Centro América/Panamá/ 11 de octubre de 2016/Fuente: la prensa
Conceptúo, en primer lugar, que la Asamblea Nacional no es el escenario indicado para analizar, discutir y aprobar una ley que tiene incidencia fundamental en los padres de familia, en el Ministerio de Educación (Meduca), en las escuelas, iglesias y la sociedad civil.
La Federación Nacional de Padres de Familia no puede estar al margen de una situación que tiene connotaciones internacionales. Este no es un tema de Panamá exclusivamente. No hay duda de que existe un problema de arrastre, que ni el Meduca ni los padres de familia y educadores han podido manejar con certeza.
Es una verdad que deja un vacío en la sociedad con los resultados que hoy estremecen, pero no es una ley la que dará con la cura de la llaga.
Observo algunas debilidades e incoherencias en el proyecto de marras: No especifica qué tipo de convenios internacionales se aplica; habla de manera global de la Constitución y de las leyes; igualmente, el ámbito de aplicación es utópico, y va más allá del artículo 3, al facultar a los menores para tomar decisiones responsables sobre sus relaciones sociales, etc.
Es una ilusión afirmar que este proyecto de ley reducirá la actividad sexual o impedirá que las menores salgan embarazadas en el hogar o en las escuelas; uno de los problemas obedece a causas meramente familiares.
Esta crisis social, lo aceptamos, deben asumirla los padres de familia, en primer lugar; además del Meduca, los educadores y hasta los comunicadores sociales.
En consecuencia, le corresponde al Meduca enderezar los programas para la orientación sexual desde kínder hasta secundaria, mediante guías para los maestros y padres de familia, quienes deben laborar mancomunadamente hasta lograr, con propiedad, una orientación y práctica certera y eficaz de un tema cuya enseñanza y orientación requiere de personal especializado, tal como ocurre en otros países.
Aquí está el meollo del asunto. Preparar guías y métodos efectivos y reales para lograr una educación agradable, científica y eficaz, mediante técnicas y una bibliografía comprensiva y adecuada a los educandos, respetando los valores éticos y morales de una sociedad en crisis, y que podía profundizarse con esta misma ley.
El proyecto de ley amarra una serie de servicios, en los artículos 9, 17 y similares; son puntos cruciales que no tienen que ver con la educación sexual. Y, de manera puntual y utópica, arremata con el artículo 26 que pretende comprometer a todo el engranaje de la nación en la divulgación y educación de la ley. Como afirmaba muy bien un expositor: “La ley no es un prerrequisito para la aplicación de las guías de la educación sexual”, a lo panameño, respetando los valores morales de la juventud, hoy día dislocada por el ambiente, por los medios de comunicación y por las ideas y costumbres importadas que irán, progresivamente, deteriorando la figura del matrimonio y de la sexualidad, sana y responsable.
Fuente: http://www.prensa.com/opinion/proyecto-educacion-sexual-Vicente-Caballero_0_4593290706.html
Imagen: metrolibre.com/images/2016/07-01/2016-07-11-le-ponemos-tarjeta-roja-a-la-ley-61-sobre-educación-sexual-75e-1140380861.jpg