Por: Estephany García Vilchis
Hace tiempo le pregunté a un grupo de economistas expertos ¿qué falta para que México desarrolle su potencial productivo, y las nuevas generaciones tengan mejores condiciones de competitividad? La respuesta fue clara y concisa: inversión que genere empleos bien pagados y educación como factor de movilidad social.
El talento de la juventud mexicana es invaluable, es momento de que su ingenio se convierta en palanca de desarrollo para nuestro país.
En el marco de la Estrategia Nacional de la Juventud Territorial para Fomentar el Emprendimiento, el pasado viernes (en Guadalajara) llevamos a cabo una capacitación para jóvenes de entre 18 y 22 años con el objetivo de acercar los diferentes mecanismos para que sus ideas se conviertan en realidades que generen empleos y sean para ellos factor de movilidad social.
Estoy convencida que si un joven es capaz de atraerse su propio recurso, le hará bien al país. Cuando se materializa un negocio las inversiones en conocimiento y capital humano se traducen en grandes promotores del desarrollo económico que permiten la creación de más empresas, aumento del crecimiento, riqueza y empleo.
La educación para el trabajo es importante pero el fomento y el impulso para que los jaliscienses puedan convertir sus ideas en empresas que generen empleos y economía local es indispensable. El espíritu emprendedor debe prevalecer en cualquier política local que brinde la capacidad de generar conocimiento con valor económico a través de ecosistemas empresariales.
En ese contexto, el Monitor Global de Emprendimiento (GEM) evalúa nueve condiciones para el desarrollo de una actividad emprendedora: financiamiento; políticas de gobierno; pago de impuestos y burocracia; programas de gobierno, educación y entrenamiento en emprendimiento a nivel escolar y posgrado; transferencia de investigación y desarrollo; acceso a infraestructura comercial y profesional; dinámicas internas del mercado; acceso a infraestructura física y de servicios, y normas sociales y culturales.
Hoy el esfuerzo que hace el gobierno federal a través del Instituto de Desarrollo Empresarial INADEM en conjunto con el Gobierno de Jalisco, pone esas condiciones para que las y los jóvenes puedan escribir su propia historia de éxito.
A través de Programas de Incubación y Microfranquicias el gobierno apoya a jóvenes emprendedores en el proceso de conformar una empresa, brindándoles recursos para la compra de equipo y mobiliario necesario para su negocio.
Fomentar el talento emprendedor es tarea de todos, de propuestas hechas por comunidades y emprendedores, se pueden derivar acciones de política pública y de la academia, que benefician a cientos de jaliscienses en el corto y mediano plazo.
Recuerdo a un joven que se acercó a una capacitación similar diciendo que no había tenido la oportunidad de continuar con sus estudios por falta de recursos, pero quería salir adelante, al final de la misma, él tuvo claro que sus ideas valían y que con un poco de esfuerzo, saldría adelante. Logró abrir un pequeño centro de copiado en su comunidad; hoy emplea a otros dos jóvenes y tiene la oportunidad de seguir estudiando.
Con actitud de cambio y sin miedo al fracaso, hoy, aprender a emprender, significa materializar una idea que nos mueva para construir un mejor porvenir, no sólo en lo individual, sino también en lo colectivo.
Sin duda falta mucho por hacer, pero no nos detendremos hasta llevar las herramientas necesarias a cada joven que esté dispuesto a emprender sus sueños.
Yo creo en que Jalisco es grande por su gente, y sus jóvenes están listos -estamos- para tomar las riendas de nuestro presente y ser artesanos de nuestro futuro.
Fuente: http://www.oem.com.mx/eloccidental/notas/n4325446.htm
Imagen: http://innovacionchilena.cl/