Por: Rabha Attaf. La Pluma. 20/12/2017
Fue el ataque más mortífero que haya conocido Egipto en su historia reciente. El balance es pesado: 305 muertos, entre ellos 27 niños y 128 heridos, según las autoridades egipcias
En este viernes 24 de noviembre de 2017, mientras que los fieles estaban orando en la mezquita Al-Rawda de Bir Al-Abd, un pueblo de 2.500 habitantes situado en el Norte del Sinaí, una cuarentena de hombres enmascarados y vestidos de uniformes militares rodearon el lugar con cuatro vehículos todoterreno.
Después de haber hecho estallar una bomba en el interior del lugar de culto, dispararon sus ametralladoras sobre las personas presentes dentro de la mezquita; pero también en el exterior, sobre todos aquellos que trataban de escaparse. A continuación, los atacantes incendiaron vehículos para bloquear las carreteras, y huyeron antes de la llegada del ejército. El asalto sólo duró 20 minutos. Según un testimonio difundido por el sitio web Mada Masr, la mayoría de las personas que frecuentan esta mezquita provienen de las localidades de Jeque Zuweid y Rafah.
El modus operandi del comando, meticulosamente planeado, deja muchas cuestiones pendientes. Especialmente debido que el atentando hasta la fecha no ha sido reivindicado. Mientras que las autoridades egipcias se apresuraron a designar un culpable: «el Estado Islámico en la provincia del Sinaí». Según la vulgata oficial, este grupo sería una rama de Ansar Baït al Maqdis (los Partidarios de Jerusalén) que habría jurado lealtad a Al Qaeda en agosto de 2013, luego al Estado Islámico desde 2014. Y aunque esta mutación no sea comprobable, la única fuente de información sigue siendo la de los Mukhabarat (servicios de inteligencia) egipcios.
Los egipcios no se dejan engañar. En las redes sociales acusan a la Guardia Republicana, aunque los atacantes ondearon una bandera del Estado Islámico durante su asalto cronometrado, como para poner de relieve una firma y ocultar así las otras pistas. Lo que recuerda al temible «katiba Al-Khadra» (el regimiento verde) que había asolado a Argelia, perpetrando, entre otras cosas, las masacres de agosto y septiembre de 1997 a Bentalha, Ras y Béni-Messous cuyos supervivientes aterrorizados, se habían incorporado a los suburbios de Argel. Pasado el estupor, los testimonios de militares que huyeron de Argelia finalmente revelaron que este grupo terrorista era una fabricación del DRS (El departamento de inteligencia y de seguridad) argelino con el fin, según la doctrina militar francesa de guerra contrainsurreccional, «quitarle el agua al pez», es decir, aislar los grupos levantados del Frente Islámico de Salvación (brazo armado del FIS disuelto después del golpe de Estado militar de enero de 1992) del resto de la población.
En cualquier caso, la única certeza es que Ansar Beit Al-Maqdis apareció en el Sinaí justo después de la « revolución del 25 de enero de 2011». Sus primeras acciones armadas fueron el ataque simultáneo del puesto-frontera israelí egipto Kerem Shalom, cerca del extremo sur de Gaza, así como los sabotajes de los gaseoductos que alimentan a Israel y Jordania. Ansar Beit Al-Maqdis se limitó desde entonces, a reivindicar ataques mortíferos dirigidos a los retenes de la policía o del ejército egipcio, como también los convoyes de reclutas. Decenas de policías y soldados fueron asesinados en las emboscadas y atentados con coche bomba. Desde el golpe de Estado del Mariscal Al-Sissi, otros grupos armados han visto el día en el Norte del Sinaí, y sobre todo en un triángulo delimitado por las ciudades de El Arish, Rafah y Jeque Zuweid. Una zona desértica, de un perímetro reducido, donde se reprime fuertemente a la población, en constante insurrección contra el poder central, porque es considerada cómplice de los «yihadistas», partidarios del ex presidente Morsi, quienes huyeron de las detenciones. Estos últimos llevan a cabo una verdadera «guerra de guerrillas» contra el ejército, desplegado con fuerza en la región. Desde octubre de 2014 fue decretado el Estado de emergencia en todo el Norte Sinaí, y está prohibida la entrada a los periodistas. Hay que precisar que la localidad de Bir Al-Abd, donde tuvo lugar la matanza de la mezquita, está situada apenas a 40 kilómetros de El Arish, cabecera de la provincia del Norte-Sinaí donde se encuentra un importante cuartel militar.
El 3° ejército egipcio de infantería efectivamente se encuentra acantonado permanentemente en el Sinaí, especialmente en el norte y a lo largo de la frontera con Gaza e Israel. El ejército egipcio, financiado por USA a razón de 3 mil millones de dólares al año, es considerado uno de los mejores entrenados del mundo. Cada dos años desde 1981, el Pentágono organiza una gran maniobra en Egipto, llamada Bright Star, con la participación de militares de USA y del ejército egipcio, incluidas las fuerzas especiales egipcias. La última tuvo lugar en septiembre de 2017. Para los USA, Egipto es efectivamente altamente estratégico y a este título está vinculado al CentCom (Comando Central) cuya área de responsabilidad cubre el Oriente Próximo petrolero. Egipto tiene especialmente como misión bloquear los convoyes de armas en dirección de Gaza.
¿Es una simple coincidencia? El ataque se produjo cuando el paso fronterizo de Rafah entre Egipto y Gaza debía abrir de nuevo durante tres días, tras un acuerdo de reconciliación celebrado en El Cairo, el mes pasado, entre el Fatah y Hamas, bajo los auspicios de los servicios de inteligencia egipcios. Los rivales palestinos aceptaron, entre otras cosas, de transferir la responsabilidad del paso de Rafah a un gobierno de unidad. Esto significa que el vecino israelí no ve ciertamente de un buen ojo lo que podría resultar ser el primer hito del levantamiento del bloqueo de Gaza. En 2014, exigió sobre todo a Egipto que creara una zona tampón sobre su frontera. Lo que fue traducido por la destrucción con buldóceres de los barrios de Rafah más próximos a Israel y el desplazamiento brutal de sus habitantes por el ejército egipcio, mientras que se creaba una barrera electrónica a lo largo de la frontera. Más recientemente, se procedió al desplazamiento de las poblaciones de El Arish, en nombre de la lucha antiterrorista. ¡Lo que precipitó a los jóvenes furiosos o en fuga, en los brazos de los grupos armados!
Por lo tanto, la masacre de Bir Al-Abd es una afrenta seria para el mariscal Al Sissi que afirma ser el único garante de la seguridad en la región. « ¡Nuestra reacción será brutal! », machacó, herido en lo más vivo, en una reunión ad hoc celebrada desde el anuncio del atentado. Y como para acompañar los actos a la palabra del presidente, los drones destruyeron, «los vehículos transportando terroristas» en una zona desértica llamada Al-Risha, según una fuente militar anónima retransmitida por la cadena Sky News Arabic. ¡Nunca se confirmó esta información oficialmente!
El hecho es que ahora, con el pretexto de la lucha contra el terrorismo, no hay que excluir un empeoramiento de la represión en la región, e incluso de otras masacres no reivindicadas, en otros lugares de Egipto. Los beduinos del Sinaí son designados habitualmente por los medios de comunicación gubernamentales como «traidores de la nación» y sus hijos «cómplices de los terroristas». Una manera de desviar la venganza popular después de cada ataque contra el ejército dejando muertos a jóvenes reclutas enviados sin ninguna experiencia en el Sinaí.
*Fuente: es.lapluma.net/index.php/articulos/opinion/10414-2017-12-09-21-23-27.html
Fotografía: La pluma