Bolivia: Madre… ¡Nuestra primera maestra!

Publicado originalmente en Educa Bolivia el 27 de mayo del 2016

Pensar en nuestra madre es provocar una avalancha de recuerdos y sensaciones que terminan embargándonos la mente y el corazón; y es que su figura es omnipresente. Madre es la que nos enseña, paso a paso, a vivir y a interpretar la vida.

Madre también es aquella que en su interior, también siente cuando somos arrancados a esa nueva realidad que es el exterior. Madre es la que nos enseña, paso a paso, a vivir y a interpretar la vida.

Y cuando analizamos todas las facetas que tiene una madre, podemos decir que la que hace que mamá sea mamá, es la de educadora. Esa guía que se nos proporciona desde que nacemos y que no tiene fecha de expiración, pues esos consejos y conocimientos que nos da nuestra madre permanecerán con nosotros para siempre, formando parte de quienes somos y de lo que queremos llegar a ser. Es que antes de las amistades y antes de la escuela, nuestra primera influencia es la figura materna, que desde que estamos en el vientre se encarga de cuidarnos, amarnos y formarnos como personas de bien.
Nuestra madre es maestra porque nos enseña el mundo tal y como es; sus lecciones van desde el plano físico y el intelectual: comer, caminar, leer, escribir, los números, los colores. Otra de sus importantes enseñanzas tiene que ver con la moral y los sentimientos: saber discernir entre lo bueno y lo malo, conocer valores como la amabilidad y la responsabilidad, expresar sentimientos de amor, ternura y solidaridad, entre muchas otras.
Lo anterior nos lo transmite de la manera más impactante, con el ejemplo y sin sentirse obligada. El amor maneja sus actos, su comprensión y su entrega. Enlaza la pasión por transmitir lo que sabe, con la paciencia de la madre que quiere que su niño aprenda; conjugando la disciplina necesaria para formar con la alegría y la confianza que proporcionan los juegos, equilibrando el rol de madre y educadora con el de madre y amiga.
Las madres en la Educación Inicial en Familia Comunitaria
Junto a las primeras enseñanzas materno – familiares comienza la adquisición de conocimientos académicos que son necesarios para el niño. Esta proximidad entre infante y madre, no se esfuma con el inicio de la escolarización, sino que se hace más intensa pues es el momento en el que empieza la verdadera socialización, fuera del círculo de amigos y familiares conocidos hasta el momento.
Este es el momento en el cual la madre vela porque la educación del niño sea completa, que involucre lo científico con el desarrollo humano y que se incluya al niño en la que debe ser su familia fuera de casa: la escuela.
El niño o niña realiza el paso de un lugar donde se plantea el juego entre las funciones del hogar hacia los centros de estudios. Se pasa de tener una madre que ha sido y seguirá siendo tu maestra de la vida a conocer a una maestra que te enseñara de la manera en que lo ha hecho tu madre.
Valores como son el amor, la comprensión y la entrega se concatenan entre la madre y la maestra de educación inicial. Lo inculcado por una mayoría de madres en el mundo, están conjugados en la  mujer que complementará la labor de las madres de familia, enseñándonos a ser personas que no solo a cuentan del uno al diez, nos enseñan lo básico en cuanto a conocimientos con amor y no por obligación.
El Sistema Educativo Plurinacional ha subdividido el Subsistema de Educación Regular en: Inicial en Familia Comunitaria (No escolarizada), Educación Primaria Comunitaria Vocacional y Educación Secundaria Comunitaria Productiva. Es en la primera de ellas que toma alto relieve el papel de la familia y en especial el de la madre.
En dicho nivel educativo muy relacionado con el Ser, se reconoce como básica la formación general acá el ser humano inicia pautas propias de crianza de las familias y culturas. El contacto primario de la madre con el que está por nacer o el recién nacido es muy preponderante ya que ella, en mayor grado, pone énfasis en el desarrollo de capacidades básicas en temas de identidad cultural, prevención y promoción de la salud, buena alimentación y nutrición, entre muchos otros temas.
La madre y su labor de mil oficios
La mujer es potencial madre en todas las dimensiones de su persona y no solo en el plano biológico. Su materna misión no se reduce sólo a embarazarse, dar a luz y alimentar a su hijo, sino que consiste en “darle la vida” en el sentido de enseñar e inculcarle valores para que sea alguien como persona.
La madre, además de sus obligaciones como esposa, tiene también que dedicarse a ser institutriz, tutora, enfermera, nutricionista, cocinera, administradora, profesora, consejera, etc. De ahí que la madre es la educadora, y realiza esta misión no en un nivel precisamente intelectual, ofreciendo una serie de enseñanzas, normas, conocimientos a su hijo, sino que le da toda su persona para que el hijo llegue a ser alguien en la vida.
Los hijos no heredan de la madre solamente sus rasgos genéticos, sino también una gran parte de lo que se les ha enseñado. Es decir, la educación como conjunto de formación académica, religiosa, de virtudes y valores, familiar, social, artística, etc. Por eso dejan una impresión imborrable en la educación de los hijos, que se va consolidando a medida que van pasando los años, donde la madre ejerce su función insustituible de educar a los hijos.
El éxito moral, económico y profesional de los hijos, depende principalmente de la educación de las madres. Desgraciadamente, muchos padres solamente se dedican a proveer de medios económicos a la familia, cosa muy importante e indispensable, pero son las madres, las que transmiten a los hijos la educación. Los padres tienen otras funciones muy importantes, que complementan y equilibran las relaciones familiares.
Por todo lo anterior, miles de honores y reconocimientos a nuestras madres por ser nuestras primeras y más importantes educadoras.
Feliz 27 de Mayo…Feliz Día de las Madres!!!
Imagen tomada de: http://www.obispoenmisiones.com/wp-content/uploads/2012/05/educadora.jpg
Comparte este contenido: