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Talibanes afirman que mujeres podrán estudiar pero separadas de hombre

Por: Antonio Jiménez
Las afganas podrán estudiar en la universidad pero deberán hacerlo separadas por completo de los hombres, afirmaron este domingo los talibanes, que esta semana anunciaron un nuevo Gobierno interino compuesto únicamente por fundamentalistas y sin mujeres.

Los insurgentes mantienen que no son los mismos que hace dos décadas, cuando su régimen se caracterizó por relegar a las mujeres al hogar y por su conservadora interpretación del islam, pero la comunidad internacional ha mostrado su inquietud y se mantiene vigilante.

FIN A DOS DÉCADAS DE EDUCACIÓN CONJUNTA

En las últimas dos décadas, estudiantes de ambos sexos han compartido las aulas de las universidades afganas sin trabas, aunque los centros de educación primaria y secundaria continúan segregando por sexo a los alumnos.

Una situación a la que los talibanes, que se hicieron con el poder en Kabul el pasado 15 de agosto, han decidido poner fin.

Los estudiantes «hombres y mujeres continuarán sus clases sin educación conjunta» en un «entorno seguro de estudio» en base a la sharía o ley islámica, dijo el ministro de Educación Superior, Abdul Baqi Haqqani, en una rueda de prensa.

El ministro afirmó que los preparativos para implementar la medida «están en marcha» y «serán completados antes de que comiencen los cursos en las universidades» en los próximos días.

Haqqani justificó la medida al afirmar que la educación conjunta impide a las mujeres concentrarse en sus estudios, es «contraria al islám y a los valores culturales afganos» y había sido pedida por sindicatos de profesores y estudiantes.

Las estudiantes afganas solo podrán atender a cursos impartidos por profesoras, según las nuevas reglas de los talibanes, que están elaborando un nuevo currículum para la educación superior que se adapte «al islám y a la cultura afgana».

Los talibanes buscan una segregación total entre ambos sexos, aunque Haqqani afirmó que como último recurso los centros podrán separar a hombres y mujeres con una cortina.

Algunos centros ya han implementado esta medida, y el medio local Ariana News mostró imágenes de un aula universitaria con un puñado de alumnos segregados por sexo: las mujeres a la izquierda y los hombres a la derecha, divididos por una tela.

ACTIVISTAS ATACAN LA SEGREGACIÓN POR SEXO

El anuncio ha sido visto por activistas pro derechos de las mujeres como un ejemplo más de los talibanes imponiendo su conservadora visión del mundo y del islám por la fuerza.

«Esta decisión demuestra la animosidad de los talibanes contra la educación de las mujeres, a las que quieren privar de poder estudiar», lamentó a Efe Masouda Kohistani.

La activista afirmó que la segregación por sexos también del profesorado afectará negativamente a la calidad de la educación de las mujeres.

«Por ejemplo, en las universidades de medicina los profesores con más experiencia profesional son hombres, incluso en el departamento de maternidad», dijo.

La también activista Zarlasht Mayar afirmó a Efe que se trata de un paso más de los fundamentalistas para relegar las mujeres a un segundo plano.

«El género no debería ser un pretexto para obstaculizar la educación, la segregación de las clases es un comienzo para aislar a las mujeres de la sociedad y los talibanes tomarán más medidas para evitar que se dediquen a ciertas profesiones», dijo.

PREOCUPACIÓN POR VIOLACIONES DE DERECHOS HUMANOS

La comunidad internacional ha mostrado en repetidas ocasiones su inquietud ante posibles violaciones de los derechos humanos por parte de los talibanes, y especialmente por el futuro de las mujeres en Afganistán.

La falta de diversidad en el Gobierno interino anunciado esta semana, así como la nula presencia de mujeres, las imágenes de periodistas torturados por los talibanes y la prohibición casi total de las manifestaciones han avivado estos miedos.

Este domingo, la conocida doctora Fahima Rahmati, directora de una ONG en el sur de Afganistán, denunció que los talibanes asaltaron su domicilio y detuvieron a sus tres hermanos, suscitado indignación en el país asiático.

«Los talibanes entraron por la fuerza en nuestra casa en plena noche. Podrían haber llamado a la puerta si necesitaban hacer una verificación, no hay armas o empleados gubernamentales en nuestra casa», dijo la directora de la fundación Heela en un mensaje en vídeo compartido en su página de Facebook.

Rahmati trabaja desde hace años en la provincia sureña de Kandahar, ayudando especialmente a viudas y personas desplazadas por las décadas de enfrentamientos en Afganistán, y acusó a los talibanes de buscar a empleados del Gobierno depuesto para matarlos.

«Cuando encuentran a un funcionario, lo matan, pero yo no trabajo para el Gobierno, estoy a cargo de una organización benéfica», se defendió.

https://www.meganoticias.mx/cdmx/noticia/talibanes-afirman-que-mujeres-podran-estudiar-pero-separadas-de-hombre/271346

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Los talibanes prohíben el sonido de la voz de las mujeres en los espacios públicos de Afganistán

El Gobierno fundamentalista ratifica una norma que endurece la represión social a los pocos días de cumplir tres años de vuelta en el poder.

Los talibanes, en el Gobierno de Afganistán, han ratificado una ley de moralidad que endurece la represión contra las mujeres. Esta norma incluye medidas como la prohibición de que se escuchen sus voces en espacios públicos y de que sus rostros se vean en la calle, los cuales tendrán que estar cubiertos bajo el velo integral, de uso obligatorio. Se trata de la primera declaración formal de leyes “sobre el vicio y la virtud” desde que el grupo fundamentalista tomase el poder por la fuerza en agosto de 2021.

El documento, que consta de más de 100 páginas con 35 artículos, fue promulgado y publicado oficialmente este miércoles tras ser ratificado por el líder espiritual supremo, Haibatulá Ajundzadá. Las medidas afectan, en su gran mayoría, a las mujeres: se establece como necesario que se cubran el rostro y el cuerpo para evitar “causar tentación”, por lo que “no deben llevar ropa atractiva, ajustada o que revele la forma de su cuerpo”. También se prohíbe que usen cosméticos o perfume, con el fin último de evitar que imiten “los estilos de vestir de las mujeres no musulmanas”.

 

Una de las medidas más severas es evitar el sonido en público de la voz de las mujeres, lo cual incluye actividades como cantar, recitar o hablar frente a un micrófono. Se les prohíbe, incluso, mirar a hombres que no sean sus parientes. “La implementación de la sharía [ley islámica] y el hiyab es nuestra línea roja. No podemos negociar con nadie sobre estos asuntos”, señaló el ministro de la Virtud y el Vicio, Mohammad Khalid Hanafi, según el canal afgano Tolo News.

 

La ONU considera que ya desde 2021, cuando los talibanes subieron al poder tras la retirada de tropas occidentales y suspendieron la Constitución, la situación de las mujeres en Afganistán podía considerarse como un “apartheid de género”, en palabras del relator especial para ese país, Richard Bennett. El experto afirmó entonces que la situación para las afganas es “la peor” de las mujeres en todo el mundo.

 

Muchas de las prohibiciones relacionadas con la vestimenta se han puesto en marcha durante los últimos tres años, pero esta ley supone la primera base legal para imponer su cumplimiento. La normativa incluye también restricciones para los hombres: no pueden usar corbata, ni tampoco recortarse la barba por debajo de la longitud de un puño. Tampoco pueden peinarse. En lo que corresponde a su papel en los espacios públicos, los hombres no pueden ver y mucho menos dirigirse a mujeres con las que no tengan un parentesco. Los conductores de autobuses deben negar el transporte a viajeras que no vayan acompañadas de un hombre. Además, la nueva ley exige a los medios de comunicación que se atengan a la sharía, por lo que prohíben la publicación de imágenes que contengan seres vivos.

 

Las sanciones por alguna de estas infracciones incluyen “consejos, advertencias de castigo divino, amenazas verbales, confiscación de bienes, detención de una hora a tres días en cárceles públicas y cualquier otro castigo que se considere apropiado”, señala el Ministerio de Justicia. En caso de que estas medidas no corrigiesen el comportamiento de un individuo, se le remitiría a los tribunales para que se adopten nuevas medidas.

 

De acuerdo con los talibanes, la norma está hecha en concordancia con la sharía islámica. Las autoridades de facto informaron la semana pasada que el último año fueron detenidas más de 13.000 personas por incumplir las leyes de moralidad, aunque no desglosaron los presuntos delitos ni el sexo de los detenidos. La mitad de esas reclusiones duraron menos de 24 horas. Esta norma es la séptima que ha sido ratificada por el Emirato Islámico, según el Ministerio de Justicia, con otras relativas a la propiedad, los servicios financieros y la prevención de la mendicidad.

https://elpais.com/internacional/2024-08-23/los-talibanes-prohiben-el-sonido-de-la-voz-de-las-mujeres-en-los-espacios-publicos-de-afganistan.html

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El porcentaje de niñas privadas de educación ha subido al 80 % con los talibanes

Por: Newsroom Infobae

Desde la toma del poder por parte de los talibanes hace tres años, unos 1,4 millones de afganas han quedado excluidas del sistema educativo, que sumadas a los 1,1 millones que ya no estaban escolarizadas antes de la caída de Kabul, representan en conjunto el 80 % de las que están en edad de escolar.

Esos datos aparecen en estudios realizados por la Unesco que, en un comunicado publicado este jueves alerta de la gravedad del panorama educativo en Afganistán y del rápido aumento del número de niñas y mujeres que no pueden acceder a una formación.

Aunque las prohibiciones impuestas por los talibanes se refieren sobre todo a la educación secundaria y superior, la agencia de la ONU advierte de que «el acceso a la educación primaria también ha disminuido drásticamente, con 1,1 millones menos de niñas y niños escolarizados» desde el 15 de agosto de 2021.

«En la actualidad, Afganistán es el único país del mundo que prohíbe el acceso a la educación a las niñas mayores de 12 años y a las mujeres. Una situación que nos debería preocupar a todos», señala Audrey Azoulay, directora General de la Unesco, con motivo del tercer aniversario del cambio de régimen.

«El derecho a la educación no puede verse afectado por ninguna negociación o compromiso. La comunidad internacional ha de movilizarse firmemente para la reapertura incondicional de las escuelas y universidades para las niñas y mujeres afganas”, indica la máxima responsable de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, que tiene su sede en París.

Para la Unesco, las autoridades de facto prácticamente han anulado en tres años dos décadas de progresos continuos en la educación en Afganistán, lo que pone en peligro el futuro de toda una generación.

Los 1,4 millones de niñas que han sido deliberadamente privadas de acceso a la enseñanza secundaria hasta la fecha representan 300.000 más respecto al recuento realizado por la Unesco en abril de 2023.

Además, aunque la educación para las niñas menores de 12 años sigue estando permitida, el número de las estudiantes en la educación primaria también «ha caído drásticamente desde 2021».

De acuerdo con los últimos datos recopilados por esta agencia de la ONU, en 2022 Afganistán registró solo 5,7 millones de niñas y niños matriculados en primaria, en comparación con los 6,8 millones que se contabilizaban en 2019.

«Esta disminución en la tasa de escolarización en la educación primaria -subraya- se produjo tras la decisión de las autoridades de facto de prohibir a las maestras impartir clases a los niños, lo que ha agravado la escasez de docentes».

Igualmente alerta de la falta de incentivos para que los padres inscriban a sus hijos en la escuela, en un contexto socioeconómico cada vez más difícil.

Es un cóctel que favorece la desescolarización y que podría traducirse «en un aumento del trabajo infantil y los matrimonios precoces».

«Las cifras en la educación superior son igualmente preocupantes, con una disminución del 53 % en el número de estudiantes matriculados en las universidades desde 2021», avisa también la Unesco.

Eso llevará pronto a afrontar una «escasez de graduados capacitados para desempeñar los empleos más cualificados», agrega, y eso no hará más que «agravar los problemas de desarrollo» del país.

Para paliar esta situación, además de abogar a nivel internacional por el retorno de las afganas a las escuelas, la Unesco ha trabajado en desarrollar alternativas de aprendizaje, como capacitar colaboradores para impartir clases de alfabetización en aldeas, dar apoyo a los refugiados afganos en los países vecinos y fomentar la educación a distancia por radio y televisión. EFE

ngp/ac/vh

https://www.infobae.com/america/agencias/2024/08/14/el-porcentaje-de-ninas-privadas-de-educacion-ha-subido-al-80-con-los-talibanes/

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El último velocista usa el escenario olímpico como el «La voz de las niñas afganas»

Por:  Antonio Rosique

Para tener una thought de la carrera actual la única mujer de Afganistán En los Juegos Olímpicos de Atletismo, sólo había que mirar la parte trasera de su dorsal.

En él, escrito a mano, estaban las palabras escritas así: “Educción” y “Nuestros Derechos”.

Mujeres y niñas en Afganistán han sufrido enormemente desde que el país natal de Kimia Yousofi fue tomado por el Talibán en agosto de 2021. Un informe de las Naciones Unidas del año pasado dijo que el país se ha convertido en el más represivo del mundo para las mujeres y las niñas, quienes se ven privadas de prácticamente todos sus derechos básicos.

Atletismo en los Juegos Olímpicos de París
Kimia Yousofi, de Afganistán, hace una declaración política después de una eliminatoria en la carrera femenina de 100 metros en los Juegos Olímpicos de Verano de 2024, el viernes 2 de agosto de 2024, en Saint-Denis, Francia. Martin Meissner / AP

“Creo que siento una responsabilidad por las chicas afganas porque no pueden hablar”, dijo Yousofi el viernes después de terminar última en su serie preliminar de 100 metros.

Su dash de 13,42 segundos por la pista no fue el objetivo principal de este viaje. La historia de Yousofi es una ilustración vigorizante de cómo estos viajes a la Juegos Olímpicos No siempre se trata de ganar o perder.

“No soy una persona política, sólo hago lo que creo que es verdad”, dijo Yousofi. “Puedo hablar con los medios de comunicación. Puedo ser la voz de las niñas afganas. Puedo decirle a la gente lo que quiere: derechos básicos, educación y deportes”.

Antes de que ella naciera, los padres de Yousofi huyeron de Afganistán durante el anterior régimen talibán. Ella y sus tres hermanos nacieron y crecieron en el vecino Irán.

En 2012, cuando tenía 16 años, Yousofi participó en una búsqueda de talentos para niñas inmigrantes afganas que vivían en Irán. Más tarde regresó a Afganistán para entrenarse con el objetivo de tener la oportunidad de representar al país en los Juegos Olímpicos de 2016. Estos son sus terceros Juegos.

Pero después de los talibanes tomó posesión de su país nuevamente en la época en que comenzaron los Juegos de Tokio, se mudó a Australia con la ayuda de las autoridades de ese país y del Comité Olímpico Internacional. Ha estado viviendo en Sydney, tratando de mejorar su inglés. Cuando regrese, comenzará a buscar trabajo.

Si hubiera buscado uno, casi con certeza se habría ganado un lugar en el Equipo olímpico de refugiados que está diseñado para deportistas desplazados como ella.

Pero ella quería representar a su país, con sus defectos y todo, con la esperanza de que este viaje a los Juegos Olímpicos ayudara a arrojar luz sobre el modo en que se trata a las mujeres allí.

“Esta es mi bandera, este es mi país”, dijo. “Esta es mi tierra”.

El pasado 8 de junio se cumplieron 1.000 días desde que los talibanes prohibieron a las niñas mayores de 12 años asistir a todas las escuelas de Afganistán. Sin embargo, a pesar de los riesgos, muchas niñas afganas han se negó a perder la esperanza y han recurrido a escuelas no oficiales, ocultas a los ojos de los talibanes, para seguir recibiendo educación.

Pero aunque algunas mujeres jóvenes están encontrando formas de evadir la represión talibán, se espera ampliamente que Afganistán siga viendo a muchas de sus mujeres educadas y profesionales huir a países con más oportunidades.

“Afganistán nunca se recuperará del todo de estos 1.000 días”, afirmó en un comunicado en junio la directora adjunta de derechos de la mujer de Human Rights Watch, Heather Barr. “El potencial perdido en este tiempo –los artistas, médicos, poetas e ingenieros que nunca podrán prestar sus habilidades a su país– no se puede reemplazar. Cada día adicional, mueren más sueños”.

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UNICEF: Las niñas afganas llevan 1.000 días de educación perdidos, equivalentes a 3.000 millones de horas de aprendizaje

Las niñas afganas llevan 1.000 días de educación perdidos, equivalentes a 3.000 millones de horas de aprendizaje

Declaración de la Directora Ejecutiva de UNICEF, Catherine Russell

NUEVA YORK, 13 DE JUNIO DE 2024 – “Hoy se cumple un hito triste que debería hacernos reflexionar: hace 1.000 días que se prohibió oficialmente a las niñas afganas asistir a la escuela secundaria.

1.000 días sin ir a la escuela equivalen a 3.000 millones de horas de aprendizaje perdidas.

Para 1,5 millones de niñas, esta exclusión sistemática no es solo una violación manifiesta de su derecho a la educación, sino que también conlleva oportunidades perdidas y un deterioro de su salud mental.

Los derechos de la infancia –especialmente los de las niñas– no pueden ser rehenes de la política. Están en juego sus vidas, su futuro, sus esperanzas y sus sueños.

Las consecuencias de la prohibición no solo afectan a las niñas: también agravan la crisis humanitaria actual y tienen graves repercusiones para la economía y la trayectoria de desarrollo de Afganistán.

La educación no solo ofrece oportunidades. También protege a las niñas del matrimonio precoz, la desnutrición y otros problemas de salud, y las hace más resilientes frente a desastres como las inundaciones, las sequías y los terremotos que a menudo azotan el país[1].

Mis compañeros de UNICEF están trabajando sin descanso para apoyar a todos los niños y niñas de Afganistán. En colaboración con nuestros aliados, estamos facilitando el acceso a la educación primaria a 2,7 millones de niños y niñas, dirigiendo programas de educación comunitaria para otros 600.000 –de los que dos terceras partes son niñas–, formando a maestros y haciendo todo lo que podemos para mantener en funcionamiento la infraestructura educativa.

Coincidiendo con este trágico aniversario, insto a las autoridades de facto a que permitan que todos los niños y niñas vuelvan de inmediato a la escuela. Asimismo, hago un llamamiento a la comunidad internacional para que mantenga su compromiso y siga apoyando a estas niñas que nos necesitan más que nunca. Ningún país puede progresar cuando la mitad de la población se está quedando atrás”.

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Notas para los editores:

[1] Los nuevos datos sobre hogares de la Encuesta de Indicadores Múltiples por Conglomerados (MICS) de UNICEF demuestran que, cuanto mejor educada esté una niña, más probabilidades tendrán ella y sus hijos e hijas de sobrevivir y prosperar, especialmente si termina la educación secundaria. Consulte diversos recursos multimedia aquí.

Gracias a la labor de UNICEF en Afganistán en 2023 se consiguieron los siguientes resultados:

  • Más de 20 millones de personas se beneficiaron de servicios de atención primaria de salud, un millón de ellas en zonas de difícil acceso, gracias a los equipos móviles;
  • 2,1 millones de personas tuvieron acceso a agua potable y 1,1 millones, a servicios de saneamiento;
  • 1,4 millones de niños y niñas fueron vacunados contra el sarampión;
  • 715.000 niños y niñas gravemente desnutridos recibieron tratamiento hospitalario;
  • 686.000 niños (el 60% de ellos, niñas) tuvieron acceso a la educación a través de 21.355 clases en sus comunidades;
  • 170.000 familias vulnerables recibieron asistencia social, y a 86.000 recibieron dinero en efectivo para cubrir sus necesidades durante el invierno;
  • 70.000 niños y niñas, incluidos los niños no acompañados y separados de sus familias, recibieron apoyo a través de servicios de gestión de casos.

Fuente de la Información: https://www.unicef.org/es/comunicados-prensa/ninas-afganas-llevan-1000-dias-educacion-perdidos

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Las mujeres afganas pierden la esperanza de recuperar sus derechos tras más de 1.000 días sin educación.

Por:

El 15 de agosto de 2021, marcó un nuevo capítulo oscuro en la historia de Afganistán cuando los talibanes retomaron el poder. Una víctima de esta situación es Amal, una estudiante universitaria de 24 años que soñaba con convertirse en una gran periodista. Hoy, sin embargo, su vida ha dado un giro dramático debido a la prohibición de la educación para las niñas mayores de 12 años impuesta por los talibanes.

Amal, cuyo nombre real se mantiene en secreto, comenzó a manifestarse en las calles junto a otras mujeres poco después de la toma de poder de los talibanes. A pesar de las amenazas y la violencia, incluso estableció una escuela clandestina en su casa. Sin embargo, los talibanes irrumpieron en su casa hace siete meses, amenazando con matarla a ella y a su familia, y la golpearon brutalmente. Amal, al igual que muchas mujeres afganas, vive en clandestinidad y soledad, luchando por su derecho a la educidad y sintiéndose abandonada por la comunidad internacional.

La comunidad internacional ha sido rápida para condenar las acciones de los talibanes, pero sus palabras han tenido poco impacto en la realidad de las mujeres en Afganistán. Los talibanes no han revocado ninguna de sus prohibiciones a las mujeres, y países vecinos como Rusia y China están dando pasos hacia el reconocimiento de su gobierno. La ONU incluso ha invitado a los talibanes a participar en una conferencia internacional sobre Afganistán en Doha, Qatar, a finales de junio.

Esta invitación ha causado indignación entre los grupos de mujeres afganas que han estado protestando contra lo que los expertos de Naciones Unidas describen como un «apartheid de género«. Estas mujeres temen que se estén dando pasos hacia la normalización de los talibanes. La soledad y el aislamiento de las mujeres afganas son tales que estas activistas solo pueden protestar fotografiándose con la cara tapada y pancartas en sus manos dentro de sus casas. Algunas, las más valientes, incluso se atreven a salir a la calle para protestar, a pesar de la represión brutal.

El jueves pasado, marcó 1.000 días desde que las adolescentes afganas fueron prohibidas de estudiar por los talibanes. La agencia de las Naciones Unidas para la infancia, Unicef, se unió a la conmemoración de este día sombrío, deplorando las 3.000 horas de educación que se han perdido para un millón y medio de jóvenes afganas. Esta pérdida amenaza su autonomía y su futuro.

Además de la educación, los talibanes también han prohibido el derecho al trabajo para las mujeres afganas, su libertad de movimiento, e incluso su libertad de expresión. El último de estos ataques se anunció recientemente, cuando el líder supremo de los talibanes, Hibatullah Ajundzadá, limitó el salario de todas las mujeres del país a una cantidad insignificante, independientemente de su edad, puesto de trabajo, experiencia y formación académica.

En Afganistán, ya no hay policías, juezas, diputadas, abogadas, ni apenas funcionarias, ni periodistas mujeres. Los talibanes también han prohibido a las mujeres trabajar en ONG y en las agencias de la ONU, con contadas excepciones en los ámbitos sanitario y educativo. La educación secundaria y superior también están prohibidas para las mujeres. En diciembre de 2022, los talibanes prohibieron a las mujeres estudiar en la universidad. En abril de 2023, cerraron las academias privadas donde muchas niñas estudiaban idiomas o matemáticas, entre otras disciplinas, incluidas en una lista de materias «no aptas» para mujeres.

Las afganas, y por consiguiente sus hijos pequeños, tienen prohibido viajar sin un guardián masculino y no pueden entrar en parques infantiles ni naturales. Tampoco pueden entrar en gimnasios, ni en baños públicos, ni siquiera ir de pícnic al campo. Los fundamentalistas han cerrado peluquerías y salones de belleza y les han prohibido llamar a programas de radio. El Comité para la Protección de los Periodistas, con sede en Nueva York, denunció en abril que tres periodistas habían sido detenidos por aceptar llamadas de oyentes femeninas.

Entre junio de 2023 y marzo de 2024, el «régimen asfixiante» que rige Afganistán aprobó 52 reglamentos que atentan contra los derechos de las mujeres y las niñas del país, según un informe del relator especial de Naciones Unidas para los derechos humanos en Afganistán, Richard Bennett.

A finales de marzo, el emir Ajundzadá anunció en la radiotelevisión pública del país una enésima y grave decisión contra las mujeres afganas: la reinstauración de la flagelación pública y la lapidación de mujeres por adulterio. En reacción a esta decisión, Sahar Fetrat, investigadora afgana de Human Rights Watch, afirmó en declaraciones al diario The Guardian que la inacción de la comunidad internacional explica este anuncio.

Sin educación ni perspectivas de tener un trabajo, la suerte de muchas adolescentes afganas está echada. Las organizaciones internacionales alertan de la relación directa entre el abandono escolar, los matrimonios forzados y las maternidades precoces, y la perpetuación de la pobreza. El costo económico anual de la prohibición de trabajar a las mujeres afganas es de unos 934 millones de euros, el 5% del PIB del país, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Desde su escondite en Kabul, Amal deplora que la violación de los derechos de las mujeres no solo no haya provocado una intervención de la comunidad internacional, sino que se ha convertido en una herramienta de chantaje de los talibanes para alcanzar «sus objetivos políticos». El primero, el de ser reconocidos como gobernantes legítimos de Afganistán. Algunas voces, como la del Gobierno chino, defienden ya que hay que hablar con ellos.

https://mediatribu.cl/2024/06/18/las-mujeres-afganas-pierden-la-esperanza-de-recuperar-sus-derechos-tras-mas-de-1-000-dias-sin-educacion-internacional/

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Continúa el asalto talibán a los derechos de la mujer en Afganistán

Se siguen violando los derechos humanos en Afganistán, en particular los de las mujeres, que sufren estrictos códigos de vestimenta y son excluidas de ciertos trabajos, mientras continúa la prohibición a su derecho a la educación superior y se le limita su libertad de movimiento.

 

Han pasado casi tres años desde que los talibanes recuperaron el control de Afganistán y los derechos de las mujeres siguen siendo objeto de ataques.

 

El jueves, la portavoz de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU (ACNUDH), Liz Throssell, reveló que en su último acto de desapoderamiento, las autoridades de facto han comunicado a las funcionarias que tienen prohibido trabajar no obstante sus cualificaciones o experiencia, y que a partir de ahora se les recortará el salario al nivel más bajo.

 

Los talibanes tomaron Kabul, la capital de Afganistán, en agosto de 2021, y rápidamente comenzaron a erosionar los derechos de las mujeres, incluyendo estrictos códigos de vestimenta, prohibiendo la educación superior para las niñas, excluyendo a las mujeres de ciertos trabajos, y más.

 

Según Throssell, las autoridades del país habían dicho a las mujeres que podrían volver a trabajar cuando se dieran “las condiciones necesarias”, pero las mujeres no han recibido ninguna información sobre cuándo podría ser eso.

 

Tres años después, no se han tomado medidas para que todas las funcionarias puedan volver al trabajo.

 

“Esta última decisión, discriminatoria y profundamente arbitraria, ahonda aún más la erosión de los derechos humanos en Afganistán, tras las decisiones de restringir el acceso de las mujeres y las niñas a la educación y el empleo, limitar su libertad de movimiento y restringir su presencia en los espacios públicos, afianzando de hecho la exclusión de las mujeres de la vida pública”, afirmó Throssell.

 

Tres mil millones de horas de aprendizaje perdidas

El jueves también se cumplen 1000 días desde que los talibanes prohibieron la educación de las niñas más allá del sexto grado, un “hito triste y aleccionador” según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

 

Para 1,5 millones de niñas, esta exclusión sistemática no sólo constituye una flagrante violación de su derecho a la educación, sino que además se traduce en una disminución de sus oportunidades y en un deterioro de su salud mental», afirmó en una declaración pública Catherine Russell, directora ejecutiva de UNICEF.

 

Russell afirmó que la educación no sólo ofrece oportunidades, sino que “protege a las niñas de los matrimonios precoces, la malnutrición y otros problemas de salud, y refuerza su capacidad de resistencia ante desastres como las inundaciones, la sequía y los terremotos que asolan con frecuencia Afganistán”.

 

ONU Mujeres informó recientemente de que esta prohibición de la educación está relacionada con un aumento del 25% en las tasas de matrimonio infantil y del 45% en las tasas de maternidad precoz.

 

La cabeza de UNICEF afirmó que el organismo está trabajando intensamente para apoyar a todos los niños y niñas de Afganistán.

 

Poner fin a las violaciones de derechos

Mientras se siguen violando los derechos humanos en Afganistán, expertos independientes en derechos piden a los talibanes que proporcionen ayuda médica al ciudadano estadounidense Ryan Corbett, que se encuentra detenido.

 

Corbett fue detenido en 2022 cuando viajó a Afganistán para realizar labores humanitarias y ha permanecido cautivo desde entonces.

 

Su salud mental y física ha empeorado gravemente y Alice Jill Edwards, relatora especial de la ONU sobre la tortura y otros tratos crueles, ha declarado que debe recibir tratamiento médico “en un hospital civil sin demora”, y que las condiciones de detención eran “totalmente inadecuadas y sustancialmente inferiores a las normas internacionales”.

 

Los relatores especiales y otros expertos en derechos humanos nombrados por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU son independientes de cualquier gobierno, no reciben salario por su trabajo y prestan servicio a título individual.

 

https://news.un.org/es/story/2024/06/1530551

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