Evidencia en la experimentación en los Community College
Título original: How Can Placement Policy Improve Math Remediation Outcomes?,Evidence from Experimentation in Community Colleges
Los peldaños hacia la inclusión o “política de colocación” de estudiantes en la enseñanza superior en EEUU están delineados por pruebas estandarizadas ejecutadas desde los Community College, también conocidas como los “Junior College”, los cuales son el trampolín por excelencia para la recaudación de créditos necesarios a quienes aspiran entrar a una institución o universidad de cuatro años de formación. En este estudio en particular, se evalúa la asertividad de las pruebas (Accuplacer o Compass, entre otras), específicamente en la ciencia de la matemática, en el cual se analiza las creencias de los estudiantes sobre su preparación para la universidad y su capacidad de tener éxito en las pruebas estandarizadas a los cuales deben someterse, entendiéndose que desde los Colleges, generalmente, se desalienta al estudiante para su futura matriculación con los resultados que arrojan las pruebas de colocación.
Uno de los primeros pasos de un estudiante en un Community College al matricularse, es tomar una prueba estandarizada de nivel de lectura, escritura o matemáticas, con lo cual la institución puede identificar la preparación de los aspirantes y el nivel académico que se encuentra, expresa el estudio de Federick que alrededor del 60% de los estudiantes a nivel nacional arrojan resultados para optar a cursos de desarrollo o correctivos, sin embargo, en estados como California esta cifra asciende a 80%, esto es un resultado un tanto preocupante pues se trata alrededor de una quinta parte de toda la comunidad de estudiantes universitarios en el país, seguidamente, la mayoría de estos estudiantes inscritos en los cursos de desarrollo luego del proceso de evaluación no progresan o llegan a reunir las credenciales para ingresar en una Universidad de cuatro años de formación.
Por ello, un giro en la política de evaluación es cada vez más sugerido para sopesar esta situación, con pruebas de nivel y clases de recuperación que se encuentren por debajo de los niveles de habilidad del estudiante, con lo que se lograría estudiantes más propensos a completar con éxito los cursos y el logro de sus metas académicas, según el autor.
Teniendo en cuenta que los Community Collage no supera en su tiempo de preparación los dos años de formación, sirven principalmente a las comunidades locales situadas cerca de las autopistas y rutas de transporte público y las autopista, teniendo en su haber programas que se ajustan a necesidades educativas variadas, entre ellas: a)programas de transferencia de créditos para la universidad; b) programas técnicos; c) programas de capacitación laboral; d) programas de aptitudes básicas; y, e)programas de interés especial. Estos últimos destinados a la certificación de oficios en campos de rápida y alta inserción en el mercado laboral, mediante la capacitación en técnicas adaptado rotundamente a un modelo capitalista tecnológico e industrial. Carreras cortas como las que ofrecen certificaciones en aires acondicionados, tecnología automotriz, aviación y aeronáutica, edificación y construcción, comercio, educación, electrónica, tecnología médica de emergencia, capacitación para el departamento de policía y de bomberos, estudios infantiles y de la familia y recientemente en cursos de idiomas, dada la alta tasa de inmigrantes latinos que ya no sólo tienen presencia en el estado de la Florida sino por otros estado del país; son los platos fuertes de las Community Colleges. En tal sentido, estás instituciones representan el segmento de mayor crecimiento en la educación de los Estados Unidos tanto por la demanda matricular como por lo atractivo de sus costos de colegiatura que se encuentran muy por debajo en relación a las universidades o instituciones de cuatro años.
En este sentido, un tercer aspecto poco comentado tiene que ver con que estas instituciones de libre acceso normalmente no seleccionan a estudiantes sobre la base de los logros académicos, en consecuencia, representa para las Universidades un inconveniente en cuanto a la identificación de habilidades adquiridas en el estudiante y esta es la razón por la cual cada año se plantean nuevas políticas para evaluar las pruebas de colocación que se ofertan. En muchos casos las pruebas remediales son desarrolladas por la Junta Académica de los College a través de pruebas por ordenador adaptativo comercialmente disponibles y que identifican las habilidades delos estudiantes en aritmética, álgebra y matemáticas a nivel universitario mediante un algoritmo que responde al desempeño de los estudiantes.
El estudio recomienda examinar las pruebas remediales desarrolladas por los College debido a que la política de colocación de cursos para el estudiante implica la conformación de las vías para avanzar o no, las oportunidades y los resultados futuros que obtengan éstos en la Community College y luego en la Universidad. En tanto, cursos de recuperación con duración hasta de cinco semestres de largo, pudieran restringir el acceso a cursos de nivel universitario y atrapar al estudiante en secuencias que resultarían extremadamente costosas en términos de tiempo y dinero.
Por ello, uno de los retos que enfrentan los estudiantes de los Community College es por una parte el no alcanzar el objetivo en la colocación precisa en los cursos apropiados y por otra, afectar la probabilidad que alcancen sus metas académicas de más largo plazo; enfatizando en esto último, lo que podría costarles una transferencia oportuna a universidades de cuatro años, más inversión financiera y pérdida de los ingresos en su carrera.
Considerando a la educación desde los cada vez más predominantes College, como la venta de un espejismo basado en la inmediatez de conocimientos para la calificación al trabajo, una corporación financiera creciente al circunscribir los aprendizajes en competencias para el mercado desde el paradigma evaluativo y una salida laboral inmediata y con costos más accesibles que los cursos en las universidades este estudio insiste en la necesidad de desarrollar, crear, mejorar y perfeccionar los estándares.
No obstante, el sistema económico y social está diseñado para la producción de dinero diario por lo cual la inclinación a la matriculación de estas escuelas obedece a la necesidad de obtención de certificaciones expeditas que aventajen al individuo en un campo laboral vorazmente competitivo, muy por encima a la propia concentración de capitales. En promedio, el costo de la matricula anual y otros cargos en los Colleges es de $4.000 aproximadamente y en las universidades puede llegar hasta $9.000 anuales y el experimento en el negocio que brinda la educación superior radica en las fórmulas que desarrollan dichas instituciones para incrementar el número de estudiantes, cursos estandarizados y acumulación de créditos para luego ser transferidos a las universidades, alimentando de este modo un sistema, producto de un ciclo atrapado en la inversión por encima de la formación como derecho fundamental, tal como se aprecia en la visión del City Colleges de Chicago, uno de los más grandes e importantes en Estados Unidos.
EEUU, Los Angeles-California/University of Southern California/2015/ Federick Ngo y Tatiana Melguizo*
Fuente: http://epa.sagepub.com/content/early/2015/09/25/0162373715603504.abstract_
Editora: Liliana de Luzón. Centro Internacional Miranda. Integrante-Fundadora de la Red Glocal/Global por la Calidad Educativa. Licenciada en Educación. Especialista en Entornos Virtuales de Aprendizaje. Maestrante
del Master Dual: Máster en Formación de Profesores de Español como Lengua
Extranjera y Master in Teaching English as a Foreign Language. Autora y
coautora de investigaciones del ámbito educativo.