África/Julio de 2017/Autor: Euskal Herrico Batzordea/Fuente: UNICEF
UNICEF acaba de lanzar el informe “En busca de oportunidades: voces de niños en tránsito en África Occidental y Central”, construido a través de entrevistas a niños y niñas migrantes y sus familias. Lo primero que se destaca de este trabajo internacional es la magnitud y la rotundidad de las cifras: hay 12 millones de personas en tránsito en África, 12 millones de migrantes que huyen de la violencia, de la pobreza o de la falta de oportunidades. 12 millones de personas cuyo destino principal no es Europa: 3 de cada 4 se quedan en África.
Esa cifra no significa que este continente, máximo exponente del bienestar deseado, deba quedarse de brazos cruzados. Es responsabilidad de los líderes mundiales dar una respuesta satisfactoria a las necesidades de un continente castigado.
Entre las razones que precipitan el flujo migratorio, de hecho, se encuentra el cambio climático. Irónicamente los países en desarrollo son quienes pagan las facturas que generan los países industrializados. África sufre sequías e inundaciones, que provocan desplazamientos de miles de personas por no hallar la forma de subsistir en su hogar. La temperatura en África subirá entre 3 y 4 grados durante este siglo, bastante más que la media en el resto del mundo.
La extrema urbanización y superpoblación son a la vez causa y consecuencia de los flujos migratorios. Para finales de siglo se prevé que la población africana ascienda a la cifra de 4,2 billones de personas (hoy son 1,1 billones de personas). Sin llegar tan lejos, hoy en día las grandes ciudades presentan síntomas de saturación. Las ciudades reciben a migrantes ansiosos por encontrar un modo de vida y poder mantener a su familia en el lugar de origen. La falta de recursos y de espacio provoca hacinamiento y riesgo para la salud de las personas. En el caso de los niños y niñas, su situación puede quedar oculta en el día a día de una gran urbe, donde las problemáticas individuales se invisibilizan.
La búsqueda de un mejor futuro para una familia pasa indudablemente por la educación. Elemento motor que motiva a emprender un camino peligroso e incierto. De hecho, UNICEF ha podido constatar que los migrantes persiguen continuar sus estudios, acceder a universidades europeas –para aquellos que logran llegar a Europa- o simplemente, acceder a una educación de mejor calidad. La educación es uno de los pilares sobre los que se sustenta el desarrollo humano.
Por todo ello, y porque la migración también tiene sus beneficios, siempre que se legal y vaya acompañada de una protección a las personas en tránsito y en especial a los niños y niñas, UNICEF vuelve a poner en valor su Agendabasada en 6 puntos, entre los que destacan el establecimiento de un sistema de protección a la infancia, la promoción de medidas para luchar contra la xenofobia o la marginación en los países de tránsito y destino o una exigencia para que se actúe sobre las causas subyacentes de los grandes desplazamientos de refugiados y migrantes.
Fuente: http://blogs.diariovasco.com/unicef/2017/07/11/buscando-una-oportunidad-ninos-y-ninas-en-transito/