África/La Vanguardia/ 13 de Julio de 2016.
- Objetos tradicionales se han transformado en utensilios de la cultura occidental gracias a los nuevos creadores
La cámara sigue a un joven trabajador por las calles de Kilamba Kiaxi. Lo sigue a él y a sus sueños de prosperidad en una ciudad semifantasma de Angola. Durante el día barre el vacío, de vez en cuando entra en alguno de los miles de pisos por vender, pone la televisión y se imagina viviendo allí. El corto del sudafricano Michael MacGarry es una de las piezas más interesantes de la muy interesante exposición Making Africa, con la que elCentre de Cultura Contemporània de Barcelona aborda la realidad de un continente que emerge lejos de los arquetipos creados primero por la colonización europea, luego por las guerras y las hambrunas, y lo hace desde la creatividad: el diseño, la arquitectura, la imagen para crear otra imagen. Esta visión de África no corresponde con la que suele aparecer en los noticiarios, pero en cambio se abre paso en los espacios culturales: al mismo tiempo que el CCCB presenta esta muestra, el Philadelphia Art Museum ofrece una similar bajo el título de Creative Africa y el corto de MacGarry se exhibe en el International Film Festival de Rotterdam, que incluye un apartado dedicado a Urban Africa.
África urbana. Hace un par de meses la OCDE alertaba sobre el vertiginoso crecimiento de las ciudades del continente, Lagos, Johannesburgo, El Cairo y Kinshasa cuentan ya con más de 10 millones de habitantes. ¿Cómo enfrentarse a este fenómeno? Espacio y objeto, uno de los cuatro ámbitos de Making Africa, analiza este desafío y algunas de las respuestas. Ponte City, el proyecto colaborativo de Michael Subotzky y Patrick Waterhouse, resulta ilustrativo de esta urbanización. El célebre rascacielos de Johannesburgo, el edificio de apartamentos más alto de África con 173 metros de alto, dejó de estar de moda con el fin del apartheid para convertirse en una ruina con los cristales rotos y elevada criminalidad. Las tres cajas de luz, cada una con seiscientas de las fotografías que tomaron durante dos años, simbolizan la historia de Sudáfrica. Ahora, la potencia colonial de Occidente está siendo sustituida por la no menos colonial de China, pero el desenraizamiento y la falta de atención a las condiciones locales siguen lastrando numerosas urbanizaciones de reciente creación.
En el extremo contrario se presenta la obra del arquitecto de Burkina Faso Kéré con su Centre de l’Architecture de la Terre, una serie de edificaciones en Mopti, Mali, en las que tanto los materiales como la tecnología son locales; la tradicional construcción en barro forma una barrera contra las altas temperaturas al mismo tiempo que presenta un bajo coste y permite preservar y transmitir una forma de construir que de otra manera estaría condenada a desaparecer. Otro proyecto que mira al futuro es Urban Africa Project, de David Adjaye (Tanzania), quien a lo largo de diez años fotografió cincuenta y tres ciudades africanas buscando modelos urbanos y clasificando las imágenes según criterios geográficos y tipologías de construcción. Fotografiar y mapear para identificar problemas y proponer soluciones. Los participantes en el proyecto Map Kibera Trust cartografiaron Kibera, el mayor barrio de barracas de África con 200.000 habitan- tes, a cinco kilómetros de Nairobi. El mapa digital sirvió de base a otros estudios, gracias a la información detallada sobre seguridad, e instalaciones sanitarias. Los habitantes intervinieron directamente gracias a las plataformas en red en la elaboración de planes de acción para mejorar las condiciones de vida.
La tecnología cubre en África los espacios a los que no han llegado las infraestructuras. Un ejemplo es M-Pesa, un sistema que permite enviar dinero directamente con un simple mensaje SMS desde el móvil y que cuenta actualmente con 12,2 millones de usuarios activos. Otro ejemplo es BRCK, una iniciativa que prosperó gracias a micromecenazgos y que consiste en un resistente aparato wifi móvil provisto de una alimentación de energía propia y que sólo necesita una tarjeta SIM para enviar una señal a 140 países del mundo. Los diseñadores, creadores e ingenieros africanos hacen frente a lo que el arquitecto nigeriano Vigilism llama “la maldición africana de los recursos”: las regiones más ricas del continente son las que tienen índices de crecimiento económico más bajo. Recursos que hacen ricos a otros países; aquí se parte del aprovechamiento máximo, sea de la técnica o de los materiales, algo que queda muy patente en la exposición del CCCB: objetos y construcciones, obras de arte creados todos a partir de materiales reciclados. Unas botellas de agua mineral de plástico sirven como sandalias, la lámpara
Fuente:http://www.lavanguardia.com/cultura/20160702/402909107823/africa-un-continente-en-reciclaje.html