Colombia / www.elcolombiano.com / 7 de Junio de 2017
En el proceso que adelanta Colombia para ser admitida en la Ocde, y que está muy avanzado, dicha Organización presentó un estudio en el que plantea la necesidad de que se concreten las reformas pendientes.
Desde el primer período de gobierno del presidente Juan Manuel Santos, se fijó la meta de conseguir que Colombia haga parte de la Ocde (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos). Para tal efecto, se han venido surtiendo una serie de instancias y procedimientos establecidos por la Organización.
En este sentido, el Gobierno ha adoptado, en diversos campos, algunas reformas y concretado una serie de ajustes (en políticas, reglamentaciones, procesos y programas) para así responder a las recomendaciones y las sugerencias de los diferentes comités (23 en total) que tiene establecidos la Ocde.
El hacer parte de esta Organización, a la que pertenecen principalmente países de alto nivel de desarrollo e ingreso, le ofrece a una nación en desarrollo como Colombia la oportunidad no solo de aprender de otros países cómo hacer mejor las cosas sino de recibir retroalimentación sobre los avances y las dificultades que enfrenta el país en diversos campos del desarrollo y de la política pública.
Adicionalmente, se puede acceder a información privilegiada de gran ayuda para la formulación, la implementación y la evaluación de las políticas.
Según el Gobierno, otros beneficios que trae el ingreso a la Ocde son la posibilidad de acudir a fuentes de financiamiento de menor costo y asegurar un mayor flujo de inversión extranjera, pues la confianza de los potenciales inversionistas aumenta.
En desarrollo del proceso de ingreso a la Ocde, en días pasados la Organización presentó el “Estudio Económico de Colombia 2017”.
En este informe se plantean dos mensajes centrales. El primero tiene que ver con el hecho de que la economía colombiana “ha sido más resiliente al shock de los precios de las materias primas que otros países de América Latina”.
El segundo pone en perspectiva los retos del desarrollo y el progreso que se tienen por delante para brindarles a sus ciudadanos mayores niveles de ingreso y bienestar. Estos se resumen en la necesidad de avanzar “hacia un crecimiento más inclusivo” y asegurar “un aumento de la productividad”.
Para tal propósito, la Ocde recomienda una serie de medidas y reformas entre las que destacan la necesidad, en el mediano plazo, de recaudar más ingresos para financiar los gastos crecientes que se requieren en las áreas de infraestructura, educación y previsión social. En otras palabras, el próximo gobierno deberá llevar a cabo una nueva reforma tributaria.
De igual manera, será necesario enfrentar una reforma laboral que consiga reducir la informalidad en el mercado del trabajo, pues este fenómeno hace difícil reducir las desigualdades sociales, ya que limita el acceso de las personas a los beneficios públicos.
Para ello se propone, entre otras cosas, continuar con la reducción de los impuestos y las contribuciones sobre los salarios (los denominados costos laborales no salariales); simplificar los procedimientos para el registro de las empresas y la afiliación de los trabajadores a la seguridad social; e implementar la diferenciación del salario mínimo según la edad y la región.
De otra parte, la Ocde plantea la urgente necesidad de concretar “una reforma en profundidad del sistema pensional”, asunto que sigue pendiente y que ha venido siendo discutido en diversos foros, como el reciente congreso de Asofondos.
De concretarse la entrada de Colombia a la Ocde, es claro que, si se quieren alcanzar mayores niveles de crecimiento y equidad, el país tiene por delante la concreción de una serie de reformas económicas de gran calado.
Fuente:http://www.elcolombiano.com/opinion/editoriales/ocde-reformas-y-progreso-ND6674971