Nigeria/09 de Junio de 2018/Amnistía Internacional
El ejército nigeriano recurre cada vez más a las amenazas, la intimidación y la difamación para desacreditar el trabajo que lleva a cabo Amnistía Internacional para documentar sus violaciones de derechos humanos, ha manifestado la organización hoy.
El 24 de mayo de 2018, Amnistía Internacional publicó un informe, “They Betrayed Us” (“Nos han traicionado”), en el que documentaba la prevalencia de la violencia sexual contra las mujeres y las niñas afectadas por el hambre que se encuentran recluidas en campos satélite bajo el control de militares y milicias nigerianos. El ejército nigeriano respondió organizando campañas de difamación y amenazando con “tomar medidas contra Amnistía Internacional”.
“En vez de tomar medidas para abordar los problemas planteados en ese informe, como investigar las incontables denuncias de violación y otros crímenes de guerra, el ejército nigeriano ha vuelto a su acostumbrada táctica hostil de negar y amenazar»
“Amnistía Internacional siempre comparte las conclusiones de sus investigaciones con el ejercito nigeriano antes de publicarlas. Formulamos preguntas detalladas para asegurarnos de que el ejército ofrece su versión de los hechos, pero en todos los casos ha ignorado por completo estos intentos de diálogo o nos ha remitido a otras instituciones del Estado con el fin evidente de eludir nuestras preguntas.”
El Senado de la Asamblea Nacional decidió ayer investigar lo denunciado en el informe de Amnistía Internacional, gesto que la organización ha acogido con satisfacción en tanto que representa una señal de esperanza para las víctimas que piden justicia.
El trabajo de Amnistía Internacional en Nigeria no consiste únicamente en documentar violaciones de derechos humanos cometidas por el ejército. La organización ha publicado también informes sobre los múltiples y terribles abusos perpetrados por el grupo armado Boko Haram y sobre las violaciones de derechos humanos cometidas por la policía nigeriana. Sus equipos de investigación han documentado también los violentos desalojos forzosos llevados a cabo por el gobierno del estado de Lagos y han trabajado con las comunidades expuestas a desalojo forzoso del estado de Kaduna y de la Unidad Territorial de la Capital Federal, en ambos casos apoyando el derecho a una vivienda adecuada. La organización ha puesto también de relieve la contaminación que están causando las empresas petroleras en el delta del Níger, y lleva decenios pidiendo que se rindan cuentas por la devastación ambiental resultante.
De acuerdo con la práctica habitual, en los informes de Amnistía Internacional sobre violaciones de derechos humanos en Nigeria se piden investigaciones sobre lo que se denuncia en ellos, pero, en vez de llevarlas a cabo, el ejército ha respondido reiteradamente con campañas de difamación y con intimidaciones y amenazas.
Por ejemplo, el 20 de marzo de 2017, manifestantes patrocinados irrumpieron con un ataúd en la oficina de Amnistía Internacional en Abuya y comenzaron a corear lemas contra la organización como “Amnistía Internacional apoya a Boko Haram” y “Sois malignos; marchaos ya de Nigeria”. Los manifestantes, algunos de los cuales procedían de campos para personas internamente desplazadas instalados fuera de Abuya, dijeron que recibían 1.400 nairas nigerianos al día de agentes de los patrocinadores de la manifestación con los que se habían encontrado en la zona de Unity Fountain de Abuya.
“Estas tácticas de distracción son un vergonzoso intento de evitar investigar las violaciones de derechos humanos expuestas por Amnistía. Las declaraciones del ejército nigeriano muestran claramente que no ha leído nuestros informes»
El 23 de mayo de 2018, la víspera de la presentación del informe “They Betrayed Us”, se llevaron cabo campañas preventivas de difamación en los medios de comunicación y manifestaciones organizadas con el fin evidente de intimidar y hostigar a Amnistía.
Un portavoz del ejército nigeriano reiteró también unas afirmaciones anteriores en las que se acusaba a Amnistía Internacional de estar interesada en prolongar la lucha contra Boko Haram. Al contrario, la organización ha puesto sistemáticamente de relieve cómo el costo del conflicto en toda Nigeria menoscaba aún más el acceso a los servicios sociales, de salud y educativos del país y ha advertido de que la impunidad de los abusos cometidos por todos los bandos perpetúa una espiral mortal del violencia.
“Estas tácticas de distracción son un vergonzoso intento de evitar investigar las violaciones de derechos humanos expuestas por Amnistía. Las declaraciones del ejército nigeriano muestran claramente que no ha leído nuestros informes», ha señalado Osai Ojigho.
“Por ejemplo, aunque nuestro reciente informe está basado en remotos campos satélites de lugares como Bama y Banki, el ejercito llevó a los periodistas a otros campos, situados en Maiduguri, para intentar demostrar que no teníamos razón.”
Amnistía Internacional es una organización de derechos humanos, no una fiscalía: su función consiste en pedir a los gobiernos que cumplan con su obligación de respetar y proteger los derechos humanos y garantizar que cualquier persona cuyos derechos hayan sido violados puede interponer un recurso efectivo.
Por este motivo, la organización continúa pidiendo al gobierno nigeriano que utilice su autoridad y sus recursos para investigar todas las denuncias de abusos y violaciones de derechos humanos, incluidas la violaciones, la tortura, las detenciones arbitrarias y los homicidios ilegítimos; garantizar reparaciones a las víctimas; hacer rendir cuentas a los responsables, y garantizar que no se repiten esos abusos y violaciones.
“Por mucho que haga el ejército, no vamos a quedarnos en silencio. Ante los intentos de eludir la responsabilidad y difamar a nuestra organización, continuaremos alzando la voz cuandoquiera y dondequiera que veamos cometer injusticias, abusos sexuales y discriminación contra las mujeres o cualquier otra violación de los derechos humanos en Nigeria”, ha afirmado Osai Ojigho.
Fuente: https://www.amnesty.org/es/latest/news/2018/06/nigeria-threats-from-the-military-wont-deter-us-from-defending-human-rights/