Pilar García de Leániz: “Existe un vínculo entre creatividad y emociones”

Pilar García de Leániz es artista y acabar de publicar el libro ‘Calmalandia’, una guía para entender las emociones y conseguir la calma interior a través de las ilustraciones. En esta entrevista nos explica cómo aprovechar esta práctica en el aula.

Pilar García de Leániz es ilustradora y actualmente trabaja como profesora de clases de ilustración y bienestar en la Universidad de Edimburgo, donde ganó una residencia como artista después de cursar un Máster en Ilustración. Además, es colaboradora de diferentes instituciones y organizaciones de Reino Unido y España en la búsqueda de la felicidad a través de la creatividad.

En su libro ‘Calmalandia’ explica el camino para hacerlo de una forma muy creativa: dejando libertad al lector para que ‘pinte’ sus propias emociones a la vez que educa en feminismo.

Hemos hablado con ella para que nos dé algunos secretos que los docentes puedan aplicar al aula y conseguir, así, que los estudiantes también busquen la felicidad interior a través del dibujo y lo relacionen con la igualdad entre hombres y mujeres.

¿Qué relación guardan la creatividad y la gestión de las emociones?

Cuando alguien me dice que no sabe dibujar, yo pregunto: ¿has intentado dibujar desde el corazón alguna vez?

Existe un estrecho vínculo entre creatividad y emociones porque la primera es un medio de expresión de las emociones y sensaciones.

La creatividad puede ser manifestada de diferentes maneras, como por ejemplo con la escritura o el dibujo, los métodos que uso en mi libro ‘Calmalandia’. Con ellos pretendo que el lector los use para transmitir sus emociones con el objetivo de encontrar una respuesta que le permita alcanzar su felicidad y paz interior.

Cuando descubrimos cómo nos sentimos, podemos encontrar más fácilmente las herramientas que nos permitirán alcanzar un estado óptimo de bienestar.

En mis clases de dibujo en la Universidad de Edimburgo (Edinburgh College of Art), explico a mis estudiantes que no tienen que pensar cómo trazar una línea, sino sentirla. A esto lo llamo libertad de expresión creativa, crear con libertad y sin miedo de cometer errores. Es así cuando surgen cosas maravillosas.

Pilar García de Leániz

¿Qué pueden aprender los estudiantes sobre feminismo dibujando el cuerpo de una mujer?

¿Cuál es la diferencia entre el cuerpo de una mujer y un hombre? ¿Qué los difiere? Cuando me preguntan por feminismo no puedo dejar de sorprenderme sobre cómo podemos seguir viviendo en un mundo tan separado por sexos. Todos somos la misma materia, todos procedemos del mismo sitio. Estudiantes, tanto hombres como mujeres, deben de ver el cuerpo femenino de la misma manera que ven al masculino. Los dos tienen una belleza especial, transmiten sensaciones distintas, pero no dejan de ser dos extraordinarias masas de carne parecidas en tamaño, color y textura. Cuando los alumnos entiendan eso a través de la observación del cuerpo de la mujer y vean la belleza que existe en el cuerpo humano, entenderán el significado de igualdad entre hombres y mujeres.

En mi libro ilustro mujeres porque, como mujer, me siento más identificada. A través de mis ilustraciones he expresado mis emociones.

¿Pueden servir el dibujo y las ilustraciones para educar en igualdad?

El dibujo es un medio de comunicación más, una forma de transmitir pensamientos y emociones. La igualdad ha sido ilustrada por muchos artistas españoles e internacionales a lo largo de los siglos. La artista española Paula Bonet, por ejemplo, usa su arte como voz para expresar este valor entre hombres y mujeres.

La igualdad es un valor que se origina a partir del amor entre los seres humanos. Como ilustrador, para poder educar en igualdad a través del dibujo tienes que sentir ese amor. Yo he aprendido a quererme como soy, con mis defectos y mis virtudes, y quiero a las demás mujeres tal y como son, no juzgo el tamaño de sus curvas o el color de su pelo. En mi libro he ilustrado para educar a las mujeres a ser independientes y quererse. Además, no es sólo un libro para mujeres, también está dirigido a esos hombres que quieran entender cómo somos y qué necesitamos para ser felices.

En tu libro defines ‘statements’ como las recetas prácticas de estados de actitud. ¿Podrías darnos algunos para aplicar en el aula?

Los ‘statements’ los defino como una receta práctica de estados de actitud en calma y felicidad. Una de las recetas que daría para el aula, donde el estudiante se encuentre en un estado de armonía y bienestar sería que disfrute de la atención plena. Disfruta del momento presente y visualiza lo que estás aprendiendo como algo positivo durante el proceso de aprendizaje.

Pilar García de Leániz

También hablas del ‘registro de emociones’: un espacio para pintar y escribir cómo te sientes. ¿Cómo beneficiaría hacer esta práctica en clase?

El registro de emociones es una actividad individual para entender nuestros sentimientos, que juegan un papel muy importante de lo que somos y cómo nos mostramos ante los demás.

Practicar esto en clase sería muy beneficioso para el alumno. Los 5 primeros minutos de clase estarían dedicados a hacer una reflexión personal (escrita o dibujada) de cómo se siente, relacionado o no con la tarea que va a realizar a continuación. Pasada la clase, emplearía los últimos 5 minutos con la misma reflexión pero más relacionada con lo que ha experimentado en clase. Esta actividad podría ayudarle a entender qué le ha llevado hasta ese momento presente, mejora de la atención y una mayor implicación en el aula.

Como buscadora de la tranquilidad, ¿cuál es la ‘receta’ secreta para encontrar paz interior?

La positividad y la meditación. Es importante tener una actitud positiva ante la vida. La positividad y la motivación son fundamentales para encontrar un estado de tranquilidad. Si eres positivo, cualquier actividad será realizada con amor y entusiasmo. No importa cómo de habilidoso seas con la materia, la actitud positiva te traerá esa tranquilidad y confianza. Junto con la meditación, encontrarás ese momento de claridad mental, felicidad y paz interior.

¿Cómo puede ayudar un docente de Plástica en la correcta gestión de las emociones de los estudiantes?

El arte es una forma de expresión, una puerta abierta a las emociones. Un buen docente de Plástica debe comunicar de manera creativa y enseñar con pasión.

Cuando estudié mi Máster de Ilustración, fue eso mismo lo que aprendí de mis tutores: lo bonito de ilustrar, a mi manera, poniendo pasión y entusiasmo. Además de alcanzar los objetivos requeridos para superar con éxito el Máster, entendí mi rol como artista, y aprendí a incorporarlo en mi día a día como un estilo de vida.

Así educo yo ahora: a través del corazón. Enseño como deben de poner en orden sus sentimientos aplicando ciertas técnicas de meditación y respiraciones en clase y les inspiro para que se sientan más seguros y felices cuando dibujan.

Pilar García de Leániz

Para acabar, un pequeño test. ¿Qué te sugieren las siguientes palabras?

  • Creatividad: libertad
  • Feminismo: actitud humana positiva
  • Igualdad: peras y manzanas
  • Dibujos: interpretación
  • Educación: valores y conocimiento

Fuente: https://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/pilar-garcia-de-leaniz/101832.html

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España: Los adolescentes españoles vinculan su felicidad a tener conexión a internet

España/Abril de 2017/Fuente: La Vanguardia

Los estudiantes españoles hacen un uso excesivo de los ordenadores y las redes sociales, mayor que la media de países desarrollados del mundo, lo que repercute directamente en su bienestar emocional y en su rendimiento académico y les provoca un nivel de ansiedad alto: siete de cada diez jóvenes dicen sentirse “realmente mal” si no tienen conexión a internet. En términos generales, pasan cerca de tres horas diarias conectados cualquier día de la semana y más de tres y media los sábados y domingos. Estas son las medias, pero un 22% puede alcanzar en un día más de seis horas en la red. A estos últimos la OCDE los denomina “usuarios extremos” en el informe PISA 2015 sobre el bienestar de los estudiantes que analiza los índices de felicidad de más de medio millón de chavales de 15 años de 72 países y que presentó ayer el director general de la OCDE Andreas Schleicher.

La media mundial de estos usuarios “extremos” aunque inferior a la española también es alta pues se sitúa en el 16%. Estos datos son “preocupantes” dado que los abusos digitales tienen repercusión en las notas, según el informe. Los usuarios extremos españoles obtuvieron de media 35 puntos menos en las pruebas de Ciencias en PISA 2015, y también se muestran menos satisfechos con su vida personal que los alumnos no enganchados.

El alumnado nacional tiene un índice de satisfacción con su vida de 7,4, entre los más altos del mundo

Según el informe, los adolescentes que más navegan por la red participan menos en clase, llegan tarde con más probabilidad y faltan más. Para Schleicher, este es un asunto que requiere el “compromiso” de padres y profesores: “Tienen que esforzarse para que los estudiantes no dependan tanto de internet”. Para ello, propone más dedicación a las actividades físicas dentro y fuera de los centros educativos como forma de favorecer la socialización y generar mayor sensación de bienestar. “Los españoles hacen menos actividades físicas, menos deporte, menos actividades extraacadémicas, que pueden ser instrumentos muy importantes para que la dependencia a internet no sea una forma de escape”, subrayó el director de Educación de la OCDE.

Por primera vez PISA analiza, junto a las competencias académicas de los alumnos, el bienestar de los jóvenes. En este sentido, los estudiantes se encuentran entre los más felices del mundo con un índice de satisfacción con su vida del 7,4 en una lista que encabeza República Dominicana, México, Costa Rica y Finlandia. También tienen una muy buena vinculación con las escuelas (la más alta de la OCDE con un índice de 0,47 sobre 0,5) y con sus profesores, y hablan con sus padres con mayor frecuencia que los adolescentes de otros países. Además dicen sufrir menos bullying que la mayoría (14% frente al 19% de la OCDE). En el lado negativo, muestran poca ambición respecto al resto de congéneres (53 % dice ser ambicioso frente a 71 % OCDE) y si se analiza por géneros, las chicas están 14 puntos por debajo de los chicos.

Además, los estudiantes se estresan más ante los trabajos y exámenes escolares. En este punto, Andreas Schleicher se dirigió a las familias y profesores españoles. “Sería recomendable que los alumnos no tengan la sensación de no saber para qué están aprendiendo”, señaló, “si supieran que lo que aprenden es para algo se reduciría su ansiedad”. Asimismo destacó que en España falta un enfoque más personalizado de la educación porque “no todos los alumnos aprenden igual”.

Fuente: http://www.lavanguardia.com/vida/20170420/421852650363/adolescentes-felicidad-internet.html

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España: Directora de I Máster en Educación Emocional de la UPO aboga por «educadores valientes» para «cambiar el mundo»

Europa/España/18 Marzo 2017/Fuente y Autor: Europa PRESS

La directora ejecutiva de la primera edición del Máster en Educación Emocional e Inteligencias Múltiples de la Universidad Pablo de Olavide (UPO) de Sevilla, Alma Serra, ha manifestado que «necesitamos a personas y educadores valientes para cambiar la educación» y, por consiguiente, «cambiar el mundo», citando palabras del psiquiatra Claudio Naranjo.

Además, considera que existe «la imperiosa necesidad de cambiar la ortodoxa forma de enseñar por procesos adaptados a las actuales necesidades de las familias, de los niños y a un futuro cada día más dinámico, rápido y lleno de incertidumbres». Según recuerda la UPO en una nota, el presente máster, que se realiza en modalidad presencial, tiene como objetivo «conocer, integrar y aplicar las bases de la educación emocional y la teoría de las inteligencias múltiples en los diferentes contextos educativos, así como desarrollar las competencias y habilidades necesarias para saber cómo implementar y acompañar un programa de educación emocional, entre otras necesidades». A juicio de Serra, la principal aportación de la educación emocional es la «reducción del estrés en el alumnado, las familias y los docentes».

Sin dicho estrés, aumenta la capacidad retentiva de los alumnos, su motivación y su atención, al ser capaces de escuchar de una forma activa y facilitar la comprensión de contenidos respetando su estructura cognitiva, al tiempo que se ayuda a los estudiantes para que vayan «desarrollando otras competencias». En síntesis, «sólo se aprende lo que se ama», ha señalado, aludiendo al reconocido pionero en Neuroeducación Rafael Mora.

La profesora considera que en la actualidad existen «tres grandes carencias emocionales» que se ponen de manifiesto en las aulas. Por un lado, la «cada vez menor capacidad de atención»; los problemas en la «autorregulación emocional»; y, en tercer lugar, la falta de motivación o curiosidad por aprender». Alma Serra alerta de que un niño desmotivado y con una inmadura regulación de sus necesidades «está condenado a problemas de aprendizaje o de convivencia» si no hay un adulto que lo remedie a tiempo. Por ello, la educación emocional propone un «replanteamiento» de los principios, valores y pilares de una propuesta «obsolescente» que necesita cambiar para basarse en el respeto a los procesos emocionales de los niños, «facilitando la comprensión de contenidos y respetando la estructura cognitiva de los menores permanentemente en cambio».

ESTRÉS

La profesora advierte de que aprender a través de la propuesta clásica en la que el niño es un mero «contenedor de información» y el docente un instructor que ejerce su autoridad sin tener en cuenta los procesos emocionales de cada etapa genera estrés que, mantenido en el tiempo, «afecta a áreas del cerebro como por ejemplo el hipocampo», encargado de la memoria a corto plazo. Sin embargo, «cuando el niño o la niña se siente respetado, motivado y disfruta de lo que aprende, su organismo genera dopamina, serotonina o endorfinas, hormonas asociadas a la felicidad, por lo que aprende mejor, retiene más información y asocia a mayor velocidad», subraya.

Asimismo, le preocupa que algunas escuelas «mermen la creatividad de sus alumnos mediante la rigidez», si bien explica que hay muchas experiencias de educación formal que ya «están rompiendo esta ortodoxia educativa con unos resultados excelentes». Se trata de centros educativos «con un proyecto innovador, transformador, respetuoso, con docentes motivados y alumnos deseando de aprender» que han vencido la resistencia de un «sistema institucionalizado» que no favorece los cambios, según ha añadido Serra.

Por último, la directora ejecutiva del máster destaca que la educación emocional no es nada nuevo, siempre ha existido, porque educar sin emociones es imposible. «Sólo que ahora somos conscientes de que tenemos que acompañar de otra forma, que el modelo educativo clásico ya no da respuesta a las nuevas necesidades de las familias y, para ello, la nueva educación emocional propone acompañar a los niños en su desarrollo integral enseñándoles no sólo conocimientos instrumentales, sino a desenvolverse en la vida y resolver los conflictos del día a día», rompiendo así con el actual modelo «patriarcal que promueve la meritocracia y la diferencia en lugar de la interdependencia y el respeto», concluye Alma Serra.

Fuente de la noticia: http://www.20minutos.es/noticia/2988114/0/directora-master-educacion-emocional-upo-aboga-por-educadores-valientes-para-cambiar-mundo/

Fuente de la imagen:http://cdn.20m.es/img2/recortes/2017/03/17/441954-944-1259.jpg?v=2017031715170

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Sin educación emocional, no sirve saber resolver ecuaciones

Por ANA TORRES MENÁRGUEZ

Los grados de Magisterio no forman a los profesores en gestión de las emociones, clave para el desarrollo de los niños.

Rafael Guerrero es uno de los pocos profesores de la Universidad Complutense de Madrid que enseña a sus alumnos de Magisterio técnicas de educación emocional. Lo hace de forma voluntaria porque el programa académico de los grados en Maestro en Educación Infantil y Primaria -nombre de la carrera de Magisterio tras la llegada del Plan Bolonia– no incluye ninguna asignatura con ese nombre. “Muchos de los problemas de los adultos se deben a las dificultades en la regulación de las emociones y eso no se enseña en la escuela”, explica Guerrero.

Se trata de enseñar a los futuros maestros a entender y regular sus propias emociones para que sean capaces de dirigir a los niños y adolescentes en esa misma tarea. “Mis alumnos me cuentan que nadie les ha enseñado a regularse emocionalmente y que desde pequeños cuando se enfrentaban a un problema se encerraban en su habitación a llorar, era su forma de calmarse”, cuenta el docente. Inseguridad, baja autoestima y comportamientos compulsivos son algunas de las consecuencias de la falta de herramientas para gestionar las emociones. “Cuando llegan a la vida adulta, tienen dificultades para adaptarse al entorno, tanto laboral como de relaciones personales. Tenemos que empezar a formar a profesores con la capacidad de entrenar a los niños en el dominio de sus pensamientos”.

La inteligencia emocional es la capacidad de sentir, entender, controlar y modificar estados anímicos propios y ajenos, según la definición de quienes acuñaron el término a principios de los noventa, los psicólogos de la Universidad de Yale Peter Salovey y John Mayer. La inteligencia emocional se traduce en competencias prácticas como la destreza para saber qué pasa en el propio cuerpo y qué sentimos, el control emocional y el talento de motivarse, además de la empatía y las habilidades sociales.

Tras revisar los programas académicos de los grados en Magisterio, Pedagogía, Psicología y Psicopedagogía de las univerisdades públicas españolas en 2016, el Grup de Recerca en Orientació Psicopedagògica (GROP) de la Universidad de Barcelona (UB) concluyó que no existe ninguna asignatura específica de educación emocional. “Cuando pensamos en el sistema educativo, por tradición creemos que lo importante es la transmisión de conocimientos de profesor a alumno, a eso se dedica el 90% del tiempo. ¿Qué pasa con el equilibrio emocional? ¿Quién habla de eso en la escuela?”, señala Rafael Bisquerra, director del Posgrado en Educación Emocional de la UB e investigador del GROP.

Los jóvenes con un mayor dominio de sus emociones presentan un mejor rendimiento académico, mayor capacidad para cuidar de sí mismos y de los demás, predisposición para superar adversidades y menor probabilidad de implicarse en comportamientos de riesgo -como el consumo de drogas-, según los resultados de varios estudios publicados por el GROP. “La educación emocional es una innovación educativa que responde a necesidades que las materias académicas ordinarias no cubren. El desarrollo de las competencias emocionales puede ser más necesario que saber resolver ecuaciones de segundo grado”, apunta Bisquerra.

PREVENCIÓN DE TRASTORNOS PSICOLÓGICOS

Las habilidades en inteligencia emocional son un factor importante en la prevención de trastornos psicológicos, concluye el artículo Los efectos a corto y medio plazo de la formación en inteligencia emocional en la salud mental de los adolescentes, publicado en el Journal of Adolescent Health en 2012, y elaborado por un grupo de investigadores de las universidades públicas de Málaga, Huelva y el País Vasco.

«Muchos de los desórdenes psicológicos suelen aparecer durante la adolescencia -como los cambios bruscos de carácter, el abuso de sustancias o los trastornos en la alimentación-. Una de las causas de esos problemas mentales es la incapacidad de gestionar los estados emocionales», señala el estudio, para el que se formó a 479 adolescentes españoles de 13 años en un programa de educación emocional durante dos años.

La inteligencia emocional ayuda en dos campos fundamentales. En el intrapersonal, donde permite reducir la intensidad y la frecuencia de los estados de ánimo negativos causados por acontecimientos adversos del día día; protege del estrés y puede ayudar a mantener un estado de ánimo positivo y así prevenir la ansiedad o la depresión. En un segundo plano, el estudio señala que los adolescentes con altas capacidades para percibir y gestionar sus emociones y las de otros, presentan relaciones con sus familiares y compañeros mucho más satisfactorias y de apoyo.

Los elevados índices de fracaso escolar -el 20% de los jóvenes españoles de entre 18 y 24 años abandona el sistema educativo sin haber finalizado la Secundaria, según datos de Eurostat-, las dificultades de aprendizaje o el estrés ante los exámenes provocan estados emocionales negativos, como la apatía o la depresión, y todo ello está relacionado, según Bisquerra, con deficiencias en el equilibrio emocional. “Focalizar las clases en las capacidades lingüísticas y lógicas exclusivamente se puede considerar una estafa del sistema educativo”, critica el docente, que ha publicado más de 15 libros sobre la materia.

Bisquerra es uno de los precursores en España de la aplicación de la educación emocional al ámbito académico. Cuando empezó a investigar en 1993, aún no existía ese término, que a finales de los noventa usó como título en una de sus publicaciones. Lo que está fallando, según el experto, para que los diferentes niveles educativos no contemplen esos contenidos es la falta de sensibilización, tanto por parte de la administración pública como del profesorado. “La regulación de las emociones consigue que los estímulos que nos rodean nos influyan lo mínimo posible. Nuestro comportamiento depende, en gran medida, de cómo nos sentimos, y ni los profesores ni las autoridades se lo toman en serio”.

En su opinión, el cambio tiene que arrancar con la formación del profesorado, con la transformación del grado de Magisterio. “En la UB no hemos convencido al número de profesores necesario como para modificar el plan de estudios. Lamentablemente, los procesos de cambio educativo son muy lentos”, añade Bisquerra, que en 2005 publicó La educación emocional en la formación del profesorado, donde propone un modelo de asignatura para los profesores de educación Infantil, Primaria y Secundaria con teoría y actividades prácticas.

Los objetivos de la educación emocional, según las guías de Bisquerra, son adquirir un mejor conocimiento de las emociones propias y de las de los demás, prevenir los efectos nocivos de las emociones negativas -que pueden derivar en problemas de ansiedad y depresión-, y desarrollar la habilidad para generar emociones positivas y de automotivarse. En el año 2002 la UB lanzó su primer posgrado en Educación Emocional, que hoy también ofrecen otras universidades públicas como la de Málaga, Cantabria o la UNED, entre otras.

Una de las experiencias piloto en formación del profesorado en educación emocional la lideró en España la Diputación de Guipúzcoa que, entre 2006 y 2010, formó a más de 1.500 docentes de colegios e institutos públicos de la provincia. Bisquerra fue uno de los encargados de coordinar los cursos, así como de elaborar 14 manuales que están disponibles para cualquier docente con decenas de actividades para aplicar en el aula. La Universidad del País Vasco se encargó de evaluar los resultados. “La comprensión y regulación de las emociones por parte de los profesores redujo los niveles de ansiedad y de burnout (en español, síndrome del trabajador quemado)”, indica Aitor Aritzeta, profesor de la Facultad de Psicología de la Universidad del País Vasco. En los alumnos, se redujo la conflictividad en el aula.

En un estudio paralelo liderado por Aritzeta, en el que se formó a un grupo de 200 universitarios en técnicas de inteligencia emocional, se demostró que tras dos años de instrucción los alumnos que habían recibido la enseñanza mejoraban sus resultados en los exámenes una media de 1,5 puntos respecto al resto de estudiantes. “Aprendieron a manejar el estrés y los niveles de ansiedad se redujeron un 18%”, asegura el docente.

Enseñar a los docentes a mirar, escuchar y entender las necesidades de un alumno es el objetivo principal de Rafael Guerrero, profesor de la Complutense con el que arrancaba esta historia. «Puede parecer obvio, pensar que todos los maestros tratan así a los chicos, pero no todos lo hacen. Nadie está dispuesto a reconocer el abandono emocional», señala. Enseñar a los jóvenes a afrontar problemas desde el principio y a desarrollar tolerancia a la frustración. Acabar con la frase «eso son tonterías, ponte a hacer la tarea» es la máxima que Guerrero quiere para sus alumnos y futuros maestros.

Fuente: http://economia.elpais.com/economia/2017/01/27/actualidad/1485521911_846690.html

Imagen: ep01.epimg.net/economia/imagenes/2017/01/27/actualidad/1485521911_846690_1485522074_noticia_normal_recorte1.jpg

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