¿Lenguaje sin lógica?

Por: Ignacio Mantilla

Si hay algo que los matemáticos aprendemos desde el inicio de nuestra formación es la diferencia entre un ejemplo, un lema, un contraejemplo y un teorema; especialmente aprendemos a diferenciar entre un caso particular y una generalización. También aprendemos muy temprano algunos métodos de demostración, entre los que aparecen siempre el de “reducción al absurdo” y el de “inducción”.

A veces es bueno usar ese conocimiento básico y examinar entonces, con criterio matemático, lo que se afirma en el lenguaje corriente, para detectar errores comunes que con frecuencia conducen a conclusiones falsas, desproporcionadas o absurdas, aparentemente muy bien sustentadas, pero que en realidad esconden engañosas demostraciones.

Los recientes sucesos que han empleado algunos para estigmatizar como “terroristas” a los estudiantes y egresados de la Universidad Nacional y demás universidades públicas, y como “corruptos” a los de las universidades privadas de élite, son un buen ejemplo de esas falsas conclusiones. Se trata de uno de los métodos preferidos, de aparente demostración por inducción: si se presenta un caso comprobado de un estudiante de universidad pública autor de un acto terrorista en 2015, de otro estudiante con el mismo delito en 2016 y un par más en 2017, se concluye que todos los estudiantes de universidades públicas son terroristas. Si hay un egresado de una universidad privada acusado de corrupción en 2014, dos más en 2015 y tres en 2017, la conclusión es que todos los egresados de universidades privadas son corruptos. Comúnmente se cree que la prueba es más contundente aún si se suma algún caso más antiguo conocido.

Recuerdo, como anécdota, que en la Universidad de Mainz (Alemania) el profesor de matemáticas Ernst Hölder sostenía una marcada rivalidad con algunos de sus colegas de física y no desperdiciaba oportunidad para hacer bromas sobre sus métodos y logros científicos. Era costumbre en la universidad hacer un acto especial de celebración para homenajear a los profesores cuando cumplían 60 años de edad. Tuve la oportunidad de asistir a la celebración del cumpleaños 60 del profesor Peter Paul Konder y recuerdo cómo el profesor Hölder, después del brindis, tomó la palabra y provocó risas entre los asistentes al decir: “El número 60 es muy importante en la vida de los matemáticos, pues es divisible por 1, por 2, por 3, por 4, por 5, por 6. Es decir que, como dirían mis colegas físicos, es divisible por todos los números”.

Pero más comunes que las falsas pruebas de tipo inductivo son las que usan frecuentemente algunos personajes que dominan una gran oratoria para demostrar que de una afirmación P se concluye otra Q, que es completamente falsa. Puesto que “P implica Q” es una proposición verdadera cuando P es falsa, independientemente del valor de verdad de Q (por ejemplo, es verdadera la proposición: “Si Colombia está en África entonces los caballos ponen huevos”), es usual que se parta de una afirmación falsa P y durante media hora se pronuncie un gran discurso en el que sólo se dicen cosas verdaderas, ojalá fácilmente comprobables, para concluir con una afirmación absurda Q, que al estar precedida de tan convincente discurso no despierta mayores dudas entre los oyentes de que se trata de una brillante y certera demostración de la verdad de Q, que además evidencia la elocuencia del orador (en la literatura reciente de las calumnias hay buenos ejemplos).

Frecuentemente encontramos también la generalización, no necesariamente con el interés de estigmatizar a partir de un ejemplo o de una pequeña muestra, como lo señalaba arriba, sino como costumbre de caracterizar grupos de personas con base en el conocimiento de una o de unas pocas personas de ese grupo. Igual si se trata de un país o de una región. Me refiero a sentencias como: “Todos los colombianos son narcotraficantes”, “a todos los costeños les gusta el vallenato”. Y qué decir de las generalizaciones para los grupos de profesionales o las culturas: “Todos los filósofos son aburridos”, “todos los mexicanos comen picante”, “todos los antioqueños son negociantes y todos los santandereanos son peleadores”. Combinada la generalización con una forma condicional puede afirmarse por ejemplo: “Todos los árabes huelen mal y los mejores ingenieros son árabes, entonces los mejores ingenieros huelen mal”.

Existe también la marcada tendencia a calificar a todos por una experiencia, casi siempre negativa. Si tuvimos un pésimo profesor de matemáticas, afirmamos que “todos los profesores de matemáticas son pésimos”. Si en Nueva York un taxista turco nos cobró más de lo indicado, entonces afirmamos que los turcos (todos) son “tumbadores”. Si en una oficina no nos contestaron el teléfono, aseguramos que “allá nunca contestan”. Pero peor aún es la tendencia a calificar a todos los habitantes de un país de acuerdo con sus gobernantes: “Todos los venezolanos son groseros e incultos” o “todos los gringos son ignorantes”.

No escapan a estas generalizaciones las que podemos clasificar entre las paradojas. Así, por ejemplo, el político que muy enfáticamente afirma que “todos los políticos son corruptos”. Esa es una buena paradoja, comparable a la antigua y famosa paradoja de Epiménides: “Todos los cretenses son mentirosos”. Como Epiménides era cretense, ¿es entonces verdadera la afirmación?

La mayoría de los profesionales necesitan de una buena capacidad argumentativa para desempeñar un trabajo. Y la lógica correctamente usada no necesariamente está en relación directa con la capacidad de oratoria, por eso creo que, tan importante como las clases de oratoria, son las asignaturas de lógica en todas las carreras profesionales.

Hace algunos años, mi colega Fernando Zalamea Traba ideó en la Universidad Nacional un exitoso curso que llamó “Lógica para Abogados”. Estoy seguro de que aun por fuera de un currículo formal este tipo de iniciativas despiertan el interés hasta en ilustres juristas que tendrán la satisfacción de conocer la formalidad de la lógica matemática básica que permite detectar con facilidad las engañosas y falsas demostraciones en el ejercicio profesional.

Fuente: http://www.elespectador.com/opinion/lenguaje-sin-logica-columna-705408

 

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Álgebra, Plusvalía y Socialismo

Por: Luís A. Montero Cabrera

El Álgebra, esa hermosa rama de la Matemática, tiene muchas más aplicaciones que las que conocemos desde la educación media. Y el hecho de que solo se enseñen en ciertas carreras de la educación superior no implica que sean complejas o inalcanzables para cualquiera.

Un ejemplo sencillo está en los sistemas de coordenadas de nuestro espacio tridimensional. La localización de una edificación, su dirección, en una ciudad es un ejemplo típico. En la ciudad de Managua, Nicaragua, la dirección de una casa puede ser “De dónde fue el molino La Sabana, dos andenes (pequeñas calles) al lago, una cuadra y media arriba, en la casa de la verja negra”. Si usted conoce donde estuvo el molino “La Sabana” llegará al sitio con la misma rapidez que si le hubieran dicho que estaba en la “calle 45, n. 5, entre 24 y 26”. Para el Álgebra se trata de dos sistemas de coordenadas diferentes para expresar el mismo punto, que en este caso es la ubicación de una casa. Simplemente se somete una forma de expresar las coordenadas base de la dirección de ese sitio a una suerte de “transformación lineal unitaria”, que mantiene intacta la información esencial (el sitio donde se encuentra la edificación) y solo cambia la forma de expresarla.

Ocurre similarmente si se rota un objeto en el espacio en torno a su centro de gravedad, o lo observamos desde diferentes ángulos de visión. La llamada energía potencial gravitatoria del objeto no variará. Solo cambia la forma en que lo vemos. Un avión volando no varía su energía potencial si lo vemos de frente, o de costado, o por la cola, pero las diferentes visiones nos permiten tener una idea más completa de ese objeto. El Álgebra llamaría el caso como una invariancia con respecto a una transformación lineal unitaria espacial. Esperemos la benevolencia de los matemáticos si este lenguaje peca de alguna inexactitud.

Se dice que Karl Marx tuvo que profundizar en matemática para entender los procesos económicos que le permitieron escribir su obra cumbre “El Capital”. Una lectura somera de este texto evidencia que el autor usaba esquemas lógicos de razonamiento que se suelen entrenar con esa ciencia.

Si sus antecesores, como Adam Smith y David Ricardo, establecieron claramente que la única fuente de valor de un objeto que se convierte en mercancía era el trabajo realizado sobre el mismo, Marx se dio cuenta de los diversos tipos de valor que se puede crear. La lógica matemática facilita que se llegue por ahí a una conclusión evidente y muy simple en principio: si un grupo de trabajadores crea una cantidad dada de mercancía que se vende a un cierto precio (reflejo de su valor de cambio en condiciones de mercado), todo el que se beneficie de ese ingreso por cualquier motivo que no sea el trabajo se está apropiando del de los demás. Su valor en dinero es la “plusvalía” que Marx nos mostró. Las relaciones sociales que busquen justicia deben evitar que alguien se apropie de plusvalía sin haber trabajado para ello.

Cualquier persona que consuma habitualmente noticias de los medios puede llegar a la conclusión de que la palabra “socialista” tiene un amplio rango de acepciones. Algunos movimientos llamados socialistas en este mundo han luchado abiertamente por el capitalismo más imperialista imaginable. Por otra parte, los socialismos chino y vietnamita actuales tienen seguramente diferencias de implementación y concepción entre si y económicamente guardan poca relación con el socialismo estalinista de estricta planificación centralizada soviético.

En Cuba se realiza ahora mismo una extensa consulta popular para conceptualizar el socialismo que pueda guiar nuestro futuro en los años venideros. Se ha tomado como base el apotegma “de cada cuál según su capacidad, a cada cual según su trabajo” según se deduce de lo escrito por Marx en la “Crítica del Programa de Gotha” y que fue comentado por Lenin en “El Estado y la Revolución”. No parece haberse enunciado literalmente por ellos en ningún momento. El Lenin que escribió ese libro en vísperas de la revolución rusa evolucionó bastante en sus concepciones una vez en el poder, durante el corto tiempo que pudo estarlo. No era lo mismo imaginarse un poder revolucionario que enfrentar las múltiples aristas de la propiedad estatal omnímoda de aquella gigantesca “opera prima”. También se plantea que nuestro socialismo debe preservar la propiedad social sobre los medios fundamentales de producción. El desarrollo de las ideas seguramente que irá perfeccionando estos enunciados para una economía como la nuestra que se basa hoy y probablemente en el futuro en un 75 % de servicios. De lo que si no parece haber dudas entre nuestras mayorías es que lo único que puede garantizar nuestra libertad personal, la independencia nacional y una sociedad esencialmente justa y democrática es la desconcentración de las riquezas de las manos de unos pocos.

¿Y si hiciéramos una transformación lineal que dejara invariante lo esencial, el centro de gravedad, del socialismo que deseamos y lo intentáramos expresar de otra forma? Manteniendo las esencias, otras miradas pueden ayudar a concebir mejor a cualquier objeto, igual que en el caso del avión referido más arriba. Seguramente que ya alguien ha querido con éxito definir al socialismo ayudándose del sencillo concepto de plusvalía. Algo así como que sea una sociedad donde la plusvalía se distribuya social y justamente para poder garantizar el progreso y los derechos humanos básicos de iguales oportunidades para todos y cada uno, educación y salud universales, equivalentes y gratuitas, libertad personal absoluta en el entorno de la comunidad y democracia participativa, garante de gobernantes electos con iguales oportunidades sobre la base de sus méritos y cualidades.

Puede que estas u otras visiones diferentes y más ricas del mismo socialismo que deseamos nos ayuden a liberarnos de esquemas de gestión estatal burocráticos, como los llamara Lenin en algún momento, demostradamente ineficaces, y que condujeron al desastre experiencias anteriores donde los humildes, las mayorías, habían asaltado y casi alcanzado el cielo.

Fuente: http://www.cubadebate.cu/opinion/2017/04/20/algebra-plusvalia-y-socialismo/#.WWKxyBU1-00

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El álgebra, la mecánica cuántica y el bienestar social

Por: Luis A. Montero Cabrera

Uno de los más importantes desarrollos intelectuales de la humanidad es la Matemática. No resulta fácil definirla como ciencia de forma que todos queden satisfechos. La Wikipedia es una excelente colección de saber de libre acceso en internet, con la característica de que lo que aparece en ella goza de consenso. Es decir, todos pueden escribir algo en ella, pero se queda escrito solo aquello que no es negado o cuestionado por otros: lo consensuado. De esa forma, la Wikipedia alcanza un buen grado de credibilidad. ¿Y qué nos dice su versión inglesa acerca de la Matemática? Pues:

“Los matemáticos buscan patrones y los usan para formular nuevas conjeturas. Entonces resuelven la verdad o falsedad de tales conjeturas por medio de la prueba matemática. Cuando las estructuras matemáticas son buenos modelos de los fenómenos reales, entonces el razonamiento matemático puede proporcionar comprensión o predicciones acerca de la naturaleza.”

Eso ocurre mucho con una estructura matemática, particularmente algébrica, que de forma muy general puede expresarse como “la combinación lineal”. Se trata de un modelo de lógicas que ejercitamos constantemente entre nosotros: la capacidad de expresar algo como resultante de otros factores, que preferentemente deben ser independientes entre sí. Los componentes puramente biológicos de un hijo podrían modelarse teóricamente como una combinación de sus progenitores. En esa combinación decide la participación de cada factor. Una hija que se parece mucho a su madre quizás tenga un 55 % de ella y solo un 45 % del padre. Esos porcentajes serían, groseramente, los coeficientes de la combinación lineal. Si nos permitimos escribirla sería algo así como:

A = (c1 x B) + (c2 x C) + …

y en este caso c1 sería el grado de participación de la madre B en la hija A, y así sucesivamente.

Esto se convierte en una herramienta valiosísima para la Mecánica Cuántica. Cuando se pretende representar un sistema tan inalcanzable a nuestros sentidos como una molécula de escala nanoscópica, mil millones de veces menor que un metro, es bueno recurrir a funciones conocidas B, C, … de átomos para combinarlas linealmente y así tener un modelo de la función que deseamos representar, digamos, de una molécula A.

Lo más importante de este artefacto matemático es que nos puede servir para comprender también muchas cosas de la vida social. Los que creemos que la humanidad debe avanzar de forma natural hacia relaciones de solidaridad, cooperación y progreso para todos, lo que para muchos se llama socialismo, sin que alguien le robe el trabajo a otro, tenemos frecuentemente ante nosotros formas de aplicar este razonamiento.

Cuando se ha creído que toda la propiedad del socialismo debe ser estatal, se plantea un sistema donde esta tiene el 100 % como coeficiente de la combinación lineal. La participación de todas las demás formas de propiedad se decreta como nula. Así lo quisieron hacer algunas revoluciones que se declararon socialistas en los jóvenes tiempos de sus triunfos. La vida las condujo a que es más conveniente una combinación lineal donde la propiedad se pueda expresar en términos de una participación de varios tipos: estatal, cooperativa, individual, etc. Y hoy progresan indeteniblemente, con mucho éxito.

Algo similar ocurre con el bienestar social. Muchos sostienen que la fuente de los recursos que una sociedad dedica a la redistribución para que todos disfruten de derechos inalienables a la condición humana, como es la educación y a salud, solo debe ser estatal: un coeficiente del 100 % en la combinación lineal. La razón es muy clara: los recursos que pueda aportar cualquier individualidad o empresa para ese bienestar social pueden convertirse en una fuente de privilegio para el donante. Pero también es verdad que esa indeseable salida puede estar entre las prohibiciones que se establezcan como condiciones para la donación. De esa forma se puede minimizar el peligro, sin renunciar a importantes ayudas que significan la cooperación específica de muchos individuos, empresas y organizaciones sociales de todo tipo. Aquí la combinación lineal nos vuelve a ayudar como modelo de pensamiento y acción: los coeficientes de participación del estado y otras entidades en el bienestar social es el verdadero objeto de las políticas socialistas. Y darle el 100 % a cualquier participante es una polarización indeseable.

En los EEUU, en una orilla del río Delaware, existe una ciudad llamada Camden del estado de New Jersey, que funciona como un suburbio unido por el puente Franklyn a la fabulosa Filadelfia, que está en el estado de Pennsylvania. De otrora emporio industrial degeneró en barrio marginal durante el proceso de reconversión industrial de la segunda mitad del siglo XX. Cuando en las sociedades aparecen criterios dominantes donde la misericordia y la solidaridad pasan al segundo plano, ese tipo de situaciones económicas provocan que colectivos humanos completos degeneren y que los que otrora creaban valor trabajando en una fábrica queden desamparados. Y sobre todo sus hijos, lo que hace que el futuro se deprima antes de ocurrir.

Por eso es que es preciso dejar algún coeficiente de la combinación lineal para acciones individuales o de organizaciones caritativas. En este caso Camden tiene la suerte de tener una universidad pública y que en esa universidad existan profesores con iniciativas, innovadores. Nos referimos a la Dra. Gloria Bonilla Santiago, puertorriqueña radicada en New Jersey, que desde su cátedra en la Universidad Rutgers ha desarrollado una acción social que contribuye monumentalmente desde hace varios lustros a que la ciudad quebrada y los hijos de muchos de sus pobladores tengan un futuro cierto. Con el apoyo de donantes, muchos anónimos o anonimizados, ha establecido una serie de entidades educativas que comienzan con una suerte de círculo infantil y terminan en un instituto preuniversitario, en la denominación cubana. Así, una población de muy diversos orígenes, con desigualdades económicas y culturales que a los cubanos nos cuesta imaginar por lo ausentes en nuestra sociedad, está logrando alcanzar los niveles más altos y competitivos de educación, comparables con los de los sectores más privilegiados de la sociedad norteamericana. Una política del 100 % para el estado en el coeficiente de la combinación lineal hubiera hecho imposible este trabajo.

Las diferencias entre las sociedades cubana y norteamericanas actuales suelen ser enormes, para bien y para mal. Las que nos favorecen evitan que la marginalidad social sumerja comunidades completas en la ignorancia, el vicio y la ausencia total de oportunidades. El efecto sobre decenas de comunidades cubanas después de la desaparición de su principal sustento, el de muchos centrales azucareros que dejaron de existir en los años iniciales de este siglo, fue demoledor y se atenuó gracias a la sagrada política del estado revolucionario cubano de no dejar nunca a nadie desamparado y a nuestra propia organización social. Quizás la actividad de Gloria, con su pequeño e importante coeficiente de participación en el bienestar social de nuestros vecinos norteños, tendría poco espacio de necesidad en Cuba.

Sin embargo, ¿podemos garantizar que el estado revolucionario se pueda hacer cargo con un coeficiente del 100 % de este bienestar social en todas las comunidades cubanas? Y si no puede ser así, ¿cuál es la solución? ¿Se deben desarrollar espontáneamente iniciativas privadas de caridad allí donde aparezcan esas necesidades y un poder tan democrático como el nuestro permanecer indiferente, sin participar colaborativamente? ¿Se debe prohibir este tipo de iniciativas? ¿Se deben regular para favorecer o para limitar combinaciones lineales proactivas de bienestar social? Probablemente sea necesario llegar a acuerdos sociales profundos, meditados, democráticos, esencialmente socialistas, para la política más efectiva en este campo tan sensible.

Fuente: http://www.cubadebate.cu/opinion/2016/11/16/el-algebra-la-mecanica-cuantica-y-el-bienestar-social/#.WDSTihJGT_s

Imagen: http://derechoepja.org/la-asesoria-en-la-educacion-de-adultos-una-propuesta-pedagogica-para-la-ensenanza-de-las-matematicas-dentro-del-modelo-educativo-para-la-vida-y-el-trabajo-mevyt-del-instituto-nacional-para-la-educ/

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España: Cómo resolver 50 problemas matemáticos en 45 segundos… siendo alumno de Primaria

Europa/España/10 de noviembre de 2016/Fuente: el español

Más de una decena de niños participan en la final del campeonato de Cálculo mental de Supertics.

Cincuenta operaciones matemáticas en las que se incluyen sumas, restas y multiplicaciones en 45 segundos. Menos de un segundo para resolver cada ejercicio. Este es el tiempo que ha tardado en finalizar esta gymkana Alfredo Illera, un estudiante de 3º de Primaria en el I campeonato nacional de Cálculo Mental. Junto a este valenciano, otros cinco alumnos del resto de cursos de Primaria se han impuesto a 24.213 niños y niñas de 257 colegios de toda España en el torneo por ser la mente matemática más rápida.

Como las grandes oposiciones, este examen de Matemáticas se ha celebrado un sábado. Los aspirantes para alzarse con el primer premio, tablets en mano, han calentado motores realizando cálculos mentales que la plataforma Supertis -organizadora del evento- les proponía. Han sido 18 finalistas, procedentes de Barcelona, Madrid, Castellón, Valladolid y Murcia, los que han conseguido pasar las fases previas y este sábado se han dado cita en Madrid para este examen final.

El formato de esta particular competición ha sido sencillo: realizar correctamente 50 operaciones en el menor tiempo posible, procurando evitar fallos que son penalizados con 2 segundos de tiempo extra al finalizar las operaciones. Así, Pedro de la Cruz, Álex Calleja, Alfredo Illera, Abel Pallarés, Daniel Calleja y Elías López, se han alzado, en cada curso, con la medalla de oro de esta competición, que ha pretendido reivindicar las matemáticas “como esenciales” en la formación académica y laboral de los estudiantes del presente y futuro.

“Las matemáticas serán claves en el futuro en la gran mayoría de puestos laborales para analizar datos y actualmente la demanda profesional de matemáticas se ha disparado. Un mundo cada vez más tecnológico necesita profesionales preparados en matemáticas para programar o analizar datos en cualquier sector” han explicado los organizadores del evento.

Plataforma de Supertics en la que los más pequeños resuelven los problemas Jorge Barreno

La responsable pedagógica de Supertics, Aura Pérez, explica que este campeonato ofrece a los niños una situación real, segura y controlada, en la que pueden poner en práctica y medir su nivel de competencias y habilidades en matemáticas. “Queremos contribuir a que los niños descubran que las matemáticas son divertidas. Trasmitirles el sentimiento de que realizar actividades intelectuales puede ser tan divertido como realizar actividades físicas y que las matemáticas pensadas como ‘saber hacer’ de manera autónoma, con una guía adecuada y divertida, es una actividad atrayente”, analiza Pérez.

La final de la competición se ha celebrado este sábado en el centro de Madrid, pero las dos fases previas se han realizado de manera online. Según su responsable, “ejercitar online las matemáticas es ideal porque el alumno se convierte en el centro del proceso de aprendizaje y pasa de ser un sujeto pasivo a un sujeto activo dentro del propio aprendizaje”.

Además, si el aprendizaje se concibe desde un modelo adaptativo, como lo hace Supertics, “el niño aprende a su propio ritmo y a partir de sus conocimientos previos”. “Este modelo lo motiva y cambia su actitud frente a las matemáticas mejorando también sus hábitos de estudio”, asegura.

CONTRA LA FATALIDAD ESPAÑOLA EN MATES

Organizadores, participantes y familiares han querido romper hoy ese mito de la “fatalidad española” en relación a las matemáticas. Según Pérez, en la enseñanza de las matemáticas han faltado herramientas que permitan un aprendizaje y un desarrollo de competencias básicas para “interconectar, entender, dominar y aplicar” el saber matemático.

Los finalistas de Educación Primaria en el I Campeonato de Cálculo Mental

Los finalistas de Educación Primaria en el I Campeonato de Cálculo Mental Jorge Barreno

“Estamos convencidos de que si ayudamos a activar adecuadamente los conocimientos matemáticos para que puedan aplicarlos en situaciones de la vida real, este concepto de ‘fatalidad’ en relación a las matemáticas cambiaría radicalmente”, concluye la responsable.

Fuente: http://www.elespanol.com/espana/sociedad/20161105/168483452_0.html

Imagen: s4.eestatic.com/2016/11/05/actualidad/Actualidad_168494357_20754526_1706x960.jpg

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