Bolivia / www.elpaisonline.com / 25 de Enero de 201
Los “retornos a la educación” son utilizados economistas para medir, en términos generales, el aumento promedio en los ingresos como consecuencia del incremento de un año de escolaridad o de la adquisición de un cierto nivel educativo.
El investigador del Instituto de Estudios Sociales y Económicos (IESE) de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS), Fernando Gonzales, utilizando distintas encuestas de hogares y comparando los resultados con varios estudios realizados en Bolivia (que usaron distintas metodologías), encontró que “el retorno medio a la educación en Bolivia ha ido disminuyendo significativamente en el periodo 2005 a 2014”.
Gonzales explica que el mercado laboral boliviano está saturado de profesionales, y que muchos “flamantes egresados de universidades e institutos técnicos (educación terciaria) no encuentran trabajos acordes a su profesión y si los encuentran, los mismos son con salarios muy bajos. Todo eso lleva a pensar que continuar estudios superiores es una pérdida de tiempo y dinero”.
Es que si bien varios enfoques teóricos consideran a la educación como una forma de inversión, de la que se espera incremente la productividad de los individuos, es posible que un bachiller sin estudios universitarios pero con años de experiencia, esté mejor capacitado para ciertas actividades laborales que un egresado universitario, y por tanto su nivel salarial puede ser más alto.
“Por ejemplo, personas que se dedican al sector de la construcción fácilmente tienen ingresos salariales más altos que los egresados de la educación terciaria”, indica Gonzales.
De todas formas, el experto observa que “al parecer en el año 2015 el indicador (del retorno medio a la educación) muestra cierta recuperación”, lo que considera una “buena noticia”.
Educación universitaria versus general
Según la investigación de Gonzales, los retornos a la educación universitaria han estado por encima de los retornos a la educación general, es decir, realizar estudios universitarios otorga mejor rendimiento salarial en general.
En el periodo de análisis (2005-2015) el retorno a la educación terciaria (universidad o institutos técnicos) es del 15% en promedio, mientras que el retorno a la educación en general (bachillerato) es del 8%. En otras palabras, estudiar una profesión universitaria en promedio brinda un 7% más de ingreso laboral que no hacerlo.
“Pero no deja de llamar la atención que estos retornos a la educación tienen una tendencia a la baja. En los últimos dos años nos encontramos que la brecha entre ambos retornos a la educación ha disminuido”, advierte el investigador del IESE.
Causas de la caída de
retornos a la educación
De acuerdo con los hallazgos de la investigación, hay distintas razones para este problema. Según Gonzales, “los retornos a la educación superior han disminuido principalmente porque la oferta educativa se ha incrementado más rápido que su demanda”.
Asimismo, la demanda de mano de obra calificada se ha estancado, mientras ha crecido la demanda de mano de obra menos calificada. “La demanda de mano de obra no calificada está asociada a los auges de la economía, existe evidencia que en épocas de expansión económica los salarios de la mano de obra menos calificada se incrementan”, indica el investigador, y agrega que la migración también ha contribuido al aumento de la demanda de mano de obra no calificada.
Una razón para el estancamiento de la demanda de mano de obra calificada, según Gonzales, es la “estructura productiva primaria (producción de materias primas, agricultura, ganadería, explotación forestal, minería) de nuestro país con fuerte énfasis en mano de obra”, lo que no permite mayor absorción por el mercado de trabajo de individuos con mayores niveles de escolaridad, lo que ha provocado “mayor desempleo en este grupo, y lo ha obligado a subemplearse, y a trabajar por salarios menores”.
Por otra parte, mientras los ingresos de las personas con mano de obra calificada se han mantenido relativamente estables (o han crecido poco) en la última década, las políticas favorables a los trabajadores han generado un sostenido aumento del salario mínimo. Esta tendencia ha hecho que los salarios tiendan a igualarse, por lo que la brecha con salarios de universitarios ha disminuido.
El deterioro de la calidad de la educación superior como consecuencia de la masificación de las universidades e institutos de educación terciaria también es un factor importante. Este fenómeno se da porque “las personas que ingresan a la educación terciaria tienen un nivel de formación previa menos avanzado que la generación anterior, y esto ha llevado a que estas personas reciban un salario inferior a lo que antes recibían”.
Por su parte, “esta masificación puede responder al hecho que ingresar a la Universidad, se ha convertido en una condición de status, en un vehículo de movilidad y promoción social, y no en una razón académica o de generación del conocimiento”, advierte el experto.
Finalmente, la investigación señala que si bien la tasa de escolaridad en los últimos años ha crecido en Bolivia, no está asociada necesariamente a mejores niveles de educación. Según Gonzales, “hay cierta evidencia que indica que el mercado de mano de obra calificada demanda profesionales con ciertas capacidades innatas no observables como creatividad, disciplina, responsabilidad, entre otras; habilidades que la institución educativa no brinda de manera adecuada”.
Fuente: http://www.elpaisonline.com/index.php/blogs/la-billetera/item/242780-en-10-anos-cayeron-retornos-economicos-a-la-educacion