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Ecuador: Cupos de universidades públicas no abastece la demanda de estudiantes

Ecuador / 3 de diciembre de 2017 / Autor: Redacción / Fuente: Ecuavisa

El aumento del más del 30% de cupos en las universidades públicas del Ecuador, no logró abastecer a la demanda de estudiantes que desean ingresar a la Educación Superior. Actualmente, cientos de bachilleres no pueden estudiar las carreras de su preferencia. 

Las autoridades reconocen que la brecha entre la cantidad de plazas disponibles y el número de aspirantes, es amplia. Asi lo afirma Adrián Bonilla, viceministro de Educacion Superior:

“Estamos hablando de un poco más de 300.000 mil personas que se gradúan de bachiller, y de 80.000 mil cupos universitarios, es un brecha muy grande”.

El viceministro dice que trabajan para acortar la cifra de estudiantes que no logran acceder a un cupo universitario.

“Vamos a seguir haciendo esfuerzos, porque es un problema importante de la sociedad ecuatoriana, sobre la cual tenemos que trabajar todos”, manifestó.

En tanto, autoridades analizan la implementación de políticas públicas, para que las instituciones de Educación Superior mejoren los niveles de admisión. Para ello se contempla flexibilizar el número de alumnos por aula, crear nuevas infraestructuras y contratar mas docentes.

En Ecuador, bachilleres se han postulado en carreras no deseadas por falta de cupos. Este es el caso de Eduardo Pacheco, se gradúo hace pocos meses y aspiraba obtener un cupo para la facultad de medicina en la universidad de Guayaquil. Para ello cuenta que rindió la prueba ser bachiller en la cual obtuvo 770 puntos.

Eduardo confiesa que para no abandonar la meta de ser médico averiguó la posibilidad de estudiar dicha carrera en universidades privadas, pero estaba fuera de su alcance y el de su familia:

“Para ingresar a una universidad privada, eran precios exagerados, 800 dólares mensuales, y hay personas que viven con 1 dólar en el país”, afirma el joven.

Este joven no tuvo más remedio que cambiar a una carrera más económica en una institución privada. En la actualidad, cursa el primer año de derecho, pero tiene la convicción de arrancar con sus estudios de medicina en algún momento.

Fuente de la Noticia:

http://www.ecuavisa.com/articulo/noticias/actualidad/341871-cupos-universidades-publicas-no-abastece-demanda-estudiantes

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Panamá: Educación superior, ¿igual para todos?

Panamá / 15 de octubre de 2017 / Autor: Keila E. Rojas L. / Fuente: La Estrella de Panamá

Las opiniones se han dividido frente al alza de la matrícula a los estudiantes no nacionales en la Universidad de Panamá. ¿Trato justo o discriminación?

Luego que el Consejo Administrativo de la Universidad de Panamá (UP) aprobara el aumento de matrícula, de $27.50 a $ 200.00, a los estudiantes no nacionales que cursen estudios de licenciaturas o estudios de carreras técnicas en la Universidad de Panamá; sectores en contra y a favor de la medida que dio a conocer el rector de la UP, Eduardo Flores a través de su cuenta de Twitter, levantaron su voz.

Frente la polémica que surgió, ¿cómo se pinta el panorama para los panameños que deciden formarse a nivel superior en el extranjero?.

Para Michael Redenbach, director Comercial y Encargado del sector Educación en la Embajada de Canadá, ‘que un nacional pague menos que los extranjeros es bastante común. Te puedo asegurar que en los Estados Unidos, Australia y otros países, no solo los panameños, los extranjeros siempre pagan un poco más’, dice Redenbach.

Aunque afirmó no conocer el monto exacto que pagan anualmente los canadienses en estudios superiores, dijo que en promedio un panameño debe pagar 16 mil dólares al año en estudios superiores (universidad).

‘En Canadá tenemos más de 100 universidades públicas. Se realizan estudios postsecundarios en universidades (carreras con duración de 4 años)e institutos técnicos (duración de 2 o 3 años). No conozco la diferencia en el pago entre canadienses y panameños pues mi trabajo es promover para los extranjeros, pero los nacionales pagan menos que los extranjeros, esto es algo común en diferentes países’, detalla el director Comercial y Encargado del sector Educación en la Embajada de Canadá.

ESTUDIANTES PROPONEN MEDIDA

La propuesta de aumentar la matrícula a los extranjeros en la UP, según conoció Rafael Rodríguez, presidente de la Asociación de Residentes Naturalizados de Panamá (Arena), llegó al Consejo Administrativo de la UP a manos de un grupo de estudiantes. ‘Y hay que reconocer que en la UP hay grupos de estudiantes que discriminan a los extranjeros’, dijo.

‘Definitivamente hay países que mantienen la igualdad entre nacional y extranjero, es decir, la misma cuota que paga el nacional la paga el extranjero’, dice Rodríguez, a la vez que reconoce que ‘hay otros lugares que le ponen un 10% más que los nacionales de manera que se sienta una diferencia entre nacional y extranjero’.

Según las estadísticas de la Universidad, actualmente existen aproximadamente 600 estudiantes extranjeros, en su mayoría venezolanos, colombianos, dominicanos y centroamericanos., quienes pagan la misma matrícula que los nacionales desde hace unos 80 años.

El documento firmado por el rector de la UP Eduardo Flores, como presidente de este organismo, y por Nereida Herrera, como secretaria, precisa que el incremento comenzará a regir a partir del primer semestre de 2018.

El escrito con fundamento de derecho: Art. 19.7 de la Ley 24, de 14 de julio de 2005 establece que se exceptúa del pago descrito a los estudiantes de países extranjeros con los que Panamá mantenga convenio de cooperación o entendimiento, caso en el que se aplicará un criterio de reciprocidad en el cobro de matrícula.

Para el presidente de Arena, la aprobación de dicha medida es ‘injusta’. ‘Nosotros tomamos en cuenta lo que señala la constitución de la República de Panamá. En los artículos 19 y 20 describe que no puedo haber discriminación por raza, nacionalidad, sexo y ningún tipo de discriminación entre nacional y extranjeros, por esta razón es nuestro reclamo que se haga por justo equilibrio de acuerdo a lo que señala la constitución de Panamá’.

PANAMEÑOS EN EL EXTRANJERO

Mientras un sector de la población manifiesta su descontento por la medida aprobada el 6 de septiembre del presente año, panameños que estudiaron en el extranjero dan a conocer su experiencia en cuanto al aspecto económico en la institución educativa a la que pertenecieron.

Maricarmen Castillo, quien recientemente se graduó de cineasta en la Escuela Internacional de Cine y TV (EICTV) Cuba, asegura que aunque los gastos de sus estudios fueron costeados a través de beca, el costo de ‘mi matrícula era más que el de los cubanos’.

Mientras que Ana Pinilla, panameña quien estudió en la facultad de periodismo y comunicación social de la Universidad Nacional de la Plata, Buenos Aires, apunta que la matrícula en esta institución es gratuita tanto para nacionales como extranjeros.

‘Había cuatro cupos para extranjeros por facultad en cada consulado, es decir si te inscribías en tu país en el consulado argentino. Pero si vivías en Argentina se anotaba gratuitamente sin pago de matrícula ni mensualidad cualquier persona que tuviera sus papeles (estatus migratorio legal) o estuvieran en trámite’, explica Pinilla.

Asegura que los istmeños también gozaban de los beneficios que ofrece la institución.

‘Había muchos beneficios, el mejor para mí era el comedor universitario que te facilitaban almuerzo de lunes a viernes por $1 peso por día, el equivalente en aquel momento a 33 centavos de dólar por día. La comida incluía carne, menestra fruta y pan. También ofrecían de forma gratuita servicio médico, salas de internet, y uso de libros fuera de bibliotecas’, señala.

Por su parte, Isabel De Gracia Rivera, productora y directora de cine y quien también estudió en Argentina, indica que al ser extranjera para poder inscribirse en la Fundación Universidad del Cine una universidad privada con sede central en el Barrio de San Telmo en la Ciudad de Buenos Aires, ‘a diferencia de los residentes tuve que pagar mil 500 dólares en un banco para poder matricularme’.

Para justificar el aumento, el rector de la UP manifiesta que los gastos de la entidad educativa que preside, son sufragados con los impuestos de los panameños, por lo que el precio especial debe ser para los estudiantes nacionales.

A pesar que Panamá no sería el único país en la región en aplicar una medida de esta índole, la junta del departamento de Sociología de la facultad de Humanidades de la UP a través de nota firmada por Néstor Mathieu, director de la junta, considera que la acción es ‘injusta y discriminatoria’.

‘La educación, incluyendo la universitaria, al igual que la salud, constituye un derecho humano; por ende es un deber del Estado garantizarla a todas las personas sin distingo de edad, raza, género, sexo o nacionalidad’, reza la nota.

‘No nos oponemos rotundamente al aumento, pero si señalamos que es desproporcionado aumentarle a unos jóvenes una diferencia de 728% por el simple hecho de ser extranjeros’, puntualiza Rodríguez.

Fuente de la Noticia:

http://laestrella.com.pa/estilo/cultura/educacion-superior-igual-para-todos/24027101

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ACNUR: Esquema de educación en línea les da un grado de esperanza a los estudiantes refugiados

ACNUR / 1 de octubre de 2017 / Autor: Charlie Dunmore / Fuente: ACNUR

Con el apoyo de la Universidad de Ginebra, el proyecto InZone pone a disposición cursos de grado para quienes ven la universidad fuera de su alcance.

La guerra puso un abrupto fin a los esfuerzos de Qusai para convertirse en un abogado. Había estado en el primer año de un curso de Derecho en la Universidad en Dara’a cuando la violencia estalló en la ciudad meridional de Siria en el inicio del conflicto civil del país en 2011.

En 2013, él y su familia huyeron a Jordania y terminaron en el remoto campamento de refugiados de Azraq. Allí, la esperanza de Qusai de convertirse en abogado parecía evaporarse.

Desesperado por continuar estudiando, él se inscribió en cada clase informal que pudo encontrar- inglés, computación, e incluso reparación de teléfonos celulares. Sin poder cubrir los costos o asegurar una visa para estudiar en un tercer país, la idea de concluir sus estudios continuaba lejos de su alcance.

Fue entonces cuando oyó hablar de una iniciativa llamada InZone, respaldada por la Universidad de Ginebra y que ofrecía un curso de historia a nivel de grado diseñado por la Universidad de Princeton en los Estados Unidos.

“Había instituciones prestigiosas involucradas y yo quería formar parte”.

“Yo no había pensado en estudiar historia, pero había instituciones prestigiosas involucradas y yo quería formar parte”, dijo Qusai.

La matrícula en la educación terciaria ha aumentado a nivel mundial, llegando a un 36 por ciento en 2016, comparado con un 34 por ciento un año anterior; sin embargo, para el 99 por ciento de los refugiados, el acceso a la universidad o a otras formas de educación superior continúan fuera de alcance.

La demanda claramente está allí: en 2016, más de 4.300 refugiados recibieron becas DAFI, el programa de educación superior provisto por la Agencia de la ONU para los Refugiados, ACNUR, y apoyado por Alemania, para recibir educación terciaria en 37 países de acogida, un aumento del 90 por ciento en comparación con 2015. Sin embargo, para decenas de miles más, la matrícula, la distancia y la dificultad para completar la educación secundaria los mantienen fuera de la educación superior.

InZone demuestra cómo la educación superior puede estar disponible para quienes normalmente no tendrían acceso. La iniciativa, que se estableció primero en el campamento de refugiados en Kakuma en 2010, llegó a Azraq en septiembre de 2016 con el curso de historia dado por Princeton.

Ahora otra institución estadounidense, Purdue University, está dando un curso de ingeniería. Las sesiones presenciales se llevan a cabo en un laboratorio de cómputo financiado por ACNUR y gestionado por la ONG CARE International.

“Estar conectado con el mundo exterior de la academia te hace sentir parte de algo más grande”.

James Casey, un candidato doctoral en historia siria moderna en Princeton, fue uno de los tutores en línea para el curso impartido en Azraq. Él dice que, a diferencia de un curso normal en línea o por correspondencia, donde los índices de retención son bajos, el enfoque de InZone es promover la interacción regular entre los tutores y los estudiantes, ya sea en línea, cara a cara o por medio de las redes sociales. Esta es la forma de mantenerlos “comprometidos y en el camino”, dijo él.

Los tutores y profesores de los cursos intentan visitar a los estudiantes en el campamento al inicio y al final del término, en el primer caso para llevar a cabo los exámenes de selección e introducir a los seleccionados al curso, y al final para supervisar el taller y los exámenes finales del curso.

Además del laboratorio de computación, los estudiantes utilizan dispositivos móviles para estudiar y tener acceso a los materiales en un dispositivo USB cuando el internet no está disponible. Los grupos de tutores usan el servicio de mensajería instantánea de Whatsapp para permitir la comunicación entre estudiantes y profesores cuando la conectividad es limitada.

El curso mantuvo a Qusai intelectualmente estimulando y le dio esperanza. “Estudiar con una de las mejores universidades y estar conectado con el mundo exterior de la academia te hace sentir parte de algo más grande, no solo como una cifra en un campamento de refugiados”, dijo él.

El curso también le dio una nueva perspectiva. “Aprendimos cómo los países de Europa se reconstruyeron después de la Segunda Guerra Mundial, y eso me da la esperanza de hacer lo mismo en Siria”.

Fuente de la Noticia:

http://www.acnur.org/noticias/noticia/esquema-de-educacion-en-linea-les-da-un-grado-de-esperanza-a-los-estudiantes-refugiados/

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República Dominicana: Las mujeres son el 63.9% de los estudiantes universitarios del país

República Dominicana / 1 de octubre de 2017  / Autor: Rafael Alonso Rijo / Fuente: El Caribe

La ministra de Educación Superior reveló que el 54.50% de los universitarios está en el rango de edad de 18 a 22 años

El país ha dado un salto significativo en las últimas décadas, ya que el Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Mescyt) registra que el año pasado había 505,936 estudiantes inscritos en instituciones de educación superior, de los cuales el 54.50% está entre los 18 a 22 años.

Esto es el 9.21% de la población total del país, lo que significa una gran avance con respecto a los años 60 y 70, cuando la matriculación universitaria era mínima.

De los 505,936 universitarios las mujeres son la mayoría, con 323,178, para un 63.9%, mientras que los hombres son 182,758, para el 36.1%, siendo el índice de feminidad en las universidades de 177.9%.

La información fue presentada por la ministra de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Mescyt), Alejandrina Germán, al participar en el Almuerzo Semanal de Multimedios del Caribe, donde presentó un informe de logros en el que señala que el sector privado absorbe el 59.4% de la matrícula, mientras que el público tiene el 40.6%.

Germán explicó que las instituciones de educación superior están dadas en términos de universidades, institutos especializados de estudios superiores e institutos técnicos de estudios superiores, y que en términos porcentuales el 97.3% de la matrícula corresponde a las primeras, el 1.2% a los segundos y el 1.5% a los terceros, respectivamente.

Matriculación por áreas

Las áreas con mayor matrícula son Negocios 19.9%, Educación 19.5%, Salud 14.3%, Humanidades 10.5% Ingenierías 9.3%, mientras que las tecnologías apenas alcanzan el 4.9%.

La ministra Germán precisó que en Ciencias Agropecuarias y Veterinaria hay 3,387; en Ciencias puras 1,571; en Ciencias Económicas y Sociales 1,625; en Ciencias Jurídicas y Políticas 36,155; en el área de Educación 98,844; en Humanidades 53,184; en Ingeniería y Arquitectura 47,242; en estudios internacionales 618; en Ciencias Militares 888; en el área de Negocios 100,799; en Salud 72,200 (50,000 en Medicina y alrededor de 20,000 en Odontología); en Comunicación 24,000; en Tecnologías de la Información y la Comunicación 24,927 y en otras áreas 56,743.

El informe señala que el año pasado las instituciones de educación superior graduaron 53,664 profesionales de diferentes disciplinas, de los cuales el 66% egresó del sector privado y el 34% del público. Asimismo, el 67.7% son mujeres y el 32.3% hombres.

Oferta académica e investigación

De acuerdo con Alejandrina Germán, se hace necesario que las instituciones de educación superior, sobre todo las universidades, ajusten la oferta académica de acuerdo con las necesidades de desarrollo del país y a la vez desarrollar proyectos de investigación.

Señaló que desde agosto del año pasado se han desembolsado RD$189,928,874 para 140 proyectos de investigación, de los que hay vigentes 185 proyectos, y se van a desembolsar 269,648,000. El total es de RD$1,690 millones.

Así lo planteó Germán al conversar en el Almuerzo Semanal de Multimedios del Caribe con el director de elCaribe, Osvaldo Santana; el subdirector, Héctor Linares, y Sandra Guzmán, directora del elCaribe digital. La ministra estuvo acompañada de Rafael González, viceministro de Educación Superior; Saturnino de los Santos, viceministro de Evaluación y Acreditación de las Instituciones de Educación Superior, y Avelino García, director general de Comunicación.

“Hay que tomar en cuenta que ninguna institución estatal puede hacer que el estudiante estudie lo que no quiere; lo que se debe hacer es ajustar su oferta en función del desarrollo del país, y es por eso que las becas de grado y postgrado las concertamos de acuerdo con las necesidades del país”, afirmó al responder una pregunta de Osvaldo Santana.

Al respecto, el viceministro Rafael González observó que en los países desarrollados existe la cultura educativa de formar los técnicos que demandan los sectores productivos, y en ese sentido el sector empresarial demanda más tecnólogos que profesionales.
Al respecto, señaló que más del 90% de los técnicos egresados del Instituto Técnico Superior Comunitario (ITSC) ingresan al mercado de trabajo prácticamente al graduarse.

“Estamos promoviendo la formación de técnicos y desde el Gobierno se está incentivando a las universidades para que diversifiquen su oferta y la hagan más acorde con las demandas de los sectores productivos y los sectores de servicio”, apuntó González.

Formar mejores educadores y enfermeras

El viceministro Rafael González afirmó que el Ministerio se está enfocando en la formación de los profesionales de la salud y la educación. Al respecto, dijo que en relación del sector salud está el caso del personal de enfermería, donde la mayoría son auxiliares y no pasan por un instituto técnico superior o una universidad. Observó que la ley de salud plantea que las enfermeras deben ser universitarias, pero éstas se forman en instituciones como el Instituto de Formación Técnico Profesional (Infotep) y otros institutos avalados por el mismo Infotep que ofertan simples “cursos”. Al respecto, dijo que hay una coordinación entre el Ministerio de Salud y el Mescyt para enfrentar dicha situación. Sobre el tema, Alejandrina Germán reveló que “el Ministerio de Salud Pública y nosotros decidimos hace unas semanas solicitarle al Infotep que anule, que cierre la formación de auxiliares de enfermería para que los centros de salud exijan por lo menos un técnico superior en enfermería, pero hay universidades que no quieren formar esos técnicos”.

El Mescyt creará una unidad de acreditación

La ministra de Educación Superior, Ciencia y Tecnología observó que desde el Estado se está haciendo un esfuerzo extraordinario para que las universidades mejoren la calidad de la enseñanza, ya que ésta es una exigencia de los mismos estudiantes. En ese sentido dijo que cada cinco años se hace una evaluación a cada academia, la cual va desde su oferta curricular, la formación del cuerpo docente, infraestructura, tecnología, así como programas de investigación. “Cuando en la evaluación quinquenal se detecta alguna deficiencia se le informa a la universidad para que lo corrija, y si no lo hace en el tiempo requerido, pues se le sanciona”, explicó Saturnino de los Santos, viceministro de Evaluación y Acreditación de las Instituciones de Educación Superior. Al respecto, la ministra Germán dijo que el Mescyt está creando una unidad de acreditación de las instituciones de educación superior y que estará bajo la dirección del viceministro de los Santos. “Se trabajará con las acreditadoras internacionales, luego de crear los mecanismos, y estamos entrando a ese concierto”, dijo.

Investigación
Desde agosto del año pasado se han desembolsado RD$189,928,874 para 140 proyectos de investigación”.

Educación
Estamos siendo muy exigentes con la formación de los educadores en las universidades porque hay que mejorar la calidad”.

Patente
La PUCMM adquirió una patente internacional con un proyecto que el Mescyt ayudó a financiar”.

Fuente de la Noticia:

“Las mujeres son el 63.9% de los estudiantes universitarios del país”

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Estados Unidos: Universidad de Toronto logra incorporar más estudiantes negros en medicina

Estados Unidos/21 de Agosto de 2017/

La Comunidad de Apoyo ayuda a los estudiantes negros a desarrollar su potencial como futuros profesionales de la salud

En pocas semanas, una nueva cosecha de estudiantes de medicina comenzará clases en la Universidad de Toronto.

Para este tiempo, el año próximo, Aquila Akingbade quisiera ser uno de ellos.

Aquila Akingbade presentará sus solicitudes a la escuela de medicina para el 1 de octubre. El aspirante neurocirujano participa en un programa de la U de T que le ayuda a aprender más sobre la profesión médica. © (Aquila Akingbade)

El aspirante a neurocirujano está en el proceso de preparar una serie de aplicaciones para las escuelas médicas canadienses, pero gracias a un programa de la U de T creado solo hace dos años, no tendrá que hacerlo solo.

La Comunidad de Apoyo (CoS), como se llama el programa, existe para ayudar a los estudiantes negros, indígenas y económicamente desfavorecidos de todo Canadá a presentar con éxito la solicitud de ingreso a la escuela de medicina.

Para Akingbade, eso significa acceso a mentores y a un estudiante avanzado de medicina para ayudarle a navegar por el proceso.

“Se trata realmente de nivelar el campo de juego”, dijo Ike Okafor, quien fundó el programa y trabaja en la U de T como funcionario de aprendizaje de servicio y difusión.

Si bien algunos solicitantes potenciales pueden tener una red de amigos, de la familia para pedir consejo y conexiones, “hay muchos estudiantes que no tienen ese mismo tipo de acceso”, explicó Okafor.

Aquila Akingbade explica una ecuación de bio-estadística a Ike Okafor. El curso de biostatistica no acreditado para aspirantes a medicina en la U de T que quieren aplicar a la escuela médica es parte de Cos. © Erin Howe.

1 estudiante negro entre 260

La facultad de Medicina de la Universidad de Toronto tenía 1 estudiante negro el año pasado en una clase de aproximadamente 260.

“¿Qué dice eso sobre dónde estamos en el siglo XXI,  en términos de los problemas de acceso?” -preguntó Okafor.

Gracias a apoyos como los programas de mentoría, un curso gratuito de preparación MCAT, y las entrevistas simuladas, el programa de apoyo va lenta pero seguramente aumentando los números.

La Dra. Onye Nnorom es vicepresidenta de la Asociación de Médicos Negros de Ontario. El grupo proporciona una serie de mentores para el programa de la Co
munidad de Apoyo. © (Dr. Onye Nnorom)

Este año, por lo menos cuatro estudiantes negros que trabajaron con el programa comenzarán su educación médica en la U de T, y otros 16 se dirigirán a otras escuelas de medicina en Canadá, en Estados Unidos y el Caribe.

La mayoría de las escuelas de medicina no publican el número de estudiantes negros que tienen, pero Okafor dijo que es probable que el número de estudiantes negros que ingresan a las escuelas de medicina en la provincia de Ontario sin ayuda del programa de apoyo,  es bajo.

“Yo diría que para los estudiantes negros en esta provincia, la mayoría está llegando a través de CoS en este momento”, dijo – ocho estudiantes en total para el próximo año escolar.

No es suficiente, dijo la Dra. Onye Nnorom, vicepresidente de la Asociación de Médicos Negros de Ontario, una importante fuente de mentores para Community of Support.

“En medicina, se supone que debemos representar a la población a la que servimos. Si nos fijamos en Toronto, la población general negra es del ocho por ciento”, dijo, “ha sido menos que eso”.

Hay algo para celebrar, sin embargo: “está aumentando y hemos podido identificar qué funciona”, dijo.

Barreras sistémicas de la escuela pública

Okafor dijo que más allá de ayudar a los estudiantes a presentar aplicaciones, pasar entrevistas, etc, hay problemas sistémicos más profundos que impiden que los estudiantes negros fijen sus miras en la escuela de medicina que el programa de apoyo quiere abordar.

“Parte de eso se reduce a las bajas expectativas y otros factores, al racismo anti-negro que tiene lugar dentro del sistema escolar”, dijo.

Para abordar esto, la Comunidad de Apoyo está trabajando en la adición de un programa de extensión para estudiantes de secundaria.

Si ellos pueden hacerlo, tú puedes hacerlo

Akingbade, quien presentará sus solicitudes de la escuela de medicina en octubre, dijo que ver y conocer a más médicos negros podría hacer una gran diferencia para los jóvenes.

“A lo largo de mis cuatro años en la U de T nunca tuve un solo profesor negro”, dijo. Él era también con frecuencia el único estudiante negro en sus clases de la ciencia.

Un programa como Comunidad de Apoyo “muestra a los estudiantes que hay profesionales negros reales, profesionales médicos negros “, dijo.

Si ellos pueden hacerlo, tú puedes hacerlo

Fuente: http://www.rcinet.ca/es/2017/08/16/universidad-de-toronto-logra-incorporar-mas-estudiantes-negros-en-medicina/

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Ingreso a la educación superior

Por. José Ignacio Castro Guijarro

Inscribirse en alguna carrera profesional es asunto muy importante en lo individual y familiar, también social y gubernamentalmente pues tener matrícula en este nivel educativo es estratégico para el desarrollo integral de cualquier nación. El problema es la incapacidad para atender la demanda de todos los aspirantes a instituciones de educación superior (IES) mexicanas.

En planeación de la educación hay dos indicadores relacionados al respecto: absorción y cobertura. El primero refiere al número de alumnos inscritos en primer semestre de alguna carrera o IES (Tecnológico, Universidad, Escuela Normal) o Subsistema o a nivel estatal o nacional respecto al número de egresados de bachillerato; el segundo es la matrícula registrada oficialmente respecto a la población total entre 18 a 22 años.

Las cifras oficiales son: La absorción a nivel país para los últimos tres ciclos escolares es de 79.5%, 76.0% y 75.5% respectivamente, es decir 3 de cada 4 bachilleres/preparatorianos ingresan a IES. En el ciclo escolar 2015-2016 la matrícula nacional registra 4 millones 24 mil 401 alumnos; 174 mil 779 (4.12%) en Técnico Superior Universitario; 3 millones 915 mil 971 (92.26%) en Licenciatura; 52 mil 329 (1.23%) en Especialidad; 237 mil 331 (5.59%) en Maestría y 38 mil 770 (0.91%) en Doctorado; estudiando en 5 mil 343 IES. Para el ciclo escolar 2015-2016 fueron 4 millones 935 mil 080 alumnos del nivel medio superior en 20 mil 383 escuelas, terminan bachillerato o equivalente 68 de cada 100 que lo inician y la cobertura en el nivel medio superior es de 778 alumnos por cada mil habitantes entre 15 a 17 años. Calculando por semestre 2.28 veces más bachilleres que estudiantes de licenciatura. Para el ciclo escolar 2016-2017 a nivel nacional realizaron estudios superiores 323 alumnos de cada mil jóvenes con edades 18 a 22 años y uno de cada tres estudiantes está matriculado en alguna IES particular.

Resulta necesario incrementar la capacidad de ingreso a IES mexicanas aunque implique contratar más profesorado, más aulas, laboratorios, talleres y espacios administrativos, mayor inversión anual en la educación superior, ello es un proceso natural de crecimiento como la primaria, secundaria y media superior (educación obligatoria). Hay retos mayores asociados a dicho incremento como asegurar empleo suficiente, apropiado y bien remunerado a profesionistas pero este es un problema estructural de la economía mexicana por tanto es política de gobierno que el desarrollo de la educación superior ineludiblemente esté equiparable y asociado al macroeconómico y microeconómico. También debe considerarse la pertinencia de la oferta educativa pues no solo es tener mayor número de estudiantes en carreras saturadas sino planear aquellas nuevas necesarias a futuro, que la oferta educativa superior tenga la calidad esperada a nivel internacional y esté estrechamente vinculada al desarrollo humano sustentable. Es menester diseñar estrategias relacionadas entre absorción/cobertura, considerar la modalidad abierta o a distancia, pertinencia y diversificación de oferta educativa, actualizar la legislación en materia, procesos de investigación/vinculación más eficientes y sobre todo un modelo de financiamiento efectivo. Ello es nuestro apremiante reto.

ignacio.kaxtro@gmail.com

Fuente del Artículo:

Ingreso a la educación superior

 

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EEUU: From public good to personal pursuit: Historical roots of the student debt crisis

América del Norte/Estados Unidos/Julio 2017/Noticias/https://theconversation.com

 

The promise of free college education helped propel Bernie Sanders’ 2016 bid for the Democratic nomination to national prominence. It reverberated during the confirmation hearings for Betsy DeVos as Secretary of Education and Sanders continues to push the issue.

In conversations among politicians, college administrators, educators, parents and students, college affordability seems to be seen as a purely financial issue – it’s all about money.

My research into the historical cost of college shows that the roots of the current student debt crisis are neither economic nor financial in origin, but predominantly social. Tuition fees and student loans became an essential part of the equation only as Americans came to believe in an entirely different purpose for higher education.

Students took to the streets to protest their debt burdens as part of Occupy Boston in 2011. CampusGrotto/flickrCC BY-NC

Cost of a college degree today

For many students, graduation means debt. In 2012, more than 44 million Americans (14 percent of the total population) were still paying off student loans. And the average graduate in 2016 left college with more than $37,000 in student loan debt.

Student loan debt has become the second-largest type of personal debt among Americans. Besides leading to depression and anxiety, student loan debt slows down economic growth: It prevents young Americans from buying houses and cars and starting a family. Economist Alvaro Mezza, among others, has shown that there is a negative correlation between increasing student loan debt and homeownership.

The increase in student loan debt should come as no surprise given the increasing cost of college and the share that students are asked to shoulder. Decreasing state support for colleges over the last two decades caused colleges to raise tuition fees significantly. From 1995 to 2015, tuition and fees at 310 national universities ranked by U.S. News rose considerably, increasing by nearly 180 percent at private schools and over 225 percent at public schools.

Whatever the reason, tuition has gone up. And students are paying that higher tuition with student loans. These loans can influence students’ decisions about which majors to pick and whether to pursue graduate studies.

Early higher education: a public good

The Stanford University crew team, between 1910-1915. Stanford was founded on the principle of providing a free education. The university did not start charging students tuition until 1920. Library of Congress

During the 19th century, college education in the United States was offered largely for free. Colleges trained students from middle-class backgrounds as high school teachers, ministers and community leaders who, after graduation, were to serve public needs.

This free tuition model had to do with perceptions about the role of higher education: College education was considered a public good. Students who received such an education would put it to use in the betterment of society. Everyone benefited when people chose to go to college. And because it was considered a public good, society was willing to pay for it – either by offering college education free of charge or by providing tuition scholarships to individual students.

Stanford University, which was founded on the premise of offering college education free of charge to California residents, was an example of the former. Stanford did not charge tuition for almost three decades from its opening in 1891 until 1920.

Other colleges, such as the College of William and Mary, offered comprehensive tuition scholarship programs, which covered tuition in exchange for a pledge of the student to engage in some kind of service after graduation. Beginning in 1888, William and Mary provided full tuition scholarships to about one third of its students. In exchange, students receiving this scholarship pledged to teach for two years at a Virginia public school.

And even though the cost for educating students rose significantly in the second half of the 19th century, college administrators such as Harvard President Charles W. Eliot insisted that these costs should not be passed on to students. In a letter to Charles Francis Adams dated June 9, 1904, Eliot wrote, “I want to have the College open equally to men with much money, little money, or no money, provided they all have brains.”

College education becomes a private pursuit

The perception of higher education changed dramatically around 1910. Private colleges began to attract more students from upper-class families – students who went to college for the social experience and not necessarily for learning.

This social and cultural change led to a fundamental shift in the defined purpose of a college education. What was once a public good designed to advance the welfare of society was becoming a private pursuit for self-aggrandizement. Young people entering college were no longer seen as doing so for the betterment of society, but rather as pursuing personal goals: in particular, enjoying the social setting of private colleges and obtaining a respected professional position upon graduation.

John D. Rockefeller was instrumental in bringing about the modern day reality of college tuition and student loans. The Rockefeller Archive Center

In 1927, John D. Rockefeller began campaigning for charging students the full cost it took to educate them. Further, he suggested that students could shoulder such costs through student loans. Rockefeller and like-minded donors (in particular, William E. Harmon, the wealthy real estate magnate) were quite successful in their campaign. They convinced donors, educators and college administrators that students should pay for their own education because going to college was considered a deeply personal affair. Tuition – and student loans – thus became commonly accepted aspects of the economics of higher education.

The shift in attitude regarding college has also become commonly accepted. Altruistic notions about the advancement of society have generally been pushed aside in favor of the image of college as a vehicle for individual enrichment.

Dartmouth College students carving canes on campus in the early 1920s. In the early 20th century, as more students from upper-class families began attending college for the social – rather than educational – experience, many colleges began the practice of charging tuition. Council of the Alumni of Dartmouth College

A new social contract

If the United States is looking for alternatives to what some would call a failing funding model for college affordability, the solution may lie in looking further back than the current system, which has been in place since the 1930s.

In the 19th century, communities and the state would foot the bill for college tuition because students were contributing to society. They served the common good by teaching high school for a certain number of years or by taking leadership positions within local communities. A few marginal programs with similar missions (ROTC and Teach for America) still exist today, but students participating in these programs are very much in the minority.

Instead, higher education today seems to be about what college can do for you. It’s not about what college students can do for society.

I believe that tuition-free education can only be realized if college education is again reframed as a public good. For this, students, communities, donors and politicians would have to enter into a new social contract that exchanges tuition-free education for public services.

Fuente:

https://theconversation.com/from-public-good-to-personal-pursuit-historical-roots-of-the-student-debt-crisis-79475

Fuente imagen:

https://lh3.googleusercontent.com/rwTCWZGYZNrG-MeAdq7_0UzMkgAS_5UBcZ-GROxCnqUjfi3ZoRRQmKokeav0KfX5KlMPOg=s

 

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