Venezuela: IVIC dictó curso sobre desarrollo y envejecimiento del sistema nervioso

América del Sur/Venezuela/Prensa Mincyt/IVIC

Los estudios llevados a cabo por el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) aportan luces acerca de las enfermedades asociadas al sistema nervioso central de los seres humanos.

Recientemente, el Laboratorio de Patología Celular y Molecular del Centro de Medicina Experimental del IVIC ofreció el curso de posgrado “Plasticidad, Autofagia, Senescencia Celular y Apoptosis en el Sistema Nervioso Central. Un enfoque integral”, avalado por el Centro de Estudios Avanzados (CEA).

Durante la actividad, el investigador del IVIC y coordinador del curso, Carlos Ayala, destacó que gracias al trabajo conjunto que se viene realizando con expertos de diversos países, como Brasil, Argentina, Chile, México, Colombia, Panamá, Uruguay y Bolivia, se ha logrado avanzar en ese campo.

De acuerdo con Ayala, el curso de capacitación contó con el auspicio del Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo (CYTED) a través de su red de Neurociencia para Latinoamérica (NeuroSur). Este grupo de trabajo está conformado por diversos grupos de investigación de los países formadores de la red que contribuyen con el avance en esta área.

El encuentro fue netamente teórico. conto con la participación de ponentes internacionales, Susana Castro Obregón, investigadora especialista en autofagia y senescencia en el desarrollo y el envejecimiento del sistema nervioso del Laboratorio de Fisiología Celular de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Verónica Piatti, especialista en Neurobiología del Comportamiento y circuitos neuronales de la Fundación Instituto Leloir del Instituto de Investigaciones Bioquímica de Buenos Aires (Argentina).

Además de investigadores nacionales, como Marines Longart, Laboratorio de Neurobiología Celular, Unidad de Neurociencia del Instituto de Estudio Avanzados (IDEA) y Gustavo Benaim, Jefe del Laboratorio de Señalización Celular y Bioquímica de Parásitos del IDEA y del Instituto de Biología Experimental de la Facultad de Ciencias de la Universidad Central de Venezuela;

Asimismo, ponentes que forman parte del grupo de investigadores del IVIC, Mercedes Fernández Mestre del Laboratorio de Inmunogenética de la Unidad de Terapia Celular. La convocatoria para este curso teórico tuvo la participación de 36 estudiantes del CEA.

Enfermedades neurodegenerativas

Para Castro Obregón, la experiencia en el IVIC -que se prolongó por dos días fue muy enriquecedora. “Me ha permitido exponer las características del proceso de autofagia como un mecanismo adaptativo involucrado en el control de la concentración de proteínas anormales que pueden provocar el desarrollo de la enfermedad del Alzheimer o Parkinson. Al mismo tiempo la modulación de la función celular en el desarrollo y el envejecimiento del cerebro”, explicó.

Por su parte, Piatti, explicó sobre los procesos eléctricos en áreas del cerebro, es decir la Plasticidad Neuronal, que permiten la formación de un mapa cuando un individuo se desplaza en un espacio experimental.

Al mismo tiempo, Mercedes Fernández, investigadora del Laboratorio de Fisiopatología del Centro de Medicina Experimental del IVIC, indicó que su línea de trabajo está enfocada en comprender la expresión genética y su variación en los procesos neurodegenerativos. “Cuando la célula envejece y deja de dividirse de manera permanente, entra en un estado metabólico en el que segrega sustancias que pueden causar inflamación y promover el envejecimiento de las células activas vecinas”, acotó.

Estas son células que dejan de dividirse y ocurre cuando se envejece. Se está utilizando, el contrarrestar las mismas, como un mecanismo de terapia para controlar o retrasar el surgimiento de patologías con problemas cognitivos”, acotó Fernández.

Fuente: nota enviada por Prensa IVIC a la redacción de OVE

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Venezuela: Científicos cuestionan el papel de la ciencia y el desarrollo ante la crisis ambiental

América del Sur/Venezuela/Prensa IVIC

Hoy en día, el discurso dominante de la ciencia está siendo objetado por un grupo de científicos venezolanos, quienes la señalan como la responsable de la actual crisis ambiental que enfrenta la humanidad.

Seis estudiosos de la materia se dieron cita en el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) para responder la siguiente interrogante: ¿Está la ciencia a favor o en contra del desarrollo? Partiendo de la premisa de que la ciencia y el desarrollo deberían ir de la mano a fin de encontrar las soluciones a los distintos problemas que aquejan a la humanidad.

Lo que está ocurriendo en el planeta tiene explicaciones, pero dentro del sistema no se permite entender ni transformar el problema. Esta crisis no está dada porque es el devenir de la humanidad, sino que viene dada por una culturalidad que pareciera estar en guerra con la naturaleza y con buena parte de los seres humanos”, aseguró Francisco Herrera, investigador del Centro de Ecología del IVIC y promotor del encuentro.

A juicio del ecólogo del IVIC, la ciencia y el desarrollo son parte del problema, porque mientras todos piensan que hace falta más desarrollo, en el fondo lo que se está diciendo es que hace falta más guerra contra la naturaleza y explotar más a las personas.

Es la crisis ambiental planetaria la que acabará con la vida en la Tierra. “Un capitalismo que requiere de esos recursos naturales para mantenerse creciendo. Unos territorios donde ya no alcanzan para repartir y que la ciencia les dice ‘yo te puedo seguir dando más naturaleza’”, señaló.

De acuerdo con Herrera, “parte de la solución radica en replantearse el problema, comprenderlo, generar conciencia y por último que aparezcan las transformaciones”.

Entretanto, Alexis Lozada, director del Centro de Estudios Ambientales de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV), plantea cómo debería contribuir la ciencia al desarrollo dentro de un nuevo constructo ideológico. Asimismo, propone hacia donde se debe ir.

Para el experto, la obra de Walter Benjamin, Alerta de incendio, la inercia suicida, escrita en 1940, en la actualidad está más vigente que nunca.

Benjamín nos habla desde dos posturas: una, según la cual se debe tener un pesimismo a ese futuro del progreso; y otra, que es el optimismo hacia donde nos puede llevar en caso de no ver lo negativo. ¿La ciencia está al servicio de quién, de los oprimidos o de la burguesía que persigue la acumulación de capitales? Nuestra ciencia no debe seguir apoyando esto”, sentenció Lozada.

Fuente: enviado a redacción OVE

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Publican ilustración venezolana en portada de revista científica internacional

América del Sur/Venezuela/Prensa IVIC

En la imagen se aprecia la mezcla de aceite en agua.

Prensa Mincyt/IVIC

Altos de Pipe, 25 de noviembre de 2019

Por Vanessa Ortiz Piñango

Ilustración: Juan Carlos Granadillo

vortiz@ivic.gob.ve

¿Puede el aceite disolverse en agua? El refrán popular dice que no, pero una reciente investigación venezolana demuestra que no solo es posible, sino que puede ilustrarse.

El producto gráfico de este aporte, ambos elaborados por el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), apareció en la portada de la revista Langmuir, órgano divulgativo de la Sociedad Americana de Química (ACS, por sus siglas en inglés), en su edición del pasado mes de marzo.

La imagen ilustra de manera artística cómo gotas de aceite -más pequeñas que un glóbulo rojo de la sangre- se pueden solubilizar o disolver en agua.

Jhoan Toro-Mendoza, investigador del Centro de Estudios Interdisciplinarios de la Física (CEIF) del IVIC, explicó que en el centro de la gráfica se describe el cambio de tamaño que sufren las gotas de aceite cuando se mueven en el agua, ya que en este proceso van ganando o perdiendo moléculas.

Esto afecta su movimiento, representado en las líneas que siguen a las dos gotas que están frente a la pantalla. Este diseño se inspiró inicialmente en la obra de Vincent Van Gogh, llamada La noche estrellada”, dijo Toro.

El artículo publicado en Langmuir forma parte de los resultados del proyecto de investigación denominado Estudio de los mecanismos de disipación en dispersiones líquido/líquido, que Toro desarrolla junto con Gieberth Rodriguez-Lopez y Yhan O’Neil Williams, también del CEIF del IVIC.

Según Toro, la investigación busca “determinar los factores fisicoquímicos, no relacionados con la fricción, que afectan el comportamiento de sistemas coloidales blandos, como las emulsiones”.

Se llaman coloides a aquellas mezclas donde una partícula está suspendida en un fluido, es decir, en un medio líquido o gaseoso. La palabra proviene del latín colla, que significa pegamento; y emplea el sufijo griego oide para referirse a algo “semejante o en forma de”.

Elementos de la vida cotidiana como la leche, mantequilla y mayonesa, el humo, los detergentes en agua, la espuma de la crema de afeitar, la gelatina y los aerosoles, son todos coloides, al igual que el interior de las células (protoplasma) y el plasma sanguíneo.

Juan Carlos Granadillo, diseñador gráfico de la Oficina de Gestión Comunicacional del IVIC y creador de la pieza, comentó que este trabajo en particular “fue el reto alcanzado por un equipo del cual formo parte”.

A su juicio, el hecho de pertenecer a una dinámica humana tan interesante “le da sentido y valor a la labor que desempeño, a mis horas día a día. A este instante”, dijo.

De igual forma, Granadillo agradeció “la confianza otorgada y la oportunidad de poner una pequeña gota de aceite en el engranaje del desarrollo de nuestra sociedad”.

Fuente: nota enviado a la redacción OVE

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Libro:Jugando también se aprende sobre cambio climático

Editan libro infantil para divulgar el tema en las aulas y los hogares

Jugando también se aprende sobre cambio climático

También se prevé la conformación de una red ciudadana.

América del Sur/Venezuela/Vanessa Ortiz Piñango

Los efectos del cambio climático se sienten en todas partes: olas de calor en épocas de temperaturas frescas, cielos cubiertos de partículas tóxicas, desaparición de plantas o animales, surgimiento de enfermedades extintas, rompimiento de grandes masas de hielo en el Polo Sur, océanos inundados de desechos humanos.

¿Pero qué tanto conoce la gente del cambio climático? ¿Realmente asocian esos desajustes de la naturaleza con un problema global? ¿Sabrán que ese desequilibrio planetario es causado, en parte, por el trabajo que realizan y su estilo de vida? ¿Niños y adolescentes están informados al respecto?

Una forma de mantener a todos al día en este tema, es promoviendo el uso de herramientas didácticas y lúdicas que además de enseñar, diviertan. Ese es el objetivo del libro-juego No al cambio climático. #EmpiezoPorMí, editado por el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (Ivic) en formato digital.

La obra fue concebida como “un ejercicio para contribuir a estimular el sentido holístico en los participantes y, al mismo tiempo, una oportunidad para encontrar respuestas, plantear inquietudes y proponer otras acciones en torno a este importante tema”, afirmó la autora, Ivonne Fernández.

El texto narra la historia de una adolescente de 17 años, quien empezó a investigar en internet acerca del cambio climático, luego de enterarse de alarmantes noticias ambientales. Navegando en la red supo de la existencia de La Guía de los vagos para salvar el mundo, de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que incluye pequeños aportes que las personas pueden dar para combatir este fenómeno, dentro y fuera del hogar.

El libro recrea el juego de su invención, que en la vida real se convierte en una interesante práctica educativa donde los niños mayores de 7 años de edad, junto a sus padres y maestros, pueden ayudar a la Tierra a través de cinco maneras distintas o retos. Para ello, deben formar grupos de trabajo, consultar internet y proponer alternativas ecológicas.

Del dicho al hecho

Según Fernández, el libro-juego ya fue probado por 15 equipos, quienes respondieron la convocatoria lanzada por la Coordinación de Integración de la Ciencia, la Tecnología y los Saberes a la Comunidad (Cictsc) del Ivic, en Mérida. La campaña se efectuó por la red social Twitter, usando la etiqueta #EmpiezoPorMí.

Los participantes conformarán la Red de Aliados de Acción por el Clima (Raac) – Venezuela y “tendrán el importante rol de aportar ideas, opiniones y soluciones para la ejecución de las campañas futuras”, acotó Fernández. También deberán validar los proyectos o actividades que surjan en materia de cambio climático.

Uso de energías limpias y renovables, como la eólica y solar; construcción de biodigestores en granjas, a fin de aprovechar el excremento animal para producir energía eléctrica; reforestación del territorio nacional y empleo de envases reusables en supermercados, charcuterías y carnicerías, llevados por los usuarios, fueron algunas de las sugerencias hechas por los participantes en la fase de prueba del libro-juego.

El equipo de la Unidad de Manejo y Reciclaje de Residuos del Ivic fue uno de los concursantes del libro-juego en esta etapa inicial. Su coordinadora, Carla Alceste, explicó que la iniciativa, además de enganchar al lector con un tema de interés actual y urgente, abarca diversas facetas del proceso de enseñanza y aprendizaje.

Asimismo, aseguró que para lograr un cambio de actitud en las personas es necesario generar conciencia colectiva, “vernos en los demás, salir de nuestro metro cuadrado y transformarnos en una sociedad menos egoísta y superficial. Creo que el aporte de cada ciudadano cuenta más que una política de Estado costosa y compleja”, precisó Alceste.

De principio a fin, el libro cuenta con increíbles ilustraciones, elaboradas por María Gabriela Soto, que impiden abandonar la lectura sin remordimientos. Fue validado por el siguiente personal científico del Ivic: Alexander Briceño, Carlos Méndez, Meimalín Moreno, Pedro Borges, Eloy Sira y Juan Alfonso; mientras que la corrección de textos estuvo a cargo de María Teresa Curcio y Pamela Navarro. Eugenia Romero, Franreinaldo Castellano y Antonio Ballesteros también colaboraron en el proyecto.

La obra No al cambio climático. #EmpiezoPorMí, puede ser consultada y descargada gratuitamente en la página web www.ivic.gob.ve

Fuente: Nota de prensa enviada a redacción OVE

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Venezuela: Ciencia venezolana busca reinventarse.  El modelo universitario también debe ser analizado

América del Sur/Venezuela/ Altos de Pipe, 4 de abril de 2018.- Vanessa Ortiz Piñango

El tiempo jamás trascurre en vano. Altera todo a su paso: hechos, personas, entornos. En este ínterin, se descubren cosas nuevas, muchas se descartan y otras se renuevan. Así es el curso natural de la vida. Dejar constancia de esos hechos es un paso necesario para el aprendizaje. Conserva la memoria de lo sucedido y facilita el autoanálisis. Esta fue la premisa de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales (Acfiman) con el libro Planteamientos para una nueva visión de Ciencia, Tecnología y Educación Superior en Venezuela, editado recientemente en formato digital.

La ciencia venezolana no empezó con la fundación de la Acfiman en 1917, pero su trayectoria de cien años funciona como radiografía de esa actividad generadora de conocimientos y tecnologías a través del método científico. “Es cada vez más reconocida la ciencia como indicador de progreso y de soporte en la producción de bienes en las sociedades civilizadas, por lo que es necesaria la continua revisión del cómo y el porqué de las políticas públicas en la materia, en virtud de las siempre cambiantes condiciones del país y realidades que imponen los escenarios internacionales”, señalan los editores de la obra, Claudio Bifano e Ismardo Bonalde, ambos Individuos de Número de la Acfiman. En el texto, de 585 páginas, se analiza el papel desempeñado por la ciencia y la tecnología en la Venezuela del siglo XX, se evalúa el estado actual del sistema -a la luz de las innovaciones mundiales y los desafíos emergentes- y se proponen diferentes estrategias para intentar aprobar las asignaturas pendientes.

La presidenta de la Acfiman, Gioconda Cunto de San Blas, asegura en el prólogo del libro que a pesar de las deudas históricas del sector, “la fe en un futuro promisorio está patente en quienes escriben con entusiasmo sobre las pautas que deberíamos seguir para achicar la enorme brecha que nos separa de las naciones más desarrolladas del planeta”. Asimismo, la también investigadora emérita del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (Ivic), se pregunta cómo será el panorama nacional dentro de un siglo, en 2117, si finalmente el país habrá despegado hacia la senda del crecimiento sustentable, del bienestar colectivo, del tan anhelado progreso. “No estaremos allí para verlo”, reconoce San Blas.

“Pero en un primer paso hacia la luz, sí podemos trabajar para que nuestra generación y las futuras se abran al camino de la mente, del conocimiento, como materia prima del ascenso del hombre en un mundo que ya hoy se asienta en el intangible e inagotable saber”, precisa. Otra visión de la educación Catorce ensayos conforman esta abultada publicación, elaborados por un nutrido panel de especialistas en sus áreas. Hay sociólogos, economistas, químicos, ingenieros, físicos, biólogos, médicos y comunicadores sociales, pero todos profesores universitarios, precisamente porque la ciencia no es el único tema tratado. “La universidad no es para formar personal solamente, sino también para generar conocimientos y tecnologías.

Y si está estancada, es muy difícil transmitir ideas nuevas sobre ciencia y tecnología”, explica el investigador del Centro de Física del Ivic y coeditor de la obra, Ismardo Bonalde. A diferencia de lo que ocurre en las naciones más avanzadas, el modelo de educación superior venezolano y latinoamericano se ha limitado a impartir información. “El profesor universitario es evaluado por enseñar, no por generar conocimientos”, afirma Bonalde.

Según el investigador del Ivic, esa realidad tiene que ser transformada. “Es absolutamente indispensable que las universidades nacionales sean orientadas hacia la generación, preservación y difusión del conocimiento y el desarrollo de la creatividad e intelectualidad”, insiste Bonalde en el libro. Además, las casas de estudios superiores deben, a juicio del científico, “incentivar y apoyar el crecimiento de la tecnología y la innovación, sin tener necesariamente que involucrarse en la generación de bienes y servicios”.

El vínculo entre ciencia, tecnología, economía y productividad tampoco escapó del autoanálisis de la Acfiman. “Pasar de una idea o descubrimiento a un producto, proceso o servicio en el mercado involucra a diferentes actores y requiere recursos de múltiples fuentes”, aclara en su artículo Sary Levy-Carciente, economista experta en macroeconomía financiera y miembro de la Junta Directiva de la Academia Nacional de Ciencias Económicas.

A su criterio, “la brecha de financiamiento y conocimiento que existe entre estos dos extremos, conocida coloquialmente como el ‘valle de la muerte’, impide que muchos descubrimientos prometedores lleguen a la etapa de comercialización”. Planteamientos para una nueva visión de Ciencia, Tecnología y Educación Superior en Venezuela puede descargarse en la página web de la Academia www.acfiman.org o haciendo clic aquí.

Fuente: texto enviado a la redacción de OVE

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Venezuela: Reconocen aportes de las ciencias sociales en Latinoamérica

Venezuela/14 de Agosto de 2017/VTV

Con el premio John Desmond Bernal 2017, otorgado por la Sociedad de Estudios Sociales de la Ciencia de Estados Unidos, fue galardonada la investigadora emérita del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (Ivic), Hebe Vessuri.

Los aportes de la investigadora -de nacionalidad venezolana y argentina- han sido significativos para la comprensión de las dimensiones sociales de la ciencia y la tecnología, y el motivo del reconocimiento que por primera vez se otorga a un profesional de Latinoamérica.

Premio a la distinción

El premio John Desmond Bernal se concede a destacados investigadores y académicos cuyas carreras han sido dedicadas a la comprensión de las dimensiones sociales de la ciencia y la tecnología.

El reconocimiento ha sido entregado sin interrupción desde el año 1981 y no es hasta 2017 cuando se le otorga a un investigador de origen latinoamericano.

“El trabajo de Vessuri encarna el alcance global y la importancia de los estudios sociales de la ciencia en diversos contextos organizativos y políticos, vinculando a investigadores e instituciones gubernamentales en nuevos desafíos”, se lee en el sitio web oficial de la Sociedad de Estudios Sociales de la Ciencia.

Perfil de la científica

Foto: Archivo
Foto: Archivo

Vessuri es pionera en los estudios latinoamericanos en el campo de la ciencia. Como antropóloga ha tenido una carrera prolífica, ha publicado 31 libros de su autoría, cientos de artículos científicos e informes  gubernamentales escritos en español, inglés, francés y portugués.

La científico social presidió la Comisión de Ciencia, Tecnología y Desarrollo (1981 – 1985) del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales y fue presidenta del Consejo de Gobierno de la Universidad de las Naciones Unidas en 2009. De igual manera, fue miembro del Comité Científicos del Instituto de Nuevas Tecnologías de la UNU entre 1996 y  2002 e integrante de la Comisión de Ética en la Ciencia de la Unesco (2008 – 2015). También ejerció el cargo de vicepresidente del Comité Científico del Foro de la Unesco para la Educación Superior, la Investigación y la Gestión desde el año 2003 hasta 2010.

En la actualidad se desempeña como investigadora visitante en el Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental de la Universidad Autónoma de México e investigadora principal del Conicet en el Instituto Patagónico de Ciencias Sociales y Humanas.

Trayectoria en el país

Llegó a Venezuela en el año 1976 y se incorporó a la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Central de Venezuela (FACES-UCV) como profesora de la cátedra de Antropología Social en la Escuela de Sociología y Antropología Cultural.

Posteriormente, ingresó al área de Ciencia y Tecnología del Centro de Estudios para el Desarrollo (CENDES), que pertenece a la UCV, donde fundó la Maestría en Política y Gestión de la Innovación Tecnológica.

 Fue jefa del Centro de Estudios de la Ciencia del Ivic desde 1992 hasta 2010, fundando el programa de postgrado en Estudios Sociales de la Ciencia (Maestría y Doctorado) 1993; actualmente es Investigadora Emérita del referido instituto científico venezolano.

Fuente: Prensa-Ivic

Foto: Prensa-Ivic

Fuente: http://vtv.gob.ve/reconocen-aportes-de-las-ciencias-sociales-en-latinoamerica/

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Venezuela: Estudios de posgrado del Ivic arriban a 45 años.

A partir del año 2017, el CEA ofrecerá un nuevo espacio académico para el reencuentro de la comunidad ivicense: la Cátedra “Bolívar y Bello”

América del sur/Venezuela/20.12.2016/Autor y Fuente:http://www.mppeuct.gob.ve/

La formación de personal ha sido prioritaria para el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (Ivic) desde su fundación en 1959. Sin embargo, no fue sino hasta 1971 cuando se formalizaron los cursos de posgrado con la publicación del reglamento en la Gaceta Oficial N° 29.689 del 18 de diciembre.

Hoy en día, 45 años más tarde, los resultados son palpables: más de 1.300 profesionales egresados en distintas áreas del conocimiento. “El aporte en la formación de la generación de relevo ha sido esencial en función de dar respuesta a las necesidades del país”, aseguró el director del Ivic, Eloy Sira Galíndez.

Durante la celebración del cuadragésimo quinto aniversario del Centro de Estudios Avanzados (CEA), Sira recordó que su relación con el Ivic empezó cuando desarrollaba el Doctorado en Física, por lo que manifestó sentirse muy orgulloso. “Muchos fuimos formados por el CEA, la vida del CEA son sus estudiantes”, dijo.

Asimismo, explicó que aunque no es fácil hacer investigación científica, principalmente por la dedicación exclusiva, el nivel de concentración y la infraestructura que ella demanda, se requieren más grupos de especialistas como los científicos, quienes están llamados a luchar por un mundo más justo.

“La ciencia que no es neutra, que tiene una ideología y que esa ideología es construir una sociedad donde todos tengamos las mejores condiciones de vida, esa es la ciencia que puede transformar la realidad”, precisó Sira.

Pasar del laboratorio a la masificación del producto o servicio sigue siendo un punto neurálgico en Venezuela, pues implica una compleja cadena de actores. “La capacidad del Ivic está a la disposición del país para salir adelante y nos permita superar el rentismo petrolero y la poca productividad en lo industrial”, dijo.

Huellas que guían el futuro

La primera promoción de posgrado del Ivic data del año 1973 y estuvo conformada por 11 Philosophus Scientiarum y 6 Magíster Scientiarum. La intención era reducir el número de estudiantes graduados en el exterior, como ocurrió con Andrés Soyano, investigador del Centro de Medicina Experimental.

Soyano ingresó al Ivic en 1971, antes de la formalización de los posgrados, razón por la cual fue enviado a la Universidad de Harvard, en los Estados Unidos, para terminar el Doctorado en Patología Experimental.

Evocando el pasado, instó a los jóvenes a continuar batallando “con la idea de formarse bien. La situación es difícil pero cambios van a haber, nada dura para siempre. Después de que uno está formado, ya verá cuál es el camino que más le conviene”, acotó.

El CEA ha sido dirigido por 15 personas, de las cuales solo una mujer ha tenido esta importante responsabilidad. Se trata de Aileen Lozsán, investigadora del Centro de Estudios Interdisciplinarios de la Física (Ceif), quien ejercerá sus funciones hasta el 2019.

“Me siento muy halagada de ser la primera decana del CEA. Entre tantas, me seleccionaron a mí con una responsabilidad muy grande, porque tengo predecesores a los que tengo que valorar, respetar y hacerle honor”, afirmó durante el evento aniversario.

De igual forma, invitó a las nuevas generaciones de científicos a imitar la creatividad e innovación de los fundadores del Ivic y de los posgrados del CEA. “A los que están estudiando les digo que hay que seguir construyendo, siendo optimistas y dar lo mejor de nosotros para la construcción de este país”, precisó Lozsán.

El portafolio del CEA incluye 14 cursos de posgrado en las modalidades de Magíster Scientiarum y Doctorado en Ciencias dirigidos a personas naturales (venezolanas o extranjeras) graduadas en Licenciatura, Maestría o equivalentes. Estos abarcan las áreas de Antropología, Ecología, Física, Inmunología, Biología de la Reproducción Humana, Matemáticas, Química, Física Médica, Fisiología y Biofísica, Bioquímica, Microbiología, Estudios Sociales de la Ciencia, Modelos Aleatorios y Genética Humana.

Desafíos en puertas

A partir del año 2017, el CEA ofrecerá un nuevo espacio académico para el reencuentro de la comunidad ivicense: la Cátedra “Bolívar y Bello”.

Según el vicedecano del CEA, David Coll, esta asignatura contempla la realización de talleres, congresos, conferencias, cursos, exposiciones y demás actividades de extensión que faciliten la conexión entre el ámbito científico y el aspecto humano.

Fue bautizada de esa manera “como un homenaje a la Plaza Bolívar y Bello del Ivic y porque muestra la relación docente-estudiante que mantenían Simón Bolívar y Andrés Bello”, informó Coll.

Durante la presentación oficial de la cátedra, la jefa del Centro de Estudios de la Ciencia del Ivic, Yajaira Freites, aseguró que ambos personajes históricos -de alcance universal- han influido notablemente en la cultura venezolana. “La independencia intelectual y científica la estamos construyendo todavía”, indicó.

La celebración del 45° aniversario del comienzo formal de los posgrados del Ivic también fue propicia para honrar la trayectoria de sus promotores. Fulgencio Proverbio, Carlo Caputo y Werner Wilbert fueron reconocidos como Decanos del CEA.

Por su parte, Ajoy Banerjee fue premiado como el docente con el récord de tiempo dictando clases de posgrado en el Ivic, con un total de 3.284 horas académicas acumuladas desde el año 1975.

Fulgencio Proverbio igualmente recibió el reconocimiento como el docente con el mayor número de estudiantes graduados, con 40 alumnos titulados desde 1977.

Áreas pioneras como Biología, Química, Física y Genética Humana también fueron galardonadas, a través de figuras clave como Manuel Rieber, Gabriel Chuchani, Máximo García Sucre y Sergio Arias, respectivamente. Cabe destacar que el Doctorado en Genética Humana es el único de Venezuela.

Finalmente, María Corina Pineda fue premiada por sus años de servicio al frente de la coordinación académica del CEA.

Fuente: http://www.mppeuct.gob.ve/actualidad/noticias/estudios-de-posgrado-del-ivic-arriban-45-anos

Imagen: http://www.mppeuct.gob.ve/sites/default/files/styles/medium/public/media/images/inbox38571-1024×518.jpg?itok=JU3PELEn

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