Argentina: El fantasma de Marx sigue recorriendo la Universidad de Salta

América del Sur/Argentina/01 de octubre de 2016/www.laizquierdadiario.com/Por: Josefina Cárdenas

El Jueves 29 en el aula FH3 de Humanidades a las 17:30 h será el último encuentro del taller Marx ha vuelto, donde estudiantes continuarán el debate sobre las ideas de Marx.

Este taller, nace como una manera de desarrollar las ideas presentes en el Manifiesto Comunista junto con explicar su vigencia, se acerca a su final en la UNSa.

Hacemos un repaso por el tercer encuentro denominado «El Estado y la Revolución».

Marx nos dice: «La burguesía, después del establecimiento de la gran industria y el mercado mundial, conquistó finalmente el dominio exclusivo del poder político en el Estado representativo». Esta frase indica el eje en torno al cual se debatió en este encuentro: ¿Cómo consiguió la burguesía conquistar el poder político? A modo de grandes procesos revolucionarios encabezados por la burguesía, encontramos la Revolución Inglesa y Francesa (1789/1793). En estas revoluciones, la burguesía incrementó su poder económico, conquistando también el poder político; así, con enfrentamientos entre facciones minoritarias de la sociedad, logró conquistar la hegemonía en el Estado. Estos enfrentamientos que fueron útiles al control y dominio burgués; a su vez, permitieron el desarrollo económico capitalista. Además, concentraron el poder del estado a través de leyes y el uso de las fuerzas represivas. Como diría Engels, «el Estado es una banda de hombres armados». El poder político entonces, entendido como el poder organizado para explotar una clase sobre otra, fue conquistado por la burguesía en estos dos hechos históricos para poder reivindicar y defender sus propios intereses, que se veían desfavorecidos por la monarquía reinante. Es decir, que la burguesía organiza el poder del Estado absolutista para sus propios fines

Es así que para Marx los burgueses se ubicaron en un lugar revolucionario porque consiguieron la sustitución de las viejas formas de producción por otras que le posibilitaron lograr sus objetivos productivos. De este modo, junto con la conquista del poderío económico y del poder político, también la burguesía «revoluciona» el campo de las ideas, y pone en eje nuevas ideas. «Libertad, igualdad y fraternidad» decían en Francia. Claro que detrás de esta supuesta libertad para el pueblo francés se escondía un verdadero objetivo burgués: libertad para comerciar, libertad para los negocios, libertad para hacerse de riquezas. Tampoco le era funcional a la burguesía seguir manteniendo la esclavitud, ya que necesitaba «hombre libres», trabajadores asalariados. A través de esa acumulación de riquezas, la burguesía se reordena y va adquiriendo más poder, y es en definitiva lo que le permite ubicarse como una fuerza política cada vez más fuerte, aunque verdaderamente le lleva 500 años establecerse definitivamente en el poder. Ahora bien, habiendo afirmado el papel revolucionario que llevó a cabo la burguesía en estos procesos históricos, Marx también asegura que hay un momento donde los burgueses dejan de ocupar ese lugar: «La burguesía no puede ya reinar porque es incapaz de asegurarle a su esclavo su existencia dentro de la esclavitud, porque se ve obligado a degradarla hasta el punto tal de tener que alimentar, en lugar de ser alimentada por él. La sociedad ya no puede vivir bajo su dominio, lo que equivale a decir que la existencia de la burguesía es en lo sucesivo incompatible con la sociedad».

Las crisis económicas que desata el capitalismo, las miserias y las hambrunas que acarrean las guerras, llevan a las masas a una situación límite, en la que se alzan con sus demandas. Entra en escena ahora una nueva clase revolucionaria: el proletariado. La Comuna de París (1870/1871), es el ejemplo claro de que ninguna clase dominante abandona su condición social, su poder en definitiva, sin ofrecer resistencia. “El rasgo característico más indiscutible de las revoluciones es la intervención directa de las masas en los acontecimientos históricos.

La historia de las revoluciones es para nosotros, por encima de todo, la historia de la irrupción violenta de las masas en el gobierno de sus propios destinos”, define magníficamente el revolucionario ruso, León Trotsky. Y Marx también afirma que el pueblo trabajador debe llevar a cabo su propia revolución contra la burguesía.

Pero, a diferencia de la revolución burguesa que cambió a una minoría por otra minoría en el poder; la irrupción de las masas proletarias y explotadas, dan lugar a la primera revolución llevada a cabo por las mayorías en beneficio de las mayorías. Por todo esto es que en el final de este tercer encuentro nace la pregunta acerca de cuál es la posición de los comunistas con respecto al proletariado. Y Marx nos contesta: «Los comunistas afirmamos en el Manifiesto Comunista que, aunque luchamos para alcanzar los objetivos inmediatos y defendemos las posiciones cotidianas de la clase obrera, debemos representar a la par, y dentro del movimiento actual, su porvenir».

Tomado de: http://www.laizquierdadiario.com/El-fantasma-de-Marx-sigue-recorriendo-la-Universidad-de-Salta

 

 

 

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