Afganistán/10 de Julio de 2016/UNICEF
Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial nunca tantos niños han sufrido como ahora las graves consecuencias de los conflictos armados. Así lo advierte el informe que acaba de presentar en Berlín el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), donde además de alertar sobre esta grave situación hace un llamado a la comunidad internacional para poner fin a los padecimientos de los chicos que viven en zonas de guerra y en campamentos de refugiados.
Este grave problema, según los expertos de Unicef, golpea a más de 250 millones de niños que viven en países envueltos en enfrentamientos armados donde los ataques no respetan áreas sensibles como hospitales o establecimientos escolares. Las estadísticas del organismo internacional estiman que alrededor de 16 millones de niños nacieron en medio de los conflictos armados desde 2011 a la fecha, y salvo los que en ese período lograron escapar de ese infierno con sus familias, el resto está condenado a crecer en situaciones extremas donde la falta de alimentos básicos, agua potable o energía eléctrica es moneda corriente. En realidad, muchas de las familias que huyeron de los bombardeos la mayoría de las veces son víctimas de distintas formas de explotación a las que las someten las redes de organizaciones criminales que prometen falsas ayudas, a cambio de importantes sumas de dinero, y de esa manera terminan viviendo en condiciones deplorables en centros de refugiados. Unicef advierte también que el 20 por ciento de los niños golpeados por el drama de la guerra en Oriente Medio desarrollará problemas psicológicos de leves a moderados, mientras que entre un 4 y un 3 por ciento padecerán problemas graves si no reciben ayuda a tiempo.
Uno de los casos más dolorosos es el de Siria, donde la infancia gozaba de los más elementales derechos antes de que se desate la sangrienta guerra civil en 2011. Con la agudización del conflicto, los adultos mayores y, en especial, los niños fueron los primeros en sentir los rigores y las privaciones que impone el conflicto armado. Así, el número de niños sirios que abandonó la escuela fue en vertiginoso aumento, y pequeños de tan solo seis años se vieron obligados a trabajar para poder ayudar a sus familias. La desgracia que cayó sobre esta y otras poblaciones que viven en zonas de guerra perjudicó en su desarrollo físico y mental a cientos de miles de niños cuyo futuro estará marcado por esta experiencia traumática.
El caso de Siria es, como se dijo, paradigmático porque antes de la guerra civil casi todos los chicos asistían con normalidad a la escuela y la tasa de alfabetización estaba por encima del 90 por ciento. Se estima que en la actualidad, en cambio, hay más de 2,7 millones de sirios menores de 14 años que no concurren a ningún establecimiento educativo ni reciben educación formal de ningún tipo ya que el sistema educativo quedó desarticulado por la destrucción de escuelas y jardines de infantes.
Pero lo más grave es que algunos pequeños que perdieron a sus familias son reclutados como soldados, o para servir a bandas criminales que contrabandean mercaderías en las zonas de frontera. “Tenemos muchos informes en los que se detallan ataques a escuelas, jardines infantiles o parques infantiles”, reveló el responsable de Unicef en Alemania, Christian Schneider, al dar a conocer el informe sobre el sufrimiento de los niños en áreas de conflicto. Pero Siria, lamentablemente, no es el único país donde ocurren estas tragedias. En 2015, Unicef registró 164 ataques a escuelas en Afganistán y 67 a centros escolares en Irak, mientras que en Nigeria estima que el grupo terrorista Boko Haram provocó severos daños en más de 1200 establecimientos educativos de distintos niveles y mató a más de 600 maestros.
Las guerras representan, sin duda, una verdadera tragedia para la humanidad, porque traen consigo destrucción y muerte; y el alto precio que tiene que pagar la infancia en las zonas de conflicto obliga a hacer un llamamiento a la comunidad internacional para que se ponga fin a estos enfrentamientos que hipotecan el futuro de los países que sufren en carne propia estas desgracias.
Fuente: http://www.diarionorte.com/article/139699/las-guerras-y-su-efecto-devastador-sobre-la-infancia