Redacción: MOR.BO
En 2007, un australiano desaliñado llegó a Kabul con poco más que una bolsa de ropa y tres patinetas. Mientras trabajaba durante el día, Oliver Percovich prestaba sus monopatines a adolescentes afganos para que jugaran con ellos, y que pronto se convirtieron en los primeros skaters del país; y al observar que el skateboarding atraía la atención positiva de los jóvenes de diversas etnias y géneros, Percovich decidió llevar más patinetas a Afganistán en su próximo viaje, y en última instancia, establecer la primera escuela de skateboarding del país, con el objetivo de proporcionar a la juventud afgana una comunidad segura y una salida a su ansiedad de vivir en un país en constante conflicto.
Hoy en día, la organización sin fines de lucro de Percovich es conocida en todo el mundo como Skateistan, y desde entonces se ha expandido, abriendo escuelas y centros comunitarios en Camboya y Sudáfrica. En el 2015, Skateistan recibió el premio Laureas Sport for Good, y un año después se clasificó como la 65ª organización sin fines de lucro más importante del mundo, ayudando a tocar las vidas de decenas de miles de niños en todo el mundo.
El filme Learning to Skateboard in a Warzone (If You’re a Girl), que ganó el Oscar el pasado domingo en la categoría de Corto Documental, cuenta la historia de una de las escuelas de Skateistan en Kabul, que está dedicada a enseñar a niñas y adolescentes cómo manejarse sobre una patineta.
“Esta película es mi carta de amor a las valientes niñas de ese país”, dijo la directora del documental, Carol Dysinger, al aceptar el premio junto a la productora Elena Andreicheva en la ceremonia del domingo. “Enseñan a las chicas a ser valientes, a levantar la mano, a decir que estoy aquí, que tengo algo que decir y que voy a tomar esa rampa, no intenten detenerme”.