Estados Unidos/Diciembre de 2016/Fuente: Univisión
Un terremoto político podría ser la metáfora más acertada para la elección presidencial estadounidense de 2016. No sólo porque el resultado fue inesperado y desconcertante, sino porque las profundas divisiones de clase y de raza que influyeron en dicho resultado se asemejan a la realineación de las placas tectónicas, cambios lentos que finalmente producen una gran liberación de energía a lo largo de líneas de fallas bien establecidas.
La dinámica de estas ‘fallas’ subyacentes en la vida estadounidense son detalladas proféticamente en la obra del historiador económico del MIT Peter Temin, quien ha documentado el ascenso de la ‘economía dual’ de Estados Unidos (Temin está llevando su ensayo original a un libro bajo el título The Vanishing Middle Class , que será publicado el próximo mes de marzo por MIT Press).
La historia dice así: durante las últimas décadas, la otrora robusta economía de clase media de oportunidades y sueño americano ha sido eviscerada. En su lugar se encuentra una nueva y altamente segmentada economía dual. Esta economía dual se distingue por un pequeño núcleo de oportunidades y empleos muy bien remunerados en Wall Street y Silicon Valley, los cuales Temin llama la economía FTE (de finanzas, tecnología y electrónica). Éstos son capitalistas propietarios de empresas, o profesionales con altos salarios; personas que tienen acceso a los mejores vecindarios con el mayor número de oportunidades y las mejores escuelas para sus hijos. Inicialmente, Temin consideró que este núcleo comprendía aproximadamente un 30% de la fuerza laboral y la economía, pero en un reciente mensaje de correo electrónico que me envió, me dijo que cree que en realidad se acerca más a sólo un 20%.
En la parte inferior hay una mucho mayor periferia de empleos de servicio de bajos salarios, en la que se encuentra de un 70% a un 80% de los estadounidenses. Temin señala que el trabajador estadounidense promedio gana apenas 40,000 dólares al año y que muchos trabajadores ganan mucho menos. Estas cifras son similares a mi propia división de la economía en un tercio privilegiado de trabajadores del conocimiento, profesionales y trabajadores creativos contra un 66% que trabaja muy duro en empleos de servicio, a menudo precarios, y de menor remuneración. «Estados Unidos se ha deshecho», escribe Temin. «Los ricos son cada vez más ricos y los trabajadores no avanzan en absoluto».
Idealmente, la economía dual ayuda a los trabajadores urbanos y rurales
Temin basa su modelo de la economía dual en la obra de W. Arthur Lewis, un economista de ascendencia caribeña que ganó el Premio Nobel en 1979. Lewis presentó su modelo original en 1954 en un documento clásico sobre ‘Desarrollo Económico con Suministro Ilimitado de Mano de Obra’, en el que intentó describir la trampa económica que enfrentan muchos países en desarrollo.
Lewis establece una distinción entre dos de los principales sectores económicos: el ‘sector capitalista’ favorecido y el ‘sector de subsistencia’ desfavorecido. Posteriormente los economistas los apodaron sectores urbano y rural. Conforme crece el sector capitalista, atrae a trabajadores del campo hacia la ciudad. Cuando el sistema funciona bien en promover un desarrollo económico equilibrado, algunos trabajadores rurales se sienten atraídos por los altos salarios ofrecidos en la ciudad capitalista, y quizás van a la escuela a capacitarse para un trabajo allí. Pero esto también contribuye a la economía rural.
El modelo de Lewis, tal como se muestra en el siguiente gráfico, demuestra cómo el aumento salarial en la ciudad también produce un aumento salarial en el sector rural. Conforme los trabajadores se trasladan a la ciudad, se alivia la presión descendente que el exceso de oferta de mano de obra ejerce sobre los salarios en las zonas rurales.
Temin nos advierte sobre lo que ocurre cuando se rompe la relación económica básica. Conforme crece el sector capitalista o urbano, se puede encapsular en una serie de islas aisladas que supera con creces el mayor sector rural o de subsistencia. ¿Algo de esto les suena familiar?
Si esos aumentos de productividad no se traducen en un aumento real de los salarios de los trabajadores de la ciudad —ya sean obstaculizados por un mayor costo de vida, la disminución de los niveles de empleo o simplemente la falta de remuneración— la ventaja de vivir en la ciudad desaparece y el exceso de oferta de mano de obra vuelve a la economía rural, reduciendo los salarios nuevamente.
Si está desequilibrada, la economía dual exacerba las desventajas
Temin considera que la economía estadounidense actual es una analogía moderna de la original economía dual de Lewis. Del mismo modo que los miembros del sector capitalista de Lewis habitaban sus propias islas aisladas de la vida citadina, los miembros de la actual economía dual viven y trabajan en distintos espacios geográficos. Y, al igual que en el modelo original de Lewis, estos dos sectores están prácticamente fijos en sus sitios, con muy poca movilidad entre ellos.
La razón de esta inmovilidad —o el ‘eslabón perdido’ entre estos dos sectores— es la educación. En la economía de hoy, grandes obstáculos le impiden a una gran mayoría de la población obtener tanto educación formal como las redes y el capital social necesarios para avanzar hacia el núcleo de favorecidos. «El resultado es que la educación, que una vez fue una fuerza para la homogeneización de la fuerza laboral», argumenta Temin, «se ha convertido en una barrera que refuerza la economía dual».
Esta división de clase está fuertemente relacionada con la raza. En contraste con la idea prevaleciente de una muy sufrida clase obrera blanca, Temin sostiene que las ventajas del núcleo económico estadounidense se acumulan en gran medida en los blancos, mientras la pobreza urbana concentrada, el acceso a escuelas insuficientemente financiadas, las mayores tasas de encarcelamiento y otros factores mantienen a un gran número de personas de raza negra y otros grupos minoritarios atrapados en el sector desfavorecido de la economía.
Dicho esto, los blancos también sufren de la flacidez de la economía dual. Temin proféticamente sostiene que, aunque los la gente de raza negra es «una minoría en el sector de bajos salarios, su prominencia en las discusiones públicas y políticas ayuda a ocultar los problemas de los blancos con bajos salarios». Éste es exactamente el tipo de reconocimiento que alimentó el inesperado auge de Trump y al trumpismo.
La historia de Estados Unidos produjo la desigualdad en la economía dual
El surgimiento y fortalecimiento de la economía dual estadounidense es producto de la interacción de numerosos factores históricos que abarcan la economía, la tecnología, la clase, la raza y el género, de los cuales se destacan estos cinco.
- La desregulación radical de la economía y los mercados financieros que comenzó en 1971 bajo la administración Nixon, la cual finalmente permitió el surgimiento del sector financiero como el sector dominante de la economía.
- La globalización y la automatización, las cuales se combinaron para socavar los empleos manufactureros de clase media que alguna vez fueron bien remunerados.
- El declive de los sindicatos y los grandes recortes en la red de seguridad social, lo cual contribuyó a erosionar los salarios y el bienestar de la clase media.
- La suburbanización rampante, la cual creó vecindarios cada vez más desiguales y agravó aún más la desigualdad en el acceso a la educación por clase y raza.
- El encarcelamiento masivo como mecanismo de control social, evidente, por ejemplo, en la transición de la Guerra contra la Pobreza a la Guerra contra las Drogas, la cual ha afectado mucho más a la población negra, especialmente a los hombres negros jóvenes.
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En última instancia, la persistencia de una economía dual estadounidense refleja el enorme peso político, así como el poder económico, de los núcleos privilegiados. A pesar de su menor tamaño numérico, los miembros del núcleo disponen de los recursos necesarios para formar partidos políticos y candidatos y definir resultados electorales.
La mayor tragedia es que la economía de Trump es una ampliación y una aceleración de las políticas básicas que han deformado la economía dual: aumento de la desregulación, continuación de la hegemonía de las altas finanzas, recortes de impuestos para los ricos y mayores recortes a lo que queda de la red de seguridad, junto con conjuros de protección de los empleos en fábricas y las críticas intermitentes contra China o México.
En última instancia, el trumpismo enfrenta a los miembros de la clase obrera blanca contra los miembros negros o hispanos menos favorecidos de la clase de servicio, preparando el escenario para que las causas subyacentes de la economía dual pasen desapercibidas y las divisiones raciales y de clases de Estados Unidos se profundicen aún más.
Fuente: http://www.univision.com/noticias/citylab-politica/la-nueva-forma-de-ver-la-division-de-clases-en-el-estados-unidos-de-trump