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Clade: Las voces de las niñas y los niños son elemento clave para detener la violencia ejercida contra la infancia

Por: redclade.org.

Nuevo informe global recopila las voces de casi 5.500 niñas y niños de 15 países. Nueve de cada diez creen que reconocer sus derechos es un factor esencial para prevenir la violencia

Se lanza hoy el informe global “Small Voices Big Dreams 2019: La violencia contra la infancia explicada por niñas y niños”. El estudio es una iniciativa de la alianza ChildFund, de la que la Fundación Educación y Cooperación (EDUCO) es miembro. El documento resulta de una encuesta a cerca de 5.500 niñas y niños de entre 10 y 12 años de 15 países, así como 21 entrevistas grupales. Sus hallazgos revelan datos alarmantes respecto a las percepciones sobre la violencia y los esfuerzos que deben hacer las personas adultas para proteger las niñas y los niños.

De cara al 30º aniversario de la Convención sobre los Derechos de la Niñez de la ONU, que se celebrará el 20 de noviembre, el estudio hace un llamamiento para que se tenga en cuenta a las niñas y los niños en la toma de decisiones sobre los temas que les afectan, sobre todo en la prevención de la violencia. Además, se insta a los líderes mundiales a escuchar a los niños y las niñas, y a actuar según sus recomendaciones.

Según el documento, más del 40% de niñas y niños en todo el mundo cree que no están suficientemente protegidas/os contra la violencia, siendo las niñas las que expresan mayor percepción de esta inseguridad. Además, uno de cada dos piensa que en su país no se escucha su opinión sobre cuestiones que les importan.

Los niños y las niñas que se entrevistaron destacaron tres motivos principales para la violencia: la vulnerabilidad de la infancia; el ciclo de la violencia perpetuado en la sociedad y normalizado desde el hogar; y la pérdida de autocontrol debido al consumo de sustancias por las personas adultas. También relatan que en las situaciones de violencia casi siempre hay una asimetría de poder entre víctima y agresor, y más de la mitad dice que la violencia tiene lugar porque las niñas y los niños no pueden defenderse de las personas adultas o de sus pares con mayor edad.

Algunos de los hallazgos más significativos del estudio son:

  • Uno de cada dos niños y niñas dice que en su país las personas adultas no escuchan su opinión sobre cuestiones que les importan;
  • Nueve de cada diez creen que lo más importante que pueden hacer las personas adultas para acabar con la violencia contra la infancia es amar más a los niños y las niñas y escuchar lo que tienen que decir;
  • Más del 40% cree que los niños y niñas no están suficientemente protegidos/as contra la violencia en el país donde viven;
  • Más de dos tercios de los niños y niñas que se escucharon (69%) rechazan la violencia como herramienta educativa;
  • Solo el 18,1% de los niños y las niñas cree que las personas que les gobiernan les ofrecen protección contra la violencia.

Según José María Faura, director general de EDUCO, ningún niño o niña es inmune a la violencia.  “En muchos lugares del mundo los niveles de violencia ejercida contra la infancia son endémicos. Sabemos que cuando los niños y niñas experimentan situaciones de violencia, ya sea física, sexual o emocional, estas pueden tener un impacto catastrófico sobre su autoestima, su desarrollo cognitivo y su capacidad para alcanzar el pleno potencial”, afirma.

Eso ocurre, destaca Faura, porque son físicamente más pequeños/as y se les percibe como una presa fácil. “Por eso necesitamos empoderar a niños y niñas para que participen en el proceso de toma de decisiones. Los niños y niñas deben ser tenidos en cuenta en el desarrollo de cualquier política o acción dirigida a dar apoyo a la infancia”, concluye el director general de EDUCO.

Descarga el estudio completo aquí.

Contexto regional: educación y cuidado en la primera infancia

La importancia de asegurar el derecho a la participación de las niñas y los niños y respetar el interés superior de la niñez es una de las recomendaciones que salen de un estudio regional sobre la educación y el cuidado en la primera infancia en América Latina y el Caribe, que fue lanzado recientemente por la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE), en conjunto con Organización Mundial para la Educación Preescolar (OMEP) – Vicepresidencia Regional para América Latina – y EDUCO.

Fuente del documento: https://redclade.org/noticias/las-voces-de-las-ninas-y-los-ninos-son-elemento-clave-para-detener-la-violencia-ejercida-contra-la-infancia/

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UNICEF: Uno de cada tres jóvenes ha sido víctima de acoso cibernético

Redacción: Noticias ONU

Las redes sociales como Facebook, Instagram, Snapchat y Twitter son los lugares más comunes para este tipo de acoso que no se limita a jóvenes de altos ingresos y se puede encontrar desde el África Subsahariana hasta América Latina. También se realizan grupos en línea y de mensajería instantánea para intimidar. UNICEF pide medidas para acabar con este flagelo.

Una encuesta realizada por el Fondo de la ONU para la Infancia en 30 países y a más de 170.000 estudiantes reveló que uno de cada tres jóvenes ha sido víctima de acoso cibernético, y uno de cada cinco ha tenido que faltar a la escuela por esa razón.

El estudio fue realizado conjuntamente por UNICEF  y la oficina de  la Representante Especial de la ONU sobre la Violencia contra los Niños, Najat Maalla Mjid, a través de la herramienta U-Report, que les permitió participar de manera anónima a través de SMS y mensajes instantáneos. 

Casi tres cuartas partes de los encuestados dijeron que las redes sociales como Facebook, Instagram, Snapchat y Twitter son el lugar más común para este tipo de acoso.

«Las aulas conectadas significan que la escuela ya no termina una vez que un estudiante abandona la clase y, desafortunadamente, tampoco lo hace el acoso escolar. Mejorar la experiencia educativa de los jóvenes significa tener en cuenta el entorno que encuentran tanto en línea como en otro lugar», dijo la directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore.

A los jóvenes también se les preguntó quién debería ser responsable de acabar con el acoso. Un 32% aseguró que los Gobiernos, un 31% los mismos jóvenes y un 29% las empresas de internet.

ONU/Kim Haughton
Escultura de la exposición Cyber Cocoon Kids. Los artistas Kevin Wang y Xie Long la crearon para representar el aislamiento potencial que pueden sentir los niños con el ciberacoso.

«Uno de los mensajes clave que podemos ver claramente en sus opiniones es la necesidad de la participación y asociación de niños y jóvenes. Estamos juntos en esto y debemos compartir la responsabilidad en sociedad», dijo Maalla Mjid.

Los resultados de la encuesta también desafían la noción de que el ciberacoso entre  compañeros de clase es una situación exclusiva de las escuelas para jóvenes de altos ingresos.

El 34% de los encuestados en el África subsahariana dijeron ser víctimas de acoso en línea, y alrededor del 39% dijo que conocía grupos de chat privados dentro de la comunidad escolar, donde los niños comparten información sobre sus compañeros con el propósito de intimidar.

Acabar con la violencia

Como parte de la campaña de UNICEF #ENDviolence (acabar con la violencia) en y alrededor de las escuelas, niños y jóvenes de todo el mundo redactaron un Manifiesto de la Juventud en 2018, pidiendo a los gobiernos, maestros, padres que garanticen que los estudiantes se sientan seguros dentro y fuera de las aulas, y que incluya a internet.

«En todo el mundo, los jóvenes de los países de ingresos altos y bajos nos dicen que sufren acoso en línea, que les afecta a su educación y que quieren que se detenga», dijo Fore. «Al conmemorar el 30 aniversario de la Convención sobre los Derechos del Niño, debemos asegurarnos de que estas garantías estén a la vanguardia de las políticas de seguridad y protección digital», agregó.

Más de 170.000 jóvenes de 13 a 24 años participaron en la encuesta  de U-Report, incluidos jóvenes de Albania, Bangladesh, Belice, Bolivia, Brasil, Burkina Faso, Costa de Marfil, Ecuador, Francia, Gambia, Ghana, India, Indonesia, Iraq, Jamaica, Kosovo, Liberia, Malawi, Malasia, Malí, Moldavia, Montenegro, Myanmar, Nigeria, Rumania, Sierra Leona, Trinidad y Tobago, Ucrania, Vietnam y Zimbabwe.

Para ayudar a terminar con el acoso y la violencia en línea, UNICEF llama a las autoridades a:

•    Implementar políticas contra el acoso y el ciberacoso.

•    Establecer líneas telefónicas de ayuda nacionales para niños y jóvenes

•    Promover estándares y prácticas éticas entre los proveedores de redes sociales

•    Recopilar datos sobre el comportamiento en línea de niños y jóvenes para informar y orientar políticas.

•    Capacitar a los maestros y padres para abordar el acoso cibernético y el acoso escolar, particularmente para grupos vulnerables.

Fuente: https://news.un.org/es/story/2019/09/1461612

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Grupo de participantes

Educación para la salud: El programa Pajeps cumple 25 años

Noticia originalmente publicada en Diario Médico

Los jovenes aplican la formación en sus respectivas CCAA

Más de 800 jóvenes se han formado ya como agentes de salud con el programa de Fundadeps, programa que consiste en una semana de formación y posterior aplicación en sus comunidades autónomas.

Una vez concluida la formación, los agentes de salud desarrollarán intervenciones entre el colectivo de jóvenes en sus comunidades autónomas, de la mano de las organizaciones que han avalado su presencia en PAJEPS.

Según explican desde la Fundación, este programa “introdujo el concepto de Agente de Salud dentro de la formación e intervención de jóvenes con jóvenes, que se basa en la comunicación directa entre iguales”. Hasta el momento este programa ha formado a más de 800 jóvenes que “de la mano de las universidades, asociaciones juveniles, clubes y ayuntamientos han trabajado en sus territorios para promover hábitos saludables en los jóvenes”.

Educación para la salud

María Sáinz, médico especialista en Medicina Preventiva, directora de Fundadeps y fundadora de Pajeps, explica que propuso el programa en el año con tres objetivos. El primero es “la formación en educación para la salud a jóvenes que procedían tanto del área de ciencias de la salud, como aquellos que tenían un gran interés en transmitir a otros jóvenes todos los aspectos preventivos y promotores de la salud”.

El segundo es “que los jóvenes tuvieran un aval de la educación para la salud a través de Fundadeps”. Sáinz comenta que “normalmente los jóvenes salen de la universidad o de los centros formativos con su título, pero luego no hay nadie que les presente para hacer actividades de este tipo. Muchos quieren hacer intervenciones educativas en centros escolares o en campamentos juveniles en los temas de interés, de joven a joven, de tú a tú”. Por ello, comenta que tienen convenios con los scouts y otras organizaciones de jóvenes.

Por último, Sáinz cuenta que “la salud es un tema que nos interesa a todos y me daba mucha rabia que solamente se hicieran programas circunscritos a las comunidades autónomas”. Explica que este programa tiene la ventaja de que une a jóvenes de todo el país: “Lo fundamental era que nuestros jóvenes, promotores de salud, se dieran cuenta de la importancia de la salud independientemente del territorio de donde procedían”.

Por otro lado, Irene Ramos y Marta Rodríguez, coordinadoras de PAJEPS, explican que “el objetivo principal del programa es promocionar hábitos de vida saludables entre la población juvenil”. Nuestro modelo cuestiona las intervenciones adultocéntricas y posiciona a los jóvenes como agentes de cambio, capaces de realizar intervenciones entre iguales, sensibilizando y promoviendo acciones de prevención desde los jóvenes y para los jóvenes. Son ellos quienes deciden qué tipo de intervenciones realizar, con qué grupos juveniles y en qué temáticas.  La semana de formación y convivencia les permite conocer de la mano de expertos cuáles son las últimas iniciativas que se están realizando con juventudes en diferentes temáticas de educación para la salud, las pueden vivir para luego adaptar y replicar.

Los participantes

Cada año participan 35 jóvenes, cuya selección se basa en cinco criterios: formación académica, experiencia de voluntariado, cursos complementarios, experiencia con jóvenes y experiencia en salud. Teniendo un gran peso el voluntariado previo y la experiencia de trabajo con jóvenes.

María Sainz, fundadora de Fundaeps y Pajeps, en la inauguración del programa Pajeps 2019.

María Sainz, fundadora de Fundaeps y Pajeps, en la inauguración del programa Pajeps 2019.

La formacion académica de los participantes es muy variada. Por ejemplo, en esta edición ha habido jóvenes con Psicología, Educación Social, Educación infantil/primaria, Medicina, Grado Medio de Emergencias Sanitarias, Cocina, Integración Social, Dietética, Enfermería, Publicidad/Periodismo, Farmacia, Nutrición, Trabajo social, Pedagogía Hospitalaria, Sociología, Secundaria y Bellas Artes.

Temas en salud

Cada año durante la semana de inmersión, los participantes se forman en aquellos hábitos que más influyen sobre la salud de adolescentes y jóvenes, así como en los temas que más dudas e interés plantean desde sus foros de debate.

Según explica Sáinz, cada año se van introduciendo cambios en los temas a tratar “en función de la demanda y la realidad de los propios participantes”.

La directora explica que, desde el comienzo, “se han mantenido las líneas clásicas del conocimiento que nos ha demandado siempre la juventud: tema de alimentación y nutrición, los aspectos afectivo-sexuales, la prevención de drogasprevención de accidentes de tráfico…”. Comenta también que se han ido sumando otros temas “con el paso de los años, la evolución y la demanda de los jóvenes, se han introducido temas como la salud y el medio ambiente o la perspectiva de género.”

Este año el programa formativo ha incluido las siguientes sesiones:

  • Educación para la Salud (EpS), con Marta Rodríguez.
  • Metodología de Intervención en EpS, con Antonio Rivas.
  • Técnicas de Intervención, con Irene Ramos.
  • Técnicas de Comunicación, con Lars Bonell.
  • Educación Afectivo-Sexual, con Carlos de la Cruz.
  • Violencia de Género en el Noviazgo, con Marcela Gracia.
  • VIH Desmintiendo Mitos, con José Fley.
  • Diversidad Sexual y de Género, con Pau y Eloy García.
  • Prevención de Adicciones y Reducción de Daños, con César Gil.
  • Alimentación Saludable, con Vanessa Mañoso.
  • Naturaleza y Bienestar, con José Antonio Corraliza.
  • Primeros Auxilios, con Alberto Blanco.
  • Recursos Psicoemocionales, con Irene Ramos y Marta Rodríguez.

Rodríguez y Ramos explican que todos los módulos del programa tienen un carácter eminentemente práctico: “La metodología de formación práctica es un aspecto esencial desde el principio, apostando por experiencias más que exposiciones teóricas. Se trata de que puedan vivir experiencias de sensibilización en educación para la salud para que puedan replicarlas. El programa conlleva sensibilizarse hacia una mirada integrativa de la educación para la salud y aprender formas concretas de diseñar intervenciones juveniles.”

“La formación estándar universitaria suele llevarnos a ser expertos en una sola área, estudias psicología pero no educación, haces un máster en sexualidad pero no en adicciones… En este programa, las/os participantes tienen la oportunidad de abordar la complejidad de las dinámicas de salud, actualizándose en temáticas diversas a su área de especialización y que sin embargo están interrelacionadas cuando hablamos de salud. Además, al ser una formación presencial durante una semana, la convivencia también favorece el desarrollo de habilidades de liderazgo, comunicación y participación ciudadana, es una experiencia muy diferente a realizar una formación presencial común. Se conoce a personas de todo el territorio español, de trayectorias muy diferentes a la propia, se comparten experiencias, aprendizajes en el trabajo realizado con jóvenes, se generan lazos muy profundos. El programa apuesta por el trabajo interdisciplinar, aunando diferentes visiones, formaciones y perspectivas para enriquecer la experiencia”, añaden las coordinadoras.

Experiencia personal

Sara Fernández, una participante del programa, ha contado a DMJ su experiencia en PAJEPS: “Cuando mandé el currículo y la ficha de adhesión pensé que podría aprender, pero no me imaginaba que podría aprender tanto”. Añade que, pese a haber estudiado mucho sobre Educación para la Salud por su profesión, la enfermería, “siempre lo había hecho desde una perspectiva teórica y con un modo de llegar a la gente mucho menos eficaz”

“Durante la parte teórica del programa en Madrid me propuse escuchar y ser una esponja para absorber toda la información, reflexiones, debates, temas nuevos…. Cuando llegué a mi ciudad vine cargada de energía, de motivación, de ilusión, de curiosidad, de ganas de aprender más y hacer intervenciones con las gafas con las que me enseñaron a ver la Educación para la Salud”, comenta la participante.

Sobre la semana de formación, Fernández comenta que fue “muy intensa y especial”: “Personas de distintas profesiones hablando sobre un mismo tema: la Educación para la Salud. Conocer los distintos puntos de vista hizo que todos ampliásemos nuestra visión y fuese una experiencia muy enriquecedora”.

“Fue una semana de aprendizaje continuo que no solo influye en las personas que participamos en el programa sino también en nuestro entorno, con esa segunda parte práctica en la que se desarrollan las intervenciones. Se aprende, no solo de los grandes expertos que nos dan los talleres, sino también de los propios compañeros/as que participamos como futuros/as agentes”, añade.

Aplicación de la educación para la salud

Por otro lado, la participante cuenta que, tras terminar la semana de formación, realizó dos actividades hasta el mes de diciembre: un taller grupal para residentes de enfermería y medicina familiar y comunitaria sobre Educación para la Salud “resumiendo los aspectos más importantes que había descubierto en Pajeps e invitando a la Asociación de Menores Transexuales de la comunidad para que nos hablara de la diversidad de género”; y “coincidiendo con el Día Mundial de la Diabetes, desarrollamos en el centro de salud una mesa informativa sobre esta enfermedad y una consulta para determinar mediante un test el riesgo de padecerla y dar consejo breve sobre actividad física y alimentación”.

Durante el año siguiente, Fernández cuenta que siguió realizando actividades de Educación para la Salud: “He impartido un curso de introducción a la Educación para la Salud dirigido a médicos y enfermeras de mi área de salud. En el centro de salud hemos realizado dos talleres de siete sesiones de mente activa para personas mayores y de cuidando al cuidador; además, hemos puesto otra mesa informativa el Día Mundial de la Prevención del Cáncer de Colón. También hemos salido a la comunidad a dar talleres de RCP y primeros auxilios en una asociación de personas con dificultades intelectuales y a otra asociación de personas en tratamiento por adicción a drogas. Poajepstro lado, estoy participando en un proyecto para personas con diabetes con las que salgo a caminar dos horas todos los viernes. Y, a partir de septiembre, tengo previstas otras actividades diferentes”.

En definitiva, la participante comenta que, gracias al programa, encontró “una forma más eficaz de llevar a las personas la Educación para la Salud”. Explica que se ha puesto como requisito las intervenciones que realiza “sean con sentido y bien hechas, con metodología correcta y preguntando las necesidades de la población a la que va dirigida y con una evaluación en cada una de ellas para poder mejorarlas”.

“Pajeps ha sido como regar y nutrir una semillita que ha ido creciendo. Estoy muy agradecida de haber tenido la oportunidad de participar en este programa porque ha sido una experiencia personal impresionante pero también un antes y un después en la forma de trabajar y de entender mi profesión: la enfermería”, concluye.

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Los motivos por los que los jóvenes de Benín alzan la voz

Redacción: El País

Diversos colectivos del país africano se reúnen por primera vez para luchar por la defensa de los derechos humanos y hacer oír sus reivindicaciones

“Hay que dejar claro que uno de los principales problemas que afrontamos los jóvenes en Benín es la falta de empleo. Nos esforzamos durante años en formarnos. Es un gran sacrificio económico para nosotros y para nuestras familias y al final no encontramos un empleo digno. Si optamos por emprender y montar nuestro propio negocio, se nos niega la financiación. Además, no se nos escucha, no hay plataformas donde hacer oír nuestra voz”, explica Arouna Karim Kpera, presidente de AJEG una organización de jóvenes que agrupa y ayuda a aquellos que no encuentran trabajo al finalizar la universidad.

Es uno de los muchos grupos creados en el norte de Benín para canalizar la voz de los jóvenes, las mujeres o los campesinos, entre otros colectivos. 30 de ellos se reunieron el pasado mes de febrero por primera vez en su historia en la ciudad de Nikki, en el norte del país, para compartir inquietudes y buscar líneas de trabajo en común con las que reivindicar sus derechos y crear una plataforma que permita canalizar sus demandas hasta las personas que toman las decisiones en el país. Un encuentro auspiciado y facilitado por la Fundación Salvador Soler y la ONG OAN International.

“La situación de los derechos humanos en este país es para reírse”, y de hecho Zouliatou Alidou Issaka suelta un par de carcajadas sonoras antes de continuar con su discurso. Ella pertenece a Groupement des Femmes, una asociación de mujeres jóvenes. “En Benín no tenemos eso. Son los que están en el poder, los políticos, los que escriben manuales sobre eso. Pero nosotros no tenemos ningún derecho, los derechos humanos no existen para los pobres. Somos los pequeños y, a pesar de eso, intentamos salir adelante”.

“En Benín las mujeres sufrimos mucho por la falta de medios”, continúa Issaka. “Los maridos no nos dan los medios para levantarnos, para llevar a los niños al colegio. Los padres no son capaces ni de dar el desayuno o la comida a sus hijos. Cada vez que el niño necesita algo, como una fotocopia para el colegio, somos nosotras las que nos ocupamos de ello”. Por eso desde Groupement des Femmes organizan actividades y promueven pequeños negocios para que “las mujeres podamos salir adelante y nos empoderemos. Queremos que se nos escuche y se nos haga caso”.

Nosotros no tenemos ningún derecho, los derechos humanos no existen para los pobres. Somos los pequeños y, a pesar de eso, intentamos salir adelante

“El desempleo juvenil es muy alto en Benín”, insiste Zoulkarnaïne Yinde, de la ONG Jedes Besen Sia. “El gobierno nos empuja a ser emprendedores, pero no pone los medios para que tengamos acceso a la financiación. Tienes que tener tu propio dinero para emprender. ¿Quién puede permitirse eso? Los de siempre. Tenemos formación, pero no tenemos los medios para ponerla en práctica”.

En Benín, el 70% de los jóvenes entre 15 y 35 años solo encuentran trabajo en el sector informal, como apunta el PNUD. Son personas con trabajos muy precarios. Estos datos darían a entender que en el país africano el problema del subempleo es más fuerte que el del desempleo, que alcanza al 30% de ese grupo de edad. Los trabajos del llamado sector informal facilitan solo la supervivencia diaria de las personas que los desempeñan y, prácticamente, no permiten el ascenso social, y relega a estos trabajadores a la pobreza de por vida.

La situación de las mujeres, sobre todo de las que no tienen estudios o solo han cursado estudios primarios, es todavía peor. Hay grandes diferencias en la alfabetización de la población: el 45,1% de los varones entre 15 y 24 años son analfabetos, mientras que entre las mujeres de la misma edad el porcentaje se eleva al 69,2%, según UNICEF. Además, el acceso a la educación es más difícil y deficitario en las zonas rurales. Igualmente, la mayoría de los servicios se concentran en las áreas urbanas mientras que los pueblos y aldeas se ven privados de hasta los más básicos. De ahí que la totalidad de las organizaciones reunidas en Nikki enfaticen “la necesidad de promover, como primera medida, el acceso a la educación de todos sin distinción”.

Ante la falta de oportunidades, a los jóvenes de las zonas rurales no les queda otro remedio que migrar hacia las grandes ciudades del país en busca de un trabajo que tampoco encuentran allí. De hecho, la población rural en Benín ha descendido del 91% que representaba en 1960 al 53% en 2017, afirma el Banco Mundial. Es por eso por lo que muchos de estos grupos piden, también, coordinar actividades e iniciativas para frenar el éxodo rural. Una de las propuestas que se presentó contempla la formación de los jóvenes agricultores para que opten por la agricultura bio.“Cavamos nuestra tumba con nuestros dientes”, afirma Kpera. “No sabemos lo que comemos. En el campo utilizamos todo tipo de productos tóxicos que nos imponen las multinacionales. Hay que buscar una alternativa a todo eso que promocione una agricultura de calidad y saludable”. Su ONG ha comenzado a formar en los pueblos grupos de jóvenes que optan por huertas bio. El siguiente paso será la creación de un centro para la comercialización de estos productos y un restaurante para su degustación.

En las áreas rurales del norte de Benín, la mayoría de estas organizaciones ven el regreso a la agricultura como una tabla de salvación para muchos jóvenes y piden más medios para el campo, como su mecanización, líneas de financiación y mejores condiciones de vida para las personas que optan por esta actividad. Igualmente, muestran su preocupación por la deforestación y, por eso diseñan proyectos destinados a frenar este fenómeno, como la formación de jóvenes en la protección y explotación de árboles endémicos de la zona. Entre estos destaca el karité (Vitellaria paradoxa) y el neré (Parkia biglobosa).

Los maridos no nos dan los medios para levantarnos, para llevar a los niños al colegio. Los padres no son capaces ni de dar el desayuno o la comida a sus hijos

De la explotación del primero viven unas 200.000 mujeres en Benín, según el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca beninés. Pero es un sector que puede generar mayores ingresos si se desarrolla a fondo. El segundo está más amenazado. Tradicionalmente, sus frutos servían para condimentar los alimentos. Desde la introducción de los cubos de caldo su uso prácticamente ha desaparecido y por eso se corta. “Queremos promocionar el uso del neré que es mucho más sano que los compuestos industriales que ahora se usan y que tienen mucha sal y otros elementos que desconocemos. Podría ser una importante fuente de trabajo para muchos jóvenes, al mismo tiempo, permitiría conservar una especie en peligro de extinción, frenar el cambio climático y, además, ayudaría a mejorar la salud de la población”, explica Goounou Bashirou Sariki Imorow de la ONG Ajeced.

Otra de las grandes preocupaciones de los jóvenes reunidos en el Foro de Nikki es el de la degradación del medioambiente y la gestión de los residuos. “Las bolsas de plástico están por todas partes y la administración no hace nada para cambiar la situación. No hay concienciación, no hay servicio de recogida de basuras… ¿Qué hacen los políticos con nuestros impuestos?”, se pregunta Imorow. De hecho, antes de comenzar las sesiones del encuentro, la mayoría de las organizaciones participaron en un ejercicio de limpieza en la zona del mercado de la ciudad. Los sacos con la basura recogida fueron, luego, depositados delante de las puertas del Ayuntamiento de la ciudad para denunciar la inacción de las autoridades locales.

Una reivindicación no exenta de riesgos ya que todos los grupos insisten en que en los últimos años la libertad de expresión en Benín se ha visto reducida. “La crítica a la gestión administrativa no está permitida. Existen prisioneros políticos en el país, aunque nadie hable de ellos. Son personas que han criticado al Gobierno o a los ayuntamientos”, explica Imorow. “En cuanto a la libertad de expresión todavía queda mucho por hacer porque personas que han dicho la verdad están en prisión”, añade Kpera. El último informe de Reporteros Sin Fronteras avala estos datos y pone de manifiesto que en los últimos años ha habido un continuo retroceso de la libertad de expresión y de prensa en el país.

Esta situación no parece amedrentar a los jóvenes. Estos han creado una red de asociaciones civiles de la zona de Nikki que trabaja por la buena gobernanza y la transparencia. “Como ciudadanos vigilamos a la administración en temas como el de las infraestructuras o la rendición de cuentas y la transparencia. Los políticos tienen que rendir cuentas al pueblo. Igualmente trabajamos en la educación de los comportamientos de la población”, afirma Yinde.

El primer Foro de Nikki ha sido valorado por todos los participantes como una experiencia muy positiva, un medio para empezar a unir fuerzas y visiones y “trabajar todos juntos por la defensa de los derechos de los hombres y mujeres de Benín, especialmente de los jóvenes. Esta es una buena plataforma para que nuestra voz y nuestras reivindicaciones sean oídas. Solo así, unidos y sin miedo, conseguiremos un país mejor para todos”, afirma Kpera.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/07/09/planeta_futuro/1562665552_814180.html

 

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Brasil: Ednei. Aqui é território indígena Maró

América del sur/Brasil/18 Julio 2019/Fuente: El país

As comunidades da região amazônica do Brasil enfrentam desafios devido às atividades industriais agressivas, hoje incentivadas pelo novo Governo de Bolsonaro. Esta série apresenta cinco jovens líderes que defendem a floresta. Neste capítulo: Ednei, representante de 45 aldeias de 13 povos indígenas

Um velho motor de barco (um Yanmar diesel de dois cilindros feito no Brasil) instalado em um chassi de caminhão, algumas chapas de aço, colocadas como uma cabine e uma caixa traseira sólida de madeira boa, compõem um veículo de aparência precária, mas poderoso em toda a sua simplicidade.

Utilizando-a há pouco mais de um ano, as 3 aldeias indígenas Borarí e Arapiun da Terra Indígena Maró (TI Maró) podem cobrir todo o perímetro de seu território em poucos dias. Isso é algo que a pé, como foi feito desde o início, leva muito mais tempo, cerca de duas longas semanas.

O grupo indígena Borarí chegou a esse território remoto, povoado há séculos pelos Arapiun, há relativamente pouco tempo. Eles fugiram da pobreza de Alter do Chão, terra predominantemente Borarí, a cerca de 30 quilômetros a oeste de Santarém, hoje a capital do Baixo Tapajós, no Pará. Eles subiram todo o rio Arapiuns até a sua nascente, e de lá eles entraram no pequeno rio Maró, que é o que dá nome ao território.

O grupo é modesto, composto por cerca de 300 pessoas espalhadas pelas três aldeias: Novo Lugar, Cachoeira do Maró e São José III. Mas o território é relativamente grande: abrange cerca de 42.000 hectares de floresta primária, isto é, floresta amazônica intacta, que nunca foi derrubada.

Povos indígenas dos grupos étnicos borari e arapiun durante a inspeção mensal do território na prevenção da presença de madeireiros ilegais.
Povos indígenas dos grupos étnicos borari e arapiun durante a inspeção mensal do território na prevenção da presença de madeireiros ilegais. Pablo Albarenga

Para um observador inexperiente, a floresta inteira parece igual, mas há uma diferença fundamental entre essa floresta virgem e aquela que já foi explorada. Em uma primeira fase de exploração madeireira, são derrubadas as árvores que contêm as madeiras tropicais mais valiosas, que são cotadas nos mercados internacionais.

Uma segunda fase consiste em explorar a madeira restante, e uma terceira e última, na eliminação total da vegetação, geralmente para fins de agricultura industrial ou pecuária extensiva. Embora ao longo do tempo a floresta possa recuperar o espaço destruído, a biodiversidade original é extinta para sempre.

No Brasil, o avanço devastador do desmatamento ilegal parece irrefreável. Mas comunidades como as do Maró são aquelas que ainda oferecem resistência, e sua presença tem sido uma garantia de conservação, mesmo com dificuldades e mobilizações diante da agressão. Mas a chegada de Bolsonaro ao poder em janeiro deste ano já está mudando as coisas muito rapidamente.

Diante dessa nova realidade, eles precisam se preparar para enfrentar uma ameaça ainda maior: aqueles que se sentem protegidos pelas palavras agressivas do presidente contra os indígenas e contra a Amazônia. Muitos de seus seguidores acreditam que podem finalmente fazer o que querem, levando à letra o fato de Bolsonaro considerar os índios um «obstáculo à agroindústria e ao desenvolvimento”.

Bolsonaro foi eleito com um discurso racista, atacando minorias, negros e indígenas, dizendo que eles devem ser «integrados» a um uniforme distópico e ao Brasil «produtivo» que ele imagina. Essa ideia de preservar territórios indígenas, derivar suas terras e respeitar seus direitos, acabou, apesar de estarem incluídos na constituição brasileira de 1988.

No pacote, Bolsonaro também inclui ambientalistas e ativistas dos direitos humanos e dos direitos civis. Em seu famoso discurso eleitoral gravado em um pretenso vídeo caseiro, do quintal da sua casa, ele deixou claro suas intenções: «ou eles vão embora ou vão para a cadeia».

Até que ponto algumas pessoas se sentem protegidas pelo discurso de Bolsonaro e agem por conta própria, pudemos presenciar durante nossa viagem ao interior do território indígena Maró. Pilotado por Dadá Borarí, o segundo-cacique depois do seu tio-avô, que é o primeiro-cacique do território, o veículo improvisado nos levou pela estrada que marca o perímetro do território indígena, rota cheia de obstáculos e perigos que, no entanto, os vigilantes enfrentam com entusiasmo e determinação.

Há alguns anos, desde que as incursões dos madeireiros se tornaram mais agressivas, e seguindo uma recomendação da FUNAI, um grupo de homens eleitos pelas aldeias viraram vigilantes do território e percorrem seu perímetro regularmente, em jornadas que geralmente duram cerca de dez dias.

Esses homens experientes, que conhecem a floresta desde pequenos, centímetro a centímetro, incluem há pouco tempo Ednei, um jovem Arapiun de Cachoeira do Maró, a aldeia vizinha de Novo Lugar, que também foi recentemente eleito como coordenador do Conselho Indígena Tapajós-Arapiuns (CITA), representante legítimo de 45 aldeias de 13 povos indígenas diferentes, pertencentes aos povos indígenas do Baixo Tapajós, Rio Arapiuns, Rio Maró e Planalto Santareno.

Ednei, com apenas vinte anos, é uma pessoa de poucas palavras, mas mostra grande determinação. Ele entende bem o papel atribuído a ele e está disposto a continuar com toda a coragem de sua juventude.

A incorporação de jovens ao grupo de vigilantes é fundamental para a continuidade de sua missão ao longo do tempo. É essencial que eles adquiram o conhecimento e experiência necessários para a defesa de um território submetido à pressão de um ambiente hostil e ganancioso, que busca extrair suas muitas riquezas.

A pressão, acima de tudo, vem das madeireiras que operam na região e de alguns caçadores furtivos que vêm para roubar madeira ou caçar a rica diversidade de animais que fazem parte da subsistência das aldeias. Estes últimos são, muitas vezes, moradores de terras vizinhas que venderam suas florestas e que agora, empobrecidos, não têm outra opção a não ser tentar obter alimentos na Terra Indígena Maró, ainda intacta.

As rodovias de vigilância são longas e as condições na floresta difíceis, mas as crenças desses nativos fornecem a sabedoria e a coragem para garantir o sucesso de suas expedições. A Terra Indígena Maró, conta Dada, além de sustentar, abriga lugares sagrados, igarapés que alimentam o rio Maró, ervas e plantas medicinais e, acima de tudo, vive a Curupira.

Um caminhão de grande tonelagem transporta madeira por uma trilha na fronteira com a Terra Indígena Maró.
Um caminhão de grande tonelagem transporta madeira por uma trilha na fronteira com a Terra Indígena Maró. Pablo Albarenga

Por essas terras, a entidade protetora das matas adquire um sentido muito mais profundo, e enigmático. Como entidade sagrada, a Curupira tem poderes mágicos que determinam o que acontece àqueles que entram na floresta. A missão que se propuseram esses indígenas é a de respeitar e proteger a terra, e, dessa forma, respeitar e proteger a si mesmos.

Aprender a defender o território é um dos desafios importantes do jovem Ednei, que também cursa o primeiro ano de Ciências Atmosféricas na Universidade de Santarém, a metrópole que fica a meio dia de barco da aldeia.

Comandado por Dada, junto com Ednei e o grupo de vigilantes da TI Maró, entramos na mata para uma viagem de reconhecimento. No caminho, eles mostram restos de madeira roubada, 26 grandes e valiosos troncos já enumerados que uma madeireira não pôde terminar de remover: é um triste cemitério de árvores derrubadas antes que o território conseguisse avançar na demarcação como terra indígena e ser protegido por lei.

Essa madeira abandonada, que lentamente se decompõe para servir como nutriente para a mesma terra em que cresceu, é o trágico testemunho de uma depredação real e muito próxima. A passagem de um caminhão de grande tonelagem transportando troncos majestosos pela faixa fronteiriça com o território, que provavelmente leva o seu tesouro abatido aos mercados internacionais, nos recorda que a ameaça não é virtual.

Os povos indígenas do Maró têm grande interesse em denunciar um descampado onde uma antiga madeireira abandonou máquinas sem uso e outros detritos de sua atividade predatória no território. Mas para eles significa uma ferida, um traço execrável que eles exigem apagar, e parece que a sua concepção sagrada da floresta dá ao depósito o caráter de uma profanação.

O conflito adquire uma dimensão explícita quando a disputa territorial se materializa na propriedade imobiliária. É o caso de uma casa que pertenceu a um madeireiro, mas como o território começou a ser demarcado e a construção foi incluída no território indígena, ela por lei passou a pertencer aos indígenas do Maró.

Mas o antigo proprietário insistiu em mostrar seu poder contratando caseiros para habitar a casa e confrontar os índios, que desejam dar a essa propriedade um uso comunitário.

Integrantes do grupo de vigilantes do Território Indígena Maró.
Integrantes do grupo de vigilantes do Território Indígena Maró. Pablo Albarenga

Desde que o processo de demarcação foi retomado, em 2016, a casa permaneceu desabitada. Mas, recentemente, pichações ameaçadoras começaram a aparecer em uma parede lateral: «Índio ladrão», lia uma, «vá para o inferno». “Bonsonaro”, dizia outro, com erro de ortografia incluído. O apelo a Bolsonaro já significava uma premonição de algo pior, um mau presságio.

Mas a surpresa desta vez foi que, quando chegamos, encontramos a casa fechada, vigiada por dois cães. Quando o grupo conseguiu abrir a porta trancada e finalmente entrar na casa, encontrou comida fresca e sinais óbvios de que a casa estava novamente invadida. O suposto dono havia retornado à sua política de confronto.

Ajudados por uma equipe de jovens ativistas indígenas que acompanharam a expedição, e liderados por Ednei, também membro desse grupo, eles decidiram pintar em dois cartazes uma mensagem muito clara. «Aqui é terra indígena», disse o primeiro. «MARÓ», em maiúsculas, o segundo.

Eles dedicaram tempo para pintar os cartazes. Decoraram com grafismos indígenas, mostrando sua disposição em reafirmar a posse do território e tudo o que ele contém. E fazê-lo com dignidade e orgulho. Ednei se esmerou pessoalmente até o último detalhe, cuidando da combinação de vermelho e azul nas bordas geométricas, um sinal de identidade indígena.

No exato momento em que posaram para a foto, mostrando com satisfação e orgulho as duas faixas coloridas antes de finalmente pendurá-las, uma índia de aparência muito humilde apareceu na estrada, carregando na cabeça um macaco e acompanhada de um porquinho, que parecia ter escapado da fazenda de George Orwell.

Depois de um momento de perplexidade geral, Dada se dirigiu a ela, com uma mistura de autoridade e solenidade que explica o seu status de cacique. Dada explicou que a ação de protesto não era contra ela, mas contra quem a enviou para ocupar a casa.

Pediu que ela notificasse os encarregados, que ele queria falar com o madeireiro, e que o encontraria na sexta-feira seguinte para lhe dizer pessoalmente que não tem direito a essa propriedade que está construída em terra Maró e que não pretende ceder aos atos de intimidação. Após a conversa, a jovem pôde entrar novamente, acompanhada pelo macaco e pelo porquinho.

Eles então colocaram as faixas na frente da casa. Ao dar a última martelada no último prego que os afixava, Dada demonstrou a ferocidade e a determinação de quem sabe que enfrenta uma ameaça real, agora protegida por aquele Bonsonaro que o madeireiro evoca como garantia de impunidade.

Essa comunidade de não mais de trezentos indígenas, que defende seu território contra o poder potencialmente avassalador de qualquer indústria madeireira ou extrativa que seja suficientemente fortalecida pelo bolsonarismo que congelou os processos de demarcação, representa a enorme vulnerabilidade desses pedaços de floresta virgem.

Já de volta ao acampamento onde passamos a noite anterior, Ednei permanece de pé na caixa do veículo, segurando sob intensa chuva tropical sua carabina de caça, incorporando uma nova geração de afirmação e resistência. Pertence a uma geração que, tendo assumido orgulhosamente os valores de seus pais e avós, está preparada para enfrentar os desafios de um futuro ameaçado por todos os lados.

Herdeiros de uma luta de gerações, aprendem a defender esses pequenos territórios da enorme e devastadora destruição da mata. E eles sabem que sua luta também contribui para a defesa de uma causa mais global, a defesa do pulmão e da biodiversidade do planeta, a luta contra a mudança climática, embora Trump, Bolsonaro e muitos outros agora neguem que o fenômeno realmente exista.

Essa nova geração, já educada em autoafirmação, começa a usar as ferramentas do ativismo para lutar por seus direitos, com a eficiência necessária para resistir ao desafio que está por vir.

Desafiando a noite na mata virgem, sob um céu brilhante de estrelas que não conhecem a poluição luminosa, o veículo nos leva de volta à vila, onde chegamos bem a tempo de embarcar em uma barcaça velha que nos levará de volta.

Ednei e seu povo conhecem, junto com tantas outras comunidades indígenas brasileiras sobreviventes de genocídios devastadores, que o simples fato de existir é resistir.

De gente como eles, dependem muitas coisas, para que nós façamos vista grossa.

Imagen tomada de: https://ep01.epimg.net/elpais/imagenes/2019/06/06/planeta_futuro/1559816628_912175_1559819532_sumario_normal_recorte1.jpg

Fuente: https://brasil.elpais.com/brasil/2019/06/06/actualidad/1559816628_912175.html

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Uno de cada seis jóvenes careció de empleo o educación en UE en 2018

Unión Europea/27 Junio 2019/Fuente: Prensa Latina

Aproximadamente 15 millones de los jóvenes de 20 a 34 años carecieron de empleo, educación o formación en la Unión Europea (UE) en 2018, divulgó hoy la Oficina de Estadística del bloque comunitario.
De acuerdo con el reporte, uno de cada seis de los jóvenes en este segmento etario figuró dentro de esta categoría, lo que representa el 16,5 por ciento del total.

La proporción de personas sin empleo, educación o formación (la tasa NEET) para las personas de 20 a 34 años varió considerablemente en los estados miembros de la UE en 2018, añadió la información.

Según la comunicación, las tasas NEET más bajas para las personas de 20 a 34 años en 2018 se encontraban en Suecia (8,0 por ciento), los Países Bajos (8,4 por ciento), Luxemburgo (9,9 por ciento) y Malta (10,1 por ciento).

Por su parte, las más altas se registraron en Italia (28,9 por ciento) y Grecia (26,8 por ciento). En estos dos países, más de una cuarta parte de todos los jóvenes de 20 a 34 años no tenían empleo o no contaban con algún tipo de educación o formación.

Hay una diferencia considerable en la tasa NEET entre mujeres jóvenes y hombres jóvenes, reveló asimismo la comunicación.

Para las mujeres de 20 a 34 años, la tasa de NEET en 2018 fue del 20,9 por ciento, en comparación con el 12,2 por ciento de los hombres en ese mismo segmento.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=286950&SEO=uno-de-cada-seis-jovenes-carecio-de-empleo-o-educacion-en-ue-en-2018
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Uruguay: Estudiantes de secundaria plantean la existencia de baños género-neutrales en los liceos

América del Sur/ Uruguay/ 15.04.2019/ Fuente: redclade.org.

 

Estudiantes de secundaria del Liceo nº 63 de Montevideo, Uruguay, se manifiestan para defender la existencia de baños género-neutrales “para todas las identidades, corporacidades y sexualidades” en su centro educativo.

Según las y los estudiantes, la iniciativa demanda baños género-neutrales en los liceos y cuestiona la división de los baños públicos para varones y mujeres, lo que en su mirada reproduce las heteronormatividades y el orden patriarcal excluyente de otras identidades.

Afirman también que esta medida es importante para profundizar las transformaciones sociales y culturales que reconocen a la libertad de elegir los géneros y sexualidades desde la autopercepción, y también para avanzar en el reconocimiento de la diversidad de hábitos, conductas e ideas presentes en las prácticas cotidianas, como el uso del baño.

El caso del Liceo nº 63 no es aislado, sino que es el último de una serie de centros educativos donde hubo movilizaciones similares de estudiantes de secundaria en los últimos años, en el país. Año a año, en el marco del mes de la diversidad, el Gremio de Estudiantes del Instituto Alfredo Vásquez Acevedo (IAVA) convoca al estudiantado a ir de pollera (falda) al liceo, incluyendo a los varones. Además de luchar contra los estereotipos de vestimenta, la manifestación reclamó durante años que los baños no estén asociados ni a varones ni a mujeres, objetivo que se alcanzó en el 2018.

Tsaia Silva, vocera del gremio, explicó a La Diaria que los baños del liceo deben ser “género-neutrales” y que no son afines a la denominación de “baños mixtos”, porque ello implica reconocer solamente a dos géneros, y consideran que hay personas – entre ellas estudiantes del IAVA – que no se sienten incluidas en ninguno de los dos. “Hay otra realidad y queremos seguir con la pancarta de la igualdad, la diversidad y la integración. Es un reclamo de muchas personas que no se sienten cómodas al ir al baño porque está establecido un género”, añadió.

Ante las manifestaciones de las y los estudiantes, la directora del Consejo de Educación Secundaria, Ana Olivera, afirmó al diario El Observador que se decidió por generalizar la garantía de baños inclusivos a todos los liceos del país. Aclaró que la idea no es que los baños de hombres y mujeres sea eliminado, sino que a los ya existentes se agregue el baño inclusivo, universal o unisex.

Para la directora, estas modificaciones en los edificios permitirán trabajar temas relacionados a género, sexualidad y respeto en los liceos.

Educación e igualdad de género

Las manifestaciones estudiantiles en Uruguay son ejemplos de cómo la cuestión de género se relaciona con la garantía del derecho a la educación en condiciones de igualdad, siendo un tema fundamental para el desarrollo humano y el respeto al derecho de las niñas, mujeres y personas LGBTI a una vida libre de violencia y discriminación.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) incluyen metas y objetivos destinados a la eliminación de todas las formas de discriminación contra todas las mujeres y niñas, y el Marco de Acción para la Educación 2030 reconoce que “la igualdad de género está inextricablemente ligada al derecho a la educación”.

“Entendemos que es urgente eliminar las barreras ideológicas, culturales y estructurales para la garantía de la igualdad entre los géneros y superar la discriminación y violencia por razón de género en y desde la educación”, defiende la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE).

Fuente de la noticia: https://redclade.org/noticias/uruguay-estudiantes-banos-genero-neutrales/

 

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