Enfoques cooperativos; Hoy: ¿Cómo abordar la enseñanza de la economía a los campesinos?

Por José Yorg, el cooperario.
“Cuatrero el jefe político, ladrones los comisarios, carneadores los milicos, nosotros… los gauchos malos. Hacen rodeos de vacas, las pasan al otro lado; se arreglan certificados ahí nomás al lao del río, y todo lo suyo es mío en un Jesús alabado”. Orlando Vera Cruz “Cayendo”, Pilchas gauchas
 
 
 
 
No pretendemos ser originales en la temática, puesto que existen innumerables bibliografías sobre la cuestión campesina y su dilema económico y educativo, simplemente recogemos algunos recuerdos de nuestra trayectoria como maestros rurales interpelados por nuestros ulteriores estudios universitarios en aras de reflexionar, aspirando aportar saberes útiles.
 
Este artículo, pues, puede considerarse una continuidad o segunda parte del anterior denominado “Doblando el lomo para recolectar algodón en Formosa”.
 
Retornemos a un punto señalado en el anterior artículo para adentrarnos en el tema económico y nuestra visión sobre él, cuando narramos que “Las conversaciones con los padres-pequeños productores-de los alumnos develaron otra atrocidad económica, cual es la expoliación sufrida con la venta de sus productos a los acopiadores. La ausencia de la enseñanza básica de la ciencia económica en esos hombres y mujeres, laboriosos y fecundos, se expresaba en la resolución de la transacción de sus bienes ante el comprador en una ecuación matemática con toda desigualdad”.
 
Sin dudas que el intercambio mercantil desigual procede de una diferencia substancial entre la magnitud del valor y el precio de ventas de las mercancías.
 
¿Cómo juegan los factores de la producción entonces en estas relaciones económicas?
 
Miremos: el campesino posee los factores tierra, trabajo, fundamentalmente, y herramientas agrícolas y la cultura productiva que serían su capital. El cuarto factor en juego, cual es la organización empresarial, está ausente en demasía.
 
Sin dudas su posición en el mercado capitalista es con toda evidencia desventajosa.
 
Su relación ante el comprador es débil y sucumbe. Su horizonte de progreso está limitado y su ruina acecha. Los hijos emigran y la venta de la tierra se considera próxima.
 
Ante esta realidad surge inmediatamente el interrogante: ¿Cómo abordar la enseñanza de la economía a los campesinos? La respuesta positiva debe provenir de los decisores políticos del área educativa.
 
Aquí hemos planteado el problema con toda crudeza: la economía campesina no es un tipo de producción capitalista porque es una economía de subsistencia que ocupa fuerza de trabajo familiar, pertenece a un tipo de economía de intercambio previo al capitalismo; pero que sin embargo enfrenta un dilema al estar inserto en mercados capitalistas, es, entonces, una economía acoplada al modo de producción capitalista.
 
Reflexionamos que la educación y capacitación a los pequeños labriegos deberían poner su foco en esos contenidos conceptuales de la economía y también en saberes de la ciencia administrativa, de lo empresarial, más que en aspectos productivos dado que poseen una cultura intensa de ello.
 
El recelo característico de la personalidad del campesino, su individualismo- resultado de siglos de expoliación y subyugación- puede ceder ante un programa educativo participativo y cooperativo que lo ayude a ampliar su cosmovisión sobre la sociedad, el hombre y la empresa, positivamente.
 
Para nosotros, miembros de TECNICOOP, con casi 25 años de vida institución y práctica educativa, sigue y tal vez más que nunca efectiva la propuesta cooperativa en el ámbito rural.
 
Aceptar “la aventura de la cooperación” implica en los hechos unir los factores de la producción que funcionan dispersos en las chacras. Claro que la tarea no es ni sencilla ni  fácil, pero, planeando actividades educativas y de capacitación, avanzando de manera gradual, podrían alcanzarse éxitos que permitan su afincamiento.
 
 Las cooperativas pueden dar fin a una forma de explotación en el proceso de comercialización que afecta al campesino aislado a través de empresas que están ligadas a intereses extranjeros, y que aplican maniobras non santas destinadas a la rebaja de los precios en el período en que los campesinos venden sus cosechas.
 
Nuestros compañeros Roque Arguello y Luli Aquino nos conferenciaron en el programa radial “Hablemos de cooperativas” de que “Estas empresas han construido verdaderos entramados de cacerías ya que  actúan a través de acopiadores, que a su vez se vinculan con los dueños de almacenes Ramos Generales, devenidos a su vez como caudillos políticos en las zonas agrícolas que someten a los campesinos dado sus necesidades elementales. Este entramado o círculo vicioso tiene por fin tramposo el objetivo de que los labriegos vendan sus productos cuando el mercado está lleno y los precios deprimidos internacionalmente”.
 
Por eso la respuesta cooperativa sigue siendo válida.
 
En la fraternidad, un abrazo cooperativo!
 
 
 
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José Yorg

Articulista, Escritor.