América del Norte/México/Cronica.Mx/Gabriel Vargas Lozano
Los días 19 y 20 de abril pasados se reunieron en la Universidad Federal de Bahía (Brasil) un conjunto de representantes de Asociaciones Filosóficas de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, República Dominicana, España, Costa Rica, Honduras, México, Panamá, Portugal, Uruguay y Venezuela con el propósito de constituir la Red Iberoamericana de Filosofía. Los objetivos de esta Red son muy amplios, pero existe un impulso central: en los últimos años se ha venido registrando una ofensiva en contra de la enseñanza de la filosofía en el nivel medio superior.
En efecto, en nuestro país, en 2008, el gobierno que presidía Felipe Calderón, cuya secretaria de Educación era Josefina Vázquez Mota, eliminó las disciplinas filosóficas que se estudiaban tradicionalmente en el bachillerato (Ética, Estética, Lógica, Introducción a la Filosofía) mediante el expediente de llevar a cabo una Reforma Integral de la Educación (RIEMS). En aquella oportunidad, se conformó el Observatorio Filosófico de México (OFM) y se dio una gran batalla en contra de esa medida acompañada de todas las asociaciones de filosofía del país; la comunidad científica; la comunidad cultural e inclusive, el Senado de la República; la Federación Internacional de Sociedades de Filosofía (FISP) y la relatoría especial para la educación de la ONU. Toda esta lucha logró que el gobierno retrocediera en esta medida y se volvieran a reconocer las disciplinas filosóficas.
No tuvo esta suerte la Red Española de Filosofía que, a pesar de que nucleó a todas las asociaciones, facultades e institutos y que una gran cantidad de filósofos desarrollaron una gran actividad en los medios de comunicación, el gobierno de derecha impuso su mayoría en las Cortes y redujo las disciplinas filosóficas y mantuvo los cursos que son resabios del franquismo como los de “Religión”, es decir, doctrina de la Iglesia católica y cuyos profesores son pagados por el Estado.
En el caso de Chile, recientemente se tenía también la intención de suprimir los cursos de filosofía mediante una reforma educativa gubernamental, pero una filtración de los documentos que estarían por presentarse desató un movimiento de profesores de filosofía que logró la instalación de mesas de diálogo. Todo ello, sin tomar en cuenta que en varios países centroamericanos no ha habido filosofía en ese nivel.
Ahora bien, la pregunta es ¿por qué se pretende eliminar esos cursos por parte de los gobiernos? He elaborado un ensayo muy amplio que publicaré en próximas fechas, pero si quisiéramos resumir, podríamos decir que existe una profunda transformación de la educación en un sentido tecnocrático y mercantilista alentada por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos y por el Plan Bolonia en la Unión Europea y que pretende dar prioridad a las profesiones “rentables”.
Ahora bien, ¿qué razón tienen aquellos que hablan de la inutilidad de la filosofía? Yo creo que los que hablan así no lo han pensado bien. Pondré sólo un ejemplo: en la Ilustración francesa, aparte de generar un pensamiento crítico en contra del absolutismo, filósofos como Montesquieu, Diderot, Voltaire, Rousseau y muchos más propusieron lo que serían las bases de la sociedad moderna: tripartición del poder, importancia de la ciencia y la técnica, separación Iglesia/Estado y democracia. Agregaría que la tesis de Rousseau en torno a la soberanía popular fue empleada por Morelos para elaborar la Constitución de Apatzingán.
Pero aún daría otro argumento: se dice que nuestros países latinoamericanos necesitan técnicos y no filósofos. Ésta es una falacia porque no hay duda de que se necesitan técnicos, pero bien preparados en disciplinas filosóficas como la ética, la lógica, la estética y la filosofía de la técnica para que realicen mejor sus actividades. Pero aún más: la educación filosófica fomenta la reflexión racional y tiene un papel fundamental en la formación cívica y cultural de la ciudadanía como se expone en el libro La filosofía, una escuela de la libertad, que publicamos en la UAM-I (consultarlo en www.cefilibe.org).
En esta dirección se ha propuesto que la filosofía se enseñe a los niños, los jóvenes y los adultos y en todos los ámbitos de la sociedad utilizando, como es obvio, metodologías especiales. Un ejemplo de la importancia de la filosofía para niños, creada por el filósofo y pedagogo Matthew Lippmann, lo podemos comprobar en un reciente estudio que se llevó a cabo en Inglaterra, en el cual se muestra que los niños que recibieron esos cursos no sólo aumentaron sus capacidades de razonamiento, sino de lectura y matemáticas. Fue por ello que el OFM propuso a la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México, la incorporación de la filosofía en la educación, sin embargo, lo aprobado no contempla adecuadamente nuestra propuesta que podría ser incorporada en la elaboración de la ley secundaria por parte de la Asamblea de Representantes.
Finalmente, quiero agregar que aquí nos estamos refiriendo a un tipo de filosofía que se basa en los conocimientos científicos, pero que no se reduce a ellos y a una filosofía que está a favor del diálogo racional y una auténtica democracia, ya que existen otras filosofías que tienen otros cometidos y que más que orientar, confunden y desorientan. Y de igual forma, se trata de una filosofía que busque reflexionar sobre los grandes problemas de nuestro país y del mundo.
Fuente: http://www.cronica.com.mx/notas/2017/1023025.html