Fútbol contra la exclusión juvenil en Irán

Irán/18 de Julio de 2016/EM

Aparentemente, son quince chavales normales sudando la camiseta -caen 40 grados-, con calcetines hasta las rodillas y muchas ganas de reventar las zapatillas. Corren, gritan, se ríen, se insultan y se abrazan. Pero la realidad es mucho más dura. Los adolescentes que esta mañana juegan al fútbol en este campo al sur de Teherán son jóvenes trabajadores desde la infancia, víctimas de abusos sexuales y atrapados en una vida de pobreza y violencia sistemática. Sus jornadas laborales de doce horas, vendiendo pañuelos, comida y chicles por las calles de la capital les dejan poco margen para el ocio. Por eso, los días de entreno saben a gloria.

Maysam Vahedi es el responsable del Persian Club, del que forman parte más de 40 equipos de todo Irán integrados por niños y jóvenes procedentes de barrios deprimidos. «Entrenamos a niños que raramente van a la escuela, cuyas familias están desestructuradas y conviven con la violencia y las adicciones de sus progenitores. La mayoría son analfabetos», explica a EL MUNDO este responsable. El Persian Club es un proyecto impulsado por la ONG Imam Ali, una organización con estatus económico reconocido en la ONU y con miles de voluntarios, fuera y dentro de Irán.

El próximo mes de septiembre arrancará la liga nacional en la que se disputarán la victoria 38 equipos procedentes de los suburbios de todo el país. Pero este año esta ONG está tratando de organizar un proyecto mucho más ambicioso: una liga internacional en Oriente Medio en la que participen niños de Irán, Siria e Irak. «Tenemos voluntarios que trabajan en el Kurdistán iraquí y en los campos de refugiados, niños desplazados de la guerra en Siria. Queremos que estos chavales puedan demostrar lo que hacen. Por eso, aunque la liga arranque aquí, daremos la bienvenida a cualquier país que quiera sumarse a nuestro programa».

Mientras hablamos, un facultativo ausculta a un jugador. «Cada mes viene un médico voluntario para examinar a los chicos». En muchos casos, esta exploración superficial es la única revisión médica a la que tienen acceso. En el barrio no hay ningún dispensario. El campo colinda con un parque en el que los toxicómanos se inyectan de noche y de día. Al lado de la biblioteca.

«El principal objetivo de esta liga internacional es elevar la voz de estos niños en todo el mundo. Niños que están heridos por la guerra, la pobreza, los desplazamientos y las drogas. Con el deporte les apartamos de la delincuencia, porque si delinquen y les cogen no pueden entrenar». Interrumpimos el juego para preguntar a estos valientes cómo se están preparando para la liga nacional que se celebrará después del verano. Al conocer de dónde vengo, Mohammad, Hamed, Ali, Ehsan, Alireza… forman una algarabía de cuidado. «¡Messi, Messi, Neymar, Neymar!», gritan.

El jugador con el número 23 acaba de ser padre por segunda vez. Tiene 19 años. Su mujer 16. «Mi sueño es ser futbolista de mayor y tengo muchas ganas de poder participar en la liga», expresa, excitado. «Estos niños no tiene sueños. Nunca los tuvieron porque desde que nacieron solo han vivido violencia y humillaciones. Aquí, sin embargo, hacen ejercicio, y eso es muy bueno para su salud física y mental», agrega Vahedi. Ya que les hemos interrumpido, les pregunto cuál es su equipo favorito, y como la cosa queda en casa, les pido que formen dos grupos con los seguidores del FCB a un lado y los del Real Madrid al otro. Gana el Barça por goleada.

La ONG Imam Ali es la mayor organización humanitaria de Irán. Recluta a los voluntarios en las universidades y cuenta con muchos donantes, pero aun así, «insuficientes» para desarrollar el proyecto. «Impulsar la liga internacional es ahora nuestra prioridad, pero necesitamos sponsors. Nos gustaría que uno de los dos grandes equipos españoles nos pudiera respaldar. Eso sí sería cumplir un sueño», desliza el jefe del club, antes de pedirme abiertamente que le ayude en este cometido. «Si pudiéramos contar con el apoyo de un club grande, haríamos realidad los anhelos de estos chicos. Si Dios quiere, lo conseguiremos». Inshallah.

Fuente: http://www.elmundo.es/deportes/2016/07/17/578b59d9468aeb0a278b457d.html

 

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