Es pobre casi la mitad de los trabajadores que no terminaron la secundaria

 

Por: Adriana Lui.

El dato surge de un estudio del Consejo Empresario Mendocino (CEM), que analizó la ecuación de la desigualdad: peor educación, menos salarios, más pobreza.

En Mendoza, el 42,2% de los jefes de hogar empleados que no terminaron la escuela secundaria es considerado pobre. Mientras que sólo el 19,8% que concluyó la educación superior tiene necesidades económicas. Las cifras se desprenden de un estudio del Consejo Empresario Mendocino (CEM) que analizó la ecuación de la desigualdad: peor educación, menos salarios, más pobreza.

De acuerdo al informe, uno de los factores más importantes asociados al riesgo de pobreza es el nivel educativo alcanzado por la persona que es sostén de familia. La probabilidad de caer en estos índices disminuye a medida que su nivel educativo aumenta.

Con estos números el CEM buscan poner en foco la importancia que tienen los estudios para alcanzar una vida más digna con un mayor nivel de ingresos. «La calidad y la terminalidad educativa son esenciales para asegurar la igualdad de oportunidades», reza el estudio.

«Queremos poner como un tema estratégico para el futuro de la provincia de Mendoza y de la Argentina, la educación. Es clave para el crecimiento y desarrollo de cualquier país. Buscamos abrir el debate y cómo vamos a hacer para mejorar la calidad y equidad del sistema educativo«, indicó Silvia Jardel, gerente general del CEM.

Analizando los datos de la Encuesta Permanente de Hogares para Mendoza y realizando un análisis descriptivo con datos al primer trimestre de 2018 de la EPH – INDEC, surge que alrededor del 42,2% de los jefes de hogar empleados que no alcanzaron a completar la escuela secundaria es considerado pobre.

Esta proporción cayó sustancialmente al 31% en el caso de quienes completaron la secundaria. Más aún, sólo el 19,8% del total que completaron la educación superior se encuentra por arriba de la línea de la pobreza.

El 42,2% de los jefes de hogar empleados que no terminaron la escuela secundaria es considerado pobre..

Desde la Dirección General de Escuelas (DGE), la coordinadora general de Educación Superior, Emma Cunnieti consideró que hay que seguir pensando en alternativas para mejorar la Secundaria y la permanencia de los jóvenes dentro del sistema.

Si bien consideró que no ha tenido posibilidades de leer el informe destacó que todas estas acciones son importantes para «sensibilizar a la sociedad de la necesidad de terminar el Secundario».

«Como Estado hemos generado todos las posibilidades. Tenemos las becas Progresar para que los chicos terminen, la Asignación por Hijo que se le da a los padres para que los chicos terminen la escolaridad y una red de escuelas secundarias nunca antes vista. Sin embargo, tiene que haber seguimientos más claros, en algunos casos y en otros, pensar en una nueva escuela secundaria que se adapte a sus demandas«, dijo.

En 2017 se dio a conocer un informe de Unicef, en el cual se menciona que más de la mitad de los chicos entre 10 y 18 años no termina la escuela secundaria en Argentina. Cunnieti consideró que aún cuesta entender que la escuela secundaria es obligatoria

«Hay que pensar que la obligatoriedad de la escuela primaria tardó 30 años en imponerse. Es importante que la gente entienda que el secundario es obligatorio desde el año 2006, debe entenderlo la familia, las escuelas y los alumnos. La conciencia tarda un tiempo», sostuvo.

Por su parte Alejandro Castro Santander, director general del Observatorio de la Convivencia Escolar de Universidad Católica de Cuyo, consideró que la permanencia de los alumnos dentro del sistema educativo y la calidad de su educación depende del «clima escolar».

El psicopedagogo explicó que para romper con este círculo «hay que cambiar las políticas públicas y la educación debe ser una prioridad. Cuando se pregunta a un ciudadano qué lugar ocupa la educación dentro de sus preocupaciones, esta figura en el último lugar.»

«El capital cultural de la familia evidentemente es muy importante, pero también el nivel educativo de a dónde va el chico. Y ahí vienen las discrepancias, sobre las posibilidades que tiene de acceder a una educación de calidad.  Es lo que hoy hablamos de escuelas pobres para chicos pobres. En esto es fundamental la variable clima escolar que tienen que ver con los vínculos y con sentirse bien dentro del ámbito de estudio», dijo.

Y agregó: «Lamentablemente vemos que el chico que es vulnerable que tiene una familia que no valora el estudio y el ámbito donde se desarrolla, influye. No sólo la escuela. Es por eso que tenemos una deuda con la jornada extendida que es una gran posibilidad de compensar el aprendizaje».

La influencia del hogar

El informe también analiza la influencia del nivel socioeconómico (NSE) del hogar de dónde proviene el estudiante. En aquellos hogares donde los estudiantes, además de contar con una situación social menos comprometida, pueden gozar de una mayor disponibilidad relativa de materiales didácticos, ambiente adecuado de estudio, mejor infraestructura y disponibilidad de elementos complementarios del aprendizaje.

En este sentido, las pruebas Aprender muestran importantes diferencias en el rendimiento escolar en función del NSE de los estudiantes evaluados.

De esta forma se observa que los bajos rendimientos de los estudiantes de NSE bajo más que duplican y, en ocasiones, más que triplican los bajos rendimientos de los estudiantes del NSE más alto.

Por ejemplo, en Mendoza los bajos desempeños en Lengua alcanzan a más de 1 cada 2 (52,3%) estudiantes de NSE bajo, en tanto que afectan a menos de 1 cada 5 (18,8%) de NSE alto.

Asimismo, en Matemática, el 82,2% de los estudiantes secundarios de bajos recursos tienen desempeños no satisfactorios, mientras que esta proporción, aunque importante, se reduce al 46,0% cuando se trata de estudiantes provenientes de hogares de NSE alto.

Educación pública versus privada

Las escuelas de gestión estatal alcanzan resultados sistemáticamente inferiores a los de las escuelas de gestión privada. Esta diferencia es muy marcada tanto en primaria como en secundaria. En todos los casos, la proporción de bajos resultados en las escuelas públicas duplica o triplica los bajos desempeños en escuelas privadas.

Jardel explicó que «la medición del aprendizaje de los niños y jóvenes deben sostenerse en el tiempo para que el sistema educativo pueda diseñar e implementar los proyectos de mejora que se requieren para que la educación alcance un alto nivel de calidad, sea más equitativa, reduciendo la brecha entre escuelas estatales y privadas, y entre estudiantes provenientes de hogares de NSE bajo y estudiantes de alto NSE».

Fuente de la reseña: https://www.elsol.com.ar/es-pobre-casi-la-mitad-de-los-trabajadores-que-no-terminaron-la-secundaria

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