Por: Alfredo Dillon
Una de las preocupaciones más repetidas en los diagnósticos sobre la educación argentina señala que la mitad de los estudiantes “no comprende lo que lee”. El dato surge de la última prueba PISA: allí el 53,6% de los alumnos argentinos de 15 años no pudo reconocer la idea principal de un texto ni hacer “inferencias sencillas”.
Las pruebas regionales TERCE, de Unesco, también muestran un panorama poco alentador: entre 2006 y 2013, Argentina cayó del 6° al 9° puesto en lectura en 3° grado (solo supera a Ecuador, Paraguay y los países centroamericanos). En 6° grado, se mantuvo en el 7° puesto de América Latina (sobre 15 países). La mayoría de los alumnos argentinos quedaron repartidos entre los niveles 1 y 2 de desempeño en lectura (sobre 4). En la prueba de escritura, en cambio, los alumnos argentinos quedaron bien posicionados (3° puesto) con respecto a sus pares latinoamericanos.
Los expertos señalan que las dificultades de comprensión lectora son un factor ineludible a la hora de explicar las altas tasas de deserción y repitencia en la escuela secundaria. Y rastrean las causas de esas dificultades hasta los primeros años de la primaria, cuando se produce el proceso de alfabetización.
“El problema es de la enseñanza y no de los chicos: no es difícil aprender cuando te enseñan”, advierte Ana María Borzone, especialista en desarrollo lingüístico y cognitivo del Conicet. “Si no se enseña de forma sistemática e intensiva, los alumnos no aprenden a leer y escribir –plantea–. El español es una lengua sencilla, debería poder aprenderse en 6 meses”.
El diseño curricular de primaria establece que los chicos tienen tiempo hasta 3° grado para aprender a leer y escribir. Pero Borzone asegura que este objetivo podría cumplirse a los 5 años, cuando la plasticidad neuronal es mayor: “En el jardín se deben desarrollar habilidades básicas para el aprendizaje, como el lenguaje, la memoria y la atención”. Esto requiere “actividades específicas y sistemáticas”, que involucran el juego guiado por la maestra, y que hoy están ausentes de la currícula y de la formación.
El diagnóstico de la especialista coincide con los hallazgos de un estudio de UNICEF y la OEI, según el cual en los jardines argentinos se dedica poco tiempo al juego y la alfabetización. “Varias investigaciones internacionales afirman que la lectura en voz alta del adulto es la actividad más importante en el proceso de alfabetización temprana, junto con la conversación alrededor del texto”, señala Verona Batiuk, autora del informe. Sin embargo, apenas 1 de cada 10 maestros de jardín lee cuentos en voz alta a sus alumnos.
Fuente: http://www.clarin.com/sociedad/Mejor-alfabetizacion-garantizar-comprension-lectora_0_1654034732.html