/watch?v=S1RIiBh4uAI
ove/mahv
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