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Los puntos claves para entender el acuerdo entre rectores y estudiantes

Por: Semana Educación

La ministra de Educación, María Victoria Angulo, catalogó la decisión como un “gran pacto por la educación”, y en efecto el acuerdo por las universidades es un avance “histórico”. ¿Qué representa este pacto? ¿Qué se quedó por fuera?

El 13 de diciembre el Gobierno Nacional y el movimiento estudiantil firmó, por fin, el tan esperado acuerdo por la educación superior pública. Luego de 64 días de paro nacional y más de un mes y medio de instaurada la mesa de diálogo entre los voceros estudiantiles y los delegados del gobierno, el presidente Iván Duque recibió a los universitarios en Palacio.

El encuentro permitió que las partes llegaran a un consenso final. La ministra de Educación, María Victoria Angulo, catalogó la decisión como “un gran pacto por la educación”. Mientras varios medios plantearon que el avance era un paso “histórico”. Hubo júbilo y satisfacción por parte de todos los implicados y el movimiento estudiantil, en boca de Jennifer Pedraza, una de las líderes de los jóvenes, envió un mensaje a Colombia: “La gran conclusión de este acuerdo es que luchar sí sirve”.

Sin embargo, luego de la emoción y tras conocer el acta completa que contiene los detalles de lo pactado, surgen más preguntas: ¿qué quedó por fuera?, ¿que representa este acuerdo? ¿toca o no el problema de fondo de la educación?

Las respuestas abarcan las claves para mirar con más claridad qué se logró en la mesa de diálogo. Estos son los principales puntos para entender “lo bueno, lo malo y lo feo”, como dijo Fabio Sánchez, uno de los expertos con los que habló Semana Educación.

¿ “Gran pacto por la educación” o un acuerdo financiero?

La mesa de diálogo logró adicionar a las universidades e instituciones técnicas y tecnológicas más de 4,5 billones de pesos durante el cuatrienio Duque. De eso, el centro del acuerdo y la mayor conquista en esta decisión fue el aumento de 1,34 billones de pesos a la base presupuestal de las universidades, y no los temas estructurales que aquejan a los centros de estudio y formación para el trabajo.

Por eso, Natalia Ariza, exviceministra de Educación Superior y economista de la Universidad Nacional, explicó que a sus ojos los problemas de este sector son mucho más profundos y no se solucionan meramente con recursos.

“El acuerdo empieza en un tema de principios, diciendo que es un ‘gran acuerdo’ por la educación superior. Pero no. Es un acuerdo en la parte financiera por las universidades públicas, porque lo que toca de las instituciones técnicas y tecnológicas (ITTU) es apenas algo para darles un contentillo”.

El pedazo del pastel para las ITTU

El acta oficial habla por sí misma. De los 15 puntos acordados, solo 2 hacen referencia directa y única a lo referente a las ITTU: los recursos de financiamiento de las ITTU públicas y el reconocimiento del 100% del descuento por votación.

En el primero, el Ministerio de Educación Nacional (MEN) se compromete a construir en el Plan Nacional de Desarrollo un artículo que “permita la transferencia legal de los recursos del Presupuesto General de la Nación a las ITTU para funcionamiento”. Esto se hará con los voceros de la mesa de diálogo y los representantes de las ITTU.

El segundo trata del descuento por votación con el que el Estado reembolsa un monto de recursos cuando los estudiantes asisten a las urnas. “El MEN se compromete trabajar con el Congreso en un proyecto de ley que busque garantizar el reembolso del 100% del descuento que actualmente se entrega”. Sobre esto Ariza comentó, como dice el enunciado, que esto ya se hacía, pero “sin determinar un porcentaje”. Ahí estaría la novedad.

Sobre el mismo punto se pronunció Carlos Mario Lopera, director del Observatorio de la Universidad Colombiana: “El acuerdo baja la fiebre pero no soluciona la enfermedad. Fue la muestra de un sistema de educación superior público completamente parado más de dos meses para arreglar con dinero anunciado y sin soluciones de fondo”.

Los reparos sobre los recursos logrados en un acuerdo ‘poco histórico’

El logro en términos financieros es, a simple vista, monumental: un movimiento estudiantil que sobresalió con un discurso constante en el escenario público y que logró varios billones para la educación superior pública. Sin embargo, para algunos expertos no fue algo histórico porque en años anteriores ya se han adicionado recursos a las universidades públicas por encima del IPC.

“¿Ayuda a las finanzas o es histórico? Este no es el primer paro y no es la primera vez que se le inyecta capital adicional a las universidades. Al menos una vez cada dos años estas instituciones reciben más puntos por encima del IPC”, recordó la exviceministra Ariza. Es decir, si bien es un avance, no es algo nuevo.

De igual forma pasa con los recursos provenientes del ya mencionado descuento por votación y los 300.000 millones que vendrán de los excedentes de las cooperativas. Son acuerdos hechos encima de leyes ya existentes pero que por algún motivo o no se cumplían y esta vez se les hacen algunas variaciones.

El profesor de la facultad de Economía de la Universidad de los Andes, Fabio Sánchez, dijo que eran positivos varios aspectos consignados en el acuerdo y que sí representan aumentos monetarios para las instituciones de educación superior, sin embargo encontró también reparos.

“El acuerdo solo contempló los recursos que iban a ser destinados a las universidades públicas, pero no se consignó ninguna obligación adicional por parte de estas o ningún acuerdo específico para trabajar en los temas donde hay grandes fallas. Por ejemplo, en el tema de deserción: solo el 50% de los estudiantes llegan a décimo semestre, lo cual constituye una pérdida de los recursos. Otro tema es la duración de las carreras porque por alguna razón los semestres en los claustros públicos duran masomenos 14 semestres y deberían ser de 12”.

Bajo la mirada de Sánchez, se podría decir que quizá el mayor inconveniente del presupuesto es que no estipula compromisos sentidos por parte de los centros de formación, que serán los que administren el caudaloso recurso.

La autonomía universitaria: ¿cruz o beneficio?

La falta de compromiso a la que hizo alusión Sánchez es un tema que puede recaer en uno de los asuntos más cuestionados pero del que no se habló en el acuerdo con el gobierno, la autonomía académica, financiera y administrativa que tienen las universidades públicas.

Natalia Ariza lo explicó con un ejemplo: “Esto es como decir que una persona vive en la casa de sus papás y a los 18 años nadie puede decirle nada acerca de su vida, ni pueden ponerle reglas y es quien toma las decisiones, a pesar de que los padres la siguen financiando”.

Para ella, eso pasa con las universidades. Entre los problemas estructurales está justamente el financiar sin contar con una instancia que vele porque las instituciones tengan regulaciones o parámetros para el uso de la plata.

“Las IES públicas al ser autónomas no reportan cuántos docentes tienen, ni cómo están sus programas. No hay planeación. Entre los problemas de fondo está saber ellas cómo definen sus gastos, inversiones y capacidad de cobertura. Y pese a eso, el Ministerio de Hacienda es el que debe garantizarles el presupuesto”, dijo Ariza.

Sobre esto también opinó el director del Observatorio de la Universidad Colombiana. Lopera cuestionó esta situación porque “nadie sabe si realmente lo que se dará es lo que se necesita, porque ni el sistema ni el gobierno se atreve a pedir rendición de cuentas de las universidades”.

Es decir, la distribución de los recursos no se ahonda de forma explícita en el acuerdo y es importante porque luego de conseguir los recursos el siguiente paso es decidir cuánto le va a llegar a cada institución.

“Esta sería una oportunidad para que el país empiece a equilibrar la asignación por estudiante, porque las universidades oficiales de mayor reconocimiento ganan hasta 3 veces más por estudiante que las pequeñas universidades regionales”, explicó Martínez.

¿Triunfo para Colciencias?

En la reuniones participó también Diego Fernando Hernández, director de la entidad. En un principio para Colciencias los estudiantes pedían adicionar a su presupuesto 700.000 millones. En este acuerdo se pactó la entrega de 500.000 millones: 250.000 para fomentar las becas de excelencia del programa “Doctoral del Bicentenario”, y el resto para proyectos de inversión para fortalecimiento institucional y de investigación de las instituciones de educación superior.

¿Con este acuerdo ganará la ciencia y la tecnología en el cuatrienio Duque? Es positivo tener una cartera más robusta, pero la destinación sigue siendo una piedra en el zapato.

Por un lado, esto le preocupa al profesor Sánchez porque “para ciencia y tecnología es demasiado grande y no creo que las universidades tengan la capacidad de desarrollar los recursos”.

Y por el otro, a Carlos Mario Lopera le preocupa la nueva inversión para becas. “La mayor parte del presupuesto de Colciencias se va para doctorados. Pero esto termina siendo un beneficio particular y no está amarrado a un proyecto concreto sobre cuál es la investigación que necesita el país y en qué áreas”.

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La voz de los expertos habla de un análisis sobre lo pactado y del futuro que el nuevo presupuesto le augura a la educación superior. Sin embargo, el acuerdo no tocó los problemas profundos de la educación: la inequidad, la falta de acceso a la educación, el modelo educativo y una reforma completa a la ley 30 de 1992, temas que ni siquiera quedaron en el tintero.

Y los estudiantes lo saben. “Lo que entendemos es que en un paro se garantizan y son posibles ganar algunas cosas, incluso apostarle a apretar mucho más los artículos 86 y 87 de la ley 30. Pero tenemos claro que no tenemos la capacidad y las condiciones para establecer una reforma a la educación que sea como nosotros la queremos”, dijo Diego Cortés, asesor de los estudiantes y miembro de la Asociación Colombiana de Representantes Estudiantiles (Acrees).

Por ahora, 2019 será un año en el que —según el movimiento estudiantil— se pondrán en marcha el acuerdo y nuevas movilizaciones sociales, pues esta conquista es solo una que soluciona los problemas universitarios en mediano plazo.

Así mismo, en palabras de Cortés, no se quiere abrir la caja de pandora de las reformas que necesita la educación, pues “podemos correr el riesgo de abrir la puerta para hacer todas las reformas que este gobierno quiera y que sean en contravía de ese acuerdo de financiación que conseguimos y del concepto de educación que tenemos”.

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/los-puntos-claves-para-entender-el-acuerdo-entre-rectores-y-estudiantes/595193

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Pacto por la educación ¿Truco o trato? | Debate en Badajoz (Video)

España / 28 de octubre de 2018 / Autor: Coordinadora Estudiantil Badajoz / Fuente: Youtube

Publicado el 23 oct. 2018
Charla organizada el pasado 15 de marzo de 2018 por el Consejo de Estudiantes de la Facultad de Educación junto a la asociación APEVEx (Asociación Pedagógica «Escuela de Verano de Extremadura») Grabada por la Coordinadora Estudiantil de Badajoz. https://www.estudiantesbadajoz.org

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¿Es posible un Pacto por la Educación en el gobierno Duque?

Por: Semana Educación

Hace cuatro años, al comenzar el segundo mandato de Juan Manuel Santos, organizaciones sociales promovieron esta iniciativa que tuvo un resultado agridulce porque no se cumplieron todos los compromisos pactados. Sin embargo, mucho de lo que se pretendía con el pacto aún sigue vigente.

En las elecciones presidenciales de hace 4 años, el movimiento Todos Por la Educación impulsó el Pacto Nacional por la Educación que tuvo el apoyo de distintos sectores, entre el sindicato de profesores, funcionarios del gobierno, empresarios, organizaciones sociales, parlamentarios y los candidatos presidenciales de ese entonces.

Los diez puntos que contenía el acuerdo incluían el aumento de los recursos para educación, la formación docente, la atención integral a la primera infancia, calidad educativa para la formación de ciudadanos integrales, la implementación de mecanismos para el control y rendición de cuentas y acceso más diverso e incluyente a la educación superior.

La mayoría de los puntos no se cumplieron, entre ellos el aumento de recursos, pues “el Gobierno no logró aumentar ni siquiera un punto porcentual del PIB en todo el cuatrienio”, y la formación docente, porque, según la organización, a pesar de que hubo avances aún persisten los retos para lograr una total mejora en la transformación de la carrera docente.

Sin embargo, según los promotores de la iniciativa, los objetivos que se habían fijado en el pacto están vigentes y, por eso, se plantea la posibilidad de que el gobierno Duque se comprometa a la firma de un nuevo Pacto por la Educación o a trabajar sobre los mismos acuerdos de hace cuatro años.

Lina Guisao, representante de Todos por la Educación, cree que la ministra designada para la cartera, María Victoria Angulo, quién además hizo parte del pacto de hace cuatro años como directora de Fundación Empresarios por la Educación (FExE), puede ser de gran ayuda para que el nuevo Gobierno se comprometa con estas iniciativas, “creemos que es una mujer que escucha, que tiene capacidad técnica y que conoce el sector”.

De igual forma, Julián Moreno asesor en FExE afirmó que “ella tiene experiencias en este tipo de estrategias, sabe cómo realizarlas, lo que esperamos es que el Ministerio muy seguramente tome la iniciativa y el liderazgo en la realización de un pacto o la actualización del Pacto por la Educación”.

El presidente electo, Iván Duque, ha estado abierto a escuchar este tipo de propuestas. Hace algunas semanas se reunió con el grupo convocado por BID, Mckinsey, ProAntioquia y otras instituciones, quienes le propusieron crear un Gran Acuerdo Nacional por el futuro de Colombia, entre ellos un Pacto por la Educación.

Sin embargo, Óscar Sánchez, exsecretario de educación de Bogotá y coordinador nacional de Educapaz, dice que a pesar de que el nuevo Gobierno está proponiendo alrededor del tema, ve difícil que se logre lo que no se logró en el pasado, según él, “por la naturaleza del conflicto político en general que hay en el país, la naturaleza del conflicto que hay entre el sindicato y el Gobierno y por la escasez de recursos para atender las exigencias fiscales que tendría hacer un pacto nuevo”, y agregó, “si hace cuatro años se logró firmar, y no se cumplió, ahora yo creo que ni siquiera se va a lograr firmarlo”.

Pero, ¿qué se necesita para realizarlo y qué se logra con uno?

Guisao considera que un pacto solo es posible con la voluntad política de todos los actores de la sociedad, “es el contrato social entre la ciudadanía y los gobernantes. Es donde nos comprometemos todas las personas que tenemos que ver con la educación a una corresponsabilidad de ser veedores. Esto solo funciona si todos participan y si se hace un seguimiento exhaustivo”.

Moreno, por su lado, plantea algunos puntos que deberían servir como ruta para llevar a cabo un pacto por la educación: debe lograr atender prioridades y destinar recursos para hacerlos sostenibles en el tiempo, tiene que renovar alianzas, promover la participación y la importancia de la educación, realizar acompañamiento y seguimiento a la ejecución y por último, evaluar sus resultados e impactos.

Para Sánchez, las políticas que se sostienen en el tiempo y que apuestan a varios factores solo se logran con la realización de pactos que sean multipartidistas, incluyentes y que duren más de un periodo de gobierno, “es muy importante tener consensos en torno a la educación en general porque las políticas educativas tienen impactos de largo plazo, lo que se invierte hoy y mañana, de manera continua, se logra invertir a lo largo de una década hace mayores transformaciones en las sociedades”.

De igual forma, los expertos afirman que las necesidades en materia educativa del país son desafiantes, y las decisiones que tomará el nuevo Gobierno en la cartera tendrán que hacer frente a esas exigencias. Dentro de los puntos urgentes que se estudiaron durante el proceso de empalme se encuentran temas como la Evaluación Diagnóstico Formativa, la continuidad de la Prueba Saber 3, 5 y 9 grado y del Programa Ser Pilo Paga.

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/pacto-por-la-educacion-ivan-duque/577752

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Salvar el pacto por la educación

Por: Julián de Zubiría

Aunque Sergio Fajardo no alcanzó la segunda vuelta, el pedagogo Julián De Zubiría le propone al próximo presidente incorporar una de sus principales propuestas para impulsar el desarrollo nacional.

Culminó la primera vuelta y el candidato con mayor posibilidad de liderar la anhelada transformación educativa no alcanzó a llegar a la segunda. Sus cerca de 4,6 millones de votos son una muestra de la fuerza que comienza a tomar la esperanza en un país que lleva décadas de convivencia con la cultura del “vivo”, la cizaña y la desconfianza.

Sergio Fajardo, en campaña, levantó algunas de las ideas más importantes para enfrentar los graves problemas de la educación en nuestro país: fortalecer la educación inicial, aumentar en un 50% los recursos del sector, cerrar las enormes brechas entre la educación urbana y la rural, y trabajar la ética, la cultura de paz y la formación de mejores ciudadanos. Son propuestas indispensables si queremos salir del subdesarrollo.

El país perdió la oportunidad de elegir a alguien que trabaje para enfrentar los problemas generados por la cultura mafiosa que hemos heredado de la guerra y el narcotráfico, y que priorice la educación como motor del desarrollo. Aun así, quien llegue a la presidencia tendrá que llevar a cabo una de sus propuestas de campaña. Se trata de garantizar un gran pacto para que de manera conjunta el país nacional y el país político se comprometan en la construcción de una política pública educativa de largo aliento en Colombia, que retome los desafíos establecidos en el Plan Decenal de educación 2017-2026. Se trata de aumentar la inversión en ciencia y de comprometer los esfuerzos de todo el país en torno al derecho y la calidad de la educación que reciben hasta hoy diez millones de niños y jóvenes en Colombia.

Paradójicamente, la propuesta política que tuvo más votos en Colombia fue la que presentó el programa educativo de menor nivel de elaboración, sustentación y desarrollo. Fue la única que no elaboró un diagnóstico del sector, una síntesis de las variables involucradas, ni un análisis del estado del derecho y de la calidad en cada uno de los niveles del sistema educativo. Elaboró un listado de acciones sueltas pensadas al fragor de la campaña y carentes de sustentación. No hay duda, Iván Duque, no ha estudiado el tema educativo. Por el contrario, tomaron fuerza a nivel directivo de la campaña, sectores de fanáticos religiosos que desconocen la diversidad de las familias actuales y que presionan por retroceder en derechos, garantías y libertades.

Al triunfar en la campaña, en su primera declaración pública, el candidato Duque informó que volveríamos a las clases de cívica y urbanidad, como si una medida tan simplista fuera la solución al problema generado por una cultura mafiosa que convenció a una parte del país de que “sin tetas no hay paraíso” y que “todo vale” si de lo que se trata es de alcanzar los fines.

Hay que desconocer mucho de educación para creer que los problemas éticos se disminuyen con cátedras aisladas y que los embarazos de niñas se eliminan poniéndolas a trabajar.  De la misma manera, y en un acto de irresponsabilidad pocas veces visto, en campaña incorporó la tesis de Alejandro Ordóñez: “Menos condones y más valores”, una consigna que no es propia de un estadista y que podría generar muy graves consecuencias en enfermedades de transmisión sexual y en las ya altas tasas de embarazo juvenil.

A cualquier demócrata debe producirle enorme miedo que personajes que días atrás invitaban a la quema de libros, pueden convertirse, de la noche a la mañana, en nuevos ministros de educación o que extremistas religiosos asuman el ministerio de la familia o el de justicia, y que, en políticas de justicia, cultura y familia, retornemos a soluciones de siglos pasados a problemas del siglo XXI. Es lo contrario a la fuerza de la esperanza. No hay que olvidar el dicho popular: “Cuando el pasado te llame, no lo atiendas… no tiene nada nuevo para decirte”.

En Colombia, un grupo cada vez mayor de niños y jóvenes llega a la escuela. No hay duda de que hemos avanzado al respecto. Sin embargo, en calidad prácticamente estamos en el mismo nivel que alcanzamos en el año 2000. Los niños siguen sin aprehender a pensar, leer críticamente y convivir. La explicación es muy sencilla: Desde el año 2000 no se ha realizado ninguna reforma importante que toque los factores esenciales asociados a la calidad de la educación.

Hemos tenido una clase política miope para entender el decisivo papel de la ciencia y de la educación en el desarrollo. Por ello, no invierte, ni se la ha jugado por la educación ni por la ciencia. A pesar de que acabamos de ser admitidos en la OCDE, la inversión en ciencia para el 2018 apenas alcanza el 0,26%, una de las más bajas del mundo; y Colciencias, la entidad impulsora de la investigación, ha tenido ocho directores en los últimos ocho años. Las cifras hablan solas.

Durante los dos gobiernos de Álvaro Uribe (2002 – 2010) el problema fue muchísimo más grave ya que es el periodo en el que más aumentaron las desigualdades entre los colegios privados de élite y los colegios públicos, particularmente los rurales. Dicho de otra manera, durante sus dos gobiernos, la educación cumplió el papel contrario que debería cumplir: En lugar de disminuir las inequidades, el sistema educativo agravó, año a año, las inequidades sociales, como puede verse comparando los resultados obtenidos por los estudiantes de los colegios privados y los públicos (ver al respecto la gráfica No. 1). Una verdadera tragedia para la democracia y para los millones de familias en los estratos más bajos de la población.

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/la-propuesta-de-educacion-de-sergio-fajardo-para-segunda-vuelta/569576

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España: Podemos abandona también el Pacto por la Educación

Por: abc.es/07-03-2018

Podemos ha anunciado esta tarde que abandona también la mesa de negociación del Pacto por la Educación, un día después de que el PSOE decidiera dejar la Subcomisión que durante un año ha intentado alcanzar un acuerdo.

La formación que lidera Pablo Iglesias había condicionado su presencia en este pacto al resultado de la reunión que esta tarde han celebrado con representantes de la Comunidad Educativa: sindicatos y estudiantes.

Al finalizar esta reunión, la diputada Ione Belarra afirmó que esta parte del sector educativo «nos ha pedido que nos vayamos y no vamos a participar de un pacto que desde el comienzo la comunidad educativa ha considerado un paripé y cree que este pacto no va a revertir los recortes», haciendo, además, una llamada a la «movilización».

A juicio de la diputada de Podemos, «el Partido Popular no tiene intención de pactar nada y ha utilizado la Subcomisión para blanquear la Lomce». Belarra criticó que las reuniones de la Subcomisión se hayan celebrado «a puerta cerrada y las actas no sean públicas, eso impedía la participación de la comunidad educativa».

Salir a la calle

El sindicato de estudiantes señaló que la subcomisión es un «auténtico fraude» y no responde a las reivindicaciones de la marea verde e hizo un llamamiento a «salir a la calle para poder conseguir lo que en el Congreso de los Diputados se está impidiendo».

Estas reivindicaciones son «la religión fuera de las aulas, derogación de la Lomce y del 3+2, que se se acaben los conciertos, que se devuelvan los 30.000 millones que se han robado a la educación pública, que vuelvan los 10.000 profesores despedidos y que se echen atrás todas las medidas clasistas que expulsan a los hijos de los trabajadores de la educación».

Desde el Partido Popular, la portavoz de Educación, Sandra Moneo,lamentó a ABC que «la izquierda no esté a la altura de la responsabilidad política e histórica para llegar a un pacto».

Moneo cree que la decisión de Podemos explica la del PSOE que «respondía a una estrategia política para crear un frente y dinamitar el pacto». En este sentido, subraya que «cualquiera que hubiera sido laoferta del PP había un partido que tenía claro que el pacto no podía salir adelante».

Finalmente, insiste en que «nuestro compromiso de llegar a acuerdos sigue intacto»

*Fuente: http://www.abc.es/sociedad/abci-podemos-abandona-tambien-pacto-educacion-201803071918_noticia.html

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España: «La financiación autonómica es una prioridad para la educación»

Europa/ España / 26.02.2018 / Fuente: www.laopiniondemurcia.es.

El que fuera ministro de Educación en el Gobierno de Zapatero, Ángel Gabilondo, tiene claro que «los valores se contagian dando ejemplo» y que «uno debe cuidar su lengua materna para poder cuidar de otras lenguas».

Gabilondo participó este sábado en Alhama de Murcia en la Conferencia Abierta sobre Educación organizada por el PSOE. Al acto asitieron el secretario general del PSRM-PSOE y alcalde de Alhama, Diego Conesa, y la secretaria de Educación y Universidades de la Ejecutiva Federal del PSOE, María Luz Martínez Seijo.

En un momento en que vuelve a estar de actualidad la polémica sobre el idioma castellano en las aulas catalanas, el exministro subrayó que, para lograr un buen sistema educativo, «hace falta una implicación de toda la sociedad y de toda la comunidad educativa». Aunque no aludió expresamente a la supuesta discriminación en los colegios de Cataluña, sí hizo hincapié en que la educación «puede ser un gran elemento de cohesión territorial en España».

En este sentido, resaltó que «los socialistas hemos creído siempre en un pacto social, político y territorial por la educación, y eso no hay que olvidarlo».

En su intervención, el exministro remarcó que «el modelo de financiación autonómica es una prioridad absoluta, también para la educación». El actual portavoz del Grupo Parlamentario Socialista en la Asamblea de Madrid dejó claro que su partido no pretende «descentralizar la educación», sino «reconocer cuáles son las competencias de cada quien».

«Creo en la autonomía de los centros y creo en los centros como comunidad educativa», argumentó el político socialista.

Fueron 400 personas las inscritas en la conferencia. Entre ellas, representantes de la Federación Murciana de Asociaciones de Estudiantes. «Seguiremos escuchando y debatiendo a quienes formáis la comunidad educativa», subrayó Conesa, tras el acto.

También intervino en la conferencia Mariola Guevara, teniente de alcalde de Alhama y edil de Educación en la localidad, para instar a los profesionales presentes a dar lo mejor de sí mismos con el fin de «diseñar el proyecto que queremos y ofrecerlo a la sociedad».

En su visita a Alhama, Gabilondo y Martínez Seijo se interesaron por la fiesta de Los Mayos, recientemente declarada de Interés Turístico Nacional.

Fuente de la noticia: http://www.laopiniondemurcia.es/comunidad/2018/02/24/financiacion-autonomica-prioridad-educacion/900792.htm

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2017, otro año perdido para la educación

Por: Foro de Sevilla

El pacto por la educación se ha comido toda la actividad parlamentaria, así como de la atención mediática, sin que en un año se haya hecho mucho. Un año de parálisis. 2018 no parece que vaya a mejorar.

El 2017 fue como la leyenda que marca el inicio del contador de años que usamos, un año plagado de anuncios fantásticos carentes de realidad por un lado y de hechos reales magnificados y deformados para ser vendidos como lo que no han sido por el otro. Dos caras que, en realidad, son de la misma moneda y que, en el fondo, con tanto cuento como se nos ha contado, el resultado no podía haber sido otro que haber agotado el año con la sensación de haberlo perdido, al menos en el ámbito educativo, entre otros.

Quien tenga capacidad de recordar el inicio de 2017 verá que los mensajes eran muy parecidos a los actuales. Todo pivotaba en torno a la supuesta búsqueda de un pacto educativocuyos mimbres se debían forjar en el Congreso de los Diputados, a través de la Subcomisión creada al efecto, y un año después seguimos en las mismas. Muchas voces dijeron entonces, algunas de las nuestras entre ellas, que el tiempo de trabajo de dicha Subcomisión se alargaría para llegar más allá del año de duración, prolongando los seis meses iniciales que, obviamente, casi nadie dio por suficientes ni por un segundo, aunque algunas voces intentaran convencernos de lo contrario. Es decir, que  2017 no vería pacto alguno era un hecho cierto mucho antes de que se iniciara ese año.

Decenas de comparecencias, con personas y entidades que aportaron lo que consideraron conveniente, veremos si servirán para algo más que para que todos los grupos parlamentarios tengan en quién y en qué apoyarse para reafirmarse en sus posiciones previas. Si esto último ocurre, algo bastante posible, no diremos que el tiempo de las comparecencias haya sido tiempo perdido, pero se nos quedarán a todos los rostros con expresiones que puede que vengan a significar que lo pensemos. Algunas de ellas ya han aparecido de nuevo cuando, terminadas las comparecencias, los grupos han acordado un índice de temas a tratar, algo que parecía más adecuado haber hecho antes para trasladárselo a quienes eran llamados a comparecer. Muchas de esas expresiones de perplejidad ante un índice tardío han ido acompañadas de un pensamiento, en ocasiones en voz alta, del tenor de “¿aún estamos así?” y de una respuesta inmediata de “sí, por desgracia”.

Y mientras esto sucedía, ¿qué hacía el Gobierno del Estado? Nada, sencillamente nada. Ha dejado correr el tiempo porque juega a su favor. Si nada se acuerda, si nada se legisla, la LOMCE sigue su camino. Es decir, que el Gobierno sabe que gana en dos escenarios: dejando pasar el tiempo y huyendo hacia el no pacto, o imponiendo uno que no cambie sustancialmente la LOMCE pero que aparente haberlo hecho por consenso para que nadie pueda durante muchos años tocar nada de lo que quede en pie, casi todo.

Para que nada entorpezca el camino diseñado, hemos visto de nuevo esa doble vara de medir que se aplica en política con demasiada facilidad. Si algún partido de la oposición al Gobierno y a los partidos políticos que lo sustentan con sus votos en el Congreso presentaba una iniciativa para tratar de modificar, o siquiera mitigar, los perversos efectos de la LOMCE y sus desarrollos legislativos, rápidamente salían los primeros al ataque del que hubiera osado presentar la iniciativa, acusándole de poner en peligro el pacto educativo y cargando en su debe las supuestas culpas futuras de que no se llegue a buen puerto. Pero si la iniciativa venía desde el Gobierno o esos partidos que le permiten seguir gobernando este país, entonces la iniciativa debía respetarse y eran quienes cuestionaban la iniciativa los que, se decía, realizaban la crítica para usarla en su intento de cargarse el pacto. Sea como fuere, siempre aparecían los mismos como los causantes de los males y también los mismos como los defensores del pacto. Curiosamente, no obstante, al final será justamente al revés; buena prueba de ello la podemos encontrar si recordamos quiénes y por qué se cargaron el último intento serio que hemos vivido. Son los mismos que imponen sus leyes y las aprueban en solitario contra la posición de casi todos los demás.

Demostración palpable y real de la apatía actual que existe en contra de cambiar y mejorar lo educativo se puede encontrar en el máximo responsable educativo. El actual Ministro de Educación ha declinado ejercer como tal hace tiempo, quizás antes de que expirara su primer mandato, aquel que finalizó cuando se convocaron las elecciones generales que luego tuvieron que repetirse y que le mantuvo casi un año en funciones. Quizás, de aquellos polvos estos lodos, tanto tiempo a ralentí por estar interino en espera de que se formara un nuevo Gobierno, parece haberle dejado un cierto placer a no hacer demasiado al frente de un Ministerio que nunca le gustó mucho y que solo aceptó porque, entre otras cosas, alguien tenía que intentar cambiar la imagen que dejó un dinamitador como era su antecesor en el cargo. Pero seguir en el mismo puesto, sin demasiadas ocupaciones, se le debía hacer algo aburrido y, por ello, pasó a desempeñar las funciones de portavoz de un Gobierno que pocas alegrías verdaderas tiene que comunicar, menos aún si de educación hablamos. Mantener una doble ocupación, teniendo en cuenta el actual nivel de trabajo en ambas, no es difícil de realizar. ¿Alguien recuerda alguna noticia educativa realmente importante durante el año 2017? No se esfuercen, no se puede recordar lo que no ha sucedido.

Se acuerdan, por ejemplo, de aquel anuncio, realizado varias veces, de poner en marcha el Observatorio de la Convivencia, que no se convocaba porque era supuestamente ineficaz por ser un órgano con muchos integrantes, según el Ministro. Ineficaz es, pero porque sigue sin ser convocado, ni con muchos ni con menos integrantes. Eso sí, al parecer se pusieron en marcha actuaciones en el terreno de la convivencia escolar, aunque nada se conoce que no sean algunos contratos con entidades privadas para hacer no se sabe muy bien qué, ni dónde, ni cómo. Lo de siempre, titulares mediáticos vacíos de contenido y de medidas reales que busquen realmente mejorar lo que se supone que es mejorable, que solo sirven para adjudicar contratos, dados con demasiada frecuencia de forma poco o nada transparente.

Así las cosas, 2017 se nos ha pasado. Y hemos empezado un nuevo año, en el que se volverá a poner el pacto educativo como único tema del que se pueda hablar. Lo demás, seguirá paralizado hasta que haya pasado el desagradable momento en el que sea inevitable vendernos un supuesto pacto de mínimos o nos confirmen que no ha sido posible alcanzar ni eso. En ese momento, asistiremos al consabido cruce de reproches en busca de los culpables del teórico desaguisado, algo que llenará los medios de comunicación pero que no hará otra cosa que ahondar en la desafección de la sociedad respecto de nuestros responsables políticos. Tiempo al tiempo. Aunque puede que de nuevo acabemos el año como lo empezamos, sin cambios y sin nada interesante en el horizonte. En todo caso, feliz 2018.

Fuente noticia: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/01/11/2017-ano-perdido-la-educacion/

Fuente imagen: http://otrasvoceseneducacion.org/wp-content/uploads/2016/10/ninopresupuestomexico.jpg

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