Por: Nazanín Armanian
El retroceso que han sufrido los derechos de la mujer a nivel global en las últimas tres décadas, a causa del agresivo avance del neoliberalismo militarizado y la injusta derrota (que no el fracaso) del socialismo, nos invita a replantear dos principales cuestiones: las prioridades del movimiento feminista a nivel mundial y regional y la búsqueda de formulas para hacer irreversibles los derechos conquistados. Aún hoy, las élites misóginas de 155 países se benefician de leyes que, bajo el nombre de dios, la tradición o la conveniencia, discriminan con impunidad a de la mitad de los ciudadanos.
Las mujeres fueron noticia en octubre por:
Las leyes de decenas de estados permiten que “niños varones de ocho y nueve años se casen con señoras de 40 o 50 años. Miles de chicos mueren la misma noche de bodas por las hemorragias o palizas que reciben para silenciar sus llantos. ¿No lo sabía? ¡Bueno, notica falsa! Son millones de niñas de estas edades, y siempre pobres, forzadas a convertirse en esclavas -esposas de hombres pedófilos-. Miles de ellas mueren el mismo día en el que los adultos (protegidos por las leyes o las malditas tradiciones preservadas por los poderes), les encierran en un cuarto con un hombre para que haga con ellas lo que desee. Rawan, una yemení de ocho años murió por la rotura uterina.
Dice Save the Children que cada siete segundos una niña menor de 15 años es casada. Las que sobreviven a la noche de terror pueden perder su vida en el primer parto. UNICEF, que insiste en que la educación transforma la vida de estas niñas y “les permite salir de la pobreza, reducir la mortalidad infantil y favorecer el crecimiento económico”, falta a la verdad y lo sabe. En algunas sociedades de Oriente Próximo las mujeres constituyen la mayoría de la población universitaria, y curiosamente gozaban de más derechos hace 40.o60 años que ahora bajo las dictaduras fundamentalistas y en medio de guerras imperialistas.
Dar prioridad a la educación es una cortina de humo para cubrir el principal problema de las niñas y mujeres: la feminización de la pobreza, y los conflictos bélicos por los que mueren cada día miles de niñas. Saber leer y escribir no les salva de estas desgracias. Por eso, se equivoca la niña paquistaní Malala Yousafzai, a la que el sistema le otorgó el premio Nobel de la Paz ,al afirmar: “Un niño, un profesor, un libro y un lápiz pueden cambiar el mundo”. En su encuentro con Barack Obama, no le echó en cara que fue EEUU quien creó el yihadismo en 1978. Los mismos que le dispararon a ella, envenenan el agua de las escuelas, lapidan a las mujeres y destruyen sus medios para vivir sin que sus posibles títulos académicos sirvan de salvoconducto, todo lo contrario. Sólo en Iraq, y sólo durante los bombardeos del 1991 durante la Guerra del Golfo Pérsico, EEUU destruyó unas 10.000 escuelas y casi todas las universidades, y tras el embargo que le impuso al país, prohibió artículos como lápices, papel y material informático, garantizando el regreso de Irak a la Edad de Piedra.
El Parlamento Europeo entregó el Premio Sájarov a la libertad de Conciencia 2016 a las activistas kurdo-sirias de la religión izadí, Nadia Murad y Lamiya Aji Basha, ex esclavas sexuales de Daesh. ¡Enhorabuena a las premiadas! Aunque, por un lado este grupo también ha violado y asesinado a cientos de mujeres árabes, turcomanas y de religiones chiíta, sunita y cristiana, entre otras. Por otro, la actual atención prestada a los kurdos por los organismos y países de la OTAN no es desinteresada: Hillary Clinton propone que los kurdos sean el Bulldozer de las tropas de EEUU en la zona.
Las mujeres y hombres refugiados empezaron a desaparecer de los medios cuando de repente apareció Nujeen Mustafa, la niña siria que con su silla de ruedas había llegado a Alemania cruzando nueve países. Me acordé de Paloma Soroa, la incansable luchadora por los derechos de los discapacitados, y me pregunté: ¿cómo es la vida de una mujer muda, sorda, ciega, o en una silla de ruedas en Afganistán, Yemen, Irak? Recomiendo el libro Mujeres, comunicación y conflictos armados.
El 66% de las cerca de 400 niñas nigerianas que habían conseguido huir de los terroristas de Boko Haram (¡y sin la ayuda prometida de varios países!) han sido agredidas sexualmente por los miserables oficiales del campo de refugiados. Su cuerpo o sus miedos son monedas de cambio para conseguir un vaso de agua, un trozo de pan.
En Polonia, decenas de miles de mujeres ocuparon las calles o hicieron “huelga doméstica”, dejando de realizar las tareas de casa, en protesta por la penalización del aborto. ¡Y consiguieron parar el proyecto de ley! A los dirigentes polacos, que se rasgan las vestiduras por la destrucción de una células a las que llaman “niño”, no les tiembla la mano lanzar bombas sobre Irak y Afganistán, matando a las personas formadas y nacidos.
Quince mujeres indias, entre ellas LaDonna Allard y Jaslyn Charger, pertenecientes a la tribu Sioux, son dirigentes de la resistencia a los militares que protegen la construcción del gaseoducto del sur de Dakota en EEUU que pasa por su territorio. Ya han demolido su cementerio sagrado. El racismo ambiental afectará a sus cultivos, a sus aguas y en general a un modelo de vida en armonía con el medio. Siguen luchando.
El miembro del Comité de Derechos Humanos del parlamento egipcio Elhamy Agina sugería someter a la prueba de virginidad a las estudiantes universitarias para mostrar que son “señoritas”, como condición para continuar sus estudios superiores. Pretende así evitar que las jóvenes utilicen el matrimonio Urfi, que no requiere la firma del tutor varón de la joven y es válido con la presencia de dos testigos. Es el mismo individuo que apoyó la mutilación genital femenina afirmando que así los hombres que padecen problemas sexuales podrán superar sus complejos estando con una esposa mutilada.
Michel Temer, el golpista que sustituyó a la presidenta Dilma Rousseff, no incluyó en su gabinete ni a una mujer ni a un negro. El país de la letra B de los BRICS, durante el mandato de Dilma, contó con seis mujeres entre 39 ministros. Es un duro revés para un país, cuyos hombres mataron, entre 2001 y 2011, a cerca de 50.000 mujeres.
En España, trece mujeres subieron al velero Zaytouna-Oliva dirección Gaza para denunciar el bloqueo que estrangula a cerca de dos millones de personas en la prisión más grande del mundo. Al mismo tiempo, las mujeres israelíes de Mujeres hacen la paz ocuparon las calles de Jerusalén, exigiendo al gobierno la vuelta a las negociaciones con Palestina, advirtiendo de las graves consecuencias de la desaparición del concepto de paz en la política del país.
Varias deportistas han boicoteado el Campeonato Mundial de Ajedrez Femenino de 2017, que se celebrará en Irán en febrero. Protestan por la obligatoriedad del velo para todas las mujeres, incluidas las extranjeras. Desde 1979, las mujeres de cualquier nacionalidad o credo que aparezcan en público sin el velo reglamentario son multadas y encarceladas. Obviamente, no se trata de la cultura del país, ya que en ese caso el velo no sería forzado. Esta prenda es sólo un símbolo de un sistema de Apartheid de género que niega los derechos y las libertades más elementales a la mitad de la población. Aunque ningún boicot cambiará esta política, ni hará suspender el torneo. Se trata de un gesto internacionalista y positivo.
Fuente: http://blogs.publico.es/puntoyseguido/3604/la-mujer-en-diez-noticias-breves/