Panamá: Una ley para blindar la educación sexual

Por: Cecilia Fonseca S./Prensa.com
La iniciativa aspira atender el problema de los embarazos no intencionales y prevenir los delitos sexuales. Entre enero y marzo de 2020 se registraron 2 mil 652 embarazos en menores de 10 a 19 años.

En 2019 hubo en Panamá 72 mil 456 nacimientos vivos, de los cuales 458 correspondieron a niñas/madres menores de 15 años y 11 mil 809 a adolescentes/madres de entre 15 y 19 años, según los datos más recientes de la Contraloría General de la República.

Estos números son solo el reflejo frío de un fenómeno social que se repite y en el que entran en juego la falta de protección hacia las niñas por parte de su núcleo familiar, y del Estado, que no logra pasar de la letra a la acción en cuanto a aseguramiento de derechos y castigo al infractor.

El tema, cuya génesis es multifactorial, es abordado a través de una iniciativa que está pendiente de primer debate en la Comisión de Trabajo, Salud y Desarrollo Social de la Asamblea Nacional. Con ella se busca darle fuerza de ley a la enseñanza de la educación sexual, materializada hoy en el país, tras años de discusión para alcanzar un consenso, en lo que se conoce como las Guías de Sexualidad y Afectividad; y dar un paso más allá al incluir la prevención de los delitos sexuales.

Las guías comenzaron a elaborarse en 2016 y no fue hasta fines de 2019 cuando el documento consensuado estuvo listo. Luego, pasó casi año y medio para que se anunciara que la capacitación los facilitadores –400 y de forma virtual– empezaría: en abril de 2021.

La propuesta, de Gabriel Silva, Juan Diego Vásquez y Fátima Agrazal, aspira a instaurar el “Programa De Educación para la Prevención de Embarazos en Menores de Edad, Infecciones de Transmisión sexual y Delitos Sexuales”. En ella se atribuye parte del problema a la falta de información y al desconocimiento de niñas y jóvenes sobre cómo prevenir situaciones de riesgo y cómo denunciarlas, cuando se ven envueltas en ellas.

“Esto [la ley] busca construir sobre las guías. Es importante la continuidad de la obligación y la continuidad de la educación sexual; garantiza presupuesto, garantiza horas de capacitación, garantiza temas”, dijo a este medio Silva, al explicar cómo se inserta su propuesta con los pasos hacia la enseñanza de la educación sexual que ha dado el país con las cinco guías elaboradas.

Las guías se dividen en: una dirigida a los padres de familia (orientación y formación en educación en sexualidad y afectividad), otra para cada nivel educativo (primaria, premedia y media), y una dirigida a adolescentes embarazadas, madres adolescentes y sus padres.

La propuesta

De acuerdo con la iniciativa, el programa a desarrollar estará basado en la ciencia, no será parte del currículo general y los centros educativos deberán notificar a los padres de familia o acudientes sobre las fechas y temas a tratar en cada clase, charla o taller que organicen. Corresponderá al Ministerio de Educación (Meduca) y al Ministerio de Salud (Minsa) establecer el diseño curricular y la capacitación docente, que no deberá ser menor a 30 horas para asegurar los objetivos.

Una ley para blindar  la educación sexual

La propuesta también detalla los temas que deberá ofrecer el programa, entre ellos, Conozca el cuerpo humano, su desarrollo y funcionamiento, en particular lo relativo al sistema reproductor; Conozca y practique el respeto a la integridad física; Conozca las maneras de prevenir un embarazo precoz; Sepa prevenir infecciones de transmisión sexual y el VIH/SIDA; Sea capaz de prevenir, reconocer y denunciar la violencia sexual.

Una ley para blindar  la educación sexual

También se dispone que el Meduca y el Minsa creen, en todos los centros oficiales y particulares, espacios de formación para los padres o acudientes, a propósito de ofrecerles información sobre: aspectos biológicos, fisiológicos, genéticos, psicológicos, éticos, jurídicos y pedagógicos sobre los niños, niñas y adolescentes; promover la comprensión y el acompañamiento en su maduración afectiva, preparándolos para entablar relaciones interpersonales positivas; y vincular a la escuela y a la familia para el logro de los objetivos del programa.

Así mismo, promover canales de comunicación y reflexión conjunta entre los padres y sus hijos sobre la salud sexual y reproductiva, la responsabilidad con respecto a la prevención del embarazo precoz, la prevención en infecciones de transmisión sexual, VIH/SIDA y la violencia o abuso sexual; y enseñar a los padres de forma adecuada cómo replicar la información en el hogar.

Los argumentos

El programa educativo, señala Silva en la exposición de motivos, puede ser parte de una solución integral de mediano a largo plazo a los problemas planteados. “Si los niños, niñas y adolescentes aprenden a prevenir, a protegerse, a cuidarse y a denunciar, muchas de estas lamentables situaciones se pueden evitar […] De lo contrario, seguirán incrementando los embarazos en menores de edad, afectando así la calidad de vida, la salud pública y arrebatándole la niñez a los jóvenes”.

En el documento, Silva sustenta, con estudios de organismos internacionales y estadísticas nacionales, la necesidad de atender el asunto. Entre otros aspectos, destaca que la Organización Mundial de la Salud ha advertido de que el embarazo en la niñez o adolescencia es uno de los principales factores que contribuyen a la mortalidad materna e infantil, genera consecuencias en la salud y perpetúa la pobreza.

También refiere, citando al Banco Interamericano de Desarrollo, que las madres menores de edad tienen menos probabilidades de culminar la educación secundaria y que el embarazo adolescente reduce los años de escolaridad, la asistencia a la escuela y las horas laborales.

Aludiendo a estudios del Fondo de Población de Naciones Unidas indica que las niñas o adolescentes que quedan embarazadas antes de los 18 años rara vez pueden ejercer sus derechos a la educación, la salud, la protección y un nivel de vida adecuado, por el contrario, asumen obligaciones de adultas sin estar preparadas para ello y no tienen acceso a los mismos derechos y oportunidades que las demás niñas o adolescentes. La Organización Panamericana de la Salud advierte de que el embarazo no intencional se asocia no solo a pobreza y exclusión, sino a la violencia sexual.

La propuesta revela, de acuerdo con registros del Minsa, que entre enero y marzo de 2020 se registraron 2 mil 652 embarazos en adolescentes de 10 a 19 años, y que solo en esos tres meses se superó el 57% de los casos registrados entre enero y noviembre de 2019, cuando hubo 4 mil 652.

Entre 2007 y 2019, en el país hubo 181 mil 668 nacimientos vivos de mujeres menores de entre 10 y 19 años, según cifras de la Contraloría de la República.

De acuerdo al MINSA, del 2014 a mayo de 2019 quedaron embarazadas un promedio de 29 adolescentes por día. Esto representó aproximadamente 58 mil jóvenes embarazadas”. Estos números no incluyen cifras de la Caja de Seguro Social y de las clínicas privadas.

Detalla el texto que según la Contraloría, entre 2014 y 2018, 86 niñas con menos de 15 años tuvieron un segundo hijo; y que los registros del Ministerio Público reflejan que en 2020 hubo 5 mil 469 denuncias por delitos contra la libertad e integridad sexual, de los cuales mil 913 fueron por el delito de acceso sexual con una persona mayor de 14 años y menor de 18.

La bibliografía del impacto de la educación en reducir el embarazo precoz es extensa. La evidencia que hemos recopilado indica que los cursos, talleres, seminarios y demás pueden tener efectos positivos en reducir embarazos en los menores de edad […] también pueden tener efectos positivos en la reducción de las infecciones de transmisión sexual y VIH y los delitos sexuales. No obstante, los resultados dependen de la calidad e implementación”, se lee en la exposición de motivos.

Silva manifestó a este medio que con las Guías de Sexualidad y Afectividad se pasó de cero a algo, pero así como esos textos llegaron pueden desaparecer, ya que puede llegar un gobierno que diga que va a aplicar otras guías, y como no hay una ley que las respalde, eso no se podría evitar. Pueden cambiar al vaivén no solo del gobierno, sino del ministro –afirmó–. La ley que propusimos le daría más estructura y validez jurídica a las guías, para que la educación sexual se mantenga.

El diputado destacó que su propuesta se robustecerá cuando llegue el primer debate en la comisión, ya que pedirá la conformación de una subcomisión para que todos los grupos interesados participen y hagan aportes. “El foro para terminar de construir este proyecto, que no es una versión final, es la subcomisión”, apuntó, al tiempo que indicó que ya ha recibido comentarios de algunos diputados y organizaciones sobre aspectos que se deben modificar, y que aspira a que ese recorrido que viene sea de consenso.

Contexto global

Una ley para blindar  la educación sexual
The word sex education written in chalk on a blackboard

El Fondo de Población de Naciones Unidas aboga por la educación integral en sexualidad (EIS), que implica un enfoque basado en los derechos y centrado en el género, ya sea en la escuela o fuera de ella.

Este modelo implica una formación a lo largo de los años y de acuerdo con la evolución de las capacidades de los jóvenes. Incluye información científicamente precisa sobre el desarrollo humano, la anatomía y la salud reproductiva, así como información sobre anticoncepción, parto e infecciones de transmisión sexual.

Según el Unfpa, se trata de un asunto de derechos porque “las elecciones sexuales y reproductivas de los jóvenes pueden tener un efecto cascada en sus derechos humanos”.

El informe Estado Mundial de la Población 2021 –presentado este 14 de abril por el Unfpa– se centró en la autonomía corporal: el poder y la capacidad de las mujeres para tomar decisiones sobre sus cuerpos, sin temor a la violencia o a que alguien más decida por ellas.

En este reporte se advierte, entre otras cosas, que el derecho a la autonomía corporal es violentado cuando se priva a los jóvenes de una educación integral en sexualidad.

La EIS –señala el informe–, no solo ayuda a evitar los embarazos no planeados y las infecciones de transmisión sexual, sino que también capacita a las personas para defenderse a sí mismas. También inculca valores de respeto, consentimiento e igualdad para todos, incluidos los niños, adolescentes y los hombres jóvenes, los cuales son fundamentales para convertir la autonomía corporal en una realidad.

Uno de los países de la región líder en EIS es Argentina, que en 2017 puso en marcha el Plan nacional de prevención del embarazo no intencional en adolescentes. Un reporte de la consultora Julia Frenkel revela que un año después de haberse comenzado a implementar el plan en 12 provincias del país, se registraron 6 mil 961 nacimientos menos que en 2017 en chicas menores de 19 años, incluidos 143 casos menos de niñas menores de 15 años. En ese año, 94 mil 79 de los nacimientos fueron de adolescentes menores de 20 años y 2 mil 493, de niñas menores de 15.

El 9 de diciembre de 2020, FLACSO Argentina lanzó la iniciativa “Pausa. Vamos de nuevo”, que ofrece materiales de EIS para adolescentes de 13 a 18 años, docentes y familias de la región latinoamericana. Este proyecto, que es apoyado por el Unfpa se enmarca en la Iniciativa de Inversión en Adolescencia y Juventud, 165 Millones de Razones: un llamado a la acción dirigido a movilizar, amplificar y coordinar esfuerzos a favor de las generaciones presentes y futuras, así como en la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible. Los recursos disponibles, que están en diferentes formatos (audiovisuales, guía didáctica, acceso a otros recursos) y son accesibles e inclusivos, buscan facilitar el diálogo y promover una educación integral de la sexualidad de calidad, empoderando a las y los adolescentes para tomar decisiones conscientes y críticas sobre su sexualidad.

https://www.prensa.com/impresa/vivir/una-ley-para-blindar-la-educacion-sexual/

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