Entrevista a Kailash Satyarthi, Nobel de la Paz 2014: «Eliminar el trabajo infantil es una cuestión de honestidad política ¿Priorizamos niños o guerras?»

12 noviembre 2017/Fuente: El Diario

  • El Nobel de la Paz Satyarthi apunta que «solamente cuatro días y medio del gasto militar global servirían para garantizar la educación primaria de todos los niños del mundo».
  • «Lo más importantes es la mentalidad de la gente, que realmente se interiorice que es necesario respetar la infancia de los niños. Y esa mentalidad debe ser contruida a nivel global».
  • «Es responsabilidad de los políticos y de la comunidad internacional invertir más en nuestra infancia».

Kailash Satyarthi (Vidisha, India, 1954), Premio Nobel de la Paz en 2014 e histórico defensor de los derechos de la infancia, desprende paz y sosiego a pesar de que su tarea no es sencilla: lucha por eliminar el trabajo infantil en todo el mundo. Preso aún de la estadística, sigue la estela de su compatriota Mahatma Gandhi en el compromiso con los más débiles y se muestra optimista y autocrítico a partes iguales. A día de hoy, 152 millones de niños, niñas y adolescentes entre 5 y 17 años se encuentran en situación de trabajo infantil. La mitad de ellos lo hacen en actividades peligrosas que ponen en grave riesgo su salud, seguridad o moralidad.

El pasado miércoles fue investido Doctor Honoris Causa por la Universidad Pablo de Olavide como reconocimiento a su trabajo contra la opresión infantil y en favor del derecho de todos los niños y niñas a la educación. Tras participar en el foroEl rol de la sociedad civil en la erradicación sostenida del trabajo infantil y la protección del adolescente trabajador que ha tenido lugar en Sevilla, atiende en exclusiva a  eldiario.es/andalucía en la Fundación Tres Culturas.

La primera llama surgió cuando tenía cinco años y medio y fui a la escuela por primera vez. Me encontré en la puerta de la escuela con un chico que trabajaba recogiendo carbón. Él y su padre nos miraban y preguntaban si se les podía dar algún trabajo. Fue extraño porque yo entendía que todos los niños tenían que ir al colegio. Mi profesora me dijo que no era poco habitual que niños de familias pobres tuvieran que apoyar a sus familias. Mi círculo más cercano me dio una respuesta bastante similar, pero cada día lo veía trabajando en duras condiciones y me sentía muy mal.

¿Qué hizo entonces?

Un día le pregunté al padre y me dijo que nunca había pensado en que su hijo tenía que ir a la escuela porque ni su padre ni su abuelo habían ido nunca. Me miró bastante indefenso y me dijo que ellos estaban hechos para trabajar. No pude entenderlo, pero más tarde comprendí que estaba relacionado con el sistema de castas de la India. Fue un incidente que cambió algo dentro de mí y sirvió para darme cuenta de que la gente asumía que las cosas tenían que ser así, pero yo empecé a cuestionarlo. Tuve una infancia normal como niño de clase media pero me puse con gente cercana a recaudar dinero para apoyar a esas familias y que pudieran comprar libros de texto a sus hijos.

Su labor es difícil, más aún en su país. Incluso ha sido víctima de ataques. ¿Cómo es la situación actual de trabajo infantil en la India y cómo lo vive personalmente?

He sido atacado bastantes veces. Dos de mis compañeros fueron asesinados. Según las estadísticas gubernamenatles, en mi país hay 4,2 millones de niños y niñas trabajadores. Datos no oficiales hablan de 30 millones. La mayoría están en el sector agrícola, aproximadamente un 60%, o en el sector de la construcción. La buena noticia es que las cifras han descendido bastante en los últimos 15 ó 20 años. De acuerdo con el censo de la India, en 2011 había unos diez millones de niños trabajando. No es un número correcto porque la cifra absoluta es más alta pero ha habido un descenso muy marcado. India acaba de aprobar una ley sobre trabajo infantil y ha ratificado los dos convenios de la Organización Internacional del Trabajo. Esto son estadísticas pero la realidad es que el hecho de que un solo niño esté en peligro significa que el mundo no es seguro.

Kailash Satyarthi

¿La educación es la solución a este mal global?

La educación es sin duda la herramienta con mayor efecto preventivo, incluso rehabilitador, pero no es la única medida necesaria. Deberíamos contar con leyes estrictas sobre trabajo infantil y que fueran cumplidas junto a normativas aplicables a las empresas para que no se contrate mano de obra infantil. De igual manera es importante que contemos con medios de protección social para proteger a los padres y madres de estos niños y adolescentes. Lo más importante es la mentalidad de la gente, que realmente se interiorice que es necesario respetar la infancia de los niños. Y esa mentalidad debe ser construida a nivel global.

Desde que se celebró en 1997 en Oslo la I Conferencia internacional contra el trabajo infantil, el mundo está comprometido a eliminarlo pero, ¿por qué no se consigue definitivamente?

Desde Oslo, el dato importante con el que me quedo es que el trabajo infantil se ha reducido en 100 millones. Eso se debe a todos los esfuerzos que se han coordinado y articulado en torno a esta situación. De acuerdo con estimaciones globales, existen aún unos 150 millones.

¿Qué piensa que va a traer la IV Conferencia Mundial sobre la Erradicación Sostenida del Trabajo Infantil que empieza el próximo martes en Buenos Aires? ¿Se verán modelos de intervención innovadores?

Durante las últimas conferencias hemos hechos muchas promesas, nos hemos comprometido a distintas cosas. Las promesas de la primera Conferencia se reiteraron en la segunda, y así en la tercera. He participado en todas ellas y, sin embargo, creo que siempre hacemos promesas y creamos nuevas cuando todavía no hemos terminado de cumplir con las primeras.

¿A qué promesas se refiere exactamente y por qué no se han logrado cumplir?

Por ejemplo, hemos hablado ampliamente sobre leyes y su cumplimiento. Algo muy simple. También se ha prometido que se iban a destinar más recursos a la educación y sin embargo la comunidad internacional no lo ha hecho. Prometimos que las empresas no iban a emplear niños pero no lo hemos logrado completamente. Estos niños no votan, es decir, no van a venir a exigirnos que cumplamos lo prometido con sus necesidades y sus derechos. Pero lo que tenemos que hacer nosotros es honrar los compromisos que hemos asumido. Es la responsabilidad moral de todo político cumplir con esto.

¿Confía, como se pretende, en que se acelere la erradicación sostenida del trabajo infantil en todas sus formas para 2025 y la erradicación del trabajo forzoso para 2030?

Creo que sí, porque la IV Conferencia va a dar un impulso muy fuerte y va a haber un nuevo compromiso. Es un dato, pese a todo, pero no es imposible. Necesitamos mucha más honestidad, honestidad política. En último término es responsabilidad de los políticos y de la comunidad internacional invertir más en nuestra infancia. Eliminar el trabajo infantil es una cuestión de honestidad política. Solamente cuatro días y medio del gasto militar global servirían para garantizar la educación primaria de todos los niños del mundo. Esos son solo 22.000 millones de dólares y, sin embargo, nos gastamos 8,1 billones de dólares en gasto militar. ¿Qué priorizamos, niños o guerras?

Trabajo infantil y adolescente. Distribución por regiones. Población de 5 a 17 años

Entiendo que las grandes corporaciones también tienen una gran responsabilidad, ¿no cree?

Sí, pero no hay que omitir la responsabilidad del Estado, porque es su labor implementar leyes y hacerlas cumplir para que no haya trabajo infantil. Es una responsabilidad compartida entre toda la sociedad: los padres de los niños, los maestros, la comunidad como un todo, las entidades religiosas, las empresas,… Pero cuando hablamos finalmente de cumplir las leyes y de crear preceptos constitucionales que protejan a los niños, la responsabilidad última recae sobre los estados. No solo se trata de la responsabilidad social corporativa sino del control a esas empresas.

Más de 9,5 millones de niños, niñas y adolescentes de América Latina y el Caribe han dejado de trabajar en el período 2000 – 2016. ¿En qué sentido la conferencia es una oportunidad para este caso específico?

Entre 2000 y 2012 ha habido un descenso significativo, también en estas zonas, pero la tendencia de reducción en los últimos cuatro años ha sido lenta. El foco se debería poner ahora en los niños a los que es más difícil llegar, a nivel geográfico, cultural, etc, como pudieran ser niños de familias indígenas que viven en lugares más remotos. Es una clave importante la inclusión social y eocnómica para poder avanzar en la erradicación del trabajo infantil en esas zonas. Además, hay que tener en cuenta la vinculación entre trabajo infantil y violencia, porque en los niños sometidos a violencia se ve incrementado el abandono escolar.

Contra el trabajo infantil

La organización liderada por Satyarthi, Bachpan Bachao Andolan, ha ayudado a liberar a decenas de miles de niños en todo el mundo que estaban en condiciones de esclavitud. También fue cofundador de la Campaña Mundial por la Educación (CME) en 1999.

La Declaración de Brasilia sobre el Trabajo Infantil, de 2013, reconoció los significativos avances logrados, especialmente en el periodo 2008-2012, pero llamó a intensificar los esfuerzos. La IV Conferencia Mundial sobre la Erradicación Sostenida del Trabajo Infantil (Buenos Aires, 14 – 16 de noviembre de 2017) constituye el primer evento global tras la adopción de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en relación directa con la meta 8.7,  lo que representa una oportunidad para comprometer a diferentes actores y avanzar hacia una América Latina y el Caribe libre de trabajo infantil.

La meta 8.7 plantea «adoptar medidas inmediatas y eficaces para erradicar el trabajo forzoso, poner fin a las formas contemporáneas de esclavitud y la trata de personas y asegurar la prohibición y eliminación de las peores formas de trabajo infantil, incluidos el reclutamiento y la utilización de niños soldados y, de aquí a 2025 poner fin al trabajo infantil en todas sus formas».

En ese sentido, la Iniciativa Regional América Latina y el Caribe libre de Trabajo Infantil representa un innovador instrumento de cooperación intergubernamental conformado por 27 países.

Fuente: http://www.eldiario.es/andalucia/Kailash-Satyarthi-Premio-Nobel-Paz_0_705529810.html

Comparte este contenido:

Ciencia, ayer, hoy, siempre.

Houssay no sólo fue un científico brillante. Fue también una mente preclara que supo sumergirse en la cultura y en el fascinante mundo multifacético que circunda a la ciencia y a la tecnología.

Por: Pedro José Depetris.

La Conferencia General de la Unesco proclamó al 10 de abril como el Día Mundial de la Ciencia y la Tecnología, en honor al natalicio de Bernardo Alberto Houssay, figura suprema de la ciencia vernácula, quien en 1947 recibió el Premio Nobel por sus valiosos aportes en Fisiología y Medicina.

En estos tiempos en que se polemiza sobre la situación y el futuro de la ciencia argentina, sumado a conflictos salariales y a cuestionamientos sobre la calidad educativa primaria y secundaria, resulta aconsejable enfocar nuestra mirada en la figura señera de Houssay, fuente indiscutible de racionalidad e inteligencia.

Houssay no sólo fue un científico brillante. Fue también una mente preclara que supo sumergirse en la cultura y en el fascinante mundo multifacético que circunda a la ciencia y a la tecnología (CyT).

En este espacio, una parte del cual bien podría llamarse “el arte y la política de la ciencia”, Houssay obtuvo para nuestro país una de sus más grandes victorias: la creación, en 1958, del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet).

El Conicet ha sido desde entonces una piedra angular que soporta buena parte del edificio científico y tecnológico argentino. Con los años, y pese a situaciones sociopolíticas no siempre favorables, creció y se impulsó de tal forma que ha arrastrado en su evolución positiva a otras instituciones de CyT nacionales. Inclusive, ha aportado al progreso académico del sistema universitario nacional.

Sin abandonar su visión favorable hacia las aplicaciones de la ciencia y el desarrollo tecnológico, Houssay enfatizaba el valor de la promoción de la ciencia básica o fundamental.

Su discípulo más conspicuo, Luis Leloir, Premio Nobel de Química 1970, lo describió en términos sencillos: “Resulta muy difícil convencer a los gobernantes de que la investigación científica básica merece apoyo. Ellos preferirían lograr el desarrollo de la investigación aplicada sin necesidad de invertir en la básica. Para un científico, esto sería como edificar los pisos altos de un edificio sin construir los de abajo”.

Al conmemorar el Día Mundial de la Ciencia y la Tecnología y recordar a la personalidad que dio origen a esta celebración, debemos tener presente que es factible trazar un derrotero futuro sólo si conocemos y asumimos el que lo precedió.

Siguiendo las directrices del pensamiento de Houssay, la Academia Nacional de Ciencias (ANC, con sede en nuestra ciudad) y su hermana porteña, la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (Ancefn) lanzaron un proyecto conjunto, financiado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva que culminó, en agosto de 2015, en el libro Estado y perspectivas de las ciencias exactas, físicas y naturales en la Argentina.

Una serie de conclusiones emergieron de este estudio, algunas favorables y otras quizá no tanto.

1) En el período examinado (1997-2012), la inversión argentina en CyT expresada como un porcentual del producto interno bruto (PIB) se mantuvo en torno del 0,5% al finalizar el siglo pasado, decreció en el período 2000-2004 hasta el 0,4% y desde entonces creció en forma sostenida hasta alcanzar el 0,65% hacia el fin del período examinado.

Está aún lejos del 1% del PIB, objetivo buscado desde hace años y ya superado por Brasil (1,21%, en 2012) y por las naciones desarrolladas.

2) La producción científica (publicaciones internacionales) en la que participan autores argentinos fluctuó entre 0,2% y 2%, según las disciplinas. El promedio general se mantuvo en 0,45% durante la última década, después de haber alcanzado casi un 0,6% en 2001.

3) En el ámbito latinoamericano, la producción científica de artículos de y con autores argentinos decreció en términos relativos, de un 20% (en 1996) a un 12,5% (en 2013). Esto es atribuible, en buena medida, al crecimiento numérico de las publicaciones de otros autores latinoamericanos.

4) La proporción de artículos científicos de autores argentinos en coautoría con investigadores extranjeros registra un significativo incremento a partir de la crisis de 2001, trepando desde un 30% hasta alcanzar un 45% en 2014. Esto puede deberse, entre otras causas, a un incremento en la cooperación internacional, aunque también puede ser un factor de importancia la necesidad de contar con apoyo internacional para continuar desarrollando la actividad científica.

Es claro que la investigación y el desarrollo (I+D) necesitan del amparo de una política de Estado que asegure su sustentabilidad en el tiempo, ajena a las fluctuaciones de índole política.

En nuestro país, la investigación científica (sobre todo la básica) es fuertemente dependiente del apoyo del Estado nacional y, en consecuencia, está muy sujeta a los vaivenes económicos que frecuentemente experimenta nuestro país.

En otras palabras, la inflación y la inestabilidad monetaria son enemigos declarados de la investigación en CyT en los países periféricos, como el nuestro.

Los investigadores debemos interpretar las condiciones del entorno que afectan negativamente nuestra tarea y aportar a su solución (para no ser parte del problema), con la buena disposición y el patriotismo que preconizaba don Bernardo, para que la ciencia argentina contemple un futuro promisorio, a partir de hoy y para siempre.

Fuente: http://www.lavoz.com.ar/opinion/ciencia-ayer-hoy-siempre

Imagen: http://staticf5a.lavozdelinterior.com.ar/sites/default/files/styles/landscape_1020_560/public/nota_periodistica/Houssay.jpg

Comparte este contenido:

Kailash Satyarthi: Cada vez que libero a un niño siento que me libero a mí mismo

Asia/India/05 Febrero 2017/Fuente:cmhw /Autor:Cubadebate

Lucha por abolir la explotación infantil y cree que la educación es el antídoto para los grandes males de la Humanidad. Ha liberado a más de 85 mil niños del trabajo, la esclavitud y la prostitución en todo el mundo y desde 2014 es Premio Nobel de la Paz. Kailash Satyarthi nació en Vidisha, India, en 1954.

“Ayer fuimos a una escuela que fundó Fidel Castro y que estaba muy cerca de su corazón, porque la visitó varias veces, y me sentí feliz, admiré la energía de los niños y la voluntad política de este país por garantizarles educación, felicito al gobierno de Cuba por ello. Pero no todos los niños son tan afortunados. Ayer les pregunté a los cubanos, ¿qué pensarían ustedes si supieran que 168 millones de niños viven en esclavitud? Muchos se sorprendieron”, así comenzó el premio Nobel su conferencia en el Congreso Pedagogía 2017, elegantemente vestido con la chaqueta y la kurta tradicional.

Con solo cinco años y medio, Kailash se rebeló contra el sistema de castas de su país. Mientras él asistía a clases, otros niños se pasaban el día limpiando el fango de los zapatos o pidiendo monedas en los semáforos, incluso en días en los que el rostro se torna gris, como el invierno mismo. En aquel entonces, no comprendía por qué tenían que pasar cosas como esas y hoy, 60 años después, tampoco le encuentra explicación.

“Hace decenios conquistamos la luna, hemos logrado crear la internet y tenemos aviones de rápido vuelo, pero a pesar de ese progreso, aún tenemos niños sometidos a la esclavitud, 85 millones de niños están obligados a trabajar en condiciones infrahumanas, creo que la trata tiene un alto índice”, dice y su rostro se contrae de rabia.

“Cuando hablo de esclavitud recuerdo a una pequeña colombiana de 15 años que encontré en ese país y le dije: ‘Tienes que ir a la escuela y seguir una vida normal’, la niña respondió con ira: ‘Si usted es serio y honesto, no me diga eso, haga que todas las niñas puedan ir a la escuela”, una lección de vida que cuenta hoy el hombre cuya fundación trabaja en más de 44 países por arrebatarle a la infancia las heridas del trabajo forzado o el abuso sexual.

Desde la sabiduría que da el trabajo social, Satyarthi advirtió que ahora y hoy es demasiado tarde para los niños y las niñas que están trabajando, que no tienen educación, salud, y lo más importante, que no tienen sueños.

“En Brasil vi algunos y traté de convencerlos para que fueran a la escuela, estaban recolectando naranjas para llevarlos a la planta procesadora. Tenían heridas en las manos y en sus piernas, les pregunté: ‘¿les gusta el jugo de naranja?’ y me dijeron que no. Usted y nosotros lo tomamos frecuentemente, pero a qué precio”, reflexionó quien se hizo famoso en el mundo occidental, porque el Comité Noruego le reconoció una vida dedicada a una cruzada contra el trabajo infantil, que comenzó mucho antes.

A inicios de los ‘80, Kailash Satyarthi decidió abandonar su puesto como profesor universitario e ingeniero reconocido para luchar contra lo que le perturbaba el espíritu: “Creé una publicación quincenal. Un experimento para dar voz a los más desfavorecidos, a los olvidados. Nada de políticos o deportes. Y un día, un padre desesperado vino a contarme su historia”, rememora.

El padre fue a casa de Kailash para que escribiera la historia de su hija, para que lo ayudara a salvarla. La adolescente había sido vendida a un burdel por su patrón en la fábrica donde trabajaba. “Le dije que no había tiempo para escribir que yo iba con él a recuperar a su hija, me siguieron unos amigos y después de una larga lucha con el juez logramos que 36 niñas y mujeres fueran liberadas”.

“La libertad no es que podamos ir a la escuela, que ganemos dinero, que podamos hacer lo que queramos, mi concepto de la libertad es lo que sentí aquel día, yo no las estaba liberando, ellas me estaban liberando a mí. Cada vez que libero a un niño siento que me liberó a mí mismo”, aseguró este señor de 63 años desde el corazón.

Entre anécdotas y remembranzas, ante un auditorio repleto de maestros, el Premio Nobel de la Paz sintetizó los factores que hacen persistir la esclavitud infantil: la falta de conciencia, de leyes sólidas, de voluntad política. “Los niños no son una prioridad para los estados, esto es un pecado global”, sentenció.

“Me complace comprobar cuánto Cuba invierte en su educación, que destina el 10 por ciento del PIB a ello, cuando la demanda global es de un 6 por ciento y la mayoría de los países desarrollados solo ofrecen el 2 por ciento”, dijo complacido.

Dónde está el alma humana, el significado de la vida si esclavizan a un niño o lo obligan a trabajar, cuestionó el activista. “Las nuevas formas de esclavitud aparecen ante nosotros. Las niñas son vendidas  mucho más barato que lo que cuesta una cajetilla de cigarros y si no pueden satisfacer a sus clientes son enterradas vivas”, el silencio se apoderó de la sala grande del Palacio de las Convenciones.

“Esta tierra nos pertenece a todos y tenemos que salvarlos, cuando estos niños se convierten en refugiados y buscan amparo, tenemos que abrazarlos. Los niños no han creado la pobreza ni las fronteras, no han construido muros. Tenemos que crear políticas que unan al mundo, no que lo dividan, porque vamos a ser seres humanos motivados por el miedo, nuestro motor no puede ser el miedo sino la libertad”, aseveró.

Kailash Satyarthi solicitó un esfuerzo adicional del auditorio, les pidió que se sumaran a la cruzada que él capitanea contra el maltrato y la esclavitud infantil, a favor de la esperanza: “Los maestros tienen la más alta responsabilidad, porque tienen la moral para visibilizar este problema. Yo solo soy uno más y creo que todo lo que he dicho encenderá la compasión de ustedes. Estoy aquí para despertar las conciencias, para liberar a todos los niños del mundo, para eso vine y por eso me recordarán“.

Fuente de la noticia: http://www.cmhw.cu/nacionales/4781-kailash-satyarthi-cada-vez-que-libero-a-un-nino-siento-que-me-libero-a-mi-mismo

Fuente de la imagen:http://www.cmhw.cu/images/materiales/2017/febrero/1/premio-indio.jpg

Comparte este contenido:

El Premio Nobel de la Paz demuestra que Colombia no debe cerrar la puerta a la esperanza de una paz con justicia

América del Sur/Colombia/Octubre 2016/Noticias/https://www.amnesty.org/

El Premio Nobel de la Paz 2016 concedido hoy al presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, subraya la expectativa de que los colombianos y las colombianas perseverarán en su búsqueda de una paz con justicia. Así lo ha manifestado Amnistía Internacional.

“Millones de colombianos y colombianas siguen reclamando paz y justicia. El anuncio hecho público hoy honra no sólo la iniciativa tomada por el presidente Santos y su gobierno, sino a muchas otras personas que, tanto dentro de Colombia como fuera de sus fronteras, buscan un camino para una paz con justicia”, ha declarado Salil Shetty, secretario general de Amnistía Internaciona

Millones de colombianos y colombianas siguen reclamando paz y justicia. El anuncio hecho público hoy honra no sólo la iniciativa emprendida por el presidente Santos y su gobierno, sino a muchas otras personas que, tanto dentro de Colombia como fuera de sus fronteras, buscan un camino para una paz con justicia.

“Confiamos en que el anuncio de hoy anime a las partes a continuar con los esfuerzos por alcanzar un acuerdo de paz definitivo que garantice el derecho de las víctimas a la verdad, la justicia y la reparación, y ponga fin a las violaciones de derechos humanos que han caracterizado el conflicto armado.”

“Los abusos contra los derechos humanos siguen afectando a la vida cotidiana de los colombianos y las colombianas, y tienen un impacto desproporcionado en los grupos marginados, especialmente las comunidades indígenas, afrodescendientes y campesinas, así como en las personas que defienden los derechos humanos, entre las que se encuentran líderes comunitarios, sindicalistas y activistas que defienden el derecho a la tierra. Para ser efectivo a largo plazo, todo acuerdo de paz tendrá que implementarse en muy estrecha consulta con los grupos que, durante décadas, se han visto más afectados por este sangriento conflicto.”

“El Premio Nobel de la Paz otorgado hoy debe reafirmar los esfuerzos por poner fin a los abusos y violaciones de derechos humanos cometidos durante otro conflicto en curso en Colombia, el que se mantiene con el grupo armado ELN, y debe impulsar a las autoridades colombianas a tomar medidas más efectivas para terminar con las violaciones de derechos humanos cometidas por paramilitares.”

Los derechos humanos en Colombia en 10 cifras

7,9 millones: víctimas del conflicto armado, casi la mitad de ellas mujeres.(Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas, UARIV, septiembre de 2016)

6,9 millones: víctimas de desplazamiento forzado. (UARIV)

267.000: homicidios relacionados con el conflicto, en su mayoría de civiles.(UARIV)

4.392: víctimas de posibles ejecuciones extrajudiciales registradas por la Fiscalía General de la Nación (Oficina en Colombia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, marzo de 2016).

46.386: víctimas de desaparición forzada (UARIV).

29.622: secuestros (UARIV).

11.062: víctimas de minas terrestres antipersonal y artefactos explosivos no detonados (UARIV)

8.022: niños y niñas soldados utilizados por los paramilitares y la guerrilla.(UARIV)

63: defensores y defensoras de los derechos humanos víctimas de homicidio en 2015, entre ellos líderes indígenas, afrodescendientes y campesinos.Cincuenta y dos en los nueve primeros meses de 2016. (Programa Somos Defensores).

20: miembros de sindicatos víctimas de homicidio en 2015 (Escuela Nacional Sindical).

Fuente :

https://www.amnesty.org/es/latest/news/2016/10/nobel-peace-prize-shows-colombia-must-not-close-the-door-on-hopes-for-justice/

Fuente imagen:

https://lh3.googleusercontent.com/9YIJbCLbMtjDDFmE7K7dsRdx1KaPlgjcLFxbFSf5jlce2Ve_cPGiD2BmxBHfbmdNcXy6=s85

Comparte este contenido: