A juicio de la agencia de Naciones Unidas, los jóvenes enfrentan una ‘tarea titánica’ cuando tratan de encontrar o mantener ocupaciones laborales, lo que se traduce en aumentos del desempleo y la informalidad.
El análisis demostró que los gobiernos pueden ‘intervenir efectivamente’ para impulsar el empleo juvenil, aplicando medidas en el nivel macroeconómico.
Por ejemplo, indicó el informe, en periodos de ralentización del ciclo económico, ampliar el gasto público, mediante la introducción del empleo subvencionado a gran escala, es una herramienta de política útil para promover la ocupación de los jóvenes.
No obstante, la eficacia de esas medidas depende de la buena situación de las finanzas públicas, acotó el análisis, que aconsejó aplicar fórmulas de expansión fiscal al comienzo de los procesos de recesión, ‘antes de que la propia crisis económica provoque un empeoramiento significativo del equilibrio presupuestario’.
Un ejemplo de los planteamientos de este tipo es el programa Garantía Juvenil, presentado por la Unión Europea en 2014, bajo el concepto de proporcionar educación, capacitación y trabajo de calidad a la gente joven que no trabaja ni recibe formación.
Por su naturaleza, este programa es anticíclico: se amplía durante las bajadas del ciclo económico, cuando el desempleo juvenil tiende a aumentar, comentó el informe.
Tales planes, agregó el documento, deben prolongarse el tiempo suficiente para que los participantes desarrollen competencias relacionadas con el empleo y ‘se pongan a prueba’ en el entorno laboral específico.
De acuerdo con la pesquisa de la OIT, también quedó claro que las iniciativas de fomento a la actividad empresarial no pueden por sí solas solucionar el problema de promover el trabajo decente para los jóvenes; aunque pueden resultar un complemento útil. En los países de ingreso alto, la vía de los jóvenes hacia el trabajo suele suponer puestos temporales o aprendizajes a menudo no remunerados, lamentó la entidad.
Mientras en las naciones de ingreso bajo y medio, tres de cada cuatro personas edades juveniles tienen un empleo informal y carecen de acceso a las protecciones y prestaciones de seguridad social, subrayó el texto.
Políticas laborales más sagaces por parte de los estados, consideró la OIT, pueden ayudar a evitar esa situación.