América Latina hace frente a la obesidad

BID / 16/10/2019

Informe elaborado por Steven Ambrus worked as a correspondent for US and European media during two decades in Latin America, covering politics, education, the environment and other issues. He currently works in the communications and publications unit of the Research Department at the IDB.

 

Tomó diez años, una epidemia completa y dos médicos de los más altos rangos del gobierno—pero tras la resistencia feroz de la industria alimentaria, Chile finalmente promulgó una ley que hace frente al problema de la obesidad. Dicha ley es considerada por los expertos en nutrición como una de las más estrictas del mundo, si no la más estricta.

La ley, que entró en vigor en 2016 con un firme liderazgo del senador y cirujano Guido Girardi y la expresidenta y pediatra Michelle Bachelet, exige que todos los productos con un alto contenido de azúcar, grasas saturadas, calorías y sodio exhiban etiquetas negras de advertencia. Esta ley, que también prohíbe la venta de dichos productos en las escuelas y limita estrictamente la forma en que estos pueden ser anunciados, ya está marcando la diferencia. Aunque es demasiado pronto para saber si dicha ley tendrá repercusiones sobre los altos índices de obesidad, un estudio reciente revela que ha logrado mejorar la percepción de los niños sobre los alimentos y la responsabilidad de las madres al adquirirlos, justo cuando la industria alimentaria está comenzando a replantearse cómo lograr métodos más sanos.

Para no quedarse rezagados, otros países de la región, incluyendo México, Uruguay, Perú y Brasil, han emprendido la batalla con medidas que van desde colocar etiquetas de advertencia hasta cobrar impuestos sobre los refrescos. Con ello buscan revertir la epidemia que ha llevado a uno de cada cuatro adultos en América Latina y el Caribe a ser obesos, con consecuencias potencialmente letales en términos de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y cáncer.

El BID examina el problema de la obesidad en lo que respecta al deporte

En 2018 el BID publicó un estudio que abordó el problema desde el punto de vista del ejercicio. El estudio titulado Deporte para el desarrollo, reportó que en la región los adolescentes y adultos se encuentran por debajo del promedio mundial en lo que respecta al ejercicio físico y que más de cuatro de cada cinco adolescentes realizan menos de una hora de actividad física entre moderada y vigorosa al día, un porcentaje solo superado por los jóvenes de la región mediterránea oriental. Esa inercia física no solo pone en riesgo la salud, según reveló el BID, sino que además podría dar lugar a una menor productividad, más días por enfermedad y mayores costos de salud. Sin embargo, el gasto público vinculado al deporte en la región no pasa del 0,1% del PIB, aproximadamente un tercio de lo que gastan los países europeos.

El BID también ha venido apoyando programas de deporte para el desarrollo en la región y ha recomendado proyectos piloto para programas de ejercicio que permitirían la evaluación necesaria para ver qué tipo de programas funcionan mejor.

Chile marca tendencia mientras América Latina hace frente a su problema de obesidad

Entretanto, los esfuerzos de varios países de la región para hacer frente de manera enérgica al otro pilar del problema -la dieta- han sido impresionantes. En México en 2014 entró en vigor un impuesto del 10% sobre las bebidas azucaradas y en el lapso de un año se redujo el consumo en un 12%, donde los más beneficiados fueron los hogares más pobres. El país también aplicó un impuesto del 10% sobre la comida chatarra. Brasil ha publicado de manera voluntaria pautas para comer sano. Perú y Uruguay están avanzando rápidamente para exigir que ciertos alimentos exhiban etiquetas de advertencia, similares a las utilizadas en Chile. Y los ministros de salud de Mercosur se reunieron en junio de 2018 para considerar la posibilidad de tomar esas mismas medidas en todos los países.

Chile como líder en la lucha contra la obesidad

Chile es líder de la región y quizás del mundo. Las etiquetas de advertencia, obligatorias en ciertos productos, y la prohibición de personajes de dibujos animados en productos con niveles peligrosos de azúcar y otras sustancias, están dando resultado. Dichas reglas según se informa, han provocado una disminución del 25% en la compra de bebidas azucaradas y del 9% en la de cereales azucarados. Las madres afirman que la influencia ejercida por los medios de comunicación, las escuelas y, sus propios hijos, ha cambiado su forma de comprar para incluir productos más saludables.

Se está dando un cambio cultural, y no es para nada prematuro. Se podría tardar una generación entera o más para que se vea el pleno efecto de las nuevas actitudes. Pero el ejemplo de Chile y la comprensión de que unas mejores políticas puedan transformar la actitud hacia la alimentación por parte de los niños, los padres y la industria alimentaria, nos hace abrigar la esperanza de que la región pueda revertir el problema de la obesidad y vencer sus terribles consecuencias para la salud.

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