Argentina: La calidad educativa, prioritaria

Argentina/14 de marzo de 2017/Autora: Susana Decibe/Fuente: La Nación

Hace tiempo que la sociedad tiene más posibilidades de entender la política económica que la educativa. Para los gobiernos, dados los escasos tiempos entre las elecciones y la alta ideologización de los gremios docentes, asumir la complejidad del problema es una decisión heroica, y por eso la soslayan. Cada año los conflictos se repiten, mientras los problemas permanecen y ocasionan daños cada vez más profundos. El gobierno nacional y las provincias ensayan escenarios para discutir salarios, pero si se limitan a ese tema, no tendrán efecto sobre la imperiosa necesidad de mejorar la calidad del servicio.

Un camino de mejoras requiere que la Nación y las provincias acuerden cambios: 1) crear una carrera profesional docente que jerarquice la calidad de la formación y el desempeño y defina una la escala salarial acorde; 2) instituciones formadoras de alta calidad; 3) administraciones técnicamente aptas, y 4) escuelas con profesionales y equipamiento necesarios según la matrícula que atiendan.

Estos temas están legislados en la ley nacional de educación y en la de financiamiento. Si se determinó el acuerdo federal es porque su resolución provincial es muy difícil, lo que no significa quitarles a las provincias la autonomía que ostentan. Las políticas de todo el período democrático renovaron los textos escolares, mejoraron la distribución de equipamiento, ampliaron la infraestructura, la matrícula, las plantas de docentes y de personal en los ministerios; aplicaron evaluaciones a los alumnos y desarrollaron políticas educativas para poblaciones pobres. Pero la educación, a pesar de Internet, sigue siendo una actividad producida por personas especializadas y entornos adecuados.

La discusión sobre una nueva carrera profesional docente supone actores sin especulaciones partidarias, el reconocimiento de la endogamia del sector (tiene más posibilidades de ingresar como docente un profesor titulado en un terciario mediocre que un científico), un clima de confianza e iguales objetivos. Así se podría acordar un nuevo régimen que premie la profesionalidad y el mérito.

Sobre la formación de los docentes, más de 1300 instituciones son demasiadas y no es posible velar por su calidad. La docencia, en los mejores sistemas del mundo, es una profesión muy regulada junto a las de salud o las ingenierías, porque ponen en riesgo la calidad de la vida en sociedad. Pero para dejar sólo las instituciones necesarias y hacerlas de buena calidad hay que convencer a los intendentes, que defienden casi la única oferta postsecundaria que hay en sus municipios, y luego a los gobernadores, y crear después otras alternativas de profesionalización.

Para racionalizar las administraciones es necesario hacer eficientes las plantas de personal de los ministerios y destinar mayor cantidad de recursos a las escuelas. Eso implica reformas de gestión y cambios en las prioridades políticas: ¿empleo público masivo o mejor servicio educativo?; ¿fondos de libre disponibilidad o presupuestos ajustados a programas y metas?

Escuelas con más poder, libertad y responsabilidad con controles periódicos requieren ser previstas en la nueva carrera profesional y en el reordenamiento de las administraciones locales.

Si no hay decisión para generar esos acuerdos, podrán existir buenas experiencias locales, pero habremos renunciado a construir una sociedad equilibrada a escala país.

Fuente de la Noticia:

http://www.lanacion.com.ar/1992531-la-calidad-educativa-prioritaria

Comparte este contenido: